Hola.
Queridos lectores y lectoras hoy inició un nuevo proyecto que llevaré a la par con "Aurora, entre tu mundo y el mío".
Dándole primeramente las gracias a Dios mi señor que ha permitido que pueda escribir y sobre todo muchas bendiciones para ustedes que día a día siguen mi trabajo.
A la plataforma que me ha dado la oportunidad de llegar a ustedes
Un abrazo inmenso de luz para todos y todas.
Espero le guste esta novela.
Con mucho amor Elizabhet Santos.😘🥰
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Como todas las historias cotidianas en el mundo normal un alto porcentaje de personas luchan cada día con todas sus fuerzas para lograr tener lo deseado y muchas veces sobrevivir.
Los cuentos de hadas no existen o por lo menos es lo que pienso.
Soy Amelia Cárdenas, hija de Laura Cárdenas quien trabajó durante años como recepcionista de Historias Médicas en un Hospital de aquí en Caracas, Venezuela, en estos momentos mi madre esta incapacitada producto de ser una paciente oncológica desde hace 6 años.
Mi padre Humberto Cardozo, médico cardiólogo quien falleció hacen 7 años en un accidente de Tránsito cuando apenas yo iba a cumplir 19 años, como pueden ver soy hija ilegítima ya que mi padre tenía su familia legal, aunque fue responsable con nosotras siempre, de hecho vivimos en un apartamento que él compró para nosotras en el centro de Caracas, frente a la plaza la Candelaria.
Tengo 26 años soy enfermera, y tengo una hija de 6 años.
Era estudiante de Medicina cuando quede embarazada de mi niña, el padre, un desaparecido en acción, así lo llamo, después de decirle que estaba embarazada se cambió de Universidad al Centro del País y no supe más de él, por supuesto jamás me hubiese hecho un aborto, a lo hecho pecho, dice el dicho. Mis padres se molestaron muchísimo, pero luego me apoyaron, aunque mi papá no llegó a conocer a la beba.
Después de la muerte de mi padre todo cambió, mi madre se derrumbó por completo pasó meses con mucha tristeza y depresión, yo me vi en la necesidad de abandonar mi carrera y quedarme en casa, ya no teníamos el apoyo económico de mi papá y me tocó trabajar en lo que había para compensar gastos en el hogar y por supuesto mi embarazo, los ultimos meses de mi embarazo algo complicados tuve que hacer trabajos desde casa.
Puedo decir que hice de todo desde vender heladito desde mí casa, postres y dulce, flores frente a la plaza y todo lo que se podia con la intención de salir adelante con mi bebé y costear mis estudios de enfermería, aunado a esto mi madre fue diagnosticada con cáncer en ese mismo momento.
Poco a poco fuimos solventando nuestras necesidades, en unos momentos mejores que otros,pero juntas.
Termine mi carrera de enfermería y hace dos años trabajo en una prestigiosa clínica privada aquí en Caracas, me ha costado mucho sobre todo porque el cancer se volvió a aparecer en nuestras vidas, y ahora más dinero, es un tratamiento de alto costo el que recibe mi mamá, gracias a Dios se ha podido conseguir en un 70% por el seguro social.
Justamente hace dos años comencé a salir con un chico excepcional era bombero y paramédicos y digo era porqué hacen escasos dos meses falleció en un terrible accidente, quedó atrapado en un feroz incendio cuando intentaba salvar la vida de dos pequeños que se encontraban en el apartamento solos, lo hizo, pero el no pudo salir y murió, solo con pensar en él pierdo las fuerzas, si no fuese por mi hija y mi madre no saliera de mi cama, desde ese dia ando como autómata, ya no tengo lagrimas que derramar, y me repito cada dia : "la vida continua".
Mi historia con mi amor, bastante extraña como todo en mi vida, despues de la desilusión con el Padre de mi hija no pensé nunca más en el amor, hasta el día que me tocó auxiliar a un chico bombero que había sido apuñalado con una tijeras por su esposa, y ni siquiera en la clínica, recuerdo, que recien comenzaba a trabajar, tendría escasos cuatro días cuando al salir de mi turno caminaba a la parada de autobús fui interceptada por un camion de bomberos, quienes me pidieron ayuda para atender a un herido, por supuesto que accedí y llegamos al sitio en donde lo vi, el chico aun tenía las tijeras en la espalda y gracias a mis conocimientos en medicina pude hacer la extracción y cura sin ninguna complicación.
Resultó que la esposa es doctora, una mujer muy tóxica con quien llevaba ya varios años de casado y en un ataque de celos lo agredió, no quería poner la denuncia por vergüenza y por eso sus compañeros lo ayudaron, se separó de su esposa con la condición de no denunciarla y desde allí comencé a compartir con el, primero fue mi paciente luego mi amigo, hasta que decidimos darnos una oportunidad y se mudó al apartamento con nosotras, inmediatamente se hizo querer por mi hija y por supuesto mi madre, era mi complemento, mi vida, mi todo, y en un instante todo cambio.
Y hoy empiezo esto con dos noticias impactantes para mí, me he estado sintiendo un poco mal y al hacerme los análisis resulta que estoy embarazada, si, como lo oyen estoy embarazada y mi pareja falleció, un hijo de mi amor, sola otra vez, y por otro lado, el cancer de mi mamá esta más agresivo,los medicamentos no han dado el resultado deseado y está vez no sé que hacer.
Me encuentro en la sala de espera en la clínica, debo calmarme, no tengo lágrimas ya, pero mi corazón está destrozado por completo, el futuro para mí es incierto, no sé si me permitirán seguir con mi trabajo, ya que estoy asignada a una área de oncología.
Así que me levanto y me dirijo por el pasillo lleno de sillas metálicas de color plateado donde se encuentran algunas personas esperando su turno para ser atendidos y que conducen hasta la sala de enfermería donde por supuesto se encuentra mi jefa la Licenciada Sánchez, quien al verme entrar me mira de forma extraña, tal vez mi expresión es tan terrible.
Me siento frente a ella y rápidamente suelto:
- Estoy embarazada Licenciada.
- Por eso la cara. Me pregunta.
- A mi madre el medicamento nuevo, no le ha hecho nada. Y me desplomé sobre el escritorio llorando como una niña.
Ella se levantó, camino hasta mí y me abrazó.
- Ay Amelia que injusta ha sido la vida contigo. Dijo. Desde que te conozco siempre has salido adelante. Levanto mi rostro y limpió mis lágrimas, y siguió hablando. Tú eres una guerrera, todo saldrá bien. Y nos abrazamos.
Por largo rato seguí llorando abrazada a esta mujer tan especial para mí, por fin logré recomponerme y ella dijo:
- Lo del trabajo, voy a hablar en recursos humanos para ver a que área podemos cambiarte, por eso no te preocupes, lo que si debes hacer es ir a la consulta con ginecología lo antes posible y todos los exámenes de laboratorio debes hacerlos.
Lo otro, no sé que decirte, Amelia debes ser fuerte como siempre lo has sido.
Le di las gracias y salí de allí rumbo a mi casa.
Salí de la Clínica y voy cruzando el estacionamiento muy triste pensando como decirle a mi madre, cuando escuchó un auto que viene hacia mí a toda velocidad, sólo pude gritar y dar un paso atrás cuando caí sentí un terrible dolor en mi cabeza y todo negro.
Poco a poco voy abriendo mis ojos, siento un profundo dolor de cabeza, me doy cuenta de que estoy en una cama de la clínica, esto no puede ser trato de incorporarme y recuerdo lo sucedido, un auto me atropello, ¡oh por Dios!
- Mi bebé. Digo tocando mi vientre.
Una mano sostiene mi brazo donde tengo el goteo con la solución, escuche cuando una voz gruesa y ronca dice:
- Cálmate Licenciada, todo está bien, tu bebé está muy bien.
- No puedo abrir los ojos me duele mucho la cabeza. Digo.
- Tuvo una fuerte contusión al caer. Me dijo.
- ¿debo hacerme una tomografía? Pregunté
- Ya la hicimos y gracias a Dios no hay daños que lamentar. Respondió.
- Me duele demasiado la cabeza. Dije.
- Dolerá por unos días, te voy a aplicar un, calmate suave, debes poner de tú parte y relajarte, en tu condición no debe saturarse con medicamentos. ¿Entendiste? Preguntó.
- Apenas moví la cabeza indicando que sí.
- Ahora, necesito que abras los ojos suavemente, es necesario examinarte, ok.
Solo escuchaba esa voz que sonaba increíble, estoy tan aturdida, pienso si no será un sueño, y estoy hablando dormida, no es posible estoy sintiendo dolor.
Nuevamente, escucho la voz que dice:
- Inténtalo.
Así que poco a poco voy abriendo los ojos y le digo: - Seriamente doctor, me duele demasiado la cabeza.
- Hazlo solo serán unos minutos. Dijo.
- Así que abrí mis ojos, la luz me cegaba y me costaba enfocar un sitio específico, fui parpadeando de a poco hasta lograr mantenerlo abiertos, y vi su rostro.
¡Virgen Santísima! Pienso, que hace este doctor aquí, es hijo de los dueños de la clínica, ahora parpadeo demás, creo. Preguntó algo que no escuché.
- ¿Puedes verme? Repitió
- Sí. Dije.
- Describe lo que ves, mientras examinaba mis oídos y mis ojos. Dijo.
- A usted Doctor. Respondí.
- No es lo que te pedí dijo sonriendo.
- Estoy más apenada que nunca, pero dije.
Hombre entre 35 a 40 años, de estatura 1:85 a 1:90 moreno entre 80 kilos aproximado sin marcar aparentes ojos color café, con barba, camisa a cuadro en tonos azules, grises y blanco, con pantalón en tono beis y lleva una bata blanca, con el estetoscopio en el cuello, un reloj de pulsera, un bolígrafo dentro del bolsillo derecho y está destrozando mi oído izquierdo.
Rápidamente, reaccionó y dijo:
- Disculpe Licenciada. Mirándome fijamente.
No sé que vi en sus ojos, si era una sonrisa, o algo parecido, pero inmediatamente cambio y volvió a ser el profesional de la medicina.
- Vio que si podía hacerlo, y continuó con la evaluación médica hasta terminarla. Dijo. Todo está bien, por el momento debe descansar. Concluyó.
- Doctor..., puedo irme a mi casa, mi hija y mi madre me esperan. Dije.
Regreso a mi lado y dijo.
- Amelía debe descansar, su madre y su hija están bien, una enfermera está en su casa atendiéndolas, la jefa de enfermería la asignó personalmente por órdenes mías, hacen tres días del accidente. Voy a enviar a alguien con tus cosas y puedas hablar con tu madre unos minutos nada más y luego descansas, por favor. Y salió sin decir más.
Se abrió nuevamente la puerta y entro la Licenciada Sánchez con mi bolso, venía sonriendo.
- Como amaneció la bella durmiente. Me dijo.
- Ay Licenciada, ¿que me sucedió? Dije a punto de llanto.
Se acercó y colocó el bolso sobre la cama, lo que sucedió ya pasó, me interesa ¿como te sientes? Respondió.
- En líneas generales bien, me duele mucho la cabeza, pero ha empezado a ceder, el doctor me colocó un analgésico. Respondí.
- Perfecto, debes descansar te hará bien, tu familia está bien, envié a Zoraida a tu casa, no se le ha dicho nada a tu madre, solo que hay una situación complicada aquí en la clínica con unos pacientes, así que es necesario que la llames ahora mismo. Me tomé el atrevimiento de poner a cargar tu celular. Dijo.
- ¿Qué día es Hoy? Pregunté.
- Miércoles y son las 8:25 de la mañana. Respondió.
Tomé mi bolso y saqué mi teléfono, enseguida marqué a mi mamá, inmediatamente respondió:
- Bendición Mami, ¿Cómo estás? Dije.
- Dios te bendiga hija. Me tenías preocupada, ¿qué sucedió?.
- ¿Por qué Mami? Estoy bien, es una paciente que tengo muy complicada, familiar de los dueños de la clínica y estoy atendiéndola, sabes que necesitamos el dinero, además enviaron a Zoraida para qué te ayudará. Descansa que pronto estaré allá.
Quizás me den unos días de descanso. Dije al final.
- Sería bueno para ti mi amor, trabajas demasiado. Dijo ¿y cómo está la paciente? Preguntó.
- Muy delicada mamá. Por unos días no podre ir. Pero te llamó al rato mami, necesito hablar con Isa. Te quiero mucho, y tomate los medicamentos. Dije y corté.
Deseaba hablar más con mi madre, pero el doctor acababa de entrar a la habitación.
- Veo que se siente mejor. Dijo.
- Ahora mucho mejor. Dije. Sucede algo. Pregunté.
- Necesitamos conversar. Dijo.
Oh por Dios, pienso, me van a deducir todos estos gastos de mi sueldo y yo de idiota diciéndole a mi mami que un dinerito extra.
Alarmado miró mi cara, asumo que fue cambiando mientras pensaba.
- Es delicado, pero no grave Licenciada. Dijo. Bueno si se toma la decisión correcta.
¡Miércoles! Esto es peor si debo tomar una decisión.
- El caso es que fuiste atropellada por un auto en el estacionamiento cuando ibas de salida el lunes, hizo una pausa, el chófer del auto es mi padre, lo miré sorprendida, pero siguió perdió el control del auto porque sufrió un ACV.
Lo interrumpí preocupada, ¿está bien?
Pregunté.
- Está delicado y estable, sufrió un ACV isquémico y amerita cirugía urgente, esta noche se hará la operación con alta probabilidad de éxito. Dijo. El caso es que él venía ebrio. Calló y agachó la cabeza mirando sus manos.
Ajá y que le pasa a este, que tiene que ver conmigo, pienso; sin embargo, no digo nada esperando que continúe.
- Sé qué no es una excusa, pero desde que mamá y mi hermano murieron mi padre se refugió en el alcohol, abandonando hasta su carrera como doctor, a pesar de eso primera vez que sale de casa conduciendo en estado de ebriedad. Por eso te pido encarecidamente que no presentes una denuncia en su contra. Y esto lo dijo. Alzando la vista hasta mí.
Esto es la locura, ni a millones de años luz hubiese pasado por mi mente una situación como está y menos una denuncia.
- Está consciente que pude perder a mi bebé. Fue lo único que pude decir.
- Lo sé, pero es mi padre. Dijo. Después de unos segundos continuó - en un rato vendrán a tomar las declaraciones, y me estoy adelantando a los hecho Licenciada contándole todo para que usted tome la decisión, muy fácil puedo borrar todo el expediente médico y pagar algunos miles y todo solucionado; sin embargo, eso no funciona a largo plazo, y me interesa más conservar el buen nombre de mi padre, que por cuestiones de la vida a caído en el alcoholismo, además de saber que pudo ser un accidente terrible con la perdida de dos seres humanos. Concluyó.
- Doctor no sé que decir, a ciencia cierta, estoy escuchando lo que usted me dice, yo solo recuerdo lo que sucedió, un auto que casi me atropella, gracias a Dios reaccioné a tiempo y retrocedí unos pasos tropecé con la acera y caí de espalda, ni siquiera vi el auto, al conductor o algo por el estilo, usted me está diciendo su verdad, yo digo la mía, después de escuchar los hechos que puedo denunciar.
- Gracias Amelia. Se levantó y salió.
- Cerré mis ojos he intenté dormir, pensando esto solo me pasa a mí y al pato Lucas.
Sentí el sonido de la puerta, abrí los ojos pensando que el doctor olvidó algo.
La puerta de la habitación se abre nuevamente y es para que entren dos efectivos policiales junto a una enfermera que los guió.
No pensé que llegarían tan pronto.
Pasan y se identifican, explican que vienen a tomar mis declaraciones por el accidente que sufrí.
- Ok. Respondo
- Puede identificarse y el trabajo que realiza. Me dicen
- Mi nombre es Amelía Cárdenas, venezolana, mayor de edad cédula de identidad N-.24######, Licenciada en enfermería y trabajo como enfermera en esta clínica.
Ahora la policía no escriben nada, estoy fuera de contexto con la tecnología, ellos están grabando en su teléfono mi declaración, que preparados, pienso. Tengo mi teléfono en la mano y disimuladamente coloco modo grabar también, no es tan sofisticado pero tiene la función, intento jugar con él de una mano a otra para disimular.
- Puedes relatarnos los hechos del accidente.
Me dicen.
El día lunes, terminé mi guardia, fui al laboratorio a retirar unos exámenes, de allí pasé por la oficina de mi jefe inmediato la Licenciada Sánchez conversamos unos minutos y me retiré a casa, salí hasta el estacionamiento, suelo cruzarlo para llegar a la parada del autobús, ya que la estación del metro me queda más lejos, y en ese trayecto veo un auto que viene a toda velocidad hacia mí, estaba distraída, por eso solo reaccioné dando unos pasos atrás, lo que ocasionó un tropiezo y caí de espalda golpeando mi cabeza con la acera.
Eso es todo. Dije.
- Sabe quien la atropello. Preguntó
- Primero, no hubo atropello alg... Fui interrumpida. Bruscamente por parte del funcionario.
- Limítese a responder la pregunta. Dijo
- No. Respondí.
- No sabía que fue el auto de su suegro quien la atropelló. Dice.
Ahora estoy más que enojada, confundida, ¿qué es esto? Y digo.
- No tengo suegro. Creó que hay una confusión en todo esto. Digo un poco alterada.
- Sabe señora Cárdenas, no puede ocultar información y tenemos una denuncia que un conductor ebrio la embistió con su auto en represalia que estás embarazada de su hijo y por eso no la quiere, además este sujeto es el Doctor Emiliano De francesco a quien tienen recluido en la clínica con un diagnosticado reservado para que no se sepa nada. Y que usted está siendo atendida personalmente por el doctor De Francesco (hijo) como paciente VIP para que no haga ninguna denuncia.
Mi mandíbula está a punto de caer al suelo cada vez que escuchaba a este hombre hablando tanta locura, y abría más mis ojos que pasaban de uno a otro, esto tiene que ser una broma y pronto entrará alguien diciendo: Sorpresa, es una broma.
Estoy en silencio esperando lo que sigue, ya me estoy cansado y mi cabeza a punto de estallar.
- Entonces Señora, va a cooperar y nos dirá la verdad, o pasaremos a otra instancia. Dijo.
Moví mi mano y apreté el botón de llamado, no puedo respirar con normalidad, así que Digo Furiosa.
- Esto tiene que ser una broma. Acaso me está amenazando Señor, nada de lo que acaba de decir es verdad, soy una mujer embarazada que sufrió un accidente, que está convaleciente y usted viene con su compañero para convencerme de que haga una denuncia en contra de alguien que no conozco bajo engaños con una situación totalmente ilógica. Grite furiosa.
Mientras hablaba la puerta se abrió y vi que entró el Doctor y la Licenciada Sánchez, que se quedaron paralizados escuchándome.
El funcionario que estaba grabando dijo:
- Cálmese señora Cárdenas solo estamos corroborando los hechos.
- Corroborando una mierd*, los hechos fueron los que describí, que no tiene nada que ver con lo dicho por ustedes, y presentaré una demanda por injurias en su contra Agente Morales y Agente Pulido, y se van ahora mismo de aquí, tengo la grabación para demostrar lo ocurrido.
Comienzo a hiperventilar, estoy furiosa, el dolor de cabeza se ha acentuado y ya no escucho ni lo que hablan, veo el movimiento que hacen, pero me estoy desvaneciendo, lo último que vi fue al doctor correr hasta mí mientras me caí sobre la cama.
Doctor.
- Licenciada Amelia. Grité.
Estaba furiosa, no sé qué sucedió, pero sonó el pito de aviso y entre a la habitación con la Licenciada Sánchez, cuando escuchamos que discute furiosa con los dos funcionarios policiales y habla de demanda y demás, en un instante no podía respirar y se quejó de un dolor de cabeza, mientras se desplomaba sobre la cama, corrí aterrado para auxiliarla, tomé su teléfono y lo guarde en el bolsillo de mi bata, rápidamente le dimos los primeros auxilios, la tensión arterial está muy alta, esto no es bueno en su estado, la enfermera me ayuda y colocamos una dosis debajo de la lengua para bajar la presión.
Al cabo de unos minutos, ya se ha logrado estabilizar un poco la condición de la paciente, nadie se ha tomado la molestia de sacar a los dos funcionarios que permanecen pegados a la pared de la habitación, ya llega el camillero y es traslada a sala de shock, no puedo dejarla aquí hay que monitorear su condición.
Así que se procede inmediatamente a su traslado también llega la obstetra que fue llamada por la enfermera en Jefe.
En un instante me despego de la paciente y me acercó a los funcionarios, les digo:
- No sé qué sucedió, pero rueguen a Dios que no le suceda nada porque lo lamentarán. Y salí de allí muy preocupado pensando: todo por culpa de mi Padre ahora una inocente está en peligro al igual que su hijo.
Salí al pasillo y divisé la camilla, vamos a sala de shock, corrí y los alcance en el ascensor, coloco el monitor en su dedo y aprovecho para tomar la presión nuevamente que aún continúa muy alta, la paciente está inconsciente y sus signos están muy débiles, por Dios Señor te pido que la ayudes dije en voz alta cuando ya entramos en el área.
Allí nos están esperando y me aparto un poco para que el médico especialista de guardia pueda conectar los equipos, rápidamente se le colocó el medicamento por suerte aun tenían la vía con la solución conectada, se le quitó la bata para poder hacer un electrocardiograma, no he podido moverme desde donde estoy, por primera vez me he paralizado.
Han conectado los aparatos, la obstetra está realizando un ecosonograma, gracias a Dios el bebé se observa en buenas condiciones, es un campeón, ya he dado unos pasos junto a la camilla y pude observar al bebé que ya tiene 10 semanas por lo que se indica, la doctora hace una impresión para contactar el desarrollo del feto, he pedido unos análisis de emergencia y están esperando para tomar la muestra, le han colocado una mariposita para no dañar más de lo previsto, ahora solo queda esperar que el medicamento funcione y ella reaccione.
Me alejo un momento del área para conversar con la Licenciada Sánchez.
- Jefa, que fue lo que sucedió. Le pregunto.
- Realmente Doctor no lo sé. Me dice. Los funcionarios llegaron para conversar con ella, y los hice acompañar por la enfermera de turno, luego escuche el pitido de ayuda y me dirigía hasta allá cuando usted llegó y escuchamos lo mismo.
- Entonces que sucedió, por qué se enfureció de esa forma, no lo entiendo. Lo digo más para mí que para la enfermera.
La enfermera me toma del brazo y me dice:
- Doctor esta chica ha pasado por muchas cosas y más en estos últimos meses, su pareja acaba de morir hace dos meses, descubrió que está embarazada, sola con su madre con cáncer y que está prácticamente rechazando el nuevo tratamiento, con una hija de 6 años y ahora esto, pido a Dios que pueda superar esto, ella es una gran mujer trabajadora y guerrera.
Estoy aturdido escuchando todo lo que dice la enfermera y siento más culpa y resentimiento.
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