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Del Odio Al Amor: Eres Mi Obsesión

Capitulo I El club

— Camila, este antro está de lo mejor. — grito Alana, mientras se movía al son de la música.

— Te dije que te iba a gustar, mis primos lo recomendaron mucho. — respondió Camila, la mejor amiga de Alana.

Las dos jóvenes siguieron divirtiéndose, sin pensar en las consecuencias de sus actos, el lugar al que habían ido era un antro a las afueras de la ciudad, donde solo personas de mala procedencia iban a divertirse y en medio de toda esta gente estaban las dos chicas.

— Si nuestros padres se enteran de que estamos aquí, nos van a matar!. — dijo Camila.

— Ellos son unos aburridos, lo único que hacen es trabajar y regañar como si nunca hubieran tenido juventud. — respondió Alana.

Las jóvenes seguían en lo suyo cuando una redada llegó al lugar tomándolas por sorpresa, estaban tan eufóricas que empezaron a correr despavoridas, pero fue en vano porque al final fueron detenidas por las autoridades, para este día las jóvenes apenas tenían diecisiete años y habían entrado al lugar con una identificación falsa.

Mientras eran llevadas a la estación de policía, Alana lo único que hacía era reír, parecía como si nada le importara, pero su amiga Camila si estaba bastante nerviosa.

— Por qué no estás nerviosa, nuestros padres nos van a matar. — Camila estaba muy nerviosa y molesta por la tranquilidad de Alana.

— No seas tan dramática, igual nuestros padres no se darán cuenta.— dijo Alana entre risas.

Al llegar a la estación de policía, Alana y Camila se encontraron de frente con Sofía.

— Señora Sofía!, como se enteró de de que estábamos aquí. — dijo Camila nerviosa.

— Gracias oficiales, por favor llévalas a una celda y las dejan ahí hasta que cumplan la mayoría de edad.— dijo Sofía sin voltear a ver a su hija.

— De que estás hablando, no nos puedes dejar en este lugar. — grito Alana molesta.

— Señor oficial, si las jóvenes no acatan las órdenes entonces las dejamos más días aquí.

Sofía salió de la estación de policías sin ver atrás, ella sabía que si no le daba un hasta aquí a su hija, seguramente la muchacha terminaría muy mal y eso como su madre no lo iba a permitir.

Después de pasar la noche tras las rejas, Alana entendió que su mamá no era una persona fácil de manipular, tampoco podía creer que su papá, quien decía que la amaba con toda su alma la había dejado en este lugar tan tétrico, al llegar la mañana Adrik fue a rescatar a su hija y a Camila de aquel lugar.

— Es hora de irnos. — dijo el hombre con expresión sombría.

— Al fin te acuerdas que tienes hija. — respondió Alana molesta.

— Caminen!, Camila tus padres te esperan en casa, espero y hayas aprendido la lección.

— Si señor Adrik, no volveré a un lugar así. — respondió Camila.

— Eres una cobarde!. — el grito de Alana resonó en todo el lugar.

— Basta, Alana!, tu amiga no es ninguna cobarde y si tuvieras un poquito de inteligencia no harías molestar nunca más a tu madre. — respondió Adrik sin emoción alguna.

Alana se quedó de piedra, pues su papá nunca le había hablado así, después de aquella noche, Alana tenía prohibido salir de la casa y lo único que podía hacer era ir a la universidad y aunque no lo pareciera la joven era muy inteligente y había logrado entrar a muy corta edad a una de las mejores universidades del país.

Por otro lado, en la parte más oscura de la ciudad se encontraba un hombre cuyo carácter y personalidad daban miedo.

— Qué pasó anoche en el club?. — pregunto Dominic.

— Lo siento señor, fue una redada y se llevaron a nuestros hombres detenidos. — respondió el subordinado.

— Mxxxxxxxxx, no pueden hacer nada bien, ustedes son unos inútiles. — respondió Dominic molesto.

— Jefe, fue alguien que nos delató, al parecer estaban buscando a alguien. — respondió el sujeto aterrado.

— A quien demonios buscaban?, en mi club solo entra gente selecta.

— Señor al parecer la hija de los Ivanov estaba en el lugar anoche y la señora Sofía Ivanov fue la que nos delató.

— Siempre los Ivanov, de ahora en adelante verifiquen que nadie de esa familia vuelva a poner un pie en mis negocios.

El subordinado salió de la oficina de Dominic, dejando al muchacho solo y pensando en su miserable vida.

Pov

— Mocoso insolente, ven acá. — llamo Claudia a su hijo.

— No me da la gana de ir, usted solo me quiere golpear!. — exclamó Dominic a la edad de diez años.

— Ahora solo te quiero decir quién es tu padre y te quiero contar mi historia. — respondió Claudia con una mirada lastimera.

Claudia contó la historia a su manera, ella solo quería terminar de llenar el corazón de su hijo de un odio profundo, le dijo que por culpa de Adrik Ivanov su papá Laureano Lombardi los había dejado, le dijo que Sofía la había hecho salir de su país, acusándola de asesina y que por ese motivo él no había podido disfrutar de lo que por derecho le corresponde y que en su lugar estaba Mauricio un niño adoptado que no tenía la sangre Lombardi en sus venas.

Ese día Dominic decidió escaparse de su mamá y como pudo llegó a la casa donde vivía su padre en el país vecino, lo primero que hizo fue buscar la dirección de los Lombardi y al encontrarla se dio cuenta de que ellos no estaban ahí, entonces se enteró por un empleado que se estaba dando una fiesta a solo una casa de esa, donde vivían los Ivanov, Dominic camino hasta aquella casa y estando mirando a través de la reja, una pequeña con los ojos azules más bellos del mundo se le acercó y le ofreció algo de comida, cosa que el no rechazo, ya que tenía varios días sin comer bien.

Después de cruzar algunas palabras con la niña, un hombre algo sombrío la llamo, en ese momento él no sabía de quién se trataba, pero no pasaría mucho tiempo para enterarse de quién se trataba.

Capitulo II Encuentro

— Buenos días, señor Lombardi. — dijo el pequeño mirando fijamente a Laureano.

— Buenos días, que quieres muchacho. — respondió Laureano, intrigado por el parecido que este joven tenía con él.

— Acaso no te das cuenta de nuestro parecido, padre!. — declaró Dominic.

Laureano se llenó de una gran felicidad, pues él siempre quiso un hijo de su propia sangre, después de realizar los análisis pertinentes y comprobar que el muchacho era su hijo, Laureano le dio su apellido y lo mantuvo oculto de su esposa por muchos años, el chico creció siendo un verdadero demonio y cuando se dio cuenta de la doble vida de su padre, él quiso participar de una de sus vidas, convirtiéndose en el segundo al mando de los negocios ocultos de su padre.

Su enemistad con los Ivanov seguía en ascenso y cuando Fedor Ivanov se enteró de que Laureano Lombardi no era lo que parecía, rompió toda relación con esa familia, ya que personas intachables como los Ivanov no se podían dar el lujo de estar con semejante gente.

Dominic los desprecio aún más y juro vengarse de ellos, por lo que Adrik Ivanov había hecho con su madre, así que buscaría su punto débil y por ahí lo destruiría.

Fin del recuerdo.

— Jefe los Ivanov darán una fiesta hoy, por el cumpleaños de Fedor.— comento Lucas la mano derecha de Dominic.

— Interesante noticia, ubica una invitación para mí, quiero llevarle un regalo a Fedor Ivanov, mi buen amigo. — Comento Dominic con una sonrisa malvada en su rostro.

Los años siguieron pasando y Alana se había convertido en una buena mujer, ya tenía veinte años y estudiaba medicina en una de las mejores universidades del país, además su inteligencia era indudable y en poco tiempo se recibiría de médico.

— Mamá ya estoy lista. — dijo Alana tocando la puerta de la habitación de su mamá Sofía.

— También estoy lista, ya salgo. — respondió Sofía desde el interior de su habitación.

Alana casi nunca entraba a la habitación de sus padres sin antes preguntar si podía pasar, ella sabía que sus padres siempre se estaban dando demasiado amor y era una escena que no quería ver, así que por costumbre cada vez que iba a la habitación de ellos, llamaba antes de entrar.

Alana decidió caminar por el pasillo que llevaba a las habitaciones y esperar a su madre ahí, después de unos cinco minutos Sofía salió de su habitación quedando con la boca abierta al ver a su hija, la muchacha llevaba un vestido rojo que acentuaba su figura, era largo hasta por debajo de las rodillas, sin mangas y con un escote en V en la parte trasera que era bastante sugerente, a pesar de que la muchacha cambio en muchas cosas su personalidad, la parte de ser una mujer seductora no había cambiado, Alana estaba consciente de su belleza y con solo una mirada ponía a cualquier hombre a sus pies.

— Te ves hermosa hija!. — comento Sofía.

Después de una corta conversación, ambas mujeres salieron de la casa de los papás de Alana y se dirigieron al salón de fiesta, la mejor amiga de Alana, Camila también estaba invitada junto con sus padres, ellos al ser tan buenos amigos se sentaron juntos y las chicas pasaron toda la noche hablando y molestando a otras jóvenes de las cuales eran rivales.

En algún momento de la fiesta y mientras Alana y Camila estaban distraídas un hombre entro al salón y saludo de manera muy extraña a su abuelo Fedor, Alana quedó sorprendida por aquel sujeto, su sola presencia llenaba la atmósfera de hormonas masculinas y su actitud de gran señor hicieron que Alana entrará en calor, ella necesitaba salir de aquel lugar inmediatamente, así que a penas pudo se levantó de su silla sin decirle nada a nadie y salió al jardín a tomar un poco de aire fresco, lo que ella no sabía era que esa acción había llamado la atención del lobo más peligroso de todo el país.

Dominic Lombardi se apresuró a salir tras de ella, él ya sabía quién era la joven, pero nunca imaginó que ella fuera aún más hermosa en persona que por fotos, al salir al jardín vio a la hermosa joven mirando a la nada, su esbelta figura quedaba a la vista debajo de aquel sexi vestido, se acercó sigilosamente a ella.

— Hermosa noche. — comento Dominic viendo a la joven.

Alana volteo a ver de quién se trataba y al darse cuenta de quién era su corazón empezó a latir con fuerza, en su vida se había puesto nerviosa por la presencia de nadie, pero en esta ocasión era muy diferente.

Por otro lado, Dominic sintió una emoción que nunca antes había sentido, era como si la conociera de toda la vida y su corazón estaba desbocado, era como si se le quisiera salir del pecho.

— Me asustó!. — exclamó Alana.

— Tan feo soy!. — respondió Dominic, con una sonrisa encantadora que dejó sin palabras a Alana.

— Si me disculpa, tengo que irme. — por primera vez Alana no supo cómo reaccionar a la presencia de un hombre.

— Puedes decirme tu nombre antes de irte?. — pregunto Dominic.

— Soy Alana Ivanov.

— Un gusto Alana, mi nombre es Dominic Lombardi.

Dominic extendió su mano hacia Alana como todo un caballero, gesto que Alana no podía pasar desapercibido, así que estrecho la mano del hombre y como si fuera magia una corriente eléctrica recorrió todo sus cuerpos, empezando desde aquel delicado toque, sus miradas se conectaron y ninguno de los dos podía soltar la mano del otro.

— Me devuelve mi mano por favor. — dijo Alana con la mirada perdida en el oscuro de los ojos de Dominic.

— Y si no quiero, y si quiero llevarte entera conmigo?. — susurro Dominic.

— Qué dijo?. — pregunto Alana sorprendida.

— Lo siento Alana Ivanov, es un placer conocerte y espero volver a verte pronto.

La chica sonrió y volvió a la fiesta, al entrar se consiguió con Camila quien al verla se sorprendió muchísimo.

— Amiga!, parece que te ganaste un gran premio, mira tu sonrisa. — dijo Camila divertida.

— No fue un premio, simplemente acabo de conocer al hombre más sexy y guapo que jamás había visto en mi vida.

Mientras Alana decía esas palabras miraba hacia la puerta esperando ver de nuevo a Dominic, pero su decepción llegó cuando el hombre no se apareció más en el salón.

Capitulo III Invitación

Tres meses habían pasado desde la fiesta y Alana no había vuelto a tener noticias de Dominic, eso la había decepcionado un poco, pues ella pensó que él la buscaría, este día y como todos los días la joven salió a la universidad iba en su tercer año de medicina, destacando en todas sus materias y, por tanto, siendo la mejor estudiante de la universidad.

— Hola amiga, cómo te ha ido en los exámenes?. — pregunto Camila muy animada.

— Normal. — respondió Alana sin ánimo.

— Qué tienes Alana, te ves desanimada?. — pregunto Camila preocupada.

— Camí, no te aburres de siempre estar con lo mismo, o sea esto es tan aburrido, lo único que hacemos es estudiar.

— Sé dé lo que hablas, pero nuestros padres nos tienen controladas y hasta que no nos independicemos jamás nos dejarán ser.

— A eso me refiero, ellos hicieron sus vidas y a nosotras no nos dejan ni respirar.

— Pues si amiga, pero que hacemos si tus padres son los dueños de la mitad de la ciudad y los míos no se quedan muy atrás.

— Sabes quienes son los Lombardi?. — pregunto de repente Alana.

— Según se son una de las familias más poderosas del país, ellos tienen el mismo poder que tus padres.

— Y por qué nunca han estado en los eventos de mi familia?.

— Ay amiga!, tú siempre andas en las nubes, bueno no es que sepa mucho tampoco.

— Dime lo que sepas!.

— Ok, una vez escuché a mis padres hablar acerca de Laureano Lombardi y por lo que escuche él y tu familia no se llevan bien.

— Pero por qué?.

— Eso si no lo sé, ya sabes que nuestros padres, son muy reservados con sus cosas.

— Y por qué tanto interés en esa gente?.

— Solo curiosidad.

— Si claro, yo también siento curiosidad por conocer a Dominic Lombardi, ese hombre es todo un bombón.

— No me fijé en él, solo tengo curiosidad por los Lombardi.

— Ay, amiga!, no seas mentirosa, todas en ese salón nos quedamos botando la baba por ese hombre, lástima que él no se fijaría nunca en nosotras.

— Y por qué dices eso?.

— No y que no te interesaba, bueno según se rumorea él anda con una modelo y bueno sus gustos son de otro tipo de mujer.

Alana no quiso seguir preguntando, pues no quería levantar sospechas de ningún tipo.

— Camí ya terminaron mis clases, por hoy me retiro, nos vemos más tarde.

Alana no dijo nada más y simplemente salió de la universidad, como se suponía que iba a estar todo el día en la universidad, el chófer de su familia no había llegado por ella, así que decidió irse al centro comercial y caminar un poco para aclarar su mente, cuando se dirigía a la calle principal para tomar un taxi, un auto de lujo sé parco frente a ella haciéndola retroceder unos cuantos pasos.

— Eres un imbécil, acaso no hay más lugar donde estacionarse. — grito Alana muy molesta.

El conductor del auto salió del mismo y con una sonrisa miró a la chica frente a él.

— Que boquita tan bella, pero tiene muy malas palabras. — dijo Dominic haciendo que Alana retrocediera.

— Qué hace aquí, señor Lombardi?. — pregunto Alana sorprendida.

— El señor Lombardi es mi padre, a mí solo llámame Dominic o mi amor, como tú quieras preciosa.

— Ja, ja, ja, no me haga reír, mejor siga su camino que yo tengo cosas que hacer.

— Sabes que mi camino eres tú, así que te seguiré hasta el fin del mundo si es necesario.

— No sea payaso y mejor suba a su auto y no moleste.

— Tengo una mejor idea, por qué mejor no vienes conmigo y me aceptas un almuerzo?.

— Lo siento, pero ya tengo planes.

— Vamos preciosa solo será un almuerzo, te prometo que te llevaré a tu casa sana y salva.

Alana estaba a punto de rechazar la oferta de Dominic, cuando a lo lejos vio el auto que la iría a recoger, ella no quería volver a casa tan temprano así que sin decir una sola palabra se subió rápido al auto de Dominic, dejándolo sin palabras, él confundido se subió a su auto y con una sonrisa pícara volteo a ver a la chica junto a él.

— Pensé que sería más difícil, que aceptaras una invitación mía.

— No hables y conduce, no creas que subí a tu auto por gusto.

— Veo que ya me tuteas.

— Por favor pon en marcha el auto, si no lo haces descubrirán que estoy aquí.

Dominic miró el auto que se estacionó frente a la universidad, era inconfundible pues llevaba el logo de la familia Ivanov, Dominic al ver que Alana se estaba escapando con él sonrió de una manera pícara y puso en marcha el auto, condujo bastante lejos de la universidad.

— Gracias, puedes dejarme en una parada de autobús, desde ahí agarró un taxi. — dijo Alana con una sonrisa.

— Creo que me debes una, así que pienso cobrarme. — dijo Dominic viendo fijamente a Alana.

— Ahora no tengo dinero, pero puedo pagarte más tarde.

— Ja, ja, ja lo que menos me interesa es el dinero de los Ivanov, preciosa tú me pagarás de otra manera.

Al escuchar aquellas palabras Alana no supo cómo reaccionar, pues se encontraba en un auto con un extraño y en una parte de la ciudad que ella no conocía, pero a pesar de todo no sentía miedo y eso la confundía aún más.

— Qué quieres decir?.— pregunto Alana con curiosidad.

— Bueno que me debes un almuerzo, bueno al menos tu compañía para el almuerzo, que te parece si vamos de una vez y así me pagas.

Al escuchar las palabras de Dominic, Alana sonrió honestamente y acepto su invitación, que podría pasar, igual ella sentía mucha curiosidad por conocerlo.

Dominic la llevo a un restaurante en los suburbios, él sabía que los Ivanov no los verían, ya que nunca irían a un lugar así.

— Un lugar muy particular!. — dijo Alana.

— Si no te gusta podemos ir a otra parte, no sé más privada. — respondió Dominic.

— Siempre eres tan descarado?.

— Solo cuando me interesa alguien.

— Bueno ya estamos aquí, entonces pedimos el almuerzo, antes de que muera de hambre.

Los dos se sentaron y pasaron un buen rato hablando de sus vidas como si se conocieran de siempre, como buenos amigos.

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