¡Cállate maldita! - Flap bofetada.
- ¡Porque me golpeas Martín! _ Entre llanto Cristina reclama.
- Porque te odio, eres una mujer fea y pobretona, me case contigo obligado por mi abuela y por su herencia, esa vieja decrépita me amenazó, si no me casaba contigo me desheredaba, ahora que esa vieja se murió. Nada me ata a ti.
- Lo dice con odio y repulsión, que a simple vista, él ve a Cristina con el ser más despreciable que existe en ese momento.
- ¡Pero Martin yo te amo! Tú prometiste amarme y respetarme, te entendí que viajarás mucho, por cuestión de trabajo y reuniones de la empresa, que si se extendió por un año, por eso no consumamos nuestro matrimonio, todo eso te entendí, no puedes hacerme eso Martín.
- Jajajajajaja. - Martin se ríe burlándose de Cristina.
- En realidad eres patética ¿crees que mis viajes solo eran por negocios? Jajajaja, te seré sincero, en realidad mis viajes eran para estar con mi verdadero y único amor, Vanesa tu mejor amiga, en realidad es mi novia y siempre lo ha sido, si no como crees que siempre viajaba dizque a visitar a su padre enfermo, en realidad siempre viajabamos juntos a pasarla rico en el extranjero.
********* NARRADOR
Con cada palabra, Cristiana recibía la más dolorosa puñalada al corazón y este se va desangrando lentamente, su apoderada le prometió una familia, un buen esposo, un techo donde vivir, comida, vestido, pero solo está consiguiendo, dolor, humillación, traición esto no se lo esperaba en la vida y no tenía a nadie para que le consuele.
- ¡Eso no puede ser cierto! _ Sollozos y llanto. - ¡Como me pudieron hacer esto, yo confiaba en ustedes!
_ ¡Ya cállate estúpida! - Slap bofetada.
_ Cristina cae al suelo, por el impacto de la bofetada propinada por Martin, se coge el pecho porque el dolor que siente ahí es más doloroso que la bofetada por su esposo.
Ella continúa tendida en el piso, llorando desconsoladamente por la traición de su esposo y la que consideraba su única amiga, pero si ella pensó que ahí acababa todo estaba muy equivocada.
_ ¡Hijo! ¡Hijo! - Ingresa Mirtha, madre de Martin a la casa. - Madre me encuentro en la sala._ contesta Martin, para hacerla saber dónde se encontraba.
_ Mirtha ingresa a la sala y ve tendida en el piso a Cristina en un mar de llanto, al observarla se da cuenta de que las mejillas de la joven están hinchadas.- Jajajajajajaja, sé nota hijo que le diste su merecido a esta basura de mujer, en realidad no sé que vio tu abuela en ella, pero al fin hoy terminaremos con este pequeño problema.
- Si mamá, en realidad ya no la soporto, pero trajiste lo que te pedí. - Claro hijo, como lo iba a olvidar.
_ Cristina mira con mucha tristeza, ya se imagina que documentos son.
_ Martin se acerca a Cristina, la coge del brazo tan fuerte que la hace gritar de dolor. - ¡Por favor suéltame me lastimas!
_ ¡Cállate basura! - Grita Mirtha se acerca a ella, le coge del cabello y le jala hacia atrás. - No te das cuenta de que ni tus propios padres te quisieron, por eso te abandonaron en un orfanato, agradece que mi hijo te dio un apellido ilustre, ¡Ja! Que creíste que haciéndote amiga de esa vieja decrépita y manipulando, para que te cases con mi hijo, asegurarías tu futuro ¡Firma el divorcio ahora mismo! Quiero a mi hijo libre de ti, huérfana de porquería.
- Mirtha grita, zarandeando y jalando fuertemente del cabello de Cristina, mientras que Martín festeja del dolor de su aún esposa, se acerca hasta su oído. - ¿Sabes por qué nunca tuve intimidad contigo? Bueno te lo digo ahora mismo, porque me das asco, jajaja.
- Por favor ya no me lastimen, está bien firmaré el divorcio y por fin te libras de mi Martín, por favor señora Mirtha suelte mi cabello.
- Así me gusta mugrienta, que seas obediente. - Mirtha zarandean fuerte del cabello de Cristina y la avienta con fuerza que provoca que se golpee el codo.
- Cristina entre lágrimas y muy lastimada, se levanta del piso, se acerca a la mesa donde están los papeles del divorcio coge el lapicero y plasma su firma en el documento.
- Martin y su madre, se sienten ya satisfechos, de su cometido. - No es necesario que te acerques en asuntos civiles con tu firma basta, para que mi hijo consiga su libertad y se case con una mujer digna de él. - Ambos salen fuera de la casa, tomando los documentos ya firmados.
- Cristina no lo podía creer, acepto la propuesta de la señora Luisa, para conseguir su independencia a la edad de dieciséis años y así poderse casar con Martín, una vez casados espero el lapso de un año para ser correspondida con amor.
Fue paciente y comprensible, para que él se sienta a gusto con ella, pensaba que no consumaban su matrimonio por falta de tiempo, por los problemas de la empresa, pero que recibió a cambio golpes, traición y humillación, por parte de su esposo, suegra y amiga.
Luego de recuperarse, tomar fuerza y sobre todo valor, sube por las escaleras y se dirige a su habitación, saca su maleta y lo llena solo de ropa que ella se lo compro con su dinero, se acerca a una repisa saca de un pequeño compartimento una pequeña caja fuerte, lo abre y acaricia con mucho cariño unas joyas preciosas, que son collares de diamantes y rubís, lo vuelve a cerrar y guarda en la maleta.
Se acerca a su cómoda, saca de su cartera una pequeña llave, que permite abrir un cajón de ahí saca un sobre lacrado y también guarda en la maleta.
* No pensé marcar nunca este número, pero ellos ganaron +++++
-V.O ¿Cristina eres tu?
- Sí, por favor ven a recogerme.
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Hola mis queridos lectores, gracias por todo su apoyo en mis novelas, está vez los entrego una nueva, no es de seres sobrenaturales pero es de romanticismo, espero que les guste y me apoyen con sus links.
CRISTINA GARCÍA VEGA
Hola soy Cristina, tengo diecisiete años, desde que tengo uso de razón he vivido en un orfanato, la madre superiora dice que yo llegue de días de nacida envuelta en una cobija celeste, estaba empapada por la fuerte lluvia que se produjo aquella noche.
Producto por la lluvia de esa noche y que llegue empapada, enferme de una fuerte neumonía, fui una niña débil y enfermiza, por tal motivo nadie me quiso adoptar, así fui creciendo todas las monjitas del orfanato me engreían y enseñaban mucho, a los cuatro años ya sabía leer y los números.
En dicho orfanato, había monjitas de todas partes del mundo, como italianas, francesas, rusas, americanas, asiáticas aunque ustedes no lo crean, todas ellas me enseñaron desde muy pequeña el idioma de su país y yo que era como una esponja andante capte muy rápidamente todos los idiomas.
Cuando estaba en primer año de preparatoria, Sor Inés quien era como una madre para mí, pide permiso a la madre superiora, para dar mi examen de admisión en la universidad virgen del Carmen, que es una de las más importantes de Canadá.
Así fue que gracias a mis madres de corazón, pude ingresar a la universidad para ser una gran profesional.
Pasa el tiempo y solo me falta un ciclo, para acabar mi carrera, yo tenía dieciséis años, ya el apoyo de la madre superiora era mínimo, había niños en el orfanato que lo necesitaban mucho no podía trabajar, porque era menor de edad, así que decidí independizarme y buscar empleo, para seguir solventando mis estudios.
No tenía a nadie a quien recurrir, para que me ayude con los trámites, no deseaba quitar a esos pequeños tanto la comida, ni el dormitorio, esos pequeños lo necesitan más que yo.
Un día, cuando estaba sentada en una de las bancas del jardín de la facultad, se me acerca la rectora y me pregunta que porque estaba triste y que me pasaba, no sé por qué le conté todo mi problema, ella me miró y me sonrió, me dijo que no me preocupe que ella lo solucionaba todo, que siguiera estudiando sin problemas.
Unos días después, gracias a la rectora, que resultó ser una bella persona, pude quedarme en los dormitorios universitarios, dos semanas después doña Luisa, así se llama la rectora, me entrega los documentos de mi independencia, ella me invita a su casa para celebrar, pero antes de todo ella me dice, que cuando me necesite yo debo de ayudarla sea como sea sin protestar.
Horas después, ya me encuentro ingresando de la mano de Luisa a su bella mansión, me presento a su nuera y nieto, quienes me miraron con mucho desagrado, pero eso no me importo porque quedé cautivada por unos hermosos ojos color miel.
Pasaron los meses, gracias a la rectora y todo el apoyo que obtuve de ella, culmine con honores mi carrera universitaria y con la pasantía y prácticas que obtuve trabajando en la misma universidad, tengo en mis manos mi título universitario.
Un día cuando Luisa me lleva a conocer una de sus empresas, me dice que me cobrará el favor del trato acordado y me pide que me case con su nieto, para que lo salve de una mala mujer, que solo busca su fortuna cuando ella fallezca, por mi parte acepte inmediato, ya que sentía atracción por su nieto.
Luisa me lleva a vivir a su mansión, para ir conociendo a su nieto, por mi parte estaba encantada con la idea de estar cerca a Martín, pero cuando él me veía reflejaba incomodidad de él y su madre que cada vez aprovechaba para insultarme.
Una semana después, se me presento una hermosa mujer que me dijo que se llamaba Vanesa, de inmediato se me hizo amiga mía, me contó que Martín es un buen amigo de ella de años y que se siente feliz que me case con él, esa misma noche celebramos nuestro compromiso y toda la familia estaba presente, lo que me sorprendió fue que Vanesa no esté presente, por ser amiga de años de mi futuro esposo.
Un mes después, me casé por lo civil con el hombre que me gustaba mucho, estaba por cumplir los diecisiete años, pero para mi mala suerte esa misma noche, lo llamaron de la sucursal de Vancouver, por unos problemas de traslado comercial.
Yo no me hice problemas por consumar nuestro matrimonio, no me sentía preparada aún para estar con un hombre, al fin tenemos toda una vida para estar juntos, sé que aún no me ama, sé que con mi amor y atención lograré enamorar a mi esposo.
Pasan los meses, al no tener a mi esposo cerca, porque se pasa viajando, mi abuela política me contacta con la gran escuela de diseños de modas, que es mi otra pasión, también me pudo relacionar con un gran financista que es considerado como un tenido tiburón, pero que al igual que Luisa es de muy avanzada edad, me ayudó a perfeccionar mis conocimientos y ser ruda con mis adversarios, así que no perdí mi tiempo al estar sola en casa.
Pero todo no puede ser color de rosa, mi amiga, mi mentora y abuela política, se encuentra en sus últimos momentos, no está su nieto, ni su querida nuera al parecer poco o mucho les importa, ella me entrega el sobre lacrado, me dice que en el sobre está mi salvoconducto que por si mi matrimonio fracasa, eso me dejó con un mal sabor de boca, al parecer ella está preocupada por mí, la abrazo y le digo que viaje en paz que es una gran mujer y que la amo mucho, esa misma noche fallece.
Un día después, en el velatorio y entierro de mi querida abuela política, no había rastro de familia alguna, doña Luisa fue velada en una recepción privada, que solo estábamos presentes sirvientes y la que le habla.
A Pesar de todo quise entender a mi esposo, me dije yo misma, es un hombre muy ocupado, la empresa necesita mucho de su atención, de mi suegra me di cuenta de que no quería ni un poquito a Doña Luisa.
Bueno le dimos el último a Dios a una gran mujer, que me ayudó mucho a terminar y cumplir mi sueño de ser una gran profesional.
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Un capítulo más de mis queridos lectores apoyen con sus link, que me ayudan a seguir escribiendo más de mis novelas.
******** CRISTINA
Hoy es mi cumpleaños número 18, Martin durante todo este tiempo, solo le puede ver en tres o cuatro oportunidades, las veces que venía a casa solo era para llevarse las joyas de Luisa, que le puedo decir, es el heredero, ni me mira, no muestra amor por mí.
Vanesa la que se convirtió en mi mejor amiga, viene algunas veces y me cuenta que su novio de tres años es muy atento y amoroso con ella, viajan a conocer muchos países.
No saben como me siento, cuando Vanesa me cuenta su vida amorosa, ella hace que un horrible sentimiento de envidia aparezca en mí, me gustaría que Martin sea atento y amoroso como lo es el novio de Vanesa, ella viaja mucho a visitar a su papá enfermo, es muy linda y buena amiga.
Estoy por culminar mis cursos de diseñadora de modas, en realidad solo me faltaba perfeccionar algunas cosas, porque en el orfanato estudie cuatro años de esa carrera, las más grandes escuelas de alta costura, llevaban a sus más destacadas maestras a dar clases de diseño y alta costura, es ahí donde me gustó y considere mi segunda pasión.
Estoy en la cocina preparando una rica comida para Martín, así siempre lo recibía las veces que venía a casa, hoy después de tres meses vendrá a casa para hablar conmigo de unos asuntos.
Termine de cocinar, arreglen la mesa con velas aromáticas, puse la cubeta con hielo y un rico vino tinto que sé que a él le gusta, me arregle con un lindo vestido color champán y zapatos con taco número cinco, para que se me vea bien, ahora me siento en la silla junto a la mesa para esperarlo, escucho que cierran la puerta y se acercan al comedor al verlo mi corazón salta de emoción.
Veo su rostro y es de enfado, al verlo me da miedo, su seño de su frente está fruncido y me mira con mucho odio, me pide que me levanté de la silla y le siga a la sala, ahí me insulta de todas las formas y calificativos, me golpea y me da la razón que porque nunca me tocó amorosamente, mi corazón me duele y siento mi dignidad por los suelos.
Minutos después de la agresión, llega su mamá, mi linda suegra que pensé que me ayudaría por ser mujer, pero estaba equivocada.
Solo había ido llevando los documentos de divorcio y para terminar con el maltrato que había iniciado su hijo, no lo podía creer ella siendo mujer, no me podía entender o ponerse en mi lugar, pero ella también me insulta y golpea.
Me siento decepcionada, ya no sé si algún día pueda confiar en alguien y amar de nuevo, la que creí que era mi amiga, me traicionó lo tenía todo planeado, siempre fue novia de Martin e incluso es su único amor, solo ella estaba cerca de mí para que Luisa no sospechara que ellos seguían juntos.
Me siento utilizada, estar divorciada a los dieciocho años no sé si sea algo normal, me case a días de cumplir los diecisiete años, era prácticamente una niña, jugando ser una mujer, si estoy se entera las monjitas del orfanato sería una vergüenza para la orden de las hermanas de la caridad.
En el Orfanato conocí a una buena amiga, ella es muy rebelde escapó del orfanato a la edad de catorce años de edad, yo siempre supe dónde estaba ella e incluso siempre me daba un tiempo y nos encontrábamos en las carreras de autos, de seguro se dirán, Cristina siempre de santurrona cuando era una rebelde sin causa, pues en algo tiene razón.
Siempre en la preparatoria me llamaban ratón de laboratorio y me ponían muchos apodos, cuando salía de la preparatoria, Noelia me esperaba afuera, de ahí me llevaba a las carreras de autos, luego dé dos horas de relax volvía al orfanato para seguir con mis obligaciones, me volví la número uno en carreras clandestinas, me llamaban la centella por la rápida que era, me gusta la adrenalina, pero ese es el secreto mejor guardado por ambas.
Bueno regresando a mi doloroso y fracasado matrimonio, retiro de mi escondite las joyas que me regaló Luisa y lo guardo en mi maleta y lo mismo hago con el sobre lacrado que no sé que contiene, ella me dijo que es mi salvoconducto, saco de una bolsa mi viejo celular y marco el número de Noelia, le jure que nunca mi matrimonio fracasaría y ahora lo estoy pidiendo ayuda, para que me saque de esta casa.
Para mi mala suerte, Noelia está fuera del país, así que no puede recogerme, así que me tocó deambular por las calles de Montreal, al cruzar por una avenida siento un fuerte impacto que me hace caer en él asfaltó, de ahí no recuerdo nada.
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