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La Duquesa Abandonada

1- Duquesa.

Se preguntarán que clase de historia es esta, pues es la más rara al menos para mí, quien fui en la vida que terminó, fui una empresaria muchas de mis empresas alrededor del mundo fueron fundadas por mí, eran agencias de seguridad, tenía a la mejor gente, desde guardaespaldas personales, hasta seguridad completa en empresas, ahora estoy aquí tomando té, por qué no hay café, voy a morir sin café, este mundo es de una época muy atrasada, no hay tecnología no hay luz eléctrica, son unas piedras con magia, magia pueden creerlo.

Fui Fabiola Rivera, morí a la edad de 45 años, me casé dos veces, pero por mi trabajo mis matrimonios no funcionaron, no tuve hijos por la misma razón, para mi los niños necesitan ambos padres presentes, yo viajaba mucho y dejar a un hijo a cargo de alguien más que pudiera lastimarlo no me agradaba.

Así un día en un accidente automovilístico perdí la vida, en el camino un tráiler que transportaba gasolina se quedó sin frenos, más adelante estaba una caseta de cobro con muchos carros con familias, si ese tráiler llegaba ahí decenas de personas morirían, lo único que se me ocurrió fue sacarlo del camino, el desastre sería grande, pero sin perdidas humanas y así mi sacrificio sería recompensado, en la oscuridad inmensa dios me dijo que me daría otra oportunidad, que viviera muchos años.

-Querido dios, gracias, pero es en serio una novela 😣 y en una tan mala como está voy a volver a morir.

Ahora soy la duquesa de Graham, Aina Graham.

Estoy en un mundo donde hay diferentes reinos, la historia que leí trata de un amor puro y verdadero, que después de años ha triunfado 😩

Mi personaje fue criado para ser Emperatriz desde los 5 años, ella amaba a su prometido el príncipe, pero a la edad de 16 años él se enamora de una baronesa dejando a un lado a su prometida, como siempre lo clásico en una novela cliché, la Emperatriz dio la orden para que Aina se casara con el duque Graham quien era un hombre guapo he importante, también su sobrino, pero él también amaba a la baronesa, cuando ella eligió al príncipe, el duque se deprimió mucho aún más al saber la orden del emperador.

El Duque Graham tiene un pequeño hijo, de su primer matrimonio, la madre del niño murió en el parto, en la novela no se habla mucho de ellos.

Así Aina y el duque se casaron, viviendo un infierno, ella siempre deprimida y llorando por aquel príncipe, el duque añorando a su gran amor, jamás convivio con el niño.

El príncipe y la baronesa se casaron y serían felices, pero como no todo es miel sobre hojuelas, la baronesa no sabía cómo hacer las cosas, los problemas empezaron solo dos años después, el Emperador estaba furioso por qué ella no ponía de su parte para aprender, entonces los nobles empezaron a protestar, nombraron aún asistente y la princesa retirada del cargo, sobre todo por qué al ser la princesa, mostró su verdadera personalidad, era arrogante, grosera, déspota con la gente del palacio, cosa que el príncipe noto y le pidió el divorcio.

Tiempo después aparece la verdadera protagonista que logra conquistar al príncipe, mi personaje lleno de celos intenta recuperar al principe, sin éxito, con el paso del tiempo aquel niño crece solo y se convierte en un villano, condenado a su madrastra a muerte.

-Maldita sea, yo no voy a perder la cabeza, ese niño no me va a matar y si pido el divorcio, tampoco voy a sufrir por un hombre que no vale la pena -Decia con una mueca de desagrado en el rostro.

-Señora ya despertó su fiebre estaba muy alta, me asusté y me preocupé mucho. -Le decía su doncella que entra con una jarra de agua.

-Está el duque?

-No señora, fue a las minas, ahí estará unos meses, me parece que hay problemas con una de ellas.

-Bien, ayúdame a prepararme, dile al mayordomo que quiero verlo en la sala.

-si señora.

La doncella ayudó a Aina a cambiarse, al estar lista baja a la sala y ahí ya estaba él mayordomo.

-Señora buenos días. -Le decía inclinando la cabeza.

-Señor Felipe, he decidido empezar con mis actividades propias, así que lo primero que haremos será conocer el manejo de la mansión y de ahí lo demás, también quiero ver al niño, solo lo he visto un par de veces.

-Mi señora está segura, bueno desde que llegó no quiso hacerlo, ahora mi sobrina se hace cargo de eso.

-Acaso dices que no puedo hacerme cargo, yo, la duquesa de estas tierras.

-No, no para nada. -Él estaba nervioso, la duquesa desde que llego ha estado deprimida y no sale mucho.

-De ahora en adelante lo haré, son casi dos años, estar casi al borde de la muerte me hizo comprender que debo hacer algo por el bien de esta gente ¿tú tienes el sello?

-No señora. ** Pero que le pasa, acaso ya enloqueció 😣**

Así día tras día el mayordomo le mostraba la mansión, que más bien parecía un palacio, las bodegas la casa de los empleados, las oficinas administrativas, al niño lo ve de lejos es pequeño , el está con su niñera, tendrá que pensar si decide quedarse o se va, incluso le muestran dónde sería su despacho.

Una joven estaba ahí se sorprende al verla llegar, saluda de mala gana y Aina se da cuenta.

-Es tu sobrina?

-Si mi señora.

-Mmm bien, dile que tiene dos semanas para desocupar mi oficina.

-Disculpe? Duquesa, el duque fue quien la contrato.

-No la estoy despidiendo, solo te dije que la quiero fuera de mi oficina, déjala como secretaria de mi esposo o como asistente del asistente, por cierto el dónde está.

-Debe estar en la oficina del duque.

-Entonces vamos.

Aina entro al despacho y un joven se pone de pie para saludarla.

-Duquesa buen día.

-Buenos días, quería preguntarle, si su hermano sigue sin trabajo, sé que está en la capital.

-No señora él no ha encontrado trabajo.

-Mándale un mensaje, dile que venga él será mi asistente.

- Como? Usted lo va a contratar.

- Si, que se de prisa, me retiro.

-Si señora muchas gracias...

Así Aina comenzaba a organizar todo, ella no es la verdadera Aina así que no tiene por qué seguir encerrada, si hasta ese punto de la historia no ha hecho nada, si le dieron otra oportunidad la va a aprovechar, iniciará ahí o talvez más adelante pida el divorcio, pero tiene los conocimientos de Aina, todo lo que sufrió para ser Emperatriz, les va a demostrar que ella es mucho mejor que la dizque princesa heredera, así logrará vengar un poco a Aina, pero con hechos.

-Moriste por la fiebre, sabías mucho pero espera, ese maldito se va arrepentir de haberte dejado, los nobles que te dieron la espalda rogaran que regreses y con la frente en alto les diré que se vayan al diablo todos

2 - Planes

Aina al conocer mejor la mansión, le gusta salir a caminar en la tarde

-Waaooo!! Esto si es hermoso, sin contaminación.

Ella estiraba sus brazos, pensando que debe por lo menos correr, ve a algunos caballeros, ella es diestra en esgrima, maneja el arco, y sabe defenderse, en sua empresas desde joven entreno, si bien las armas aquí no son como las que usaba, puede aprender con las que hay, se pregunta si habrá mucha diferencia.

-Puedo decirle a un caballero que me muestre su espada 😏

Aina nada más reía, hasta que un ruido la distrae, poniéndola en guardia, se da cuenta de que no lleva ni una daga o algo para defenderse, si alguien la ataca con ese cuerpo débil no podría hacer nada, pero al ver en las rocas está un pequeño niño escondido, se veía asustado.

-Oye qué haces ahí? Dónde están tus guardias?

El niño no le decía nada, hasta que vio a la niñera buscar y gritarle.

-Maldito mocoso, a dónde se fue.

-Que has dicho.

-Señora, no vio al niño, tiene clases.

-Clase? Solo tiene 5 años * bueno la Aina verdadera también tuvo clases desde los 5 años, que fastidio*

-El es un duque, debe tomar sus clases, usted no debe entrometerse.

-Disculpa, yo soy su madre, como es posible que no estés al pendiente de él.

-Debo seguir buscando, con permiso.

-Y está que se ha creído.

La doncella se fue enojada, el pequeño seguía escondido, no sabía si salir o no, él no conoce bien a Aina, solo la ha visto un par de veces.

-Luciel, que pasa porque no quieres ir a tus clases.

-Duquesa, no es nada solo no quería ir, son aburridas y el maestro es muy malo.

-Ven, vamos a caminar, dime por qué es malo.

El pequeño con miedo toma su mano, para caminar con ella.

-Dime qué pasó?

-Duquesa, él, él me golpea las manos si me equivoco

-Hee, por qué no habías dicho nada.

-Estoy solo, la niñera no me hace caso, mi padre no está y mi mamá tampoco.

-Bueno... Este... *Rayos*!!.

-No te preocupes, voy a despedir a tu Maestro y te contrataré a una nueva institutriz hay alguien que me enseñó a mi y es amable, como ella hay pocas, de niñera también te daré otra, si?

-Gracias, gracias duquesa.

Así ambos regresan a la mansión donde se armó un alboroto, primero por qué la duquesa traía de la mano a Luciel, después por qué el profesor fue echado junto con la sirvienta, que no quería irse, pero los caballeros es lógico que obedecieron a la duquesa.

Luciel era el más feliz por no tener clases, pero Aina lo puso a correr en las mañanas con ella, su entrenamiento lo paso al horario de la mañana en lo que su carta tiene respuesta.

Aina este día está en el jardín, como le dió dos semanas a la sobrina del mayordomo para dejar su despacho, ella hace planes en el jardín, lo primero que vio es que la mansión necesita una, las muchachas necesitan uniformes para el invierno y las bodegas tienen muchos productos repetidos que están a punto de echarse a perder, algo que noto es que los niños de los empleados no tienen maestro se supone que debería estar funcionando la escuela, pero no es así.

Está semana estará visitando el pueblo del Ducado junto con Luciel que no va de buena gana pero al menos nadie lo golpea.

-Por qué tengo que ir yo?

-La gente debe conocerte, tu eres el próximo duque y tu deber es protegerlos.

-Yoo?

-Si, tu, es deber de un noble ver por su gente, tu eres ayuda del Emperador.

-Como puedes considerarlo si te dejo.

-Oye! Ese fue un golpe bajo.

-Lo quieres todavía.

-Al príncipe? Mmm no, en realidad nunca lo ame, sabes crecí ahí, entre al palacio desde los 5 años, mi familia está en el sur, ahí hay grandes barcos que son de mi padre, el es un duque también, pero no he hablado con el desde hace mucho.

-Tu también estás sola.

-Si, tal vez le mandé una carta.

-Mi padre nunca está, siempre está en las minas o en la capital.

-El tiene mucho trabajo.

Aina no sabía cómo decirle que su padre no esta con él porque ella está ahí, a la capital no ha ido, él ama a la princesa heredera, por eso no va a la capital , ella eligió al principe y no a él, como decirle que ella tampoco estará mucho tiempo ahí, aquella princesa en estos momentos debe estar en problemas y cuando ella llame al duque él irá inmediatamente a ayudarla.

Ambos van conversando hasta que llegan y bajan, muchos se los quedan viendo, se preguntan como es que los dos están ahí.

En la mansión desde la ventana la sobrina del mayordomo los vio irse, está muy molesta.

-Tio no es justo yo he llevado todo desde que el duque me contrato.

-Debes obedecer ella es la duquesa.

-El duque no va a permitir esto, por qué debo dejar el despacho.

-Ella es la señora de la casa, esposa del duque, mejor apúrate en recoger tus cosas, ella puede despedirte.

-Ella no puede despedirme, el único que puede es el duque y le diré todo cuando llegué.

-Por favor solo obedece, no causes problemas o no podré defenderte.

La joven está molesta y se reusá a salir, después de unos días termino de sacar sus cosas, Aina llega y ordena cambiar las cortinas y algunos muebles.

-De este lado quiero un sillón más pequeño, esté está muy grande.

-Los muebles llevan así mucho tiempo

Le decía aquella joven.

-Si, pero yo trabajaré aquí y no me gusta, por cierto déjame mi sello, supongo que tú lo tienes, revisaré lo que has hecho, si tengo dudas te mando a llamar.

-El sello me lo dio el duque a mí.

-Si, y yo la duquesa te lo estoy pidiendo, puedes dármelo por las buenas o por las malas.

-Se lo daré cuando el duque regrese.

-Guardias!! - Grita Aina y los caballeros entran.

La joven está asustada, no pensó que ella los llamara.

-Esta joven no quiere entregar algo que es mío, o me lo entregas o te mando al calabozo.

3- Ducado

Aina estaba muy molesta y no dejaría que esa joven la tratara así.

-Usted no puede hacer eso.

-Si puedo, los caballeros me obedecen a mi por ser la duquesa, pueden llevársela y la encierran.

Les decía Aina a los guardias

-No puede hacer eso

-Bien no me lo des, vete no quiero verte.

Aina solo da la orden con la mano para que la saquen de ahí y la joven va gritando por los pasillos

-Usted no puede despedirme...

Aina tenía mucha paciencia porque cualquier otra persona ya la habría golpeado por insolente.

-No te estoy despidiendo, puedes ir con el asistente del duque, no te quiero aquí en mi oficina, lo del sello lo arreglaré después, soy la duquesa y con sello o sin sello yo doy las órdenes.

-El duque sabrá de esto

-Dile, no me importa.

Aina solo ve como se va enojada, durante unos días superviso todo, la ventaja de tener los recuerdos de la verdadera Aina hizo que todo fuera más sencillo, solo hay algunos errores, pero nada que no se pueda componer.

-Señora, me mandó a llamar?

-Si, ¿Eres la nueva jefa de las doncellas?

-Si.

-Bien necesito muestras de sus trajes, quiero que llames a la encargada de coser los uniformes, quiero que estén listas para el invierno, así como zapatos tipo botines como estos.

Aún le pasa unos dibujos de como quiere los nuevos trajes y los zapatos.

-Usted mandara a hacer esto para nosotras..

-Si, sus zapatos se ven muy incómodos, pasan mucho tiempo de pie, un zapato como las botas sin tanto tacón les cubre más del frío, sus uniformes son muy estorbosos, revisando la lista de salarios, hay algunas doncellas que tienen descuentos por romper cosas, la mayoría es por qué chocan con esa gran falda.

La jefa no podía creer que ella notará esos detalles, durante años nadie se preocupó por eso.

-Como usted ordene mi señora.

-Por favor dile al mayordomo que pase.

La jefa se va y el mayordomo entra extrañado, esa oficina se ve con más luz y tiene flores.

-Mi señora

-Necesito que me des los registros de las villas y las bodegas, quiero ir personalmente y comprobar estos registros.

-Hay algún problema?

-Sí, hay cosas que ya están por echarse a perder otras que no hay y sobre todo cosas que no son necesarias, quiero que me guíes.

-Si mi señora.

Así Aina inicio con sus deberes, de las bodegas fueron sacados los víveres y repartidos para que no se desechen, los grandes que ya llevan mucho tiempo también se repartió entre los panaderos para que hicieran pan para la gente más pobre, se ordenaron solo los víveres suficientes para evitar el desperdicio.

Luciel solo tiene clases de música por el momento, su maestro es amable y él quería aprender a tocar el piano, solo ve como poco a poco la mansión cambia, su niñera fue cambiada y ahora es una joven la que lo acompaña durante el día.

-Joven maestro, hay ropa que ya no le queda, necesita ropa para el invierno, debo informarle a la Duquesa.

-Si, gracias, crees que ella me pida la ropa, normalmente lo hace el mayordomo.

-Si, no se preocupe, usted está creciendo muy rápido, será igual de alto que su padre.

La mansión fue remodelada en algunas partes, ella ordenó muebles nuevos y en el jardín hablo con el encargado para que plantara flores de muchos colores frente a su despacho, a ella siempre le han gustado mucho las flores.

Luciel toma el desayuno y la cena con Aina, poco a poco se acostumbra y él se siente acompañado, siempre toma sus alimentos solo.

-Luciel, como van tus clases? ¿El maestro es de tu agrado?

-Si duquesa gracias, este...

Luciel dudaba en hablar y voltea a ver a la joven que es su niñera y ella le dice que hable…

-Que pasa?

-Es sobre mi ropa, ya no me queda, y...

-Entonces debemos mandar a llamar a la modista, mandaré por ella y tendrás ropa nueva.

-También puedo pedir zapatos?

-Sí, supongo que necesitas ropa de invierno, he notado que también necesitas ropa para entrenar, tú tienes magia verdad.

-Si, solo que no tengo maestro.

-No te preocupes, he recibido carta de mi institutriz, ella vendrá a enseñarte junto con su esposo que es mago.

-En serio, gracias! Ellos no tienen hijos?

-Sí, uno, él ya es mayor, ahora está casado, por eso me harán él favor de venir, debes entrenar tu magia, en unas semanas estarán aquí.

Luciel está feliz, es la primera vez que alguien se preocupa por él, la duquesa es amable y en el fondo quisiera llamarle mamá, pero teme que ella se moleste.

Al día siguiente, la modista y varias ayudantes estaban en la gran sala, solo veían los detalles, ya que es la primera vez que están ahí, la mansión afortunadamente ya estaba más arreglada y con más luz.

La modista se asombra al ver entrar a la duquesa, una mujer bonita acompañada de un niño.

-Excelencia gracias por llamarme, espero que mis diseños sean de su agrado.

-Gracias, la mandé a llamar por qué Luciel necesita ropa, me gustarían algunos trajes y sobre todo ropa cómoda para su entrenamiento.

-Claro, le tomarán medidas en lo que usted ve los modelos.

Luciel estaba quieto en lo que le toman las medidas, está es la primera vez que lo hacen, el mayordomo es quien le llevaba la ropa, algunas prendas justas y otras más grandes.

-Luciel que modelo te gusta, sé que en algunas ocasiones sales a fiestas, ven a ver los modelos.

-Yo?

-Si tu, tu te vas a poner la ropa, debes estar cómodo.

-Si, si me gustan, gracias.

-Eres el heredero de este ducado debes estar cómodo y presentable, lady necesita también ropa de cama y ropa interior, les daré un adelanto, para mí quiero este tipo de pantalones y vestidos menos estorbosos.

-Claro, lo que usted pida.

Aina y Luciel salen de la sala para ir cada quien a sus actividades, la modista solo recoge sus cosas y se va, la duquesa es muy amable, así que debe darse prisa con su pedido, ella es una clienta muy importante.

Después de unas semanas un joven llega al Ducado, él era Noel, sería su nuevo asistente, llegó se instalo y fue a presentarse.

-Señora, mi hermano ha llegado.

-Que pasé, me da gusto tenerlo aquí.

-Soy Noel duquesa, en verdad le agradezco que me contratará.

-Bueno en parte tenemos la culpa, mi esposo y yo quedamos con mala fama en la capital, aparte ustedes son hermanos y es mejor que estén aquí juntos.

-Gracias mi señora.

-Necesito ayuda para organizar el festival, está vez quiero hacer algo diferente.

-Como ordene mi señora,

Con el paso de los días Aina y Noel trabajan juntos, en esta ocasión preparan un baile para el invierno, tiene años que no se realiza y es hora de que los nobles tengan algo de entretenimiento.

-Según los archivos se hace un festival, creo que debemos checar como era, no hay archivos de eso.

-No señora, pero aquí dice que el festival lo siguen haciendo, solo ponen puestos pero nada más.

-Iremos más tarde al pueblo y veremos en qué calles se ponen.

Luciel vio como Aina se alista para salir y él fue con ella, trata de acompañarla, en las mañanas está con ella haciendo ejercicio, pero le gusta su compañía, además sentía celos de Noel, el es muy alto y guapo, sabe que su padre no quiere a Aina y tiene miedo de que ella se vaya.

Aina en el pueblo se decepciona, al atardecer, todo se ve oscuro.

-Ponen lámparas o algo?

-No se, creo que era mejor traer a mi hermano.

-Usted es la duquesa

Le decía un niño que paseaba por ahí.

-Si soy yo, tu sabes si las calles las alumbran.

-Si los cristales se encienden ya que se pone el sol por completo.

Le decía el niño con un poco de pena para irse corriendo

Cuando el sol se metió por completo los cristales alumbran pero muy poco, algo que a ella no le gusta.

-De esos cristales hay más pequeños?

-Si la mayoría los desechan, ya que entre más blancos y grandes alumbran más.

-Ya sé cómo adornar la ciudad y el jardín de la mansión, ahí empezaremos, vamos ☺️

-Como?

Le decía Luciel intrigado.

-Te mostraré después, tengo una idea.

Noel tampoco entendió pero mandaron a llamar a un artesano y al encargado de la bodega.

En el despacho un artesano está nervioso, fue llamado al Ducado pero no sabe la razón, pronto llega otra persona con una caja de piedras de luz pequeñas, tampoco sabe por qué está ahí.

-Buenas tardes.

Decía Aina al entrar con Noel, ambos señores hacen reverencia y Aina pide que tomen asiento en la sala, algo que les extraña, ningún noble le invitaría aún plebeyo a sentarse con él, voltean a ver a Noel que les dice que tomen asiento.

-Los hice venir porque quiero que me hagan algo especial, si bien la ciudad cuenta con algunas lámparas grandes para el festival, me gustaría pedirles otra cosa.

Aina ponía un dibujito sobre la mesa.

-Ven con estas piedras de luz que son más pequeñas quiero que les den una forma más redonda, que usted que es herrero les ponga algo para que puedan colgar, y así formar está tira de luces

-Si mi señora se ve bien, yo le haré lo que me pide.

-Verdad que si, el festival es por el invierno, pero quiero que sea especial **Aquí no hay navidad, pero a mí siempre me gustó mucho**

-Como usted diga.

-También quiero que la cuerda sea de un material resistente, al nevar mucho pueden romperse y causar un accidente.

-No se preocupe, hay alambre especial que se usa para hacer ese tipo de trabajos.

-Bien entonces se lo encargo, necesito muchas tiras para la calle principal, el parque y la calle donde estara el festival, también para el jardín del castillo.

Aina estaba feliz de haber encontrado la manera de hacer sus adornos, para la mansión optó por pedir ramas de pino para realizarlo, aún falta mucho, checara que más puede hacer.

Para los empleados ya era normal y se acostumbraban a su Duquesa, poco a poco la mansión era remodelada, los uniformes que encargo estaban casi listos, la ropa de Luciel ya había llegado y Aina le remodela otro cuarto, el invierno está cerca, con eso también el regreso del Duque y los trabajadores de las minas regresan a casa, durante tres meses que el invierno dura.

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