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Mi Linaje

Me pedirán perdón de rodillas

Jay era muy querido por las chicas y odiado por los chicos, a sus quince años de edad no había descubierto bien todos sus dones.

Su madre siempre le recordaba no hablar con nadie en la escuela, ni en el colegio.

- Oye rarito. Grito un chico

Jay no miró hacia atrás, él no tenía amigos ni tampoco hablaba con otras personas que no fueran parte de su familia, su actitud siempre era fría.

El estudiante que le gritaba estaba con dos compañeros más, como Jay no le hacía caso lo rodearon.

Jay se detuvo y los miro a los tres con desprecio.

- ¿no escuchaste que mi amigo te está hablando o eres sordo? Preguntó uno de los estudiantes lanzando al piso a Jay.

Jay se levantó y se arregló bien el uniforme, no le gustaba estar mal arreglado.

- no hablo con personas como ustedes. Respondió Jay reparándolo a los tres.

A los chicos no le gustó su soberbia y uno de ellos le tiró un golpe, Jay no se quejó, solo sonrió lamiendo su labio que sangraba.

- ¿quién te crees que eres?, golpéenlo. Dijo Erick

Los dos chicos empezaron a golpearlo, una profesora que vio lo que estaba pasando los detuvo.

- ¿ qué hacen chicos?, déjenlo, los llevaré a la dirección por golpear a su compañero.

- profesora, solo lo estábamos ayudando a levantarse. Dijo Erick.

Eithan y Claire fueron a buscar a Jay y lo encontraron con esos chicos.

- Jay, ¿que te ha pasado en el labio y porque estás sucio? Pregunto Claire tratando de tocar su boca

Jay le sonrió y se limpio con el dedo índice

- no es nada Claire, estoy bien.

- ¿es tu novia Jay? Pregunto Erick

Los otros chicos rieron

Eithan se llenó de ira y quizo golpearlos, la profesora se paró delante para que no se involucrara.

- está más que claro que ellos lo golpearon. Dijo Eithan molesto

- tranquilos, no se preocupen, vi todo lo que pasó y los llevaré a la dirección.

- vamos chicos, no se preocupen, estoy bien, sé cuidarme, ellos vendrán a pedirme perdón de rodillas. Dijo Jay con una sonrisa

Los chicos empezaron a reír, la profesora miró a Jay que se alejaba y Eithan los amenazó.

- Para la próxima no ataquen en grupo, cobardes, metanse conmigo para ver cómo les irá.

Los chicos rieron

- cuídate no más riquito. Dijo Erick

- vamos Eithan, la basura se saca sola. Dijo Claire mirándolos mal.

Ambos siguieron a Jay, el chofer de cada uno los esperaba en la salida, Jay antes de subirse al auto mencionó unas palabras en voz bajas y miró hacia atrás.

- Jay, dile a mi tía que la visitaremos más luego. Gritó Claire

Claire fue el nombre que Ariana y Alfred le dieron a su hija, ella al igual que muchas chicas, le gustaba Jay.

Jay se dirigió a su casa, en el momento en que llegó, Amalia fue a recibirlo

- Hijo, ¿como te fue? Pregunto Amalia

Jay no quería que su madre se diera cuenta del golpe, pero le fue imposible.

- ¿que te ha pasado en el labio?

- no es nada mamá.

Amalia se acercó y lo reparo

- ¿te has peleado con alguien?

- no he peleado con nadie, unos chicos me golpearon, que es otra cosa

- ¿por qué no te defendiste?, para eso te he estado entrenando. Dijo Amalia molesta

- quién te entiende mamá, siempre me dices que no hable con nadie, que no me meta en problemas, ¿qué querías que hiciera?. Preguntó Jay molesto.

- eso es otra cosa, si te golpean primero tienes que responder, ¿quiere que te agarren como saco de boxeo?, no debes de permitir que estén abusando de ti.

- no se preocupe mamá, ellos vendrán a mi.

A Amalia no le gustaba cuando Jay hablaba de esa forma.

- ¿Cómo que vendrán a ti?

- Ya lo verá. Dijo Jay retirándose

Amalia decidió no tener más hijos por el sueño que tuvo con Alicia, a medida que Jay crecía, cosas raras pasaban, ni ella misma conocía bien a su hijo.

Jay la mayoría de las veces se la pasaba estudiando y encerrado en su habitación, solo salía cuando sus primos iban a buscarlo.

* Jayden Jr

Increíble, no entiendo a mis padres, me dicen que haga una cosa y después otra, ¿quién los entiende?. Dijo Jay tirando la maleta en su cama.

Desde que tengo memoria mi madre me ha hablado de nuestros dones, sé que somos especiales, pero lo que no sé es porque ella me mira de esa forma, como si tuviera miedo de mí, hay algo que no me han contado pero lo voy a saber tarde o temprano.

Ian y Angela fueron a visitarlos, Jay al escuchar la voz de su abuelo, salió de su habitación y fue a recibirlo.

- abuelo. Grito Jay abrazándolo

Angela se quejo, al ver que él solo estaba feliz por Ian

- ¿y para mí no hay abrazo?

Jay le sonrió, le dió un beso y un abrazo.

- ¿qué te paso en el labio Jay?. Pregunto Ian

- no es nada abuelo.

- se dejó golpear, nisiquiera se defendió. Dijo Amalia

- abuelo no entiendo a mamá, primero me dice que no hable con nadie, que no me meta en problemas y ahora se molesta porque no me defendí.

- ¿como así?, ¿no tienes amigos? Pregunto Ian

- no abuelo, solo voy a estudiar, aunque los demás se me acerquen no les puedo hablar. Respondió Jay en un tono triste

- Amalia, explícame porfavor, ¿porque lo estás obligando a que no se relacione con los demás?.

Los obligue

papá, no es eso, no quiero que pase por lo mismo que yo pase.

- hija, tienes que dejarlo ser, él es un adolescente, necesita convivir con los demás jóvenes de su edad.

De repente sonó el timbre de la puerta, la sirvienta fue y abrió.

- Buenas tardes, ¿que desea?. Pregunto la sirvienta

Ellos se quedaron viendo lo hermosa que era la casa, entraron en sí, cuando la sirvienta le hablo.

En la puerta habían tres chicos, cada uno con sus madres.

- disculpe, ¿vive aquí el joven Jayden? Preguntó una de las madres.

Amalia escuchó el nombre de su hijo y se acercó a la puerta.

- ¿que desea?, Jay es mi hijo, ¿pasa algo?

- si señora, nuestros hijos quieren decirles algo.

Amalia llamó a Jay, él junto a su abuelo se asomo.

- buenas tardes, dígame.

Las madres empujaron a sus hijos para que empezarán con su disculpas.

Erick dió un paso y con la cabeza baja le dijo

- Jay, queríamos pedirte disculpa por lo de hoy, no fue nuestra intención golpearte.

- sí, discúlpanos.

Jay lo miró a los ojos y le ordenó mentalmente a Erick que se arrodillara y que le pidiera perdón nuevamente.

El joven como si estuviera en trance se arrodilló y dijo

- soy un estudiante muy malo, perdóname por golpearte dijo Erick

La madre de Erick se molestó y levantó a su hijo

- Erick, no era necesario que te arrodillaras. Dijo su madre

Jay miro a los otros dos, ellos dieron un paso y hicieron lo mismo que Erick

- está bien, los perdono. Dijo Jay retirándose

Amalia y Ian le pidieron disculpa a las madres por la forma en que Jay actuó.

- discúlpenos ustedes a nosotras, nuestros hijos no actuaron bien, pero tendrán su castigo.

Amalia despidió a las madres y a los chicos y fue a reunirse con su hijo.

Cuando los jóvenes entraron en sí, no entendían lo que habían hecho, sus madres les estaban regañando y ellos no sabían el porqué.

- no tenían humillarse de esa manera, ¿ por qué arrodillarse?, con tan solo decirle disculpas era suficiente.

- ¿quién se arrodillo? Pregunto Erick

- los tres se arrodillaron, espero que nunca más vuelvan a humillarse de esa manera.

- así es, la profesora habló con nosotras y nos pidió que arreglaramos esto, si vuelven a tener problemas, lo van a expulsar.

- tranquila mamá.

- prometan que no volveran a meterse en problemas.

- lo prometemos. Dijeron los tres al mismo tiempo

Amalia se quedó mirando a su hijo lo sujetó de los hombros, lo zarandeo y le dijo.

- dime lo que estás pasando y no me ocultes nada

Ian al ver que ella lo estaba maltratando le dijo.

- basta Amalia, déjalo.

Amalia lo soltó y se llevó la mano a la cabeza, empezó a caminar de un lado a otro.

- Jay, ¿tú tienes algo que ver con lo que pasó? preguntó Ian

- abuelo, ellos me golpearon sin yo hacerles nada.

- Jay, responde a lo que te pregunté, ¿tuviste algo que ver con el comportamiento de esos chicos?

- si abuelo

- ¿como lo hiciste?

- me metí en sus mentes, los obligue. Dijo Jay bajando la cabeza

- ¿Desde cuándo puedes hacer eso?

- desde que tengo seis años.

- ¿por qué no nos dijiste nada?

- por mamá, ella me trata como si fuera un bicho raro, soy un adolescente, soy normal, soy su hijo.

Siempre me mira con miedo, no es para nada cariñosa, siempre ha querido verme solo, ¿quiero saber porque es así conmigo?. Dijo Jay con lágrimas en sus ojos.

Amalia se sorprendió de escucharlo hablar así, ella pensó que le estaba haciendo bien en alejarlo de los demás.

- Jay, no digas eso, no te miro como un bicho raro, lo único que deseo es que estés bien, que sea feliz. Dijo Amalia en un tono muy triste.

- pues no lo soy, trato de complacerla sacando las mejores calificaciones para ver si así recibo una muestra de cariño, pero no, para usted no es suficiente, si no me pareciera mi padre y a mi abuelo pensaría que no soy su hijo.

- cálmate Jay, tenemos que hablar. Dijo Ian tomandolo del brazo

- vamos Amalia dejemos que tu padre hable con él. Dijo Ángela

- Está bien mamá. Respondió Amalia confundida.

- Jay, toma asiento y presta mucha atención a lo que te voy a decir, hay algo que tu mamá no se ha atrevido a contarte, pero es el momento de que lo sepas.

Jay tomó asiento y le prestó mucha atención a su abuelo.

- A tu mamá no le fue bien de pequeña, como ella podía ver los espíritus y hacer lo que otros no podían hacer, los niños fueron crueles y empezaron a llamarla bruja, nadie quería jugar con ella, el don que nosotros tenemos para ella fue una maldición, tu madre vino a hacer amistades a los dieciocho años, por esa razón ella se comporta así contigo, no quiere que pases lo mismo que ella, no quiere que sufra como ella sufrió.

- no tengo la culpa de ser así abuelo, yo no pedí ser diferente

- te entiendo, ninguno de nosotros pidió ser diferente, pero si Dios lo permitió es por algo, otra cosa, no deberías de aprovecharte de los demás, tus dones deberías utilizarlo para ayudar a las personas, no para obligarlas a hacer lo que tú quieres. Dijo Ian

Jay bajó la cabeza, él sabía que su abuelo tenía razón, pero también sabía que esos jóvenes se lo merecían.

- no soy feliz abuelo, llévenme a vivir con ustedes. Dijo Jay

No le tengo miedo

Jay, dale una oportunidad a tu madre, ella no es mala, solo se preocupa por ti, tiene miedo de que los demás te traten de fenómeno, tiene miedo de que los demás te traten como la trataron a ella.

- quiero tener amigos abuelo, quiero jugar al fútbol, quiero ser una persona normal. Dijo Jay

- y lo serás, hablaré con tu mamá, verás que podrás hacer todo lo que quieras, confío en que sepas dónde y cómo usar tus dones.

- lo haré abuelo.

- ahora explícame, ¿cómo puedes hacer lo que hiciste con los jóvenes?, ¿desde cuándo empezó?

Jay lo miró a los ojos y pensó en mentirle , pero amaba mucho su abuelo, así que decidió decirle la verdad.

- ya le dije abuelo, empezó cuando tenía seis años, por las noches mamá no podía dormir, papá tuvo que viajar y yo le pedí acompañarla.

Ella dejó que durmiera a su lado, yo estaba bien dormido, mi madre me abrazaba y en medio de la noche me desperté al escucharla a gritar.

Decia unas palabras que yo no entendía, pero en sus sueños ella le decía a alguien que me dejara, que yo era suyo.

Intenté levantarla pero no podía, deseé con todo mi corazón poder calmarla, no me gustaba verla así.

A mi mente vinieron unas palabras y las mencione, luego de eso mamá se levantó, le dije que me buscara agua y así lo hizo, le dije que me abrazara, que me diera un beso, lo hice porque no creía que fuera verdad que la estaba controlando, después de eso le pedí que se acostara y durmiera tranquila y así lo hizo.

Desde ese día todas las madrugadas voy a su habitación y le ordeno dormir bien, esa es la única manera para que ella no tenga pesadillas.

- ¿sabes qué es a lo que tu mamá más le teme?. Pregunto Ian

Jay negó con la cabeza

- ella tiene miedo a perderte, tú y tu padre son su vida

- lo sé abuelo. Dijo Jay bajando la cabeza

Ian se levantó y lo abrazó

- eres un buen chico, te pido que no vuelvas a controlar la mente de tu madre, ni de esos jóvenes.

- está bien abuelo

- bien, ve con tu madre ella te necesita, escucha lo que tenga que decirte.

Jay se levantó y fue hacia su madre

- mamá...

Amalia no dejó que dijera nada y lo abrazó

- perdóname hijo, yo te amo, perdóname por tratarte así, perdóname por arruinar tu infancia, perdóname por todo el daño que te he hecho. Dijo Amalia con lágrimas saliendo de sus ojos

- Ya mamá, no llores, sé que me amas, yo también te amo

- no sabía que te sentías así Jay, para la próxima dime todo lo que sientas, no te guardes nada, yo te entenderé, soy tu madre. Dijo Amalia abrazandolo

Jayden llegó a su casa y vio la escena

- Hola familia, llegué un buen momento, me gusta ver a la familia unida. Dijo Jayden sonriendo.

- Buenas tardes Jayden. Dijo Ian saludandolo.

- ¿paso algo?, ¿ porque lloras amor?

- creo que deben de hablar con Jay de las cosas que pasaron antes de su nacimiento. Dijo Ian

Jayden se quedó viendo a Amalia y luego a Jay

- está bien. Respondió Jayden

Todos se sentaron y empezaron a contarle todo lo que había sucedido, Jay estaba asustado, no podía creer que provenía de una familia de brujos y mucho menos que su abuela hiciera todo eso.

- ¿Cómo es mi abuela?, ¿por qué no he visto ninguna foto suya?

Jayden se la describió y Jay empezó a sentirse mal, como si le faltara el aire.

- Hijo, ¿que pasa?, ¿que tienes?. Pregunto Amalia asustada

- respira profundo Jay, tranquilo. Dijo Ian

Jay respiró profundo y cuando se calmó, les habló de la mujer que se le aparecía en sueño.

- ¿crees que sea ella papá?. Preguntó Jay

- ¿qué cosas te ha enseñado? preguntó Jayden preocupado

- me ha enseñado algunas cosas, pero no las he usado con nadie, lo juro, solo una. Dijo Jay agachando la cabeza

- ¿cuál es? Pregunto Jayden

- controlar las mentes, pero no lo hice por mí, lo hice por mamá

- no estoy entendiendo nada, ¿qué hiciste qué? Preguntó Amalia

- cálmense, él tuvo sus razones, déjenlo hablar. Dijo Ian

- lo hice para ayudar a mamá, ella siempre tiene pesadillas por las noches y para que dejara de tenerla le ordenaba que durmiera profundo

- ¿desde cuándo lo haces? Preguntó Amalia con el corazón latiéndole a mil.

- desde los seis años mamá, si esa señora es mi abuela no le tengo miedo, me ha acompañado todo este tiempo.

- ¿no entiendes Jay?, Mi madre es mala, no deberías de estar aprendiendo cosas de ella o acabarás igual. Dijo Jayden molesto

- no soy malo papá, no cometeré sus errores.

- no quiero que sigas comunicándote con ella, repréndela que esa cosa no es tu abuela. Gritó Jayden molesto

Jay se levantó y se fue corriendo a su habitación

- no les diré cómo criar a su hijo, pero deberían de tratarlo mejor, deberían de ponerse en su lugar, entenderlo, escucharlo, nosotros nos iremos hablaré con él después. Dijo Ian molesto

Ángela y Ian se levantaron, se despidieron y se fueron para su casa, Amalia miró a Jayden y le preguntó

- ¿que vamos a hacer?

- hablaremos con él cuando se tranquilice. Respondio Jayden

Jay se puso a estudiar tenía examen al día siguiente.

Cuando Amalia y Jayden fueron a su habitación, él ya estaba dormido, Amalia se sintió triste y se le salieron las lágrimas

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