Estoy en casa como casi siempre a estas horas, revisando mi móvil paso la mayor parte del tiempo en estos días ya que no tengo mucho que hacer. Resulta que me gradué de bibliotecaria hace más de un mes y no he podido encontrar trabajo aún, he ido a casi todas las librerías cercanas, a escuelas y nada, tal vez no me he esforzado mucho o es que no les parezco idónea para el puesto, no sé, lo malo es que sino consigo algo pronto tendré que regresar a mi pueblo.

Nací en Galicia, Allariz un pueblo de España, les cuento un poco de mí, Me llamo Jimena y tengo veintitrés años, soy trigueña de piel, ojos café y pelo castaño, estatura media, delgada pero bien formada. Todo comenzó cuando al cumplir los dieciocho mis padres me dieron la mejor de las sorpresas que pude imaginar recibir, me regalaron parte de sus ahorros y un pasaje de avión con destino a Miami, Estados Unidos de América.

Siempre quise viajar a Estados Unidos y estudiar allí bibliotecología, no es que aquí en España no hubiese universidad que ofreciera esa carrera, sino más bien cosa mía, quería hacerlo allí para luego tener mejores oportunidades, mejor salario para ayudar a mi familia, yo era y soy muy amante de los libros. Me encantaba leer, así que no se me ocurre nada mejor a lo que dedicarme el resto de mis días. Soñaba con montar en un futuro una librería y vivir de mi negocio propio, pero para llegar hasta ahí debía estudiar.

Acepté emocionada el ofrecimiento de mis padres, nunca creí que pudiese intentarlo siquiera, mis padres se dedicaban a la agricultura y al ganado, hacíamos queso y de eso vivíamos, éramos tres hermanos, dos mayores que trabajaban en el campo con mi padre y yo que ayudaba a mi madre en los quehaceres del hogar cuando regresaba de la escuela, pero esa no era la vida que yo deseaba, así que al ver la sorpresa que me tenían, ame el doble a mi familia, por ser capaces de ayudarme a perseguir mi sueño.

Organicé mi maleta, tuvimos una pequeña cena de despedida, el otro día temprano era mi vuelo, nos despedimos todos y fuimos a dormir. Al amanecer mi hermano me llevó al aeropuerto, me despedí de todos con besos y abrazos, no hubo lágrimas, no tristeza, no era un adiós sino un hasta pronto familia y fui a por mi vuelo. Estaba nerviosa y feliz al mismo tiempo, jamás había viajado tan lejos sola.

Luego de horas de viaje llegué rápidamente a mi destino, lo primero que hice fue llamar a mis padres para de decirles que todo había salido bien, ahora debía buscar un lugar donde vivir, de momento fui a un motel a pasar la noche y luego investigar en las redes un lugar económico para alquilar.

Tomé un taxi y le pedí que me llevara al motel más cercano, era mucho más barato que un hotel, ví como el chófer me miro reprochando, cuestionando mi pedido, los moteles tenían fama de sexo y traición, pero ignoré su cara y miré el paisaje.

El lugar era magnífico, muy diferente a la tranquilidad de mi pueblo. Era un ajetreo inmenso de personas, autos, todo muy diferente a mi rutina diaria. Ví un puesto de comida rápida y le pedí al conductor que parara un momento, compré pizza que sería mi cena, luego condujo y llegamos rápido al motel.

Pagué, cogí mis maletas y fuí a por una habitación, reservé hasta la mañana del día siguiente, tenía fe de encontrar algo barato, solo tenía tres mil dólares y debía estirarlo al máximo. Esa noche investigué y para mí suerte había una chica que buscaba compañera para un piso, ella alquilaba una habitación que no estaba usando para hacer algo de dinero extra, claro el inquilino tenía derecho de usar todo lo de la casa, el baño, cocina, todo, menos el cuarto de la dueña, pero eso es sabido.

Le escribí rápidamente, no quería perder esa oportunidad, era una chica maja, me cayó muy bien mientras texteamos, quedamos de vernos al otro día en su casa y me pasó la dirección, anoté todo, comí mi pizza llamé a mis padres, siempre lo hago, me gusta que sepan dónde y cómo estoy. Luego fuí a la cama y caigo en un sueño profundo pero necesario, estaba tan agotada del día, viajar me agota mucho.

Desperté emocionada por mi día, les pasé un mensaje a mis padres con la emoción había olvidado que tenemos diferentes horarios, así que les escribí dando los buenos días. Me coloque un poco de maquillaje pero no mucho y fuí a mi cita. Para llegar tuve que tomar otro taxi, el lugar estaba un poco lejos pero sería una buena inversión, allí con suerte sería el inicio de lo que buscaba, una oportunidad para mejorar y un futuro mejor.

El taxi se detuvo y rápidamente fuí hacia el apartamento de la dirección citada, era en el piso tres, tomé el ascensor emocionada con mucha fe de que se iba a dar, viviría allí, había venido con todas mis pertenencias, no tenía dónde dejarlas y regresar al motel para recogerlas no era una opción, no pagaría otro taxi de regreso para eso. Si me aceptaba me instalaría al instante, sólo esperaba no causar una mala impresión por andar con todo mi equipaje o que eso le molestara, es que estoy minimizando gastos dado mi corto presupuesto. Ya estoy justo enfrente de su puerta, toco el timbre. Detrás de ella la vida me separaría otra gran sorpresa, positiva claro,encontraría una gran amiga, más que eso una verdadera hermana.

Claudia era la chica que vivía allí, tenía la misma edad que yo, dieciocho años en ese momento en que irrumpí su hogar para no salir en un buen tiempo, era más pequeña de estatura que yo un metro con cincuenta, con rasgos asiáticos, vivía sola, ya que sus padres le habían obsequiado ese apartamento por obtener una beca y ser estudiar una carrera universitaria, recuerdo que al abrir la puerta ese día su rostro cambio de una sonrisa amigable a un asombro absoluto, mezclado con temor al ver que iba con tantas maletas, tiempo después me confesó que dudó en dejarme entrar ese día ya que pensaba que yo era una especie de loca desquiciada psicópata con cuchillos escondidos en las maletas dispuesta asesinarla, esa idea me pareció tan graciosa que casi me hago pis encima de tanto reír cuando lo confesó tiempo después.

Entré y me ordenó que dejara las maletas justo al lado de la puerta y pasara al sofá, obedecí, ella me siguió todo el tiempo con la mirada, midiendo cada momento mis movimientos, como en espera de que hiciera algo raro, algún movimiento en falso y creo que hubiera sido capaz de llamar a la policía, ahora entiendo el porqué. Tomó asiento justo frente a mí y comenzó con sus preguntas, yo le respondí lo mejor que pude cada una de ellas, también le expliqué lo de las maletas por qué ví que no dejaba de mirarlas y estaba incómoda al respecto, poco a poco se fue relajando y me dejó quedarme en la habitación rentada. Eso alegro mi día, ya tenía algo seguro y barato.

Cobraría quinientos mensuales por el alquiler, tendría que compartir los gastos de luz, agua, internet, aseo y comida eran a partes iguales.También nos rotaríamos para cocinar, lavar y limpiar, podría llegar a cualquier horario siempre que mantuviera el orden, sin ruidos altos como música, gritos, tampoco podía llegar en estado alto de embriaguez, tendría una copia de la llave, pero nunca podría entrar a nadie a la casa, mucho menos a pasar la noche a dormir, ni un rato, nada, solo de día y con su consentimiento, jamás consumir drogas ahí ni llegar bajo los efectos de ellas, de incumplir tendría que marchar, todo estaba por escrito y tuve que firmar el contrato era sus reglas y yo acepté.

Igualmente, lo de traer a alguien a casa estaba difícil, era nueva allí no conocía a nadie, no me drogaba y bebía poco, me mostró todo el lugar, le pareció correcto todo y le pagué tres meses por adelantado, por si luego no tenía ya estaba seguro mi lugar para vivir, el otro dinero sería para comida. Me mostró mi habitación y me instalé al momento.

Cuando puse todo en orden, tiré fotos al lugar, se lo mandé a mis padres para que vieran, acompañado de un te quiero mucho. Luego salí al comedor donde seguimos intercambiando sobre nuestros gustos, preferencia, cosas de la vida. Se ofreció ayudarme con lo de la universidad, al otro día cuando fuera le preguntaría al decano y me lo haría saber, también se ofreció a buscarme un trabajo, sus padres eran ricos y podrían recomendarme para labores de limpieza de momento con sus amigos.

Me pareció bien, cualquier trabajo era digno y necesitaba dinero para pagar mi universidad, así que más agradecida no pude estar, con ella y con la vida por lo buena suerte, hoy resolví todo en un momento, lo que le pedí que los estudios fueran por curso a distancia para poder trabajar, ella me dijo que no me preocupara que todo saldría y así fue.

Al otro día ya tenía empleo, tres casas para limpiar dos veces por semana cada una, también lavar una vez por semana en cada una, salía a mil quinientos por casa al mes, cuatro mil quinientos mensual, para mí un super salario, estaba contenta acepté y lo de la universidad al otro día tendría que ir para la matrícula, la cuota mensual era de mil quinientos el dinero exacto que había dejado para mis gastos, me quedaría sin un centavo pero no podía perder esa oportunidad, acepté igualmente.

Le mandé un mensaje a mi hermano mayor para que me pasara a la tarjeta quinientos dólares, se los devolvería en cuanto cobrará el primer sueldo, claro que él me los envío en cuanto llegó, me quería mucho y aunque no era rico si los tenía me los daba con gusto, me quedé más tranquila al recibir la ayuda de él, solo deseaba comenzar mi vida y fluir positivamente hacia mi sueño.

Al otro día fuí en el auto con Claudia hacia la universidad para mi matrícula, ella se ofreció y yo encantada, me acompañó hasta dónde estaba la secretaria encargada de la inscripción. Claudia tenía clases todo el día así que me dejó allí, tampoco podía regresar conmigo así que le pregunté por el transporte público, no tenía presupuesto para taxi en estos momentos, ella me indicó la parada y las combinaciones que debía tomar para regresar a casa, también me dió dinero para tomar el bus, nos despedimos ella fue a clases, ya iba tarde y yo comencé mi inscripción.

 La secretaria me explicó que las clases ya habían comenzado hacía un mes, pero como lo mío era a distancia no había problemas, podía ponerme al día rápido, me dieron el material por asignatura, también un número de teléfono por si tenía alguna duda podría llamar para aclararla, las fechas de los exámenes, proyectos evaluativos para el primer trimestre, pagué la matrícula quedándome en cero, solo contaba con los cinco dólares que me cedió gentilmente Claudia para mi regreso, aproveché y le pregunté a la secretaria si allí había algún cajero automático, ella gentilmente me indicó el lugar donde estaban, antes de irme pasaría por allí para extraer dinero que mi hermano me había enviado, le dí las gracias y marché contenta hacia la casa, ya matricular era un gran avance para mí, les envíe un mensaje a mis padres con la buena noticia.

Encontré la parada fácilmente, el trasporte público no estaba nada mal, no tuve que esperar mucho por mi bus, estaba vacío y llegué cómodamente a casa, aproveché el tiempo para limpiar, preparar la cena para que Claudia no pasara trabajo cuando regresara de la universidad, de todas formas yo no tenía mucho que hacer, luego tomé algo de comida y fuí hasta mi habitación con una laptop que Claudia no usaba y me había regalado para estudiar.

Coloqué la memoria en la laptop y comencé a introducirme en los temas y asignaturas que daría en el primer semestre, no eran difíciles así que podría con ello. Comencé con un proyecto evaluativo que debía entregar, estuve largo tiempo en ello hasta que me quedé dormida, al despertar ya eran las ocho, fuí por una ducha caliente para despejar y ví a Claudia, le agradecí por lo que había hecho por mí hoy y ella me agradeció por mi esfuerzo en la casa, le comenté que ya estaba en lo de la escuela, ella se puso muy contenta y se ofreció ayudarme en lo que necesitará, se lo agradecí, también me dió la dirección y horarios de las casas donde trabajaría. Comenzaba al día siguiente.

Nuevo despertar nuevo día, con una sonrisa fuí por un desayuno rejuvenecedor, debía estar bien alimentada para mi labor, Claudia ya lo había preparado, se despertó más temprano que yo, devoré todo en cinco minutos estaba delicioso le dí las gracias y fuí por una ducha, me vestí deportivamente y corrí hasta la parada, estaba ansiosa por comenzar, saqué el móvil y puse la dirección en el GPS busqué el lugar de mi trabajo así como la combinación de los buses. Luego de media hora ya estaba allí.

Era una casa preciosa, con un bello jardín, dentro una joven embarazada me dió la bienvenida, me indicó lo que deseaba que hiciera y me presentó a otra empleada la cual se encargaba de algunas labores del hogar, ella me atendería si necesitaba algo, ya que la dueña del hogar debía salir, le dí las gracias por la oportunidad y comencé mi labor. La casa aunque grande no era trabajosa de limpiar, luego de dos horas había terminado todo el piso y limpiado el polvo de todas las habitaciones, me quedaban los baños y la cocina, también los cristales de las ventanas, esto me llevó dos horas más, al terminar estaba hambrienta y exhausta.

Me dolía el cuerpo, nunca había limpiado tanto en mi vida, pero era el comienzo y debía hacerlo, mente positiva me decía, pronto la vida te premiará, fuí en busca de la empleada para informarle que había terminado y planeaba marchar, ella me estaba esperando con un delicioso almuerzo, por órdenes de la señora, no protesté ni ofrecí resistencia, estaba muerta de hambre así que comí con gusto, luego di mil gracias y regresé a casa.

Al llegar a la casa fuí directo al baño, tomé una ducha fría y para la cama a descansar, al otro día debía ir a otra casa y no cuerpo ahora mismo no daba más, al despertar aún era temprano y Claudia no había regresado adelanté la cena para ambas y fuí a mi cuarto a estudiar, seguía con lo del proyecto ya me faltaba poco por terminar. Claudia regreso en la tarde, trajo un rico vino para ambas, cenamos juntas, nos pusimos al día en nuestras cosas, mientras bebíamos el vino, darnos cuenta la botella llegó a su fin, Claudia lavo la loza y fuimos a descansar, yo estaba que no daba más, aún no me había recuperado del todo.