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TARDE

Sinopsis

Sebastián Spencer es un joven empresario, a sus veintiocho años posee una reconocida trayectoria en el área de la construcción, siendo uno de los más famosos arquitectos del país. Él es un joven sumamente atractivo, su altura de un metro ochenta, cabellos oscuros, tez blanca, cejas perfiladas, barba de días recortada con suma proligidad, ojos claros cuya mirada muchas veces dice más que sus palabras. Y un caracter amable y tranquilo, excepto cuando se siente amenazado. Luego de analizar con mucho detalle los pros y los contras en lo que respecta a formar una sociedad, decide arriesgarse, asociándose con Luciano Reyes, un reconocido hombre de negocios que quiere incursionar en el rubro dentro del cual Sebastián se desempeña.

Luciano Reyes es un hombre de treinta y siete años, el cual posee suficiente dinero como para emprender los negocios que desee sin temor a perder, dedicado al rubro de los juegos y apuestas. Luciano posee una muy buena musculatura, es alto, tiene cabello castaño y ojos que a veces son difíciles de descifrar cual es su color. No tiene nada que envidiarle a ningún hombre más joven que él, a pesar de su edad, el hombre se ve perfecto, apetecible y deseable por cualquier mujer.

Luego de ser aconsejado y asesorado por algunos de sus amigos decide invertir en el rubro de la construcción, ofreciéndole a Sebastián una sociedad rentable y conveniente para ambos, la que consistiría en la construcción de varios hoteles en la costa del país, y algunos pequeños condominios vacacionales.

Olivia Hayes es la joven esposa de Luciano, con sus veintitrés años de edad, es una belleza de mujer, tiene cabello color miel, ojos del color del agua marina, posee labios definidos y voluminosos tan tentadores que incitarían a cualquier hombre a probarlos aunque eso les cueste más caro de lo que están dispuestos a pagar, su cuerpo de infarto y su personalidad arrolladora hacen que si atractivo sea aún mayor. La muchacha es más que una cara y un cuerpo bonito, a pesar de su corta edad y de la triste manera en que llegó a convertirse en la esposa de Luciano, ella supo aprovechar el tiempo y las oportunidades, se dedicó a estudiar, superando las expectativas hasta convertirse en una excelente diseñadora de interiores, aunque hasta el momento no pudo ejercer su profesión con libertad, siendo la mansión de su esposo la única experiencia para plasmar sus ideas. Todo esto debido a que su esposo no quiere otra cosa, más que una buena mujer que se ocupe de su esposo y su hogar a tiempo completo. Por esa misma razón, Olivia se convertirá en parte más que importante en esta historia.

Lo único que ninguno de los tres sabe, ni imagina, y que pronto vana descubrir es que a partir de la sociedad entre Luciano y Sebastián se verán envueltos en un triángulo amoroso que no hará otra cosa que traerles consigo, amor, esperanzas, decepciones, tristezas y muchas otras cosas que transformarán sus vidas de una manera que ellos jamás esperaron o imaginaron.

Capítulo 1

Sebastián Spencer se encontraba en su lujosa oficina, rodeado de planos y maquetas que hablaban de su talento como arquitecto. El sol de la tarde se filtraba a través de las amplias ventanas, iluminando el espacio con una cálida luz dorada. Vestido impecablemente con un traje negro a medida y una camisa blanca, Sebastián estaba sentado detrás de su elegante escritorio de caoba, absolutamente concentrado en su trabajo.

De repente, y tal como acostumbraba hacer, Nicolás, su mejor amigo y socio, entró en la oficina con una sonrisa en el rostro, su traje a medida perfectamente ajustado y su cabello perfectamente peinado.

-¿Cómo va todo, Sebas?- indagó sin perder la sonrisa.

Sebastián levantó la vista de los planos y le dirigió una mirada inquisitiva a su amigo, de inmediato su rostro lleno de seriedad cambió y una sonrisa se dibujó en él.

-Estoy muy bien, ¿y tú?¿todo bien? ¿qué tal ha estado tu fin de semana?- indagó.

-Pues... ¿qué te voy a decir?- respondió el rubio, acomodándose en una de las sillas frente al escritorio-¡Tuve un fin semana excelente!- exclamó y tal como Sebastián esperaba el joven abogado comenzó su relato en el cual le contó desde que desayunó y hasta a quien se comió.

Las ocurrencias de Nicolás siempre le sacaban a Sebastián una sonrisa, su amigo era lejos el mejor hombre que había conocido, joven, buen mozo y un abogado exitoso, ¿su único defecto?. Desde que su última relación larga se acabó se convirtió en un mujeriego empedernido, si bien Sebas (como le llamaba su amigo) no estaba de acuerdo con eso, comprendía el porque Nicolás se comportaba así, entonces no le reprochaba, ni opinaba al respecto.

-Nico- le dijo luego de escucharlo con atención- necesito tu opinión sobre algo importante.

-Tú dirás- replicó el muchacho poniéndose en modo abogado.

-¿Crees realmente conveniente la posible sociedad entre nuestra empresa y Luciano Reyes el dueño de casinos que quiere entrar en el negocio de la hostelería?- preguntó Sebastián.

Nicolás se recostó contra el respaldo de la silla ejecutiva, quedándose pensativo por un momento antes de responder.

-Sé que puede parecer arriesgado, pero creo que es una oportunidad que no podemos dejar pasar. Ese hombre tiene los recursos y la influencia necesarios para llevar nuestro trabajo a un nivel completamente nuevo.- afirmó su amigo.

Sebastián asintió, reflexionando sobre las palabras de su amigo. La idea de asociarse con un magnate de los casinos era emocionante, pero también llenaba de dudas su mente.

-Entiendo lo que dices, Nico. Pero no puedo evitar preocuparme por la integridad de nuestro trabajo. No quiero que nuestra visión se vea comprometida por intereses comerciales.

Nicolás se acercó al escritorio de Sebastián y puso una mano reconfortante sobre su hombro.

-Confía en mí, Sebas. Podemos manejar esto juntos. Esta es nuestra oportunidad de brillar aún más en el mundo de la arquitectura.

Sebastián sonrió, sintiéndose renovado por la confianza de su amigo.

-Tienes razón, Nico. Es hora de dar el siguiente paso en nuestra carrera.

Con la determinación reflejada en sus ojos, Sebastián y Nicolás se dispusieron a enfrentar los desafíos que les esperaban, listos para escribir juntos un nuevo capítulo en sus vidas profesionales.

Por su parte, Luciano Reyes, el empresario cuya trayectoria se dedicaba al área de el entretenimiento y los juegos de azar, estaba decidido a incursionar en la industria hotelera.

El hombre se encontraba en su imponente oficina, rodeado de lujo y poder. Sentado frente a un elegante escritorio de roble oscuro, revisaba informes financieros mientras su mano derecha, Antonio, permanecía de pie frente a él, con una expresión seria en el rostro, esperando por las órdenes de su jefe.

- Antonio, necesito tu opinión sincera sobre esta posible sociedad con Sebastián Spencer. ¿Crees que es una jugada inteligente?

Antonio frunció el ceño, ponderando cuidadosamente sus palabras antes de responder.

-Señor Reyes, hay riesgos involucrados, eso es innegable. Pero la oportunidad de expandir horizontes y aumentar su influencia en el mercado es demasiado tentadora para ignorarla.

Luciano asintió, reconociendo la validez de los argumentos de Antonio.

-Entiendo lo que dices. Pero no podemos permitirnos cometer errores en este negocio. Necesito estar seguro de que esta asociación beneficiará a ambas partes.

Antes de que Antonio pudiera responder, el teléfono de Luciano sonó, interrumpiendo su conversación. Luciano levantó una ceja y tomó la llamada.

-Aquí Luciano Reyes, ¿Quién habla?- preguntó atendiendo la llamada entrante a su móvil.

Del otro lado de la línea, la voz de Nicolás, el amigo y socio de Sebastián, resonó con determinación.

-Buenas tardes señor Reyes- respondió Nicolás con seriedad- Soy el abogado del señor Spencer- explicó, Luciano alzó una ceja y ladeó la cabeza ante la sorpresiva llamada- he hablado con el señor Spencer y estamos de acuerdo en aceptar la sociedad propuesta por usted. ¿Podemos reunirnos para discutir los detalles?

Luciano sonrió satisfecho, sintiendo que las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar.

-Por supuesto. ¿Qué tal si nos encontramos mañana por la tarde? Discutiremos los términos y estableceremos un plan de acción- respondió, mientras que su asistente lo observaba con atención.

- Me parece muy bien, ¿Está de acuerdo en que la reunión sea en la oficina del señor Spencer?- indagó Nicolas, ante lo cuál Luciano aceptó y luego ambos colgaron, con la certeza de que un nuevo capítulo se estaba escribiendo en sus vidas profesionales.

Luciano se volvió hacia Antonio, con una chispa de emoción en sus ojos.

-Parece que finalmente estamos en el camino hacia la grandeza, Antonio. Prepárate, porque vamos a cambiar el juego en la industria hotelera.- dijo y luego le explicó a su asistente lo que ocurriría al día siguiente.

Capítulo 2

Al día siguiente la oficina de Sebastián Spencer estaba impregnada de un aura de anticipación mientras se preparaba para recibir a sus invitados. El sol de la tarde se filtraba a través de las ventanas, bañando el espacio con una luz cálida y acogedora. Sebastián estaba de pie junto a su escritorio, revisando los últimos detalles antes de la llegada de Luciano, Antonio y Nicolas.

Luciano Reyes, llegó acompañado por su mano derecha, Antonio, entró en la oficina con paso decidido. El hombre exudaba confianza y autoridad, mientras que Antonio lo seguía de cerca, con una expresión de seriedad en su rostro.

- Señor Reyes, señor García, bienvenidos. Gracias por venir- dijo el joven arquitecto estrechando la mano de cada uno de ellos al recibirlos.

Luciano asintió con cortesía, mientras observaba la oficina con interés, ya que sabía que el lugar en el que estaban había sido diseñado por el hombre con el que formaría una nueva sociedad.

-Es un placer estar aquí, Sebastián. Parece que tienes un lugar impresionante aquí- respondió el hombre cortezmente.

Sebastián sonrió, agradecido por el cumplido, y luego se volvió hacia Nicolás, quien había estado esperando junto a él.

-Nicolás, gracias por ayudar a organizar esta reunión- le dijo.

Nicolás asintió con una sonrisa, radiante de entusiasmo.

-Señor Reyes, tomen asiento por favor- dijo Sebastián indicándoles a sus invitados que se sentarán.

-Por favor, Sebastián. Dime solamente Luciano, creo que desde ahora nuestro trato deberá ser más personal- acotó Luciano. Sebastián asintió, conforme con lo que su nuevo socio decía.

Una vez que todos estuvieron cómodamente instalados, comenzaron a discutir los detalles de la sociedad propuesta.

-Entonces, ¿estamos todos de acuerdo en los términos del acuerdo?- preguntó Nicolás al empresario.

Luciano asintió con determinación.

-Sí, estamos listos para seguir adelante. Creo que tú, Sebastián deberías ser el encargado de supervisar y llevar adelante la obra. Confió en tu visión y habilidades para hacer de este proyecto un éxito- sugirió luego.

Sebastián asintió, sintiéndose honrado por la confianza depositada en él.

-Gracias, Luciano. Haré todo lo posible para cumplir con sus expectativas.

Nicolás intervino, agregando su apoyo al acuerdo.

-Sebastián es el arquitecto más talentoso que conozco. No tengo dudas de que este proyecto será un éxito bajo su liderazgo.

Con los detalles finalizados, el acuerdo sellado y firmado, Luciano, Antonio, Sebastián y Nicolás se estrecharon las manos, sintiendo la emoción de un nuevo comienzo en el horizonte.

-Espero con ansias lo que el futuro nos depara- comentó Luciano con sinceridad en su voz- Juntos, vamos a hacer cosas increíbles.

Con una sonrisa de determinación en sus rostros, los cuatro hombres se despidieron, listos para enfrentar los desafíos y las oportunidades que les esperaban en el camino hacia el éxito.

Antes de despedirse, Luciano sonrió con entusiasmo mientras proponía la idea de celebrar la nueva sociedad con una cena en su mansión.

-¿Qué les parece si nos reunimos en una cena el sábado próximo en mi mansión para celebrar nuestra nueva asociación?- preguntó Luciano a sus nuevos socios- Será una excelente oportunidad para conocernos mejor y hablar sobre los próximos pasos del proyecto. La haremos en mi casa, para compensar que hoy nos reunimos aquí.

Sebastián y Nicolás intercambiaron miradas de aprobación antes de aceptar la propuesta.

-¡Claro, Luciano! Será un placer. Apreciamos mucho tu hospitalidad- respondió Sebastián agradecido- Será un placer para nosotros.

Nicolas asintió, añadiendo su entusiasmo a la conversación.

-Estoy de acuerdo. Será genial tener la oportunidad de celebrar juntos, conocernos más y discutir nuestros planes para el futuro.

Después de acordar los detalles logísticos de la cena, los cuatro hombres se despidieron con una sensación de camaradería y anticipación.

-Perfecto. Nos vemos el sábado entonces. Estoy ansioso por compartir este momento con ustedes.

Sebastián y Nicolás se despidieron con una sonrisa, agradecidos por la oportunidad de trabajar juntos y emocionados por lo que el futuro les deparaba.

Luciano y Antonio, ambos salieron del edificio satisfechos de los buenos resultados obtenidos.

-¿Qué te pareció mi nuevo socio?- indagó Luciano, mientras subían al automóvil que los llevaría a la mansión Reyes.

-Bien- respondió Antonio, el hombre llevaba años al lado de Luciano, además de ser su mano derecha, era su amigo y confidente, el único que se atrevía a aconsejar y cuestionar al magnate- A pesar de ser joven parece ser muy centrado y responsable.

-Y debe serlo- reflexionó Luciano- si no lo fuera, dudo mucho que estuviera posicionado entre los mejores cinco arquitectos del país.

-Así es- agregó Antonio y dándole la orden de arrancar el vehículo partieron con rumbo a la mansión donde se haría la cena para festejar la nueva sociedad.

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