Aria es una chica sencilla, tímida y guapa. Perdió a sus padres siendo niña y fue criada por su abuela. Al morir la abuela, heredó una casa en el campo, y un departamento de lujo en la ciudad. Además de eso tenía un fideicomiso que le habían dejado sus padres para vivir el resto de su vida sin siquiera trabajar.
La vida le arrebato lo emocional y la dejo asegurada económicamente hasta su muerte, por lo que sabía, no tenía más familiares y eso la convirtió en alguien solitaria, en una ermitaña.
Haber estudiado literatura le dio las herramientas para seguir su sueño de escritora de novelas románticas. Adoraba que su imaginación la llevara a miles de lugares, tener a miles de hombres a sus pies incluido a él, a su inspiración, y aunque todavía era virgen, cosa que nadie imaginaría al leer sus libros. Tenía una extensa experiencia literaria, sólo era virgen carnalmente, por que mentalmente hace mucho había dejado de serlo.
Nadie siquiera imagina que ella, una escritora con récord de ventas en romance erótico y romance histórico, lo fuera. Oh sí, ella tiene una mente perversa que sale a flote cuando echa a volar su imaginación y plasma sus fantasías solo en sus libros.
***************
— A ver Jesi, no quiero y no voy a asistir a la presentación. Sabes bien que no me gusta mostrarme en público. No estoy lista, no sé, me gusta mi anonimato.
— Vamos Ari hermosa, sabes que es necesario, ya es hora que la gente, que tus lectores sepan quién eres. Además, tus fans lo estan pidiendo, hazlo por ellos, no entiendo porqué no quieres hacerlo, estoy segura que serías una sensación...
— Ahora que recuerdo hace tres días recibí dos propuestas de editoriales que estarían encantados en firmar conmigo y..–la interrumpe para que no siga. Ser conocida no es algo que por el momento quiera, la fama con rostro es mas díficil de ocultar, le gusta mas el anonimato por la libertad que tiene. No es que saliera mucho o por que no amara a sus fans, no, ellos eran quienes la habían llevado a donde estaba. Sus leídos y compras online, o sus comentarios y reseñas, dios era impagable todo eso. Y por eso se empeñaba en entregarles algo digno para que leyeran, para que se sintieran acompañados o acompañadas, que vivieran y viajaran a través de sus libros al leerla.
— Esta bien, no te insistiré más, ya puedes dejar de mirar otras propuestas, sabes que nosotros te dejaremos seguir siendo una ermitaña si es lo que quieres. Nos conformamos con recibir tu material en las fechas acordadas.
— Jesi, no quise decir eso, es solo que... No estoy preparada. Tal vez algún día, pero... ya te lo he dicho muchas veces.
— Te entiendo, solo me preocupa que te la pases encerrada en ese depa sin socializar con nadie desde que murió tu abuela, sin embargo lo respetaré.
— Gracias, pero yo si veo gente, no me la paso encerrada. Voy al gym, tengo clases de defensa personal. Ya llevo un año yendo.
— Ya veo, pero vas al gym de tu edificio cuatro veces al mes y cuando no hay nadie. Las clases de defensa personal son una vez al mes. Y apenas te asomas por la editorial, ¿cuántas veces has venido, eh?
— No puedes negar que estoy al día con cada uno de mis compromisos con la editorial. Y no es tan así eso de que no veo mucha gente. Me topo con mis vecinos del edificio, los saludo, incluso hay veces que ayudo a mis vecinas a llevar sus compras, ¿Ves que no estoy tan encerrada?
— Que yo sepa y por lo que me has contado te has topado con Fran el conserje, Ana la administradora, doña Luz la que teje precioso y ese vecino... ¿Cómo es que le llamas? Darío, Daniel... Dionisio...
— Devon.
— Ese mismo, y lo máximo que se han dicho es un hola. ¿No será mucho digo yo?
— ¡Jesi! Fue un hola, un hola especial.
— Ya veo, y por si fuera poco él es tu musa ¿y solo fue un "hola"? solo falta que lo raptes y lo amarres a tu cama, seguro así sería más que un hola especial. Joder Ari, ya es hora nena que salgas y aproveches tu juventud. No vivas solo de los romances de tus novelas, busca un amor real, una relación que te llene de adrenalina que sé yo, solo vive más allá de tus escritos bella, porfavor.
— No quiero hablar de eso. Bueno, ahora si no tienes nada más que decirme que solo hablar de mi vida privada, voy a colgar. Mira que debo hacer unos pendientes que tengo, y no puedo atrasarme con eso.
— Esta bien, huye como siempre. Solo no me eches la culpa cuando seas una anciana llena de telarañas.
— Ese día no llegará. Adiós y ya te envié el correo con la mitad del manuscrito que acordamos. Ah, y el manuscrito de Una Noche Con El Jefecito ya lo estoy empezando, te enviaré una muestra del borrador tan pronto como complete la mitad. Ahora como te dije debo hacer algo urgente, así es que adiós Jess.
Aria corta la llamada mientras en su mente imagina lo que su agente y amiga le ha dicho.
"Solo falta que lo raptes y lo amarres a tu cama, seguro así sería más que un hola especial"
Dios, Jesi tenía razón, esa es una gran idea, ¿y a dónde lo llevaría en ese caso? ¿Cómo lo haría siquiera para que le diera más que un simple hola especial? ¿Convencerlo, pero cómo?
Y así comenzó a maquinar su plan, ya era hora de poner en práctica esa experiencia literaria, esa experiencia sexual que a su realidad y a su cuerpo le faltaba. Una experiencia que no podía palpar al leer en las escenas subiditas de tono en sus capítulos. El punto era que necesitaba experiencia, una experiencia para transmitir, y que...
Y así se quedo todo ese día planeando en cómo, y qué haría. Ya que apenas si veía a su amor platónico, alías su vecino últimamente.
********
"Aviso
Si no te gustan las novelas con tintes intensos de erotismo, esta novela no es para ti."
~Aria~
Hoy me digo que es un buen día para escribir lo bueno y lo malo de mi plan. Así es que tomo un lápiz y en vez de pensar en mi plan, se me viene a la cabeza una nueva idea de novela.
Mi mano con el lápiz parece tener vida propia, una a una las letras se juntan formando palabras, palabras que luego se vuelven oraciones, diálogos, con alguna coma demás y tal vez puntos suspensivos de sobra.
¡Pero que va! Solo me dejo llevar admirando como se va armando, un lugar fantasiosamente tangible, personajes que en mi imaginación se vuelven reales, tanto así que parezco oír y sentir tan nítidamente sus voces, sus emociones. Es algo ilógico lo que siempre me pasa cuando mi inspiración me invade, es abrumador y loco. Me sigo dejando llevar y creo ser una espectadora mientras todo sucede sobre este papel antes blanco.
Al soltar el lápiz me quedo embobada leyendo lo que escribí al final.
**✏️.........
¡Por favor! No quiero pensar más en su engaño, solo quiero irme a mi casa y refugiarme de preguntas que no quiero responder. Porque sé que pronto vendrán aquellas miradas de lástima, aquellas preguntas que no quiero que me hagan, del que voy ha hacer, ¿perdonarlo y volver? ¿O cambiar la chapa y alejarme de él?**✏️
No puedo creerlo, eso fue intenso, lleno de varias emociones, sentimientos que salen como susurros de la nada.
Tomo mi notebook, para pasar lo escrito allí, estoy tan feliz con lo que he escrito que casi se me olvida que mi block de notas y lápiz son para escribir mi plan "secuestrando a mi vecino con fines de aprendizaje"
...***** ***** *****...
Al día siguiente...
Hoy como tengo que ir al gym, me ducho y me visto con ropa deportiva. Claro que con mi infaltable sudadera ancha.
Me dirijo hacia la puerta de mi departamento y salgo colocándome la capucha de mi sudadera sobre la cabeza. Al caminar hacia el ascensor no me topo con nadie, por lo que no saludo a nadie. Comienzo a entonar una melodía bien pegadiza de shaki, claro que la empiezo a entonar en mi mente a mi modo. "no fue culpa tuya, ni tampoco mía fue culpa de verte todos los días, además de la vecina que siempre te cogías. Y pensé que todo cambiaría pero al final ella se fue y tú ni me veías" Y así tarareando llego al piso de abajo, salgo del ascensor y me voy directa al gym de mi edificio.
Comienzo con estiramientos lentos, luego la trotadora. Y casi me voy de besos con el piso cuando lo veo, es mi amor secreto, el que hace que mi estómago cosquillee, que mis bragas se mojen, es él, es Devon. Sus hermosos ojos azules me impactan como siempre, su cuerpo a pesar de estar como dios me lo receto, y se lo receto a muchas no me impacta tanto. Solo sus ojos, esos que me ataron la primera vez que los ví como si de un hilo invisible se tratará, esos que me invitaron a imaginar, soñar y fantasear. Ansiosa lo sigo con la mirada, pero él no voltea a verme.
Suspiro desilusionada con algo de dudas, de si es buena idea mi plan de aprendizaje.
¿Será que vale la pena?
Lo sigo observando desde lejos con la capucha de mi sudadera sobre mi cabeza, ¿acaso no me ves mi musa? ¿No sientes como late mi corazón por ti?
Argggh me seco el poco sudor que tengo sobre mi frente con mi toalla de mano, y alejo mi mirada con mi corazón doliendo al ver que él ni siquiera me nota.
Me miro al espejo que tengo frente a mí, y veo a una chica con un pantalón de deporte no tan ancho, una sudadera muy ancha para su cuerpo, pero que ama y adora por lo cómoda que la hace sentir. Mis ojos verdes son lindos, ¿cómo es que no me nota?
Vuelvo mi mirada buscándolo, pero no lo encuentro. Al diablo con mis dudas, solo él puede enseñarme lo que necesito con práctica, nadie más.
Me voy del gym con renovada positividad, hoy voy a planear que haré.
Pero como conmigo nada es como lo planeo, comienza algo en mi mente, poco a poco se va armando, pero no tengo nada a mano en lo que escribir.
¡Maldición!
Y es entonces que veo en el mesón de la entrada del edificio a don Ronerto comer, y un par de servilletas intactas. Me acerco de prisa y a él casi se le cae el tenedor de la mano por el susto, que se lleva al verme aparecer de repente frente a él, se me queda mirando.
—Don Ronerto, ¿le importaría si le pido prestada una servilleta y su lápiz? –apunto hacia su uniforme, donde sobresalen varios lápices. Frunce su ceño pero asiente dejando su tenedor sobre su comida. Murmura algo sobre la juventud de hoy en día y sus cosas raras.
— Gracias, cuando vea a la sra Pía le diré puras cosas buenas de usted. –le digo ya que sé que anda medio enamorado de la sra que trabaja frente a mi departamento, la que se encarga de mantener todo limpio donde vive mi amor imposible. Agacho la cabeza para que no me vea, y sonrío con malicia.
— No se preocupe señorita, le regalo el lápiz, puede llevárselo con servilleta y todo. –dice amablemente como siempre.
Y así agarro la Servilleta, la extiendo sobre el mesón para comenzar a escribir.
Cuando termino, me voy feliz hacia mi departamento, y sonrió mientras pienso en todas las veces que mi inspiración llega y escribo en las cosas mas insólitas que se puedan imaginar.
En esas voy, tan feliz cuando el ascensor se abre, como voy con la cabeza gacha leyendo lo que escribí no lo veo bien y me paso a chocar con él.
—Lo siento muchacho. –se disculpa con rapidez una voz que me hace estremecer en el buen sentido de la palabra, y me paro en seco levantando la cabeza para hacerle ver su error, pero va tan rápido que apenas lo vislumbro en las puertas de entrada del edificio. Si no fuera porque estoy familiarizada con su voz, ni siquiera hubiera mirado en su dirección.
Ahora sí que estoy mas convencida de mi plan...
****************
Y aquí esta el segundo capítulo mis amores😘
¿Qué opinan de los planes de Aria?
~Aria~
Golpeo con el lápiz mi escritorio, y por mas vueltas que le doy al asunto del secuestro con fines de aprendizaje, le veo el mismo camino.
Que frustrante, dejo de lado el plan por el momento ya que tengo todo calculado excepto, sus guardaespaldas.
Me meto a la ducha y como siempre el agua me relaja. Después de un agradable baño, me seco el pelo y me coloco mi pijama. Pienso en el borrador que tengo que entregar, en el libro que tengo que terminar. Y en el nuevo libro, Cada Latido de mi corazón, es un nombre que surgió a medida que sigo escribiendo. Me encanta, y sus personajes me atraen mucho. Es de romance, mezclado con poesía, y es el primer libro que escribo de ese genero. Veré que tal me va cuando lo termine, no sé si enviar el borrador incompleto a ver que le parece a Jessi la idea. Tal vez sea mejor dejarlo para cuando termine los otros dos, tomo una liga y me trenzo el pelo ya seco. Observo a mi alrededor y solo hay silencio, y mas silencio dentro de éste espacioso depa que me dejo mi abuela. La mujer que me apoyo desde que empecé con este sueño de escribir, que pese al negativismo de muchas de mis ex amigas, no me dejo darme por vencida.
Aunque amigas, por lo visto no eran, ya que a una amiga tu la apoyas, no la hundes o le robas al chico que le gusta. Si bien ahora que lo pienso, en ese entonces era una adolescente, algo tímida y con muchas falencias en el ámbito social y amoroso. La inseguridad a veces me hizo no atreverme a hacer muchas cosas, sobretodo cuando mi amiga siempre me decía "yo que tú mejor no lo haría" No, ellas no eran mis amigas.
Dichoso fue el día en que me aleje de ellas y creí en mí, en ese momento nació una nueva yo, algo loca pero mejor.
Bostezo y me acerco al ventanal que hay en mi habitación, el cielo esta oscuro, las luces iluminan toda la cuidad. Otro bostezo hace que abra mucho la boca, la cual tapo al instante con una de mis manos. Estoy agotada, ha sido un día largo. Siempre es así cuando se asoma el invierno, pero a pesar de la lluvia, me gusta, aunque no tanto como el otoño que es el que prefiero. Por otro lado, el verano y la primavera no son mis estaciones favoritas si soy sincera, ya que soy mas hogareña. Una aburrida en ese aspecto, algo que no ocurre en el caso de mi inspiración e imaginación, quién me lleva a muchos lugares, me hace ser diosa y mortal. Alguien que tiene la vida de muchas personas en sus manos, puedo quitar, como puedo dar. Mis emociones muchas veces tienen que ver con eso, sí, mis personajes son mis víctimas muajajajaj según sea mi estado de ánimo.
Aaaah otro bostezo se me escapa, creo que es hora de dejar de pensar y descansar.
Y así sucede, al momento en que mi cabeza toca la almohada, me quedo totalmente dormida.
...*****...
...*****...
~Devon~
Observo el hermoso anillo que tengo en mis manos, en unos días le propondré matrimonio a la mujer que de alguna manera siento que es la indica. Guardo la cajita de terciopelo en mi chaqueta y me tomo de un tirón el último trago, me inclino en el asiento sobre el que he estado sentado media mañana, y toda la tarde. Miro la hora, ya son las 9 de la noche. Ni siquiera cuenta me había dado, estaba tan absorto en el trabajo que me olvide por completo hasta del almuerzo. Beber con nada más que el desayuno en mi estómago no es buena idea, por lo que no bebo un trago más. Así es que decido llamar a mi asistente para pedirle que me pida algo de comida.
— Selene, me pides....
— Señor, ¿no me diga que otra vez se le pasó la hora del almuerzo? ¡Ay santo cielo! que hombre mas insensato. –no lo niego ni lo reconozco, porque esta mujer es de las pocas a las que le tolero que me habla así.
— Selene, puedes...
—Jefe, por si no ha visto la hora, le informo que ya no estoy en horario laboral, por lo que le aconsejo que se vaya a su casa y deje de trabajar tanto. Tiene billones de pesos y aún así, no los disfruta. Solo trabaja, y trabaja. Con su ritmo trabajolico nunca va a encontrar una buena novia, solo una interesada, porque no tiene tiempo para conocerlas. Ahora, saque su trasero de esa oficina y se marcha a casa.
— Selene... te recuerdo que pronto me voy a casar. Y no soy un niño para que me sermonees.
— Como si lo fuera, soy la única de sus trabajadoras con más años y paciencia. Las demás con ese carácter suyo renunciaban llorando, pero yo no. –sonrío divertido, ni mis padres se preocupan tanto de mí como esta mujer. Y por eso la estimo mas de lo que muchos o ella sabrán– y con respecto al tema del matrimonio, primero ver para creer.
— Ya verás que sí, no soy hombre de bromas y lo sabes.
— Lo sé jefe, ahora hágame caso y deje de trabajar. Lleva meses con la misma rutina, no quiero verlo colapsar. Yo le enviaré comida casera a su departamento.
—Esta bien, tienes razón.–al final le hago caso y me voy a mi departamento.
Al salir del edificio de mi empresa me esperan mi chófer y dos escoltas, me abren la puerta trasera del vehículo y entro. Por quien soy en el mundo de los negocios no puedo andar sin seguridad.
Cierro los ojos mientras el vehículo avanza, recordando que ella llega de París en unos días. Momento en que le haré la propuesta.
Sé que con ella estaré en calma, ella es mi cable a tierra, quién aleja al monstruo que hay en mí. Siempre he preferido tener esa parte de mi vida en las sombras, no quiero que ella me tema. Es tan hermosa y delicada, sensible... que me hace querer protegerla de todo. Por eso me casaré con ella.
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