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Reencuentro

Prólogo

Por años, Elizabeth fue llevada a un internado de mucho prestigio en el extranjero. Su madre murió cuando ella tan solo tenía ocho años.

Su padre se volvía a casar con la prima de su madre, llamada Emma. Solo pasaron dos años de la muerte de la madre de Elizabeth, cuando su padre José contrajo matrimonio con Emma.

Ante los ojos de los demás, era una locura. Pero a José no le importó. Emma era madre soltera, tenía una hija llamada Diana.

Ella tenía exactamente la misma edad que Elizabeth. Todo era tan extraño, nadie conocía el rostro, y mucho menos el nombre del padre de Diana. Muchos en la familia de Jimena decían que Diana era la hija bastarda de José, por esa razón; espero solo dos años para casarse con Emma.

A diferencia de Elizabeth, Diana se quedó a lado de su madre y también de su padre José. Ellos por años se convirtieron en una familia eliminando a Elizabeth de sus vidas.

En el momento en que Elizabeth cumplió la mayoría de edad, salió del internado, quedándose por dos años en el extranjero. Sin embargo, recientemente, la chica recibió una llamada de su padre, y le pidió que regresará.

Pronto sería el aniversario luctuoso de su madre, y quería que estuviera presente.

Elizabeth se sentía excluida de la vida de su padre; así que le pareció extraño esa petición de su parte. No obstante, no se negó a regresar, ella también quería estar en la misa en honor a su madre.

Elizabeth tomó el vuelo más cercano al día 14 de febrero. Eran casi las ocho de la noche cuando puso un pie en el aeropuerto internacional de Nueva York.

Elizabeth jaló su pesada maleta hasta la salida del aeropuerto. Afuera estaba un hombre que su padre envió a recogerla. Era alto, de cabello canoso, arrugas en su rostro, y de una apariencia calidad.

Al verlo, Elizabeth tardó en reconocerlo. Pero, el hombre, al verla, miró el retrato exacto de Jimena. La madre de Elizabeth.

Elizabeth era una chica rubia, ojos azules, labios rosados, y heredó la elegancia de su madre. La piel de la chica era blanca, y suave, como la de una fina rosa.

______ ¡Señorita Elizabeth! ______ El hombre agitó su mano, mientras llamaba a la chica por su nombre.

Elizabeth detuvo el paso, mirando a su lado derecho. De pie junto al lujoso auto, estaba Emilio. Ella entrecerró los ojos, tratando de conocer el hombre, pero han pasado tantos años que se le hizo imposible.

_______ Señorita Wilson. Soy Emilio, fui enviado a recogerla.

Una sonrisa apareció en los labios de Elizabeth. Emilio fue el único que se portó muy amable con ella, después de la muerte de su madre.

La chica se dirigió al auto, soltó su maleta al llegar al hombre.

________ Hola, Emilio. Pensé que nadie vendría por mí.

Emilio bajó la cabeza, apenado por llegar tarde. Lo que sucedió es que había mucho tráfico a causa de un accidente en la carretera.

_______ Lo lamento, no volverá a suceder. _____ Emilio llevó la maleta de Elizabeth a la cajuela.

La chica que dependía al cien por ciento de ella. No espero a que Emilio le abriera la puerta, ella entró al auto, y miró hacia afuera a través del cristal.

Emilio subió al auto, con la ayuda del espejo, miró atentamente a Elizabeth sentada en el asiento trasero. Era increíble, el parecido con su madre.

________ ¿Tengo algo en la cara? No has dejado de verme. ______ Elizabeth se sintió acosada por Emilio. Así que preguntó.

________ Lo siento, no puedo evitar asombrarme con el parecido que tiene con su madre. ______ Se disculpó Emilio...

_____ Mi padre, ¿Cómo está? ______ Elizabeth cambió de tema.

_______ Él, está bien. Igual que la señora Emma y la señorita Diana.

Elizabeth sintió un enorme vacío dentro de su corazón al escuchar a Emilio nombrar a Emma y a Diana.

______ Todo ha cambiado. Ya no queda nada de hace diez años. ______ Dijo con nostalgia Elizabeth.

Emilio solamente guardó silencio. De vez en cuando intercambiaba algunas palabras con Elizabeth. Pronto el auto entró a territorio de la lujosa mansión de José Wilson.

Al llegar a la lujosa mansión de su padre. Elizabeth se sintió como una extraña. Era como si no perteneciera ahí. Aun así, forzó una sonrisa, y bajó del auto. Espero a que Emilio bajara la maleta y la llevara a dentro.

Sin embargo, Emilio dijo.

______ Señorita, hay una fiesta dentro, llevaré su maleta después.

Elizabeth frunce el ceño, jamás se imaginó que su padre había organizado una fiesta de bienvenida para ella.

______ ¿A beneficio de qué es la fiesta?

Antes de que Emilio conteste la pregunta de Elizabeth. Un auto de color negro, marca de lujo, se estacionó detrás del auto de ka familia Wilson.

La mirada de Elizabeth se desvió tratando de mirar al hombre sentado en el asiento trasero del lujoso auto. Al no poder ver nada, a causa de los cristales oscuros del auto; Elizabeth se dio por vencida, dándose la media vuelta entró a la mansión.

Mario clavó su mirada fría en la espalda descubierta de la chica. Apretó sus puños con fuerza, mientras una ligera sonrisa apareció entre sus labios.

Mario no solo es un hombre muy poderoso, por pertenecer al mundo empresarial. Si no que también por ser el líder de una organización delictiva en Italia.

Por casualidad, conoció a Elizabeth, mientras ella trabajaba en un restaurante de alta gama. En Italia.

Fue algo grosera con él, y su socio Efrén. Ya que ella se negó hacerles compañía, y prefirió ser despedida de ahí.

La chica impresionó tanto a Mario, que en poco tiempo investigó toda la vida personal de Elizabeth. Mario jamás ha perdido, y menos ha sido rechazado por una mujer. Lo que Elizabeth hizo fue algo que golpeó el ego de Mario Wlop.

______ Abre la puerta. _____ Le ordenó Mario al chofer.

De inmediato, el hombre bajó del auto, y abrió la puerta trasera. Mario descendió lentamente del auto, y pasó su mano por su saco, mirando hacia la mansión, se quitó las gafas negras que cubren su rostro.

La fiesta

Mario no quería dejar para mañana lo que podía hacer esa noche. Llevó su mano al bolso dentro de su saco, sacando su celular, con la mirada puesta en la entrada de la mansión, marcó el número de su buen amigo Armando Chop.

Armando era el mejor abogado de todos. Podía conseguir cualquier cosa en cuestión de minutos. Podía casar y divorciar a cualquiera, aunque la otra persona no estuviera de acuerdo.

Un hombre como él, solo podía ser amigo de un hombre como Mario... En poco tiempo, una voz ronca, se escuchó...

______ Mario Wlop. ¿Estoy soñando?

_______ Tu sueño se puede convertir en todo una pesadilla. _____ Respondió Mario.

_______ No le temo a las pesadillas. Me convertí en una de ellas para muchos... ¿Dime en que te puedo ayudar?

______ Quiero una acta de matrimonio, para mañana mismo...

La orden de Mario sorprendió demasiado a Armando; el hombre confundido con la petición de Mario, dijo.

_______ ¿A nombre de quién? ______ Armando jamás se imaginó las palabras que escucharía enseguida.

______ A nombre de Elizabeth Wilson, y de Mario Wlop.

______ Esto debe ser una broma... _____ Armando en su vida creyó escuchar una orden como esa de parte de Mario.

______ No, es una broma. Quiero el acta de matrimonio para mañana a más tardar el medio día.

Armando tragó saliva nerviosamente. Mario siempre fue un hombre al cual le gustaba divertirse con muchas mujeres. La mayor parte de su vida siempre fue acompañado por las bellezas más hermosas del espectáculo.

En más de una ocasión rechazo casarse con algunas hijas de los hombres más poderosos de la mafia.

Armando estaba atónito; no podía creer en la petición tan misteriosa tomada por Mario. Elizabeth tenía que ser una mujer muy hermosa, toda una diosa, para haber conseguido que Mario le pidiera casarse con ella.

Con mucho esfuerzo, Armando dijo.

______ Mañana a más tardar a medio día, estarás casado con esa chica...

Mario colgó la llamada y guardo su celular. Avanzó con pasos cortos al interior de la mansión Wilson. Dos hombres vestidos con traje de esmoquin, estaban de pie junto a la puerta.

Para ser unos siempre meseros, eran muy elegantes. Uno de ellos, llevaba entre sus manos una bandeja plateada. Y varias copas de vino... El otro hombre, saludaba a los invitados y los hacía sentir personas, extremadamente poderosas.

Mario se detuvo justo en la puerta. Buscó, con la mirada, a la sensual chica rubia. Elizabeth no estaba por ninguna parte. Eso hizo molestar a Mario, mirando a José acompañado de algunos socios, Mario apresuró su paso, hacia donde estaba José.

Al ver a Mario, todos los hombres se quedaron hallados. José que era el anfitrión, dijo.

_______ Buenas noches, señor Wlop. Un placer para mí, tener de invitado a un hombre tan poderoso e importante como usted.

José extendió su mano, con la intención de estrechar la mano de Mario. Sin embargo, un hombre tan frío como él, no tenía la intención de ser amable con nadie.

José avergonzado recogió su mano. El ambiente ahí se volvió extremadamente tenso. A Mario eso no le importo, estaba por encima de todos ellos... Con solo una orden de él, podía aplastar a cualquiera de ahí.

_______ Quiero que hablemos. _____ Con una voz cortante, Mario me ordenó a José.

José no se podía negar hablar con Mario. De lo contrario, al día siguiente toda su fortuna se vería afectada.

______ Venga conmigo. ______ José nervioso señalo uno de los salones.

Mario fue el primero en caminar. Lo hacía como un Rey, haciendo que todos bajaran la cabeza al verlo pasar delante de ellos.

Al entrar al salón. José cerró la puerta detrás de él. Luego fue al bar, y tomó una botella con el mejor licor de toda la ciudad. Tomó dos copas, y las llevó a donde estaba Mario.

El hombre observó cuidadosamente el cuatro en la pared. La mujer puntada ahí era Emma.

______ Es mi esposa. ____ Dijo en voz baja José.

________ Mmm.

_______ Su belleza no se compara con la de su hija. _____ José creyó que Mario se refería a su hija Diana.

_______ Sí... Diana es más hermosa que su madre, heredó...

Antes de José terminará de hablar, Mario levantó su mano, haciendo que José quedara callado.

______ No, hablo de tu hija bastarda. Me refiero a Elizabeth. Ella sí que es una mujer muy hermosa.

El corazón de José latía violentamente dentro de su pecho.

_______ No... No sé de qué me habla...

_______ Diana no es mi hija bastarda. Ella es. _____ Antes de que José terminara de hablar, Mario le demostró que sabía todo sobre él y su familia.

_______ Ella es tu hija. Hija de una infidelidad con Emma, la prima hermana de tu esposa Jimena. ¿O, me equivocó, señor Wilson?

José apretó con fuerzas la copa entre sus manos. A causa de la presión, la copa se rompió en la palma de la mano de José.

Gotas de sangre salieron de la palma de la mano de José. No sintió ningún dolor, estaba asombrado con las palabras de Mario.

______ Qué quieres de mí. _____ Lentamente, preguntó José.

_______ Quiero a tu hija Elizabeth. _____ Mario, respondió sin rodeos.

_______ ¿Elizabeth? ______ Susurró José, el nombre de su hija.

______ ¿No soy muy claro?

______ Mañana a medio día, ella será mi esposa. A más tardar por la noche la quiero en mi mansión.

José se quedó congelado. Hace apenas unos días había acordado dar en compromiso a su hija Elizabeth. Ella se casaría con el hijo de un socio.

Como iba a explicar que ya no podía cumplir con su palabra. Tampoco podía ir en contra de Mario. De todas maneras, nada iba a conseguir.

_______ Diana es una mujer más hermosa que Elizabeth. Será una esposa ideal para un hombre como usted... _______ Comentó José con miedo.

Mario le echó una mirada asesina a José. No quería a nadie más que no fuera Elizabeth. Viajo desde muy lejos, para casarse con ella, y no con la hermana.

______ Escoge a tu hija Diana para ese hombre. _____ José sabía a lo que Mario se refería.

El hombre bajó la cabeza y no dijo ni una sola palabra más.

Es Elizabeth

José no iba a permitir que Diana contraiga matrimonio con el hijo de su socio. Era bien sabido en la alta sociedad.

Que era un hombre al cual le gustaba maltratar a las mujeres. Por eso a sus 43 años todavía no se casaba. No había mujer que soportará vivir con él, más de una semana.

Su familia, estaba ansiosa por encontrarle una esposa. La cual, pudiera soportar los vicios, y los malos tratos del hombre. A cambio de eso, viviría rodeada de lujos y grandes comodidades.

Emma le propuso a José casar a Elizabeth con ese hombre, que le doblaba la edad. La chica llevaba años viviendo fuera del país, no sabía nada de las personas de ahí.

Sería sencillo convencerla de que acepte un matrimonio por conveniencia. Ya que no obtendría ninguna ayuda económica de parte de su padre.

Todavía sabiendo como era el hombre, José acepto casar a Elizabeth. La chica no tendría más opción que casarse, si quería pertenecer a su familia. Y continuar llevando una vida llena de comodidades.

Lo que no se esperaba era que un hombre como Mario, pusiera también sus ojos en Elizabeth.

Eso solo complicaba todo, ya que no podía quedar mal con Esteban y su padre. Pero, tampoco se quería echar de enemigo a un hombre como lo es Mario. Sería el peor error de su vida.

Sin saber qué hacer, José abrió la palma de su mano, dejando caer el resto de los cristales al piso.

Su mano herida no dejaba de sangrar. El olor a sangre, invadió las fosas nasales de Mario, que miró sin ninguna emoción a José.

______ La quiero a más pasado mañana al medio día, en mi mansión... _____ Después de esas palabras, Mario, estrechó la mano herida de José.

Ejerciendo demasiado fuerza en ella. El dolor que José sintió fue mil veces peor. No obstante, nada podría compararse con el que iba a sentir, si no enviaba a Elizabeth a la mansión de Mario. En dos días.

La expresión en la cara de José era desesperación. Mientras, qué Mario no mostraba ni una sola emoción. Era un hombre que estaba acostumbrado a ver el dolor en sus enemigos.

_______ ¡Elizabeth, estará en su mansión en dos días! A la hora indicada por usted...

José no soportó más el dolor y aceptó enviar a su hija a la mansión de Mario. Elizabeth era tratada como un objeto, el cual, podía ser intercambiado como si nada.

Mario mostró una ligera sonrisa. Soltó la mano de José. Su mano estaba toda manchada de sangre.

Frunce el ceño, y se la limpia con el saco azul que José llevaba puesto. En segundos, Mario echó a perder un traje que valía miles de dólares.

Mario se dio la vuelta, saliendo del salón. Dejando a José a solas con su dolor y frustración.

________ ¡Ahhhhhh! ______ José soltó un grito desgarrador.

Sacó algunos cristales que se quedaron clavados en la palma de su mano. Al terminar, amarró su corbata con fuerza, evitando que saliera más sangre.

Mientras él sufría con el dolor. Elizabeth no podía creer lo que veía. Al subir a su habitación, para descansar un rato, se dio cuenta de que ahora era la recámara de Diana.

_________ Podemos ir a otra recámara, mi niña. Hay muchas en esta mansión. _____ insistió la mujer que la había cuidado de a Elizabeth de niña.

________ ¡No!

_______ Esto es inaudito.

_______ Me han sacado de sus vidas, y me han sustituido con Diana. No conformes con haberme enviado muy lejos por 10 años, le han dado todas mis cosas. La foto de mi madre la han sacado y todo lo que me pertenecía.

_______ ¡Esto ya es demasiado!

Elizabeth, furiosa, comenzó a tirar al piso todo lo que Diana tenía ahí. El fuerte ruido, llamo la atención de Emma, que pasaba por allí. Abrió la puerta de la habitación de su hija, al ver todo en el piso, se puso roja de coraje.

Entró a la habitación, observando a Elizabeth tirar todos los perfumes y vestidos de su hija al suelo.

________ ¿Qué pasa, Elizabeth? _____ Emma usó un tono de voz tranquilo.

________ ¿Qué pasa? ¡Todo pasa! _____ Respondió Elizabeth, girando su cuerpo.

_______ Este esta es mi habitación. ¡NO, la de Diana! Quiero que saque todas sus cosas ahora mismo. No quiero nada de ella aquí.

Emma miró hacia abajo, apretó sus puños con fuerza, controlando su enojo. Fingiendo tranquilidad, dijo.

________ Socorro manda traer a los empleados. Quiero que dejen esta habitación limpia. Antes de que termine la noche.

_______ Elizabeth, quédate con esta habitación, si así lo quiere. Diana es una dama acostumbrada a lo mejor. No se va a rebajar a pelear contigo por algo como esto.

______ ¿Piensas que me harás sentir mal?

_______ No, es así. He regresado para tomar mi lugar en esta familia. Son una Wilson, y de ahora en adelante, tu hija, Diana, tomará el sitio que le corresponde en esta familia...

Emma clavó sus uñas con fuerza en las palmas de sus manos. Por suerte, tomó sus debidas precauciones, y convenció a José de casar a Elizabeth con un hombre como Esteban. Ese hombre sin duda pondría en cintura a Elizabeth, y jamás volvería hablarle de esa manera.

_______ Diana también es una Wilson. Ella tiene los mismos derechos que tú. Ya es tiempo de que sepas la verdad, querida sobrina.

Elizabeth se quedó atónita con la confesión de Emma. No obstante, muchas veces esa idea paso por su mente. Ahora quedaba confirmado que la familia de su madre siempre tuvo la razón.

_________ Cómo quien dice, Diana es la bastarda de mi padre.

Las palabras de Elizabeth hicieron enfurecer a Emma. Caminó hasta la chica, y trato de darle una bofetada. Antes de que la mano de Emma golpeara la mejilla de Elizabeth; la chica sostuvo su mano en el aire.

______ Una mujer como tú, nunca va a poder ponerle una mano encima a la hija de Jimena Shod. _____ Murmuró Elizabeth, haciendo contacto visual con Emma.

Emma se sacude la mano de Elizabeth de su mano. Gira un poco su cuerpo a su lado derecho.

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