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Los Ecos De Dorian O'Brien

CAPITULO 1:Nuevo Comienzo

El viento susurraba entre los árboles mientras Syra Dunne Walsh y su familia se acercaban a la imponente mansión en Irlanda del Norte. El sol de la tarde se filtraba a través de las ramas, pintando destellos de luz sobre el camino empedrado.

Syra caminaba junto a su padre, Lee, y sus hermanos gemelos, Liam y Sean. Aunque el dolor por la reciente pérdida de su madre aún pesaba en sus corazones, había una chispa de esperanza en el aire. Esta nueva casa representaba un nuevo comienzo para ellos.

La mansión se alzaba ante ellos, majestuosa y llena de historia. Sus muros de piedra, enmarcados por ventanas relucientes, parecían contar historias de tiempos pasados. Syra observaba fascinada los detalles arquitectónicos, su imaginación volando con las posibilidades que aquel lugar les ofrecía.

Al entrar en la casa, fueron recibidos por un amplio vestíbulo con un suelo de mármol pulido y una gran escalera que se elevaba hacia los pisos superiores. El lugar estaba impecablemente limpio y bien cuidado, como si alguien hubiera estado preparándolo para su llegada.

"Es increíble, papá", susurró Syra, asombrada por la belleza de su nuevo hogar. "¿Cómo conseguimos esta casa?"

Lee sonrió, colocando una mano reconfortante en el hombro de Syra. "Fue un golpe de suerte, cariño. Un antiguo amigo de la familia nos ofreció la oportunidad de vivir aquí. Parece que necesitaba a alguien que apreciara la historia y la belleza de este lugar tanto como él".

Liam y Sean asintieron, compartiendo la emoción de su hermana menor. "Es como si estuviéramos en un cuento de hadas", dijo Liam, su voz llena de asombro.

Syra asintió, su mirada recorriendo las habitaciones. Todo parecía estar en su lugar, como si la mansión hubiera estado esperando pacientemente su llegada. A medida que exploraban los diferentes espacios, Syra se permitió imaginar las historias que aquellos muros podrían contar.

Los días pasaron y la vida en la mansión se volvió cada vez más familiar. Syra y sus hermanos se acostumbraron a los amplios salones, las chimeneas crepitantes y los jardines bien cuidados. Aunque la mansión era grande y a veces daba la sensación de estar vacía, no había nada que indicara que algo estuviera fuera de lo común.

Una noche, mientras compartían una cena familiar en el comedor, Syra decidió mencionar una curiosidad que había estado rondando en su mente. "Papá, ¿has notado algo extraño en esta casa? Algo que no encaje del todo?"

Lee frunció el ceño, pensativo. "Bueno, cariño, es normal que una casa tan antigua tenga sus peculiaridades. Pero hasta ahora, todo ha sido tranquilo y pacífico. No hemos experimentado nada fuera de lo común".

Syra asintió, aunque algo en su interior le decía que había más en la mansión de lo que sus ojos podían ver. Decidió mantener sus sospechas en silencio por el momento, sabiendo que tendría tiempo para explorar y descubrir los secretos ocultos en aquel lugar.

Así comenzó la vida de los Walsh en la mansión, con un aire de normalidad y calma. Sin embargo, Syra no podía evitar sentir que algo se movía en las sombras, esperando ser descubierto.

Capítulo 2:Misterio del pasado.

Syra paseaba por los jardines de la mansión, disfrutando del suave aroma de las flores y la tranquilidad que los rodeaba. El viento soplaba suavemente, haciendo que las hojas de los árboles susurraran secretos antiguos. Mientras se dejaba llevar por sus pensamientos, se encontró con un amable pueblerino llamado Señor O'Higgins, un anciano de cabello plateado y ojos llenos de sabiduría, quien solía pasear por los alrededores.

"¡Buenos días, joven señorita!", saludó el Señor O'Higgins con una sonrisa amigable que arrugaba aún más su rostro curtido por el tiempo. "Veo que estás disfrutando de los jardines de la mansión".

Syra devolvió la sonrisa y asintió. "Sí, es un lugar hermoso. Pero a veces siento que hay algo más en esta casa, algo que no puedo entender del todo". Su voz era suave, pero sus ojos reflejaban la inquietud que sentía.

El Señor O'Higgins frunció el ceño, como si estuviera recordando algo. "Ah, sí. Esta mansión tiene una larga historia, joven señorita. ¿Sabía usted que en 1932, pertenecía a una familia llamada los O'Brien?"

Los ojos de Syra se iluminaron de curiosidad. "No, no tenía idea. ¿Puede contarme más sobre ellos?" Su voz sonaba ansiosa, como la de un niño ansiando escuchar una historia antes de dormir.

El Señor O'Higgins asintió y se acomodó en un banco cercano, cubierto de musgo y rodeado de flores silvestres. "Los O'Brien eran una familia adinerada y respetada en la zona. El señor O'Brien, Arthur, era un hombre de negocios exitoso y su esposa, Lady Genevieve, era conocida por su belleza y elegancia. Ambos eran la envidia y admiración del pueblo".

"Tenían un hijo, Dorian, un joven apuesto pero enigmático. Desde pequeño, se decía que Dorian carecía de emociones, como si su corazón estuviera congelado. Algunos rumores decían que estaba involucrado en prácticas de magia oscura, pero nada se pudo comprobar. Su mirada fría y su silencio eran su sello distintivo".

Syra escuchaba atentamente, fascinada por la historia de los antiguos dueños de la mansión. "¿Y qué pasó con ellos? ¿Por qué ya no están aquí?" Su voz temblaba ligeramente, pero su curiosidad era más fuerte que su miedo.

El Señor O'Higgins suspiró y su mirada se perdió en la distancia. "Ah, eso es parte del misterio. En una noche tormentosa, en 1932, la mansión fue envuelta en llamas. Se dice que Dorian fue el único que sobrevivió, pero nunca más se le volvió a ver por estos lugares. La tragedia dejó cicatrices en la comunidad, y la mansión quedó abandonada durante años, hasta que su familia la vendió".

Syra quedó perpleja por la historia que acababa de escuchar. "Entonces, ¿Dorian todavía está aquí? ¿Es su presencia la que siento en la casa?"

El Señor O'Higgins asintió solemnemente. "Muchos creen que el espíritu de Dorian todavía vaga por los pasillos de la mansión, atrapado por su oscuro pasado. Pero, joven señorita, tenga cuidado. Dicen que aquellos que se acercan demasiado a los secretos de Dorian corren peligro".

Syra sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero su determinación se fortaleció. "Gracias por compartir esta historia conmigo, Señor O'Higgins. Me ayudará a entender mejor los sucesos que ocurren en esta casa".

El Señor O'Higgins asintió y se levantó del banco. "Tenga cuidado, joven señorita. Los secretos de la mansión son oscuros y peligrosos. Pero también hay belleza y magia en ellos, si uno sabe dónde buscar".

Syra agradeció al Señor O'Higgins y se despidió, con una mezcla de intriga y determinación en su corazón. Ahora, más que nunca, estaba decidida a descubrir la verdad detrás de Dorian y los secretos que envolvían la mansión. Se giró y miró la imponente mansión, su nuevo hogar, con una nueva luz. La aventura apenas comenzaba.

Capítulo 3:El diario en blanco.

Syra se adentró en la mansión con determinación en sus ojos. Cada paso que daba resonaba en los pasillos vacíos, creando un eco que parecía susurrarle secretos antiguos. Buscaba respuestas, buscaba pistas sobre el enigmático Dorian y los misterios que envolvían la mansión. Cada habitación que exploraba parecía llevarla más cerca de la verdad.

Mientras caminaba por el salón principal, Syra notó un viejo escritorio de madera tallada en una esquina. Se acercó y abrió los cajones, esperando encontrar algo que pudiera revelar el pasado de los O'Brien. Entre papeles amarillentos y plumas secas, encontró un diario en blanco. Intrigada, lo tomó entre sus manos.

"¿Un diario en blanco? ¿Qué significa esto? ¿Por qué alguien tendría un diario sin escribir en él?"

Syra hojeó las páginas vacías, buscando alguna pista oculta. Pero por más que buscaba, no encontraba nada. Decidió llevar el diario consigo y continuar su búsqueda en otras partes de la mansión.

Mientras subía las escaleras hacia el segundo piso, Syra se encontró con un retrato enmarcado de la familia O'Brien. Los rostros sonrientes de Arthur, Lady Genevieve y el enigmático Dorian parecían mirarla fijamente. Syra sintió una extraña conexión con ellos, como si sus ojos la estuvieran guiando hacia la verdad.

Syra comenzó a susurrar "¿Qué secretos esconden ustedes? ¿Qué les sucedió realmente?"

Decidida a descubrir más, Syra continuó explorando las habitaciones del segundo piso. Abrió puertas y examinó cada rincón en busca de pistas. Finalmente, llegó a una habitación que parecía haber sido olvidada por el tiempo. El polvo cubría los muebles y las cortinas estaban desgarradas.

Syra se acercó a un viejo escritorio de caoba y comenzó a revisar los cajones. Encontró cartas antiguas, fotografías descoloridas y recuerdos de un pasado lejano. Pero nada parecía revelar los secretos que tanto ansiaba descubrir.

"¿Dónde estás, Dorian? ¿Por qué te escondes en las sombras?"

De repente, un leve resplandor llamó la atención de Syra. Se acercó a una pequeña caja de madera en la esquina del escritorio y la abrió. Dentro encontró un relicario antiguo, adornado con joyas deslumbrantes.

"Esto es hermoso. Pero, ¿qué significado tiene?" Syra estaba con muchas dudas sobre aquel relicario.

Mientras sostenía el relicario en sus manos, sintió una extraña energía que la envolvía. Cerró los ojos e intentó conectarse con el pasado, buscando respuestas en su interior. Pero el relicario permanecía en silencio, sin revelar sus secretos.

"¿Por qué todo en esta mansión parece estar envuelto en misterio? Necesito respuestas". Se expresó frustrada.

Decidida a no rendirse, Syra continuó su búsqueda en otras partes de la mansión. Cada habitación, cada rincón, parecía guardar un pedazo del rompecabezas. Pero aún faltaba una pieza crucial para desentrañar la verdad.

"Dorian, si estás aquí, necesito tu ayuda. Necesito saber la verdad". Murmuro la joven.

Mientras se adentraba en las profundidades de la mansión, Syra sintió una extraña presencia a su alrededor. Una sensación de ser observada, de que los muros mismos tenían ojos. Pero no se dejó intimidar. Siguió adelante, con valentía y determinación.

Finalmente, después de horas de búsqueda, Syra se encontró frente a una puerta antigua y desgastada. Con un suspiro, la abrió lentamente. Lo que encontró la dejó sin aliento.

"¡Es un estudio! Parece que este lugar fue el refugio de Dorian". Expresó Syra asombrada.

El estudio estaba lleno de libros antiguos, pergaminos y artefactos misteriosos. Syra se acercó a un escritorio cubierto de polvo y comenzó a examinar los documentos dispersos. Entre ellos, encontró una carta sin terminar, escrita con una caligrafía elegante.

Syra comenzó a leerlo en voz baja "Querido diario, hoy descubrí algo que cambiará todo. Pero no puedo...". La carta está incompleta.

Syra miró a su alrededor, buscando alguna pista que pudiera ayudarla a completar la carta. Pero todo lo que encontró fue silencio. La mansión parecía retener sus secretos con firmeza.

Syra hablo frustrada "¿Cómo puedo desentrañar la verdad si no tengo las respuestas?"

Con una mezcla de decepción y determinación, Syra cerró el diario en blanco y lo guardó junto con la carta sin terminar. Sabía que no podía rendirse. Aunque el pasado de Dorian y los secretos de la mansión parecían estar fuera de su alcance, estaba decidida a encontrar las respuestas que tanto ansiaba.

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