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Emperatriz Tirana

capitulo 1- Lilian.

Para Lilian ser prometida del príncipe heredero era un sueño hecho realidad; sin embargo, nunca pensó que sería su desgracia y la de su familia al confiar en aquel hombre que decía amarla.

Lilian Fischer, hija del archiduque, un hombre muy poderoso después de la familia real, siendo general quien protege el país con sus soldados.

Teniendo todo, Lilian nunca se preocupó por nada, después de todo nada le faltaba y aún mejor después de era comprometida con el príncipe heredero. El chico siempre le había gustado, conoció por primera vez en una fiesta en el palacio, donde quedó flechada al primer instante, Lilian, que pensaba que no tendría alguna oportunidad alguna, pero un día ocurrió lo inesperado. Había Sido invitada en el palacio junto a su padre, estaba feliz, pero al mismo tiempo nerviosa y preocupada, preguntándose así misma si había hecho algo malo; sin embargo, al llegar al palacio recibió la noticia que los emperadores querían comprometerla con el príncipe heredero y mejor aún este estaba de acuerdo.

Un mes había pasado desde que Lilian se comprometió con el príncipe, teniendo buena reputación y fama era aún mejor, para su imagen de emperatriz. Lilian pasó los dos últimos años en una burbuja con el príncipe, si antes le gustaba ahora estaba más enamorada, sin imaginar la que le aproximaba.

El día de la boda finalmente llegó, la boda fue una pequeña por alguna extraña razón que ni ella misma sabía, después de la boda, como de costumbre en el reino, consumar.

En la noche de la boda Lilian quedó esperando hasta que finalmente el príncipe apareció, dando el comienzo de una buena noche, dos esposos dándose cariño, como era de costumbre había que beber una copa de vino con los brazos cruzados juntos al novio y así lo hicieron, y aquí comenzó todo su desgracia.

La puerta fue abierta bruscamente por los guardias llevando a Lilian a la fuerza, ella confundida solo gritaba que la sueltan, al llegar en la sala de trono ahí estaba su padre de rodillas antes los emperadores, la persona que le había enseñado nunca arrodillarse ante nadie.

— Padre — Miro, todo confundida, fue golpeada por los guardias obligándola arrodillarse

— Lilian, hija

— Duque Fischer se da cuenta, el delito que ha cometido es una falta grave para el imperio — Habla el emperador Furioso, confundiendo más a Lilian, no estaba entendiendo nada — Usted merece la muerte

— ¿Qué está pasando? — Miro a su padre.

— Lilian, hija mía, te aseguro, yo no hice ninguna de esas cosas, no sé qué pasó o como es que me inculparon

— Duque Fischer Usted merece la muerte, por querer revelarse y tomar el trono

— Se equivoca su majestad.

— Créeme que si no tuviera prueba nunca lo culparía de algo así — El emperador levanta una carta — Aquí dice perfectamente todo, y no solo eso, usted se atrevió a vender esclavos en el reino, es un delito muy grave que merece que le corten la cabeza ahí mismo.

Lilian niega con la cabeza, ella lo sabía, su padre sería incapaz de hacer algo así.

— Papá

— Yo como emperador declaró que la cabeza del duque sea cortado ahora mismo — Dice el emperador Furioso para luego mirar a Lilian — Y usted señorita Lilian sabía muy bien de los planes de su padre¿Verdad? — Lilian niega con la cabeza llorando, no podría creer que todo eso estuviera pasando. Los gritos de su madre siendo arrastrada hacia la sala de trono.

— Mamá

— Lilian — Ambas se abrazan llorando mientras que los guardias tratan de separarlas

— Todos ustedes, merecen la pena de muerte. — el emperador hace una seña o los guardias — corte le la cabeza a ese traidor — Señala el duque Furioso. Lilian abre los ojos como platos y antes de que pudiera moverse su padre ya hacia el suelo con un charco de sangre

— ¡PAPÁ! — su grito horrorizado se escucha por todo la sala. Su madre aún más en shock se acerca a su esposo llorando

— ¡Y ahora la duquesa! — El emperador estaba más que Furioso.

— N-no — Luchó para ir dónde su madre, pero fue una última sonrisa que vio antes de que estaba fuera asesinada ante sus propios ojos

— Como mi última consideración, porque el duque y yo fuimos amigos, no te mataré — El emperador mira a Lilian — Llévenla al calabozo que sea tratada como cualquier prisionera — Con esas últimas palabras Lilian fue arrastrada hasta la celda. Los recuerdos de los asesinatos de sus padres se hicieron presente en su mente uno y otra vez. Había perdido su familia todo.

De repente comenzó a sentirse mal. Un charco de sangre sale en su boca, dándose cuenta de que la sangre era negra

— V-veneno — Un dolor insoportable se hizo presente en su garganta, mientras se derrumba al suelo, estaba envenenada

Sus últimos días en la celda fueron dolorosamente horribles, estaba en borde de la muerte, y aún peor el príncipe nunca vino a visitarla, cada día que estaba pasando sentía que estaba muriendo tanto por dentro como por fuera.

Hasta que un día recibió una visita del príncipe, feliz Lilian trata de levantarse, quedando en shock cuando este se empieza a reír de ella.

— Mírate ahora, no eres un don nadie — Se burló — Pero gracias ti finalmente podré obtener el trono, aunque aparezca mi hermano — Este sonríe con burla antes de decir una última palabra que dejó a Lilian completamente destruida — Fui un gusto jugar a la casita feliz contigo en esos dos últimos años.

¿Jugar? Todo ese tiempo ella había Sido un juego, dando entender que él nunca sintió algo por ella, y solo lo uso.

— Gracias a tu familia finalmente podré subir el trono, pero dejando eso atrás realmente fuiste una tonta Lilian — mirando con odio al príncipe trata de hablar, pero las palabras no le salen — Dime, ¿cómo se siente el veneno ahora mismo? Me sorprende que todavía estás viva — su sonrisa sigue intacta mientras que la chica aprieta los puños

Sin duda, el príncipe lo había hecho todo, la uso para llegar a su familia y luego las inculpo

— Ahora deséame felicidad con mi amada — De repente este pone una cara triste — Oh, es verdad, no puedes hablar

Los ojos de la chica vulnerable al suelo, se fueron cerrando.

«Qué tonta fui, ¿cómo es que no me di cuenta antes?»

— Adiós, querida Lilian. — fueron las únicas palabras que escucho del hombre que decía amarla, antes de morir.

«Te mataré maldito, infeliz, juro que te mataré»

Esos fueron sus últimos pensamientos, antes de dejar respirar.

Esa noche la hija mayor de los Fischer falleció junto a toda su familia.

capitulo 2- reencarnación

¿Traición? Para muchas personas la traición es algo que jamás se perdona y menos se olvida y más si viene de la persona que más confiabas.

Mientras tanto, en el reino Xarl se encontraba una doncella llorando al ver el cuerpo de su emperatriz a través de la celda sin ningún signo de este respirando.

La mujer ya estaba muerta, con varios golpes de latigazo en el cuerpo... Por los castigos que habían impuesto los soldados, o mejor dicho por orden del emperador m

Nadie más estaba presente, ya que de hecho para muchos nadie le importaba la vida de esa mujer que supuestamente traicionó a su esposo y para el reino Xarl tal traición merece la muerte, pero nadie sabía que toda esa no era más que una falsa, porque aquella mujer nunca le fue infiel a su esposo y solo se cayó en trampa de una vil serpiente.

— Su majestad por favor despierta... — Súplica la doncella de nombre Anet.

La única doncella de la supuesta Emperatriz del reino Xarl. A pesar de ser una emperatriz, no tenía muchas personas.

La doncella llora deseando que la emperatriz despierte. Y para su sorpresa aquello ocurrió.

Quedando sorprendida cuando la mujer que creía que estaba muerta abrió los ojos de golpe.

— ¡Su majestad!

A pesar de su grito de felicidad, no recibió una respuesta ni menos una mirada.

Lilian mira a todos lados, solo puede sobarse la cabeza por el dolor y como si fuera cámara lenta recordó todo lo que había pasado.

Cómo había Sido manipulada con un falso amor y como su familia murió. Incluso como aquel hombre que decía amarla, la mato sin ninguna piedad. Está furiosa, enojada y arrepentida por haber amado alguien como ese hombre y el dolor de su corazón refleja todo el odio y resentimiento.

Por confiar en la persona equivocada perdió a sus familias más queridas.

— Maldito — Maldice, pero si hay algo que no entendiendo, cómo es que está aquí, se supone que murió al haber Sido envenenada por sí recién esposo.

«Estoy viva» Es tan sumida en su Pensativo que ni siquiera se había percatado de la presencia de aquella doncella.

— ¿Su majestad se encuentra bien? — Pregunta la doncella preocupada, llamando finalmente la atención de la mujer.

— ¿Quién eres tú? — Pregunta confundida y la doncella Frunce los ceños para acercarse a las rejas.

— Majestad soy su doncella, ¿no me recuerda? — Está preocupada y desearía ir a poder a llamar un doctor, pero sabe que es imposible por la situación que se encuentra su emperatriz.

«Majestad» Mira, la chica fue en ese entonces que se dio cuenta de su larga cabellera pelirroja.

 «Mm, que es eso» 

Se toca el cabello confundida, ya que antes su cabello fue siempre de color albino.

«¿Dónde estoy?» Se pregunta así misma, confundida, mirando a su alrededor, para darse cuenta de las rejas.

Se toca la cabeza cuando un dolor se hizo que varios recuerdos llegarán como flashback, esos recuerdos.

La emperatriz de Xarl, desde niña, fue educada para su puesto, y esta siempre se encargó de hacer su trabajo, llegando a casarse a los 16 años con el emperador, que al igual que ella era un mocoso, pero un año mayor.

Desde niños, Alise siempre hizo de todo para agradarle a su futuro esposo, pero no importa cuando lo intentaba o cuánto se animaba así misma era importante, pero a pesar de todo esto nunca se dio por vencida.

Alise siempre se encargó de su pueblo y les dio todo lo que podía ofrecer, todo para impresionar a su supuesto esposo porque ella siempre lo amó, a pesar de que la obligaron casarse con él, pensaba que si ambas se llevaban bien podrían enamorarse uno del otro, pero se equivocó porque la única que se enamoró fue ella, ya que al cumplir sus 19 años el emperador llevo una chica en el palacio convirtiéndola en su concubina, dejando Alise aún lado incluso la dejaba abandonada en los únicos días que podían verse.

Y como si no fuera suficiente, a los pocos meses trajo otra concubina, y así sucesivamente, llegando a tener más de 5 concubinas, a este punto ya había dejado Alise más que abandonada y no había ni una persona en el reino que no lo sabía, la reputación de Alise fue manchándose, con burlas de la gente.

Poco a poco su reputación fue ridiculizada por las concubinas y por el mismo emperador, que siempre la ignoro sin consideración alguno a pesar de las críticas que ella recibía.

Alise aguanto 3 años, pensando que si lo aguantaba las cosas mejorarían; sin embargo, vaya que estaba equivocada, ya que al cumplir sus 23 años fue acusada de infidelidad hacia al emperador, no teniendo como demostrar su inocencia, la dejaron tras las rejas, y fue torturada durante días. Sin poder soportarlo más, se mordió la lengua, suicidándose en aquel sucio y polvoriento lugar.

Y así murió la emperatriz de Xarl, aquella niña que hizo de todo para convertirse en una buena emperatriz y esposa, pero al final, no había logrado nada, no recibiendo más que humillaciones tanto como parte de su esposo y de su pueblo.

Lilian, ahora que se había convertido en Alise, aprieta los puños con fuerza. Ese cuerpo también tuvo una vida miserable y hasta el final a nadie le importo.

Lo único que sabía ahora es que hará lo imposible para salir de ese lugar que se encuentra ahora para luego ajustar cuántas con el emperador.

«Su error fue amar ese hombre, el mismo error que cometí yo» 

Piensa, tal vez si ella no había amado el príncipe no hubiera perdido a sus padres, al igual que Alise, esta no habría muerto con tanto dolor en su corazón.

«Tarde o temprano me encargaré que ese maldito trono sea mío»

Sonríe de lado, al parecer el emperador no es más que un idiota y si consigue sacar esa escoria del trono, podrá vengarse del maldito príncipe que mató a sus padres y la traicionó

Los cielos y la tierra le han dado una segunda oportunidad y claramente no lo ve desaprovechar.

capitulo 3- Plan

Por lo que puede saber, han pasado Dos años desde que su verdadero ella murió, no renació de inmediato, sino que pasaron dos años, antes de que lo hiciera, esos dos años fueron el infierno de la verdadera Alise.

— No te preocupes, te vengaré, ese maldito emperador no te merece. — Susurra para sí misma se encargará de que ese emperador desear que jamás hubiera nacido.

Además, si hay algo que sabe después de que murió envenenada, por el hombre que decía amarla, y cuál ella amaba y al final la termino envenenando al punto de matarla.

— No hay que confiar en los hombres. — Aprieta los puños, tanto ella y la verdadera Alise sufrieron el mismo destino, siendo traicionada por el hombre que amaban, tal vez esta es la razón que entró en ese cuerpo, ya que compartieron el mismo destino desagradable.

— Señorita, ¿está bien? — Pregunta la doncella Anet al ver Alise tan pensativa.

— Estoy bien — Suspira profundamente para mirar a la doncella, si hay algo que está segura debe salir de esa celda, pero viva y Anet sería su ayudante, por los recuerdos de ese cuerpo esa doncella es la única que tiene Alise y quién siempre estuvo a su lado.

— Estoy bien Anet. — Sonríe — Pero necesito salir de aquí — Mira fijamente a la chica. — Y tú me ayudarás.

— ¿En qué puedo ayudarla su majestad?

Cómo se esperaba en la tarde, de ese mismo día, Alise se encontraba arrodillada en la sala de trono, mirando aquel hombre que la dueña del cuerpo había amado por años.

«Bastardo»

— Como emperatriz Xarl, es una vergüenza que te hayas atrevido engañar el emperador — Habla el hombre con superioridad, mientras qué Alise sonríe. — ¿Estás consciente que mereces un castigo? — Pregunta con una sonrisa.

— Si Merezco un castigo, entonces dime su majestad, ¿que castigo merece usted? — El emperador Frunce los ceños al escuchar aquellas palabras, pero Alise no se detiene — Según usted merezco un supuesto castigo por haberlo engañado.

Y dice eso porque sabe que la verdadera dueña del cuerpo nunca engaño a ese bastardo, sino una de sus tantas concubinas se encargó de tenderla una trampa, la cual la verdadera Alise término de caer redondita.

— Emperatriz controlé su forma de hablar con el emperador — Se mete uno de los ministros, quien no resulta ser nada más que el padre de la primera Concubina del emperador.

El ministro Donné.

— Usted cállese viejo, por si no se da cuenta todavía sigo siendo la emperatriz — Fulmina el señor con la mirada — Por lo tanto, si abre la boca le aseguro que yo misma me encargaré de arrancarle esa Maldita lengua.

— ¡Basta! — Exclamó el emperador de golpeando el borde del trono.

«¿Basta? Esas palabras serán lo que me pides cuando te mate maldito bastardo»

— Alise explícate bien tus palabras. — Mira seriamente a la joven que se encontraba arrodillada, siendo sostenida por los guardias.

Sin embargo, Alise se zafa quitando la mano de esos soldados.

— Según sus palabras merezco la muerte por engañarlo; sin embargo, si yo merezco esto, usted merece algo peor.

El ministro abre los ojos incrédulos.

— Según el mandamiento del reino Xarl, el emperador puede tener concubinas solo si la emperatriz este de acuerdo y firme dicho documento. Y según mi memoria yo nunca estuve de acuerdo con sus concubinas y peor aún nunca firme ningún papel.

Todos los ministros voltean a ver el emperador, y este tose nervioso. Nunca se interesó en la opinión de Alise, ni siquiera se había dignado de hacerla saber que tomaría concubinas, pero no puede dejar que esa mujer haga que lo vean mal enfrente de tantos ministros del país.

— Estoy en lo correcto su majestad — Sonríe con burla ladeando la cabeza al ver el hombre con una batalla consigo mismo de que decir.

— Eso es porque nunca te intereso — Trato de poner escusas, porque sabía muy bien las consecuencias aun siendo el emperador.

— Disculpe su majestad — Interrumpe un ministro — Según el mandamiento, aunque la emperatriz no estuviera interesada, usted debió persuadirla porque tomar una concubina sin el consentimiento de su esposa es algo que está completamente prohibido, es un insulto hacia la ex Emperatriz.

El hombre no sabe que decir y menos como actuar mira Alise quién estaba sonriéndole con burla, algo que lo enfurece, pero está entre la espada y la pared y no encuentra ningunas palabras para contraatacar o mejor dicho justificar las palabras del ministro.

«¿Madre, porque pusiste este estúpido regla?» Se pregunta molesto, ahora está en esta situación por esa regla absurda, no lo encuentra sentido.

— Por lo tanto, quién debería ser castigo es otro a cambio de usted, yo solo me acosté con un supuesto hombre, que dicen, ya que eso ni es cierto, mientras qué tú — La chica lo señala sin miedo alguno — Metiste a cuántas mujeres que querías sin ningún consentimiento mío, lo que da entender has roto una de las reglas del Xarl que fue impuesto por la antigua emperatriz.

Fue en ese momento que la sala del trono se convirtió en un desastre con cada ministro Susurrando, ya que cualquiera que haya roto una regla del reino, y más que fue puesto por la querida ex Emperatriz, es un insulto para cualquiera.

La antigua emperatriz es una mujer respetada por todo el reino, una mujer que levanto el reino de muchas caídas y ganó el amor del emperador; sin embargo, la soledad le llegó cuando el emperador falleció entregándole el trono a uno de sus hijos que resulto Jacob Hoffmann. La emperatriz esperaba que su hijo siguiera triunfando el reino y le diera honor al nombre, pero sin duda se había equivocado en ello.

— No solo has deshonrado, el mandamiento de la antigua emperatriz Alesna, sino también has deshonrado el reino, no respetando las reglas.

Alise se levanta mirando fijamente el emperador con una leve Sonrisa en los labios.

— Ahora dime emperador, ¿quién merece la muerte? — La chica sonríe de manera cínica mientras qué el emperador traga secó con las palabras atascadas en su garganta, ya que las miradas del ministro lo dice todo.

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