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Mi Galán De Telenovelas

Capítulo 1 (Marcos – sábado 22 de octubre)

Ahí estaba,

un hombre sentado en la primera banca de una iglesia, con sus brazos apoyados

en sus piernas y su cabeza mirando el piso. Afuera una multitud quería entender

que había pasado. Familiares, amigos, un gran grupo de fans, la prensa, todos

estaban allí esperando que El saliera.

Era mediado de octubre y el frio empezaba a mostrarse en esta parte de Europa.

Pero él no sentía nada, su cabeza solo quería entender ¿Por qué?

Marcos, el tercer hijo de la familia Aragón, abogado, actor, deportista y conocido ex modelo

a nivel mundial, a sus 34 años había sido abandonado en el altar. Su novia Priscia, diez años más joven que él, nunca llego a la Iglesia. Ella solo envió a un mensaje a su celular diciendo:

“Perdóname,

no pude hacerlo”

¿Qué había sucedido?  ¿Por qué espero hasta ese momento? ¿Por qué no contestaba su móvil? ¿Qué había pasado de un día al otro para que ella dejara todo y se fuera?

Luego de estar en esa iglesia más de tres horas Marcos se paró y decidió salir de allí. Su figura

elegante, su aspecto despreocupado, su mirada fugaz, todo había desaparecido.

Dos de sus guardaespaldas lo estaban esperando sobre la puerta principal y, al verlo tan fuera de sí, decidieron sacarlo por detrás de la iglesia para evitar la multitud.

Un rato más tarde se encontraba en su casa, donde también le fue difícil entrar ya que las personas se habían congregado en la puerta. Había muchas cámaras y reporteros. Era la noticia del año. Media Europa quería casarse con este hombre y la otra mitad lo envidiaba.

Al entrar en su casa se derrumbó en un sillón enorme que había en la sala, estaba desorbitado, afligido, furioso, dolido. No entendía que había sucedido. Tomo una botella del bar y comenzó a beber.

Quería olvidar lo que sentía en ese momento. Ella era su amor y lo había destrozado en un instante. Su mundo estaba de cabeza.

Siguió bebiendo hasta quedarse dormido.

Así paso varios días. No quería hablar con nadie. No quería saber de nadie. Había apagado su celular y dijo a las 2 mujeres que trabajaban en su casa que se fueran. Solo quería estar solo.

(martes 1 de noviembre)

Al llegar noviembre, aun nadie sabía de él. Así que su mejor amigo decidió averiguar que pasaba.

Carlos Navarro, más conocido como Charly, era su compañero inseparable desde la infancia. Sus vidas se habían desarrollado juntas, ambos estudiaron abogacía y ejercían en el Bufete de la familia Aragón.

En el momento que llego Priscia Weber a la vida de Marcos, había abierto una brecha entre ambos, ya que esta mujer era absorbente y manipuladora. Pero, aun así, ellos seguían siendo como hermanos cuando se necesitaban.

Charly dejo que su amigo hiciera un cierto “duelo”, ahora era el momento de entrar y rescatarlo.

Llego al departamento de Marcos y abrió con sus propias llaves, lo encontró tirado en su cama junto a un cementerio de botellas.

-¿¡Por Nuestra Santa Madre Católica, que es todo esto! - exclamo

Corrió las cortinas, abrió las ventanas y llevo a Marcos hasta el baño. Lo metió en la bañera, como pudo, ya que este era un oso enorme, y le abrió el agua fría de la ducha.

- ¡Pero que te crees que haces! - Se quejó Marcos en medio de su borrachera

- ¿Qué crees que haces tú? - Pregunto Charly mientras veía a su amigo intentar salir del agua.

-Déjame en paz, no quiero hablar con nadie-

-No puedes estar así por una mujer- Interrumpió su amigo a los lamentos del otro – Hace dos años atrás no dejabas títere con cabeza y ahora mírate… llorando por una…una… -trato de buscar una palabra acorde a Priscia, la cual no encontró, ya que no quería seguir hiriendo a su amigo.

Priscia es la típica mujer que solo le importa ella misma. Hermosa de todos los ángulos, pero fría y calculadora. Con unas piernas muy largas, una cabellera rubia y unos ojos color cielo. Realmente llama la atención de cualquiera. Cuando quiere puede ser el ángel más dulce pero también el demonio más aterrador.

Se habían conocido con Marcos en un viaje de negocios y ella no lo había dejado irse nunca más. Le hizo conocer una Priscia alegre, compañera, sincera, leal, confiable pero nunca dejo que viera la real.

¿Por qué no llego a la iglesia? Charly desconocía los motivos, pero sabía que seguramente había alguien más en esa relación. Si ella dejo ir un pez tan gordo, definitivamente era porque ya tenía algo más gordo entre sus garras.

-Báñate y vamos a comer algo- siguió diciendo Charly

-No quiero… quiero estar acá, a oscuras… solo

-No señor. Eso es imposible- agrego- Báñate y vístete, yo sé muy bien que tienes que hacer.- Le ordeno Charly

De muy mala gana Marcos se dio una ducha y al salir del baño vio a su amigo recostado en lacama mirando tv

- ¡Mira! - Exclamo Charly- Estas en casi todos los programas\, hasta en el noticiero- rio mientras seguía cambiando los canales- si querías hacer ruido\, lo has conseguido.

-Apaga esa basura- ordeno Marcos mientras veía que ponerse en su guardarropa

Por un momento hubo un silencio.

Charly se paró y camino hasta donde estaba Marcos.

-Sé que

estas mal amigo, pero tienes que alejarte un poco para ver mejor las cosas. Tal

vez en un tiempo ella vuelva y puedan hablar-

- ¿De qué vamos a hablar? Ella ya decidió\, parece\, y decidió sin tenerme en cuenta.

(-Bueno, al menos vamos por buen camino-) Pensó Charly y levanto una ceja

-No soy idiota- siguió diciendo Marcos- Se muy bien como es Priscia, pero aun así ella me hacía feliz. ¿Puedes entenderme?

Charly lo abrazo y Marcos contuvo sus lágrimas.

-Siempre fuiste un loco sentimental- quiso bromear Charly, pero no era el momento.

Después de un rato largo de charla de amigos, Marcos ya parecía estar mejor, aunque la angustia aún se notaba en su rostro.

-El domingo próximo viajo a América por trabajo, me preguntaba si querías venir. No le diré a nadie que vas conmigo. Podemos salir de aquí en la noche, evitando así a los reporteros y algunas de tus fans locas. Mi avión nos esperará en la pista para despegar rápido y desaparecer. ¿No te atrae la idea? - Pregunto Charly

Marcos no contesto, miraba el piso con los ojos aun rojos del llanto.

Charly se paró y se dirigió a la cocina, abrió la heladera y busco que comer. Al cerrarla vio a su amigo parado junto a él, el cual le dijo

-Tienes razón, debo desaparecer por un tiempo. Vámonos de este lugar.

(Domingo 6 de noviembre)

Una semana después, Charly estaba con su auto en la esquina de la casa de su amigo. Tomo su celular y le escribió.

[Ya estoy donde me pediste] al no recibir respuesta se quedó esperando.

No sabía que pensaba hacer Marcos, había oscurecido, y desde ahí se podía ver a unas cuantas chicas sentadas acampando en la entrada de su ídolo, algunos reporteros y hasta un patrullero por si había disturbios.

(- ¿Cómo va a salir? -) Pensó

Mientras miraba atento a todo ese tumulto de personas, alguien golpeo rudamente la ventanilla del automóvil del lado del acompañante. Por un momento se asustó. Pero luego pudo comprobar que era su amigo quien había saltado el paredón de dos casas que lindaban con la suya y se había dado a la fuga.

- ¡Que giripollas! ¿Por qué no avisas? ¡Casi me muero del susto\, maldito loco!!!- se quejó Charly

-Vamos, conduce antes que nos vean- dijo Marcos, subiendo al vehículo.

Y así ambos se dirigieron al aeropuerto.

Entraron por una puerta de servicio a la pista donde estaba el avión de Charly, como si fueran prófugos de la ley y, con solo un pequeño bolso cada uno, corrieron hasta subirse y ver que estaban a salvo.

Luego, los dos amigos se miraron y comenzaron a reír.

-Dos infantiles- dijo Marcos con la respiración aun agitada.

-Tú y tu maldita fama amigo, si me vieran mis empleados no volverían a respetarme nunca más- agrego el otro y continúo diciendo- bueno, ya está, es hora de volar.

Y así salieron los dos rumbo a América.

(lunes 7 de noviembre)

Llegaron a Rio de Janeiro unas cuantas horas después, allí se quedó Charly por negocios y Marcos siguió vuelo hasta Buenos Aires.

-Cuando termine con mis cosas por aquí, salgo derecho para la mansión. Trata de no extrañarme- le dijo Charly a  su amigo mientras le tiraba un beso en forma de broma.

Unas horas después Marcos aterrizaba en tierra Argentina.

Había decidido tomarse todo con calma, y por un tiempo tratar de no pensar en Priscia.

Compro algo de ropa, una moto y descanso hasta el otro día. Salió al amanecer rumbo a la gran mansión, donde siempre fue feliz.

Capítulo 2 (Lucia- domingo 6 de noviembre)

-Hay que pereza!!! – dijo Lucia en tono cómico, y las dos amigas rieron mientras se recostaban en la banca de una plaza a la sombra.

Era el primer domingo del mes de noviembre y el calor empezaba a golpear en Argentina.

-No quiero trabajar nunca más. ¿A qué edad se jubila una mujer? - siguió diciendo. - Ya no soy una niña y me he pasado la mayor parte mi vida dentro de ese negocio. -

-Aleluya por eso amiga!!!!- dijo Brisa alzando las manos- Sabes cuanta gente quisiera tener un trabajo como el tuyo, ser tu propia jefa…

Brisa la más joven de las dos. Acaba de cumplir 35 años y su vida es algo más complicada que la de su amiga. Hoy en día tiene 2 hijos de distintos padres, pero no convive con ninguno. Trabajaba para una compañía de seguridad, como secretaria y vive como puede. De tez trigueña, ojos achinados y una contextura pequeña, es la

típica “polvorita”, la que nunca se queda quieta.

A Lucia, en cambio, la vida le ha pegado diferente. Está separada desde hace mucho tiempo, pero conserva una buena amistad con su ex marido, con el cual no pudieron tener hijos.

Dueña de una tienda en crecimiento. Con un pasar relajado y sin tantos problemas.

Es una mujer de tez blanca, ojos grandes y oscuros que reflejan un cierto brillo encantador. Con un metro sesenta y cinco, 64 kilos y un cuerpo bien formado, aun sabe cómo llamar la atención. A sus 42 años ya no es la muñeca que era en su juventud, pero… los hombres aun giran para verla pasar.

Las dos son muy buenas amigas desde hace ya muchos años y se conocen como a ellas mismas.

Los domingos a la tarde les gusta salir al aire libre, a respirar naturaleza. Mientras los hijos de Brisa juegan, ellas aprovechan su momento de relax.

- ¿Y si nos perdemos unos días en la costa? - Agrego la menor de las mujeres recostándose en el hombro de su amiga

- ¿Y qué hacemos con tus hijos? - Pregunto Lucia mirando de reojos a Brisa que observaba a sus niños correr.

-No les vendría mal estar unos días con sus padres, o sus abuelos. ¿Me equivoco? Vamos amiga, cuanto hace que no hacemos nada juntas, solas.

Por un momento se hizo silencio. Las dos se quedaron mirando la nada, pensando, tal vez.

-Ok, hagámoslo, pero espera a que pasen las fiestas. Mediados de Enero ¿Está bien?- dijo Lucia.

- ¿Por qué tanto\, mujer? ¿Por qué no ya?

-Porque necesito organizarme y además estos dos meses son muy buenos para el negocio. Se trabaja mucho en esta época del año, imposible desperdiciarlo...-

- ¿Pero no acabas de decir que estas agotada? –Retruco Brisa

Otra vez silencio, cada una miraba para un lugar distinto, como idas de lo que se había dicho. Pero, la más joven, volvió a hablar

-Bueno, sale viaje entonces… jajaja… ¡La pucha que vale la pena estar vivo!!!  –grito, elevando sus brazos al cielo. Todos los que estaban cerca se dieron vuelta a mirar a esas dos señoras que reían.

Bip-bip, se escucho

Bip-bip… bip bip bip bip…

- ¿Es tu celular? - pregunto Lucia mirando a su amiga\, la cual seguía relajada en la banca de la plaza

 Bip, bip, bip….

- ¿Esos son mensajes o te están llamando? -  Volvió a pregunto ya con cierta inquietud

Brisa seguía inmóvil, como si lo que dijo la otra mujer no fuera dirigido hacia ella.

Bip, bip, bip, bip….

-Por Dios!!!! Quien sea esta apurado- volvió a insistir Lucia.

-Es del trabajo- se dignó a contestar Brisa- Y hoy es domingo, no estoy

-Pero… pero, parece urgente

-Tal vez, pero es domingo- volvió a responder la mujer más joven mirando a su amiga

Comenzó a sonar una melodía del mismo celular, ya era algo que se estaba poniendo cargoso.

- ¿Por qué no contestas así se calman?

-Porque es del trabajo, y eso significa que va a ser trabajo ¿Entiendes? ¡Maldita sea la hora que inventaron estos “bichos” que te encuentran donde estés!!! A veces son muy bueno, pero a veces… oooohhh…- protesto Brisa mientras buscaba su celular en el bolso.

- ¡Hola! - por fin contesto

-Hola, señora Valdez. ¿Cómo está? Soy Mónica Sue, la llamo para informarle que acabo de tener un accidente casero y me fracture el brazo.- Hablo la voz del otro lado del celular

-¡Que macana! Y… ¿Cómo fue? ¿Fue solo eso? ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?- Tiroteo Brisa con preguntas a la  chica con la que estaba teniendo comunicación. La accidentada era una de las mujeres que trabajaba de seguridad en la empresa.

Siguieron hablando un momento más y cortó.

Brisa tiro su cabello para atrás con la mano, mientras miraba la pantalla de su celular.

-¿Qué sucede?- quiso saber Lucia

-Se quebró, no puede trabajar, no hay remplazo, mi jefe de vacaciones… Voy a matar a alguien creo- rio mientras decía esto, pero su risa fue más bien nerviosa.

-No estoy entendiendo Bri- aclaro Lucia

-Tenemos un cliente que es muy, muy, pero requeté muy importante. Este solo quiere mujeres en la guardia de la casa que posee en esta ciudad.

La agencia tiene 2 mujeres nada más trabajando en ese sector.

La chica que cubre la noche y los fines de semana hoy tenía franco y se acaba de quebrar.

No tengo a quien poner. Necesito alguien antes de mañana a las 20 horas.

- ¡Que quilombete he! - Trato de bromear Lucia

-Sí, y no es porque no haya chicas disponibles, el problema es que tienen que ser de mucha confianza, porque en una oportunidad se habían filtrado fotos de la familia y llegaron hasta la prensa. Es una familia de mucho prestigio y cuando quieren descansar de todo vienen para acá. Es algo así como una casa “oculta” de sus vidas cotidianas. En realidad, nunca hay nadie, pero la seguridad tiene que estar igual.-

- ¿Y qué vas a hacer amiga? - Miro Lucia con preocupación a Brisa que frotaba su cabeza como queriendo sacar una idea

Por un momento solo se escuchaba el ruido de la ciudad y los niños riendo en los juegos. Hasta que de pronto, como de la nada, Brisa levanto su cabeza y miro a la mujer que estaba a su lado. Con una sonrisa pícara y le pregunto:

- ¿Qué vas a hacer mañana a la noche? -

-Nada- Contesto inocentemente- Viste que mi vida se basa en ir del negocio a casa y de casa… -Lucia cortó su relato de repente y miro fijo a su amiga que le sonreía con cara de perro bueno.

-Ni lo pienses- dijo levantando su voz- Te estoy diciendo que no quiero trabajar más y vos me estas ofreciendo trabajar de noche. Estas loca si crees que lo voy a hacer, ni por vos, ni por nadie… No, no, y mil veces no-

Brisa siguió mirando a su amiga que agitaba sus brazos furiosa.

-Por qué no vas vos, sos la que estas en apuros no yo. - agrego Lucia

-Porque…¿Qué hago con mis hijos? A no ser que te los pueda dejar a tu cuidado, entonces

podría ir yo- Alzo los hombros la más joven en forma de solución.

Lucia lo pensó por un momento. Eran buenos niños, se los había llevado a su casa más de una vez, pero en vacaciones. Ahora, aun, había clases y si a eso le sumaba que tenía que levantarlos muy temprano para ir a su trabajo más todo lo que implica hacerse cargo de dos niños… era mucho.

-No puedo cerrar el negocio- quiso defenderse y dar una excusa Lucia

-No te pido eso- respondió Brisa - Solo tendrías que ir a la noche, luego de cerrar y quedarte en la casa donde se quedan los que cuidan, es fácil, no tienes que hacer nada más que estar allí. Ya te dije, no hay nadie en la casona.

Por un largo rato no cruzaron palabras, hasta que Lucia dijo entre dientes

-ok, lo hare, pero consigue alguien rápido

Brisa se recostó sobre su amiga y la abrazo riendo en forma de agradecimiento. Le había vuelto el alma al cuerpo.

-Gracias, gracias… gracias… te debo mucho amigo, sos la mejor.

Capítulo 3 (Lucia – lunes 7 de noviembre 2016)

Dieron las 19 horas en el reloj que colgaba de una de las paredes de su oficina y escucho como sus empleados bajaban rápidamente las cortinas.

-Ha terminado la jornada laboral por hoy para ellos- se dijo Lucia, dirigiendo su mirada al pasillo que daba al salón de ventas. – Para ellos- volvió a repetir, como queriendo convencerse.

De reojos vio el pequeño bolso de viaje que había dejado sobre un sillón arrumbado, allí estaba el uniforme que debía usar para trabajar aquella noche.

Se recostó en la silla y con ambas manos llevo su cabello hacia atrás, miro el cielorraso por un instante y se susurró:

-Allá vamos, solo por unos días-

Eran cerca de las 20 horas cuando llegaba con su auto a la gran casona. Brisa le había indicado bien el camino, aunque era oriunda de esa ciudad, jamás había estado por allí. Un paredón muy alto de ladrillos a la vista era todo lo que podía observar por el momento, de repente una curva la llevo a tener que frenar de golpe.

Ante ella un gigantesco portón de rejas labrado le impedía continuar, del otro lado pudo ver a la muchacha que  esperaba su relevo, una chica joven vestida con el mismo uniforme que ella, la cual le abrió y le indico que pasara.

Al descender de su auto le mostro el lugar donde se iba a quedar, las cámaras que debía controlar y el mapa de todo el predio.

No era mucho lo que debía hacer, ni si quiera tenía que pasar la noche en vela. Solamente estar allí y si veía algo extraño, llamar a la policía de inmediato.

La otra mujer se retiró del lugar. Lucio cerro el portón y entro a la casa de seguridad. No era grande, pero se veía cómoda. Había un enorme ventanal donde se podía observar todo el parque iluminado y como a 100 metros aproximadamente la gran mansión.

Un sofá cama, un sillón de un cuerpo, un escritorio, una kitchenette, una pequeña mesa, varios monitores donde se veían las imágenes de casi todo el parque de diferentes lados y algunos lugares de la casa, un baño y un gran televisor era todo lo que había en ese recinto.

Se puso cómoda, desabrocho unos botones de la camisa del uniforme que le quedaba un poco ajustada, ya que no hubo tiempo de conseguir uno de su talla.

Se recostó en el sofá y llamo a su amiga.

-Hola mal amiga- dijo cuándo atendieron el celular del otro lado

-Hola mi salvadora, mi ángel de la guarda… mi amiga más querida- rio Brisa siguiéndole la broma- ¿Qué te pareció el lugar?

- Recién llego\, aun no vi mucho… pero…¡¡¡qué lugar!!! Tan de película…

-Sí, es un parque enorme y la casa es de ensueños.

-Sí, sí, si… quiero mudarme acá- acoto Lucia con tono de broma.

-Antes que me olvide- interrumpió Brisa- mañana a las 7 de la mañana aproximadamente estará por ahí el hombre que se encarga del parque. Viene desde capital, es uno de estos profesionales paisajistas o algo así. Se va a quedar allí por unos días para tener todo ordenado por si se le ocurre venir a los dueños de la mansión para las fiestas de fin de año. Vos solo déjalo pasar, él sabe qué hacer.

Le tienes que dar la llave de la casa que está en el primer cajón del escritorio. En realidad, no busques unas llaves, busca una tarjeta de color azul.

-Ok ¿y cómo sé que es él? - pregunto Lucia

-Te vas a dar cuenta por su estilo, se Apellida Ceviñon

Las amigas siguieron hablando por un largo rato.

Luego de cortar Lucia ceno y se acostó en el sofá; puso el despertador de su celular a las 6:30 y se quedó dormida.

 (Martes 8 de noviembre)

El día comenzó con un sol radiante, se podían escuchar los pájaros cantar y como había corrido las cortinas del ventanal la noche anterior para ver el parque iluminado, los rayos de sol le daban en la cara. Que belleza era despertar así, con el silencio de la suprema Naturaleza…

Se levantó, se aseo y espero a su relevo.

Era aproximadamente las 7:45 de la mañana cuando vio llegar a su compañera. Desde adentro de la casa abrió el portón y comenzó a buscar sus cosas. Al entrar la chica, Lucia le paso el parte.

-Todo estuvo más que tranquilo, en momentos me despertaba por tanto silencio- Le comento a la muchacha- y continúo diciendo –Supuestamente, a las 7 de la mañana tendría que haber llegado el señor Ceviñon, un paisajista que viene desde capital. Se debe haber retrasado por alguna razón. Así que cuando llegue debes darle la llave y dejarlo hacer su trabajo.

-Ok ¿Algo más?

-Creo que no estoy olvidándome de nada- Sonrió Lucia mientras tomaba su bolso y salía por la puerta, subió a su automóvil y se dirigió a su casa nuevamente.

Venía a medio camino cuando, de repente, su vehículo empezó a tirar hacia un lado.

- ¿Qué demonios sucede ahora? - se dijo mientras se detenía lentamente\, bajando a un costado de la ruta.

Al descender del auto noto que una de sus cubiertas estaba pinchada. Miro al cielo y exclamo

- ¿Es enserio?

A su alrededor, parecía que el mundo estaba suspendido. No se podía divisar ni un alma cerca, no pasaban autos, no había ninguna casa, era campo, campo y más campo.

Saco las luces de seguridad del maletero y busco lo necesario para cambiar el neumático.

No fue hasta ese instante en el cual se dio cuenta que jamás había hecho eso ella sola.

Tomo su celular y trato de llamar a la grúa.

SIN SEÑAL

Ahí estaba, en plena ruta, sola y sin poder comunicarse con nadie.

- ¿Esto es idea tuya? - dijo mirando al cielo\, como si su Dios\, un ángel o el mismísimo universo le fuera a contestar.

Ya había pasado más de tres cuartos de hora cuando, de repente y muy a lo lejos se escuchó el ruido de una moto que se acercaba. Pero, no tuvo tiempo de hacer seña alguna ya que paso a toda velocidad.

-Maldición- dijo y giro para ver pasar el vehículo.

Este se detuvo a unos metros y volvió en sentido contrario. Al llegar a su lado, el hombre que conducía le hablo.

- ¿Necesitas ayuda?

Lucia levanto sus hombros y apenas sonrió, si él no se dignaba a socorrerla tendría que caminar los próximos 15 kilómetros hasta la ciudad.

El desconocido apago su moto y descendió de esta.

La mujer por un momento sintió miedo.

(- ¿Y si era un loco de estos que salen en los noticieros? - ) pensó.

Era un hombre joven al parecer, como de 1,80 metros y de contextura gigantesca.

(- ¿Qué podría hacer ella para defenderse de semejante ser? -)

Pero se tranquilizó cuando este se quitó el casco y esbozo una sonrisa.

Era un adonis, de esos que solo se ven en películas románticas o de acción.

(-Ok, si es un loco asesino y quiere poner sus manos sobre mí… creo que moriré feliz-) Lucia sonrió con ese pensamiento, pero dejo de hacerlo cuando vio que él la observaba.

Mientras ella lo contemplaba con la boca semi abierta, el saco de su muñeca una liga y se sujetó el cabello. Con una barba abundante y unos ojos color miel, no tenía nada que envidiarle al mismísimo Apolo.

- ¿Te encuentras bien? - pregunto con voz grabe.

Lucia seguía encandilada con lo que tenía en frente. Unos mechones caían sobre su cien como al descuido lo cual lo hacían ver muy sexy.

- ¿Estas bien? - volvió a preguntar aquel hombre

-Sí, si – contesto ella y simulo una tosecita que la trajo nuevamente al camino. - Solo pinche un neumático y no se cambiarlo.

-Eso no es problema- agrego rápidamente el súper héroe de Lucia.

Sacando el neumático de repuesto de la cajuela y comenzando a socorrer a la damisela en apuros.

En un momento se detuvo solo para quitarse la campera de cuero negra y roja que llevaba puesta y se la paso a la mujer que no dejaba de mirarlo. Debajo de esta tenía solo una remera térmica muy ajustada que no dejaba nada a la imaginación. Su cuerpo estaba moldeado por un artista del renacimiento. Lucia jamás había visto tan de cerca una figura como esta.

(-Por Dios-) se dijo- (Solo me falta aullar como un lobo y soy el personaje de “La Máscara” cuando ve cantar a Cameron Días. - ) este pensamiento le causo risa nuevamente, lo cual hizo que el muchacho girara a mirarla, provocando un calor en el rostro de ella.

Saco su celular y, sin que él la viera le tomo una fotografía. Quería mostrarle a su amiga lo que el destino, por así llamarlo, le había puesto en su sendero.

El hombre se puso de pie rápidamente, en 2 pasos estuvo sobre Lucia, quien dio un grito al

tenerlo tan cerca.

- ¿Eres una maldita periodista? - murmuro aquel gigante tomando la mano de la mujer en la cual tenía su móvil.

Lucia movió lentamente su cabeza en forma de negación.

- ¿Eres una maldita periodista? - repitió el\, sacudiéndole la mano frente a su cara como para que supiera que sabía lo de la foto.

-No, te juro que no. Solo la tome para estar más tranquila. Hoy en día no se sabe quién es quién- quiso defenderse Lucia.

- ¿Cómo? ¿Tengo cara de mal viviente o de depravado? – volvió a interrogarla

La cercanía entre ellos era mínima, podía sentir como la respiración de aquel hombre golpeaba contra su rostro. Y su perfume hizo que la piel de ella se erizara.  Hacia años o tal vez siglos que no se sentía así.

¿Qué le estaba ocurriendo?

-Lo siento mucho, te pido mil disculpas. – murmuro Lucia.

Fueron unos segundos de tención, pero luego el soltó su mano.

-Perdóname tú a mí, no es buen momento para estas cosas- dijo y tomando el celular de la mujer borro la foto. Se lo devolvió, y ya más calmado termino el trabajo.

Minutos más tarde estaba todo resuelto. Había un silencio interminable. Aquel hombre guardo todo en su sitio y voltio hacia donde se encontraba Lucia que seguía mirándolo apenada.

-Ya puedes continuar tu viaje- Le dijo mientras tomaba su campera y subía a su moto.

-Muchas gracias y mil disculpas. En realidad, me siento muy apenada por ser tan grosera-  Se excusó ella.

El solo asintió con la cabeza, se colocó el casco y dejo el lugar sin decir nada más.

En el camino Lucia sonreía sola. El mal momento se había transformado en algo muy cómico.

Llego a su casa, se dio un baño y salió para la tienda

Ya en el local, lo primero que hizo fue llamar a Brisa para contarle su percance.

-Me comporte como una adolescente- dijo mientras reían las dos amigas – Solo quería tener una

 foto- siguió diciendo Lucia.

-La anécdota quedara en el recuerdo- contesto del otro lado la mujer más joven.

Lo que ellas no sabían, no podían ni sospechar, era que allí había empezado la verdadera

historia.

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