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Solo Contigo

Episode 1 (La huérfana pelirroja)

CAPITULO 1

Me siento en la misma banca que todos los días, saco mi libreta de dibujos y diviso el hermoso lago que tiene el parque Wood y empiezo a dibujar. Me encanta este lago me recuerda a los días en el orfanato, al principio todo era tan difícil y diferente para mí, pero la nana Isabel siempre fue tan buena con los niños del orfanato. Después de la muerte de mis padres todo fue soledad para mí, tenía tan solo diez años cuando la tragedia del accidente me golpeó.  Al cumplir los dieciocho años ya podía hacer mi vida por mí misma, la despedida del orfanato y de mi nana Isabel fue triste, pero ella me decía que siempre me visitaría para vernos. Al salir del orfanato inicié en el primer

trabajo para conseguir un pequeño apartamento y empezar mi vida sola.

He deseado estudiar en una buena universidad, pero como la vida no es un regalo, el dinero siempre me hace falta, me prometí a mí misma que me esforzaría y empezaría con dos trabajos uno en la tarde y el otro en la noche mientras empezaba mi estudio para pedir una beca universitaria.

Miro mi muñeca donde se encuentra mi reloj regalo de mi nana al cumplir los dieciocho ese mismo día me fui del orfanato llevándolo conmigo como un tesoro y una prueba de que no estoy sola, ¡Dios llegare tarde! Tomo mis cosas y corro hacia la estación de buses chocando con todo el mundo y recibiendo incontables insultos, si no me apuro no llegare y no quiero problemas con Marta.

Esta cafetería es bastante pequeña, pero muy popular por sus magdalenas, parece de esas cafeterías medievales con un toque más moderno. Empujo la puerta para entrar y me encuentro a Esmeralda sonriendo y coqueteando con un cliente, me mira y grita.

—¡Ann! Dios señorita perdida ¿Dónde diablos te habías metido? —mientras me mira con cara de preocupación.

—Estoy bien, solo me demore un poco en llegar —le digo mientras camino hacia el servicio a cambiarme. La verdad, Esmeralda es una buena chica, su familia es bastante acomodada y siempre se preocupan por mí. Entra con cara de felicidad y dice

—Ana, sabes que si necesitas mi ayuda puedes decírmelo —la miro con cara de resignación mientras me hago una coleta.

 —Me} puedo cuidar yo sola, pero admito que si llego a necesitar tu ayuda te lo diré —digo eso mientras le sonrió.

—Te gustaría ir a tomar unas copas conmigo y Jared —me mira revoloteando sus pestañas rizadas, ¿Por qué yo no las tengo así?

—Solo quieres que vaya para que no te pelees con Jared. No iré Esmerada, siempre hago mal tercio —digo colocando mis ojos en blanco.

—Vayan ustedes y diviértanse. Además… pronto tendré el examen de ingreso a la universidad para que me den la beca —Tomo mi libreta y boli y salgo a tomar mis apuntes mientras Esmeralda me grita lo aguafiestas que soy.

Después de terminar mi turno como todos los días. Dejo mi delantal de place café, me despido de Marta y salgo. Una ráfaga de viento frio pega contra mi cara me cruzo de brazos para protegerme más del frio ya que mi pobre suéter viejo no calienta mucho. Al llegar a mi piso abro la puerta y todo está apagado, se siente un poco solitario. Enciendo las luces, dejo mi bolso encima de la mesita vieja del mini salón y me lanzo en el sillón haciéndome ovillo… sintiendo la tristeza del silencioso lugar que me rodea.

Episode 2 (El hombre de los ojos Esmeralda)

CAPITULO 2

Abro mis ojos quejándome un poco por la luz del

sol que entra por la escotilla vieja de mi pequeño apartamento, porque las personas

tendremos que despertarnos tan temprano. Me estiro en la litera que tengo por

cama, me levanto y corro a la ducha, ¿porque como siempre se me hará tarde para

ir al trabajo?

El chorro de agua fría golpea sobre mi piel

blanca dejándola roja, tengo que arreglar este problema, salgo de la ducha me

pongo un suéter color café por lo relavado de la tela, hemos estado en una

temporada fría aquí en New York. Termino de vestirme colocándome unos jeans

ajustados y mis zapatillas algo gastadas, tomo mi bolso y salgo corriendo a la

estación de buses sintiendo la extraña sensación de que algo inesperado

sucederá hoy, tal vez hoy se un mejor día que ayer. Quitándome esos

pensamientos de la cabeza me dirijo al trabajo. Al llegar, Marta me mira con

una cara de preocupación

—Está bien, Ana. Sé que tienes mucha presión

con el estudio para entrar a la universidad, pero tienes que comprometerte con

este trabajo.

—Gracias… Marta, no te decepcionare —la miro con

una sonrisa.

—Bueno, ahora apúrate para empezar tu turno,

Esmeralda ya se fue

—Estás bien —camino al pequeño cuarto de

servicio para empleados, me visto con mi ropa de trabajo, salgo con mi libreta

y boli y me dirijo a una mesa. Al terminar mi turno Marta se acerca hacia mí

con cara de felicidad.

—Buen turno, querida. En algunas horas

cerraremos.

—No se preocupe, señora Marta ya quedo todo

recogido —tomo mis cosas, mi pequeño bolso y mi suéter viejo y me dirijo hacia

la puerta despidiendo una última vez de Marta.

Al salir me choco con algo realmente duro

cayendo de pompa directo al suelo. Me quejo un poco por el golpe, miro hacia

arriba y me encuentro con unos hermosos ojos esmeralda que me miran, sus ojos

me recuerdan al hermoso color del lago al que siempre voy. Después de un largo

tiempo en el que yo lo miraba y el me miraba a mí, estira su mano hacia mí para

que la tome y por alguna razón que no entiendo no dude ni un segundo. La tomo

sin miramientos como si fuera mi salvavidas a punto de ahogarme. Cuando me puse

de pie, me jalo de repente hacia él chocándome con su pecho.

—¿Te encuentras bien, preciosa? —me dice con

una sonrisa ladeada, y es la sonrisa más bella que había visto en mi vida. En

resumen… era el hombre más hermoso que había visto en mi vida. Con un cabello

color azabache, un poco desaliñado otorgándole un porte bastante elegante,

Dios, ¿pero que me pasa con este hombre? Tal vez porque esta guapísimo hasta

para comer, como dice mi amiga Esmeralda. Ya me estoy volviendo loca. Oigo como

me dice algo, pero yo estoy tan inmersa en mis pensamientos que simplemente no

lo oigo.

—¿Que? —Pregunto un poco perdida alzando mi

mirada hacia él. Sonrió de nuevo y volvió a repetir.

—¿Que, si te encuentras bien, preciosa? ¿Tan

fuerte fue el golpe? —Dice con una sonrisa burlesca, siento que mi cara empieza

a ponerse roja por su comentario, sintiendo su asentó distinto.

—Y-yo me encuentro bien —digo un poco nerviosa

por su mirada tan intensa.

—Qué bueno, discúlpame por chocarte…

simplemente no te vi —dice con una voz fuerte y firme. Hasta su voz me parece

sexy ¿qué me pasa?

—Bueno, como no eres muy habladora por lo que

veo, espero que estés bien. —Dice con una mirada provocativa, mirándome de

arriba para abajo. Siento como mi respiración se acelera, mojo mis labios instintivamente,

Digo acelerada.

—S-siento haberte molestado con mi torpeza —mis

palabras salían apresuradas y desprolijas. Su sonrisa se alzó para soltar.

—¿Molestar? Pero si es un honor a ver me topado

con semejante belleza. Se acerca a mi oído y susurro —Espero volverte a ver

preciosa, porque la próxima vez no te dejo ir… —¿belleza…? Creo que se confundía

de persona al decirme tales palabras. Se aleja un poco de mí, me mira por

última vez guiñándome un ojo y se va caminando imponente y elegante.

Dejándome un poco en shock, sonrojada y

acalorada por la presencia tan imponente que supone este hombre. Aquello que

dijo sobre volverme a verme… era imposible que me volviera a encontrar con él.

Miro mi reloj y me doy cuenta que llegare tardísimo a mi otro trabajo, pero ¡Que

karma estoy pagando! Dios cuando va ser el día que llegue temprano a mi trabajo.

Salgo corriendo y me subo al autobús pensando

en el hombre de ojos Esmeralda… era así como mi mente lo había nombrado sin

saber su nombre, pero con la esperanza en mi corazón de volverlo a ver… otra

vez como me lo dijo él.

Espero que les guste la historia ❤️ si quieren más capítulos seguidos apóyenlo con mucho amor. 😉

Episode 3 (celebración encuentros y pasión Part 1)

Saco mi libreta de dibujos y me siento en la

misma banca de siempre observando el hermoso lago Wood. No me cansaba de venir

a este lugar, es tan hermoso… que siempre me quedo sin palabras mirando el lago

como tonta, vienen imágenes a mi como dagas a mi cerebro de los hermosos ojos

esmeralda de esa persona. El recordarlo hace que mi corazón se acelere como un

tambor en un festival japones, he estado así por dos semanas sin poder sacar a

ese hombre misterioso de mi cabeza. Y sé que parezco una aficionada por un

hombre que ni conozco, pero es así como me sentía, simplemente no podía sacarlo

de mi cabeza y eso me molestaba. Suspiro con cansancio resentida conmigo misma.

Escucho que de mi pequeño bolso viejo proviene un ruido de celular, rebusco en

mi bolsito y saco este aparato del infierno, que solo lo uso para mirar la hora

y jugar culebrita en mis horas de descanso. Aunque, creo que ya nadie tiene ese

juego, soy un desastre… Sonrió mientras miro mi celular y contesto rápido.

—¡Nana! —Grito tan fuerte que estoy segura que

mi nana se alejó de su celular, sonrió con maldad mientras oigo como masculla

algunas groserías que no entiendo.

—¡Dios, Ana! ¡Porque diablos gritas, quieres

matar a esta mujer!  —suelto una carcajada

mientras la saludo.

—Ana, gracias por llamar todos los días a tu

nana, se nota que la quieres mucho, ¿cuándo tienes que hacer tu examen

universitario para que te den la beca? No creas que no estoy al pendiente de ti

niñita desconsiderada —Dice mientras utiliza un sarcasmo horroroso que me hace sacar

una sonrisa.

—Nana el sarcasmo no te queda nada bien —digo

esto mientras alzo mis ojos con una sonrisa.

—No te preocupes nana, es hoy. Le pedí a mi

jefa que me dé este día—digo mientras me levanto de la banca para tomar el autobús

a la universidad donde tengo mi examen.

—¿Porque no me dijiste nada, Ana Duperly? —Ella

sabe perfectamente como detesto que digan mi nombre completo, respiro profundo

y suelto.

—Nana sabes perfectamente que no me gusta que

me digas así, y si no te lo dije fue porque sabía que te podrías histérica y

nerviosa. Te lo iba a decir cuando terminara el examen.

—Está bien, Ana… Sé que eres muy inteligente y

que te ira de maravilla cariño. Solo te pido que me llames y me avises, porque

eres muy importante para mí Ana —sonrió agradecida y me despido prometiéndole

que la llamare si todo sale bien.

Cuelgo el teléfono guardándolo nuevamente en mi

bolso, ya hace un tiempo que llevo estudiando para este examen y por fin pedir

una beca de estudio en la universidad de Columbia, es mi sueño desde que Salí

del orfanato, el estudiar bellas artes y dibujar bellos paisajes es el deseo

que tengo, por eso Nana se preocupa tanto por mí.

Al entra en el lugar me quedo boca abierta, ya

que es como lo soñé siempre. Veía fotos de esta universidad y soñaba con

estudiar en ella y ahora solo debía pasar este examen, siento como un vacío en

mi estómago crese al sentir que no estoy lo suficientemente preparada ¿y si no

lo paso? ¿y si nunca entro? Esas eran las preguntas que martillaban mi pobre y

soñadora cabeza. ¡No, Ana! Me digo a mí misma lo mucho que he estudiado para

este día, no lo arruinare con mis inseguridades debo hacerlo, me digo fuerte y

claro.

Escucho que leen varios nombres en una lista y

en uno de ellos me llaman a mí, entro al salón correspondiente, me siento en el

último lugar de la fila y saco mi lapicero y empiezo a responder la hoja que me

dieron. Al terminar las tres horas del examen entrego mi hoja y salgo como una

gelatina viviente de los nervios que tengo, nos dicen que esperemos algunas

horas para entregarnos los resultados del examen inmediatamente. Al rato sale

una mujer bastante elegante con una carpeta que me imagino tendrá los nombres

de los estudiantes que obtuvieron la beca ¡Dios por favor que diga mi nombre si

no moriré de tristeza! Grito, desesperada en mi mente. La señora abre la

carpeta y dice mientras mi corazón va con rapidez.

—Buenas tardes, aquí traigo los nombres de las

personas que obtuvieron las becas de la universidad de Columbia, si no leo su

nombre significa que no entraron y no repetiré de nuevo así que presten

atención. —Dios es una mujer atemorizante, estoy perdida.

—Bien, empecemos. Lisa Johnson, Meckel Miller…

—En ese momento mi alma escapaba de mi cuerpo estaba muriendo lentamente y aun

no me llamaban ¡DIOOS! Inmersa en mis pensamientos de muerte, veo que la mujer

se está marchando y todos celebrando ¡Noo! ¿Será que no me llamo? No la escuche

por estar tonteando, corro hacia ella y la detengo un poco brusco para mi gusto

y le digo.

—Eeem… P-perdón, es que no escuche los últimos

nombres, podría repetírmelos —Digo nerviosa sacando las palabras a borbotones.

La mujer me mira de arriba hacia abajo con una

cara prepotente y de malos amigos, estoy segura que me mandara al garete… ella

dijo que no repetiría y aquí estoy como una tonta preguntándole de nuevo —suspiro

brusco mientras la miro.

—No me escucho al principio, señorita. No

repito —¡Ahí, está! Mandándome a la mierda, muy bien… lo primero que te dicen,

Ana y lo primero que haces. La señora suspira con pesadez, abre de nuevo la

carpeta y pregunta mi nombre.

—¿Cómo se llama señorita? —dice con seriedad y

una expresión de limón agrio.

—Ana… Ana Duperly, mira la carpeta y vuelve a

mirarme en ese momento siento que mi corazón se sale de la boca.

—Si, aquí esta. Es la última, obtuvo la beca…

empieza sus estudios el próximo mes con todos las demás que pasaron,

felicitaciones —dice con una sonrisa fingida para retomar su camino. En ese

momento siento como una felicidad universal llena mi sistema, haciendo que

grite y salte atrayendo todas las miradas de los individuos de este salón, rio

a carcajadas como una loca posesa. Al salir de la universidad como si estuviera

volando de la felicidad, el aparato del infierno al que llaman celular suena,

miro la pantalla y es Esmeralda, le contesto rápido para contarle la noticia.

—Adivina quién entro a la universidad de

Columbia. ¡Dime! ¡Dime! —digo como una niña de primaria.

—¡¿No?! ¿Pasaste?... ¡Eso es genial, Ana

banana!

—Sabía que eras la puta ama, amiga. ¿¡Que te

parece si celebramos este triunfo!? Tú, yo… no sé, amiga piénsalo —dice eso

mientras ríe coqueta.

Me quedo mirando la calle y no sé porque llega

la imagen de mi hombre de ojos esmeralda es como si me estuviera llamando, solo

espero volverlo a ver y perderme en lo profundo de sus ojos.

—Tal vez… no sea tan malo ir a tomar unos

tragos de celebración.

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