El sonido de la alarma hace que me despierte, miro el despertador y son las 5:30 am. Salgo de la cama y me acerco a la ventana que da al balcón, puedo ver la luna que brilla tenuemente en el cielo, está a punto de ser reemplazado por un sol lleno de vida y calor. Salgo al balcón a tomar aire fresco, cuando esos recuerdos aparecen de la nada. Unos brazos aferrados a mi cintura, ambos mirando el amanecer frente al mar. La brisa fresca golpea mi rostro y me trae de nuevo a la realidad, odio tener que recordarlo. Me meto de nuevo a la alcoba y camino al clóset, saco un conjunto deportivo, me hago una trenzas francesas y me colocó las zapatillas deportivas, tengo los audífonos a todo volumen con mi canción favorita, SNAP de Rosa Linn, bajo las escaleras y abro la puerta. Salgo al jardín estiró un poco las piernas para calentar y después salgo a correr. De alguna manera esto me ayuda a despejar un poco la mente, trato de romper mi propio récord.

Después de una hora de ejercicio regreso a casa, abro la puerta y Alis me saluda como todos los días.

—buenos días, señorita Ava, ¿en dónde le gustaría tomar el desayuno? en el jardín, en su habitación o en el comedor con toda la familia—el ama de llaves y la jefa de las sirvientas me sonríe alegremente.

—Buen día Alis... tomaré el desayuno afuera con unas amigas, miento para que así no vuelva a preguntar y no me acuse con mi madre.

Subo de nuevo las escaleras y voy rumbo a mi habitación, tomo una ducha rápida y salgo envuelta en unas toallas. Voy al clóset y saco una falda azul marino y una blusa blanca. Me pongo los stilettos de 10 CM y camino al tocador, me siento frente al espejo como todos los días y me aplicó un maquillaje ligero. Tomo mi bolso de mano y bajo las escaleras.

Al llegar a la sala veo a mi madre la saludo como todos los días y estaba a punto de ir por mi auto cuando me pregunta...

—¿cómo dormiste hija?

Por más que quiero ocultar que tuve pesadillas de nuevo, no puedo. Me conoce muy bien, ya que es mi madre.

—¿de nuevo las tuviste verdad?—me mira con seriedad y preocupación.

—si, pero solo debo aumentar las dosis de las pastillas es todo, iré más tarde a ver al psicólogo te lo prometo.

—bien, espero que vayas, tenemos que encontrarle a este problema una solución. —sabes lo que pienso sobre que te mediques.—su mirada no cambia siempre tan obstinada y dominante,—aunque yo pienso que tú deberías salir de viaje, ir a un lugar tranquilo lleno de paz. —que te parece si más tarde paso por la oficina y te llevo algunos flyers de lugares para visitar.

—que tal si me los muestras más tarde madre, hoy estaré ocupada, mi padre me necesita en la empresa y me pidió ayudarle con un problema. Tú sabes que como futura heredera debo esforzarme por sacar adelante la empresa familiar.

—bien hablaremos más tarde entonces. —ella se despide de mí con un beso en la mejilla y un abrazo corto.

Yo salgo al estacionamiento y entre todos los autos elijo mi favorito, regalo de cumpleaños hace unos meses, un Audi último modelo en color negro, subí a bordo y aviento el bolso en el asiento del copiloto, saco de la guantera mis lentes de sol estilo aviador y salgo rumbo a la empresa de mi padre, la cual será mía en unos meses más.

Una vez estuve enamorada de un hombre muy guapo, inteligente y con la misma posición económica que yo. Nos conocimos en la universidad, él era capitán del equipo de fútbol y yo era la nerd de biblioteca. Aun así eso no impidió que nos amemos, no toda la vida fui bella eso debo aclararlo, cuando estuve en la universidad usaba unos lentes, ya que tenía problemas con la vista, no me importaba tanto el exterior, puesto que la belleza verdadera se encuentra en lo interior, era la mejor de la clase, me gradué con honores. En nuestro último año fue que conocí a Maxwell Wilde, él necesitaba a alguien que le ayudará con álgebra avanzada, así que me asignaron a mi ser su tutora. Me gustaba pasar tiempo con él, aprendí a divertirme y empecé a salir a fiestas. Era nueva probando ese estilo vida, pero no me importo solo quería encajar con él. Le di regalos costos cada vez que era nuestro mes de aniversario. Cada regalo era más caro que el anterior, lo ayude a pasar todas sus materias y a graduarse. Y todo me lo pago de la peor manera. Un día recibí un mensaje de que él quería verme en el gimnasio después del entrenamiento. Falte a mi clase de idiomas solo para estar con él.

Llegue al gimnasio y detrás de las gradas donde se suponía que lo vería, estaba el pero tenía compañía una pelirroja gemía una y otra vez el nombre de Max. Sin querer mis libros cayeron al piso y el se percató de mi presencia. Se levantó y abrochó el pantalón, yo lo mire directamente a los ojos, buscando una explicación. él solamente me aclaro que todo era un simple juego y que ya estaba harto.

—sera mejor que te vayas y no le digas a nadie. O si no te las verás conmigo nerda.

yo me quedé quieta, estaba sin palabras él paso a mi lado y me golpeó con su hombro haciéndome caer al piso.

La pelirroja solamente se reía de mi, ella también termino de acomodarse la ropa y al pasar a mi lado me dijo —¡qué patética te ves! —¿que creíste que él iba a hacerte caso y que terminarían juntos?

Yo no pude responder a ninguna de sus burlas, me levanté y salí corriendo del gimnasio, tarde días en volver a la escuela. En cuanto regrese fui llevada al gimnasio y por más que quise defenderme no pude ellos eran demasiados, me arrastraron y llevaron a la fuerza, me metieron a ático en donde se guardaban los equipos viejos y me dejaron ahí encerrada.

Por más que grite por ayuda nadie me ayudó, esos imbéciles trataron de propasarse conmigo y me tocaban cada parte de mi cuerpo, rasgaron mi ropa y cuando estaban a punto de hacerme más daño. Sonó un ruido y alguien los descubrió. Yo no regrese a la universidad, mis padres amenazaron al director diciendo que iban a retirar cada uno de los fondos si no se hacía nada al respecto. Casi todos los culpables fueron expulsados y no se les entregó sus certificados. Faltaba que uno pagará, pero debido a que también tenía dinero el director se vio cruzado de brazos. Mis padres pidieron que yo terminara el resto del curso en línea y fue así como me gradué, pero no fui a la ceremonia. Más tarde llegó a la casa mi certificado, pero ya nada era igual. Tenía esa pesadilla una y otra vez todas las noches. Estaba tan atormentada que no podía conciliar el sueño. Siempre me despertaba en medio de la noche gritando por ayuda, los lugares pequeños y oscuros me ponían nerviosa. Por culpa de ese imbécil, terminé con el psicólogo, hasta la fecha necesito pastillas para lograr dormir plácidamente, aunque no siempre funcionan. Mi vida jamás fue igual. Yo jamás sería igual, odie tanto a la vida por todo eso, pero sobre todo odie al amor porque salí lastimada. Al pasar el tiempo cambié por completo. Empecé a maquillarme y a vestir a la moda. Me volví una mujer fuerte y empoderada, planeé cada segundo de mi vida y me propuse vengarme de ese idiota. El me las pagaría tarde o temprano.

Y así fue como un día lo encontré y le hice pagar por lo que me hizo, al no reconocerme lo enamoré y le destruí el corazón por completo. Lo malo es que ahora me vi envuelta en un completo desastre, la prensa pronto empezaría a acosarme y estaba metida en un lío enorme. había decepcionado a mi Padre, él estaba tan enojado que me ha prohibido estar al frente de la empresa. Me mandó a estar fuera y así fue como termine en Italia.

Horas antes de irme a Italia:

Ese mismo día salí rumbo a las oficinas, deje mi auto en el estacionamiento de la empresa y subí por el ascensor.

Llegue al sexto piso justo en donde se encontraba la oficina de mi padre y la mía, apenas se abrió el elevador, fui recibida por Janet la secretaria de papá.

—buen día, señorita Jones, su padre desea verla en este momento.—parecía enojada o solo tal vez me odie, en fin este día no pelearía con nadie, estaba feliz porque el imbécil de Maxwell me las había pagado.

Toque la puerta de la sala de juntas y escuché la voz de mi padre.

—¡adelante!

pase a la sala y fui recibida por una cachetada de mi padre.

Mi mejilla se sentía caliente y ardía, las lágrimas se acumularon en mis ojos, pero prometí no llorar.—¡¿para esto querías verme?! Grite enojada.

—¡¡eres una insolente Ava Jones, sabes lo que va a costarme tu estúpido juego de venganza!!. ¡¡eres una idiota!!, acabo de perder un cliente que iba a invertir en la empresa y todo porque ensuciaste la reputación de los wilde. —mi padre estaba furioso, podía ver su mirada dominante igual a la mía. Para mí mala fortuna había heredado mucho de él.

—te dije que no debías asociarte con esos bastardos, hijos de perra. Tú sabes muy bien lo que él me hizo, así que solo me las cobre.

—bien pues tú jueguito salió mal. sé que la prensa te tiene en la mira, así que te prohíbo estar al frente de la empresa, iba a nombrarte esta noche en el evento que teníamos pero no asistirás. Te quiero fuera del país por un tiempo Ava Jones y cuidado con decirle a tu madre. bloquearé de la red todo lo que hiciste y la prensa ya no te va a molestar y a cambio te irás a Italia. Tenemos una villa en Florencia, vete ahí y cuando todo esté solucionado deberás probar que naciste para estar al frente de la empresa.— ¡¿Me escuchaste?!

—si padre. No me quedo de otra que estar de acuerdo con él estaba enojada,salí de la oficina y azote la puerta con fuerza.

Subí a mi auto y regrese a casa a hacer las maletas, debía estar esta misma noche en Italia.

—llegas temprano, creí que la reunión con tu padre demoraría más.

—fue una junta rápida mamá, no te preocupes todo se arregló, pero debo salir esta misma noche para Italia. —Me quedaré unos días en la villa de Florencia, ahora que lo recuerdo dijiste que necesitaba despejar la mente y tienes razón.

—pero...¿Te vas hoy mismo?, tenemos un evento querida, creí que tu padre te nombraría presidenta esta noche.

— me temo que no podré asistir madre, pero diviertanse, imagino que más tarde papá te dará los detalles del porqué necesito irme.

Subí corriendo a mi habitación y en la soledad dejé correr las lágrimas que tanto tenía atoradas. Tomé una ducha y salí rumbo al aeropuerto.

En unas horas más estaría en Italia, metí a la maleta lo esencial y tome mis papeles. salí rumbo al aeropuerto de Nueva York. Y compré mi boleto para esta misma noche.

—buenas tardes señorita. —salude a la recepcionista.

—ella me miro de pies a cabeza evaluandome y con una voz muy arrogante me contestó.

—¿destino?

—Florencia, Italia. Primera clase por favor.

—pasaporte.

—yo le entregué mi pasaporte y al leer y corroborar los datos todo cambio.

—¿Ava Jones?

—asi es, es correcto.

Ella se puso nerviosa, enseguida pude notar cómo sus facciones cambiaban. Me pidió una disculpa y pidió a un joven ayudarme con la maleta. Ese era el efecto Jones, las personas solian tratarme mal siempre, pero a penas escuchaban mi apellido, cambiaban de un instante a otro de odio cambiaban a amor en un segundo. Y todo esto era debido a mi padre. provengo de una familia muy poderosa y adinerada, mi padre es dueño de empresas petroleras y también dueño de la compañía de telecomunicaciones Jones. Mi madre antes de casarse con mi padre fue una diseñadora muy reconocida en Italia. así que yo tengo sangre italiana corriendo por mi venas. Soy Ítalo- americana amo por igual a Italia y a América ambas naciones me vieron crecer; sin embargo echaré de menos mi hogar. Al lugar a dónde voy no hay nadie más, siempre hemos sido nosotros tres contra el mundo, ahora sería solamente yo...