_____ Silvana, arregla tus maletas. Mañana, por la mañana te irás a vivir a la mansión Carlos.
Silvana sintió palpitar violentamente su corazón dentro de su pecho. Sus lágrimas fueron cayendo lentamente por sus mejillas. Hasta que sus piernas se doblaron delante del anciano.
_____ ¡Abuelo! Te suplicó que no me envíes al lado de ese hombre. _____ La chica se ahogaba en su propio llanto.
Con desprecio, Gerardo se sacudió las manos de su nieta y dio un paso hacia atrás. Le daba asco sentir las manos de ella encima de su ropa.
______ Puedes negarte a ir... Recuerda que si lo haces, será Fernando y Diana quien paguen por cada decisión que tomes...
Gerardo no estaba jugando. La expresión en su rostro era perversa. Gerardo era un hombre capaz de todo con tal de salirse con la suya.
______ Cómo puedes tener el alma tan negra para chantajearme con la vida de mis hijos... ¡Diana y Fernando son solo unos bebés!
El anciano levantó su bastón, golpeando con fuerza el hombro de la chica. Silvana perdió el equilibrio a causa del inmenso dolor en su brazo. Cayó de un lado, mirando a los ojos al hombre que se suponía debía haber cuidado de ella desde que sus padres murieron.
Sin embargo, Gerardo prefería mucho más a Lorena. Aunque ellas dos eran idénticas físicamente, por dentro eran como el agua y el aceite.
_____ Por tu culpa murió mi hijo, y mi nieta quedó en silla de ruedas. Crees que esa maldita noche se ha borrado de mi mente. ¡No es así, Silvana!
______ Te odio, maldigo cada día, el día en que naciste.
Gerardo agarró los hombros de Silvana y la empujó de un lado para otro. Ella parecía una muñeca sin vida en las manos de su abuelo. No podía hacer nada para revelarse a él o a su hermana Lorena.
Ya que si lo hacía, jamás volvería a ver a sus hijos. Luego de cansarse, Gerardo soltó a la chica, y dio la vuelta entera al escritorio. Agarró la jarra con el agua, y se lavó las manos, haciendo un gesto de asco.
Con el alma rota, Silvana se hizo hasta lo imposible para ponerse de pie. Su hombro estaba rojo, y algunas gotas de sangre salían de él. Aun así, la chica se esforzó para decir esas palabras.
______ Haré todo lo que quieras. Pero quiero ver a mis hijos esta noche.
Gerardo sonrió, era lo que esperaba escuchar. Llevó su mano al cajón debajo de su escritorio y sacó unos papeles.
_______ Firma esto, y dejaré que veas a tus hijos esta última noche.
Con pasos lentos, Silvana fue avanzando hasta donde estaba su abuelo. Recorrió la silla para sentarse, pero eso no era permitiendo por el anciano.
______ Mantente de pie... No quiero que llenes la silla con suciedad.
Una ligera sonrisa apareció en los labios de la chica. Se inclinó un poco hacia delante, para leer lo que decía el documento.
Luego de terminar de leerlo. Dijo casi en un grito.
_______ Abuelo, ¿me odias tanto como para obligarme a firmar esto?
_____ Cuando tu matrimonio con Carlos Armendáriz terminé, te daré a tus hijos. Mientras tanto, ellos se quedarán al cuidado de Lorena, y claro de mi cuidado. _____ Contestó el anciano con una sonrisa entre sus labios.
Silvana giró su cuerpo, dándole la espalda a su abuelo. Deseaba tanto salir corriendo de allí. De poder saber quién es el padre de Diana y de Fernando, y que sea él quien le ayude a recuperar a sus hijos de las manos de su malvado abuelo, y de su hermana Lorena.
_____ ¿Qué pasa si me niego a aceptar este matrimonio? ______ Preguntó Silvana, sin tener el valor de ver a los ojos al abuelo.
_____ Es fácil, enviaré a los dos bastardos al extranjero. Y nunca los vas a poder ver jamás.
Al escuchar la respuesta del abuelo, Silvana volteó rápidamente a verlo. Podía verse el dolor reflejado en su alma... ¿Cómo podía existir un hombre tan perverso como Gerardo Monte mayor?
______ ¡Son tus bisnietos! Llevan tu sangre corriendo por ellos. _____ Silvana golpeó el escritorio con sus dos manos, haciendo un ruido muy fuerte.
_____ ¡No vuelvas a decir eso en tu vida! ¡Esos bastardos no llevan mi sangre!
_____ No te bastó con haber asesinado a mi hijo, sino que también mancharte mi apellido. Quedando embarazada de un vividor, muerto de hambre. ¡Lo peor de todo, es que no sabes ni quién es! ¡No conoces su rostro, eres una cualquiera!
Silvana, no recordaba lo que había sucedido esa noche. Los únicos recuerdos que invadan su mente, eran cuando su abuelo, y Lorena la llevaron a una fiesta. Luego de haber acompañado a su hermana hasta casi caer la noche, comenzó a sentirse mareada.
Lorena llamó aún hombre con traje negro. La cargó entre sus brazos, y ella quedó inconsciente... Al despertar, no recordaba nada, y su cuerpo estaba desnudo, sus lágrimas de dolor, cayeron por mucho tiempo hasta que sus ojos quedaron hinchados de tanto llorar.
Al paso del tiempo, se dio cuenta de que estaba embarazada. Lo tuvo oculto por varios meses, hasta que su abuelo lo descubrió. Sin embargo, ya era tarde.
Silvana dio a luz a sus hijos, y en ese mismo momento fueron arrancados de sus brazos, sin darle la oportunidad de darles un beso.
La chica agarró el documento, y puso su firma en cada papel. Esperaba que rápidamente pasara el tiempo, y ella pudiera estar junto a sus dos hijos.
Después, Silvana se dio la vuelta y salió del despacho de su abuela. Afuera del despacho había una mujer con uniforme de sirvienta. Al ver a Silvana salir furiosa, corrió escaleras arriba para informarle a Lorena, todo lo que había escuchado.
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Hola a todos. Como siempre aquí estoy dándoles lata... Espero de corazón que me puedan apoyar con esta nueva historia. Estará escrita en el tercer concurso de escritura libre. Y espero que me apoyen con sus comentarios, sus me gusta, con sus votos, regalos y claro, con leerla. ¡Mil gracias por todo!
La sirvienta llamó a la puerta de la recámara de Lorena. Una enorme sonrisa llevaba entre sus labios. Había escuchado perfectamente lo que el abuelo Gerardo le había hecho firmar a Silvana.
Lorena llevaba toda la tarde encerrada en su habitación, recordando lo que había sucedido hace años.
Su padre y ellas viajaban en auto, cuando Lorena le pidió a su padre que pararan a comprar algo de comer.
Lorena era muy inquieta y no le gustaba tener a una hermana que se pareciera tanto a ella. La niña comenzó a molestar a su hermana, la empujó de un lado para otro, hasta que Silvana se molestó y empujó a Lorena contra el volante del auto.
Todo aquello fue visto por su padre que de inmediato le llamó la atención.
______ ¡Silvana, no le vuelvas hacer eso a tu hermana!
_____ Yo no fui, fue ella la que comenzó a golpearme. _____ Se defendió Silvana.
______ ¡Eso es mentira!
_____ Silvana me odia porque me parezco a ella. _____ Lorena rompió en llanto, y como una niña obediente, regresó al asiento trasero.
_____ Silvana, regresa a tu lugar. Hablaremos seriamente al regresar a la mansión.
Las dos niñas se quedaron sentadas como si padre lo había ordenado... Lorena enfadada volvió a molestar a su hermana. Javier se distraigo por un segundo, tiempo suficiente para que su auto volará por el aire.
Lorena estaba de pie junto a la ventana, sus ojos negros se clavaron en las rosas rojas, plantadas en el jardín.
Lorena se consideraba como una de ellas. Hermosa por fuera, y al mismo tiempo demasiado peligrosa por las espinas que tenía. No se arrepentía de nada de lo que había hecho.
Ahora era amada por su abuelo, y por fin, tenía a su hermana Silvana como una sirvienta. Lorena no sabía por qué odiaba tanto a Silvana. Era un sentimiento que nacía de lo más profundo de su alma.
______ Señorita Lorena, Soy yo... Teresa.
Al escuchar la voz de la sirvienta. Lorena regresó a la silla de ruedas, cubrió sus piernas con una manta, y luego dijo.
______ Pasa, Teresa.
Inmediatamente, la sirvienta entró a la habitación, asegurándose de que nadie la viera entrar. Cerró la puerta por dentro, y se acercó a Lorena.
______ Señorita Lore. Le traigo excelentes noticias. _____ Murmuró Teresa emocionada.
Lorena esperaba que por fin, su abuelo haya tomado en cuanta su propuesta y haya enviado a los hijos de Silvana lejos de ellos.
_____ Habla, alguien puede venir. ____ Le ordenó, Lorena.
______ Su abuelo Gerardo, mando llamar a Silvana. La obligó a firmar el matrimonio con el señor Armendáriz.
_____ He escuchado que ese hombre es muy cruel y despiadado. No entiendo cómo es que se pudo fijar en una mujer tan insignificante como lo es Silvana.
Lorena agarró el costado de la silla de ruedas con fuerza. La expresión en su cara no era nada agradable.
No era imposible imaginarse lo que había sucedido. Carlos no era un idiota, ya sabía que era Silvana, la mujer con la que se acostó en el hotel.
Al darse cuenta la sirvienta, preguntó con mucha curiosidad.
______ Señorita Lore. ¿No está feliz de que su hermana se case con ese hombre cruel? Debería alegrarse demasiado, por fin, se va a deshacer de ella.
Lorena furiosa contestó.
_____ ¡Lárgate! ____ Señaló la puerta de salida. La sirvienta no sabía que era lo que había hecho mal.
Al contrario de otras ocasiones en donde recibía regalos por parte de Lorena. Ahora recibió un regaño.
Se dio la vuelta y salió de la habitación de Lorena, sin saber que había hecho mal. Lorena arrojó la manta que cubría sus piernas, y se puso de pie.
_______ ¡Maldita sea!
_____ ¿Por qué ese maldito anciano no me hizo caso?
______ ¿Qué pasará conmigo, si Carlos sabe qué Silvana tiene dos hijos de él?
_____ Todo se está saliendo de mis manos... Debe hacer algo para impedir que Silvana se vaya a vivir a la mansión de Carlos Armendáriz...
No importa cuanto Lorena se esfuerce para encontrar una manera y evitar que Silvana viviera a lado de Carlos Armendáriz.
Con una enorme frustración, Lorena dejó caer todo lo que se le ponía por delante al piso. Cristales rotos quedaron extendidos por todas partes.
En una habitación de servicio. Silvana esperaba con ansias conocer a sus hijos.
La puerta de la habitación se abrió por fuera, una de las empleadas de la mansión llevó a los dos niños en una carriola.
______ Tienes toda la noche para pasarla con los niños. Mañana a primera hora me los llevaré de regreso. _____ Dijo la empleada, en un tono frío.
Silvana, emocionada; se acercó a sus hijos. Los niños ya estaban demasiado grandes. La chica no pudo evitar derramar muchas lágrimas de la inmensa felicidad que sentía al conocer por primera vez a sus hijos.
Temerosa, Silvana cargó primero a Diana. Su hija era tan bella, que parecía una princesa. Su piel era tan suave como la de porcelana.
La niña parecía conocer a su madre, ya que no lloró, y jugaba bastante con sus manos. Silvana le dio un beso en la mejilla, antes de dejarla sobre la dura cama.
Enseguida, regresó por Fernando, el niño era tan hermoso, ojos azules, y piel blanca... Al darse cuenta de que sus hijos no se parecían a ella, la chica pensó que habían heredado la belleza de su padre.
Sí era así. Eso quería decir que era un hombre muy guapo y no un viejo feo, como ella todo ese tiempo lo pensó.
Silvana se acostó a lado de sus hijos. Hablaba con ellos, mientras los llenaba de besos y abrazos. Sentirlos así, tan cerca de ella, era un sueño hecho realidad.
_____ Mamá deberá alejarse de ustedes otra vez. Les prometo que volveré mucho más fuerte. Me voy a convertir en una mujer de la cual vas a estar orgullosos de mí.
_____ Solo será un año... Su mamá se volverá muy fuerte, y volverá por ustedes.
_____ Son mi fuerza, el motor por el que cada mañana me levantó de la cama, y por el cual he soportado tantas cosas.
Silvana se encontraba tan feliz de estar junto a sus dos hijos.
La chica fue en busca de algunos juguetes, los cuales había comprado escondidas de su abuelo, para Fernando y Diana.
Aunque casi nunca la dejaban salir de la mansión Monte mayor. La chica siempre se las había arreglado para adquirir algunas cosas con la ayuda de su mejor amiga Estefanía.
Estefanía era una compañera de trabajo, la cual quería mucho a Silvana, y siempre que podía le ayudaba.
______ Miren, mis amores. Les he traído varios juguetes.
_____ No son lujosos, ni de tan buena calidad. Pero les van a gustar.
Diana estiró sus manitas, para alcanzar el juguete en manos de su madre. Silvana le dio uno y el otro se lo dio a Fernando.
Mientras los niños jugaban. Fernando comenzó a decir unas cuantas palabras.
______ Mamá.
_______ Mamá.
Silvana se sintió una enorme emoción al escuchar a sus hijos decir mamá. Lo abrazó con fuerza contra su pecho.
_____ Fernando... Di de nuevo, mamá... Mamá.
_____ Mamá... Mamá.
______ Mamá... Mamá... ____ Diana siguió a su hermano, y llamó a su madre.
Las lágrimas no paraban de caer por las mejillas de Silvana. Era una sensación demasiado maravillosa que no podría describir con palabras.
La idea de escaparse con ellos, se apoderó de la mente de la chica. Para eso, Silvana tenía que planear algo rápido.
Por primera vez en toda su vida, tenía una oportunidad de huir junto a sus hijos...
____ Puede ser una buena idea. Cuando el abuelo y Lorena se den cuenta yo ya estaré muy lejos...
La chica acarició las mejillas de los niños. Una sonrisa llena de esperanza se apoderó de sus labios. Podría arriesgar demasiado.
Ya que si era capturada por su abuelo, tendría un destino miserable...
_____ Duerman un poco, mis amores. Mamá debe hacer algo rápido.
Luego de dejar a los niños durmiendo... Silvana se levantó despacio de la cama, sin despertar a sus hijos.
Caminó a la ventana de su habitación, recorrió un poco las cortinas. Sin que la luz interior, saliera por allí.
Tenía frente a ella a dos de los guardias. Eran altos, de un físico rudo. Eran hombres muy bien entrenados, los cuales tenían órdenes específicas de herirla si trata de escapar.
Desde hace varios meses, su abuelo contacto algunos hombres para qué custodian cada rincón de la mansión.
Gerardo temía que Silvana lograra escapar de su poder. No, quería que la chica pudiera ser feliz, ya que, por su culpa su amado hijo Javier había muerto.
Era algo que jamás le podría a perdonar a Silvana. Cada noche al cerrar los ojos, las palabras de Lorena atormentaban su cabeza.
_____ Abuelo, fue Silvana.
______ Fue Silvana, la que ocasionó el accidente.
_____ Ella mató a papá.
Aunque todas las empresas del abuelo Monte mayor, estaban pasando por un mal manejo, y estaban a punto de irse a la quiebra.
En ningún momento, él ni mucho menos Lorena, han dejado de darse la vida de lujos a la cual están acostumbrados.
Gerardo habló con varios amigos y socios. Todos se negaron ayudarlo. Nadie quería poner en riesgo su patrimonio, por ayudar a un hombre el cual no tenía ningún heredero. El cual se pudiera hacer cargo de sus negocios.
Cuando Gerardo creyó que todo estaba perdido para él. Una visita inesperada llegó a la empresa.
Carlos Armendáriz envió a su asistente, con una jugosa propuesta para Gerardo. Quería casarse con su nieta Silvana, a cambio le ayudaría a recuperar el nivel de todas sus empresas.
Gerardo no lo pensó dos veces. Era demasiado tentadora la propuesta de Carlos. Entonces acepto de inmediato.
Al ser un hombre frío y demasiado reservado. Carlos le envió a Gerardo todos los documentos que Silvana tenía que firmar. Él los firmaría después, y legalmente, ella se convertiría en su esposa.
A Gerardo no le desagrado la idea. Sabía que la chica sufriría en manos de Carlos. Era considerado un hombre despiadado, el cual, desde muy joven tuvo que hacerse cargo de todas las empresas de su familia.
Los padres de Carlos murieron en un accidente... Al no tener más familia, Carlos se tuvo que hacer cargo de cuidar a su hermana Sofía.
Sofía tenía cuatro años cuando quedó a cargo de su hermano mayor. Ahora era una hermosa chica de 18 años, la cual, le encantaba viajar.
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Al otro lado de la ciudad. En una lujosa mansión.
Carlos miraba repentinamente los documentos entre sus manos. Tomó una pluma, y puso su nombre.
Carlos era un hombre de 35 años. Tenía una experiencia extraordinaria en todo lo que tenia que ver con los negocios.
_______ Esto es todo lo que debo firmar. _____ Preguntó Carlos, cerrando la carpeta.
______ Sí... Señor Armendáriz. A partir de este momento es un hombre casado. _____ Contestó, el asistente personal.
Carlos se colocó la argolla en su dedo... Entre más la miraba, no sentía nada fuera de lo común, era como si hubiera hecho otro negocio más.
______ ¿Tienes lo que te pedí?
Carlos colocó su mirada en la pantalla de su móvil, mirando un mensaje de Catalina. Al terminar de leerlo, Carlos apretó el botón de borrar...
______ He hecho mi trabajo como usted me lo ha pedido. Aquí tiene toda la información.
El asistente puso una memoria delante de Carlos. Ahí tenía toda la información que él le pidió.
Como si nada, Carlos agarró la memoria y la arrojó al cajón debajo su escritorio. Luego, le preguntó a Marcos.
_______ Sofía regresa mañana en la noche. Quiero la habitación limpia, y que compren muebles nuevos...
Marcos se emocionó demasiado al escuchar que la niña Sofía regresaba. La chica llevaba años fuera de la ciudad, y solo regresaba una vez al año, y era cuando Carlos cumplía años.
_____ Ahora mismo, pondré a las empleadas a arreglar la habitación de la niña Sofía.
Carlos levantó un poco la mirada fría.
______ Sofía no viene sola. La abuela Tania viene con ella...
El asistente comenzó a sentirse mareado. Tragó saliva y dijo con dificultad.
_____ ¿No estaba muerta?
Al segundo después, se arrepintió de decir en voz alta lo que pensaba.
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