Los ‘sueños húmedos’ dicen ser una reacción normal del cuerpo que todos los seres humanos experimentan en algún momento de su vida. Sucede tanto en hombres como en mujeres. Se inicia en la pubertad, debido a que el cuerpo comienza a producir más hormonas. Son reacciones que no se pueden evitar, ni controlar.
Es parte de nuestra naturaleza humana.
Generalmente suceden en esa etapa donde las hormonas enloquecen, la adolescencia; pero hay estudios que afirman que pueden suceder de adultos cuando… no hay tanta actividad… ya saben…sexual.
El problema surge cuando el protagonista del sueño, es tu primer amor y enemigo declarado de la secundaria.
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Las manos recorrían con ternura, la piel suave que por primera vez recibía esos toques casi obscenos, haciendo que la espalda formara una curva perfecta sobre las sabanas azules de un cuarto de adolescente.
Te amo – el susurro cálido con aquel sutil roce de labios, llevando cada sensación al extremo.
Y, por último, la intromisión, dolorosa y excitante de una primera vez inolvidable.
Te amo Lina- resuena en los oídos junto a un horrible ruido que escapo de la boca perfecta de ese muchacho…
…Era… era…. el maldito despertador.
Ese aparatito retumbo en una habitación que nada tenía que ver con aquel sueño húmedo.
La luz del sol se había colado hacia un par de horas, las cortinas en un tono azul cielo se ondulaban con el viento del aquel ventilador silencioso que se movía sobre la cama de dos plazas completamente desarreglada.
En medio de la cama, un tanto cruzada y con los pelos en la cara se encontraba, Nicolina, o Nico para los amigos.
Una bella italiana de 28 años, toda una bomba sexi, curvilínea, queee…. Bueno… en ese momento no lucia demasiado sensual.
La noche anterior en una juntada improvisada, con sus amigas, había accedido a un pedido que la dejó un tanto descolocada y la llevó a beber más tequilas de lo normal o eso creía, porque la mezcla que realizó una de las chicas era dulce y de un color extraño.
A quien iba a engañar...Si, noto que no era solo tequila, pero qué más daba, haber aceptado aquel insistente pedido la llevó a beber para comenzar a tomar coraje, quizás lo volvería ver.
-¡¡¡Ya cállate!!- gritó golpeando muy atinadamente al despertador que cayó de la mesa de luz a la alfombra color tiza que cubría la superficie del cuarto.
Para su mala suerte el condenado seguía haciendo su trabajo como todo un titán, por lo que no le quedo de otra que arrastrarse hasta la orilla donde su 1,60 no ayudaba demasiado.
Después de varios intentos extendiendo el brazo para alcanzarlo y detenerlo… lo logró.
-Bien, así me gusta más - chasqueo la lengua y arrugo la cara al sentir el agrio sabor en su boca
- Carajo\, porque me deje llevar por Cleo y Tamara.
Y como si lo hubiera manifestado, llegaron a ella imágenes del sueño que la tuvo inquieta durante sus tres cortas horas de sueño.
-Yaaa, sueño estúpido, - protesto tratando de alejar aquellos recuerdos, esos que creyó olvidados.
Levantó su cuerpo con pereza para arrástralo al baño, pero la imagen que detallo en el espejo la sorprendió.
- ¡¡Ay\, miércoles\, que me paso!!….- sus ojos cafés se abrieron\, como si no fueran suficientemente llamativo su tamaño\, y es que Nico tenía los ojos más grandes y bonitos que podía soñar un mujer. Unas pestañas largas y arqueadas naturalmente y ese detallito glorioso de un pequeño lunar al costadito del ojo izquierdo.
El espejo ubicado a un lado de la cama le mostrada la horrible realidad de una juntada recordando el pasado.
Su sedoso cabello color chocolate estaba tan enredado que parecía una pajarera abandonada, el labial rosa se arrastraba de su labio inferior hacia la mejilla derecha, como quien se quitó la baba dormida; y ni hablar del rímel corrido, el que por desgano no reemplazo por uno de mejor calidad.
-Nota mental, desmaquillarme antes de tomar- gruño y trastrabillo para subir a sus graciosas pantuflas de corderito, pero la paz había llegado a su fin.
-TOC, TOC-
. ARRRIBA BORRACHA- la voz masculina fue en efecto nada bien recibida para quien trato de llegar a la puerta con la única finalidad de mandar a la mierda a esa persona ruidosa
-Toc, toc, toc, toc
-VAMOS, DESPIERTA QUE DEBES OCUPARTE DE LA COSA QUE ESTA BABEANDO NUESTRO SOFA.
TOC, TOC, TOC
-¡¡NICO!!- insistió la persona detrás de la madera de roble. Los golpes siguieron hasta que llegó al picaporte para abrir violentamente.
-¡¡Ya cállate Luka!!- vocifero cuando la puerta dejo ver a ese ser que disfrutada despertarla con tanto amor.
-¿Pero qué te paso?- los grandes ojos verdes de su hermano se abrieron como faroles- Dios pareces la bruja de Blair, como sea que se llame- rio esquivando los manotazos de su hermanita menor.
Llevaban seis meses compartiendo un elegante departamento en la zona céntrica de la ciudad de los Ángeles, no tenían grandes diferencias, ambos eran ordenados, no... Luka era ordenado, pero respetaban el espacio privado del otro... a veces.
Luka Greco el menor de los varones Greco, sexi, alto, un mujeriego roba suspiros y afloja braguitas sonreía con ternura ante su desastrosa hermana menor.
-Mira pendejo no estoy de humor para esto…- Protestó, pero una sonrisa apareció en su rostro cuando un humeante café danzo frente a sus ojitos despintados.
-Bébelo y aplaca ese aliento de ultra tumba por favor- arrugo la nariz divertido, viendo como esta le gruñía y daba un sorbito.
-Eres una mal agradecida, vengo a despertarte para que veas el bello sol de Los Ángeles y te enojas ¿dime porque se ahogaron en alcohol tú y las chicas? - el tono gracioso del castaño de un metro noventa, solo provocó que ella moviera los hombritos ignorándolo.
No iba a contarle que la convencieron de asistir al dichoso reencuentro con sus compañeros de prepa luego de diez años.
Este al no recibir ninguna excusa, continuo con la cantaleta
- Anda contesta\, malcriada\, era necesario que tomen como bestias… esa cosa…- señalo en dirección a la sala. Pero reclamo se vio interrumpido por una sexi rubia cubierta por una manta gris\, que caminaba pausado hacia ellos.
-¡¡Dime que no, por favor… dime que no!... La rubia frunció el ceño al recibir el latigazo de un profundo dolor de cabeza. Al parecer la resaca tampoco la estaba tratando bien.
-Por favor Nico, insistió, dime que no tuve sexo, porque no me acuerdo- su mirada se clavó en el hombre que relamió los labios viéndola- ¿Qué miras pervertido? Señalo con una mano mientras la otra sujetaba la tela.
-Ay, preciosa, ¿no recuerdas?... abbiamo fatto del sesso pazzesco- sonrió seductor, con el acento italiano más sensual del mundo, a eso había que sumarle que la recorrió de arriba abajo en segundos
Cleo, porque así se llamaba una de las mejores amigas de Nicolina, abrió sus enormes ojos y trato de alejar el mechón rubio que caía sobre su mejilla con un soplido violento
- Nico no es lo que entendí\, ¿verdad?- interrogó en un tono desesperado. No podía darse el gusto de caer por ese atrevido después de tantos años de resistencia.
La nombrada sin embargo estaba entusiasmada con su tasita, nada como un cafecito mañanero
- ¡¡ Nico!! – elevó la voz\, la rubia y logró la atención de la relajada italiana.
-Dijo que “Tuvieron sexo increíble” – respondió relamiendo sus labios como si nada
-Ya sé lo que dijo este prospecto de gigolo italiano- miro al hombre desagrado y este rio como si lo que le dijo fuera un piropo.
-Pero debe ser broma, ¿no? - agito su cabeza con obviedad, estaba sin ropa, no recordaba mucho de la noche anterior, pero si tenía imagines borrosas de alguien desnudándola.
Y es que ella y el hermanito menor entre los hombres de la casa, era su archi enemigo, ese que no perdía oportunidad para molestarla.
Las cosas siempre fueron de esa manera, desde que la rubia bonita de quince años atravesó la puerta de la casa de los Greco.
Luka cruzo sus brazos, esos que marcaban cada uno de sus músculos, porque el condenado sí que estaba bueno. Un seductor castaño de ojos verdes, metro noventa, cabe recordar y labios que aseguraban besar como la gloria.
Lo cierto es que Cleo no era inmune, pero jamás de los jamases se lo demostraría.
-¿No recuerdas Cleo?, subiste sobre mi y…- subió y bajo las cejas con desparpajo
-Cof, cof- Nico se atoro al intentar reír con la infusión en la boca y su hermano comenzó a golpear la espalda para ayudarla
La rubia inclino la cabeza y negó arrugando su nariz, eso era imposible o de seguro se arrepentiría de por vida. Asi que decidió hacer lo de siempre, enfrentarlo...
- Pues que triste- observo como este dejaba a su hermana recuperándose\, para verla- porque si cabalgue\, no recuerdo lo que monte\, deberías de abandonar el gimnasio\, te crecen brazos\, pero se achica…- señalo con el mentón una zona particular en el italiano que abrió la boca\, incrédulo.
-¿Ah… no recuerdas?, pues si quieres…- avanzo decidido a mostrarle que nada estaba pequeño abajo.
-¡¡Ya paren los dos!!... me duele la cabeza y falta poco para el almuerzo- intervino la italiana sintiendo un revoltijo en el estómago
-Tú – señalo a la rubia- te vomitaste encima y por eso debí desnudarte.
-Tu deja de acosar a Cleo y ve si llegó la carga de licores que pedimos, hay que acomodar todo, la inauguración está cerca.
- ¡¡Gracias al cielo!!- exhalo Cleo al confirmar que nada paso
Nico negó y se adentró al cuarto dejando a esos dos peleones solos, que no fue una buena idea.
-¿En dónde estábamos, belleza?... Ah si, ahora recuerdo ¿quieres una probadita? – Luka sonrió y disfrutó el temblor en las pupilas de la rubia que lo vio acortar la distancia- de la cabalgata, digo… ¿si te parece? - la arrinconó contra la pared y su perfume invadió las fosas nasales de su presa, atontándola.
-Salte, no eres mi tipo… shu, shu- intento alejarlo como si fuera una gallina, pero sin éxito. Por lo que esquivo el rose de los dedos en su mejilla y levanto un poco la tela para cubrir su boca. Ese toque por poco la deja sin aire en los pulmones.
Él reconoció al instante lo que provoco, en esa bailarina terca, por lo que apoyo su frente en la de ella, para que sus miradas terminaran encontrándose.
Cleo sintió que ese verde intenso la desnudaba y se repitió mentalmente que ese era el hermano de su amiga y por sobre todo un maldito mujeriego.
-Puedo ser del tipo que quieras, solo deja que te lo demuestre, CLEITO- susurro en su oído y esta con toda fuerza de voluntad lo empujo.
-¡¡Ya déjate de juegos!!, eres insoportable- intento huir desesperada al cuarto de Nicolina, pero la manta se atoro en el pie de Luka y lo que vino después fue épico.
-¡¡Dios!!- soltó, al sentir el vientito rosando su piel. Y el silbido largo y extendido la dejó petrificada en el lugar con tan solo una braguita roja.
-El rojo te sienta bien, bella donna (Mujer hermosa)
-¡¡Pervertido!!- exclamó y a toda velocidad se adentró al cuarto, oyendo de fondo la risa ronca de quien sin duda seria su mayor dolor de cabeza.
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Hola mis corazones, ¡¡¡VOLVI!!!!!
Como verán con nueva historia, la que espero disfruten tanto como yo.
Es importante para mi que sepan que es una obra en emisión, NO SERA EXTENSA, pero si bien esta en borrador se ira editando por lo que subiere un cap. diario.
Esto quiere decir que si alguna de ustedes esta muy ansiosa y no quiere comenzar a leer hasta que este concluida, o es la primera vez que me leen, pueden ir y visitar mis otros trabajos y de paso me comentan que les parece.
LAS EXTRAÑE
Abrazos
Gaby
Nicolina ajena a lo que sucedía en el pasillo del departamento, cepillaba sus dientes y trataba con esfuerzo alejar aquel sueño de su mente.
Ese sueño que la llevaba a recordar aquellos ojos de un color azul profundo y la sensación de sus dedos aferrándose a la suavidad de aquel cabello color ébano.
-Bruno- pensó, pero rápidamente agito la cabeza para seguir con lo que estaba haciendo.
Enjuago su boca y después dejo caer su pijama de algodón sobre el piso para meterse en la ducha.
El agua tibia acarició su piel, recorrió sus senos firmes y rebosantes. Y después de tomar el jabón con aroma a cítrico paseó sus dedos por la estrecha cintura descendiendo a sus pronunciadas caderas.
Era un hermoso y voluminoso reloj de arena, de esas mujeres que debían tolerar en la adolescencia que las llamaran gorditas por haberse desarrollado de más, pero que de grandes, a pesar de no ser espigas altaneras, dejaban a los hombres de cabeza, con esas curvas de ensueño.
Ella estaba orgullosa de esas lonjitas que solían formarse cuando se sentaba, y de sus piernas gruesas, pero firmes, gracias a sus paseos matutinos en bicicleta por la hermosa ciudad.
No tenía complejos, se había desprendido de ellos cuando termino la secundaria y retornó a Italia, para el tratamiento de Alonso, su padre.
Aprendió que la gente siempre tiende a criticar, pero el peor critico es el que ve a través del espejo y da la casualidad que la italiana hizo las paces con esa chiquilla hace mucho.
Después de un relajante baño tomo la bata y salió para encontrarse con Cleo bufando en su cuarto, cual gata arisca.
-¿Qué paso?- pregunto sabiendo la respuesta
-Luka – dijeron al unísono y fue inevitable reír
-Tu hermano logra sacarme de quicio- se sentó al borde de la cama y cruzo las piernas, muy inquieta- tome una camiseta del placard espero no te moleste- estiro el dobladillo de la tela, suave, cuando su amiga volteo a verla
- Sabes que no\, pero\, ¿Qué paso con la manta? - interrogo la castaña elevando una de sus cejas y nuevamente tenia la respuesta
- Luka
-Tú y mi hermano van a terminar con esto cuando se den la revolcada del año- hablo sacando del guardarropa un pantalón de mezclilla y un top blanco que iría acompañado de una chaqueta del mismo color.
-JA, JA, JA- la risa sarcástica de Cleo resonó en la habitación
- Eso jamás\, no voy a estar en la lista que lleva en ese cuadernito verde que trae en su bolsillo trasero- agito las manos cual princesa y su largo cabello dorado se elevó sobre sus hombros\, haciendo reír a Nico.
-Ese cuaderno contiene los datos de los proveedores del Bar, tiene prohibido perderlo o lo castro - negó entretenida con los gestos de diva de su amiga
- Cleo mi hermano es un mujeriego, no lo voy a negar, pero no anota allí los nombres de las chicas con las que duerme, te lo dijo aquella vez para molestar, sabes que adora hacerlo- contoneo las caderas de un lado a otro, subiendo el pantalón que se pegó a sus piernas gruesas como un guante.
-Ay cariño como envidio ese trasero- gruño la rubia poniéndose de pie y dirigiéndose al baño.
-Dirás enorme y hermoso trasero – Grito orgullosa dando golpecitos en esas turgentes nalgas, cuando la puerta se cerró, y la risa de Cleo no se hizo esperar.
Ambas siguieron conversando de cosas triviales, mientras al otro lado de la ciudad, el hombre de sus sueños húmedos ingresaba a una oficina.
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-Cambia esa cara, te vas arrugar a temprana edad- sugirió un morenazo de traje bordo, que abría la puerta cediendo el lugar, al presidente de “Alta arquitectura”.
Bruno Altamirano, si bien era un joven arquitecto provenía de una familia que llevaba décadas dedicándose a ese rubro. Se hizo del puesto como presiente del estudio “Alta arquitectura” cuando su padre decidió que era momento de dar un paso al costado y dejar que sangre joven continuara con el legado.
El estudio se especializaba en proyectos y diseños de residencias de alta gama. Con más de 50 años en el mercado residencial, se hizo reconocido entre las mejores del mercado. A través de su visión y liderazgo, centrado especialmente en el cliente, interpretando sus más exquisitas necesidades con un servicio de excelencia en el diseño y construcción.
Bruno era reconocido no por ser el hijo “de” sino por su capacidad, visión y exigencia, lo que muchas veces lo llevaba a cargar un humor insoportable.
-¡¡Son unos imbéciles!!, debería despedirlos a todos- el choque de las carpetas sobre el escritorio era clara señal del humor que se traía. Pero antes de alejarse las acomodo, haciendo reír a quien lo observaba a la distancia. Era algo inevitable, todo tenía que estar en su lugar.
-Bruno, tu no estas así por la reunión, ¿discutiste, nuevamente, con Aria? - quien hablaba desprendió los botones del saco y se sentó en el sillón de cuero negro ubicado en el centro de la oficina.
Una de carácter clásico, de muebles grandes y pesados, pero con detalles altamente elegantes. Se podía oler la historia en cada esquina del inmenso lugar, pero de una iluminación magnifica, gracias al diseño de ventanales amplios que permitían el ingreso de luz natural.
Jeremy, quien se había acomodado como un rey, extendió sus brazos sobre el respaldo y observó como el arquitecto se movía por el lugar bufando.
-Va a filmar una nueva película en Paris, y nuevamente canceló la boda- exhaló como si estuviera agotado. - Estoy harto Jeremy- volteo al oír la risa de su amigo, esa que indirectamente era un claro “te lo dije”
- Terminamos\, bueno termine\, no puedo seguir esperando para ser su prioridad - Rastrillo su cabello hacia atrás con frustración y sus ojos azules fueron al delicado mueble donde guardaba el mejor coñac.
-La entiendo, sé que su carrera es importante y la he apoyado más que nadie, pero siento que no me ama tanto como yo a ella.
Mientras exponía sus sentimientos, a pocos metros la quijada de Jeremy golpeaba el brillante piso de porcelanato.
- ¿Qué tu qué? - balbuceo inclinando su cuerpo hacia delante. Su mirada siguió la figura imponente de Bruno que abrió un fino mueble empotrado junto a la biblioteca.
Quien podía culpar al abogado por sorprenderse, ese hombre con quien había compartido años de amistad, no parecía tener ojos para nadie que no sea la rubia exitosa que irrumpió en su vida, al menos eso creía.
Cinco años con esa mujer, donde las discusiones y reconciliaciones eran moneda corriente. Incluso la despampanante actriz lo dejó un par de veces; pero después de un tiempo regresaba a Bruno, que no dudaba en recibirla con los brazos abiertos.
Aria Rosas, gozaba de una belleza de protagonista de novela, alta, esbelta de unos ojos cafés que hipnotizaban.
Había triunfado en el mundo del cine y no hacía más que trabajar, a eso se tenía que sumar que su futura unión con la adinerada familia Altamirano la ayudo a mantenerse en las portadas de las mejores revistas, aun estando de vacaciones.
Tenía al famoso arquitecto y dueño de varias inmobiliarias en la palma de su mano.
Por lo que esta nueva información, para Jeremy, era toda una sorpresa, su gran amigo había tomado la decisión de terminar una larga y toxica relación.
-¿Quieres?- agito el vaso cargado de hielo, buscando ignorar la pregunta; repetirlo en algún punto lo hacía sentir más real.
El abogado simplemente negó tratando de procesar lo que sus oídos captaron.
-Permiso señor Altamirano- interrumpió la secretaria, una mujer de unos cuarenta cinco de años. - Su hermana está en la línea dos, quiere hablar con usted-
-Dile a Camila que estoy en reunión con mi abogado, luego la llamo-
No tenía muchas ganas de discutir con su hermana, que era tan o más exigente que él.
Camila Altamirano, era reconocida por su belleza, pero también por su tenacidad y estaba a cargo del seguimiento de la construcción de un conjunto residencial. Su llamado solo podía significar que no estaba entendiéndose con la nueva empresa constructora y el arquitecto no tenia cabeza para sus quejas.
-Sí, señor- respondió la mujer formando una tierna sonrisa-
-Por favor dulce María me traes un café, es muy temprano para tomar licor – agrego Jeremy señalando a Bruno que rodo los ojos y se sirvió sin culpa
-Claro señor Levro- La mujer abandono el lugar.
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Cleo rebuscaba en el closet ajeno, algo que le quedara, pero era un poco complicado ya que ambas eran muy diferentes.
La rubia se cargaba un cuerpo delgado, propio de una ex bailarina de ballet. Y es que Cleo, desde niña se dedicó a ese tipo de danza a pedido de sus padres. Cosa que cambio cuando creció, inclinándose por otro estilo un tanto reprobatorio para sus padres y para el mundo del ballet.
-¿Encontraste algo?- La italiana deslizó el labial rojo por sus labios y los presiono, viendo su reflejo en el espejo de su bonito tocador.
.- Mmm, la verdad que nop, pero me pondré este- Cleo agito la prenda, seleccionando un vestido con tirantes que se podía ajustar en la cintura con un delicado cinturón- ya está- giro sobre sus pies descalzos dando saltitos como si de un premio se tratara.
Nico volteo, para ver el resulto- Te queda bien, me gusta. ¿Iras almorzar con los Greco hoy?
-Por supuesto, jamás me perdería la pasta de tu papi, es el mejor- relamió los labios de manera graciosa.
- Por cierto\, ¿Cuándo tendrás tiempo para ensayar\, no queda nada para la apertura y tú debes lucirte- calzo unas chatitas y camino hasta el tocador\, ubicándose detrás.
-Ya no me atosigues, aun no se porque acepte la loca idea – se inclinó y ajusto las sandalias de tacón blancas.
-Últimamente acepto demasiadas locas ideas- se recriminó mentalmente.
-Vamos Nico, bailas hermoso, lo hemos hecho de niñas…recuerdas, en el concurso escolar-
La italiana observó la imagen de su amiga a través del espejo y suspiro, recordar aquellos tiempos la avergonzaban un poco y le traían a colación el rostro de cierto amor.
-Eso fue hace mucho, ya estamos grandes y tu mejor que nadie sabes que esa presentación no tendrá nada de inocente- curvo sus labios coquetos.
-Ay, es un detallito- la rubia arreglo su larga melena- me lo debes, te perdiste unos cuantos años es momento de retomar a lo grande
-Cleo, lo hago solo por ti y esa insistencia por recordar viejos tiempos. - elevo su cabellera en un alta coleta y agrego unos aros llamativos.
-Hablando de recordar viejos tiempos, ¿Qué vas a vestir en la fiesta?, ¿Iremos de compras? Mira que estamos a solo 24hs para restregar a todos, lo buenotas que nos hemos puesto, no veo la hora de ver cómo han fracasado los imbéciles que nos molestaban
La risa relajada de la italiana se hizo oír- Ay Cleo, si es por molestar creo que fui las más perjudicada, pero madura, somos mujeres adultas, tengo 28 años para seguir pensando en las tonterías de aquellas épocas.
-Estúpida apuesta.
- Mmm\, no me dejas divertir\,- estiro la trompa de manera juguetona- ¿Tami que decidió al final\, no recuerdo?
-Eso porque bebiste de mas- señalo poniéndose de pie para habilitar el espacio a la bailarina.
-¿Y por casa como andamos?, tu no estaba mejor que yo hace un par de horas- respondió picara delineando sus ojos de gata.
Nico negó entretenida, había extrañado ese tiempo juntas
- Si\, ira
-Otra vez juntas después de tanto tiempo- giro y se fundió en tierno abrazo- es bueno tenerte de vuelta, te extrañe mucho. -
-Hey, hace seis meses estoy aquí, no te parece que debes dejar la melancolía atrás y por sino recuerdas has ido a visitarme muchas veces.
La rubia estrecho sus ojitos viéndola directo a la cara, - Tú sigues siendo la misma insensible- la tomo del rostro y le planto un sonoro beso en la mejilla- pero igual te adoro-
-Sí, lo sé, ahora mueve el trasero o Alonzo Greco nos asesina por llegar tarde al almuerzo familiar- busco su bolso y camino hacia la puerta.
-Sí, tienes razón, no quiero que se enoje o no me servirá una segunda vez- respondió alegre y la siguió- ¿Cómo se fue a casa, Tami, ayer?
- La busco su chico.
Cleo arrugo su cara como si pensar en esa persona le diera asco
- Ese imbécil no la merece\, aun no entiendo como esa mujercita tiene tan mal gusto\, siempre los elige así
. Aun recuerdo cuando le gustaba Leo, ese si que era un idiota, lindo pero idiota...hasta se dio el lujo de ilusionarla, ojala en la fiesta la vea para que se arrepienta .
- Tu no cambias Cleo- sonrió- en cuanto a Tami supongo que es un imán\, - llegaron a la sala y observaron todo en su lugar.
Los ojos de Nico se iluminaron. Luka se había ocupado de dejar todo en orden antes de irse. – Amo a mi hermanito, siempre tan dulce- dijo abriendo la puerta principal para salir.
-Sí, claro- Agrego Cleo, pero fue inevitable no mirar todo y que el cosquilleo invadiera su estómago-
Siguió a la italiana, acomodó el vestido alejando esa incomoda sensación.
Se adentró al ascensor que las llevaría al estacionamiento -Hey y tu sexi “tano”, como era que se llamaba- estrecho los ojitos claros tratando de recordar.
-Stefan, supongo debe estar entre las piernas de su "mejor amiga"- realizo comillas en el aire y se dirigió al coche una vez que llegaron a destino.
-¡¡El imbécil te engaño!!- rugió la rubia, molesta con la información recibida.
-No Cleo, nosotros solo teníamos una relación expréss- rio gustosa recordando esos encuentros candentes.
-¿EXPRESS?.
-Sí, cuando tenía ganas, lo llamaba, traía lo que necesitaba y se iba... me entiendes ¿no? – miro coqueta a su amiga que abrió la boca y luego mordió su labio inferior.
-Eres toda una pervertida- carcajeo cuando la italiana le mostro su dedo medio.
Nicolina presionó la alarma del coche a medida que se acercaban.
- En fin\, lo nuestro se terminó cuando decidí volver. Solo siento pena por esa chica lo quiere\, pero no sé si él siente lo mismo- llegaron hasta el auto y abrió la puerta para ingresar del lado del conductor.
Un precioso deportivo negro se mostraba majestuoso, una de las tantas cosas que adquirió con la suculenta herencia de su abuelo materno.
-Dios, amo tu coche- Cleo subió y cerro la puerta- tu abuelo sí que quiso resarcir sus errores.
-No sé, quizás… pero sigo pensado que a veces el dinero no borra el daño a menos eso creo cuando veo a mi papá.
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Abrazotes
Gaby
Cuarenta minutos después Nico y compañía atravesaban el enorme portón negro que permitía una vista esplendida de la casa.
El lugar elegido por los Greco fue la zona residencial Pacific Palisades.
Pacific es una tranquila zona, con grandes casas privadas, espectaculares vistas al océano, gran cantidad de parques y rutas de senderismo.
Su pintoresca zona céntrica, conocida como The Village, alberga restaurantes, cafeterías y boutiques.
Si bien la familia realizo su regreso en diferentes periodos, colaboró para una mejor organización.
Los Greco estaban conformados por cuatro hombres, Alonso Greco, el valiente padre de tres guerreros y una princesa. Eso quería creer, pero lo cierto es que la dulce niña era tan o más fuertes que sus hermanos.
Desde Alonso unió su vida a la de Misael, habían sido claros, ellos, deseaban una familia numerosa, por lo que se pusieron a la tarea con fervor.
Primero llego Alessandro “El protector” de un temperamento tranquilo, pero de carácter fuerte. Un hombre de 32 años que imponía con su presencia, aun siendo el más bajo de los hermanos con 1,87. Sus cabellos brillaban como si el sol se hubiera posado en él, y su llamativos ojos color miel habían conquistado a una hermosa francesa con quien se había desposado.
Un año después llego Dante Greco “el firme”, la mano derecha de Ale en la constructora de la familia, y el que rara vez daba el brazo a torcer, pero de un corazón noble. Se diferenciaba de su hermano mayor por tener un par de esmeraldas que encandilaban y sip, era más grande y corpulento que Alessandro, gozaba de 1, 89 y espalda de gladiador, gracias a su insistencia por colaborar con sus empleados a veces.
Dos años después que la pareja se había adaptado a sus querubines, llego Luka, la luz o como su nombre lo define “Con mucha Luz”. El niño se había destacado por su mirada juguetona, risa escandalosa y contagiosa. Cosa que no cambio, pues a sus 29 años seguía siendo el toque de picardía de los Greco.
Un precioso castaño de 1,90, cuerpo musculoso y ojos verdes impactantes.
Pero quien puso a todos estos hombres a sus pies, fue la pequeña Nicolina, un año después y con ella llego la noticia de que el corazón de Misael no resistiría un parto más, por lo que la pareja entendió que su familia estaba más que completa.
Nicolina, una niña de grandes ojos color café y cabello color chocolate intenso, había enamorado por completo a sus hermanos. Por lo que al principio era tratada como una muñequita de cristal, pero a medida que crecía comenzó a involucrarse en los juegos bruscos de esos zaparrastrosos e incluso se volvió fanática del futbol.
Así fue como nació Nico, una niña que no tenía miedo a ensuciarse si eso le permitía compartir con sus amores.
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La italiana descendió del coche y camino a la entrada de la casa disfrutando de la hermosa vista del jardín. Por unos segundos había cerrado los ojos para disfrutar del sonido y dulce aroma del mar, estaba de vuelta en casa, amaba los días en que podía volver a sentirse una niña mimada.
-¡¡Al fin llego mi hermanita, las más hermosa!!-
El grito de aquella voz ronca, hizo que abriera sus ojos y una enrome sonrisa se dibujó en su rostro, al ver como Dante corría hasta ella con los brazos abiertos.
-Ay, pero que bonito estas – chillo y corrió a su encuentro como si no lo hubiera visto días atrás.
Cleo que venía unos pasos detrás disfrutó de la escena, esa que no se cansaba de ver.
Su amiga de un solo salto rodeo con los brazos el cuello de su hermano que la tomo por la cintura y balanceándola como una muñeca la llevo hacia dentro.
-¡¡Vamos Cleo!!, apúrate, papá quiere que pruebes su salsa- grito el italiano con Nico que no se soltaba.
-¿Salsa? Siii, siii, si- la rubia dio saltitos y corrió a la casa , adoraba ser quien desguatara las preparaciones de Alonso.
Dante ingreso al hogar, de los hermanos fue él quien decidió quedar junto a su padre, pues Alessandro había hecho su vida en una pintoresca casa a pocas cuadras, con su pequeña familia de tres.
Y los más chicos abrieron sus alas montando un negocio nuevo e independizándose.
-Llegamos, pegajosa, párate aquí- Él bajo a Nico en la gran sala de concepto abierto y antes de alejarse, sujeto las mejillas rellenitas para pellizcarlas- adoro como enrojecen.
-Dante, suéltame, eso duele- se quejó entre risa y apretó la nariz de su hermano, en un combate de quien resistía más.
-Mientras que ustedes pelean voy a la cocina a cumplir con mi función- informo Cleo pasando a toda velocidad.
Ambos se soltaron y la siguieron con la mirada.
-No sé cómo en ese cuerpo entra toda la comida que papá le hace probar- agrego el mayor sonriendo
-Genética, y de la buena- soltó Nico, moviendo sus hombros
-Hey- la señalo con el ceño fruncido- tú tienes genética y de la buena, ok. - Afirmo viendo a su hermana a los ojos- y si alguien dice lo contrario me avisas que me ocupo.
-Ya no seas exagerado, sé que soy preciosa- su mano dio en la frente de Dante que se había inclinado para quedar cerca de su rostro. Y es que, a pesar de los tacones, su metro 1,60 no era de gran ayuda ante ese gigante.
-¿Le compraron margaritas?- interrumpió al ver aquel lugar que le traía nostalgia- esas son sus favoritas- a pocos metros, en un altarcito, una bella foto de Misael descansaba .
-Sí, papá jamás olvida comprarlas- Dante siguió los pasos de su hermana hasta el altar de la mujer que los había amado incondicionalmente.
Misael los había abandonado un 2 de enero hace tres años, su corazón simplemente se detuvo.
Nico observo las fotos que rodeaban el cuadro, eran ellos riendo y jugando con su mama.
Esa que les había enseñado lo sencillo de la vida, por lo que los lujos solo eran un detalle mas, en comparación del valor que tenía el amor hogar.
-Ella era hermosa, aun recuerdo su aroma a Jazmín- murmuro ronzando la sonrisa de su madre.
-Tu eres su viva imagen, cariño- la voz de Alonso hizo que volteara, y su mirada fue a lo que fue un gran hombre, pero ahora, por un accidente quedado confinado a una silla de ruedas.
-¡¡papi!!- armo un puchero meloso y este se aproximó riendo con esa carita que solo le decía que era una consentida.
-Ven preciosa- golpeo sus piernas y ella no tardo en sentarse sobre estas para luego abrazarlo y llenarlo de besos. - Te extrañe, corazón.
-También yo – susurró viendo esos hermosos ojos, los mismos que heredo Luka y Dante.
-Ahora que estas aquí, vamos a poner la mesa- Nico intento ponerse de pie, pero le fue impedido- Tú te quedas aquí, papa te lleva-
Alonzo movió los comandos de la silla y este giro en salón guiándola a al comedor.
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-¿Entonces, no piensas regresar con ella?- Jeremy insistió una vez que María le acerco el segundo café, con dos de azúcar y un toque de crema como siempre le gusto
Bruno termino otro trago y sintió como esta quemada su garganta a medida que dejaba el vaso sobre la mesita central.
-Podemos hablar de otra cosa, esto…
-¡¡Buenos días, tarados!!- el grito escandaloso hizo que el abogado exhalara en busca de paciencia cuando un castaño de enorme y preciosa sonrisa se adentró a la oficina.
-Alguna vez piensas madurar- escupió viendo como el intruso se ubicaba junto a Bruno que sonreía viendo como este lo ignoraba.
-Debes deshacerte de las moscas de traje, son una peste- mascullo divertido a su amigo.
-Eres un imbécil- gruño Jeremy y exhalo apoyando su espalda en el respaldo del mullido sillón
-¿Le dijiste?- indago el castaño, no tenía intenciones de seguir debatiendo.
Bruno negó, el tema al que hacía referencia el nuevo intruso, no era algo que quería agregar al debate viendo. Pero Jeremy ajeno a que era otra cosa hablo.
-Sí, me dijo que termino con Aria- explico relajado, pero mordió la mejilla interna al ver como su contrincante abría la boca y los ojos girando en dirección al arquitecto que llevo la mano a la sien en espera de la queja
-¿Terminaste con la rubia y se lo dijiste a este primero?- se quejó cual damisela . - A él - insistió señalando a Jeremy que apretaba los labios para no reir..
-No seas exagerado- susurró Bruno, pero cerro los ojos, cuando de manera indignada su amigo saltaba del sofá.
-Exagero, soy tu amugo desde el kínder, he visto cómo te crecían los pelos de …
-Ya basta, no necesito tanta información, si me lo dijo a mi es porque tu eres un chismoso- señalo con el dedo índice, el abogado.
-Mira abogaducho online.- respondió poniendo su mano en jara sobre la cintura
-Ya te dije que fui Harvard- salto Jeremy poniéndose de pie-
- No se\, quizás falsificaste el titulo….
-Ya basta ambos- grito Bruno finalizando con la pelea y estos se sentaron nuevamente sn dejar de verse con los ojitos chicos
-En fin a que hacías referencia Leo, digo antes de ponerte intenso, ya que lo de Aria no sabías- y otra vez la sal fue a la herida.
-Iremos a la fiesta de reencuentro, esa a la que no estas invitado porque no fuiste a la escuela con nosotros- aclaro cual con saña.
El arquitecto al ver que esos no pretendían cerrar la boca , fue por otro trago
-¿Iras?- Jeremy frunció el ceño, esto no era propio de una persona que insistía que esa época no fue memorable.
-Claro que ira, el estudio ha entregado innumerables Becas y…
-Cierra la boca, Leo- rogo Jeremy, fijo los ojos en Bruno que se negaba hablar l-Pensé que no querías ir a ese encuentro, ¿porque ahora?
-Porque va conmigo- agrego Leo con una enorme sonrisa
-Ustedes dos logran agotarme, incluso más que los inútiles del área de diseño- rezongó y camino hasta su escritorio.
-¿La reunión fue tan mala?- murmuro Leo en dirección al abogado, se había dado cuenta que su amigo estaba malhumorado
-Pésimo, pero la ruptura es el problema- agrego Jeremy un tono más bajo o eso creía.
-Seguro vuelven- afirmo el castaño- ellos sempre lo hacen- rodo los ojos y el abogado rio.
-Sí, es obvio, ya no se…
-Los escucho, son pésimos susurrando, porque no me hacen el favor y van a trabajar. -
-Si no vuelven, será mejor buscar a alguien que lo entretenga o se pondrá inspor…, Auch , ¡¡¡Bruno!!- exclamo Leo al recibir un carpetazo en la cabeza , que provoco la caraca ja de Jeremy.
- Ya largo y…- movió sus dedos mostrando las carpetas en el suelo- antes levántalas y por favor déjalas en orden en la mesita- explico llevando sus ojos al computador.
Y es que Bruno podía estar molesto, pero jamás desorganizado.
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Abrazos
Gaby
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