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La Madre De Los Villanos

1-Engaño

Está no no novela es del hermano de Emperatriz Roxana de Altair, sucede mucho antes de que ella se casara, pueden leer los extras de la novela "La rosa y el centinela"

Un joven marqués llega a todo galope en medio del bosque, de rodillas un joven rubio con una espada en el cuello, a su lado una joven de cabello negro esta está inconsciente

-Que significa esto?

-Mi señor, la señora salió de noche y la seguí, pero se nota que ella misma ensillo el caballo, se ha caído tiene algunos golpes, ya viene el doctor, no sabemos si se golpeó la cabeza.

-Y el quién es? Decía señalando al joven que estaba de rodillas.

-Él no es nadie, atiendan a mi hija.

Decía un caballero ya de unos 40 años, es él padre de la joven, un conde de gran prestigio, molesto ordena que se lleven al joven rubio al calabozo.

-Pero que? ¿Usted lo conoce? ¿Por qué estaba con mi esposa?

El joven Marqués solo se va sobre él para recibir una explicación, en un segundo todo es un alboroto.

-Dime quien carajos eres.

-Soy el Barón de Gabriel de Lampart, Luisa se iría conmigo, nos amamos, ella se casó obligada, no lo ama y jamás lo hará, el día de su boda también quiso irse y su padre lo impidió.

El joven marqués no podía creer lo que decía, eso significa que su esposa no lo quiere y tampoco quería el matrimonio.

-Conde, lo que dice es cierto la boda no fue hace más de dos meses, como es posible, yo le pregunte a ambos si ella era libre, de haberlo sabido jamás me habría casado con ella.

-Javier déjame explicarte, este tipo es un estafador, ha derrochado la poca fortuna que dejó su padre, él solo busca la herencia de mi hija, jamás la casaría con alguien así, ella es mi única hija, lo que él no sabe es que...

-Que, que soy un estúpido por dejarme engañar, que engañaron a mi madre, ella eligió a Luisa para mi esposa, ella en mi cara me dijo que aceptaba el matrimonio, soy un idiota.

-Jaja ella no te ama, me ama a mí.

Le decía el Barón lo que hizo que el Joven Márquez quisiera golpearlo, sé detuvo por qué llegó el médico, él fue con el para que revise a su esposa.

El conde golpeaba al barón, estaba muy enojado.

-Como te atreves a enlodar el nombre de mi hija, solo la has engañado, pero yo tengo la culpa por no hacer público mi ruina, es hora que lo sepas, estamos en la ruina, de todo lo que teníamos solo queda el apellido y la generosidad de la emperatriz Sofía, mi hija no tiene herencia, estoy en la ruina a mi muerte no le dejaré nada, ni siquiera la casa, el territorio es administrado por la corona.

-Te sorprende? Fueron mis malas decisiones, confíe en personas que no debía, solo me quedaba que mi hija encontrará un buen hombre y llegas tú a arruinar su matrimonio.

El joven barón no podía creer lo que el Conde decía, si eso era cierto ella no tiene ningún valor, ella era muy estúpida y fue muy fácil engañarla.

-Conde me ofende yo a ella la amo a ella no a su dinero.

-Si claro, jamás te voy a creer.

La joven en el piso no reaccionaba, el doctor llegó para examinarla, pide que sea llevada en el carruaje.

-Marqués, ella no tiene ningún hueso roto, solo quiero llevarla a otro lugar, porque hace unos días la examine y ella está embarazada.

-Queee! Cuánto tiempo tiene?

-No logré completar el examen, ella salió corriendo.

El joven marqués sonrió, pero un frío recorrió su espalda al escuchar al barón hablar.

-Ese niño es mío, debes dejarla libre.

-Cállate o soy capaz de matarte

-Jaja ella ha estado en mi cama, no una si no varias veces, ese niño es mío, así te quedes con ella jamás te amara, me ama a mi.

Javier ya no pudo controlarse y se fue sobre el golpeándolo, quería sacar todo el coraje que tenía dentro, sus guardias los separan, el barón solo ríe con malicia, Javier no puede verlo así que ordena que se lo lleven.

Los guardias se llevaban al barón, el conde pide que no dude de su hija, pero es muy difícil, si él decide pedir el divorcio no puede detenerlo.

El joven marqués solo sube a su caballo y se va, debe pensar bien las cosas, al menos sus padres no están, le pide a sus guardias no decir nada ellos son discretos y no dirán nada, deja a dos rosas para que cuiden de su esposa.

La joven Luisa es llevada a la mansión, el barón es sacado de la propiedad, a ella la revisan y no hay sangrado, su doncella le dice a padre de ella que no duden de su señora ella solo ha estado con el marqués, el barón miente.

-No la defiendas, incluso hoy no sabías que no estabas, ella es una...

El conde estaba furioso y se fue, si la marquesa se entera repudiaran a su hija.

El joven marqués se encierra en su despacho, el cuándo la conoció pensó que tenía pena y era muy seria.

-No era eso, ella no quería el matrimonio y yo pensando que era pena, soy un estúpido.

-Amigo no lo eres, pero si ese niño no es tuyo no puedes seguir con ella, tus padres son muy buenos, pero esto no creo que lo perdonen, la sangre de los Michelob es muy importante.

-Lo sé, pero yo...

-Te has enamorado de ella.

-Si, soy un...

-No, no lo eres, eres un gran hombre, piensa que harás.

-Déjame solo, ya veré qué hago.

-Maldición!!

En la mañana ya casi a medio día la joven Luisa despertaba, su padre está ahí y ella llora.

-Deja de llorar, lo has logrado, tu matrimonio está acabado, ese bastardo en tu vientre lo demuestra, eres una zorra, como te atreviste a engañar a tu esposo, o lo has hecho desde antes.

-No padre, jamás lo he hecho yo...

-Cállate, solo porque estaba embarazada no te golpeó, por qué lo tienes merecido.

-Padre por favor, debes creer en mi

El joven marqués entraba al cuarto y verla llorando hace que su corazón duela, ella solo gira por la pena.

-Conde puedo hablar con ella?

-Si, me voy, los dejo solos.

Ella no podía verlo a la cara, si bien jamás lo engaño, ella pensaba irse con el, pero al último momento se arrepintió y fue por eso que regresaba a todo galope, sin embargo el barón no la dejaba y fue cuando cayó del caballo.

-Por que Luisa, por qué, abrí mi corazón a ti, me juraste ante el altar que me amarías.

-Yo...

-No, mejor no quiero saber, te irás con tus padres, al nacer el niño te daré el divorcio, si el niño es mío me lo llevaré en cuanto se le haga la prueba de paternidad, serás libre como quieres, te regresaré tu dote, pero eso será todo.

-Mi señor, no por favor, es tuyo te lo juro, por favor debes creer en mí.

-Como, como puedo creer en ti, te fuiste con él, lo amas?

-Si, pero no me iba a ir con él, venía de regreso, solo que me caí.

-No te creo, si tan solo me hubieras dicho yo... **jamás te hubiera amado**

Alistarán tus cosas y saldrán mañana, hablaré con tu padre.

-Por favor no, no me dejes, si me voy todo se van a enterar, mi hijo será señalado, dirán que no es tuyo, no te hablaré si no quieres, pero por favor deja que me quedé, es tu hijo, puedes hacerle la prueba de paternidad si quieres, no me abandones.

Luisa le rogaba de rodillas, ella sabe que es su hijo y si se va habrá chismes, por eso no se fue, ese niño tiene derecho de crecer ahí, le dará el divorcio si quiere, pero no puede dejar que sea señalado como un bastardo.

-Si hago eso, mis padres se van a encariñar con el bebé, si no es mío.

-Si lo es, lo juro por mi vida, por mis padres, por favor.

El marqués solo apretaba los puños, debe contener las ganas de abrazarla y decirle que no importa que el niño no era suyo, decirle que se quede, no puede hacer eso, si sus padres se enteran jamás aceptarán al niño, contiene su voz, solo le dice que está decidido.

Para cuándo ella parte en el carruaje su padre va a caballo, solo ve que Javier ni siquiera salió, supiera por qué su estupidez le ha costado el matrimonio, él jamás la va a perdonar, su hijo es de él, un bebé que ya también perderá cuando nazca.

2-En casa

Después de un par de días, un carruaje llega a una casa un poco descuidada, no hay muchos sirvientes, el jardín con maleza entre las flores, una mujer sale a recibir a su esposo, ella luce radiante, pero se le va la sonrisa cuando ve a su hija bajar del carruaje.

La joven tiene un semblante demacrado, con ojeras y los ojos hinchados de tanto llorar, su doncella la ayuda a bajar y ella solo entra a la casa sin decir nada.

-Que paso? Por qué está aquí nuestra hija?

-Vamos al despacho.

Le decía el conde, ambos entran a la casa, van al despacho y el conde se sienta en el sillón.

-Pasa que tu hija jodió su matrimonio, el joven marqués la descubrió cuando se escapaba con su amante.

-Pero que, no, dime qué no es cierto.

La condesa se sentó a su lado y empezó a sollozar.

-Eso quisiera mujer, pero lo es, eso no es todo, ella está embarazada.

-Que, entonces por qué está aquí debió quedarse en el marquesado.

-El joven marqués duda que sea su hijo, el imbécil de Lampart le gritó que el es el verdadero padre.

-Por Dios, mi hija será señalada como una adultera, el marqués pedirá el divorcio?

-Si, cuando el bebé nazca, le harán una prueba de paternidad, si es del marqués se lo llevará y a ella le dará el divorcio.

-Que? Pero si es de él, ella debe cuidarlo, debes hablar con el joven marqués, no puede quitarle al niño.

-No entiendes, que tu hija se revolcó con otro, engaño a su esposo, se iba a ir con su amante, crees que un hombre va a aceptar eso, cuando sus padres se enteren son capaces de pedir el divorcio sin que nazca el niño o niña, tu hija es una tonta por creer en Lampart.

-Que vamos a hacer, si seguimos aquí en esta casa es por la emperatriz, los cultivos son pocos, el dinero no alcanza, solo estamos con el personal esencial, ya no tengo joyas que vender…

La condesa lloraba sin control maldiciendo a su hija, el conde solo intenta consolarla.

-Calma, veré la manera, solo quería que Luisa tuviera un lugar seguro, que si yo no estoy tu también estarías bajo su cuidado, ahora todo eso se ha ido, vamos a descansar, estoy cansado.

-Mi señora debe de comer bien, no siga llorando le hará daño al bebé.

-Jaz, es de él mi hijo es de Javier, por qué Gabriel le dijo que era suyo, eso no es cierto.

-Señora... No fue lo único que dijo el...

-Que? Que fue lo que dijo?

-Mi señora, le gritó frente a todos que usted había estado en su cama muchas veces y que el día de la boda también se quería ir con él.

-Dios, nada de eso es cierto, ese día solo hablamos, lo pensé, aun así no lo hice, jamás me he acostado con él, ni antes ni después de mi matrimonio, que voy hacer soy una estúpida, Jaz el marqués no me va a perdonar.

-Lo siento mi señora.

Con los días pasando, sus síntomas empezaban, tenía náuseas, ella solo estaba en la mansión no salía para que no la viera nadie, solo no soportaba los reclamos de su madre, tampoco le gustaba ver a su padre trabajando el mismo en el campo para lograr los cultivos, solo lloraba.

Unas semanas después los padres del joven marqués llegan de la capital, el matrimonio de su hermana con el joven príncipe es un hecho, se sorprende al no ver a Luisa en la entrada, Javier los recibe junto con el mayordomo.

-Mi niño, que tienes?

-Que?

-Vamos eres mi hijo, por qué esa mirada triste, paso algo.

El joven marqués no soportó y abrazo a su madre, llorando como un niño pequeño, cuando recobro la compostura entraron al despacho donde más calmado explico la situación.

-Queee!! pero estaba seguro de que no es tuyo.

-Madre él me grito frente a todos que se había acostado con ella no una, sino varias veces.

-Si, pero ella era virgen? Lo era?

-Si, si lo era.

Le decía un poco apenado, pero su madre es muy directa en esos temas.

-Debes calmarte, esto se arreglará, respetaremos tus decisiones, ella está bien.

-Esta en su casa, madre si dejaba que se quedará, vere su vientre crecer, en el instante en que el doctor me dijo de su embarazo, me sentí feliz, pero mi alegria se esfumó cuando ese idiota dijo que ese bebé era de él.

Su madre solo intenta consolarlo, voltea a ver a su esposo quien está todo serio.

-No dirás nada.

-No, yo los hubiera matado a los dos, pero tu hijo no es como yo

La marquesa solo suspira, no se sorprende ese hombre es posesivo y celoso, está segura que el sí los habría matado a los dos.

-Dios! Mi hijo no es como tú, solo eso dirás.

-Bien, Javier el conde se negó a tener ayuda de mi parte el tiene problemas económicos muy serios, si Luisa va a estar ahí, debes darle lo que necesita, un doctor y más sirvientes, si bien no se lo merece ella sigue siendo tu esposa, sea o no sea tu hijo el no tiene la culpa, asigna una pensión mensual, debe estar en buenas condiciones para que el bebé nazca sano, al nacer se hará la prueba y te divorciaras de inmediato, el niño vendrá aquí si es tuyo.

-Noooo, están ustedes dos locos no estoy de acuerdo ella es la madre, no pueden quitarle a su hijo.

-Pero que, ella engaño a nuestro hijo, si se revolcó con su amante, dónde crees que fue, fue aquí y en su cara.

-Basta!! Padre gracias, pero no me ayudes por favor, se que soy un idiota, mejor me voy, afortunadamente faltan meses para eso, solo mandaré lo que me has dicho.

Javier sale del despacho y se va a cabalgar un rato, sus padres se quedan en el despacho discutiendo.

-Como le dices eso, estás loco.

-Mira mujer, te amo, pero la que eligió a Luisa fuiste tú, es más culpa tuya.

-Que DICES. Le decía enojada

Su madre es mi amiga, la educó como una dama.

-Una dama no se comporta así, tu hijo es muy bueno ya te dije que habría hecho yo, sería más fácil que los hubiera visto en la cama, si está en ese estado es por la duda que sembró en el Barón, la duda es lo que más daño le hace a una persona, por eso se lo dijo para hacerlo sufrir.

-Ese maldito! Solo deja que lo vea

-Debe estar escondido por ahí, su padre le dejo la Baronía, pero él es un inútil, debe mucho dinero, supongo que quería a Luisa para pedirle dinero a su padre, pero él está igual, el condado está en ruina, el territorio lo administra el palacio, se asignará un nuevo conde cuando el actual muera, La emperatriz lo hace por respeto, a pesar de todo el padre de Luisa tiene honor, fue por eso que la acepte y por qué tú la trajiste y se la pasaste por enfrente, hasta que la vio.

-Me estás culpando a mí, bien está bien si acepto mi culpa, te dejo algo claro, si ese niño es nuestro nieto no voy a permitir que se lo quiten, ella es su madre.

La marquesa sale enojada, el marqués no sabe que hacer, en el palacio presionan para el matrimonio del príncipe y su hija sigue dudando, pensó que su hijo tendría un matrimonio más estable y no es asi

3- Dudas

Con el pasar de las semanas tres carruajes con el escudo Michelob llegan a la mansión del padre de Luisa, quien sale y se sorprende al ver a caballeros y tres carruajes, por un momento pensó que serían los padres de Javier.

-Conde, le manda mi señor está carta.

El conde lee la carta, de los carruajes sale un médico, de otro salen doncellas y en el último venían las cosas de Luisa, así como nuevas cosas que necesita para su embarazo.

-Querido que es todo esto.

-La generosidad del joven marqués, tal vez todavía considera a nuestra hija, en la carta solo dice que es para que su embarazo no tenga contratiempos, él se encargará del pago del personal y mandara una pensión, cada mes para Luisa.

-Él no vendrá, si no lo ven aqui la gente va a hablar.

-Mujer hay caballeros del Marquesado, con eso bastará, dice que viajará a la capital, si la gente pregunta ella vino para estar con su madre, así que deja de regañarla, sobre todo por los nuevos sirvientes

La condesa tuvo que cambiar su cara, llevo a las nuevas doncellas por indicarles lo que van a hacer, el capitán que viaja con los caballeros pasa con el conde para darle una carta personal de Marqués.

"Querido amigo sé que nuestros hijos arreglaran sus problemas, acepta el dinero no seas orgulloso, recuerda que crecimos juntos, no puedo saber que estás en problemas cuando tu mismo me has cuidado la espalda en la academia, hable con la Emperatriz si logran recuperar al menos las tierras de los cultivos, haré un documento donde el próximo conde sea un nieto o nieto tuya, no está solo, por favor acéptalo."

El conde no sabía cómo reaccionar, el capitán dejo cofre con oro y se retiró.

Luisa ve como entran con sus cosas a su cuarto.

-Que es todo esto?

Las mucamas salen y se queda solo su madre.

-Te lo manda tu esposo, escuchen bien las dos, si alguien pregunta, tú estás aquí por qué tu esposo se fue a la capital y querías estar con tu madre, tu embarazo será manejado como de riesgo, deja de llorar, mandaron nuevos empleados y caballeros, si haces algo más para manchar el apellido de tu padre no te voy a perdonar si le pasa algo a él, entienden la dos y tú cuida a la tonta de tu señora, que si sigues aquí es por tu abuela que muchos años fue la cocinera hasta que murió.

La condesa sale sin esperar a que le contesten, Luisa se queda llorando.

-Mi señora por favor deje de llorar, yo estaré con ustedes, acomodaré las cosas que mandaron

Su doncella sacaba vestidos que eran nuevos, eran de maternidad, así como ropa de bebé.

-Miren señora que bonitos vestidos se verá muy bonita, esta ropa de bebé está preciosa.

-Eso lo manda mi suegra no creo que Javier comprará eso, la ropa de bebé guárdala, ni siquiera sé si se la podré poner, me lo quitará, no lo veré crecer.

-Mi señora no piense en eso, ya verá que cuando el marqués lo vea será igual a el, no tendrá duda.

-Y si nace sin cabello rojo, Javier si nació con cabello rojo al igual que su hermana, pero a mi suegro le cambio cabello cuando cumplío 17 años antes era rubio como su madre, si el niño nace con cabello rubio pensaran que es de Lampart, no, que voy a hacer me quiero morir, eso hubiera sido mejor.

-Señora no diga eso, todo estará bien no se preocupe, le hace daño.

La doncella la deja sola en lo que guarda en otro lado lo que su señora no ocupará por el momento, sin saber que Luisa se deprime cada vez más, sus ganas de vivir se están llendo cada día, de no ser por el bebé tal vez hubiera tomado otra decisión.

El joven Marqués llega a la capital con sus padres, tienen trabajo y él ayudará a su padre y empezará a conocer los negocios, la familia Michelob es muy respetada, muchas querían un compromiso con él, pero solo Luisa fue considerada, él sale a la academia a ver a su hermana, pasa unas horas con ella y regresa a la ciudad, al pasar por las tiendas ve cosas que a Luisa pueden gustarle, el compro los vestidos, los zapatos y la ropa de bebé, tiene la ilusión que el niño sea suyo, solo no sabe si será capaz de quitarle al niño, pedir el divorcio, jamás imagino estar en una situación así.

Al pasar roba miradas y tras el paso de los días la gente empieza a preguntarse dónde está la esposa de él, en el condado es igual Luisa sale al jardín y camina hasta un puente que atraviesa un lago, ahí solo se para en medio y ve el gran lago, su vientre ya se nota y ella le habla.

-Perdóname, pero tú eres el hijo legítimo de él, esa prueba saldrá positiva, aunque yo no esté a tu lado serás el heredero.

-Eso será difícil, cuando el marqués se divorcie de usted buscará a otra esposa, su hijo será solo un niño que su madre no pudo cuidar.

-Quien eres?

-Soy una rosa, debemos cuidarla.

-Debes estar a una distancia donde no te vean.

-Solo vine por qué no puede ir más allá del puente, la última vez que estuvo en un bosque huía con su amante.

-No es de tu incumbencia, así que estabas ahí, tú le disparate a mi caballo por eso caí, no es así, no recordaba, pero esa noche la silla se rompió, yo sé cabalgar muy bien.

-No iba a dejar que mi señor quedará en ridículo por su culpa.

-Pediré que te cambien, no quiero que tú estés aquí.

-Hágalo, yo diré que miente, que quiere quedarse sin protección, para irse con su amante, nadie le va a creer.

-Eres una maldita, que pretendes.

-Que pasa aqui?

El capitan había llegado, las había visto de lejos y la marquesa se veía enojada.

-Nada capitan solo le dije a la señora que no puede ir mas allá del puente.

Luisa va de regreso, esa mujer no le gusta, en la oscuridad nunca se saben dónde está, que ella se atreva a hablarle de esa forma solo significa que es una noble, la arrogancia en cada palabra no puede disimularlo, intentará que la cambien, será difícil ella tiene razón, si dice algo nadie le va a creer

-Zafiro que te dijo, ella parecía enojada.

-Le dije que no podía ir más allá del puente y se enojó, no deje que ande sola ahí en el puente tenía su mirada en el agua, puede hacer una estupidez

-No creo, pero la mantendré vigilada, regresa a tu puesto.

-Esta loca, tenía todo y se atrevió a dejar todo por un barón, ja.

-Eso no te importa, tu deber es cuidarla.

-Bien, no dije nada, me voy.

Luisa entra a la casa enojada, su madre le pregunto si paso algo, pero no le contesto.

-Esta niña, bueno sigamos, quiero que reparen la casa, compraré cortinas nuevas, según la fechas el parto será en invierno, debemos tener la casa en buenas condiciones.

A los empleados se les dio la orden de obedecer sin preguntar, saben que la joven marquesa está ahí por su madre, es evidente que algo pasa, pero le deben lealtad al Marquesado, ellos deben obedecer.

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