Camino muy emocionada, hacia el río al fin pude escaparme de los regaños de mi tía Maura, al llegar observo al señorito José que está esperándome, él es muy guapo, atractivo, parece a unos de esos modelos que veo en la TV, sus miradas son encantadoras. Su piel rosada porque está quemada del sol, los millonarios dicen que están bronceados, la verdad no sé que es, lo único que sé, es que el señorito José es muy guapo, cuando me mira y me hace sentir muchas cosquillas dentro de mí corazón con su sonrisa (suspira) me hace ver muchas mariposas, flores y pajaritos de diferentes colores.
José---: ¿Que haces traviesa? ¡ven el agua está deliciosa!
Cristina---: Señorito, tengo que irme rápido, mi tía se va a dar cuenta de que yo no estoy en la cocina.
José---: Ven, debes hacerle caso a tu profesor (la jala).
Cristina Mejía, una adolescente de 16 años, trabaja en la hacienda bananera de la familia Muñoz Villa, ella es huérfana de madre, no sabe nada de la vida de su padre, su madre murió cuando tenía dos años de edad y su tía Maura Mejía hermana menor de su madre se hizo responsable de ella, aunque Maura tiene dos hijos varones... Tanto sus hijos como su esposo jamás han aceptado a Cristina como su hermana más bien cuando tienen la oportunidad de humillarla lo hacen sin tener un poquito de remordimiento, como vivían en el campo Cristina no sabía leer ni escribir, la prioridad de Maura eran sus hijos y los únicos que podían estudiar era ellos, mientras que a Cristina la adapto a la cocina y que hacerse del hogar, por ese motivo llevo a su sobrina a trabajar a la casa de la familia Muñoz para que ella gane su propio dinero.
Aunque ella era una joven maltratada, siempre mostraba estar feliz a pesar de las humillaciones que dan sus primos, siempre tenía una sonrisa en su rostro que hacía resaltar su belleza, Cristina es de piel canela, ojos negros grandes, media un metro 1,60, tiene una hermosa cabellera que cae como cascada en su espalda, sus pantorrillas gruesa y su cadera ancha y un trasero firme, esas características fue lo que embobo a José Muñoz e hizo que él, ilusionara a la frágil Cristiana.
Cristina---: (saliendo a la superficie) Señorito porque hizo eso, ahora mi tía me va a cortar el pescuezo.
Cristina tenía un vocabulario adaptado a la gente de la localidad, por tales palabras José reía porque le gustaba escucharla hablar.
José---: Eso me gusta de ti, eres hermosa Cristina (la besa).
Cristina---: Joven, eso no puede ser.
José---: ¿Jamás te han besado, verdad?
Cristina---: (avergonzada) ¡no!
José---: No importa, yo te enseñaré eso y mucho más.
José besó a Cristina, haciendo que ese beso la lleve a un mundo mágico, sus manos recorrían su cuerpo y acariciaron sus senos vírgenes y duros eso hizo que José se excitara y envolviera en un mundo de deseos a la inocente Cristina, ella jamás había sentido esas sensaciones que estaba experimentando su cuerpo, José no iba a desaprovechar esa oportunidad de tomar la inocencia de aquella muchacha que se veía a simple vista que estaba enamorada de él.
Dos meses atrás.
José regresaba al país después de haber estudiado comercio exterior en España, él llegaba con el corazón roto, su novia lo había terminado, para irse a estudiar a Japón, José decepcionado decidió volver al Ecuador para poderla olvidar, para él regresar a su país no le gustaba mucho la idea, aunque la ciudad de Machala lo vio nacer no le daba mucha gracia retornar ahí, más bien el siempre soñó vivir lejos de su provincia y cuando fue a España pensó hacer resistencia en aquel país junto a su amada.
Yolanda---: Hijo de mi vida, has vuelto hace meses que te graduaste pensé que ya no vendrías.
José---: Sí, volví
Jofré----: Ahora estás aquí, te toca hacerte cargo de la hacienda, por eso te envié a prepararte al extranjero para que aprendas y no lleves nuestro patrimonio a la ruina.
Yolanda---: No amargues a mi hijo, déjalo que llegue, mejor ordena a los empleados que lleven el equipaje de mi hijo a su habitación. Ven hijo, sientate descansa, te traeré unos bocaditos, la chica que contraté sabe hacer unos pasteles deliciosos y sus bocaditos son unos manjares, espera aquí hijo.
Yolanda llegó a la cocina y ordenó a la joven Cristina que sirviera unos bocaditos para su hijo que recién había llegado de España. Cristina obedeció y sirvió lo mejor que ella había hecho en la mañana, tomo la charola y se dirigió hacia la sala dónde estaba Yolanda escuchando las anécdotas de su hijo cuando vivió en el país ibérico, por su parte Cristina interrumpió la conversación y puso la charola en la mesita central, José miro a Cristina que a pesar de estar con esa ropa de campo él la vio hermosa, miro a su mamá porque ella elogiaba las manos de Cristina, por su parte ella también quedó encantada, José parecía un ser celestial antes sus ojos, sintió que su cuerpo se estremeció con las miradas penetrante que le dió, cuando ella ingreso a la sala.
Yolanda---: Come hijo, Cristina es muy joven, pero créeme hace unas comidas que te chuparas los dedos.
José---: Pero es una niña, como puede hacer estas delicias.
Yolanda---: Creo que sus manos nacieron bendecidas, la verdad que es una niña pero cocina delicioso.
Durante la tarde José no volvió a ver a Cristina, y en la cena no era costumbre que ella sirviera a los patrones, ese trabajo era de su tía y sus compañeras, ya que ella se encargaba en cocinar, pero al día siguiente, José ingreso a la cocina por un vaso de agua y al verla sonrió sus ojos cafés se volvieron a encontrar con los negros ojos de Cristina.
José---:! Hola! Vine por un vaso de agua.
Cristina---: Señorito, pues yo le doy el vaso de agua para que moje ese guargüero.
José---: ¿te llamas Cristina verdad, yo soy José, (sonríe) bien creo que ya moje la garganta, ¿tú vas a cocinar?
Cristina---: Sí, ayudaré a mi tía.
José---: Puedes hacer un plato especial para mí.
Cristina---: Claro señorito, usted dice y yo lo cocino.
José---: Puedes hacer un Pastel cordobés, te dijo escrito lo que lleva ok.
Cristina---: Ese es el problema señorito yo no sé leer ni escribir, pero si me dice que lleva yo se lo hago enseguida.
José---: ¡De verdad no sabes leer! Si es así yo te enseñaré.
Con los días José busco la manera de que Cristina vaya a la terraza para enseñarle a leer y a escribir lo primero que aprendió escribir fue su nombre, las vocales no se le hizo difícil aprenderlas y así mismo conoció los números, cada vez que ella habla a su manera él siempre la corregía, la belleza de Cristina cada día lo tentaba aunque él quiso evitarlo, pero no pudo con sus deseos de besarla, y se mordía su labio inferior para calmar sus deseos.
...En la actualidad...
José muy emocionado desahogaba todos sus deseos y lujuria dentro del cuerpo de la joven Cristina, a pesar de que él tiene 28 años, los encantos de Cristina hicieron revolución dentro de su ser.
José---: Eres exquisita. (sonreía)
Cristina---: Esto es amor.
José---: Esto es placer.
Cristina---: Es bonito conocer el amor señorito.
José rio y beso su frente, mientras presionaba su cuerpo desnudo con el de Cristina, le gusta la inocencia de ella, pero su corazón ya tenía dueña y era Romina Garza.
Cristina, estaba feliz conoció el amor, se vistió muy de prisa y corrió hacia la casona, temía que su tía se enojara ya que ella se tardó mucho en regresar, por su parte José nadó desnudo toda la tarde, él no tenía preocupación de nada, pero sonreía al recordar de la manera que tomo la pureza de la joven Cristina, pero enseguida entristeció cuando recordo a su novia, ni siquiera la virtud de cristina logro llenar ese vacío que había dejado Romina Garza dentro de su corazón.
...Recuerdos....
José---: Esta noche quiero que sea especial, para nosotros.
Romina----: Sí, será muy especial (mientras se aferra al pecho desnudo de José).
José había intimado durante la tarde con su novia Romina, él era feliz porque al estar con ella se sentía complacido y su corazón rebosaba de amor por su novia. El plan de el pasar una noche llena de amor entregándose el uno al otro, había comprado el vino para celebrar la propuesta que él tenía en su mente y corazón esperando que ella le dé una respuesta positiva; sin embargo, la intensión de Romina no era pasar la noche con él, más bien para ella era una despedida.
Romina----: José yo vine a despedirme.
José al escuchar esas palabras sintió un vuelco dentro de estómago, miro fijamente a los ojos verdes su apreciada novia, que lo miraba con tristeza, el quería escuchar que ella le diga que una simple broma, pero no escucho la palabra mágica.
José---: Como que te vas? Mi amor no te puedes ir y dejarme solo.
Romina----: Lo siento José, pero primero está mis estudios tengo que ser grande y la única manera es irme a otro país.
José---: Dime amor ya no me amas.
Romina----: No me preguntes eso, solo debes alegrarte por mi, cumpliré mis sueños.
José---: ¿Qué hay de los míos? ¿Romina que hay de mis sueños?.
Romina----: Si me amas déjame ir.
José---: ¡Solo respóndeme! ¿tu me amas?
Romina----: No lo sé, lo único que quiero en la vida es cumplir mis sueños, el amor debe pasar a segundo plano, es mejor decirnos adiós.
José---: Adiós, estás terminando conmigo.
Romina----: Seamos realistas, tu no me vas a esperar, encontrarás a otra mujer y me olvidarás creo que es mejor terminar de una vez y cada cual busca su vida.
José---: Como sabes que no te esperaré ¡DIME! (grita)
Romina----: ¡Adiós José! (se vá)
José vio partir a su novia, después de que ella cerrara la puerta, él se sentó en el sofá, saco del bolsillo del pantalón una caja de tercio pelo negra, la abrió y lloró amargamente sus planes se fueron a la basura, en esa caja estaba un anillo de diamante que le había costado mucho dinero, tomo la caja y la estrelló contra la pared.
José---: Juro que no entregaré mi corazón nunca más.
Romina Garza se había ido dejando su corazón roto, y esparcidos en miles de fragmentos que ni siquiera lo puede recoger, con los días decidió regresar a su país de origen, olvidar a Romina era su objetivo.
...Fin de los recuerdos....
Y ahora está ahí, en el río poniéndose la ropa estaba un poco triste porque había cometido un error, talvez para algunos hombres era algo hermoso, porque tomar la pureza de una mujer es un orgullo que todos hombre aspira tomar, pero en su caso eso solo fue un error porque su corazón todavía ama con todo su ser a Romina Garza, ella se le emprendo hasta en su piel y su corazón, ahora solo espera que Cristina no se ilusione con esto, él dejara de darle clase a Cristina y alejarme para siempre de ella.
José---: Eres estúpido y ahora que harás, estoy arrepentido.
Regreso a la casona con tranquilidad, mientras que Cristina cantaba con emoción mientras cocinaba, estaba tan feliz por lo que había pasado ella se sentía dichosa de estar enamorada del señorito José, durante la cena, José no ceno junto a sus padres se justificó con un dolor de cabeza, pero en realidad no quería ver a Cristina.
Después de dejar todo listo en la casona tanto Cristina como su tía Maura regresaron a la casa, allí la esperaba su esposo y sus hijos Jorge y Aron, ellos veían el partido en un televisor de blanco y negro, el dinero no les alcanzaba para uno de color porque las únicas que trabajaban eran Maura y Cristina, por un accidente Clemente quedo licenciado para trabajar mientras que Jorge de 17 años y Aron de 14 años se dedicaban a estudiar y gastar dinero que muchas veces Cristina tenía que apoyar a sus primos y aun así la trataban como una sirvienta.
Aron---: Cristina lava mi uniforme.
Cristina---: Yo estoy muy cansada.
Aron---: !MAMÁ! Cristina no me quiere lavar mi uniforme.
Clemente----: Porque no quiere si ella está de arrimada aquí debería pagar de alguna manera el techo y la cama donde duerme.
Maura---: Hoy fue muy cansado en la casona.
Cristina---: No te preocupes, yo lavo tu uniforme.
Cristina tomo la tina y lleno de agua con un recipiente cúbico, como era solo una camisa fue muy fácil para ella, después se bañó y subió a la casa, ya que era un chalé de madera, que era propiedad de sí abuela. Cuando ella ingresó a su cuarto, se puso un camisón gastado, pero aun así le servía para dormir plácidamente, pero los recuerdos de lo que sucedido en la tarde en el río, no la dejo conciliar el sueño, ella pensaba mucho en las acaricias que le brindo el señorito José como le decía, paso horas hasta que al fin el sueño la invadió solo que aquel sueño bonito se convirtió en pesadilla.
...Sueño....
El sueño hermoso dónde caminaba junto a José, el sol brillaba era un día asoleado como siempre, las aves del campo trinaban haciendo entre ellas una hermosa melodía, y el viento ondeaba las hojas largas de la mata del banano, todo era hermoso y de repente el hermoso día fue invadido por una tempestad, las nubes negras cubrían todo a su alrededor, el viento fuerte, lluvia intensa desestabilizó su equilibrio corporal, ella cayó al lodo que había sido provocado por la lluvia, ella pidió ayuda pero nadie la ayudo, su cuerpo estaba cubierto de lodo vio a José que reía su tío Clemente y sus primos, pero su tía estaba un poco triste sentía que ella la ayudaría, pero aun así no la ayudo solo viro el rostro para no verla.
Cristina---: Ayúdame señorito.
José---: Estás loca, como crees que voy a tocarte estás sucia.
Cristina---: Pero tú me amas.
José---: Amarte eres una sirvienta analfabeta, como crees que te voy a amar, largo de aquí no quiero verte nunca más.
Clemente---: Fuera, como pudiste ensuciarte de esa manera largo y nunca vuelvas entendiste nunca.
Aron---: Que pasa prima, al fin te vas de nuestras vidas.
Jorge--: Largo, fuera.
Cristina observaba que todos la corrían, ella lloraba y pedía que no la echen, pero aun así lo hicieron, Cristian lloraba porque las nubes negras la alejaron de la ciudad y ella no tenía refugio alguno, se sentía abandonada.
...Fin de los sueños....
Cristina despertó asustada, ese sueño era tan raro ella jamás había soñado de esa manera, ella tenía el corazón lleno de miedo y de angustia leer el reloj era lo único que ella sabía su tía le enseño porque de esa manera ella ayudaba en la casa.
Cristina---: Son las dos de la mañana, Dios que miedo tengo.
Cristina intento dormir otra vez, mientras que en la casona José observaba las fotos de Romina que tenía en su teléfono celular, prendió su computadora y envío un mensaje atraves de su correo electrónico teniendo la esperanza que ella le contesté algún día.
En la mañana siguiente, Cristina volvía a la casona, ese lugar se había convertido en su lugar favorito, ver a José era lo único que a ella le importaba pero lamentablemente José tenía otros planes, al ver llegar a Cristina él decidió marcharse, puso en marcha su vehículo y salió aunque vio atraves del espejo retrovisor a una Cristina asomada a la ventana desde la cocina se podía ver muy bien el parqueadero, José se hizo de la vista gorda y se marchó lejos de la hacienda, él preferido ir a visitar a sus amigos al centro de la ciudad de la Machala quería relajar y dejar de pensar en ella.
Mientras que en la casona, con tan solo ver a José, Cristina se sentía emociona y su día se alegraba, empezó a cocinar, cada detalle lo hacía con amor, porque sabía muy bien que esos alimentos que ella preparaba también los consumiría el amor de su vida, estaba tan feliz que no se dió cuenta que sus compañeras la observaban.
Cantina---: ¿Estás enamorada, niña?
Maura---: ¿Como que enamorada?
Cristina----: No, tía solo estoy feliz nada más.
Catina sonrió al ver la preocupación de Maura, a pesar de que Cristina no es su hija, ella siente ese deseo de cuidarla y evitar que cometas los mismos errores de su madre.
...Recuerdos...
Delia era una joven bonita, niña de hogar, pero la en la vida todo tenemos un inicio, ella se había enamorado de un ingeniero joven recién graduado entregando todo de sí para él, pero lamentablemente un día él jamás volvió dejando sus promesas en el olvido, y en el vientre de su hermana una semilla que jamás se enteró de que existía, y su hermosa hermana jamás superó ese amor cayendo en la depresión y dos años después murió de amor por un hombre que jamás cumplió sus promesas.
...Fin de los recuerdos....
Maura volvió a mirar a su sobrina, ella era tan hermosa como su madre, y temía que algún campesino la dañe o lo peor que juegue con sus sentimientos y ella vuelva a repetir, la misma historia de su madre y muera de amor por culpa de un mal hombre que le juro amor y no le cumplió.
Cristina---: ¿Qué pasa tía porque me miras así?.
Maura---: Nada solo sigue trabajando.
Mientras tanto en el centro de la ciudad, José llegó al negocio de su antiguo amigo Ciro, él tenía un bar y al ver a José sonrió, ya tenía semanas que no lo veía y por último pensó que él había vuelto a España.
José---: Dame un trago muy fuerte.
Ciro--- Tan de mañana, ¿qué amaneciste con sobrecarga o qué?
José---: es que estoy en un dilema, hice algo estúpido.
Ciro---: Que tan estúpido puede ser que te haga emborracharte tan de mañana.
José---: Ilusione a una niña inocente, créeme que estoy arrepentido.
Ciro---: ¿Es bonita?
José---: Es hermosa, solo que no me puedo enamorar, ella es de clase social muy baja y además yo amo a mi ex.
Ciro---: ¿Le hiciste el amor?
José---: Si, tome su pureza para mí y créeme que fue hermoso lo que sentí, sus senos duros y vírgenes su piel apretada y suave y su intimidad estrecha como el agujero de un botón, era virgen y lo fue para mí.
Ciro---: Bueno así aprenderá lo difícil que es la vida, a las mujeres se le pasa rápido el encanto.
José---: Lo malo es que tiene 16 años.
Ciro---: (grita) 16 y tu 28 que eres un pedófilo.
José---: Tampoco te expreses así, yo no pude contenerme, ella es muy hermosa frágil y delicada como una rosa y su lenguaje (ríe) es único.
Ciro---: Yo también me enamoré, solo que yo la fui a buscar a Estados Unidos, pero ella no me amaba y volví derrotado, sabes a quién encontré allá en Boston.
José---: ¿A quién?
Ciro---: A Martin tu primo, estaba de cumpleaños y sus amigos festejaban junto con él.
José---: Mi primo no deja de presumir sus millones como el papá tiene mucho, no le interesa gastar nada, como no va a hacer si ya iba a cumplir 18 años que suerte tiene ese pelado su cuna de oro tenía más quilate que la mía.
Ciro rio a carcajadas, José decía algo de verdad, Martin era de poder y dinero, ya que su padre era un heredero de algunas empresas de la ciudad y el país, José se quedó con su amigo durante la mañana, entre más alejado de Cristina este es mejor para él.
Por su parte el ingeniero Jofre Muñoz, recibía la visita de su hermana, Lucila Muñoz y su cuñado Federico Del Valle, ellos habían regresado al país después de un viaje largo por Estados Unidos.
Jofré----: Cuñado, hermanita bienvenidos.
Lucila----: Siempre me da gusto en volver al lugar donde crecí.
Jofré----: Recuerdo cuando aprendimos a andar en caballo, hagamos un recorrido a caballos, que dices cuñado nos acompañas.
Señor Del Valle----: Será un placer, nos cambiamos amor.
Lucila----: Ya regresamos hermano.
Yolanda---: Si vayan y porque yo haré preparar una deliciosa comida digna de mi cuñada. Se dirigió hacia la cocina y ordenó a Cristina que le prepare un ceviche de camarón, ya que ese era el plato favorito de su cuñada.
Yolanda---: Cristinita, no me falles solo en ti confío, no sé dónde sacaste ese don, pero es bueno cuando soy yo que tengo en mi cocina a estas manos mágicas.
Cristina---: Yo lo preparo seño, estará antes de la hora del almuerzo.
Yolanda---: Gracias, Cristina.
Maura ayudó a su sobrina a preparar ese plato exquisito que le pidió su jefa, ella sonreía de emoción agradar a su jefa era la prioridad, tenía la esperanza de que algún día le agrade para que la acepte como nuera, porque el amor que sentía por el señorito José crecía a cada segundo que pasaba en su existencia.
Al medio día José regreso a su casa, el no esperaba la visita de su tía, fue a su habitación, intento permanecer ahí, pero no pudo, él sentía que se asfixiaba en esas cuatro paredes, subió a la terraza tal vez ver el gran paisaje de la hacienda lo tranquilice un poco, respiro profundo se recostó en la silla, cerro sus ojos mientras el viento acariciaba su rostro, segundo después unas manos ásperas cubrieron sus ojos.
Cristina---: ¿Adivine quien soy?
José---: ¿Cristina, que haces aquí?
Cristina---: Vine a verlo (intenta abrazar).
José---: Espera, no me abraces hueles a cebollas y ese olor no me gusta.
Cristina---: (retira su mano) Lo siento señorito, solo quería verlo, ya que últimamente no hemos conversado.
José la miro todavía ver la inocencia en sus miradas, ella no entiende que la está rechazando, tocó su rostro con el dedo pulgar, Cristina no era una dama como las mujeres que él está acostumbrado a tratar, Cristina era solo una niña pobre que se ilusionó con él y su inocencia lo hacía sentir aún más miserable.
José---: Ve a la cocina, antes que mamá se dé cuenta.
Cristina---: Sí, iré enseguida.
Cristina dio la media vuelta empezó a correr hacia las escaleras, ella ya había tocado al señorito José, eso era más que suficiente para estar feliz el resto del día, media hora después Yolanda, invito a su cuñada al comedor, y está vez José no pudo justificarse para no almorzar juntos a sus padres.
Lucila----: ¡Guauuu! Sobrino que guapo estás.
José---: Tía, tu también estás hermosa.
Yolanda---: Ven cuñada te presento a mi cocinera modelo, sus manos son bendecidas por los mismos dioses.
Lucila----: Es solo una niña, cuántos años tienes 14 años.
Cristina---: Mucho gusto, señora, no tengo 16 años.
Maura---: Mi sobrina cocina desde muy pequeña, ella se subía en una silla para cocinar y ayudarme en casa.
Lucila----: Tienes una sobrina muy prodigiosa, dime niña tienes novio, porque una pulida y eres perfecta para mi hijo mayor.
Cristina se sonrojo, era la primera vez que una mujer con dinero decía tales cosas, Yolanda rio a carcajadas, hallar gracia ante los ojos de su cuñada era un honor.
Yolanda---: (ríe) Que graciosa, cuñada me gustan tus chistes (mira a las empleadas) vamos chicas lleven todo al comedor y sirvan.
En el comedor ya estaba Jofré y José conversando de negocios con su cuñado, que al escucharlas reír se callaron para escuchar el chiste que ellas tenían.
Jofré----: ¿Cuál es el chiste?
Yolanda---: Ay amor la cuñada es muy graciosa, conoció a la Cristina y dijo que ella era perfecta para Martincito, puedes creer.
Señor del Valle----: ¿Por qué dices eso?
Lucila----: Es hermosa, joven... Pues muy joven prácticamente es una niña además cocina delicioso y podrá cuidar bien de mi Martin.
Jofré----: Pero es pobre.
Señor Del Valle----: Eso no importa, mientras haya amor.
José solo observaba a sus padres, ellos tenían otra manera de pensar a diferencia de sus tíos que no les importaba si sus primos se casan con cualquiera el único requisito era ser humilde que amén a sus hijos, pero sus padres siempre prefieren personas de clase alta y por lo mucho que sea amor pueden aceptar hasta clase media, y a Martin verla junto a Cristina eso lo molesto y se deshizo de esa idea.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play