Me desperté sudorosa, con unos ruidos en el patio trasero de la mansión de mis padres, se está preparando la fiesta posterior a mi boda, si una vuelta en la cama, suspiré y tome el teléfono de encima de la mesa de noche, solo eran las 6 de la mañana, quedaban muchas horas para la boda, me volví acurrucar con la esperanza de dormir de nuevo, despertar y que todo esto sea un mal sueño.
Cerré los ojos con fuerza, tratando de llamar el sueño, pero cada vez los ruidos eran más fuertes, así que no tuve más remedio que quedarme en la cama despierta, es una desgracia ser rica pensé, si hubiera nacido en una familia normal, puede casarme a los 30 años, con alguien que yo quisiera, sin embargo, por tener esta posición privilegiada, tengo la obligación de pagar todos los lujos, comodidades y oportunidades que me dio nacer en esta familia, casándome a los 23 años recién cumplidos con una persona que ni siquiera he visto ni una sola vez.
Comencé a dar vueltas en la cama, deseando ser una mala hija, y haber huido de este destino cuando fui a estudiar a Estados Unidos, pero no, yo tenía que cumplir con mis deberes de buena hija y regresar a vivir una vida que no quiero vivir, es terrible tener estos pensamientos, cuando estoy a pocas horas de lo imposible, tome el teléfono y comencé a buscar otra vez la foto de mi futuro marido, pero no encontré nada, solo sé que tiene 36 años, y que mi único contacto con él, fue que le cargó una vez cuando yo era un bebé, eso debe ser algo extraño, haber cargado a su futura esposa, solo encontré fotos de su abuelo, pero de él no, así que si es feo, tendré que dormir con eso, es decir, vivir con eso.
Después de ese momento, las horas volaron, eran las 8:30 A.M., cuando mi madre entro a mi habitación sin tocar la puerta, parecía un remolino.
— Que bueno que ya estés despierta, vamos, levántate y báñate rápido, ya las estilistas están aquí para arreglarte.
Rodé los ojos, en señal de disgusto, ella puso la mano en la cama, agarró la sábana y comenzó a darle tirones, no me quedo de otra que responderle.
— Si, ya me voy a levantar.
Soltó la sábana, entonces me desarrope, y procedí a levantarme de la cama, paso seguido me dirigí al baño, entre y me detuve en la puerta, respire profundo, luego me quite la pijama, entre a la ducha y abrí la llave el agua fría, me hubiera gustado congelarme, pero el agua no colaboró para nada, soy idiota, si deseaba tanto huir de esta boda, debí cambiar ni nombre en Estados Unidos y no volver jamás a Inglaterra, entonces de que me quejo.
Me comenzaron a tocar la puesta del baño, no habían pasado ni 5 minutos, cuando comencé a escuchar los gritos de mi madre.
— ¡Alexa!, no es para que te desgastes en el baño, sal rápido.
Es en serio, cuál es esta desesperación, con deshacerse de su única hija, tome el jabón y rápidamente me termine de bañar, salí de la ducha, me cepille los dientes, me envolví en una toalla y salí del baño, en la habitación dos mujeres me esperaban junto a mi madre, y un vestido de novia muy bonito, con su velo en un maniquí también estaba en mi habitación.
!
Me sentaron en una silla, y comenzaron una secar mi pelo, luego hacerme un peinado, después me maquillaron y al final me dieron una lencería blanca que me ayudaron a poner, al igual que me pusieron el vestido, a la mitad del proceso, mi madre se fue arreglar, al terminar, ella regresó, me mire al espejo unos minutos, me veía especialmente hermosa.
— Ya deja de mirarte, y vamos que llegamos tarde, tu padre no está esperando abajo, vamos ustedes Ayúdenla a bajar.
De las mujeres una agarró la cola del vestido y la otra me dio la mano, ya que los tacones que mi madre eligió para mí eran muy alto, baje las escaleras despacio, en el salón principal mi padre esperaba, me miró, pero no me dijo nada, simplemente sabio por la puerta y yo detrás de él, me subí en la limusina que me esperaba a fuera de la casa, con ayuda de las mujeres, luego adentro cerraron la puerta y la limosna arranco.
Mis padres iban en otro auto, nadie me acompaño en la limusina, siempre sentí que mis padres me tuvieron como un requisito, pero ellos no querían hijos, también me utilizan como una herramienta para seguir estables en la clase alta, sé que la fortuna familiar se ha ido desvaneciendo, ya que mi abuelo murió y mi padre no es el mejor en los negocios, así que quieren honrar este compromiso que adquirió mi abuelo con la noble familia Seymour, según se tienen linaje directo del rey Enrique VIII.
Después de un largo recorrido la limusina se detuvo delante de la catedral de Londres, dónde más me casaría, sino en dónde se casan las princesas y nobles, no me sorprende que mi madre esté tan apurada por llegar, de este momento en adelante, será miembro de la más alta sociedad, gracias a sacrificarme como un pollo en una hambruna, y si mis padres tienen hambre de poder, por qué el dinero sin poder no es nada en el mundo donde ellos se mueven.
La puerta se abrió, mi padre me dio la mano, sonrió como si se hubiera ganado un gran premio, ahora sí que está feliz, me saco del auto, las mujeres de antes me arreglaron el vestido, mire hacia adentro, se podría ver que está lleno adentro.
Nos quedamos en la puerta esperando la señal para la entrada, los minutos pasaban, y nada que nos hacían la señal, ¿que pasa?, ¿el novio no vino?, ¿se cancela la boda?, todas esas preguntas me llegaron a la mente, pero las campanas comenzaron a sonar, alguien salió, y dieron la señal, al final es inevitable.
Comenzamos a caminar, por el pasillo nupcial, todos me miraban, y mientas caminaba, traté de mirar fijamente hacia adelante, el pasillo se me hacía la caminata más larga de mi vida, ya está llegando, podía ver la espalda de un hombre al frente, mientas los invitados sentados al frente se estaban riendo, al llegar al atar el sacerdote esperaba, el hombre volteo, era un señor mayor, parecía ser de la edad de mi padre lo que me confundió muchísimo.
Está muy confundida, ¿cómo es este hombre tan viejo?, ¿no tenía solo 36 años?, ¿qué está pando aquí?, aún agarra del brazo de mi padre di un paso hacia atrás, no me iba a casar con un anciano, antes de que yo hiciera un escándalo, mi padre que parecía en shock, comenzó hablar.
— ¿Qué pasa aquí?, ¿Dónde estás William Saymeur?
— Mi señor no puede asistir a la boda, así que estás será una matrimonio por poder.
— ¿Qué cosa?, ¿eso todavía existe?
Yo estaba perdida totalmente, ¿qué era esto?, ni siquiera puede venir a su propia boda, es así ese hombre, y quién es este señor.
— Permítame presentarme yo soy Taylor el mayordomo del señor Seymour, él no puede asistir por negocios así que me envía con la documentación para representarlo.
No le daba crédito a lo que escuchaban mis oídos, el hombre saco un documento, y una pluma y luego me dijo.
— Señorita firme aquí, es el certificado de matrimonio está listo solo falta su firma, el oficial judicial se lo llevará para ser notario y listo, el señor ya lo ha firmado.
Estaba deseando escapar de verdad de esta locura, me sentía humillada a un nivel que jamás pensé serlo, mi padre me apretó un brazo, casi me lo parte, así que me solté de su agarre, di un paso adelante, tome el bolígrafo, el hombre me apunto dónde debía firmar, apreté el bolígrafo, me acerque y puse mi firma, luego otro hombre vino puso un sello en el papel, después se fue, se llevó el papel.
— Comencemos la ceremonia, ya vamos tarde, señora, coloque aquí, yo estaré detrás de usted en la ceremonia.
Me arrodillé en el respaldo, frente al sacerdote, el mayordomo se coló detrás de mí, entonces comenzó la ceremonia, la gente murmuraba, en este momento envidio a los sordos, la ceremonia parecía que nunca iba a terminar, esto es increíble, me estoy casando sin novio en una gran catedral, llena de gente que ni conozco que murmuran y se burlan de mí.
La ceremonia al fin termino, el mayordomo que estaba detrás de mí, me ayudo a levantarme, me pare y camine hacia afuera antes los ojos de todos los invitados, que no paraban de reír, salí al paso, no quería además caerme y pasar más vergüenza, cuando salí por la puerta, pude respirar, el mayordomo me abrió la puerta de la limusina y me ayudo a entrar, después, se subió conmigo, y la limusina arrancó camino a la fiesta en el jardín de mi casa.
— ¿Sé encuentra bien?
El hombre me miraba preocupado, lo miré fijamente, realmente quería llorar de impotencia, respire profundo, y le respondí.
— No es nada, supongo que todo debía ser así, le puedo pedir un favor.
— Dígame usted.
— Por favor, salgamos pronto de la recepción de la boda, no creo mantener la serenidad, cuando todo el mundo murmura a mis espaldas.
— No ahí problema.
— Gracias.
La limusina se detuvo después de un largo rato, hasta el camino de regreso me lo encontré largo, el mayordomo salió, me abrió la puerta, me ayudo a bajar, caminamos hacia la parte trasera del patio, me senté en la mesa de los novios, y comenzaron a llegar los invitados de la boda, todos me ignoraban, mis padres llegaron y eran el alma de la fiesta, no habían pasado ni 30 minutos y ya me quería ir, entonces una mujer muy bella de unos treinta años, con un vestido rojo, se sentó a mi lado en la misa de los novios.
— ¿Entonces eres?
— ¿Eh?
No estaba entendiendo nada, pero la mujer me miraba con resentimiento, no la conozco y me mira como si yo le hubiera quitado algo.
— William nunca te va a querer, es verdad que eres joven y bonita, pero a él le gustan las mujeres como yo, así que no te hagas ilusiones, mira como te ha tratado incluso revivió una tradición de hace miles de años para no asistir a la boda.
¡Ah!, la amante dolida de mi recién adquirido marido, ¡Dios mío!, no ha pasado ni una hora de ese circo de ceremonia de boda y ya viene una mujer dolida a molestarme, bueno ella se lo busco.
— Lamento que no sé haya querido casar contigo, ni siquiera del modo que se casó contigo, yo te entiendo, tienes más de 30 años, estás soltera a pesar de ser tan hermosa, y además enamorada de un mal hombre que se acaba de casar con otra, lo siento mucho por ti.
Le puse la mano sobre la de ella como un acto de compasión, la quito y se paró, parecía que quería hacer un espectáculo, pero todos los presentes la estaban mirando parece que la conocían, el mayordomo vino, no me recuerdo verlo en un largo tiempo, entonces dijo.
— Señora ya toda sus cosas están en la limusina es hora de irnos.
— Taylor ahora no me conoces, tu jefe se ha casado humillando a la novia tanto que ni sé presento a la supuesta boda, me pregunto, ¿es esta boda legal?
— Señorita Smith, claro que la boda es legal, y no la saludé, discúlpeme, es que tengo que llevar a la Señora Seymour a casa, si me disculpa.
La mujer parecí querer dar lucha, pero yo solo quería poder salir volando de este lugar así que, me pare, y comencé a caminar, ella me detuvo poniéndome una mano en el hombro, se acercó a mí y me dijo.
— Tú eres más digna de pena que yo, ese hombre te pondrá como un mueble en su casa, y nada más.
Quite su mano, me despedí de los invitados, no le dije ni adiós a mis padres, y salí de ese lugar, abrí la puerta de la limusina que me estaba esperando, me lance dentro, mi vestido se rasgo, el mayordomo, cerro la puerta, entró por la otra puerta, después nos pusimos en movimiento, sentía que de la ira que tenía la sangre me había subido a la cabeza.
Puse la cabeza, sobre el respaldo del asiento, y suspiré más de mil veces, es raro que me enoje tanto, normalmente no soy una persona pasional, pero los acontecimientos de hoy me han rebasado no creo ser capaz de aguantar nada más por hoy, sin explotar.
Cerré los ojos, y traté de poner mis emociones bajo control, el camino era largo, así que podía respirar con tranquilidad por lo menos en el camino, afortunadamente, Taylor tampoco me habló, al parecer el hombre es bastante empático, se dio cuenta de mi estado de ánimo y no me molesto, había pasado una hora y 30 minutos, cuando la limusina se detuvo, abrí los ojos de una vez, habíamos llegado al lugar que sería mi nuevo hogar, por seguro mucho tiempo.
El mayordomo salió de la limusina, luego me abrió la puerta, y me ayudo a salir, estamos frente a una gran mansión, en estilo griego, con grandes columnas y estatuas muy bonitas, comencé a subir los escalones hacia la entrada principal estaba un poco alta, unos seis escalones, comencé a escuchar ruidos de música y risas, me agarre la falda del vestido mientras subía, y comencé a sentir esta ira otra vez.
El mayordomo estaba detrás de mí, con dos maletas, entre por la puerta, y tenían una fiesta, músico alcohol y demás, hombres y mujeres, bebiendo y riendo, me pare en el umbral de la puerta a observar todo eso, no fue hasta que el mayordomo hizo ruido con las maletas que se percataron de mi presencia, entonces uno de los presente grito.
— ¡William!, ha llegado la novia.
Un hombre se paró de un mueble, y se dirigió a mí, era alto, de piel blanca, pelo negro, mientras se me acercaba note, que tenía grandes ojos verdes, se paró frente a mí, se encorvó para poner su cara frente a la mía, y después de observarme un rato dijo.
— No eres la gran cosa.
Eso fue todo, levanté la mano y le di una bofetada que resonó en el salón completo, todos los presentes no lo podían creer, tenían los ojos por salirse de sus órbitas de la sorpresa, el hombre frente a mí, que resulta ser mi esposo se puso derecho y me miró como si me quiera matar, entonces dije.
— Ni tampoco eres la gran cosa.
No sé que lo molesto más, si la bofetada, o que lo rebajará con las mismas palabras que me dijo, se quedó como tieso frente a mí, no sabía si era en shock o que, yo tampoco lo iba a esperar.
— ¡Taylor!
— Sí, Señora.
— Guía el camino a mi habitación, estoy muy cansado, necesito descansar del circo que viví hoy y de mirar tantos payasos juntos.
El mayordomo tomó la delantera, y yo lo seguí, mire a todos los presentes con mala cara mientras caminaba, mi querido esposo se quedó como congelado en el lugar donde le di la bofetada, eso en realidad era poco para lo que él me hizo a mí, pero yo quería hacer algo más, está bien por el momento desahogue mi frustración, más adelante me cobraré lo demás, si él piensa hacer un infierno de mi vida, entonces viviremos en el infierno los dos.
Subimos las escaleras y la música no volvió a sonar, ni escuchar las voces, parece que le arruine la fiesta, me alegra mucho, caminamos por el pasillo y al final de este, el mayordomo se detuvo, abrió la puerta de una habitación, se puso a un lado para que yo entrara, entre, la habitación era muy bonita, todo amplio y la cama enorme, todo es mucho mejor que lo que tenía en casa, el mayordomo entro detrás de mí.
— Señora, ¿necesitas algo más?
— No, por el momento, me acostaré a dormir, por favor traerme algo de cenar como a las nueve, ¿es posible?
— Claro, señora.
El mayordomo puso las maletas a un lado de la cama, se dio la vuelta, salió de la habitación y cerro la puerta, yo inmediato me tire dónde la cama, me quite las zapatillas, me dolía muchos los pies, por eso no me gustaban los zapatos tan altos, me levante de la cama y puse la maleta pequeña sobre la cama, recuerdo poner ahí mi teléfono, la abrí, busque en el bolsillo y ahí estaba, mire la hora y solo eran las 3 de la tarde.
Busque unas galletas, que había llevado en un bolsillo de la maleta, me senté en la cama y me las comí, el vestido, me incomodaba, me levanté de la cama, me lo quite y lo tire al suelo, lo quemaría en cuanto pudiera, busque un set de ropa interior, y una pijama, me dirigí a una puerta que supuse era el baño, abrí la puerta y era el baño, entre y cerré la puerta, era enorme, primero tenía un vestidor, donde puse mi ropa, luego me quite la ropa interior que tenía puesta y la tire en el suelo, camino a través del vestidor y el baño era hermoso, me metí en la ducha y abrí la llamé del agua caliente, me echo champú en la cabeza y comencé a quitarme él peinando, por suerte mi largo pelo negro es muy dócil y rápido me quite él peinando y me desenrede el pelo con los dedos.
Tome la esponja de baño, le hace champú y me lave la cara para quitarme ese horrible maquillaje que me habían puesto, dure un largo rato, bañándome, al salir, tome una toalla, me seque todo el cuerpo, con otra toalla el pelo, ya en el vestidor, me puse mi ropa interior y luego la pijama, salí del baño, agarre el vestido y lo puse encima de una maleta, cerré la que tenía sobre la cama, la puse en el piso junto a la otra, quite la sábana de encima de la cama, me acosté y me arrope, tome el celular, puse una alarma y me dispuse a dormir, tengo que ahorrar energía, sé que en mi vida vienen días difíciles, puse el celular al lado de mi almohada, cerré los ojos, en poco tiempo el sueño llegó y me dormí...
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