El miedo es una emoción natural y universal que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas, puede estar dividida en muchas partes, de muchas maneras u ocasiones.
Pero hay uno en especial, que hace querer morir, por qué ya sabes lo que puedes sentir en el momento que llega la situación que te hace sentirlo.
Tu corazón se oprime, tu pecho duele, tu estómago se revuelve y sientes ese dolor tan fuerte, un miedo mezclado con dolor, porque eso te hacen sentir, como un animal que es casado sin compasión.
Perla observó la escena con una sonrisa burlona, disfrutando del sufrimiento de Sol. Dos chicas más se sumaron a la cruel agresión, arrojando sus pertenencias al suelo y golpeándola sin piedad. Sol, desesperada, se aferraba a sí misma, tratando de protegerse de los puños mientras su cabeza era blanco de golpes violentos.
—Ja, ja, ja mírala, está tan asustada.— Se burló Perla, deleitándose en la humillación.
—¿Porque estás tan calladita?. Anda, pide ayuda.— Exigía Elba, pateó a la chica acurrucada en el suelo.
—¿Eres sorda?. No te enseño tu madre a ser educada y responder las palabras de los demás?— Perla agarró del hermoso cabello dorado de la chica, lo que la obligó a mostrar su rostro desde el piso a todos.
—Ya déjala, mañana será otro día.—Interrumpió Pedro, poniendo fin al cruel espectáculo de las chicas.
—¿Te duele que la moleste, ehm?— Reclamo Zoila. Desafiante, al mismo tiempo echó un vistazo a ese rostro hermoso de chica, un indicio de celos ocultos brilló en sus ojos.
—No seas egoísta, nosotros también queremos molestarla, déjala ir.— Hablo Elvis con una sonrisa de maldad, abrazando a Elba.
—Vamos nena, quiero hacer algo mejor— esta vez hablo Felipe a Perla besándola, dejando a Sol con su cabello desordenado, sus cosas tiradas en el piso y sangre en su nariz.
Con lágrimas en los ojos recogía todo, recuerdos pasaban por su cabeza, cuando era feliz con sus padres vivos.
Sentía que la vida era tan injusta, aunque deseaba no ir a la universidad, sus ganas de salir de la pobreza eran más grande, de tener un lugar donde vivir cómoda, segura, pero era tan difícil hacerlo sola, con tanta maldad a su alrededor y sin alguien que la ayudara.
Flashback
—Mamá, papá, les prometo que seré la mejor de todas en el colegio y la universidad y saldremos de este barrio feo— Chillo la radiante Sol, de solo siete años.
—Eso lo sabemos nena y estaremos para ti siempre.— Respondieron sus padres con una alegría inmensa, sin saber que cinco minutos después, una masacre entró en casa, muchos disparos donde salían balas que atravesaban los cuerpos que caían sin vida, incluyendo los padres de Sol, ella se había salvado por desmayarse en el momento y cubierta de la sangre de sus padres, la dieron por muerta.
Semanas después, habían demostrado que solo se trataba de delincuentes que practicaban con sus armas, dejando a muchos sin vidas y niños sin sus padres, para desgracia de Sol Izaguirre, quedó bajo cuidado de su tío, un detective corrupto que lo menos que hacía era cuidarla.
Fin del flashback
—¿Otra vez?— Le hablo Víctor, su tío, Sol lo ignoro y fue a su habitación, organizo su bolso y se sentó en su cama, abrazo sus piernas y lloraba de miedo y dolor al mismo tiempo, sentía que el cualquier momento terminaría con su vida, pero no era capaz, muy adentro de su pecho, sentía la necesidad de seguir batallando.
—Papá, mamá, por favor ayúdenme.— Susurró ella entre lágrimas.
—Deseo tanto que alguien me cuide, me proteja, me haga sentir segura, por qué me dejaron, quiero ir con ustedes— susurraba entre llanto, dolida por todo lo que estaba pasando en su vida. Sin fuerzas de seguir adelante, sabiendo que al día siguiente, todo sería igual, el miedo que llenaba su cuerpo, el miedo del dolor que le producían esos golpes y palabras tan hirientes.
"El bullying es un fenómeno de grupo donde una persona es acosada de manera repetitiva de forma física y psicológica.
Puede sentir miedo, vergüenza, rabia, cólera o tristeza."
Nuevo día, para muchos, tranquilo, llenos de trabajo, de nuevos propósitos, planes y metas que alcanzar.
Alegría compartida entre amigos y familia, eso veía Sol a diario, en cada día y noche, mientras caminaba por las calles de su barrio, viendo como eran felices, tal como ella, lo era antes.
El miedo diario que sentía solo se activó, al entrar en la universidad, en ese lugar donde existen los propios demonios humanos, sin corazón, sin sentimiento alguno, eso era lo que ella veía a diario.
Abrazada a su bolso, caminando de manera lenta y viendo a los lados solo de reojo, pidiendo en sus adentros que por ese día no sufriera tanto, no aparecieran de sorpresa como siempre lo hacían.
—¡Solecito!.— Le hablo Elba en tono burlón, asustando a la bella chica.
—Estoy seguro, que mos extrañaste toda la noche.— Le hablo Felipe saltando de un muro, Sol bajo la cabeza y abrazo más su bolso, su corazón casi sé salía de su pecho, del miedo, de solo sentir un golpe de ellos.
—¡Dame eso!— exclamó Perla, rubia, ojos verdes, piel blanca y suave, una belleza, aunque no inteligente como sol, abrió el bolso en busca de un trabajo que debían entregar, por supuesto que Sol lo había echo a diferencia de todos ellos.
—¿Pasa algo aquí?— La vos del director los interrumpió e hizo que ella sintiera alivio, estaba salvada por unos minutos, tal vez.
—No, señor, solo tratamos de ayudar a solecito, para que no repruebe tanto.— Respondió Zoila, cabello castaño y lacio, ojos negros y piel canela, abrazo a Sol disimulando sus maltratos, todos sonreían sin quitar la mirada de quién estaba al lado del director, su aura, llamaba mucho.
—Eso espero, ya vamos, tenemos un nuevo estudiante, viene del extranjero.— El director camino seguido por el chico y todos los demás, felipe, estaba serio, le había molestado como perla veía al nuevo.
Sol, logro librarse en ese momento de esa paliza, de ese dolor, podría pedir que sus días fueran así, camino a pasos lentos hasta llegar a su puesto.
—Ángelo Montaner es su nuevo compañero, espero sepan mostrarles todo el lugar y recibirlo de buena manera.— Hablo el director, Sol no levantó la mirada hasta el final de las palabras del director, quedando sus miradas fijas. En ese momento, Sol sintió una corriente eléctrica pasar por todo su cuerpo y no porque sé allá enamorado, todo lo contrario, su mirada era penetrante, como si cuchillos salieron de su mirada, enterrándose en su cuerpo, pero solo por segundos cambio a una diferente, de chico tímido y bueno.
—Gracias por recibirse, espero ser un buen compañero y no causar problemas.— Hablo con tanta dulzura, que el grupito peligroso, estalló en una carcajada.
—Sin duda, te trataremos bonito.— Hablo burlón Elvis, Se acercó, Ángelo observó la mano de Elvis, que apretaba su hombro izquierdo.
—Oye, por qué no tomas asiento al lado de solecitó.— Hablo Felipe serio, su tono era evidentemente de molestia.
—No bebé, a su lado, puede contagiarse de pobreza.— Se expresó Perla acercándose, lo invitó a un asiento que estaba a un lado de ellos, eso a felipe no le agradaba, Sol, solo agradecía que el chico tuviera la atención de todos ellos.
Las horas de clases pasaron y por primera vez, Sol, no recibió BULLYING, sus agresores estaban muy ocupados con el nuevo, al salir, tomo su bolso y salió corriendo, hasta llegar a su casa y cerrar la puerta, sonrió, una sonrisa que tenía tiempo apagada.
—Lo siento por ti, pero deseo que ya no me busquen más a mí.— Susurró Sol, refiriéndose al nuevo joven, quien debía aguantarse a sus nuevos amigos, pedro y Zoila sentía algo de desconfianza.
Elvis solo buscaba molestarlo junto a alba, desordenando su cabello, por el contrario, Perla seguía a su lado y eso molestaba a felipe.
—Porque molestaban a la chica rubia.—
Pregunto Angelo llamando la atención de todos, Perla levantó una ceja.
—¿Te gusto el sol ese?— Pregunto molesta.
—Es huérfana, se la quiere dar de muy intelectual y cree que puede ser más bella que nosotras.— Elba habló como si la belleza y la inteligencia de Sol, fuera un pecado, su cabello rubio, casi dorado, sus ojos buscando a un amarillo, su piel blanca y suave, digna de envidia y de llamarse Sol, muy diferente a ella, morena, cabello ondulado y un cuerpo de infarto, aunque lo ocultara.
Ángelo observaba a las tres chicas, cada una tenía lo suyo, no veía por qué tanta rabia por Sol.
—Por qué las ves así, dudas que sean más bellas que esa tonta.— Ángelo sonrió a las palabras de Felipe.
—Estoy de acuerdo, no se pueden comparar.— Respondió Angelo, viendo cómo Felipe abrazó a Perla, marcando territorio.
—¿Por qué llevas ese buzón tan grande, puedes mostrar lo que tienes?— Perla seguía de curiosa y eso lograba que Felipe se llenará de odio hacia Angelo.
—No tengo nada que mostrar, te puede decepcionar, no soy tan guapo como ellos.—Los tres chicos sintieron un poco de molestia, pensando mal de Ángelo.
—Con todo respeto, no te equivoques.—Hablo Elvis, piel blanca, ojos café, cabello corto, cuerpo bien trabajado.
—No creo que lo diga en ese sentido o ¿sí?—Agregó pedro, piel morena, cabello ondulado, ojos negros y buen cuerpo.
—Dejemos que el chico lindo, de ojos azules, piel blanca, cabello rubio y cuerpo.—
Felipe habló burlón, el gran buzo no le permitía mostrar su cuerpo.
—Gordito, conozco el lugar solo.—
Termino de decir, haciendo reír a todos, Ángelo se quedó viendo cómo caminaban y reían, entendía el miedo que sentía Sol de ellos.
Felipe era, por decirlo, el más guapo del grupo, cabello negro, ojos marrones, piel blanca, labios medios gruesos y el mejor cuerpo.
Una noche feliz, tranquila y sin dolor, eso era mucho para Sol, aunque no estaba segura si todo marcharía bien para ella y no para Ángelo, pues que sus agresores hayan puesto su mirada en el chico nuevo le hacía sentir algo de calma y al mismo tiempo dolor por él.
Sus pasos eran meticulosos, ni rápidos ni lentos, el rabillo de su ojo escaneaba toso a su alrededor, con temor a que salieran de sus escondites y empezara el dolor.
La llegada al aula de clases fue tranquila, su corazón se calmaba de lo rápido que latía por todo el camino, por el miedo que sentía de ser golpeada nuevamente.
Su mirada chocó con la de Ángelo, que tenía un labio partido y un ojo morado, ella sintió como si su mirada fuera cuchillos afilados y aún más macabra fue cuando le sonrió de lado, hasta escuchar los gritos de quienes eran culpables.
—Solecito, angelito, ¿donde estás?.— Felipe saltaba como niño detrás de Sol, que solo apretaba su bolso con fuerza, perla sonreía hasta ver el rostro de Ángelo aparecer frente a ellos, volteo a ver a su novio y felipe solo sonrió, recordando la noche anterior, donde le dejo claro a Ángelo, qué perla era solo de él.
Flashback
—Amiguito.— Le grito Elvis, Ángelo se detuvo y supo en ese momento que algo querían.
—¿Sabes lo que le pasa a quienes ven chicas ajenas?—Ángelo volteó a otro lado, decir algo, no quitaría de su cabeza lo que quería hacer.
—Te lo enseñaré, así no cometes ese error nuevamente.— Le hablo Felipe después de darle un golpe en su estómago, eso le saco todo el aire que tenía, pero no fue suficiente, un golpe en la cara partiendo su labio y el último en el ojo, dejándolo adolorido y sin decir una palabra, decirlas no ayudaba en nada, escupió un povo de sangre y sonrió viendo cómo se marchaban.
Fin del flashback
En el aula era un desastre, sol y Ángelo recibían papeles en sus cabezas y cuerpo, mientras el profesor solo escribía en la gran pizarra, al voltear ellos hacían como si nada y el profesor no preguntaba lo que sabía ya y que decir algo le traería problemas.
Sin duda su silencio aportaba más al bullying que crecía, el querer seguir luchando por un mejor futuro le era difícil para Sol, su cabeza siempre tenía que estar agachada o sus tareas nunca llegaban limpias a manos de los profesores.
Las horas de clase terminaron, los seis chicos salieron a toda prisa, eso tranquilizo a Sol, quien volteo a ver a Ángelo y le sonrió, se fue acercando y le entrego un lápiz que se le había caído a Sol.
—No te emociones, ve con cuidado.— Le hablo el chico dejando a Sol un poco asustada, metió todas sus cosas y salió con cuidado, como siempre lo hacía, abrazada a su bolso, viendo solo el camino sin voltear y lo que tanto temía sucedió.
—¡Solecito¡— Nuevamente ese tono burlon, está vez la vos chillona y llena de maldad de perla.
—¡Que creíste, que te salvarías de la nueva broma que te tenemos!— Exclamó Elba, riendo.
—Como creen, chicas, mira dónde lleva su bolso y lo asustada que está, eso quiere decir que nos esperaba.— Agregó Zoila quitándole el bolso y tirándolo todo, dejando caer sus cuadernos, no bastó con eso, Perla volteo su jugo y lo dejo caer en sus cosas.
—Uh, se me cayó.— Dijo la chica con un puchero, Sol trataba de secar sus libretas, pero Elba se los quitaba, pinsándolos junto a sus manos, sol mordía sus labios para no gritar, pero no podía evitar llorar y eso era lo que buscaban ellas, al verla así, la dejaban tranquila, como pudo recogió todo, ya no le servían, pero no lo dejaría ahí, sus lágrimas salían y sus recuerdos de niña llegaban a su cabeza, como su vida había cambiado tanto, quedó huérfana y no tuvo la suerte de tener siquiera una abuela que la cuidara.
Solo un tío que nunca estaba y cuando sí, solo se burlaba de ella, por ser tan tonta, esa noche no deseaba comer como muchas, solo veía las fotos de sus padres en su foto, teléfono, estaba a punto de quedarse dormida, cuando una llamada le entró.
📲—Bueno.— Atendió Sol, el número decía privado.
📲—Hola Sol.— Se escuchó una vos de hombre.
📲—Quien habla.— Reprochó Sol por su vos fuerte y tenebrosa.
📲—Tu protector, mañana será otro día, todos sufrirán de la peor manera, espero no te dé lastima por ellos.— Amenazó el hombre haciendo que Sol sintiera miedo.
📲—¡QUIEN HABLA!_ Grito Sol muy asustada.
📲—Solo No llames.— Le exigió esa vos fuerte a Sol para después escuchar como la llamada se caía, sus manos temblaban, su corazón latía fuerte, sentía que alguien la observaba, no conciliaba el sueño, sus palabras sonaban en su cabeza, su vos fuerte que daba miedo.
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