Capítulo 1
“Maktub, estaba escrito. quiere transmitir que el destino es el encargado de fijar todo lo que nos pasa.
Si una cosa sucede de una manera determinada y no de otra, es porque así está escrito.
Nada sucede por casualidad, todo sigue un plan aunque a primera vista no seamos conscientes de ello.
En otras palabras, lo que está destinado a suceder siempre encontrará una forma única para manifestarse. Esta es, sin duda, la esencia de Maktub.”
^^^ Mohamed Rashid^^^
Mahtob leía los escritos de su padre, mientras que se preparaba para una cirugía muy importante y complicada para ella. Aunque tenía años trabajando en su profesión, había ciertos casos que le dejaban con el corazón oprimido. Sobre todo cuando se trataba de pacientes pequeños, niños. Nuestra querida Mahtob siguió especializándose, hasta que se recibió de oncóloga.
—¿Se puede Doctora Rashid?.—preguntó Tono
—Pase doctor Bremen.—respondió Mahtob
—¿Qué haces?.—preguntó Tono
—Leía los escritos de mi padre.—respondió ella
—El que me envió a mí fue demasiado inspirador.—decía Tono
—Necesitaba leerlo, hoy haré la cirugía, si todo sale bien la pequeña Anna podrá recuperarse, llevar una vida normal.—dijo Mahtob
—Así será Doctora Rashid, sus manos son mágicas. Lo más difícil ya lo logramos, que sus padres aceptarán que quitemos su riñón sano junto con el tumor.—decía Tono
—Fue complicado, era perder un riñón sano o perder la vida. Bien estoy lista.—dijo Mahtob
—Por cierto Emir me llamó, quiere que vaya con él a Irak para hacer las cirugías gratuitas para las personas con problemas de visión.—le contaba Tono sus planes
—Mi Emir, tiene un corazón tan noble, pero ¿Por qué a Irak? Es una tierra demasiado peligrosa.—preguntó Mahtob
—Hay muchos niños y personas que han perdido la luz de sus ojos, además el gobierno no les da lo necesario para atenderse. Quiere ayudar a los más vulnerables.—respondió Tono
—No me puedo oponer, ustedes son los oftalmólogos, pero volverán pronto. ¿Verdad?.—preguntó Mahtob
—Si mamá de Emir, solo iremos a eso. La jovencita que sale con tu hijo, nos ayudó a hacer publicidad allá en Irak. Conoce a una de las mujeres que participan en el parlamento Iraquí.—respondió Tono
—Dice Emir que solo son amigos, me sorprende que Elisabetta conozca a alguien de esa tierra tan conflictiva. Ella es muy superficial y a mí no me engaña, lo hace solo para estar bien con Emir. Ellos son muy diferentes.—daba su opinión Mahtob
—Celos de mamá, pero cambiando de tema, sabes en ti encontré a la hermana que siempre soñé tener.—le decía Tono
—También te quiero Tono. Bien doctor tengo una cirugía que hacer, nos vemos después.—dijo Mahtob y salió rumbo al quirófano
El tiempo no deja de transcurrir, sus hijos crecieron y su matrimonio era estable. Pedro y Mahtob lograron equilibrar su vida familiar, profesional y marital. Mientras en casa.
—Papá, pensé que tardarían en regresar. ¿Dónde está Zeynep?.—preguntó Aysel mientras abrazaba a su padre
—Ella se fue directo a visitar a Samira y a tu tía Latifah, regrese porque quiero darle una sorpresa a tu madre hoy es nuestro aniversario.—respondió Pedro
—Mamá daba por hecho que no pasarías este aniversario con ella, se va poner contenta.—decía Aysel emocionada
—¿Dónde están tus hermanos?.—preguntó Pedro
—Emir está trabajando, y Khaled está aún dormido.—respondió Aysel temerosa
—A esta hora!—dijo Pedro molesto y subió a la habitación de su hijo, como siempre encerrado con llave. Pedro tocaba a su puerta, Aysel no le gustaba mentir así que no tuvo opción.
De todos sus hijos, Khaled era el que más problemas ocasionaba últimamente. No sabía que sucedía con el, o si era la ausencia de ambos lo que había provocado todo ese comportamiento. Khaled abrió y caminó de nuevo a la cama
—¿Qué pasa?.—preguntó Khaled molesto
—Deberías estar en la universidad, mira la hora que es y tú aquí viendo la vida pasar.—respondió Pedro
—Me desvele estudiando, además estoy a unos días de graduarme. Ya para tu intensidad.—decía Khaled
—A mi no me vas a hablar así, te recuerdo que soy tu padre.—exigía Pedro su respeto
—Ya perdón, pero ve como te pones. No fuera Emir porque no importa si el príncipe duerme todo el día.—decía Khaled
—No estamos hablando de tu hermano, estamos hablando de ti. Aunque te vayas a graduar, tus calificaciones no son las mejores. Aunque viajo mucho por los negocios estoy al pendiente de ti.—le explicaba Pedro
—Para ser abogado no necesito las mejores notas, pero en fin. Créeme mamá ya me dio la misma cátedra, ahora puedes dejarme dormir. Gracias.—respondió Khaled
—Tu y yo hablaremos sobre tu comportamiento, entendiste.—le advirtió Pedro y salió de la habitación azotando la puerta
—Ay qué genio.—expresó Khaled y siguió durmiendo
Más tarde llegó Zeynep traía el regalo de aniversario para sus padres, ella era la mano derecha de Pedro, vicepresidenta en el grupo Ruiz Velasco. Una de las solteras más codiciadas en Milán
—Khaled, ¿tú agarraste mi coche sin permiso?.—preguntó Zeynep
—No, debió haber sido Aysel.—respondió
—Entonces me puedes explicar de quién es esta tanga, yo que recuerde Aysel tiene su novio. No creo que Renzo use encaje rojo, esta vez te cubriré. Pero que no se vuelva a repetir.—decía Zeynep
—Eres la mejor, ya suficiente tengo con el regaño de papá.—dijo Khaled
—El solo quiere lo mejor para ti, me enteré que últimamente te la pasas de fiesta. Tú no eras así, ¿Qué está pasando?.—preguntó Zeynep
—Nada es que soy joven, y quiero disfrutar de la vida. Yo no soy el grandioso y perfecto, dios griego de Emir. Nuestros papás me hacen sentir esa diferencia.—respondió Khaled
—Eso no es verdad, ellos saben que los cuatro somos diferentes. Te aseguro que nos aman por igual, pero si también destruyes un coche, terminas en una riña y después vas a la cárcel por faltarle a la autoridad. Es normal que te exijan y te señalen lo que está mal. Les preocupas es todo.—le decía Zeynep
—Tu siempre sabes cómo hacernos sentir bien, para mí tú eres la mejor de nosotros cuatro.—le decía Khaled mientras la abrazaba
—Pronto viajaremos al cairo y como ya no vas a estar en la escuela, te propongo que viajes con nosotros. Aprende de los negocios de papá, piénsalo.—lo invitó Zeynep
—Lo pensaré, ¿me prestas tu coche?.—preguntó Khaled
—Si, pero que no se entere papá. Si manejas, no tomes. Le llamas a Adler para que te envíe a alguien para que te traiga de vuelta.—respondió Zeynep
Ella cuidaba a sus hermanos, incluido a Emir. Sobre todo cuidaba a sus padres, Zeynep había organizado la cena de aniversario. Mientras tanto Emir, llegaba a buscar a su mamá para regresar juntos a casa.
—Tío Tono ¿y mamá?.—preguntó Emir
—Esta en cirugía, todo se complicó. Se detuvo la intervención un momento para estabilizar a la pequeña.—respondió Tono
—Ya lleva más de seis horas, iré a decirle que la esperaré.—dijo Emir y fue al quirófano
Su madre estaba hablando con todo su equipo, para dar instrucciones de lo que seguía.
—¿Qué pasa mi príncipe?.—pregunto Mahtob
—Vine por ti para regresar a casa, pero Tono ya me dijo que todo se complicó.—respondió Emir
—Si, es que no vimos que entre el tumor y el riñón, estaba formándose uno más. Entonces se complicó la cirugía, estoy esperando el resultado de la biopsia.—le contaba Mahtob
—Entiendo, bueno te espero.—dijo Emir
—No mi amor, voy a tardar un poco más. Ve a casa y yo te veo después.—respondió Mahtob, Emir sabía de la sorpresa que tenían preparada para ella. Cómo se lo diría ahora, tal vez terminaba antes y llegaba a casa justo a tiempo. Decidió no arruinarlo.
—Está bien, me voy adelantando pero por favor no te tardes. Queremos hablar contigo los mellizos y yo, y pasar tiempo de calidad.—suplicaba Emir
—Haré todo lo posible, estoy tan orgullosa de ti mi príncipe.—le decía Mahtob
Ella volvió a entrar a cirugía, después de varias horas. Había logrado remover el tumor, ahora su pequeña paciente tendría una oportunidad de vida. Lavaba sus manos para después prescribir los cuidados y medicamentos post operatorios, ahí seguía Tono.
—¿Pensé que te habías ido con Emir?.—pregunto Mahtob
—Tuve una emergencia, me quedaré para cirugía. Ve a casa ya es muy tarde.—respondió Tono
—Emir se va a enojar, pero no podía solo irme. Bueno ahora sí me voy.—dijo Mahtob y se despidió de Tono
Después de varios minutos, el chofer llevó a casa a Mahtob. Al entrar quedó sorprendida por los regalos de aniversario que les habían dejado sus hijos y la mesa para dos puesta, todo lleno de sus lirios, se sintió culpable. Inmediatamente subió a su habitación. Ahí estaba Pedro, se quedó dormido esperándola para darle su sorpresa. Ella se acercó para acariciar su frente, jamás había faltado a un aniversario.
Emir se dio cuenta que su mamá, llegó demasiado tarde, si algo admiraba. Era el matrimonio de sus padres, él anhelaba encontrar a una mujer que llenara su días de amor y comprensión. La mayoría de las que se acercaban a él, solo les interesaba el dinero de su familia. Por eso se mantenía concentrado solo en su profesión, pero como todos su destino ya estaba escrito.
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Capítulo 2
⚠️En este capítulo, se tocarán temas sensibles sobre agresión, violencia y terrorismo. Racismo, etc. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️
En la ciudad sagrada de Kerbala al este de Bagda en Irak, vivía Ahmed Mubarak y su esposa Marjane, eran un matrimonio común. Tenían cuatro hijos el mayor era Jamal, y sus tres hijas consecutivas Amal, Kala y la pequeña Nayla. Su padre era un líder religioso Chíi y también formaba parte del parlamento en esa ciudad.
—Amal ¿Dónde está Kala?.—preguntó Marjane
—Esta acarreando agua del pozo madre.—respondió Amal
—Por Allah eso se lo dije temprano, si no se da prisa para que nos vayamos a la mezquita nos espera lo peor, su padre me advirtió, que no llegáramos tarde para el comienzo del Ashura. Si no pagaríamos las consecuencias.—decía Marjane(Maryan)
La Ashura es un rito que realizan millones de chiitas de todo el mundo en memoria del mártir Husein, nieto del profeta Mahoma, abatido ahí en kerbala. Es un día de duelo y una de sus más grandes celebraciones, otros musulmanes chií viajan en peregrinación para hacer los rituales.
—Kala dice madre que dejes eso que estás haciendo, para que ya nos vayamos.—decía Amal su hermana mayor
—Por el profeta, no encontraba la soga para poder sacar el agua del pozo, pero en fin. Vamos madre.—se disculpaba Kala
—Kala ¿crees que mi padre, vaya a enojarse porque llegamos tarde al Ashura?.—preguntó Nayla su hermana menor
—No le digas a madre, pero él se enoja por todo. No hay lugar para los errores en su vida, y siendo sincera todos somos imperfectos. Algún día tendrá que lidiar con la imperfección.—respondió Kala, mientras abrazaba a Nayla
—Si, me hubiera gustado que tuviéramos otro tipo de padre. Así como Abdalá el señor que vende especies, sus hijas son muy unidas a él. Toda las personas lo buscan y lo aprecian.—decía Nayla con cierta tristeza
—No le digas a nadie, pero a mi papá le falta humildad, para ser muy devoto se olvidó de esa parte esencial.—decía Kala
—Que no las vaya a escuchar madre o Jamal, no quiero volver a ver cómo te castigan.—expresó Amal
—Lo siento, no te preocupes por mi. Ya estoy acostumbrada, me gustaría aprender a guardar silencio, pero por algo Allah me dio una voz y también el valor.—respondió Kala, las tres hermanas se abrazaron mientras caminaban hasta la mezquita de imán Husein
Ese día había una enorme multitud reunida al pie de la mezquita, Nayla se acercó para tomar la mano de su madre y así abrirse paso para llegar hasta donde las esperaba Ahmed. Amal y Kala, se tomaron del brazo para no separarse ya que la multitud las jalaba hacia atrás.
Kala no perdía de vista a su madre y a su hermanita, y a su vez se aferraba a Amal. Era como ir en contra de la corriente de un río implacable, querían alcanzar a su madre.
—Mamá ese señor está temblando mucho y está como asustado, ¿se sentirá mal?.—preguntó Nayla, Marjane volteó a ver al hombre, sus ojos se clavaron en ella. de inmediato se dio cuenta que algo no estaba bien.
—La ilaha illa Allah (No hay más dioses ni deidades que un solo Dios).—gritó el hombre y activó una bomba que traía atada a su cuerpo, Marjane quiso proteger a su pequeña hija.
Kala a lo lejos vio lo que sucedía, tanto ella como Amal quedaron en shock. Todos los presentes corrían sin sentido, si había un suicida podría haber más. Estaban en medio de un ataque terrorista, Kala sin temor jaló a Amal y lucho para llegar hasta su madre y su hermana. Marjane y Nayla estaban heridas.
—Bismillahi -rahmani-rahim (En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso.) Ayúdenme, madre responde.—gritaba Amal
—Nayla, pequeña despierta.—decía Kala
De inmediato se acercó un militar para revisarla.
—La niña sigue con vida.—la levantó del suelo y corrió con ella para llevarla al puesto de atención médica, Kala se fue tras de él
—Mamá responde.—decía Amal al lado del cuerpo de su madre, se acercó un militar para verificar que estuviera con vida.
—Lo siento, está muerta.—le dijo el militar a Amal
—Nooo! Madre despierta.—gritaba Amal, su padre salió de la mezquita para buscarlas, se acercó hasta el lugar del atentado.
No podía creer lo que estaba observando, él se acercó hasta su hija, el militar le marcó el alto.
—Es mi esposa, soy Ahmed Mubarak.—dijo
—Lo siento señor no lo reconocí, lamento su pérdida.—respondió el soldado, él se acercó hasta Amal
—Amal, deja de llorar, no podemos rebelarnos a la voluntad de Allah.—le ordenó su padre
Junto a Marjan había veintisiete víctimas más de aquel terrorista, mientras tanto, a Nayla le daban los primeros auxilios, las quemaduras eran de importancia pero no graves, lo que les preocupaba era el daño por la onda expansiva. La trasladaron al hospital para una mejor evaluación.
Kala no podía creer todo lo que estaba sucediendo, si no se hubiera tardado en casa. Tal vez esto no les hubiera pasado. Se sentía culpable, olvidaba que todo está escrito. Más tarde Ahmed llegó hasta el hospital.
—¿Por qué no estaban con tu madre al momento del ataque?.—cuestionaba Ahmed furioso
—Estábamos detrás de ellas.—respondió Kala
—Ustedes siempre retrasando a su madre, no tengo dudas que ustedes fueron las causantes. Eres la desgracia de mi vida, Amal y tú lárguense no quiero verlas.—ordenaba Ahmed
—No, yo me quedo al lado de Nayla.—respondió Kala, Ahmed la abofeteó. Kala lo veía con mucho odio
—Vamos Kala, hay que obedecer.—decía Amal, su hermano Jamal las estaba esperando afuera para llevarlas a casa
Todo el camino iban en total seriedad, al llegar a casa Jamal no perdió oportunidad para hacerlas sentir peor.
—Espero que esto les sirva de lección, para que sean más obedientes. Por su irresponsabilidad mi madre está muerta.—les reprochaba Jamal
—Te equivocas, ella no quería asistir al Ashura porque no se sentía bien. Padre la obligó a ir.—respondió Kala
—Soy su hermano mayor y no deben responderme, así que yallah(váyanse).—ordenó Jamal
Pasaron los días, se llevó acabo el funeral de su madre. Nayla afortunadamente se recuperaba de sus lesiones, pero el golpe sufrido en su cabeza por la onda expansiva del explosivo, le había quitado la luz de sus ojos, el diagnóstico era que jamás volvería a ver.
—Te prometo hermanita, que yo siempre seré tus ojos.—decía Kala
Nayla le sonrió y se abrazó de ella, lo que más temía Kala era la vida que llevarían al lado de su padre.
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Capítulo 3
Mahtob despertó muy temprano, y preparo el desayuno para su esposo. No había justificación por haber faltado a su cena de aniversario.
—Buenos días madre.—saludo Emir, al parecer él ya había regresado de ir a correr como todas las mañanas
—Buen día mi príncipe, ¿gustas? hice suficiente torta española. O tal vez café o jugo.—le ofrecía Mahtob
—Huele delicioso, si me serviré un poco. Ha pasado mucho tiempo desde que te vi cocinar mamá.—dijo Emir
—Después de anoche, pensé que debería tomarme un descanso y llevarme a tu padre de viaje por el mundo.—le decía Mahtob
—Eso sería muy bueno, además mi padre tiene a Zeynep para hacerse cargo de todo. Yo quiero ir a pasar unos días a casa de mi abuelo Mohamed, después iré a Bagdad junto con Tono para hacer las cirugías para sus habitantes. Elisabetta me llamó ayer para decirme que ya hay más de cien personas inscritas.—le contaba Emir emocionado
—Es algo muy noble de tu parte hijo, pero es una tierra muy conflictiva y no quiero que algo te vaya a suceder. El cairo es un paseo en el parque a comparación de Irak, Irán e incluso Arabia Saudí. Sobre todo por los terroristas.—le explicaba Mahtob su preocupación
—Es por eso que quiero ayudar a esas personas, además Tono quiere hacer un censo para ver si hay personas que necesitan otro tipo de cirugías. Recuerda que él también es traumatólogo y podemos ayudar a todas las víctimas del terrorismo.—respondió Emir
—Yo también soy traumatóloga no lo olvides, está bien. Te prometo que un día volveré contigo a esa tierra y me ofreceré a ayudar a personas con algún tipo de Cáncer, pero mi prioridad ahorita es tu padre y tus hermanos.—dijo Mahtob mientras le servía jugo y café a Emir
—Eres la mejor madre del mundo.—dijo Emir y la abrazó para llenarla de sus besos. A pesar de los años, sus hijos no dejaban de expresarle su amor y viceversa
Mahtob subió la bandeja para despertar a Pedro, y que compartieran el desayuno juntos. Preparó la mesa que tenían en su habitación y fue a despertarlo con un dulce beso.
—Buenos días Habibi.—lo saludó Mahtob con una sonrisa
—Buenos días Cariño, me quedé dormido y no me di cuenta ¿a qué hora llegaste?.—le explicaba Pedro
—Era muy tarde, perdóname por no haber llegado. Tuve una cirugía muy complicada, además recuerdo que me avisaste que no vendrías a nuestro aniversario porque tenías un negocio que cerrar. Me mentiste, ahí tienes una tache.—decía Mahtob, el la abrazó y la llenó de besos
—Queríamos sorprenderte, pero nosotros fuimos los sorprendidos al ver que no llegaste. Zeynep organizó todo, ¿que huele tan rico?.—preguntó Pedro
—Te preparé tu comida favorita para disculparme, ¿desayunamos, si?.—pregunto Mahtob, el la abrazó y la llenaba de besos mientras caminaban a la mesa
—¿Cómo va todo en el hospital?.—preguntó Pedro
—Todo está bien, pero no hablemos de trabajo. Pensé que sería bueno pedir una licencia para que viajemos solos, después volver para estar con nuestros hijos.—respondió Mahtob
—Eso me agradaría bastante, pero será hasta que vuelva del Cairo. ¿Por qué no nos acompañas? Zeynep pensó en que nos lleváramos a los mellizos para que Khaled se comience involucrar en la empresa, y Aysel igual.—preguntó Pedro
—Si me gustaría, sirve de que voy a ver a mis padres. Sabes nuestro pequeño Khaled es un muchacho, por ser el más pequeño de nuestros hijos. Pienso que su comportamiento se debe a que quiere descubrir que lo apasiona, hay que darle oportunidad.—respondió Mahtob
—Cariño, lo que te voy a decir va ser difícil de asimilar. Pero Khaled, cada vez más me recuerda a mi propio padre. Además quiero que esté más cerca de mí, para observarlo. ¿Sabes quiénes son sus amigos?¿Que le gusta hacer?¿si tiene novia?.—preguntaba Pedro
—No, ya que no es de tener amigos. Lo que pensábamos que le gustaba hacer lo abandonó, novias pues no. Dice el que son sus amiguitas. Yo no entiendo nada de ese tipo de relaciones.—respondió Mahtob
—Es por eso que estoy preocupado, no quiero compararlo con los demás, me duele darme cuenta que no tiene un rumbo definido y es ahí donde me dolería que se perdiera.—expresaba Pedro su preocupación
—Te apoyaré y hoy mismo solicitaré mi licencia para estar cerca de él, en cuanto a Aysel has notado que cada día se parece más a mi adorada Refugio, tu madre.—expresó Mahtob
—Si ella es idéntica a mi madre, porque mi Zeynep se parece a ti.—decía Pedro
—Es una gran mujer, madura, responsable y me ha ayudado bastante con sus hermanos. Es la única que mantiene una relación sana con Khaled, ella nos puede ayudar con el.—decía Mahtob
—Si, ella lo invitó al Cairo. Sé que le dará gusto a su hermana favorita.—dijo Pedro
—Emir, va a viajar al Cairo, quiere ir con mi padre. ¿Ya hablaste con él?.—pregunto Mahtob
—Sobre su viaje a Bagdad, si. No te preocupes. Enviaré a Fabio con ellos para que los proteja, me siento muy orgulloso de él.—respondió Pedro, de pronto recibió una llamada.—¿Si diga?.—contesto.—¿Que? ¿cuando?, salgo de inmediato para allá.—respondió Pedro y colgó
—¿Qué sucede Habibi?.—pregunto Mahtob
—Hablando de Khaled, está en prisión de nuevo. Otra riña.—respondió Pedro
—Vamos Habibi te acompaño.—dijo Mahtob
Zeynep iba hacia su habitación, para darles los buenos días a ambos, cuando los vio salir juntos.
—¿Qué está pasando?.—preguntó Zeynep
—Khaled está otra vez en prisión.—respondió Pedro estaba furioso
—Los acompaño.—dijo Zeynep, salieron juntos a buscar a Khaled
Más tarde estaban en la jefatura de policía, esperando al abogado de la familia. Pedro estaba furioso ahí lo estaba esperando Javier
—Tranquilo Habibi.—decía Mahtob
—Espero que deje de hacer tantas estupideces, si no lo puedo sacar por ser fin de semana no me preocuparé por el.—dijo Pedro
—tal vez lo está haciendo para llamar la atención.—dijo Javier
—Javier, el siempre ha tenido mi atención.—respondió Pedro, ambos entraron a hablar con el fiscal en lo que llegaba el abogado
—Yo tuve la culpa, le presté mi coche para que saliera de fiesta.—dijo Zeynep
—No, nadie tiene la culpa, mi Khaled es muy impulsivo. Tu padre era igual cuando lo conocí, espero que nos permitan verlo.—decía Mahtob
Más tarde el abogado solicitó que Mahtob entrara a verlo, ella estaba ahí esperando para ver a su pequeño Khaled. Los dos se miraban
—¿Estás bien?.—preguntó Mahtob
—Si, bien.—respondió Khaled
—¿Necesitas algo? Te lo pregunto porque tal vez te quedes aquí todo el fin de semana.—pregunto Mahtob
—Estoy bien, ¿Qué haces aquí? No deberías estar al pendiente de tus niños enfermos, he estado bien sin ti.—le decía Khaled en forma de reproche
—Eso no es verdad. Nada en este mundo es más importante que tu mi pequeño Khaled.—hizo Mahtob un silencio y tomó su mano.—oye te sacaremos de aquí, tu padre lo arreglará.—le aseguraba su madre
—Te ofrezco una disculpa sincera por todas mis tonterías, gracias por haber venido mamá.—dijo Khaled
—Eres mi pequeño niño, y te amo.—le sonreía su madre y Khaled se sentía mal pero le gustaba tener a su madre con el.
Mahtob se daba cuenta que tenía que estar aún más con sus hijos de lo que ella suponía, su esposo tenía razón y algo sucedía con su pequeño hijo.
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