Dos personas caminaban a través del edificio y conforme avanzaban, la gente se apartaba de ellos con miedo y preocupación.
El hombre, quien lideraba la marcha, tenía el ceño fruncido y sus ojos color miel irradiaban frustración.
La mujer, quien le seguía de cerca a tan solo dos pasos, parecía un poco preocupada, mirando cada tanto al hombre delante de ella.
—Señor... —un joven de 26 años se acercó a ambos con paso apresurado
El hombre de cabello negro, con la ceja alzada y con la mirada neutral, miró a su secretario correr a su encuentro —¿Qué? —pregunto en seco
La mujer sonrió por lo bajo, bien sabia que él estaba frustrado porque se levantó tarde y no había podido desayunar como se debe.
—La ju-junta... —balbucea el asistente cuyos ojos azules no querían mirar de frente a su jefe —Se va a adelantar.
La mujer perdió la sonrisa de pronto y miró con preocupación al asistente, eso no se lo esperaba. —¿Cómo es posible? —pregunto con asombro mientras algunos mechones de su cabello castaño caían sobre su rostro.
—Ah... Algunos accionistas no pueden venir más tarde y la reunión se adelanto. Trate de llamarle pero...
La mujer de ojos color aceitunas apretó los ojos con fuerza y cuando los abrió, el hombre delante de ella, le miró con rudeza.
«Diablos.» pensó ella
El hombre lanza un gran suspiró y se abrocha el traje gris oscuro que vestía ese día —Estaré en mi oficina, llámame cuando los...
—Se-señor... —murmuró su asistente, rascando su cabeza con nerviosismo —Los accionistas ya están en la sala de juntas.
La mujer trago saliva con fuerza.
—Bien. —ladro el hombre y estiro la mano para que su asistente le diera los documentos que tenía de la junta —Diles que voy para ahí...
El asistente con una leve reverencia a su jefe, salió de su presencia casi corriendo despavorido.
—Co-comera después... —murmuró la mujer mientras jugaba con las cintas del vestido que llevaba puesto
—He llegado atrasado, por no decir muy tarde señorita Buller. Esperaba más profesionalismo de su parte al pedirle que viniera temprano a verme...
La mujer arrugó la nariz, no le gustaba ese tono, pero se lo aguantaría por ahora. —Perdón, lamento haberlo atrasado con la entrevista. —con una reverencia, ella se disculpo
—Bien, buen día. —respondió el hombre con la misma sequedad que a su secretario y se alejo de ella
—¡Señor Park! —la mujer corrió tras él pero se detuvo a milímetros de chocar con su espalda —Puede... —balbuceo —Puede que haya llegado tarde pero... La entrevista aún no termina.
—No pienso perder más tiempo con una revista de chisme. Será en otra ocasión...
«Oh, no.»
—Usted me cito aquí, ¿ahora piensa retractarse?
La gente a su alrededor empezó a murmurar por el tono elevado que empezaba a surgir entre ambos.
La mujer alzó una ceja y le miró con reto mientras el hombre frente a ella trataba de ocultar su sonrisa.
—Bien, que mi asistente le lleve a mi oficina.
La oji aceituna asintió y antes de dar un paso hacia atrás el hombre la detuvo del brazo para que no se moviera mientras se acercaba a ella con lentitud.
—Que Memo pida el desayuno... —le susurro por lo bajo y al soltarla, se volvió a acomodar el saco —Y no me haga perder más tiempo. —atacó en voz alta
La mujer apretó los labios para evitar responderle, lo que causó gracia en el hombre quien alzando una ceja, entro a la sala de juntas.
Cuando las sillas dentro chirriaron al ser empujadas hacia atrás, ella pudo soltar el aire que tenía acumulado.
—Señorita Buller. —el asistente del señor Park se acercó a ella —Venga conmigo...
Asintiendo, la mujer siguió a joven de cabello castaño oscuro, dos tonos más chocolate que el de ella hasta el elevador de la empresa.
Cuando ambos están dentro, los dos, casi de manera perfectamente coordinada, lanzan un suspiro.
Con esto, se daba a entender que no era la primera vez que algo así sucedía en la empresa.
—Señora Park... —balbuceo el joven
—Ish... —siseo la mujer ladeando la cabeza como si esa frase le causará dolor de cabeza —Memo. —le reprendió —Que no me llames así, no aquí.
—Perdón mi señora... —la mujer rodo los ojos, Guillermo era incorregible —Pero el señor Park estaba muy enojado. ¿La metí en problemas?
Cuando las puertas del ascensor se abrieron la mujer encabezó la marcha hacia la oficina de Dion Park —Tina, Memo... Tina. —le recordó —Llamame así... Y no, no me metiste en problemas. El señor Park esta irritado porque no pudo desayunar ésta mañana y además, al salir tarde, nos enfrentamos al tráfico matutino. —Tina, tomó el picaporte de la puerta —Lo que me recuerda... Estaré trabajando en la computadora de Dion y luego me iré a la revista. Por favor, pídele algo para desayunar y lleváselo.
—¿Y-yo? —palidecio el joven
La ojo aceituna parpadeo incontables veces —¿Siii?
El peli castaño suspiró —Bien. —refunfuño
—Gracias. —sonrió la mujer triunfante, realmente no tenía ganas de tratar con Dion Park ahora
—¿Qué le pido?
—Ah... Huevos revueltos con tocino, café y pan tostado le vendría bien... —medita la mujer —¡Ah! Y...
Memo chasqueo los dedos —¿Fresas?
Tina sonrió —Eres el mejor. —dicho esto, cerró la puerta
Acercándose al escritorio que había en la oficina donde se encontraba, la peli castaña corrió la silla y sentándose frente a la computadora de escritorio la enciende.
..."Contraseña"...
Tina teclea la misma contraseña de siempre: 181021
Cuando la computadora le da la bienvenida, ella se pone a trabajar en el último reportaje que le habían asignado.
Su último jefe había sido despedido y ahora, su nueva jefa solo le tenía dado un trabajo.
Entrevistar a Dion Park.
Sin embargo, cuando se requería personal para otras entrevistas, entonces la ocupaban a ella.
Y esa era la razón de estar editando la entrevista que le había hecho a una cantante, ya que su jefa no sólo le permitía ir a las entrevistas sino, editarlas.
Pero, su laptop estaba en reparación y Dion solo tenia la suya en la oficina así como su computadora de mesa. Si bien, no podía quitarle su laptop al menos podía trabajar en la de escritorio.
Si podía, evitaba ir a 'Dominion' pero en este caso, era necesario.
Su laptop saldría mañana así que aceptaría los chismes que hoy se hayan formado como su acosadora ante su reciente aparición en la empresa.
Tampoco podía trabajar en la revista porque la entrevista a la cantante sería publicada hoy y tendría que llegar con ella ya editada.
Así que trabajo en ella por la siguiente media hora. Esperaba terminar antes que Dion Park acabase su junta... No tenía ganas de lidiar con él, sobre todo cuando estaba mal humorado.
—¡Si! —se estiró cuando al fin terminó
Imprimió su edición final de la entrevista y la guardo en un sobre. Antes de apagar la computadora, sonrió y dejó escrito una nota en ella. Cuando termino, entonces si apago el aparato y guardo todo.
Su cabeza fue lo primero que asomo por el pasillo, Tina busco alrededor a alguien que la pudiera ver salir de la oficina pero como no aparecía nadie, decidió cerrar la puerta rápidamente y correr al elevador.
Dentro, una vez sana y salva, suspiro. Mirando la carpeta que tenía entre sus manos sonrió, había terminado a tiempo.
Las puertas del elevador se abrieron en el primer piso y sin pensarlo, se dirigió a la puerta principal del edificio.
Ya le diría al señor Park que ante su atraso en la junta y al tener ella tanto trabajo no se podía quedar a esperarlo.
«Si, será lo mejor»
—Señorita Buller... —Memo se acercó a ella con paso veloz y con la cara pálida
—¿Qué... Qué tienes?
—El señor Park quiere verla en la sala de juntas.
«Maldición»
—¿Le dijiste que aún estaba aquí?
El asistente afirmó con la cabeza —Si, como aún no se había ido le dije que si.
—Pu-pues... Dile que tuve que irme de emergencia. —la oji aceituna sonrió y con prisa se dirigió a la salida
—¡Eso... —Memo le siguió con paso apresurado también —Eso no podrá ser... El señor Park me especifico que si intenta huir del edificio lo mandase a cerrar.
—¿Qué? —Tina se detiene en seco, mira la entrada principal y en ella, hay dos guardias a cada lado de ésta —¿Es en serio?
—Él sabe que no deseará causar un escándalo.
La peli castaña lanza un suspiro de frustración «maldito egoísta»
—Bien, tarde o temprano tenía que enfrentarme a su mal humor. —sacando la carpeta de su bolso se lo extiende a Memo —Hazme un favor querido, entrega este documento a Andrea Luna en mi trabajo. ¿Puedes? Algo me dice que llegare tarde...
—Claro que si mi se... —aclarandose la garganta, el asistente se auto corrige —Señorita Buller.
—Gracias...
Tina se dirige a la sala de juntas que tiene la empresa en la primera planta junto al departamento de recursos humanos.
Ya había visitado Dominion incontables veces y lo conocía casi como la palma de su mano.
Así que cuando está frente a la puerta de la sala, se detiene unos segundos a tomar aire y prometerse qué, pase lo que pase, no apuñalaria a Dion Park.
Tocando la puerta, asoma la cabeza dentro —¿Me llamaba? —dentro, no había nadie salvo Dion Park sentado en su silla, leyendo unos documentos
El desayuno que le pidió a Memo llevarle incluso ya estaba servido sobre la mesa, pero parecía que él no había tocado nada.
—Pasa. —ordena el peli negro sin despegar la mirada de los documentos que tiene en mano
Armandose de valor, Tina entra a la gran habitación, se acerca a él y se mantiene de pie a su lado —¿Necesitas algo? Tengo que irme a la revista cuanto antes. —pero Dion Park solo lee sus documentos
Evocando todos los métodos de relajación y respiración que ha aprendido, Tina espera no golpear al hombre frente a ella.
—Bien, me reti...
—Come. —le ordena Dion Park
—No es necesario, yo ordene esto para ti. Yo comeré algo en la revista pues voy a llegar tarde.
Dion analiza un documento de otro —Eso te pasa por trasnocharte.
Tina abre la boca como pez fuera del agua en un intento de refutar esa idea, pero lo único que le sale es una queja —¡¿Yo!? Eso no... —conteniendo su irá, bufa —Ya me voy, buen provecho.
Dándole la espalda, Tina Buller da un paso con la intención de salir de aquella habitación e irse a trabajar. Sin embargo, Dion Park no pierde tiempo y rápidamente rodea su cintura para hacerla retroceder.
La peli castaña da un traspié ante esa acción y cae sentada sobre las piernas de Dion Park. Cuando sus sentidos vuelven en si, le lanza una mirada de irritación —¡Eh! Eso...
El peli negro se inclina a ella y tomándola del mentón, le deposita un beso fugaz —Come algo, debes estar hambrienta porque tampoco desayunaste y estoy completamente seguro de que no comerás nada en el trabajo con tanto que hacer.
El sonrojo de la Tina es evidente, su corazón late como loco ante la acción de Dion Park —So-sólo si admites que fue tu culpa el haber llegado tarde.
Dion sonríe con una ceja levantada mientras pasa su dedo pulgar sobre los labios de la oji aceituna —Si eso hace feliz a mi esposa, entonces acepto ser el culpable de llegar tarde hoy.
Tina rueda los ojos y aparta su mirada de aquellos ojos llenos de lujuria de su esposo —I-idiota... —balbucea
Casi de un salto, Tina se sonroja al sentir el aliento de Dion en su cuello.
—¿Acaso anoche era un idiota en la cama? —pregunta el peli negro en susurros mientras le deposita un beso a su mujer en el cuello
Irguiendose y apenada, Tina se cubre el rostro con las manos —¡Ca-callate!
De pronto, sobresaltando a ambos, la puerta se abre de golpe.
—¡Señor! —Memo asoma detrás de ella —Ah...
Tina le mira más apenada que nunca y Dion con enojo.
—¡Pe-perdón! —balbucea —¡No los molesto más! —dicho esto, desaparece de nuevo, dando un azotón con la puerta
—Imprudente... —sisea Dion —Debería despedirlo.
Lanzando una carcajada, la peli castaña se levanta de las piernas de su esposo —Me agrada... —sonríe —Es lindo... —comenta mientras se acomoda su vestido
Dion Park le toma de la mano, logrando que la oji aceituna le mire —¿Y yo? —pregunta mientras besa sus nudillos —¿No lo soy?
Colocando los ojos en blanco, la castaña le responde —Eres exasperantemente adorable.
Feliz de la respuesta, el peli negro la suelta y alejando los documentos que leía, atrae su plato del desayuno junto a él —Ven...
Resignada, Tina sabe que si no desayuna con él, Dion no la dejará salir...
Caminando, se coloca a su lado derecho y tomando asiento, atrae su plato también para comer —¿Cómo te fue en la junta? —pregunta la oji aceituna
Dion levanta la mirada de su plato y la mira —¿Realmente quieres saber? —pregunta un tanto divertido
Encogiendose de hombros, la castaña responde antes morder su pan tostado —Resumelo, tal vez así pueda usarlo para un titular.
Levantando una ceja, el oji miel sonríe —¿Deseas hacer de mi vida un titular?
—Dependerá de que aspecto sea...
Dion hace un mini puchero —¿Cuándo le dirás al mundo que estamos casados?
—Nunca.
—Ah... —se lamenta él
Tina sonríe —Ya lo hablamos... —comenta mientras toma una fresa con chocolate
Dion Park le sujeta de la muñeca donde ella tiene sostenida la fresa y la lleva a sus labios donde, sin dejar de mirar a su esposa, muerde la fruta. Esa acción, sonrojan a la castaña.
—Gracias...
—N-no era para ti —refunfuña la oji aceituna
Él sonríe y tomando una fresa también, se la tiende —Aquí tienes...
Alzando una ceja, no muy convencida de su acción, pregunta —¿Ya no estás molesto? —cuando Dion sacude la cabeza, ella se inclina hacia él y muerde la fruta. Su esposo la sujeta del cuello y la besa rápidamente —¡Eh! —Tina se aleja de él rápidamente, ocultando su sonrojo
—Ahora si, ya no estoy molesto.
Tina sacude la cabeza con una sonrisa en el rostro. Dion Park era demasiado tierno y lindo cuando hacía cosas así, de manera improvisada. Sin embargo, ella estaba consciente de que él solo era así con ella.
Para el resto de las personas, Dion Park era una persona sumamente seria y en ocasiones, fría.
Llevaban un año y medio de casados y ella aun tenia mucho que aprender sobre él y su manera de ser, pensar y expresarse.
Tina era una periodista y él, como hasta ahora, es el CEO de una de las mejores cadenas de hoteles de alto renombre a nivel internacional.
Ambos se habían conocido en una entrevista, a Tina le habían asignado entrevistar a Dion Park y aunque la entrevista nunca se concreto, algo si se creo ese día... Su matrimonio.
Un año después, ahí estaban, desayunando juntos.
No había sido para nada un camino fácil, pero hacían lo mejor que podían.
En medio del silencio de los pensamientos de ambos, el celular de la castaña empezó a sonar con ímpetu, así que dejando un momento su comida y tomando el aparato en manos, confirmo quien era —Uff... —Tina suspiró, respondió y colocó la llamada en alta voz —Si Andrea, dime...
—¿¡Dónde estás!? Solo me mandaste el escrito pero aún falta mandarlo a edición y no puedo con todo sola, saldré dentro de poco a una entrevista y la jefa quiere verte.
Tina mira de reojo a su esposo, quien no reacciona ante las palabras de la mujer ni se muestra interesado en lo más mínimo de su conversación —Estoy desayunando con Dion Park.
—¿¡QUÉ!? —la mujer casi se atraganta al entonar esa pregunta —¿Cómo es posible? Dion Park huye al verte, ¿cómo lo convenciste?
—No fue nada sencillo, creeme... —responde la castaña evitando reírse cuando Dion alza una ceja pero sigue comiendo si decir nada —Tal vez pueda convencerlo de hacer al fin una entrevista grabada con nosotros... —murmura la oji aceituna, ganándose una mirada de reojo de su esposo quien aún así, no dice nada
Del otro lado se escucha movimiento —¿En serio? ¡Joder, sería perfecto! La revista ha querido hacerle una entrevista desde hace años, bien sabes que ninguna ha podido hacerlo luego de su éxito en Londres. —chilla feliz Andrea, su mejor amiga —¡Bien bien! Te dejo de molestar y le diré a la jefa en donde estás... ¡Exito!
—Gracias... Nos vemos luego. —Tina sonríe y cuelga llamada
Dion baja de pronto sus cubiertos y mira a su esposa, con una cara de dolor fingida —Así que este desayuno era parte de tu plan.
Tina no puede evitarlo y rompe en una carcajada —¿Astuto, eh?
—Me dueles... —solloza el oji miel mientras sigue comiendo
—¿Y bien? —pregunta ella —Supongo que no lo has considerado aún.
Dion la mira de reojo y traga su porción antes de hablar —¿Una entrevista? —él asiente —Siempre y cuando serás tú quien me entreviste.
Tina baja la mirada a su plato —No creo que me dejen hacer la entrevista grabada, ese es el trabajo de otra área. Además, aún soy una... "novata" para algo como eso.
—Tonterías... —gruñe el peli negro —Haz hecho mejores trabajos que las personas que llevan años trabajando ahí.
La castaña toma su vaso de jugo y levantado una ceja, comenta antes de beber de el —Bueno, mi primer gran fracaso fue cuando vomite delante del magnate hombre de negocios Dion Park y la entrevista fue cancelada.
Dion se carcajea ampliamente, logrando que su esposa, también se sienta más relajada.
Cuando él logra calmarse, la mira con un brillo en los ojos realmente adorable, según Tina, brillo que pocas personas han podido ver en él.
—Lo recuerdo bien... —dice al fin —Ese traje era de mis favoritos... —se encogió de hombros —Realmente no me importó perderlo, después de todo, gracias a eso te conocí.
La oji aceituna le escanea con la mirada. Hoy se veía aún mejor que otros días, y su piel blanca contrastaba perfectamente con el traje gris oscuro que llevaba puesto ese día.
Tina, alza una ceja divertida —Lamento que hayas perdido tu traje favorito. —dice con mofa, claramente sabe que él prefiere los trajes negros sobre los azules y justo era en esos tonos el que llevaba aquella mañana
El peli negro, de pronto pierde la sonrisa y baja un tanto pensativo la mirada al plato que tiene delante de él.
—Yo... —balbucea la peli castaña
—Tienes razón, arruinaste un traje muy caro, deberías compensarme. —responde de pronto Dion Park, antes de mirarla fijamente con cara de cachorrito mojado
El corazón de Tina se acelera de pronto, así que, levantandose con prisa, se aclara la garganta —S-se me hace tarde, me retiro, gracias por el desayuno. —tomando su bolso, sale de la sala a toda prisa y sin mirar atrás
...[...] ...
El fin de semana ha llegado y luego de tanto trabajo, Dion Park y su esposa, Tina, deciden ir de visita a casa de suegros de esta última a una villa que tienen en el campo.
—¡TINAAAA!
—H-hola...
La madre de Dion rápidamente ha salido a recibirlos y sin perder el tiempo, toma del brazo a su nuera y la arrastra al interior de la casa —¡Hola mi niña! Que bueno que has venido a verme... —solloza falsamente —¿Acaso este animal no te deja venir sola?
Dion entre cierra los ojos —Yo también te extrañe madre.
Ofelia, como se llama su madre, le sonríe —Te adoro hijo perooo a mi nuera hermosa la amo más.
Dion sonríe complacido —Al igual que yo.
De un azotón, la mujer de 50 años, los cuales no aparenta por su excelente físico, sienta en el sofá a Tina —¿Qué te ofrezco querida? ¿Café, agua, refresco, jugo natural? ¿Te? A ti te gusta el té, voy por uno. —chilla de emoción y con premura, desaparece por el pasillo hacia la cocina.
La castaña no puede evitar parpadear perpleja, ante la tanta atención que siempre ha recibido de su suegra, quien la deja sin aliento cada vez que llegan de visita.
Dion se sienta a su lado y lanza un suspiró —¿Estás bien? —pregunta y su esposa asiente rápidamente —Si ya no puedes soportarla me dices y nos regresamos de inmediato. —sugiere él
Tina sonríe —Tu madre es muy linda... Me ama —comenta, sin embargo, su sonrojo es evidente cuando Dion la empuja levemente contra el sofá —E-es...
—Mi madre adora a su hija.
—Incluso más que a su hijo —le sonríe satisfecha
Dion se acerca a ella y le besa el cuello —Me has quitado a mi madre...
—I-idiota, estamos en la casa de tus padres... —murmura apenada mientras le empuja
—No te preocupes... —susurra, restándole importancia
—¡Aquí traigo el té!
Petrificada y asustada, la oji aceituna empuja a Dion al mismo tiempo que su suegra llega a la sala con una bandeja en mano.
—Yo...—balbucea, sin saber que decir con exactitud
Ofelia les mira asombrada —¡No se preocupen! Yo dejó el té para después.
—¡No... —Tina se levanta rápidamente del sofá e intenta detenerla, pero ella ya ha desaparecido de nuevo —Genial... —bufa, sentándose de nuevo
—Te lo dije... —Dion la besa del cuello nuevamente, sacándole un suspiro a la castaña —No te preocupes por ella.
—Maldición... ¿Ahora cómo la veré a los ojos...? —se queja —Deja de besarme.
Dion le sujeta del rostro —Mi mamá desea nietos, en cuanto antes se lo demos, mejor...
—No seas...
Sus labios cubren los de ella, su lengua juega y roza la de su esposa con devoción.
Tina rápidamente le rodea el cuello y se sienta poco a poco a horcajadas en él.
Las manos de su esposo terminan en su cintura y también en una nalga.
—¿Te gusta? —pregunta ella entre sus labios cuando se separan
Él la mira tiernamente, sonrojado —Mi esposa es sexy...
—Bien... —le besa con fuerza antes de levantarse bruscamente —Porque estás castigado. —gruñendo, ella se dirije a la cocina
—¡P-pero... —balbucea con tristeza el peli negro
El resto del día, Tina no puede parar de disculparse con su suegra.
Quien a su vez, no para de fantasear con sus nietos.
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—Linda noche... —Tina se acerca a despedirse de madre e hijo quienes aún están en la terreza tomando café
—¡Hasta mañana Tina querida!
Sonriente, ella se despide con la mano y sube a su habitación.
Dentro de ésta, sin dudarlo corre a la cama y se lanza sobre ella.
La peli castaña está cansada luego de un largo día de aquí para allá con su suegra. Aunque Ofelia prefería que Tina le dijera "madre".
Sin dudarlo, para la oji aceituna, estar con su suegra era más cansado que todo un mes de trabajo.
Y no es que lo odiase, por lo general su suegra tenía un ritmo de vida calmado, pero cuando recibía la visita de Tina, esa rutina cambia al grado de agobiarla un poco.
Sin pensarlo mucho, ella se durmió.
«—¡Ven aquí perra!
—¡No me toques maldito! —forcejeaba la oji aceituna en un intento alejarse de la persona que la arrastra por el piso —¡NOOO!»
Sobresaltada, Tina abre los ojos.
—Tina...
Mirando a la puerta, Dion entra con prisa a la habitación y subiendo a la cama, la abraza —¿Cómo estás? —le pregunta preocupado —Estabas gritando... —comenta —Aquí estoy. —susurra —Lamento llegar tarde...
Aún sintiendo un nudo en la garganta, ella sonríe mientras su esposo no le deja pronunciar palabra, pues susurra cosas lindas durante minutos enteros.
—Estoy bien... No fue tan malo... Lamento haberte asustado. —dice al fin, luego de unos minutos de mimo mientras le mira a los ojos —Ya puedes regresar con tu madre.
Dion la besa —¿Y dejar a mi esposa sola? —pregunta mientras sacude la cabeza a modo de negación
—Tu madre...
—Ya estaba por subir, ahora duerme. Aquí voy a estar...
Tina se recuesta en la cama, ve a Dion colocarse de lado y mirarla a los ojos directamente. —No te quedes así... Duerme también.
—Lo haré, pero hasta que tú lo hayas hecho primero.
Rodando los ojos divertida, ella los cierra.
Pasado unos segundos, Dion pregunta —¿Ya te dormiste?
La peli castaña se ríe —No —habla e intenta dormir
—¿Y ahora?
Tina no le responde.
Él pasa su mano sobre el cabello de su esposa, bien sabe que aquello le relajaba un poco y la hacía dormir rápidamente.
Así que ella, realmente no se dio cuenta de cuando quedó dormida de nuevo.
«—¡Noooooooo!»
—Aquí estoy... —Dion susurra una y otra vez sosteniendo a su esposa entre sus brazos cuando ésta ha despertado de nuevo con un grito de miedo —No voy a dejar que nadie te haga daño. —murmura, besando su sien —Lo juro.
Las lágrimas salen sin detenerse del rostro de la oji aceituna —Perdón... No te dejó dormir...
Dion se levanta un poco con sus codos antes de colocar cada brazo a los lados de su cabeza —Soy tu esposo, uno de mis trabajos es velar por ti incluso mientras duermes.
—Cada vez son más fuertes... —murmura cansada
Dion la besa hasta sacarle un jadeo involuntario —Entonces dejame ayudarte a olvidar ese mal momento...
El calor de su cuerpo cubren a la peli castaña por completo. Tina sabe que Dion puede aparentar ser un conejito indefenso, sin embargo, debajo de esa máscara, es un lobo.
—T-tu ma...
Sus labios jugando con los suyos le sacan un jadeo a la oji aceituna e inevitablemente lo rodea del cuello.
—Relajate amor... —le sonríe él
Tina cierra los ojos cuando la mano de Dion sube por su pierna por debajo de la bata de dormir.
Ella no puede resistirse, es más, ni lo intenta, así que solo se deja llevar...
Al día siguiente, con un abrir de ojos y un bostezo, seguido de un estiramiento, Tina siseo de dolor cuando un calambre recorrió toda su espalda.
Siseando, se toco la espalda.
—¿Dormiste bien? —a su lado, Dion alza una ceja divertido de su actuar
Tina levantó la cabeza y le gruñó —Te odio.
—El mejor método para dormir es hacer ejercicio antes de acostarte.
—Gracioso —gruñó la oji aceituna
Ambos pasaron horas teniendo sexo y por más que la peli castaña le pedía que parasen, Dion no lo hacía.
Para Tina, él estaba loco.
«Maldito lobo disfrazado de oveja indefensa»
—No te levantes, te traeré el desayuno. —Dion le besa su sien
Ella sacude la cabeza —¿Qué dirá tu madre?
El peli negro sonríe y le besa la mejilla —De seguro estará orgullosa de mi
Con una carcajada, ella le pega el pecho —Callate.
Él le agarra la mano y besa la punta de sus dedos. —Te amo
Tina aparta la mirada sonrojada ante su comentario, ¿cómo puede decir eso estando con esa pose? Dion, solo viste de su pantalón y la camisa de su pijama estaría en algún lado del piso.
Dion rodea la cintura de su esposa y su aliento juguetea en su cuello mientras rosa su nariz en su mentón.
—D-debemos bajar a desayunar. —Tina interpuso las manos entre ellos
—Quedémonos así un rato... Tu respiración me relaja.
Ella le mira con asombro —¿En serio?
Él sonríe feliz —Si, igual tus gemi...
Rápidamente ella le cubre la boca con la mano —Callate.
...[...]...
—Tina.
La oji aceituna levanta la mirada hacia su jefa cuando ésta entra a su departamento —¿Si, jefa?
—Habrá una entrevista con Paul Braket y la tomarás. —le entrega la información en una carpeta
Ella asiente —¿Escrita?
—No, iras con Andrea a grabar que será mandada a la radio.
Rápidamente, Tina se levanta de su silla —Claro jefa.
Como era sabido, Tina tenía que lograr una entrevista completa con Dion Park, sin embargo, cuando se requería a más personal. Era mandada ha realizar entrevistas como la de ese día.
Sin perder tiempo, la peli castaña se dirige al escritorio de su mejor amiga, Andrea, quien estaba concentrada en su trabajo
—Ven, vendrás conmigo.
—¿A dónde? —pregunta, sin despegar la mirada de su computadora
—La jefa quiere que entrevistemos a Paúl Braket.
—¿Escrita?
Ella sacude la cabeza —No, así que vamos. Tenemos que hablar con su agente.
Paul Braket era un músico muy famoso. Era difícil dar con él o que su agente concretará una entrevista, así que debían moverse pronto.
—Espera... —susurro su amiga —Ya voy.
—Te veo afuera... No tardes.
Tina se aleja de ella y cuando sale del edificio le marca a Dion rápidamente.
Al segundo toque, responde...
—Hola, esposa mía.
—¿Puedes hacerme un favor?
—Mi esposa no me saluda... —del otro lado se escucha un dolor fingido cuando él habla ahora con voz triste
Suspirando, ella se toca el puente de la nariz, Dion era realmente chantajista —Buen día... —se mofa ella —¿Feliz?
—No —responde él con mimo —¿Y el: Buen día amor?
—Aj... —siseo la oji aceituna —Bien... —refunfuña —Buen día, amor. ¿Feliz?
La carcajada del otro lado, relajan a Tina —Si si, estoy feliz. ¿Qué deseas?
Dion sabía que ella solo le hablaba cuando necesitaba un favor, de lo contrario, él era el que marcaba "pidiendo" o "dando" su tiempo para una entrevista. Así, sería menos sospechoso para todos...
—Paul Braket tendrá un evento en el hotel Cantril donde será modelo para una revista de perfumes.
—Entiendo... —murmura él con desinterés, si no era algo sobre ellos, a Dion no le interesaba —¿Y?
La castaña alza una ceja —Pues el dueño de ambas empresas resulta ser un tal Dion Park.
—Si, lo conozco, ¿Deseas que lo contacte?
«Quiere negociar»
Tina se aguanta un suspiró —Si, por favor, tal vez pueda dejarme asistir a la sesión de fotos y así tener la entrevista con él.
—Ok, veré que puedo hacer. —murmura él —Pero no prometo nada.
Aguantando la risa, ella asiente aunque Dion no pueda verla —Bien, estoy de camino al hotel. —le informa —Me avisas cualquier cosa... —cuelga —Chantajista.
—Estoy lista. —Andrea sale del edificio —¿A dónde?
—Vamos...
.
.
.
—Bienvenidas, el señor Park me ha informado que vienen a una entrevista con Paúl
Tina, extiende la mano para saludar al manager del cantante —Un gusto, sí, somos nosotras... Para no interrumpir me gustaría hacerle la entrevista luego de la sesión de fotos.
El manager sonríe —Claro. Pasen...
—Ah, adelantate Andrea, yo iré luego.
Andrea asiente y sin perder tiempo, la oji aceituna se dirige con cuidado al cuarto de seguridad del hotel.
Y tal como lo supuso, no había nadie más salvo Dion, quien mantenía las miradas en las cámaras de seguridad.
—¿Qué haces? —pregunta ella divertida
Sus ojos, la miran de reojo unos segundos antes de volver a las pantallas —Cuidándote.
Bufando, ella se cruza de brazos y se apoya de espaldas a la puerta —Se artes marciales, ¿lo olvidas? Tú me enseñaste, así que nadie puede hacerme daño.
Alejándose de las pantallas, él camina hacia su esposa con lentitud. Cuando está cerca, la besa y cierra la puerta detrás de ella con seguro.
Colocando las manos a cada lado de su cabeza, Dion murmura con pena —Tuve que ser insistente con el señor Park para que me atendiera.
Tina alza una ceja y le rodea el cuello con los brazos —¿En serio?
Las manos del oji miel, sujetan su cintura—Si, es un hombre difícil.
—Oh, mi cachorrito fue intimidado.
—Jamás. —gruñe
Ella sonríe —Orgulloso...
—¿Por qué me llamaste? —pregunta, mientras besa su cuello, haciéndola estremecer —Eres dueña de ambas empresas.
—Accionista desde que me case contigo, pero nadie me conoce y no lo harán. —alza ambas cejas antes de cerrar un ojo ante las cosquillas que él le proporciona
—Mejor para mi, así puedo ser recompensado. —susurra Dion con voz ronca
Su cuerpo, grande y cuidadosamente trabajado, presionan el delgado y esculpido de Tina, contra su propio calor y el frío de la puerta.
—T-tengo trabajo que hacer... —suspira ella, colocando las manos en los hombros de este
—Luego de un adelanto. —su boca arremete con la de ella, sacándole el aliento ante lo demandante que es —Necesito de ti... Te extraño.
Ella jadea cuando la mano de su esposo se cuela por debajo de su falda y esta sube la tela de la falda y su mano roza su muslo interno —D-Dion... Para.
Él la mira a los ojos mientras junta su frente con la de ella —No puedo, no me pidas que lo haga.
Jadeante, ella pega la cabeza a la puerta cuando sus manos hacen magia en ella—Ah... I-idio... ¡Ah! —balbucea y se muerde el labio inferior
Dion la besa —No te contengas, nadie nos escuchara.
El sonido del cierre de su pantalón, dejan sin aliento a la señora Park y no puede evitar gritar de placer cuando ambos se unen en uno.
Sabiendo que Dion Park ha ganado ese round, se deja hacer y para no caer, rodea su cintura con las piernas mientras empieza su vaivén.
—Ah... Dion...
El calor que ambos generan, los hace sudar casi de inmediato.
Dion mantiene sus ojos en los de ella —Me encantas... —susurra, dejando indefensa a su esposa mientras mordisquea su oreja.
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—Ahi estás... ¿Por qué tardaste tanto? —Andrea la esperaba afuera de la habitación donde se hacía la sesión de fotos
—Fui a ver al encargado del hotel —responde Tina con naturalidad
—¿Para qué?
Sacudiendo la cabeza, ella sonríe con indiferencia —No importa, vamos a hacer la entrevista.
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—Corte.
Tina se levanta del sillón —¿Todo bien Andrea?
—Si si amiga. Todo en orden... Tenemos el material.
—Señorita Tina. ¿Cierto? Es un gusto... —Paúl le extiende la mano
—Oh si, un gusto. Muchas gracias por permitirme entrevistarlo. —sonríe la mujer y también le devuelve el saludo
—Es todo un honor se entrevistado por alguien como tú... —la mano de la castaña termina en los labios del cantante mientras éste le deposita un beso en los nudillos
—Ah... —algo incomoda, Tina aleja de la manera más discreta su mano de los labios del rubio —El honor es todo mío, no queremos interrumpir su apretada agenda, así que...
—Justo ahora tengo un almuerzo antes del termino de mi sesión de fotos, ¿gustan acompañarnos?
Tina mira de reojo a su amiga, quien casi muere de la alegría. Suspiando, ella sabe que no tiene otra opción que aceptar si quieren que haya más entrevistas con él —Si, sería un honor.
Los cuatro, agente, cantante y amigas salen del hotel para subir a la camioneta del agente de Paúl con dirección a un restaurante italiano.
El celular de Tina vibra y sin mirar contesta la llamada —¿Bueno?
—¿Todo salió bien? —la voz de Dion se muestra interesada del otro lado
—Si, muchas gracias por la ayuda —responde la oji aceituna por lo bajo
—Me gustaría almorzar contigo.
«Uy.»
—Eh... Ya tengo planes. Será en otra oportunidad. —sonríe cuando Andrea le mira y le hace un gesto preguntado quien era
—¿Dónde estás?
Tina sacude la mano con indiferencia hacia su amiga —De camino a un restaurante italiano... —y antes que él empiece con su drama, añade —Tengo que colgar. —sin esperar su respuesta, cuelga
—¿Todo en orden? —pregunta el cantante
Tina asiente.
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En el restaurante esperan a que les den una mesa y todos se sientan a comer, no sin antes ver como la gente le pide a Paúl autógrafos por más de 15 minutos.
—Perdón... —se disculpa el cantante cuando al fin se puede sentar con ellos
—No se preocupe, cualquier persona haría lo mismo —sonríe Andrea
La castaña alza una ceja y sigue comiendo sin decir nada.
—Tengo una duda, si no es molestia.... —interrumpe el manager —¿Cómo logró contactar con el señor Park para una entrevista con Paúl?
—Cierto, es algo que nos tomaría días lograr —le mira Andrea
—Ah... Le llame. —sonríe ella lo mejor que puede
—Creí que el número que tenías era de su secretario y él se ponía en contacto contigo para las entrevistas.
«Gracias por el apoyo amiga»
—Bueno, no hace mucho desayune con él para...
—Hablando de él —murmura Andrea
La oji aceituna se congela al ver a Dion entrar al restaurante.
Siendo honestos, ella ya se esperaba algo así cuando suposo que su llamada se debió a que la vio salir con ellos del hotel, pero no me esperaba que apareciera en persona.
Dion Park escanea el lugar con la mirada y rápidamente Tina baja la suya a su plato.
—¿Todo bien? —Paúl le toca la mano —Palidecio de pronto.
—Ah si. —sonríe la castaña —Todo en orden...
El manager de Paúl se levanta y atrae la atención de Dion —Señor Park, es un honor, no esperaba verlo en un lugar como este... —el manager le extiende la mano
Dion le saluda cortésmente —¿Todo salió bien con la sesión? —pregunta seriamente
—Si, muchas gracias por su amabilidad.
—Señorita Buller —el peli negro se dirige a Tina con neutralidad —¿Todo salió bien con la entrevista?
Tomando fuerzas, ella le mira —Si, muchas gracias por este honor señor Park. Paúl y su manager fueron muy amables en dejarse grabar.
—Bien, los dejo comer.
—Oh, si gusta y no es molestia para los demás, podría comer con nosotros. —sonríe con coquetería Andrea
La castaña pone los ojos en blanco cuando Dion sonríe levemente, satisfecho —Me encantaría, si no es problema.
—No, en lo absoluto. Siéntese señor. —el manager le entrega su silla —Pediré otro asiento... —dice alejándose
Dion queda frente a Tina, Andrea a su lado izquierdo y Paúl a su lado derecho. El oji miel, mira la mano que el músico tiene sobre su esposa y alzando una ceja, se abstiene de comentar al respecto.
Tina le sigue la mirada y entonces se da cuenta que el músico no le ha soltado.
Rápidamente, ella tose y aparta la mano que el músico sujeta para simular que cubre su boca.
—¿Estás bien? —le pregunta su amiga
Ella asiente —Es un honor tenerlo aquí señor Park, es muy sabido que nunca sale a comer a lugares tan públicos. —cambiando de tema, le encara
—No se quien le dio esa información señorita Buller, pero quien haya sido ésta equivocado... —le responde indiferente mirando el menú
«Uy...»
Ella lo había dicho porque bien sabía que él comía mayormente en la empresa y solo había salido por capricho.
—Eso veo, es un hombre lleno de misterio, supongo que cualquier cosa relacionado a usted puede que sea errante.
Dion alza una ceja pero no la mira —Tal vez... Muy pocas personas me han llegado a conocer. —sigue leyendo el menú
Andrea sonríe —Supongo que habla de amigos cercanos.
Paúl le mira —El señor Park es un misterio querida Andrea, nadie sabe mucho de él y no creo que una reportera de su calibre deba preguntarle esas cosas.
—¿Por? —pregunta la castaña
Paúl la mira directamente a los ojos —Se puede asombrar con las respuestas que pueda dar una persona como el señor Park.
«Ah, ¿si?»
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