Entre la multitud despreocupada se encuentra caminando un pequeño chico quien lucha por avanzar entre la multitud mientras cubre su pálido rostro con una capucha algo desgastada y una mascarilla dejando ver únicamente sus enrojecidos ojos, su esfuerzo da frutos cuando finalmente llega a la vieja estación de radio en la que trabaja, al entrar lo saluda tímidamente una joven chica sentada en un escritorio cerca de la puerta principal quién registra la entrada de todos los trabajadores.

Aliviado de estar lejos de la multitud retira las prendas que cubren su rostro y respira relajado lejos de la gente entre las entrañas del viejo y desolado edificio él se siente como en casa sin nadie que lo pueda ver o juzgar, pero su tranquilidad no dura mucho, poco a poco comienzan a llegar sus compañeros de trabajo quienes opacan el tranquilo y armonioso rechinar del metal desgastado con sus fuertes voces y pasos mientras ignoran la presencia del chico parado a pocos metros de distancia, todos toman sus puestos y la estación comienza a funcionar, Oliver el pequeño rubio pone su roja mirada sobre el micrófono que yace frente a él y cuando le dan la señal su personalidad cambia por completo para hablar de forma muy segura y animada sobre las noticias de la semana y sobre las grandes y heroicas victorias del equipo de soldados que salen todos los días de la seguridad del refugio, por la forma en la que hablan hasta parece que Oliver y su compañero se llevan bien pero la realidad es que ese es el único momento en el que interactúan juntos, a pesar de ser ignorado por la gente que lo rodea Oliver se siente tranquilo y relajado hablando y recibiendo comentarios de los radioescuchas ya que es la única forma en la que él puede relacionarse con otras personas sin miedo a que lo  juzguen por su apariencia pero lamentablemente su felicidad no dura mucho ya que deben hacer una pausa al programa matutino y regresa a su solitaria realidad donde todos sus compañeros se juntan a hablar entre ellos mientras él es dejado atrás, tímidamente toma su comida y se sienta en un rincón apartado de todos viendo a la distancia como sus compañeros hablan y ríen sin preocupaciones pero uno de ellos desvía su mirada en dirección al joven chico apartado y luego de notar su enfermiza presencia observándolos hace un pequeño gesto de desagrado y continua ignorándolo, pero eso no es algo que lo afecte mucho ya que siempre fue tratado así, los médicos de la ciudad subterránea creen que nació así debido a que su madre recibió mucha radiación durante su embarazo mientras intentaba llegar a la ciudad escondida entre el devastador yermo, incluso consideran que Oliver sobreviva a sus desesperados 17 años era un milagro ya que tan alta cantidad de radiación en un feto debió causarle la muerte a pocas semanas de nacido; Aun así tanta soledad no es buena para nadie y eso se deja ver ya que siempre creyó que se había acostumbrado a estar solo y ser tratado de esa forma pero la tristeza invade su enfermo corazón cada vez que lo alejan y su trabajo en la radio es lo único que calma esa enfermedad que lo atormenta, ya pasado el descanso todos vuelven a sus lugares, se supone que Oliver debería hablar sobre una tormenta de arena que se aproxima pero en lugar de eso se queda en pausa unos segundos viendo el micrófono frente a él, su compañero intenta llamar su atención diciendo el nombre de Oliver una y otra vez –Oliver, Oliver- Repite mientras intenta mantener la calma hasta que vuelve en sus sentidos y levanta la cabeza para ver a su compañero directamente a los ojos –Se supone que debería de hablarles sobre una tormenta de arena que se está acercando pero no se preocupen, de todas formas no nos pasará nada, estamos completamente seguros aquí adentro, en lugar de eso mejor les contaré una historia- brevemente Oliver sonríe un poco mientras los otros chicos se miran confundidos y sin saber que hacer hasta que el pequeño chico comienza a narrar -Había un chico joven en la ciudad, uno que nació aquí como todos los demás y era una persona más del montón, alguien a quién nadie extrañaría ya que no tenía muchos amigos y nunca hizo nada importante para su comunidad, él no podía dejar de pensar en sí debía hacer algo significante con su vida antes de quedar en el total olvido ya que nada le daba más miedo que desaparecer por completo, él estaba cansado de ser un ratón que se esconde de todo por miedo a las consecuencias pero no sabía cómo salir de su oscura y lamentable ratonera.- Oliver estaba tan perdido en su historia que no se había percatado de que ya no estaba al aire y de entre las profundidades del edificio se escucha la voz del jefe llamando muy furioso a Oliver, al escuchar esa imponente voz sus compañeros dan un salto para después quedar completamente paralizados en sus lugares, el hombre alto, escandaloso y con un notorio sobrepeso se acerca a Oliver poco a poco y cada paso hace resonar las metálicas paredes de la estación de radio como nadie había oído antes -¡Se supone que tienen UN GUION, sigue el guion que se te escribe! ¿¡Ahora por qué se te ocurre andar hablando estupideces!?- Sin saber que decir Oliver se queda callado en su lugar mirando los pies del hombre parado frente a él, ante la falta de respuesta su jefe se enfurece aún más y le ordena regresar a su casa de inmediato.

Tristemente camina con la cabeza agachada mientras se tropieza con la gente en su camino a casa, decepcionado y apenado abre la puerta y no hay nadie allí, esperaba encontrar a su madre en casa, pero debido a que volvió antes de tiempo ella aún no está presente, inundado de vergüenza se encierra en su habitación mientras espera a que pasen las horas. Luego de varias horas escucha la puerta abrirse, es su madre quien acaba de volver del hospital, rápidamente Oliver abre la puerta asustando a su madre en el proceso ya que ella no esperaba que este allí, aliviada de ver a su hijo suspira mientras se toca suavemente el pecho

* ¡Me asustaste!... ¿Pero ¿Qué haces aquí? Deberías estar trabajando a esta hora

-Perdón mamá, pero me había sentido muy mal y me mandaron de regreso.

* ¿Te sentías mal?

Olivia dice eso mientras sujeta con fuerza unos papeles en sus manos y muerde un poco sus labios, Oliver nota ese gesto y dirige sus ojos a los papeles mientras siente un nudo en su garganta - ¿Salió todo bien verdad? ¿Son los análisis? - pregunta Oliver mientras su madre le hace un gesto para que se siente en una de las sillas cercanas a ellos a lo cual accede, lentamente el silencio y el suspenso inundan el comedor mientras madre e hijo se miran frente a frente y los papeles que se encuentran boca abajo en la mesa esconden la desgarradora verdad que Oliver intuye por la apenada y lamentable mirada de su madre a punto de romper en llanto, con tal de romper el suspenso Oliver toma los papeles temblorosamente y procede a leer su contenido...

Desde su nacimiento Oliver siempre tuvo problemas de salud, eso no es nada raro, debido a la radiación en el ambiente es muy común ver personas con horribles enfermedades, desde problemas genéticos, malformaciones e incluso distintos tipos de canceres, pero una de las más horribles enfermedades es una que provoca falta de melanina a nivel general del cuerpo o mejor dicho albinismo, dientes torcidos que toman una forma más primitiva, perdida de funciones neuronales básicas convirtiendo a la persona en un ser impulsivo, muy poco comunicativo y extremadamente violento llegando en ocasiones a atacar a otras personas e incluso comerlas además pierden la capacidad reproductiva no solo porque son estériles debido a la alta cantidad de radiación sino también que pierden todo tipo de impulso sexual, las personas que sufren dicha enfermedad son llamadas necrófagos ya que por la gran cantidad de radiación los pacientes sufren de necrosis muy evidente provocando la muerte en cuestión de tiempo pero a esa enfermedad no solo las sufren humanos sino también animales y no tiene cura una vez comienzan a perderse las habilidades comunicativas, aun así es bastante fácil de evitar sí eres una persona de la ciudadela oculta ya que solo se contrae sí la persona está expuesta a grandes cantidades de radiación durante un periodo de tiempo muy largo , pero a pesar de que la ciudadela proteja a sus ciudadanos de enfermedades como esa vivir en una sociedad tan paranoica te expone a distintos tipos de discriminación como la que sufre Oliver ya que él nació con albinismo y problemas bucales teniendo los dientes disparejos y algo puntiagudos debido a las malas condiciones durante su desarrollo embrionario y a pesar de tener buen tratamiento médico ya que su madre Olivia trabaja en uno de los mejores hospitales de la ciudadela nada lo salva de la discriminación de la gente quienes lo tratan como sí fuera un necrófago, eso provocó que durante su infancia él creyera que era un monstruo o algo similar y que le diera miedo mostrarse ante la gente que lo rodea motivo por el cual camina por la calle cubierto de pies a cabeza pero ahora su albinismo y problemas dentales son el menor de sus preocupaciones ya que tuvo mucha dificultad para concentrarse, vómitos, pérdida de memoria e incluso convulsiones síntomas que preocuparon mucho a su madre y lo envió a que le hagan unos análisis médicos ya que temía que su hijo pudiera estar convirtiéndose en un necrófago real y verdaderamente Oliver creía que era eso por la tristeza en el rostro de su madre quien ya sabe que es lo que tiene por lo que volteo y leyó los papeles muy temeroso de la verdad, para su sorpresa no se trataba de lo que temía pero los resultados siguen sin ser muy alentadores, todo lo contrario, era una horrible noticia ya que le encontraron un tumor cerebral el cual provocaba todos esos síntomas, se trata de un caso de Gliomas que le provocaron un gran tumor el cual está afectando partes sanas de su cerebro ramificándose rápidamente, la mayoría de ese tipo de tumores resulta ser canceroso, uno de los tratamientos más comunes para este tipo de tumores es operarlo pero ya es muy tarde para operar al de Oliver debido a que esta ramificado en varias partes de su cerebro y medula espinal por lo que esa opción es imposible y la quimioterapia solo atrasaría lo inevitable por lo cual su esperanza de vida se había reducido considerablemente, en ese momento Oliver solo podía pensar en que probablemente le quede poco tiempo de vida y lo desperdició escondiéndose de todos y sin poder vivir una vida la cual valga la pena y es que debido a eso Oliver nunca logró tener un amigo, mucho menos una novia y pasó la mayor parte del tiempo escondido en su madriguera como el ratón cobarde que es y ahora moriría allí sin haber logrado nada y siendo olvidado como una pila de basura, todos esos pensamientos inundaban su mente mientras sujetaba los papeles sin hacer ningún movimiento y su madre ya casi no podía contener las lágrimas que llevaba guardando mucho tiempo dejando que un gran y doloroso silencio callera sobre el pequeño comedor, lentamente Oliver levantó la cabeza y puso sus ojos sobre la lampara que cuelga sobre la mesa y notó que él es la única persona en su familia que nunca hizo nada por nadie y que es considerado un cobarde ya que sus padres fueron capaces de atravesar el inhóspito yermo luego de que su antiguo refugio fuera destruido por las horribles criaturas que lo habitan y ya en la ciudadela su padre se convirtió en un soldado quien sale de la seguridad de su nuevo hogar para mantenerlo a salvo de esas criaturas, su madre es una medica respetada quien se asegura de cuidar de las personas más vulnerables y su hermano mayor es un policía que mantiene la paz y el orden dentro de las murallas de la ciudadela, pensar en todo eso le hizo un poco de gracia, que de una familia tan exitosa llena de miembros indispensables para la supervivencia de la sociedad haya salido el pequeño ratón de la radio que solo es una sombra inútil y totalmente dispensable pero ahora que es totalmente consiente de que su vida tiene una cuenta regresiva ¿va a seguir igual que siempre y sucumbir ante su muerte inminente o aprovechará el tiempo que le queda para ser alguien importante como el resto de su familia? Es una pregunta difícil ya que no tiene una inteligencia muy notable y su tumor limita aún más sus capacidades mentales y tampoco es fuerte y valiente como para convertirse en un gran héroe, pero había algo dentro de él que lo inquietaba, quería demostrarle a las personas que lo ignoraron, maltrataron y menospreciaron todos estos años que estaban equivocadas con él, demostrarles que no es un monstruo sino todo lo contrario, no se sabe sí es por el tumor que aprieta su cerebro impidiendo que piense con claridad o una revelación sobre quien es él en verdad pero quería volverse un soldado respetado igual que su padre para mostrarle a la gente de lo que es capaz.

Poco a poco fue cerrando sus ojos y dejando que un suabe suspiro salga por su boca mientras su madre permanecía sentada en su lugar con la cabeza agachada dejando que su oscuro cabello castaño tape las pequeñas lagrimas que caen sobre la mesa –Nunca vi el cielo, pero tu si... ¿Como se ve? - Al escuchar las palabras de su hijo Olivia levantó la cabeza confundida y sin saber que decirle permaneció observándolo en silencio mientras las lágrimas aun recorriendo sus mejillas.

-Bueno... Es celeste y muy brillante.

-Quiero verlo.

- ¿Como? No puedes salir de la ciudadela.

-No aun no puedo hacerlo.

Rápidamente la expresión de tristeza de Olivia se transformó en preocupación hasta que se escuchó el sonido metálico de la puerta principal abriéndose dejando ver la alta figura de un hombre de pelo negro y varias cicatrices por todo su cuerpo, era Helmet el padre de Oliver, Olivia sin dudarlo dejó su asiento y se puso de píe frente a su hijo el gran hombre dejó su abrigo en un perchero y se acercó a Olivia para saludarla con un beso, luego de eso vio a Oliver pero no le dio mucha importancia y continuó su camino para buscar algo para comer, con pena en su mirada Olivia volteó a ver a Oliver, ella no sabía cómo su esposo se tomaría la noticia de la enfermedad de su hijo ya que ellos dos nunca fueron muy unidos, no se sabe por qué pero el padre de Oliver nunca le dio mucha importancia sino que se centraba más en su hijo mayor Benet, ante la indiferencia de su padre Oliver baja los papeles y se levanta furtivamente para encerrarse en su habitación mientras escucha a sus padres hablar a través de la puerta de forma preocupante.

Pegado a la puerta de metal que separa su habitación del comedor Oliver permanece intentando escuchar la conversación de sus padres mientras intenta tomar el valor suficiente para salir y confrontar a su padre, muerde su labio y aprieta sus puños lleno de impotencia ¿Sí no puede ni hablar con su padre como va a cambiar la mentalidad del resto de la gente? Los pensamientos que inundan su mente hacen que se vuelva a sentir como un pequeño e indefenso niño cobarde que se esconde de todos, por más que lo intente siempre vuelve al mismo lugar, aún temeroso abre despacio la puerta y ve a Olivia sentada en la silla mientras recuesta su cabeza en la mesa al oír la puerta Helmet mira a Oliver y llama su nombre, sale de su cuarto con la cabeza agachada y su padre lo observa con los brazos cruzados - ¿Hiciste algo malo?- Oliver levanta su cabeza y mira a su padre directamente a los ojos.

-No.

- ¿Entonces por qué te comportas como sí lo hubieras hecho? No es tu culpa estar enfermo.

-No es por eso que estoy así.

- ¿Y por qué es?

-Quiero ser un soldado como tú...

Al escuchar eso Helmet se sacude su corto pelo negro con su mano mientras se mueve un poco inquieto.

- ¿Tu madre y yo pasamos un infierno allí afuera para poder llevarte a ti y a tu hermano a un lugar seguro y ahora quieres salir? ¡Yo me arriesgo saliendo todos los días para que ninguno de ustedes deba hacerlo!

-Perdón.

- ¡No te disculpes conmigo mejor hazlo con tu madre, ya de por sí es difícil estar en el yermo siendo alguien como yo imagina lo que sufre una mujer embarazada allí afuera!

- Perdón mamá...

- No quiero volverte a oír decir algo así, mejor quédate en la radio donde estás seguro, eres bueno en eso, no desperdicies el tiempo que te queda.

- Si papá.

- Y ya no te comportes así pareces un niño, ahora ve a tu cuarto y reflexiona.

Oliver fue a su cuarto y permaneció allí el resto de la noche, no pudo dormir mucho pensando en sí debería intentar convertirse en un soldado o hacerle caso a su padre y seguir igual que siempre, estuvo tan hundido en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que ya amaneció, no llega mucha luz del día hasta una zona tan profunda de la ciudadela subterránea, pero suenan alarmas indicando las horas del día así que Oliver se levantó lo más rápido que pudo y fue corriendo hasta su trabajo, justo cuando estaba entrando María la chica que trabaja en la entrada lo detiene llamándolo por su nombre - Oliver, te dejaste esto ayer...- tímidamente ella extiende sus brazos en dirección al chico rubio, estaba sujetando el abrigo con el que había ido a trabajar el día anterior, se fue tan apresurado que olvidó llevárselo con él, sin decir nada Oliver lo toma y continua su camino, es la primera vez que llega tarde y todos lo esperaban preocupados porque debían hacerle una entrevista a una persona muy importante, luego de disculparse con sus compañeros se arreglaron para emitir el programa, finalmente llega la hora de hacerle la entrevista al invitado especial de la mañana y se trata del general del equipo de exploración, son hombres y mujeres que salen del refugio a zonas muy poco exploradas del yermo enfrentándose a caminos muy adversos y con una alta probabilidad de fallecimientos, debido a todo lo que le pasó Oliver se había olvidado que él era el invitado de ese día y cuando entró se puso nervioso con tan solo notar su presencia, Herschel Romanov, el invitado del día toma su asiento entre Oliver y su compañero Sam con quien suele emitir las noticias.

Durante todo el tiempo que duró la presentación Oliver no pudo despegar sus ojos de Herschel y cuando tenía que hacerle preguntas tampoco podía evitar tartamudear un poco aun así Oliver no quería desperdiciar su oportunidad de sacar un poco de información sobre cómo podría unirse a ese equipo ya que su padre no lo dejaría unirse al equipo de combate quienes atacan a criaturas del yermo que se acercan demasiado a la ciudadela pero para poder obtener esa información debía salirse del guion y ya había tenido problemas por eso así que cualquier cosa extra que le pregunte debía valer la pena pero lo que decida debe ser pronto ya que la entrevista está cerca de terminar –Hay mucha gente que quiere ser parte de esta brigada pero ¿Un menor de edad podría ingresar sin la autorización de sus padres o puede unirse faltando poco para cumplir 18 años?- Oliver lanza esa pregunta y rápidamente Sam comienza a ver entre los papeles donde se supone que decía eso –No puede firmar el contrato sin tener mínimo 18 años pero si puede ingresar a las pruebas previas al entrenamiento, sí las aprueba puede empezar su entrenamiento que dura un mes pero debe cumplir 18 años antes de que este termine para así poder firmar su contrato- Sam estaba confundido pero le siguió la corriente a Oliver como sí esa pregunta estuviese guionizada como todas las demás y hace una sonrisa forzada mientras finge que todo está bien

- ¿Y cuándo se harán las nuevas pruebas de ingreso?

- El próximo mes van a haber pruebas nuevas, estamos cortos de personal debido a las recientes bajas y abandonos así que el nivel de ingreso bajó un poco pero el entrenamiento es igual de duro.

Sam mira a Oliver sin entender porque hace esas preguntas, pero por el bien del programa sigue fingiendo que todo está bien, finalmente la entrevista termina y aparece el jefe de Oliver furioso como era de esperarse, se acerca muy rápido al pequeño chico quien retrocede un poco - ¡Otra vez Oliver! ¿¡Qué te dije ayer!? ¡Estas jugando con mi paciencia así que será mejor que te desaparezcas pronto! - Oliver le hizo caso y se fue de allí sin decir ni una sola palabra, esta vez no estaba preocupado ni deprimido ya que sabía que las exigencias de ingreso habían bajado, pero aun así debía esforzarse en entrenar para poder aprobar, pero él nunca había hecho ninguna prueba de ingreso de ese estilo además de que su padre no lo ayudaría a entrenar y no es muy bueno hablando con gente así que no podría pedirle ayuda a nadie, la única persona que podría ayudarlo es su hermano mayor quien no sabe sobre lo que le dijo a su padre porque ya no vive en la casa por lo tanto sí le miente podría ayudarlo a entrenar para la prueba de ingreso, nunca le mintió a su hermano y no sabría por dónde empezar pero al igual que sus padres Benet también sabe cómo es la vida en el yermo ya que tenía 8 años cuando tuvo que vivir ese infierno por lo que se negaría rotundamente a ayudarlo por lo que no tiene otra opción, mientras se dirige a la casa de su hermano va pensando en una mentira pero nada se le llega a la mente, inconscientemente ya estaba frente a la puerta y los nervios recorrieron todo su cuerpo, pensó en ir otro día pero una voz en su espalda hizo que se paralice.