Estar presente dentro de las juntas directivas era algo que de los dos años que llevaba dentro de la empresa no habia presenciado. Cuando ingrese como encargada de diseño de interiores mi padre me habia estipulado que no iba a presenciarlas o participar en ellas hasta que mis capacidades no demostraran algún avance dentro de la empresa.
Por cierta parte, agradecía que mi padre manejara siempre esa parte con nosotras. A Kate le hizo lo mismo y hasta que no demostró que estuviera bien preparada no la dejo hacerse cargo del hotel que maneja. Actualmente, ver a mi hermana mayor y a mi madre apoyando a papa me hacia sentir muy orgullos a de ellas. Otra razón para poder apoyarlos.
Me observe en mi espejo, largo, buscando alguna imperfección en mi traje. Era la primera vez que iba y no podía dejar que nada lo arruinara. Mis manos sudaban mientras seguía alaciando mi saco con nerviosismo. Revise en le reloj la hora, y fue hasta que vi que era hora de salir.
Tomando mis formatos de trabajo, en los cuales pase quince días trabajando, mi bolso y lo demás necesario salir de mi habitación con una sonrisa. Hoy era el día, lo ansiaba con ganas profundas todo esto.
Por fin podía demostrar que de verdad era una West Miller.
Baje las escaleras y toda la casa como siempre estaba en completo silencio, al mismo tiempo Anastasia salía de la cocina y me saco su característica sonrisa, la que siempre me llenaba de calidez.
—¿Mi madre y Kate se han ido?
—Lo han hecho señorita, ¿Esta lista? — No me habia fijado que entre sus manos tenia un pequeño termo con lo que ya conocía, era te de frutos rojos. Siempre que estaba con los nervios Anastasia me daba una dosis de este delicioso te, y ella ,por lo que le habia contado, me esperaba para justo en estos momentos poder superar mi sudor y el temblor en mis manos.
—Estoy muy nerviosa Anastasia. Es la primera vez que mi padre y la demás junta directiva observe mis trabajos, espero impresionarlos.
Anastasia me sonrió mientras tomaba con rapidez el te. Este no estaba tan caliente por lo que me fue fácil digerirlo.
—No tiene por que señorita. Usted también heredo las cualidades y la inteligencia del señor West, así que no dude de usted, los va a impresionar.
Anastasia era lo que mas necesitaba en estos momentos. En las cuestiones mas desoladas que habia tenido con mi madre ella siempre me arropo y me trato como su hija, y claro que ella era como mi segunda madre.
—Esperemos Anastasia— le di el ultimo sorbo a la taza, Anastasia la recibió y de inmediato me coloque de nuevo mi bolsa y sujete con mayor fuerza mi teléfono y las llaves de mi coche. — Bueno me retiro, regresare en un rato.
—Lo va a lograr señorita. Se preparo mucho para esto. Todo saldrá bien.
Con un ultimo adiós salí de la casa hacia la parte izquierda donde estaba la enorme cochera y mi lindo, pequeño coche. Entre en este, deje mi bolsa en el otro asiento y encendí mi coche en lo que me colocaba el cinturón de seguridad. Dando una ultima exhalación emprendí rumbo a la empresa.
Todo va a salir bien Katy… lo harás.
.
.
.
A pesar de que tenia mas de siete meses desde la ultima vez que estuve aquí me parecía como si fuera la primera vez. La enorme torre que tenia las letras “ H . West Miller” me hacían sentir demasiado estresada. Hasta este punto sabia lo que conllevaba tener un puesto en una cadena de hoteles importante y no solo eso, sino también portar con un apellido que podía definir si de verdad eras una West Miller.
Entrando por el pasillo principal del hotel me di cuenta de que de verdad los cambios que me habían notificado estaban hechos y me enorgullecía bastante. Todo este trabajo era gracias a todos los que estábamos aquí.
Camine hasta donde estaban los elevadores, donde yacían un grupo de empleados que esperaban por el mismo. Todo estaba normal, y parecía que nadie me reconocía, y eso era buena señal. Odiaba la atención por lo que mezclarme como una empleada mas era lo mejor.
El elevador subió hasta el piso 17, uno donde solo yo baje y camine hasta un pasillo largo de color vino, que hacia resaltar la elegancia de este. Llegue hasta el lobby y de ahí el mundo de hombres masculinos, algo grandes ya estaban en la entrada de la sala donde mi padre hacia las reuniones. Era la junta directiva, por lo que los malditos sudores volvieron.
—¿Señorita West? — a mi lado, una mujer de unos cuarenta años, con su vestimenta negra me hizo girar.
—¿Elena? — esta asintió y me puso muy contenta volver a verla— ¡Por dios! Es un gusto seguir viéndote.
Elena era la secretaria de mi padre, una que desde hace seis años lo acompañaba. Ella era un claro ejemplo de perseverancia dentro de la empresa. Hace siete meses cuando me dieron el puesto Elena se habia acercado a felicitarme, por lo que verla me emocionaba mucho.
—Al contrario; el gusto es mío señorita, justo llega a tiempo. La junta directiva comenzara a pasar, así que adelante.
—Vaya, ¿Tan rápido? — observe mi teléfono y en efecto el tiempo habia corrido tan rápido que entre el conducir, llegar y subir hasta acá me habia comido el tiempo. ¡Mierda! —Bueno en ese caso, entrare.
—Por supuesto—Elena también empezó a caminar a mi lado hasta que llegamos a la enorme sala. Esta tenia los enorme ventanales que daban hacia la ciudad. En medio se encontraba una enorme mesa de madera y alrededor las sillas que nos esperaban para que tomáramos asiento.
Dentro de la sala, Kate y mi madre yacía sentadas en la parte frontal de la mesa, justo cerca del asiento de donde mi padre siempre tomaba asiento. Kate al verme se levanto y camino hasta mi con su elegancia que siempre la caracterizaba.
—Es bueno verte Katy, ¿Lista? — Kate estaba muy tranquila y a comparación mía, yo parecía una novata entre tanto gente de rango importante. — Papa te estaba buscando. Parecía loco hace unos segundos por no verte aun.
—Pero me ha visto en casa. No tendria que preocuparse.
—Lo se— Kate movió su pelo color rojo con elegancia— pero es la primera vez que te ve como parte de la junta directiva. Ansia tus avances.
—Espero y pueda hacerlo sentir orgulloso Kate.
—Lo harás hermanita— Kate me tomo del brazo, como casi siempre lo hacia desde que tengo uso de razón, hasta colocarme en el asiento que estaba a su lado, sin estar cerca de mi madre, la cual solo me dirigió una mirada y siguió con su teléfono.
Justo cuando iba a tomar asiento una mano fuerte pero suave se coloco en mi hombro derecho.
—¿Lista hermosa Katy?
Mi padre, Oliver West mas que ser uno de los hombres mas poderosos y millonarios del país, era el hombre y padre que mas amaba. Se coloco de tras de mi y de inmediato voltee a verlo justo con sus trajes impecables y de color azul marino. Lo veía en casa, no muy habitualmente, porque siempre estaba viajando, pero creo que para ambos no vernos en días era como años. Mucho mas que ahora mi madre y Kate vivían en ciudades diferentes por las mismas razones.
—Hola papa— de inmediato a mi padre, sin importarle quien estuviera me abrazo y me dejo un beso en mi cabeza. Aun recordaba que me trataba como su tesoro mas preciado— me da gusto verte de nuevo.
—Lo se— mi padre se separo y acomodó su traje sin dejar de verme—espere mucho tiempo para tenerte como empleada y parte de esta junta. Quiero ver a mi hija crecer.
—Lo harás papa, estoy lista.
—Esperare hija. — carraspeo un poco y regreso a su semblante como todo un West— de acuerdo, puedo ver que todos estamos aquí, así que por favor tomen asiento.
Todos tomamos asiento. Todos con normalidad mientras a mi me colemia el maldito nervio.
—Bueno como sabrán, los reuní porque hay cuestiones que discutir. Sabemos que con la nueva adquisición de Dubái y con los clientes incrementando y las expansiones aun están en el plan de este año sin embargo, antes de hablar de esto me gustaría conocer los avances que usted me han manejado hasta el día de hoy.
Los hombres robustos daban sus avances con bastante sencillos. Yo por mi parte decidí escribir los puntos mas críticos que ellos mencionaba y que aun estaba trabajando. Era de suma importancia porque mas que administrar las sedes del país, tal vez podía dejarme a cargo de lagunas que poseía en otros países. Fácilmente paso tiempo y no fue hasta que Kate dio sus puntos importantes, a lo que no fue muy complicado ya que ella como lo era, siempre mantenía el control.
—De acuerdo señorita Kate West— uno de los socios, que yacía sentado justo enfrente de mi acordó junto con los demás sobre las proyecciones de Kate y sus probabilidades de mejora. — agradecemos sus avances, nunca decepciona.
Mi hermana demasiado contenta se acomodo con mayor confianza en su silla mientras mi madre le daba palmadas en su hombro izquierdo.
—Presidente West— el mismo hombre que habia escuchado a Kate hablo hacia mi padre— puedo ver que alguien mas se suma a esta junta directiva, ¿Señorita Katy West Miller? — de inmediato todos los ojos se posaron en mi, y como lo mas tranquila me pude me enderece en mi asiento, ajustando mi saco.
—Un placer encontrarme con todos ustedes.
—Al contrario, para nosotros es un placer por fin tenerla entre nosotros. Si usted me lo permite señor West— el hombre, con nombre de Robert, se dirigió a mi padre— nos gustaría escuchar a la mas joven de su familia..
Mi padre y los demás me observaban, a lo que aclare mi voz y entable todo el trabajo que habia hecho en estos meses.
—Muchas gracias por su voto de voz, por lo que comenzare. En estos meses me he dedicado a supervisar cada una de las sedes que se me fueron estipuladas. Cada una tenia cuestiones que tenían que modificarse o de momento permanente ser sustituidas. Mi objetivo es que los clientes se sientan en confianza no solo con el servicio que les brindamos sino que sus instalaciones sean las adecuadas y que no presenten ningún riesgo de vida, o en otro caso que se generen quejas por daños que podemos solucionar de manera inmediata. En un resumen general y como se puede ver en las paginas 37 hasta la 60 las sedes ubicadas en Miami, Chicago, Nevada y Portland presentaban daños estructurales internos que nuestros clientes percibían en sus estadías, además de que la ultima supervisora no logro el cambio de colores que correspondía a la temporada, por lo que de manera municiona entablamos arreglar en todas las sucursales de manera simultanea los daños marcados en estas paginas con imágenes establecidas eso si, sin dañar la estadía de nuestros clientes.
A mi alrededor todos observaban las paginas mientras esperaba alguien dijera algo pero al no ver respuesta decidí continuar. —Los cambios de colores de temporada que nos caracterizan también se hicieron de manera simultanea en todas la áreas. Actualmente la única que esta en un 98% de ser finalizada es la Portland, la cual como ustedes sabrán, esta siendo remodelada de sus otros factores restantes.
De acuerdo, necesitaba un trago de agua. Seguía observando a mi alrededor. Los socios de papa pasaban las hojas y las examinaban de manera municiosa, incluyendo mi familia. Nadie decía nada, pero no sabia si interpretar el silencio como un punto a favor o en contra. En estos momentos mis meses de trabajo, de investigación en todas estas sedes que mi padre habían puesto a mi cargo, y los días y noches sin dormir tenían que rendir fruto.
—Señorita West, usted ha…
—¿Por qué las sedes de Phoenix y Nueva York no están dentro de tu atención?
A mi lado izquierdo, mi madre me dirigió la palabra desde que habia regresado de España, pero por el tono de voz, no era para alagar mi trabajo.
—No es que no estén dentro de mi atención madre. A mi se me estipularon solo cuatro sedes. Sedes en las que he trabajado lo suficiente para traer los avances necesarios. — Mi voz quería empezar a temblar, pero tome las respiraciones que pude para que esto no pasara.
La sala se convirtió en un lugar lleno de murmullos mientras mi madre y yo por fin nos veíamos a la cara. Ella movía entre su mano derecha una pluma que hacia girar entre sus dedos.
—Pero al parecer no has trabajado en las sedes que mayor atención requieren— Ella quito su mirada de mi y la dirigió hacia toda la sala. — Todos sabes que Phoenix y Nueva York son las sedes que mas grandes que nos sostienen y que por ninguna circunstancia deben de ser descuidadas. Ni por el mas mínimo detalle. ¿O es que me equivoco?
De nuevo los murmullo rondaban a lo que algunos de los hombres asintieron. — No podemos dejar de lado esto, independientemente de tu trabajo en las sedes, no es suficiente— mi madre cerro con fuerza la carpeta y la dejo de lado. Eso era todo por su parte.
—En ese caso señora Miller…— el hombre que interrumpió mi madre ahora no termino de hablar.
—Con todo el debido respeto madre— esta de inmediato me observo, al igual que mi padre que estaba con su ceño fruncido y Kate de la misma manera. — no es un descuido mío. Si desde un principio se me hubiera anunciado que esas sedes estaban a mi cargo, también estarían recibiendo la misma atención que les corresponde a cada una.
—¡Katy! — Kate a mi lado me jalo disimuladamente del brazo y me observo de mala manera.
—No es tu descuido, pero eres la responsable de interiores de nuestros hoteles, ¿Y dices que has hecho un gran trabajo Katy? — mi madre aferraba con mayor fuerza su pluma.
De inmediato sentí mi cuerpo entrar en una temperatura baja y un escalofrió recorrer mi cuerpo. ¿Por qué mi madre me hablaba así? ¿Acaso no veía el esfuerzo que estaba dando por ser una mejor hija?
—Lo he hecho y no quito el dedo del renglón. En este caso, si es tanto de tu molestia mi supuesta falta de atención, puedo asumir las dos sedes que mencionas a mi cargo.
Asombro y mas voces al fondo comentando sobre esto era lo que nos rodeaba. Yo estaba mas sorprendía por todo lo que estaba saliendo de mi boca porque desde nuestros conflictos nunca le habia contestado a mi madre y mucho menos frente a mas gente a nuestro alrededor.
Perdóname mama, pero tengo que defender mi trabajo.
—Con todo respeto señorita West, esas decisiones no las toma usted, sino su padre— El señor Robert ,tratando de tranquilizar la situación enfoco su vista a mi padre, quien ya sabia que estaba colado por el enojo que lo estaba consumiendo en estos momentos.
—En ese caso— hable de nuevo, con las fuerzas que no se de donde salían— padre, ya que escuchaste la sugerencia, ¿Puedes darnos una resolución?
El silencio total nos inundo unos cuantos minutos mientras mi padre tomaba una decisión. ¡Por dios! ¿Por qué mi madre habia hecho tal cosa? ¿Tanto era su desagrado por tenerme dentro de la empresa?
—En base a esto que acaba de ocurrir. — mi padre tomo una gran respiración— las sedes de Phoenix y Nueva York pasaran también a tu cargo Katy, pero con un anuncio— mis brazos temblaban y mis manos se aferraban a mis pantalones — cualquier rasgo de descuido, queja o situación que te incumba se te removerá del cargo de las mismas, ¿De acuerdo?
¿Pero que? ¿Cómo era posible que mi padre me dijera tales cosas? ¡Por dios! ¡ Mi esfuerzo de siete meses se habia ido a la basura solo por mi madre! ¿Por que era así conmigo?
Sabia perfectamente que no era le lugar ni el momento para gritar o reclamar, por lo que reacomode mi postura en lasilla y me encare mi padre.
—Lo acepto, con gusto.
—Perfecto— mi padre reajusto su saco y cerro la carpeta que estaba frente suya— con ese nuevo anuncio damos por terminada la junta de hoy. Les agradezco su atención y su tiempo para venir, pero si nos disculpan tenemos que reajustar este anuncio de manera familiar, por lo que les pido que salgan de la sala. De nuevo muchas gracias.
Los demás socios, con confusión salieron de la sala, poco a poco desocupándola hasta que quedamos nosotros cuatro y Elena, quien no se levanto bajo ninguna circunstancia.
—Elena, por favor déjanos solos, en un momento salgo y respondo las firmas que deje pendiente.
La misma se levanto rápido, pidiendo permiso para retirarse no sin antes dirigirme una mirada de angustia y de tristeza. La puerta se cerro y por fin solo nosotros nos encontrábamos.
Observe, de manera rápida, los rostros de mi familia, pero todos parecían estar avergonzados de esta situación.
—Katy, ¡Por dios! — mi padre se levanto de su silla y comenzó a caminar alrededor de la misma —¡Como te atreves a responderle así a tu madre! ¡Y mucho mas frente a toda la junta directiva! ¡Eso no es parte de nuestro linaje por favor!
¿Por qué todo tenia que ser malo para mi? ¡Por supuesto que no quería hacerlo! Pero no me iba a ser responsable de algo que ni siquiera me correspondía. Yo también trabajo aquí y no puedo dejar que el esfuerzo que me costo sacar los avances me los arruinara.
Kate solo mantenía su airada a su frente mientras que mi madre observaba a mi padre.
—No quise hacerlo y no creo que le haya hablado mal. Mama— de inmediato me volteo a ver y sol pude ver enojo en sus ojos. — no quise hablarte así, pero no puedes hacerme responsable de cuestiones que no me fueron asignadas, tu lo sabes y todos nosotros los sabemos. Esas sedes no estaban a mi cargo y si no es algo hasta que no se me de la orden, la ejecuto.
—¡Katy, por favor no lo complique mas! — Kate de inmediato se levanto y se puso a lado de mis padres— No debiste de responder así, hay otras maneras.
—¿Otras maneras? — de acuerdo, esto estaba colmando mi paciencia— ¿Humillando mi trabajo? ¿Haciéndome ver como la irresponsable de la familia? ¡No pude dormir hasta tener todos los arreglos que mencione, no podía descansar hasta que todas las sedes estuvieran en perfectas condiciones! ¿Y es así que me gano el esfuerzo? ¿Responsabilizándome de algo que ni siquiera estaba bajo mi cargo? ¡ Porque no los comprendo!
—Y no lo harás si sigues con esa actitud— desde que la observe por fin me estaba dando la mirada , totalmente hacia mi— Tu manera de hablarme dejo a tu padre, a tu hermana y a mi como lo malos de la familia, ¡Y eso no se puede repetir! ¿Tanto te gusta llevarnos la contraria Katy? ¿ Te agrada desobedecer nuestras opiniones?
—¡Por su puesto que no! — Me levante de mi silla con fuerza sin importarme que esta misma se estampara contra uno de los enormes ventanales— Al contrario seria para ustedes, ¿Tanto les desagrada mi rumbo de vida? ¡Por dios! No estudie lo que querían pero estoy aquí. ¡Para eso me prepare en mi carrera, para poder también ayudarlos! ¿Y siguen cargando con que no los obedecí? ¿Cuándo podrán dejarlo atrás?
Ninguno de los tres me observaba, no fue hasta que mi madre se levanto y sin decir mas tomo su bolso y salió de la sala de juntas, con Kate pisándole los talones. Conociéndola iba a tranquilizar a mi madre. Y era lo mas sensato. Ninguna de nosotros, por el momento podíamos estar en el mismo lugar.
—Ay dios— no habia sentido que mis manos temblaban y no fue hasta que las recargue en la mesa y me tome unas respiraciones.
—Katy, hija— mi padre mucho mas tranquilo se acerco hasta mi, pero de verdad que en estos momentos no podía dejar que me tranquilizara. — Entiéndenos por favor. No era el momento ni la manera hija.
—Por favor papa, tu tampoco por favor— me coloque frente a el y puede ver que ya se habia bajado el nudo de su corbata. —No lo voy a entender papa. ¡ Casi me amenazas frente a toda la junta! ¡Pusiste en el borde mi trabajo! ¿Y aun así vienes a pedirme que los entienda? Al contrario, ¡Mi madre no debió de decirme de algo que no me correspondía!
—Por favor hija. Tu madre solo quiere lo mejor para ti.
—¡No lo creo! Desde que decidí estudiar otra carrera, aunque fuera a trabajar con ustedes, no me habla, me ignora, ¿Y ahora tengo que soportar su trato en mi trabajo? ¿Tengo que solo responsabilizarme de cosas que no hice solo por ella?
Todo lo que llevaba dentro estaba saliendo, y aunque no quisiera hacerlo frente a estas circunstancias, no podía dejar que esto se me arruinara.
—Lo siento mucho papa, pero no puedo dejar que mi familia me haga esto. ¿Qué mas necesitan que haga? ¡Lo he hecho para que ustedes estén felices! ¿Qué mas quieren de mi?
No lograba captar mi vista y eso era porque mis lagrimas fluían con gran escape. Eran tantas que sabia que eran el resultado de todo el estrés y rechazo que llevaba acumulado. — si no sabes no importa— tome mis cosas y acomode mi bolso— le pediré disculpas a mi mama y no te preocupes, que esas sedes no saldrán de mi vista. Lo tendré bajo control.
—Katy…
—Nos vemos en casa. Regresa con cuidado.
Sin mas, limpiando mis mejillas abandone la sala de juntas, dejando escapar un poco del estrés que cargaba conmigo.
Habia aguantado tantos peros, a mi madre, las actitudes de mi propia sangre, pero en este momento y desde ahora tenia que ver por mi misma. Mis esfuerzos y la esperanza que aun quedaba en mi tenia que fortalecerme para poder salir adelante, si eso implicaba por dar la espalda a mi propia familia.
No comprendía como habia llegado a casa. En estos momento solo mi cabeza anhelaba un descanso y un borrón de este día. Tal vez la adrenalina que tenia por mi cuerpo, o mas bien el enojo que me llenaba era lo que me habia hecho olvidar como llegue sana a casa.
Hasta este momento, ¿Cómo era posible que todo esto hubiera sucedido? ¿De verdad mis decisiones llevaron a mi familia a esto? ¡Joder! En este punto ni mi puta consciencia quería saber si todo esto habia pasado.
Con mis cosas en mano y con la ayuda de uno de los empleados salí del coche y camine por el jardín hasta la puerta principal. A la puerta Anastasia ay estaba esperando pero al ver mi compleción facial su sonrisa disminuyo poco a poco.
—Anastasia he llegado, ¿Todo bien mientras estaba fuera?
—Señorita Katy, ¿Esta usted bien? ¿Cómo le fue en la junta? — ambas comenzamos a caminar hasta que llegamos a la sala central. Coloque mi bolso sobre uno de los sofás y me recargue sobre el mismo.
—No creo que la palabra fascinante lo describa Anastasia— respire profundamente y trate de contarle solo un poco de lo que habia pasado.
—Pero usted es increíble señorita Katy. A lo largo de este tiempo he visto mucha dedicación , esfuerzo en usted. No puede ser que algo que no le correspondía la haya puesto así. — Anastasia al ver mas mis nervios opto por llevarnos a la cocina y tomar asiento mientras ella me preparaba otra infusión. Ella sin duda me conocía bastante bien.
—Lo se perfectamente bien Anastasia. Tu lo ves, James lo ve, pero ¿Por qué mi propia familia no lo puede ver? He estado haciendo todo por estar apoyándolos, a pesar que trabajar en la empresa no era mi objetivo, pero soy su hija y menos a mi padre podía darle la espalda aunque el hubiera rechazado mi idea de estudiar otra carrera. Kate es mi hermana mayor, mi ejemplo y ella al igual que mi padre no me apoyo, pero después vio algo en mi que me motivo a terminar mi carrera y seguir adelante. Pero aun así me lo sigo preguntando Anastasia.
—Veamos señorita— Anastasia dejo la taza tibia, como a mi me gustaba, y se sentó en la silla que estaba a mi lado. — Se perfectamente la gran mujer que es. La he visto crecer y ser la alegría de esta enorme casa— de nuevo sonrió— He visto o dedicada y estudiosa que fue durante su carrera pero sobre todo lo fuerte y madura que ha sido al aguantar el rechazo de la señora Miller.
—Dios Anastasia, ¿Me quieres hacer llorar otra vez?
Anastasia negó mientras tomaba una de mis frías y temblorosas manos.
—Sabe que es lo menos que haría por usted señorita. Usted me ha tomado como si fuera de su familia y yo lo he hecho por usted. Pero tu pequeña— aferro mas mi mano con la suya— debes de empezar a ver por tu propio beneficio. Yo como madre que soy de tres hombres les he dado el apoyo a cada uno de ellos en sus buenas y malas decisiones, y como madre te digo que diferenciar un hijo de otro es lo peor que podemos hacer y que al contrario lo único que hacemos es dar un ejemplo sucio de lo que no debe de pasar en familia. No justifico las actitudes de la señora Miller, pero yo como madre jamás haría algo así con mis hijos.
—¿Entonces que debo hacer? — sentí mis ojos llenarse de lagrimas pero Anastasia me las limpio.
—Tu debes de ver por que te gusta, hacer lo que te agrada sin importar lo demás.
—Pero mi familia…
—Ellos no lo ven así, lo se. Pero al menos tu aun estas a tiempo de seguir tu rumbo. Si decides seguir en la empresa adelante, pero no dejes que la actitud de la señora Miller ni de nadie mas te ponga en este estado. Nunca.
Anastasia me soltó y me dio un abrazo que no sabia que deseaba en mucho tiempo. Sin madre y padre cerca por mucho tiempo no sabia que un abrazo era algo tan reconfortante y cálido que me hizo tranquilizarme.
—Hay ocasiones en que los problemas van a tardar en resolverse señorita, siempre. Pueden tomar un mes, un año o varios meses, pero siempre se resuelven. Asa que usted no pierda le fe señorita. Su madre la ama y a lo mejor solo necesita aclarar sus pensamientos. Tenga paciencia además, verla así créame que a ella tampoco le ayuda. Podemos ser madre y pelear con nuestros hijos pero sabes que por ustedes corre nuestra sangre y todo lo que les afecta, les lastima también nos afecta a nosotras.
—¿Regresamos a hablarnos de usted Anastasia?
—Siempre lo hare señorita.
—No se que decirte… Muchas gracias Anastasia. — y de verdad que se lo agradecía. No habia tenido una platica tan fluida, en donde al menos necesitara palabras de aliento a no rendirme y con Anastasia fue de la menos persona en la que creía que me ayudaría en estos momentos.
—Sabe que siempre voy a estar aquí, siempre.
Se levanto de la mesa dejándome tomar con mas tranquilidad mi infusión que estaba mas fría que tibia pero no me importaba, odiaba las bebidas calientes así que los cafés y tés fríos eran mi solución preferida.
Sin darme cuenta y no fue hasta que escuche tacones resonar por el pasillo supe que Kate y mi madre están de regreso. De inmediato voltee a ver y ambas venían con rostros tranquilos hablando entre ellas. Kate de inmediato al verme me sonrió mientras que mi madre se quedo en la puerta de la cocina.
—Katy, ¿Ya estas mas tranquila? —Kate se puo a mi lado sosteniendo mis hombros.
—Lo estoy Kate, gracias— de nuevo observe a mi madre quien después de unos segundos parecía estar buscando a Anastasia —¡Anastasia! Mi madre te llama, ¿Puedes venir de favor? — a los segundos Anastasia entro y siguió detrás de mi madre, quien le pidió ayuda a preparar sus cosas para mañana, dejándonos a Kate y a mi solas. — Sobre lo de la junta, ¿Mi madre te dijo algo?
Kate soltó mis hombros y de inmediato me permitió ver su rostro. De inmediato habia cambiado a cuando venia con mama.
—Solo esta algo… estresada, ¿Sabes? — Kate tomo asiento donde estaba Anastasia— el vuelo, las juntas, debes entenderla Katy. Además sabes que con mama hay que ser cautelosas.
—¿Hasta cuando Kate? — azote la taza sin darme cuenta y me levante de la silla, quedándome parada a la mitad de la cocina— llevo siendo cautelosa con ella desde empecé la carrera, ¡le he tolerado sus rechazos, todo! Y tu has visto todo lo que he intentado por no molestarla y al contrario , trata de hablar con ella.
—¡Lo se Katy! — mi hermana se levanto y me coloco frente a ella tomándome por los hombros. — Yo mas que nadie lo he visto. Se que has hecho mucho por nosotros, pero debes de esperar hermana. Mama aun no puede quitarse de la cabeza que alguien de nosotras no siguiera los pasos de ser encargadas generales en la empresa de papa. Sabes que ella solo esta de acuerdo si se hace lo que pida. Por mas que seamos sus hijas, cualquier cosa la saca de sus casillas— Kate no dejaba de verme y trataba de tranquilizarme— por eso era importante que no le contestaras a mama en la junta. Si con esto de no hablarte y le diste mas fuego a la leña, es mas complicado que hables con ella.
—¿O sea que tu también crees que hice mal? ¿Aceptar que mi madre me hablara así enfrente de todos? ¿Sobre todo si me echaba la culpa?
—Katy no empecemos otra vez…— Kate me soltó y puso su mano derecha sobre su frente— Es que ¡No debiste hacerlo! Nuestra madre, frente a la empresa, los socios , somos empleadas mas. Trabajamos para papa y sin importar el apellido debemos de hacer caso y si es necesario guardar silencio. ¿Cómo crees que pensaran los socios al ver que le contéstate a la vicepresidenta? ¡Esto afecta nuestra imagen, el apellido de la familia!
Ahí estaba la cuestión con los tres. Mi padre, madre y Kate no veían mas allá de la fortuna, el dinero y la fama que la empresa nos daba. Mandaban por un carajo el ser realmente una familia, y era por esa razón por la que no podía encajar.
—¿Es que acaso te escuchas Kate? — ¡Lo único que les interesa es el apellido y las apariencias! ¿Qué acaso nunca quisiste hacer algo mas aparte de trabajar en el negocio familiar? ¿vivir libre de todo esto?
—¡Oh vamos Katy! Ya no tienes quince años y pensar así. Eres una West Miller y hay que aprender a vivir con ello, así que por favor olvídate del hecho de aspirara a algo mas. Tienes que dejar en cosas fantásticas, ¡Entiéndelo!
¿Kate tampoco me apoyaba? ¿Tanto era su importancia por ser la mejor hija?
—Mas bien tu no tampoco vas a cambiar, ¿Cierto? — Kate me volteo a ver y no parecía nada contenta. — Mis padres de verdad que te inculcaron bien, ¿No?
—¡Katy!
—No puedes decirme que estoy mal cuando lo sabes perfectamente— tome mi teléfono y Salí de la cocina, pasando rápidamente por mis cosas y subí a mi habitación. Cuando entre solo aventé mis cosas hasta que me sentía mas tranquila.
En estos momentos no podía soltar mas lagrimas. Lo único que necesitaba era una ducha fría y talvez hablar con James. Si eso haría primero. Tome mi teléfono y marque su contacto de inmediato.
Un pitido…
Dos…
Buzón de voz, la llamada…
—James, te necesito…— de nuevo marque su numero pero me mandaba directo al buzón. No fue hasta la quinta llamada que respondió.
—¿Katy? — Al otro lado escuchaba muchas voces y poco silencio.
—¡James! Que bueno que respondes, ¿Estas muy ocupado?
—Bastante— las voces no bajaban al contrario; incrementaban pero era algo por lo que no debía preocuparme. Cuando James y yo comenzamos a salir y nos enfrentábamos a la relación a distancia prometimos disfrutar de esta etapa y de agrandar mas nuestra confianza. Nunca me habia considerado una mujer celosa y era algo que no corría por mis venas. Odiaba los celos y estar detrás de la gente esperando si estaban bien era aun peor. — ¿Necesitas algo?
—Necesitaba hablar contigo, con alguien… Hoy no fue un buen día.
—Mierda Katy, ¿Estas bien? Espera— tapo la bocina del teléfono y tardo algo como dos minutos en contestar de nuevo— Nena, ¿Crees que esto pueda ser para después? Estoy muy saturado de trabajo, ¿Si? — y sin mas corto la llamada sin dejarme decir algo mas.
¡Joder! ¿Por qué todos hoy justo me daban la espalda? Parecía que le maldito universo no quería que sacara el estrés que tenia. La única respuesta era mi ducha de agua helada y una siesta para descansar.
Necesitaría muchas fuerzas para avanzar con lo que me restaba de los avances.
No quería pensar mas cosas y nada de lo que habia pasado, por lo que me desvestí y tome mi ropa para irme a tomar una ducha pero mi teléfono vibro por lo que rápidamente me encamine hasta mi cama y abrí el mensaje de texto.
Papa.
Hora: 6:25 pm.
Hija, perdón por molestarte tan tarde. Solo quiero anunciarte que a partir de mañana te daré los documentos para las sedes de Phoenix y Nueva York, por lo que necesitare tu presencia para que los revises y tomemos esto de la mejor manera posible, por favor. Eres mi hija y se que lo harás, así que te espero mañana a las 10:00 am, ¿Si?
Si es el caso no contestes. Nos vemos mañana.
Descansa. Te quiero hija.
Bloquee la pantalla de mi teléfono. Mi padre confiaba en mi, en mi trabajo. Sabia de lo que era capaz por su patrimonio, pero no confiaba en mi como hija… Y eso era algo mas bajo dentro de mi familia.
Aun así, no podía dejarme caer. Si ellos me querían ver como una buena hija, a la altura de West Miller lo haría, pero tarde o temprano se darían cuenta de que como familia estamos en la mierda absoluta
.
.
.
.
—Señorita, ¿No necesita mas? — Anastasia, al igual que ayer me esperaba en la sala principal con mi termo lleno de infusión y una pequeña bolsa extra.
—No Anastasia, muchas gracias— tome mi termo y la bolsa pequeña de cartón—¿y esto? — la pequeña bolsita estaba perfectamente cerrada así que la acomode en mi bolso negro.
—Es raro que usted salte sus comidas, así que le empaque sus dos colaciones para que las pueda consumir en caso de que tenga hambre.
—Anastasia, de verdad muchas gracias por todo— y de verdad que la palabra para mi se quedaba chica a ella. Faltaran mas palabras para agradecerle con todo mi ser.
—Ya lo sabe señorita. No hay nada que agradecer, al contrario mejor salga y llegue con cuidado. Su padre la espera.
Mientras desayunaba le habia contado sobre el mensaje de mi padre, a lo que ella se entusiasmo mucho. Me dijo que era una oportunidad única y que era el momento de aprovecharla y mejorar para mi misma. No para ellos… Y la verdad es que tenia razón. Yo misma tengo que sentirme orgullosa sin importar lo que digan los demás, y eso debía hacer.
Tenia solo cuarenta minutos para llegar a la empresa, por lo que salí y al ver mi coche me subí en el para llegar lo mas temprano posible. Papa odiaba la impuntualidad justo lo que menos quería era hacerlo esperar.
.
.
.
—Elena, buenos días, ¿El señor West ya esta en su despacho? — Elena de inmediato quito sus ojos de la pantalla y me sonrió, levantándose y acompañándome hacia el pasillo que daba al despacho de mi padre.
—Lo esta señorita. De inmediato al verla llegar me indico que la pasara, así que sígame, por favor. Aun esta con un viejo amigo, pero aun así me dijo que lo pasara con usted. — caminábamos bastante tranquilas ya que el piso, que era el ultimo, no habia nadie caminando por aquí. Este piso era exclusivo para ejecutivos y socios de alto mando y solo que un empleado lo necesitara, por medio de mi padre, podría tener el acceso. — Me sorprende que llame a su padre por su apellido. Por lo general su herma y su madre lo llaman por su nombre.
—¿Eso no seria muy irrespetuoso?
—¿Por qué lo seria? Usted es su hija, tiene el derecho a llamarlo así. — seguíamos caminado, hasta que ella giro y la seguí. Ya tenia mas de un año sin venir al despacho, pero su piso parecía intacto.
—Lo tengo, pero siempre el me inculpo el respeto así que, en la empresa es el señor West Miller para mi.
Elena solo sonrió y se quedo parada frente a una puerta negra, al igual que las paredes. —Aquí es señorita— Elena toco la puerta. Se escucho la voz grave de mi padre y abrió la puerta hasta que lo vi en su despacho muy relajado, con alguien masculino sentado frente a el.
—Con permiso señor West, su hija esta aquí. — Elena me dio acceso y paso a su grande oficina. La recordaba justo cuando la ultima vez que estuve aquí. Por lo general mi padre no remodelaba su área de trabajo, por lo que las mismas paredes estaban ahí y sus repisas con libros, cuadro y fotos suyas con otros empresarios yacían acomodadas en las mismas áreas.
Mi padre al verme se levanto y con un sonrisa se acerco a saludarme— me alegro de verte hija. Ven, ya estábamos a punto de terminar, ¿O no Marcus?
—Ya estábamos en eso Oliver— el masculino que aun me daba la espalda se levanto de su asiento. De inmediato pude ver su alta figura y lo robusto que era. Tomo algo de la mesa de papa y no fue hasta que volteo por completo que pude admirarlo al cien porciento.
—Marcus, supongo que ya la abras visto en revistas y en mis fotos pero te la presento en persona. Ella es mi hija Katy West Miller, la mas joven y la encargada general de interiores de West Miller. Hija— aun con mi vista frente al hombre atractivo, maduro de ojos café miel que al igual que yo no dejaba de verme, lograba escuchar a mi papa— Te presento a Marcus Lee, un viejo amigo y gran socio de la empresa.
Esperen, ¿El era Marcus Lee? ¿El empresario mas grande de Dubái? Joder, ¡Hostias con los hombres maduros! Marcus Lee era uno de los empresarios mayor conocidos por no dejarse ver antes las cámaras. Prefería que su trabajo hablara por si solo y no solo su persona. Pero creo que podía ver el por que.
Sus fotos no eran tan notorias y a los eventos que asista pasaba desapercibido, así que tenerlo frente a mi, era bastante intimidante pero era algo que no molestaba.
—El gusto de por fin conocerla, señorita West— en su mano derecha traía su café, mientras que la mano izquierda fue la que me dio para el saludo— un placer, Marcus Lee.
Con algo de nervios, aun sin poder apartar mi mirada de la suya tome mi mano entre la suya y de inmediato sentí un calor recorrer por todo mi brazo. Su mano, venosa y grande cubría la mía de una manera tan suave que dejaba al mínimo descubierto mi mano.
—Yo, Katy West. Al contrario, el placer es mío.
Marcus fue el primero que soltó mi mano, lentamente, dejando un pequeño rastro de su tacto sobre la palma de mi mano.
—No te intimides hija. Marcus parece un demonio pero es el mejor socio y amigo de la familia. — mi padre se acerco a mi lado y tomo mi bolsa, dejándola sobre el asiento vacío.
—No es eso padre— sentía que mis mejillas se calentaban, por lo que sabia que estaba muy apenada por eso— solo que el señor Marcus es bastante determinante, igual que tu.
—Buena excusa para que tu padre y yo seamos amigos, ¿No señorita West? — Marcus volvió a hablar y hasta este momento me di cuenta que su tono de voz era muy grave y que de manera inigualable, compactaba perfectamente con el.
—Por favor solo Katy. Señorita West me hace sentir muy mayor.
Marcus sonrió, mostrando su dentadura perfecta— de acuerdo Katy, entonces— Marcus se acerco mas hacia mi— estaremos de acuerdo a que tu también me llames solo Marcus, ¿Esta bien? Señor Lee me haría sentir muy mayor.
Por dios, ¿Qué tenia este hombre? Su voz, su porte… No puedo pensar en eso. No debo…
No respondí y baje de inmediato mi vista de su presencia. Solo escuche una risa mas y supe que era de el.
—Bueno Oliver— Marcus acomodo su traje negro, impecable que le quedaba perfectamente bien, tomando aun mas su café en su mano. — te dejo con Katy. ¿Mañana a la misma hora?
—¡Oh si claro Marcus! — mi padre se separo y se dieron un rápido abrazo— mañana discutiremos los asuntos de Phoenix y Nueva York, lo cual seria grandioso para Katy.
—¿Perdón?
—Hija. Marcus Lee nos apoyara con los pendientes de las sedes centrales que tu madre marco en la junta. No tiene mucho tiempo pero un favor de amigos jamás se niega así que Marcus nos apoyara para que ambas sedes estén en orden.
—En ese caso Oliver, mañana tendré con ustedes mi plan y podremos revisarlo en conjunto, ¿Esta bien Katy?
De nuevo mi mirada se enfoco en el y su sonrisa llego hasta mi persona.
—Esta… bien— solo pude sonreír y Marcus respondió con una mucho mas fuerte.
—En ese caso, ansiare por ver tu gran potencial, Katy.
—Lo harás. Mi hija es muy buena en su trabajo— Marcus se despidió nuevamente de mi padre y abandono la sala tranquilamente con su porte que pensaba ya que siempre lo caracterizaba.
Mi padre tomo asiento y me dejo un momento a solas ya que habia entrado una llamada desde su celular, a lo que me senté mientras esperaba a que terminara la llamada.
Marcus Lee, ¿Quién diablos eres?
Sabia perfectamente que las decisiones de papa eran las mas efectivas, de ahí que nuestro apellido y los hoteles estén colocados como uno de los mejores del país y del mundo sin embargo, la decisión que habia tomado conmigo sentía que no era la ideal.
.
.
.
—¿Tu quieres que trabaje aquí? ¿En la empresa? — después de que Marcus abandonara la oficina de mi padre ambos nos sentamos a platicar a poner las cartas sobre la mesa para saber perfectamente lo que tenia que hacer bajo mi cargo. — Seria muy extraño, ¿Sabes?
En estos meses me habia acostumbrado perfectamente a trabajar desde casa. Para evitar problemas y por mis tiempos tener una simulación de una oficina en mi habitación me facilitaba las cosas además sabia que mi puesto no requería mi presencia diaria en la empresa, por lo que estaba perfectamente bien como estaba.
—No lo seria hija. — Mi padre tomo un bolígrafo de los tantos que tenia e hizo el mismo ademan que también mi madre hacia; girar la pluma entre sus dedos. —Con esta nueva decisión y al ser dos de las sedes mas importantes, tu trabajo requerirá mas supervisión y mas importancia. Es momento de que tomes un lugar en esta empresa y la manera mas efectiva es que te instales aquí.
—Pero mi madre y Kate…
—Ellas tienen que separar los asuntos familiares de lo laboral hija— seguía moviendo su pluma y también su silla, donde yacía sentado— además tu madre fue quien toco el asunto por lo que lo mas correcto, como presidente, es que tu presencia sea requerida con esta nueva decisión, por lo que no puede enojarse ni hacer nada, ni Kate.
Bueno eso era un punto. Mas carga de trabajo implicaba mayor espacio y mas manos para sacar esto adelante además de que mi padre tenia razón. Mama fue quien hablado y me hecho la basurita para que la asumiera, desafiando mi persona.
—Y con la presencia de Marcus, ambos podrán manejar esto de la mejor manera posible.
Otro tema en la mesa. Marcus Lee. El hombre de complexión intimidante y sumamente atractivo iba a ser mi compañero y supervisor de trabajo… Y eso era algo que no estaba dentro de lo estipulado.
—Entonces, ¿Cuándo estarás lista para instalarte?
—En cuanto me des la orden papa.
Mi padre asintió y de inmediato marco para que me dieran una oficina nueva…
.
.
.
Ahora, con todo acomodado, como lo habia pensado y visualizado me sentía demasiado cómoda porque sinceramente era algo que no veían a futuro. La “pequeña” oficina que habia pedido mi padre se habia convertido en una oficina sumamente grande, con un sofá, mesa, baño que no habia contemplado, pero lo suficiente grande para poder colocar mis cosas de trabajo y lo mas necesario para tener todo a la mano.
Era mi nueva burbuja. Y me gustaba como estaba tomando rumbo.
Observe el reloj, dando las diez de la mañana. Mi padre me habia dicho días atrás que Marcus esperaría pacientemente hasta que estuviera instalada y pudiera dar el siguiente paso, por lo que la cita de juntarnos y hablar sobre lo que haríamos se aplazo y pues bueno hoy era el día, por lo que Marcus no tardaría en llegar.
Ese hombre; Con un poco de información que de manera propia decidí recabar, Marcus Lee tenia 40 años exactamente, poseedor de una de las fortunas mas poderosas de Dubái y siendo catalogado como uno de los hombres mas poderosos del mismo además de que era conocido en el mundo de los negocios como un “ Come Tiburón” ya que todas las negociaciones, por mas mínimas que fueran las tomaba y las convertía en un éxito total.
Ahora trabajar de la mano de un hombre que no solo imponía físicamente sino económicamente era una suerte que no todos teníamos, mucho menos yo con todo lo que me rodeaba pero siempre, en mi mente, tenia que pensar positivo y que todo esto que estaba pasando eran puertas nuevas que el destino me estaba dando.
Se me estaba dando una oportunidad para mostrar mi talento y no podía dejar que nadie lo arruinara.
Tome mi termo, que Anastasia habia preparado como siempre, y tome un sorbo de este mientras escuchaba unos toques en mi puerta. Podía estar segura que era Marcus, por lo que me acomode en mi silla, esperando verlo entrar.
—Adelante— la puerta color café oscuro y de madera se abrió pero era mi padre quien entro y de inmediato cerro la misma. Oliver West era la persona mas meticulosa del mundo por lo que lo primero que me recibió fueron sus ojos observando mi nuevo espacio de trabajo. Verlo inspeccionar las fotos que habia decidido poner en las paredes le levantaron una ligera sonrisa y eso me dio una calidez inmediata. —Supongo que te gusta como quedo, ¿Verdad? — me levante, abotonando mi saco negro y camine con las manos atrás de mi espalda y ponerme hasta su lado. Ahora ambos observábamos un retrato familiar que habia tenido en mi cuarto por mucho tiempo y que habia decidido colocar en la pared central.
—Eres buena hija— Mi padre se acerco con mas claridad a la foto y la toco con delicadeza— los cuatro nos veíamos muy bien, ¿No?— Y tenia razón. A pesar de ya tener mas de seis años parecía que el tiempo no habia por nosotros.
—Lo se. Ese día mi mama estaba muy emocionada…
Mi padre siguió observando como habia acomodado mi despacho— Lo digo enserio, quedo bastante bien hija.
—Gracias, padre— con su aprobación me sentí un poco mas en confianza. Camine hasta mi silla y tome asiento mientras que mi padre tomaba lugar frente a mi. —¿Necesitabas algo padre? ¿Puedo ayudarte? Ya estoy cien porciento instalada.
Mi padre de inmediato frunció el ceño— ¿No puedo solo venir a ver a mi hija?
—Bueno es que… casi siempre me buscas por cosas el trabajo además, es muy raro verte libre. Casi nunca lo estas— y no era mentira. Juntas, viajes y demás citas inundaba su agenda por lo que venir ver a una de sus hijas era algo no muy común.
—Bueno en ese caso— mi padre levanto su comisura ligeramente. El no era de sonreír mucho— acéptalo porque lo tratare de hacer mas seguido, al igual que con Kate.
—Esta bien— sonreí en mi lugar— lo aceptare con gusto.
Ambos, después de mucho tiempo, nos sentíamos sin ninguna barrera. Solo papa e hija, y era de las mejores sanaciones que estaba mostrando hasta el momento.
—¿A que hora llegara Marcus hija?
—Yo creo que en unos minutos, quedamos a las once en punto— observe la pantalla de mi teléfono y en efecto, quedaban cinco minutos para que llegara.
—Esta bien— pensé que iba a levantarse, pero solo se acomodo en la pequeña silla— ¿Cómo te sientes de trabajar con el?
—¿Quieres la verdad? Estoy nerviosa si te soy sincera.
—Tranquila hija— mi padre colocó sus codos sobre mi mesa transparente— se que esta decisión fue repentina, y ahora que lo pienso con mas lógica, fue algo fuera de lugar lo que dijo tu madre, pero aun así piensa que esto es para ti, para tu conocimiento. Es una oportunidad única y sabes que siempre busco lo mejor para mi familia.
—Eso lo se de cabeza y es verdad. Es una oportunidad para mi. Tomar mas riendas sobre el asunto es algo que puedo ver si realmente esta a mi alcance.
—¡Oh! De eso no dudes hija. Mucho mas si Marcus acepto de inmediato es porque tienes el potencial. Además con lo que entregaste en la junta me doy cuenta de que es así, por lo que te pido que lo tomes como un desafío. Lo vas a sacar a flote.
Me quede observando a mi padre unos segundos y me di cuenta de que esta cercanía de verdad que pensé que estaba esfumada tanto con Kate como conmigo. Las palabras de aliento, su positivismo era justo que uno como hijo o hija necesitábamos cuando dudábamos de nuestras capacidades, era solo ese pequeño empujón que necesitábamos para poder sentir confianza en uno mismo.
—De verdad papa, que te agradezco tus palabras— tome su brazo izquierdo y ambos sonreímos, pero dejamos de hacerlo en cuanto la puerta de nuevo se abrió, esta vez sin esperar respuesta pero ya veía el porque. Mi madre entro como si nada a mi despacho, con su característico porte y con un rostro bastante neutro que no sabia descifrar como se encontraba.
Mi padre volteo y de inmediato se levanto acercándose a ella. Mi madre solo cerro la puerta y acepto el beso en la mejilla que mi papa habia dejado en su mejilla. — Cariño que bueno que viniste a ver a Katy.
Mi madre solo separo un poco de mi padre pero hasta este momento no me dirigía mirada ni palabra alguna. Solo veía mi espacio.
—No vine a eso Oliver, mas bien— sin permiso mío coloco su grande bolso en el sofá y se cruzo de brazos observando a mi padre muy contenta. —¿Cuándo pensabas decirme acerca de esto? ¿Por qué no me consultaste antes?
¿Hablaba de mi estadía aquí? Si ese era el caso, ¿Por qué parecía que estaba poniéndome la piedra en mi camino?
—Discúlpame Katherine— mi padre dio un paso atrás mientras yo seguía en mi lugar. No quiera que mi madre se enfadara mas conmigo pero ¿Por qué se ponía así? — pero creo que no es necesario que esto se consulte.
—¿Estas evadiendo mi cargo aquí Oliver? Porque te recuerdo que como vicepresidenta de esta empresa también tengo derecho de saber los movimientos de aquí y de lo que externa con esta empresa además, ¿Por qué tan rápido le diste una oficina? A Kate tardaste hasta un mes en habilitarle una oficina digna.
Ay no, era lo que menos quería. Odiaba las comparaciones entre Kate y yo y mi padre desde siempre lo habia inculcado entre nosotras sin embargo, con mi madre el caso era un poco más alejado ya que habia mostrado, casi siempre, un poco mas de atención hacia Kate pero no la culpo por ello; Kate siempre la obedecía y además con su gran similitud, era como verse ella misma pero mas pequeña.
—Te lo repito Katherine— el tono amable de mi padre se habia ido y habia regresado su voz grave, sus facciones suaves habían desaparecido— No era algo que ameritaba una decisión tuya además, ¿No fuiste tu quien saco la idea de que Katy asumiera mas responsabilidades?
Mi madre no respondió y seguía sin verme— Además la apresura a darle su oficina es porque trabajara de la mano de Marcus Lee— al mencionar el nombre mi madre abrió sus ojos— por lo que de inmediato opte por condicionarle un espacio y pudiera trabajar con mas comodidad. Ha tenido suficiente con trabar desde casa y mucho mas si es de vía indispensable.
El silencio reino mi espacio. Mi madre aun se dirigía a mi padre, mucho mas con su respuesta, pero no sabia si iba a reaccionar de peor manera. No quería echar mas bolas de papel a la montaña que ya nos separaba.
—Aun así Oliver— mi madre un poco mas estable por fin hablo— no quiero favoritismos aquí. Kate también se ha esforzado y mucho mas por lograr lo que ha hecho su persona dentro de esta empresa, bueno— Dirigió su mirada hacia mi— solo decía que nada es gratis en esta vida.
—Y no lo niego Katherine, pero también Katy ha demostrado compromiso, resultados con su trabajo, así que mas que merecido es una necesidad.
—Creo que en eso estamos todos de acuerdo— mi vista cambio al escuchar la voz grave y externa que habia rompido la tensión que reinaba nuestro entorno. Marcus yacía en la entrada de mi oficina con su mano venosa sobre la perilla de la puerta luciendo bastante intimidante. Su barba habia sido recortada y en lugar de un traje oscuro como la primara vez que lo conocí portaba un traje gris que resaltaba mas su musculosa figura. Su mirada era bastante nutra ya que estaba la vista sobre mi madre ero al encontrarme con su mirada no se si fui yo pero esa dureza que tenia en su rostro habia desaparecido. —Perdón por entrar así, pero llame y nadie contesto así que me tome el atrevimiento de poder entrar— Espero y no te moleste Katy.
Su voz… ese tono tan grave que tenia…
—No, ¡Claro que no! — de inmediato me quite del lugar en donde estaba y salí a recibirlo. Este solo negó, dándome una sonrisa sincera cerrando la puerta de mi oficina hasta ponerse a lado de mi madre. — Al contrario. Te pido una disculpa por no escuchar que estabas esperando.
—No te preocupes, estaba mas interesado en otras palabras…— ¿Eso fue una indirecta hacia mi madre— Un gusto verte de nuevo Katherine.
Mi madre parecía tener mascaras para todos, en el sentido de que podía estar mostrando enojo y después derramaba sonrisas y facciones amables. Era digno de ella ya que siempre tenia algo que dar a otros.
—¡Oh Marcus! — Marcus le dio un breve beso en la mejilla— el placer es mío. Hace una temporada que no te veíamos. Me alegra que estés de regreso.
—Yo también— se alejo de mi madre y volvió a verme—¿Te molesta si coloco mis cosas aquí Katy?
—No Marcus, adelante.
Este coloco su portafolio en el sofá y su vaso de café en la mesa del centro, regresando después hacia donde estábamos nosotros.
—Oliver me comento que trabajaras con Katy, Marcus— mi madre no preguntaba, mas bien estaba confirmando si mi papa se habia equivocado en sus palabras.
—Así es— Marcus no observaba a mi madre, a mi era a quien veía, y no dejaba de hacerlo. — Oliver solicito de mi ayuda, así que encantado lo hare. Además no se equivocaba. Katy he revisado tus avances y déjame decirte que es increíble lo que has logrado en tan poco tiempo. Felicidades.
¡Demonios! Sinceramente no sabia como recibir sus palabras. No estaba acostumbrada a que agradecieran mi trabajo, mucho menos de alguien externo, menos de mi familia.
—Muchas gracias Marcus. Significa mucho tus palabras.
Y no era mentira. Llevaba interactuando con Marcus solo con pequeños momentos y realmente sentía que el apoyo mutuo que nos daríamos en el trabajo podía ayudar.
—Cuando puedas también puedes visitar a Kate— mi madre rompió la burbuja que se habia creado. — Estará muy contenta de recibirte y de escuchar una opinión extra.
Marcus observo a mi madre y le dio una sonrisa pequeña— lo tendre en cuenta Katherine. En cuanto tengamos tiempo lo hare., peor por ahora— Observo su reloj— ¿Les molestaría…?
—¡No Marcus por supuesto! — mi padre se acerco a este, saludándose ya que no habían tenido oportunidad y este, junto con mi madre, se acercaron a la salida de mi oficina. —Los dejamos y ya saben, cualquier cosa que necesites estamos a una llamada de distancia.
—Lo agradecemos Oliver— mis padres salieron y cerraron la puerta dejándome con el hombre imponente que habia salvado la tensión entre mis padres y yo.
Comencé a caminar hasta donde estaba mi silla y me recargue un poco, además de que necesitaba limpiar mis manos, que ahora estaban sudadas por los nervios, sobre algo. Marcus simplemente al igual que mis padres , se dedico a observar con rapidez mi oficina.
—¿Katherine siempre tiende a comportarse así? — camino hasta la mesa pequeña y tomo su vaso de café, dando un trago mientras tomaba siento frente a la silla donde hace unos minutos estaba mi padre.
—Algunas veces… Es normal en ella. — de nuevo restregué mis manos sobre la tela que cubría mi silla. De verdad que su mirada era muy penetrante, al grado de darme sensaciones de nervios pero también de comodidad.
—Pues no debería. Mucho menos con su propia hija.
—No te preocupes— sonreí un poco y tome asiento en mi silla, un poco mas confiada— me he acostumbrado. Trataba de no verme afectada ante sus palabras pero habia mencionado un punto a su favor y era cierto— ¿Pasa algo?
—Realmente lo digo en serio. Sea Katherine tu madre, la vicepresidenta o cualquier cargo que ocupe, no debe de ser así con tu trabajo. Y antes de que preguntes; escuche lo suficiente como para justificar mis palabras.
Mas bolas de papel a la montaña. ¡Dios! No era esto posible. ¿Con que cara vería a Marcus con esto que menciono?
—Yo… solo digo que esto no es algo fuera de lo común. Mi adre puede ser así, peros e que ella me quiere y con eso es mas que suficiente, pero bueno— quiera cambiar rápido de tema. Con sus ojos en mi y sus facciones intimidantes, las palabras se me estaban terminando— ¿Qué es lo primero que quieres consultar? Prepare un resumen sobre lo que creo que pudiéramos revisar a detalle.
Marcus cambio su rostro, y la sonrisa con la que lo conocí resplandeció su rostro. Tenia que admitirlo, era muy atractivo y para tener cuarenta años, no los aparentaba.
—Esta bien pero, ¿Qué te parece si discutimos todo esto invitándote a desayunar? Cerca de aquí hay un restaurante de Brunch muy bueno, ¿Qué dices?
—¡Oh no te molestes! De verdad; podemos pedir aquí sin problema.
De nuevo esa sonrisa— No es molestia, además tómalo como un descanso por lo que acaba de pasar. Vi tu cara y realmente parecías estar muy frustrada con tu madre.
¿Tanto se notaba mi cara con respecto a mi madre? ¡Dios con razón fácilmente podía leer mi rostro! Era demasiado expresiva.
—¡Dios que vergüenza! — Marcus se levanto sin romper su contacto del mío, por lo que hice lo mismo, No habia alternativa si me volvía a negar. — No era lo que quería que se notara.
—Te lo repito Katy, no tendrías por que sentirte así con tu propia madre. Pero regresando a lo de antes vamos. No voy a aceptar un no por respuesta.
—Esta bien— Marcus espero muy pacientemente a que acomodara mi bolsa y el muy caballerosamente la llevo junto con su maletín, saliendo ambos del espacio que ahora ya era mío, oficialmente.
Bajamos por el elevador, saliendo del edificio hasta caminar unas cuantas calles y llegar al restaurante en un silencio bastante agradable. Era la primera vez que me sentía cómoda con alguien sin decir palabra y eso era a veces era mucho mejor.
Y eso solo me estaba pasando con Marcus.
.
.
.
.
—¿Estas seguro D?
—Lo estoy señor— la voz grave del lado de la línea confirmaba lo que observaba. — Acaba de salir del edificio con Marcus Lee.
—¿Marcus Lee? — la voz menos grave se sorprendió y también se enfureció. Esto no pintaba nada bien. — ¿No habia llegado sola?
—Lo hizo señor, pero vi cuando el señor Marcus entro igual solo. Ahora ambos están caminando por la calle… Bastante cómodos.
—¡Mierda! ¡ No les quites la visa de encima! ¿Me oyes? Síguelos y me das un reporte de esto tan pronto algo mas suceda.
El llamado “D” asintió mientras seguía Katy y Marcus llegando al restaurante.
—Como ordene señor—la linease corto y la voz de “D” desapareció.
—¿Tanto disfrutas tu vida sin mi compañía Katy? — la voz grave observaba la foto que le habia llegado a su teléfono— Katy a lado de Marcus sonriendo entre la demás gente la ciudad— Espero y lo goces, porque siempre sabrás a quien perteneces, nena…
Download MangaToon APP on App Store and Google Play