— Por qué me tengo que casar yo? Alina es la mayor, ella debería ser quien se case con ese hombre. — Sofía rogaba a su madre para que no la obligará a casarse con un demonio.
— Lo siento Sofía!, la decisión fue tomada!, tú serás quien se case con Adrik Ivanov y esa es nuestra última palabra.
La frialdad en los ojos de Mirian la madre de Sofía demostraba que no sentía ni la más mínima simpatía con su hija menor y es que Sofía estaba envuelta en un gran escándalo y la única manera de calmar los rumores era que ella se casara con una de las familias más imponentes del país, aunado a esto, la familia Gómez tenía una gran deuda con los Ivanov y a cambio de una de sus hijas el señor Fenor Ivanov prometió olvidar aquella afrenta.
— Mamá!, por favor no me hagan esto, yo les dije que no tuve nada que ver con ese muchacho, yo nunca me acosté con él, eso lo inventaron solo para perjudicar mi reputación.
— Ya te dije que te vas a casar con Adrik Ivanov y no hay vuelta atrás.
— Mamá el es mucho mayor que yo, mirame apenas tengo dieciocho años y aún no sé qué es enamorarse, no sé qué es ir al cine con alguien que me guste, por favor mamá liberarme de este compromiso.
— Ya deja de llorar!, arruinas tu maquillaje, Sabes que tu padre ya tomo su decisión y no hay vuelta de página, en solo unos minutos serás la señora Ivanov y se acabó la discusión.
Mirian salió de la habitación dejando a Sofía sola, la chica miró su reflejo en el espejo, no había dudas de que era una mujer muy hermosa, sus ojos eran azules, su cabello negro que en este momento estaba recogido en un elegante moño, su piel era blanca no era tan alta, apenas media aproximadamente uno setenta de altura, y aunque estaba vestida con el traje de novia más hermoso que jamás nadie vio, su mirada lucia apagada y triste, le era imposible dejar de llorar, pues los rumores sobre su futuro esposo no eran nada agradables, las personas decían que él era una hombre despiadado y cruel, algunos decían que había asesinado a varias personas, en específico a aquellas personas que se interponía en su camino, además él era mucho mayor que ella, ella apenas tenía dieciocho años, mientras que el ya pisaba los veintiocho años, Sofía estaba perdida en sus pensamientos cuando su mamá volvió a entrar a la habitación.
— Es hora de salir, el novio ya llegó!.
El miedo invadió el cuerpo se Sofía, ella no quería enfrentar su triste realidad, pero no tenía otra opción, si ella no se presentaba a la ceremonia su papá la asesinaba con sus propias manos y la familia Ivanov destruiría lo que quedara de ella, resignada Sofía salió al pasillo de aquel enorme salón, en su corazón solo sentía un gran odio, ella odiaba a los Ivanov, odiaba a su familia y su odio era más fuerte hacia el hombre que la esperaba en el altar.
— Te ves horrible!. — exclamó el novio.
— Vete al infierno!. — respondió Sofía.
— Pero tu vendrás conmigo!. — aseguro Adrik.
— Creo que ya estoy en él. — respondió Sofía.
El sacerdote hizo un ruido para llamar la atención de los dos novios, el sacerdote está cerca de ellos así que escucho a la perfección su conversación, pero al pobre hombre no le quedaba de otra que seguir con esa farsa, ya que Fedor Ivanov era más demonio que su hijo y había amenazado con destruir el orfanato si él se negaba a hospiciar la ceremonia.
La cara de Sofía era de funeral, para ella este momento era la muerte de todas sus ilusiones, de todos sus sueños, lo mismo era para Adrik, ya que el era un hombre libre que se metía con cuánta mujer se le atravesará, pero con la única que nunca pensó tener nada era con esa mocosa malcriada que tenía a su lado y que además se asumía que era una promiscua de lo peor.
Una vez terminada la ceremonia, el padre pidio al novio besar a la novia, Sofía rodó los ojos, gesto que a Adrik no le pareció, así que la tomo por la cintura sosteniéndola con tanta fuerza que ella no podía resistirse y la besó con tanta pasión que desde el lugar de donde se encontraban los invitados parecía que ambos estaban demostrando su gran amor. El beso duro más de lo que se esperaba y cuando al fin Adrik libero a Sofía, está lo miro con odió.
— Eres un animal, no sabes cuánto te odió!. —
La sonrisa en la cara de Adrik se hizo aún más grande, pues para el las palabras de una mocosa no valían nada.
— Está noche te demostrare cuanto puedes llegar a odiarme, mocosa impertinente.
Esas palabras dejaron congelada a Sofía, ella no había querido pensar en la noche de bodas, ella no quería imaginar que semejante bestia la tocará, ella no había imaginado su primera vez de esa manera, las lágrimas se hicieron presentes de nuevo y el que la veía pensaba que eran lágrimas de felicidad.
Ya en la recepción, Sofía estaba muy intranquila, no quería tener a este hombre cerca de ella, sus nervios eran más que evidentes.
— Es hora del primer baile de casados del señor Ivanov y su señora esposa. — Anunció el cantante principal de la banda que estaba tocando en la recepción.
Adrik se levantó como todo un caballero y extendió su mano hacia Sofía, ella solo quería salir corriendo de este lugar, pero al ver la mirada oscura del que ahora era su esposo no le quedó de otra que aceptar bailar con él.
Los dos se dirigieron a la pista de baile, Adrik tomo a Sofía por la cintura y la pego a él, Sofía puso su mano alrededor de su cuello y la otra mano tomo la de mano libre de Adrik, este al ver su reacción esbozo una sonrisa siniestra, la música empezó a sonar y ambos se movían al ritmo de la música, bueno Sofía intentaba hacerlo lo mejor que podía, pero el miedo no la dejaba.
— Para todo eres así de rígida?. — pregunto Adrik haciendo sonrojar a Sofía.
— Mejor no me hable, solo bailemos y ya. — respondió Sofía temblando en los brazos de su esposo.
— Si sigues temblando así, no voy a aguantar y te llevaré de este lugar a nuestra luna de miel, sabes que me estás excitando con esa actitud.
Las palabras de Adrik hicieron que Sofía se pusiera más tensa, ella anhelaba que alguien llegará y la rescatará de las garras de este demonio, pero eso era un sueño imposible, ya que ella nunca tuvo amigos y después de que su hermana Alina arruinara su reputación todos sus conocidos se alejaron de ella, el baile al fin termino y los novios volvieron a su mesa, la hora de salir a la luna de miel estaba más cerca a cada segundo que pasaba y los nervios de Sofía crecían con cada segundo.
— Por qué tan seria?. — pregunto Adrik.
— Por favor no me obligué a estar con usted. — suplico Sofía.
— Eres mi propiedad por tanto puedo hacer contigo lo que me dé la gana.
— No soy su propiedad, yo...
— Querida tu familia te vendió a mi y por tanto eres mía, así que ya no sigas con esa actitud porque si mi papá se fastidia de tu cara de funeral acabaría con esta farsa y tu familia sufriría las consecuencias.
Sofía no tuvo otra opción que aceptar su destino, así que tomo una copa de champagne que un mesero le ofreció y se la tomo de un solo trago y así siguió tomando hasta que ya no estaba en sus cinco sentidos.
— Ya nos vamos! — dijo Adrik molesto.
— Pero por qué? Si apenas es que empiezo a divertirme.
Adrik no cruzo más palabras con Sofía, el simple la agarró de la mano y la saco del salón, frente a la mirada de asombro de los invitados.
— Disculpen a los muchachos, creo que ya no aguantaron más las ganas de estar solos. — dijo en forma de broma Fedor Ivanov.
Mientras tanto, Adrik obligó a Sofía a subir en su auto.
— Vamos al hotel. — dijo Adrik a su chófer.
Este solo asintió con la cabeza, mientras que Sofía estaba aterrada frente a la idea de estar a solas con ese hombre, tenía miedo de lo que iba a pasar en ese hotel y lo peor era que no podía llorar porque su esposo le advirtió que si seguía llorando la noche sería mucho peor para ella, al llegar al hotel los esposos fueron directamente a la habitación VIP, los nervios de la muchacha eran muy notorios, pero a el hombre a su lado le daban igual, una vez llegaron a la habitación, Adrik le pidió que fuera a asearse, para él la limpieza era lo más importante y no estaría con una mujer que sudo mientras bailaba.
Sofía entró al baño y cerró la puerta con seguro, como pudo se quitó el vestido de novia y se metió en la regadera, ya no pudo aguantar más y empezó a llorar desconsoladamente, media hora después sintió que tocaban la puerta con brusquedad.
— Acaso piensas vivir ahí? — grito el hombre desde afuera.
La muchacha cerró la llave del agua y se resignó a su mxxxxxx destino, salió cubriendo su cuerpo con la bata de baño, sin una gota de maquillaje y con su cabello aún húmedo, era un espectáculo a la vista de un depredador como Adrik Ivanov.
— Estuviste llorando de nuevo!. — comento el hombre.
— Será la última vez que llore. — respondió la muchacha cabizbaja.
— Déjame verte bien. — respondió el hombre levantando su barbilla con su dedo índice.
Adrik admiró cada detalle de Sofía, ahora que la veía sin maquillaje, podía admirar aún más su belleza, por unos segundos se quedó mirando el azul de sus ojos, ojos que eran cautivadores y que le transmitieron un sentimiento que él nunca antes había sentido.
— Ponte algo seco y vete a dormir, mañana nuestro vuelo sale a primera hora. — ordeno el hombre con brusquedad.
Sofía estaba confundida, ella pensó que esa noche perdería su virginidad en manos de este demonio, pero no fue así, ella obedeció y busco algo de ropa entre sus cosas, se puso lo más cubierta que pudo y se fue a dormir, mientras Adrik entro al baño y bajo la regadera intento suprimir sus impulsos, ella era su esposa, así que podía hacer con ella lo que quisiera, pero al ver sus ojos, solo vio inocencia en ellos y eso lo tenía confundido, después de una hora, Adrik salió del baño encontrándose con Sofía dormida, ella no era de buen dormir y siempre terminaba sin sábanas cubriendo su cuerpo y aunque la pijama que llevaba puesta era bastante larga al ella moverse tanto dejo al descubierto su muy bien formada retaguardia, Adrik miró la esbelta figura ante sus ojos y el deseo volvió a aparecer en él, no entendía como una simple mocosa podía desperté aquel deseo en él. El hombre salió de la habitación lo más rápido que pudo y sin ser visto llegó a su auto, llamo a una de sus amantes y la cito en su antiguo apartamento de soltero, paso la noche con aquella mujer y cuando eran casi las seis de la mañana regreso al hotel, tan silencioso como había salido, al entrar en la habitación se dio cuenta de que su esposa no estaba en la cama, se asustó pues pensó que la muchacha había escapado, así que se apresuró en ir al baño y para su sorpresa en este se encontraba Sofía de espalda a la puerta bañándose, aquella escena fue cautivadora despertando en el de nuevo el deseo, está vez ya no pudo resistir más así que entró al baño con ella y se metió en la regadera aún con su ropa puesta, Sofía al sentir que alguien la abrazaba por la espalda se tensó y su respiración prácticamente desapareció, el corazón se le quería salir y pensó en como pudo ser tan estúpida de dejar la puerta del baño abierta.
— No te muevas, solo quiero tenerte cerca unos minutos. — dijo Adrik mientras recorría con sus manos el esbelto cuerpo de Sofía.
Unas lágrimas descuidadas salieron de sus ojos fundiéndose con el agua que caía sobre ella, con sus ojos cerrados dejo que su esposo recorriera todo su cuerpo y la besarla en lugares inimaginables, ella pensó que no había escapatoria para este infierno.
Después de una sesión de besos en la regadera Adrik se separó de ella imaginando a todos aquellos hombres haciéndole lo mismo que él estaba haciendo, se llenó de ira y de asco y le ordeno que saliera del baño, Sofía sin dudarlo salió corriendo de aquel lugar, mientras que él terminaba de bañarse, al salir encontró a Sofía luciendo un traje blanco que marcaba muy bien su figura, su cabello estaba suelto cayendo en ondas y su maquillaje era muy ligero, parecía un ángel, Adrik sonrió al ver lo hermosa que era su esposa.
Estando ya en la recepción, Adrik recibo una llamada y se apartó de Sofía para contestar, la muchacha estaba presenciando una escena de lo más injusta, vio a un pequeño corriendo en el vestíbulo, ella sonrió al verlo tan feliz, pero el niño por descuidado tropezó con un viejo gordo y con aires de superioridad, ese sujeto empezó a gritar al pequeño, el niño estaba asustado y su madre no aparecía por ningún lado, al ver que el tipo le levantó la mano al niño Sofía se apresuró a llegar hasta ellos.
— No se le ocurra tocar a ese niño!. — el grito de Lucía llamo la atención de los presentes incluido su esposo.
— Ah, con tú eres la mamá de este mocoso insolente!, pero como va a tener modales si mírate eres una niña desvergonzada que tuvo un hijo a muy temprana edad, pero si tus padres no te enseñaron respeto, lo haré yo y así sabrás cómo educar a un mocoso insolente como este.
El hombre levantó la mano para golpear a Sofía, ella cerró los ojos esperando un golpe que nunca llegó.
— Osas regañar a mi mujer y levantarle la mano!. — la voz fría de Adrik resonó en los oídos de Sofía.
— Lo siento señor Ivanov, no sabía que la dama era su esposa. — aclaro el hombre.
— Espero no volverte a ver en mi vida, porque si apareces frente a mí una vez más, acabaré con tu empresa!. — declaró fríamente Adrik.
— No volverá a verme señor.
El cobarde ese salió corriendo, mientras que Sofía consolaba al pequeño que lloraba aterrado.
— No te preocupes pequeño, ya el hombre malo se fue y nadie te lastimará, ahora busquemos a tu mamá, ok!.
El pequeño asintió con la cabeza y empezó a mirar por todos lados, Adrik no tenía tiempo para perder con esta situación así que envió a uno de sus hombres a buscar a la mamá de este pequeño, unos minutos después apareció la mamá del niño, resulta que el pequeño se había alejado de ella cuando está se descuidó buscando algo en su cartera, al volver la vista hacia su pequeño este ya no estaba a su lado, nunca pensó que el niño entrará al hotel.
Una vez terminada la situación, Adrik tomo la mano de Sofía y la saco de aquel hotel, el se había dado cuenta en como la miraban los hombres presentes en aquel lugar, su amabilidad y belleza deslumbraron a todos los que la veían y eso molesto en gran manera a Adrik, ya que sintió que todo era un plan de manipulación de la chica.
Ya en el auto Adrik le dijo al chófer que los llevará al aeropuerto, mientras tanto él hacia una llamada.
— Averigua quién es el hombre del vestíbulo y enséñale que no debe levantarle la mano a ninguna mujer y menos si esa mujer es mi mujer!.
Sofía volteó a verlo con incredulidad, como que su mujer!, pensó ella.
— No quiero que vuelvas a intervenir en una situación así, no es problema tuyo si la madre de ese niño es una descuidada que no sabe educar a su hijo. — ordeno Adrik.
— Pues lo siento, en eso es en lo único que no le obedeceré, no puedo ver una injusticia y dejarla pasar como si nada. — respondió, enérgica Sofía.
— Bueno entonces la próxima vez no te defenderé. — contesto Adrik molesto.
— Tampoco pedí su ayuda.
Sofía se volteó a ver por la ventana del auto, estaba molesta por la actitud tomada por ese hombre sin corazón, además ella no necesitaba de su ayuda para defenderse de las bestias de ese círculo que por mala suerte le tocó conocer.
Al llegar al aeropuerto no espero a que nadie le abriera la puerta del auto, ella sola se bajó dejando a su esposo con la boca abierta, eran ideas suyas o Sofía lo estaba retando, el chófer también quedó inmóvil ante la osadía de la mujer.
— Acaso esperas a que la puerta se abra sola!. — grito Adrik molesto.
— Lo siento señor!. — respondió el chófer bajando a toda prisa del auto.
Cuando Adrik bajo, las mujeres a su alrededor empezaron a mirar la belleza inigualable de aquel hombre y no era para menos, Adrik es un hombre alto de ojos negros y cabello negro, su mirada trasmitía terror, pero al mismo tiempo transmitía ser un hombre muy apasionado en la cama aunado a eso su muy bien trabajado cuerpo que se marcaba a través de su traje de diseñador lo hacía lucir muy varonil, la única que no se daba cuenta de eso era Sofía que solo pensaba en el día de ser libre y poder irse lo más lejos que se pudiera de él.
— Espero que sea la última vez que te bajes del auto sin mi consentimiento. — dijo Adrik mirándola fijamente a los ojos.
Sofía quedó confundida con las palabras de Adrik, para ella era normal hacer esas cosas pues no le veía lo malo.
Una vez en el avión, la muchacha empezó de nuevo a sudar y sus nervios eran muy evidentes.
— Ahora que te pasa?. — pregunto Adrik calmado.
— Nada!. — respondió ella.
Realmente a Sofía le daba miedo volar, está era una de sus fobias, pero al saber que Adrik no le daría importancia a sus miedos prefirió no decirle nada, así que solo optó por ponerse el cinturón de seguridad y rezar para que esté aparato no cayera al suelo.
Ellos eran los únicos pasajeros en el avión, ya que este era el avión privado de los Ivanov, las azafatas le ofrecieron bebidas a Sofía la cual recibió con gusto, ella pensaba que si estaba ebria no sentiría tanto terror.
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