Las palabras eran interminables, copiar dos páginas de un libro en menos de quince minutos era casi imposible, el receso sería pronto y la mayoría se esforzó por terminar.
El dicho 'por culpa de uno pagan todos', se aplicaba muy bien en este caso, por culpa de un compañero que causó un alboroto dentro del salón de clases, ahora todos arriesgaban su tiempo de descanso.
La maestra estaba de pie observando como trabajaban todos, se veía cansados, algunos masajeaban sus muñecas debido al calambre por escribir demasiado rápido y otros simplemente se dieron por vencidos.
Solo uno se esforzaba por terminar, no había detenido su lápiz ni por un momento.
Justo antes de que sonara el timbre del receso, el estudiante se acercó a la maestra y le entregó su trabajo ya terminado.
"Puedes salir"
Con el permiso de la maestra, el estudiante salió del salón de clases con cuidado para no molestar a nadie, cerró la puerta y en cuanto llegó al pasillo, empezó a correr apresurado, quería conseguir el mejor lugar para poder observar mejor.
Al igual que él, varios estudiantes entre hombres y mujeres rodearon la cancha de baloncesto, la mayoría omegas, como él.
El equipo de baloncesto de la escuela secundaria era muy popular entre los estudiantes al estar conformado solo por Alfas.
Cuando practicaban en la cancha, siempre tenían una gran audiencia de admiradores, algunas chicas y chicos traían pancartas con el nombre de su jugador favorito, también traían bebidas, toallas y algunos aperitivos.
Naím estaba entre ellos, pero al contrario de la mayoría, él vino a ver el juego, el baloncesto era una de sus mayores pasiones.
Con el sonido del silbato del entrenador, el juego dio comienzo; al escuchar el rebote del balón, la emoción que generaba en Naím, era de entrar a la cancha a jugar.
Un tiro de tres puntos se realizó en cuanto empezó el partido, viendo la facilidad con lo que lo hacían, era algo que Naím envidiaba de ellos.
"¡LOS AMAMOS EQUIPO!"
"¡JAMES ERES EL MEJOR!"
"¡AXEL ERES EL MEJOR!"
"¡VAMOS EQUIPO!"
Los gritos y porras no se hicieron esperar, eran gritos ensordecedores, pero no distraían la concentración de Naím al ver el juego.
El partido de entrenamiento terminó con un empate entre ambos equipos, las clases iban a empezar pronto y como Naím se quedó a ver el juego hasta el final, no pudo ir a comer nada a la cafetería, pero tenía el sandwich que su papá le había preparado y lo comería al volver al salón.
"Toma"
El paquete de sandwich apareció frente a él.
"Siempre sales sin importarte nada, tu papá estaría triste al ver que dejaste el sandwich que te preparó con tanto amor"
"Gracias"
Para Naím ver el entrenamiento era importante, el equipo de baloncesto entrenaba en la cancha dentro de la escuela la mayor parte del tiempo, las veces que salían a jugar afuera no eran muchas, por lo que siempre se apresuraba a verlos olvidando todo, era Dylan el que le alcanzaba su almuerzo casi siempre.
"Vamos por algo de beber, comí demasiado rápido, apenas pude terminar de copiar el libro y no tomé nada", dijo Dylan llevando a Naím arrastrandolo, mientras él comía su sandwich.
Mientras volvían al salón de clases, un grupo de personas salió de la cafetería imterponiendose en su camino, dos omegas al lado de un grupo de alfas eran casi invisibles.
"Pasen primero, pequeños"
Al oír la voz de uno de ellos, los demás se dieron cuenta de su presencia y se apartaron cediéndoles el paso, había dos edificios dentro de la escuela, donde omegas y alfas estudiaban por separado, solo la cafetería, las canchas y el patio eran lugares donde podían convivir.
Al ser llamado 'pequeño', Naím se molestó, era una de las palabras que menos le gustaba cuando se referían a él, no le importaba que se tratara del equipo de baloncesto, el hecho de ser llamado de esa manera, era molesto.
"No somos pequeños, somos tamaño promedio, el problema son ustedes, que son demasiado altos"
Después de terminar de hablar, Naím se fue agarrando a Dylan, no era una persona que hablara con desconocidos fácilmente, pero no iba a permitir que lo llamaran pequeño.
"Nos vemos muchachos", dijo Dylan mientras era llevado y lanzado un beso en dirección a esos alfas.
"Eres un coqueto"
El regaño de Naím se escuchó por el pasillo y al siguiente instante, la risa de todos en el equipo de baloncesto llenó el lugar.
"Tan tiernos"
...****************...
De camino a casa, Naím pasó por su tienda favorita, era su favorita porque vendían tarjetas y accesorios de sus jugadores favoritos, había varios de colección que eran demasiado caras, con el dinero que tenía ahorrado pudo comprar uno dentro de su presupuesto.
El vendedor lo conocía desde hace tiempo y siempre le regalaba una pequeña pegatina junto con su compra.
"Hoy no hay pegatinas, pero tengo algo mejor que te gustará", dijo el vendedor sacando algo de una pequeña caja.
"No se moleste, no es necesario"
"Eres uno de mis clientes frecuentes, personas como tú ayudan a mantener mi negocio, así que tómalo como una muestra de agradecimiento y no te sientas mal al recibirlo, porque es un regalo que mande a hacer para todos mis clientes"
Sacó un pequeño llavero y se lo dio, el llavero tenía una pelota de baloncesto de metal y atrás tenía escrito su nombre.
Naím sonrió alegremente y lo colocó de inmediato en la cremallera de su mochila.
"Gracias"
Salió contento de la tienda con su nueva tarjeta y un llavero colgando de su mochila.
Mientras volvía caminando, pudo ver a alguien jugando en la cancha del parque, era uno de los estudiantes del equipo de baloncesto, si recordaba bien, su nombre era Axel.
Naím se acercó con curiosidad, al parecer estaba solo, pero después de un rato apareció alguien sosteniendo unas bebidas, era una muchacha de su misma clase, Naím la reconoció porque era una de las chicas más bonitas de su salón.
Decidió que lo mejor era alejarse y no ser visto, además no le incumbía lo que pasara entre ambos.
Las paredes de la habitación estaban llenas de posters de los equipos y jugadores favoritos de Naím, en las repisas aparte de los libros, las revistas de baloncesto ocupan una parte de ella y lo más preciado guardado cuidadosamente, eran sus tarjetas coleccionables.
Cada mañana antes de ir a la secundaria, Naím observaba con orgullo sus preciados tesoros.
Era bueno en sus estudios, así que sus padres le tenían permitido asistir a ver los partidos que organizaban algunos equipos en la cancha cerca del parque.
"No olvides comer, no puedes quedarte con hambre por ver un entrenamiento"
Después del desayuno, su papá le encargó muy bien que comiera y como era costumbre, siempre le enviaba un sandwich por si acaso.
"Hoy no hay entrenamiento afuera, así que comeré en la cafetería"
"De acuerdo, entonces si no tienes hambre, dale el sandwich a Dylan"
Si no fuera por Dylan, tal vez su hijo no se acordaría de comer, por eso hoy le envío dos para que lo compartiera con él.
"Ten cuidado en el camino, ¿no quieres que te lleve?"
Su padre ya se había retirado de la compañía en la que trabajaba para pasar tiempo con su familia, pero como era el dueño, aún trabajaba desde casa de vez en cuando, para él y su papá, Naím era su pequeño tesoro, solo tuvieron dos hijos, el mayor ya estaba casado y Naím había nacido después de muchos años cuando pensaban que ya no tendrían más hijos.
"No te preocupes padre, puedo hacerlo solo"
Solo tenía que caminar un poco hasta la parada de autobús y llegaría a la escuela después de dos paradas, no era demasiado lejos.
"Ya me voy"
Despidiéndose de sus padres, Naím salió de casa, el clima era bastante agradable para caminar.
...****************...
Las clases de hoy eran aburridas, pero después del receso tendrían la clase de deportes, lo que los animaba a soportar el tiempo restante.
Además, el boletín de notas sería entregado hoy antes del receso.
"Estoy seguro de que mis notas no serán tan buenas"
Dylan se sentaba un asiento delante de Naím, siempre volteaba para conversar con él cuando no había deberes.
"No seas tan pesimista", dijo Naím dándole un pequeño golpe en la cabeza con la goma de borrar.
"Para ti es fácil decirlo porque siempre sales bien, tu única rival es la señorita presuntuosa"
En la fila de adelante, un grupo de chicas reían mientras conversaban, entre ellas estaba Rosie, una de las chicas más bonitas del salón, era ella a quien Naím había visto el otro día junto a Axel, y también la señorita presuntuosa de la que Dylan hablaba.
"En verdad no me agrada, estoy feliz de que puedas ganarle siempre"
A Dylan no le agradaba Rosie desde que estuvieron en el mismo salón hace dos años, siempre decía que una hermosa rosa venía con espinos.
Justo en ese momento entró el profesor encargado de repartir los boletines, todos se quedaron en silencio esperando a ser llamados.
Poco a poco, todos fueron llamados a recibir sus notas, cuando llegó el turno de Naím, el profesor lo miró orgulloso.
"Felicidades, volviste a tener las mejores notas"
Su voz no fue demasiado fuerte, pero como el salón estaba en silencio, todos pudieron escucharlo.
Naím solo asintió y volvió a su asiento bajo la mirada de todos.
"Te lo dije, estoy muy orgulloso de ti", dijo Dylan contento.
Cuando fue su turno, volvió sin mirar sus notas, Naím le arrebató el boletín de sus manos para mirar y se lo devolvió después.
"Yo también estoy orgulloso de ti"
Al ver que Naím le sonreía feliz, Dylan tuvo el valor de ver sus notas.
"Gracias, gracias, que alivio, que alivio"
Besando el boletín de notas, Dylan respiró tranquilo. La entrega de los boletines terminó y pudieron salir al receso.
Un ligero aroma de perfume llegó a los sentidos de Naím, cuando se disponía a salir, Rosie se puso delante de él con su hermosa sonrisa.
"Solo quería felicitarte por obtener el mayor puntaje del salón"
Agitando su largo cabello, le sonrió a Naím y se fue con sus amigas después de hablar.
"Es la primera vez que viene a felicitarte y no me pareció sincera"
Naím pensaba lo mismo que Dylan, pero decidió dejarlo de lado.
El menú de la cafetería fue un gran consuelo para aquellos que no salieron bien en sus notas.
El lugar era bastante animado, como se reunían todos los días aquí para comer, la amistad entre alfas y omegas había crecido.
"Está delicioso", dijo Naím comiendo, el menú de hoy era pasta, algo que le gustaba mucho.
Al contrario de los demás que compartían mesa, un grupo de omegas aún se quedaban en una sola mesa, entre ellos Naím y Dylan, era más cómodo para ellos.
"Mira quien está ahí"
Dylan le señaló con la cabeza para que mirara en una dirección, Naím volteó a ver, en una mesa estaban sentados los del equipo de baloncesto y en el mismo lugar se encontraba Rosie con su grupo de amigas.
"Se ven muy cercanos a pesar de que es la primera vez que los veo juntos", dijo Dylan estirando el cuello para ver mejor.
A Naím no le interesaba y continuó comiendo e hizo que Dylan también terminara de comer y le dio los sandwiches que su papá le había enviado.
En la clase de deportes, después de cambiarse, empezaron a trotar alrededor de toda la cancha, pensaban descansar y jugar durante la clase, pero ahora se encontraban más cansados.
"Creo que preferiría pasar clases de matemáticas"
Dylan ya no podía más, además el sol brillaba intensamente hoy.
"Ya no falta mucho"
Solo faltaban dos vueltas, Naím lo animo para que continuara, diciéndole que luego de terminar le compraría algo.
Mientras Naím trotaba, de repente tropezó con algo y cayó al piso raspándose la rodilla y la palma de su mano al tratar de sostenerse.
"Como lo siento, no era mi intención"
No había necesidad de mirar para saber de quién se trataba, era la misma voz que lo felicitó más temprano, Rosie.
"¿Por qué no miras bien por donde corres?", le dijo Dylan molestó mientras ayudaba a Naím a levantarse.
"Fue un accidente y ya me disculpé", con una voz chillona, Rosie replicó angustiada.
La rodilla de Naím tenía un gran raspón y ya empezaba a sangrar, se veía doloroso.
"Pero mira lo que hiciste, ¿crees que esto se arregla con una disculpa?"
Dylan también sintió dolor al ver la rodilla de Naím, estaba realmente molesto.
"No fue intencional"
Con los ojos vidriosos, apuntó de llorar, Rosie llamó la atención de todos.
Cuando los demás vieron lo que sucedía, se asustaron al ver la herida de Naím y llamaron al profesor.
Algunos se acercaron a consolar a Rosie diciéndole que no era su culpa.
"En cierto grado, si tienes la culpa, estábamos trotando, no corriendo y no entiendo como fue que tu pie apareció de repente delante mio"
Naím que había estado en silencio, la confrontó, él claramente sintió cuando metió su pie apropósito.
En todo este tiempo, ambos nunca habían cruzado palabras a pesar de estar en la misma clase, por lo que Rosie no conocía ese lado de Naím, además no era alguien que destacara en clases por hablar mucho y no se metía en problemas con nadie, ella pensó que iba a quedarse callado, pero no fue así.
Es más, estaba muy molesto.
"No fue un simple accidente, claramente metiste tu pie"
"No, no fue así, no puedes culparme de esa manera", dijo llorando más.
Las personas alrededor no sabían que hacer, ni a quien creer porque no vieron nada, tanto Naím como Rosie, eran personas que no se metían en problemas.
"Cómo puedes comportarte así cuando ya te pidió disculpas", fue una de sus amigas quien salió a defenderla.
"¿Acaso no vez como estoy?, tengo motivos para estar enojado"
Naím miró su rodilla que sangraba y también la palma de su mano, fue una caída fuerte.
"Pero ya te pidió disculpas, ¿por qué tienes que armar tanto escándalo?", otra de las amigas de Rosie la defendió otra vez.
Rosie empezó a llorar más sin saber que hacer, esta situación se había agravado más.
"¿Por qué no puede armar un escándalo?, no fue un accidente, ustedes también lo vieron"
Dylan vio claramente cuando ellas vinieron corriendo en grupo, si lo que pretendían era dejarlo pasar como si nada, ellos no iban a dejar este tema así, ni quedarse callados.
Con la acusación de Dylan, las amigas de Rosie empezaron a gritar culpándolo de mentiroso, Dylan y Naím no se quedaron callados y también contestaron.
Cuando el maestro vino apresurado junto con los estudiantes que fueron a llamarlo, la situación ya era un caos.
Al ver herido a Naím, lo llevó de inmediato a la enfermería.
"Los demás vuelvan a clases y los involucrados vayan a mi oficina"
Siguiendo las instrucciones del profesor, todos volvieron al aula, solo Dylan, Rosie y sus amigas, fueron a la oficina del profesor.
Por suerte, la herida no era profunda, pero era una fea herida, la enferma le dijo que debía colocarse una crema para que no dejara cicatriz y que le pidiera a sus padres que lo compraran.
Era preciosamente eso lo que Naím quería evitar, que sus padres se enteraran, sabía como eran ellos y no quería que vinieran a armar un escándalo.
Después de ser curado, fue llevado a la oficina del profesor y dijo lo que había sucedido.
"No fue así, no fue mala intención, ¿por qué sigues mintiendo?"
Los ojos de Rosie ya estaban hinchados por haber llorado tanto.
"No soy un mentiroso, metiste tu pie apropósito", dijo Naím dirigiéndose a ella, no podía estar de pie, así que tuvo que permanecer sentado.
"Así es, ella vino corriendo tras nosotros junto con sus amigas", dijo Dylan señalándolas.
"No es así"
"¿Por qué mientes?"
La discusión volvió a empezar hasta que el profesor les ordenó que se callaran.
"No vamos a llegar a ningún lado si siguen gritando de esa manera, es la palabra de uno contra el otro"
El profesor suspiró, era difícil decir quien decía la verdad.
"Si fue o no un intencional, su compañero resultó herido, tienen que tener más cuidado y prestar más atención por donde van, lo cierto aquí es que, le deben una disculpa a su compañero, porque fuera de todo, esto fue causado por su descuido"
Sin tener otra alternativa, Rosie se disculpó con Naím, sus amigas también lo hicieron después de ella.
"Ustedes también"
El profesor les pidió a Naím y Dylan que también se disculparan y antes de que Dylan pudiera refutar, el profesor lo detuvo.
"Ambos lados se atacaron verbalmente, son compañeros de clases y tendrán que convivir hasta que se gradúen, es mejor llevar las cosas con tranquilidad y en paz"
Aunque renuentes, ambos terminaron disculpándose también.
Naím se quedó a esperar a que sus padres lo recogieran mientras los demás volvieron a clases, Dylan trajo sus cosas y esperó junto a él.
Cuando sus padres llegaron, su papá vino corriendo y lo examinó por todas partes, su padre después de cerciorarse que su hijo estaba estable, fue a hablar con el profesor.
"Estoy bien papá, ya solucioné el problema, quiero ir a casa y descansar"
Naím le pidió a su papá que trajera a su padre y que se fueran, no quería causar más problemas.
"De acuerdo, pero iremos al hospital para que te revisen"
Naím asintió sin quejarse, sabía que sería inútil negarse.
Después de que su padre terminó de hablar con el profesor, salió molesto, cargó a su hijo y lo llevó directo al hospital.
Cuando su papá vio la herida de Naím, casi le da un infarto, él había cuidado muy bien a su hijo para que después lo lastimaran de esa manera.
En el camino a casa, Naím habló con sus padres al verlos en silencio.
"En verdad estoy bien, no se preocupen, además soy muy fuerte y me encargué de resolver el problema en ese mismo instante"
Con una sonrisa, Naím trató de calmar el corazón preocupado de sus padres.
"Tienes razón, fuiste muy valiente"
Su papá fue quien habló primero y su padre sonrió al escucharlos.
"Sí, es verdad, mi hijo fue muy valiente, compremos una pizza para comerlo en casa"
La familia de tres, volvió a casa para disfrutar de una rica pizza.
...****************...
Hasta que Naím pudo caminar mejor, su padre lo llevaba todos los días a la escuela, y al recogerlo, lo llevaba por su tienda favorita, Naím compraba sus tarjetas con el dinero que ganaba por hacer algunos trabajos por Internet, no se lo pedía a sus padres porque quería hacerlo él mismo.
Lo ocurrido en la cancha no volvió a mencionarse, ni Rosie volvió a acercarse a Naím, las cosas volvieron a la normalidad.
Y como era habitual, Naím se quedaba a ver los entrenamientos durante el receso, el partido contra otra secundaria sería la próxima semana, como Naím estaba herido de la rodilla, no pudo quedarse en la salida a verlos, pero ahora estaba mejor y se quedó a ver el entrenamiento.
Junto con él, había unos cuantos estudiantes que también se quedaron en la salida para ver entrenar al equipo.
Como el sol era abrasador, el entrenador decidió que continuarian el entrenamiento en la cancha de adentro, Naím los vio entrar a la escuela, dudó por un momento y los siguió.
Los demás estudiantes entraron a la cancha sin problema, pero Naím se quedó afuera tratando de mirar el entrenamiento.
"¿Por qué no entras?"
Download MangaToon APP on App Store and Google Play