Quizá aún no creas que existen lugares como este, pero los hay “ Las ánimas “, sin duda es un lugar lleno de misterio apartado de cualquier lugar, el pueblo más cercano tardaba veinte minutos en llegar en automóvil, el rancho era de una familia de la capital era lo que contaban los que trabajaban ahí, en ese lugar había muchas historias algunas eran trágicas, pero quizá solo eran inventos de la gente después de todo la gente tiene mucha imaginación, no muy lejos de ahí en el pueblo más cercano vivía una familia muy humilde la cual estaba confirmada por Juana y Jacinto así como sus siete hijos seis de ellos varones solo la más pequeña era mujer, el día que ella nació su madre sabía que le traería muchas desgracias ya que en un pueblo machista su hija no podría tener derecho ni siquiera ir a la escuela, estaba destinada a ser vendida al mejor postor como lo habían hecho con ella, Juana sabía que no podía hacer mucho por su hija.

Jacinto se sentía decepcionado por haber traído una hija al mundo ya que no tendría otra mano para ayudarlo al campo aunque quizá no todo estaba perdido tal vez en algún tiempo podría venderla o cambiarla por algo de su interés ya que para el las mujeres solo eran una herramienta que utilizaba a su servicio.

Confirme fueron pasando los años aquella niña se convirtió en adolecentes a pesar de que sus padres eran indígenas ella era diferente su piel era blanca, su cabello era negro, pero sus ojos eran azules el parecido con su padre era nulo, aunque con su madre si lo había sus labios eran carnosos y rojos como los de ella, las largas pestañas que enmarcaban sus grandes ojos azules como el cielo, aún su cuerpo no estaba bien formado pero su belleza era impresionante su madre siempre trato de protegerla así que para disimular aquella belleza Janikua siempre estaba cubierta con su rebozo pocas veces salía de su choza y cuando su padre llegaba del jornal, Juana mandaba a su hija hacer alguna tarea ya que no podía permitir que su hija fuera vendida, incluso como Juana trabajaba de lavandera en una de las casonas del pueblo llevaba a su hija ahí una de las señoritas de la casa enseñó a Janikua a leer y escribir, cuando la muchacha cumplió quince años Juana decidió dejar a su hija en aquella casona para que trabajara en aquel lugar Jacinto se molestó mucho ya que decía que era tiempo de que su hija contrajera matrimonio además ya tenía a un candidato y ese era nada más y nada menos que el capataz del rancho de “Las ánimas” , Juana lo convenció que era mejor que su hija trabaja y les diera el dinero ganado, Jacinto aunque no estaba de acuerdo termino por aceptar.

Janikua vivía muy feliz en casa de la señorita Mercedes, su que ya era una mujer quedada según los pobladores de aquel pueblo pues la señorita Mercedes tenía 40 años, también tenía otras hermanas las cuales vivían la mayor parte del tiempo en la capital pues a ellas se le hacía muy aburrido el pueblo, Mercedes no era una mujer ordinaria se podría decir que era una mujer adelantada a su tiempo, era estudiada con grandes conocimientos y no estaba de acuerdo la forma en como se trataban las mujeres en ese pueblo por eso no dudo en proteger a Janikua, pero el destino les tenía preparado otras cosas.

Por casualidad del destino o quizá hayan sido las circunstancias pero la señorita Mercedes murió mientras acaba de salir de aquella casona unos cuentas que no se fijó que el automóvil se dirigía hacia ella otros dicen que eso no fue un accidente más bien trataron de asesinarla pues siempre había defendido los derechos de las mujeres en aquel miserable pueblo, sin importar el motivo de su muerte lo más preocupante fue que Janikua tuvo que volver a la casa familiar, cuando sucedió este incidente Janikua tenía 18 años a decir ya muchas muchas de su pueblo a esa edad estaban casadas y con hijos más Janikua había escapado de ese destino sin embargo todo en su vida estaba por cambiar.

Mientras tanto en la ciudad Leonardo Álvarez de la Madrid estaba muy feliz con los preparativos de su boda que se iba realizar en tan pocos días, Leonardo estaba muy enamorado de Berenice su novia desde hacía algunos años, a pesar de que Leonardo era conocido por ser un hombre frío era todo lo contrario cuando estaba con Berenice el se convertía en el hombre más tierno, amoroso que había sobre la faz de la tierra, Leonardo había conocido a Berenice en una de las tantas galas que había asistido desde la primera vez que la vio quedó completamente enamorado de ella, pues era muy diferente a todas las mujeres que había conocido era una mujer segura de si misma, hermosa su piel blanca y sus ojos azules con largas pestañas además una sonrisa que hacía estremecer a cualquiera, el padre de Berenice a parte de ser un exitoso hombre de negocios era un hombre altruista siempre ayudando a los más desprotegidos cosas que había heredado muy bien Berenice, entre ambos hubo una química inmediata los dos hablaron sobre sus sueños y Leonardo cada vez se enamoraba más de ella, pues además de ser hermosa siempre pensaba en el bienestar de los demás era voluntaria en un orfanatorio y en algunos hospitales, ella era perfecta a las ojos de Leonardo, pero no siempre todo es felicidad no sé tal vez sea el destino o nuestras propias decisiones, pero la vida cambia en un instante.

Leonardo tenía todo preparado para su boda él realmente está convencido del amor que le tenía a Berenice. Javier el hermano de Leonardo había llegado un mes antes de la boda, pues era algo que no se podía perder, ya que tenían muy buena relación con Leonardo siempre habían sido muy unidos, además desde la muerte de sus padres Leonardo había cuidado muy bien de él, Javier había decidido estudiar en el extranjero además que era encargado de una de las filiales de aquel país, Javier era menor que Leonardo, pero también era muy atractivo, durante una cena a la cual asistió para conocer a la novia de su hermano quedó fascinado con Berenice ella simplemente era perfecta, pero no podía acercarse a ella; sin embargo, conforme la fue conociendo se iba enamorando más de ella, era algo que estaba más allá de sus fuerzas.

Por otra parte desde que Berenice conoció a Javier algo en ella cambió, por más que se decía a ella misma que al que amaba era a Leonardo su corazón gritaba que se había enamorado de Javier, era cierto que le tenía un gran cariño a Leonardo, pero no era amor por más que trato de evitarlo simplemente no pudo era algo más fuerte que su razón oír más que trataba de contenerse cada vez que veía a Javier su corazón latía con más fuerza, trato de evitar a Javier pero le fue imposible, lo peor fue cuando una ni he se quedaron a solas en casa, Leonardo tuvo que salir a resolver algunos asuntos de negocios, Leonardo había quedado de salir a cenar con Berenice, sin embargo al recibir aquella llamada tuvo que asistir dejando a Javier y a Berenice solos, los dos estaban en el comedor cenando había un silencio incómodo pues ambos habían tratado de no estar juntos, el ambiente no ayudaba mucho una hermosa luna se asomaba por aquellos grandes ventanales, Javier rompió el hielo preguntando:

—¿Cómo es que enamoraste de mi hermano?, que tonto sé cómo lo hiciste realmente eres hermosa. —

Berenice se sonrojo ante las palabras de Javier, su corazón latía con gran intensidad, era cierto que sentía algo por Leonardo, pero ahora se daba cuenta que no era amor, solo con Javier sentía vibrar su cuerpo, su sangre corría a una velocidad tan rápida, sin esperarlo los dos se fueron acercando hasta juntar sus labios ambos sentían como si nada más existiera en el mundo.

Leonardo estaba muy molesto pues no le gustaba romper las promesas con Berenice, sin embargo el robo en una de las sucursales bancarias a su cargo, sin duda rápidamente hizo todo lo que tenía que hacer para ir de nuevo con su amada, los minutos se le hicieron eternos pues a pesar de haber dejado a los abogados a cargo había tardado algunas horas además el tráfico no ayudaba, el tiempo pasaba muy le tomara él, después algunos minutos por fin pudo llegar a casa, entro con mucha prisa, su rostro cambio al ver que Berenice ya no estaba en aquel lugar.

—¿Dónde está ella? —.

Javier se sentía culpable por lo que había hecho anteriormente, el sabía que había traicionado a su hermano no debió de besar a Berenice ese beso lo había confirmado que estaba perdidamente enamorado de una mujer prohibida, quizá si no se tratara de la mujer de su hermano las cosas hubiera cambiado no hubiera detenido sus instintos hubiera seguido, pero ambos sabían que no podían traicionar de esa forma a Leonardo.

Javier aún estaba distraído cuando su hermano le hizo aquella pregunta, fue después de que Leonardo le volviera a repetir la pregunta para decir:

—Ella tuvo que irse al parecer y recibió una llamada de su padre —.

Leonardo fue hacia su despacho, llamo a Berenice, pero está no le respondía su teléfono lo mandaba directamente a buzón, después de algunos minutos Leonardo dejo de insistir, pues quizá Berenice estaba ocupada tal vez cuando se desocupara lo llamaría pensó él.

Después de aquel beso Berenice no podía estar ni un minuto al lado de Javier pues sabía que él se había convertido en su debilidad y no podía traicionar a Leonardo; sin embargo, tampoco podía ir en contra de sus sentimientos ¿Qué debía hacer?, ella se preguntaba.

Los días seguían pasando y oír más que Berenice y Javier trataban de evitarse era imposible, los preparativos de la boda seguían, Berenice se negaba a causarle algún daño a Leonardo, ¿Pero que pasaría con todo ese amor que sentía por Javier?.

Javier por su parte sabía que no podía traicionar a su hermano de esa forma, Leonardo le había dicho lo mucho que amaba a Berenice haciendo que se sintiera más miserable, pero que iba hacer Javier con todo el amor que sentía por ella, por más que trataba de borrarla le era imposible, el solo hecho de imaginar que ella estuviera en los brazos de su hermano no podía.

Leonardo estaba feliz por su próxima boda y lo mejor que su hermano estaba a su lado, aunque había algo que lo inquietaba Berenice estaba muy tarde era como si ella quisiera decirle algo, pero no sé atrevía Leonardo imagino que todo aquel cambio de Berenice era por los nervios debió a la boda pues era muy difícil todo aquello de los preparativos. Sin embargo cada día que se acercaba más la boda Berenice era más distante con él, Javier su hermano trataba de evitarlo era como si algo le estuviera escondiendo, Leonardo pensó que a él también le estaba afectando el tema de la boda, así que no le dio mucha importancia al tema.

Conforme iba acercándose más la fecha de la boda Berenice se sentía atrapada entre la espada y la pared, pues por una parte sabía perfectamente que no estaba enamorada de Leonardo, pero por otra no quería hacerlo sufrir, él había sido tan bueno con ella y su familia incluso a su hermana Viviana la había ayudado bastante, Viviana era menor que Berenice y desde pequeña siempre había sido muy rebelde, comenzó a beber alcohol y a drogarse desde muy pequeña sobre todo después de la muerte de su madre cuando ella apenas era una adolescente, la muerte de su madre había dejado un vacío así que termino por refugiarse en el alcohol y las drogas, su padre y Berenice habían intentado sacarla de ese mundo más sus esfuerzos eran en vano, fue hasta que conoció a Leonardo que decidió darle un giro a su vida, por ese hecho Berenice estaba completamente agradecida con Leonardo y no podía causarle algún dañó, pero su corazón gritaba con fuerzas que dejar de hacerse tonta, pues su amor le pertenecía a Javier.

Llegó el día de aquella boda Leonardo no había escatimado en gastos para que aquella boda fuera la mejor, Javier estaba decidido arriesgar todo por nada, está vez no iba a dejar pasar el amor, sabía que era una canallada lo que estaba haciendo, pero si no lo hacía iba estar arrepentido todo lo que le restaba de vida y como dicen el que no arriesga no gana, el decidió darlo todo por todo, sin medir las consecuencias de sus actos.