Eran las 6:15 PM, el sol comenzaba a ocultarse, y un suave y refrescante viento golpeaba el rostro de Bethany, que estaba en shock, mirando a la nada. Su padre la había llamado para anunciarle que se casaría con Michael Collins, el hijo del CEO, un hombre dominante, serio y cruel, incluso con las mujeres, no le importa nada más que a sí mismo.
Bethany, con nerviosismo, quiso oponerse al matrimonio, pero su padre no la dejó hablar y le ordenó que fuera a casa para discutir los detalles de la boda. Después de eso, colgó.
La joven estaba disgustada con la idea del matrimonio. No quería hacerlo, y mucho menos con ese hombre. Sin opciones, se sintió molesta, y las lágrimas brotaron sin control alguno, la desesperación embargándola.
Pero su padre no la dejó. Le ordenó que fuera a la casa para discutir los demás detalles de la boda y luego colgó. Bethany aún estaba en shock, su mente llena de preguntas: “¿Por qué? ¿Por qué tengo que ser yo?”, se preguntaba. “Solo tengo 19 años, aún no estoy lista para esto. He sido una buena hija como ellos querían, ¿por qué me hacen esto?”
-Señorita -habló un hombre de traje detrás suyo- es hora de irnos.
Ese hombre era el guardaespaldas de Bethany, quien recibió órdenes de llevarla a casa.
-... En un momento, solo un momento -dijo con una voz temblorosa.
La idea de casarse con ese hombre le daba escalofríos en todo el cuerpo. Tenía miedo de lo que él le pudiera hacer. No quería ser lastimada por ese hombre ni por ningún otro.
Después de eso, Bethany respiró profundo y se dirigió a la casa de sus padres. Al llegar, vio a su padre conversando con un hombre, y dedujo que era el padre de su futuro esposo.
Salió del auto y se acercó a ellos con una sonrisa amable.
-Padre, estoy aquí -dijo con voz delicada.
-Bethany, él es Ariel Collins, el padre de tu futuro esposo.
-Hola, señor. Me da gusto conocerlo -estrechó su mano.
-Igualmente, hija -estrechó su mano también- fue muy repentina la noticia. Discúlpame por esto.
-No se preocupe, al fin y al cabo no estaba haciendo nada.
Ariel se rió de lo que dijo Bethany, y eso estaba bien, ya que así poco a poco se ganaron la confianza de Ariel, o al menos eso pensaba el padre de Bethany.
-Te advierto que mi hijo es difícil de conquistar, más bien es difícil que te tome atención. Espero que viviendo juntos no te sientas sola.
-Está bien, señor. Estoy acostumbrada. Será como vivir con mis padres otra vez. Solo te toman atención si tienes escrita la palabra "trabajo" en la cara.
Eso hizo reír más a Ariel, y Bethany ya se estaba convirtiendo en su favorita. Bethany hacía un buen trabajo para ganarse a su futuro suegro.
-Su hija me agrada. Será una buena esposa para mi hijo. Se llevarán bien.
-Lo sé, ella es mi hija, el orgullo de la familia.
-Eso me alegra. Ahora que estamos reunidos todos, podemos hablar sobre el matrimonio de nuestros hijos.
-Claro, entremos -dijo, dando un paso atrás para que Ariel pasara a la casa.
Entraron a casa y comenzaron a hablar sobre el matrimonio de sus hijos y cómo eso beneficiaría a la empresa. Lo cual, para Bethany, era algo estúpido y sin sentido. Hay otras formas de hacer un trato con otra empresa, no solo a través del matrimonio.
Después de una hora, Ariel finalmente se fue, y Bethany pudo respirar.
-¿Qué crees que estás haciendo? -preguntó Bethany enojada a su padre- ¿Por qué tengo que hacer esto? Dijiste que lo del trabajo solo incluiría a mi hermana.
-Tu hermana no está aquí, está en un viaje de negocios. No puedo darle esa responsabilidad a ella, así que cálmate.
-Pero no es justo. Ella debería estar haciendo esto, no yo. Aún no cumplo los 20, y quieres que me case con alguien que no conozco.
-Basta, Bethany. La decisión ya está tomada. Ya no puedes hacer nada, ¿de acuerdo? -dijo enojado, abandonando la sala.
Bethany no contuvo sus lágrimas y las dejó salir. Esto era tan frustrante. No quería ser la esposa de un desconocido ni de ningún otro. No le gustaba para nada esta situación, pero no podía hacer nada. Tenía que obedecer a su padre sí o sí.
Su teléfono sonó de repente, era su hermana quien la llamaba, pero Bethany no contesto la llamada, estaba demasiado enojada con ella que es preferible no contestar.
Le pediría ayuda a su madre, pero ella es igual que su padre, diría lo mismo que su padre, así que no tiene mas opción que aceptar el compromiso.
En menos de una semana se anuncio el matrimonio de Bethany Harper y Michael Collins, todos se quedaron sorprendidos por aquella noticia, todos sabían quien era Michael Collins y como era su carácter hacia las mujeres.
Después del anuncio del matrimonio sus padres organizaron una cita para ellos para que se conozcan mejor antes de la boda que seria en dos semanas. Ariel quería la boda lo mas pronto posible.
Bethany se encontraba nerviosa en el lujoso restaurante donde sus padres habían organizado la cita entre ella y Michael Collins. Vestía un elegante vestido, su corazón latía con fuerza, y sus manos temblaban ligeramente. La idea de conocer a su futuro esposo le llenaba de ansiedad.
Michael llegó puntualmente, pero su mirada gélida y su expresión impasible no auguraban nada bueno. Los padres de ambos observaban con esperanza mientras los dos se sentaban en la mesa.
La conversación comenzó de manera superficial, pero Michael pronto dejó en claro que no estaba interesado en conocer a Bethany como persona. Ignoraba sus intentos de conversación y respondía con monosílabos. Cuando Bethany intentaba hablar de sus gustos, pasatiempos o sueños, él desviaba la atención hacia temas más fríos y pragmáticos.
-Bethany, ¿alguna vez has trabajado en algo más que no sea trivial? -preguntó Michael, con un tono de desdén en su voz.
-Sí, he tenido trabajos a tiempo parcial mientras estoy en la universidad. Quiero ser escritora -respondió Bethany con nerviosismo.
-Escribir no es una ocupación seria. Deberías considerar carreras más prácticas y rentables. No tiene sentido desperdiciar el tiempo en sueños inútiles.
Bethany se sintió herida por sus palabras, pero trató de mantener la compostura. La conversación continuó de manera tensa, con Michael menospreciando constantemente las aspiraciones y personalidad de Bethany.
-¿Y tú? -preguntó ella, tratando de cambiar el tono de la conversación- ¿Cuáles son tus pasiones?
-Mi única pasión es el éxito. No tengo tiempo para tonterías sentimentales -respondió Michael con frialdad.
Bethany intentó encontrar algún punto de conexión, pero cada esfuerzo fue recibido con indiferencia o desprecio. La atmósfera en la mesa se volvió cada vez más tensa, y Bethany se sentía atrapada en una situación desagradable.
Al final de la cita, Michael se levantó abruptamente sin esperar a que Bethany terminara su última frase.
-Espero que te acostumbres rápido a esta realidad, Bethany. Aquí, no hay espacio para ilusiones románticas. Este matrimonio es un acuerdo de conveniencia, no esperes más -dijo Michael con desdén antes de salir del restaurante.
Bethany se quedó atónita, sintiendo el frío desprecio en sus palabras. La cita desastrosa solo había aumentado su temor hacia Michael. Su corazón latía con ansiedad mientras se preguntaba cómo podría soportar una vida entera con alguien tan cruel y despiadado.
-No puedo creer que me vaya a casar con el -pensó Bethany levantándose- es una locura y el un idiota.
Ahora Bethany tiene que enfrentarse a su padre, de seguro le preguntaría sobre la cita que tuvieron y de lo que hablaron. Podría mentirle, pero tiene una condición rara que si Bethany mentía inmediatamente vomitaría, en resumen ella no podría mentir si quisiera.
Salió del restaurante encontrándose con Michael que esperaba a su chófer.
-¿Acaso me estás siguiendo? -hablo Michael mirándola con frialdad.
-No... No lo estoy siguiendo -dijo tímida- iré a mi casa, está es la única salida del restaurante.
-Pudiste haber salido por la ventana, menos sospechoso sería que no me siguieras.
La actitud de Michael era detestable, hacia enojar a Bethany. Quería decirle algo mas, pero no se atrevía a decírselo así que se lo guardo para ella misma.
El chofer de Bethany llego a tiempo, ella no quería quedarse por mas tiempo con Michael. Se despidió de el con gentiliza y respeto y entro al auto.
-¿como estuvo la cena?-pregunto el chofer con curiosidad
-Desastrosa -contesto Bethany soltando un suspiro cansado al final.
-No puedo creer que me vaya a casar con ese idiota, hubiera preferido otro o mas bien hubiera preferido que mi hermana se casara con el.
-Hablando de ella, me dijo que por favor respondiera sus mensajes y que la llamara también.
-lo hare después, ahora no tengo ganas de hablar con ella -dijo frunciendo el ceño- ella sabia que esto pasaría y se fue de todos modos.
-No creo que sea eso señorita.
-Entonces, ¿por que se fue un día antes de que sucediera lo del matrimonio?
-Ella sabia lo que iba a pasar y decidió huir, y dejármelo todo a mi.
-... ¿Quiere que la lleve a la casa de sus padres o a su casa?
-A mi casa por favor, tengo que pensar en que decirle a mi padre.
El chofer la llevo a su casa sin decir nada mas. llego a casa pero aun así no se sentía tranquila y nunca lo iba a ser después de casarse con el. Con solo imaginar su vida con Michael, sus lagrimas rodaron por sus mejillas y lloro desconsoladamente en el suelo.
Tenia miedo eso se veía en ella, tenia miedo de casarse, tenia miedo de el, que le podría hacer, no sabría como actuar frente a el. Pero tenia que resolverlo de alguna u otra manera, no puede quedarse estancada llorando por siempre, tendrá que hacer algo para no tenerle miedo jamás.
-No decepcionare a mis padres, debo dar lo mejor para que ellos se sientan orgullosos de mi.
En ese momento recibió la llamada de su hermana, no era buen momento para hablar con ella, pero todo era su culpa, así que Bethany pensó en contestar y desahogarse, y eso fue lo que hizo.
-hola
-¡Todo es tu culpa! -grito antes de que su hermana terminara de hablar- ¿por que me haces esto? ¿Qué fue lo que te hice?
-Bethany espera, déjame hablar.
-¡No! ¡Escúchame tu! -respiro hondo- ¡estoy muy asustada en este momento, no se que es lo que debería de hacer, no estoy preparada para estas cosas, no siquiera debería de estar involucrada en esto! ¡¿Por que me dejaste todo esto a mi? ¡Se supone que tu eres la que debería de estar en mi lugar!
-Perdón Bethany, enserio lo lamento.
-Si lo lamentas tanto por que no mejor vienes y le dices a nuestros padre que te casaras con ese idiota ¿lo harás?
-...
-¿ves? no lo lamentas, prefieres dejar que tu hermana menor haga estas cosas en vez de hacerlo tu mismo... en serio no se que fue lo que te hice, pero esta no es la manera de hacerlo.
-Bethany
-no quiero verte a menos que sea que ocupes mi lugar... enserio Casandra te odio... no me llames -colgó la llamada mientras seguía llorando en el suelo.
El día de la boda por fin llego, los padres de los esposos estaban ansiosos y alegres, reían felices por la boda. Todos menos sus hijos.
Bethany estaba envuelta en un vestido blanco que resaltaba su juventud y, al mismo tiempo, reflejaba la solemnidad de la ocasión. Se encontraba en la habitación, mirándose en el espejo, pero la imagen que devolvía no era la de una novia radiante, sino la de una joven atrapada en una realidad que no había elegido.
Su madre, presente en la habitación, no hacía más que agregar un toque amargo al ya tenso ambiente. Las palabras de desánimo se posaban sobre Bethany como una pesada carga, empujándola hacia la tristeza y desesperación.
—Esta es mi hija, quien enorgullece a la familia Sonríe- tu abuela habría estado tan orgullosa de ti … Si tan solo estuviera aquí. Pero, claro, no hay forma de cambiar eso. Tú sabes cómo era ella con las tradiciones y el honor de la familia -dijo la madre, dejando un rostro nostálgico y pesar en sus palabras.
Bethany, sintiéndose abrumada, le pidió a su madre que se retirara por un momento antes de que comenzará la ceremonia. Necesitaba un espacio para procesar sus emociones, para enfrentar sola la realidad que se cernía sobre ella.
El silencio de la habitación se llenó con sus suspiros entrecortadas mientras miraba su reflejo en el espejo. La imagen de una novia triste y resignada le devolviste la mirada. Los ojos que solían brillar de esperanza ahora estaban nublados por lágrimas deprimidas
-¿Cómo llegue a esto? -Se preguntó en un susurro, su voz apenas audible en la penumbra de la habitación.
Sus pensamientos la llevaron a través de recuerdos de días más felices, cuando la vida aún le pertenecía. La idea de casarse con un hombre que apenas conocía, y mucho menos amaba, parecía un destino demasiado cruel.
No obstante, entre la tristeza y la desesperación, Bethany encontró una chispa de determinación. Se recordó a sí misma que, a pesar de las circunstancias, ella seguía siendo dueña de su propio ser, aunque fuera en la privacidad de sus pensamientos.
Tomo una respiración profunda, seco las lágrimas que amenazaban con caer y decidió enfrentar el desafío que tenía ante sí. Se forjó una sonrisa en el rostro, una sonrisa que ocultaba sus verdaderos sentimientos, pero que era lo que el mundo esperaba de ella.
Salió de la habitación con paso firme, llevando consigo la máscara de felicidad que se esperaba. En el pasillo, su madre y algunos invitados la esperaban, listos para dirigirse hacia la ceremonia.
Bethany caminó hacia el altar, el vestido blanco fluyendo a su alrededor ²como un recordatorio constante de las expectativas y obligaciones que pesaba sobre ella. Michael la esperaba con una expresión que no revelaba emoción alguna.
Mientras avanzaba, se preguntaba cuánto tiempo podría sostener la sonrisa en su rostro antes de que la fachada se desmoronara. La boda estaba en marcha, y Bethany se esforzó por mantener su dolor oculto detrás de una sonrisa cuidadosamente ensayada, una sonrisa risa que los reporteros y los invitados creerían, y que haría a sus padres sentirse orgullosos, aunque fuera solo por un momento.
La ceremonia terminó y todos se fueron muy satisfechos por ello, al igual que los padres de mis recién casados.
-Querida estuviste maravillosa -dijo su suegra acercándose y dándole un abrazo- gracias por hacerlo querida.
-No hay de que, gracias a usted por encargarse de hacer todo esto, se lo agradezco mucho -Sonrie.
-No hice mucha cosa querida.
-Pero aun así le agradezco por hacer esta boda, se parece a lo que ví en mi sueño, esto es como un sueño hecho realidad.
Su suegra se conmovió por las palabras de Bethany y le dio otro abrazo antes de irse con su esposo.
Sus padres se acercaron con una gran sonrisa en sus rostros.
-Mi querida hija, lo hiciste muy bien, estamos orgullosos de ti -dijo tomando sus manos.
-Gracias mamá, me esforzaré para hacer bien las cosas y espero que en la empresa también.
-Tu tranquila, lo harás bien, yo me ocupo de la empresa cariño -dijo su padre dándole un tierno beso en la frente.
Mientes tanto que Michael miraba desde lejos esa tan linda escena con su ceño fruncido. No le importaba en absoluto de lo que hablaban, pero quería averiguar el por qué decidieron que tenía que casarse con ella. Sospecha que el padre de Bethany oculta algo que no ha dicho.
Luego de unos segundos Michael, con una sonrisa educada y gestos de cortesía, se acerca a los padres de Bethany.
-Hola, no nos hemos presentado soy Michael -dijo mirando a la madre de Bethany.
-Oh es cierto, estuve muy ocupada estás semanas así que no tuve la oportunidad de conocer al esposo de mi hija.
-No se preocupe, yo entiendo, me da gusto conocerla por fin.
-Gracias Michael, a mí también me da gusto conocerla, espero que lo hayan pasado bien en nuestra boda y gracias por venir.
-No hay de que agradecer, Michael -dijo la madre de Bethany con gentileza.
Después de una grata conversación, Michael se llevó a su esposa a su nueva casa donde vivirán juntos.
Cuando llegaron Bethany se sorprendió por la casa inmensa que tenía enfrente suyo, eres elegante y hermosa la casa, debía aceptar que le gustó. Y dedujo que dentro de la casa era aún más hermoso. Entraron y lo que dedujo era verdad, por dentro era muy hermoso. Era como estar en un castillo de verdad.
Por alguna razón se había enamorado de esta casa, pero no todo es felicidad en casa.
-En vez de estar mirando a la nada, toma tus maletas y ponlas en tu habitación que está a la derecha -dijo de mala gana subiendo las escaleras.
-... Por favor Bethany, no estás en tu casa, concéntrate -dijo poniendo sus manos en su rostro- Haz tu mayor esfuerzo, no dejes que ese idiota te deprima con sus comentarios.
En eso 3 chicos y 3 chicas salieron del lado derecho con una gentil sonrisa en sus rostros. Las 3 señoritas le indicaron en dónde era la habitación de Bethany, mientras que los 3 chicos llevaban sus maletas a su habitación.
-Responde que se sienta cómoda en su habitación, si necesita algo por favor avísenos -dijo la chica con gentileza- estaremos abajo a la izquierda, en la puerta celeste.
-Muchas gracias por su ayuda. Por cierto ¿Cuándo es la hora de la comida?
-Si usted desea puede desayunar con el señor Michael a las 6:15 de la mañana, si no es así entonces puede desayunar a las 7:30 de la mañana. El almuerzo de la tarde será a las 1:30, y el de la noche será a las 7:30 o también a las 8:30.
-Muchas gracias por la información, el desayuno lo comeré sola y el de la noche me parece bien a las 8:30.
-Como usted desee señorita
Después de eso todos se fueron de la habitación.
-Bueno, mi nueva vida comienza ahora, ojalá todo salga bien.
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