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Lilibeth Entre La Luz Y La Oscuridad

Capitulo 1

El 23 de noviembre del 2006, nació una hermosa bebé en un pueblito de Alemania, con el cabello blanco como la nieve. Ese mismo día hubo un eclipse total, acompañado de un enjambre sísmico por todo Europa, seguido de un tsunami, que anunció la llegada del caos en su forma física al mundo…

Cuando cumplió el mes, su madre se preocupó por el infante, ya que no había crecido mucho. Incluso sus hermanos mayores se hallaban preocupados al ver que ni siquiera le habían crecido los dientes. Pero esto era debido a que ella era un híbrido, entre un demonio y un humano, y su tiempo de crecimiento era más lento que el de los demonios.

Ya que estos se desarrollaban a un ritmo acelerado, a diferencia de otras razas. Algo que la bebé no tenía, pues no pudo caminar hasta los 9 meses, y hablar con fluidez hasta el año. Cuando cumplió los 2 apenas sabía algo de magia.

Su cuerpo era débil, con solo usar un poco de magia terminaba colapsando con mucha fiebre. Lo que también la volvía inútil en el combate cuerpo a cuerpo.

El control de sombra, era el elemento de su familia. Con él, se podía hacer muchas cosas si se refinaba. Cómo la magia antigua llamada plaga, que fue heredada por su primo Carlos, O la de su hermana Ágata quien aprendió el arte de los títeres de sombras, que le permitía crear seres de sombra sólidas.

Pero una de las mejores técnicas que se podía entrenar con el control de sombra, era el que su hermano mayor Erick sabía hacer a la perfección, el cual era capaz de cambiar de forma. Algo que a muchos le costaba controlar y que incluso le dio problemas a su madre para aprender.

Por otro lado, el padrastro de los niños demonios y padre sanguíneo del híbrido, era un mago antiguo que se hallaba viviendo con los demonios para aprender de su cultura, la cual estaba casi extinta.

Al tener una hija con el líder del clan, se le había permitido estudiar más acerca de sus tradiciones, ya que se había vuelto parte de la familia, además como investigador, también debía cuidar la salud del híbrido.

Quien se sentía excluida de sus hermanos por ser diferente. Puesto que los demonios tenían una característica similar a los humanos que le permitía aparentar ser uno, con su cabello negro y ojos grises.

Cuando cumplió 3 años su tío le regaló un libro de brujería básica, que había comprado en el barrio negro de la capital Riga, (Letonia). En él, avían hechizos simples que le permitía influir la magia en otro objeto, sin lastimarse o colapsar.

Y aunque a su padre no le pareció buena idea, al ver que su hija era capaz de usar hechizos simples, terminó enseñándole más del tema. Algo que no creyó que le haría mal. Hasta que en su cumpleaños número 5, todo cambió.

...****************...

Eran las 9:30 de la mañana, cuando la pequeña Lilibeth fue hacer las compras de la semana, mientras que su familia le preparaba una fiesta sorpresa.

El híbrido con 5 años, tenía la apariencia de una niña de 9 años. Su cabello blanco se hallaba trenzado, oculto por la capucha de la capa negra que llevaba puesto, junto a un traje de cuadritos verde, con pantimedias negras y botitas de nieves.

A la vista de las personas, parecía una dulce muñeca que se paseaba por un pueblito en Talsi (Letonia). En el cual su familia se había mudado hace un mes atrás, sin saber que a las afuera del pueblo se hallaba una instalación de Nefilianos.

-buenos días, señorita. -le saluda el dueño de la panadería. Un hombre de 34 años, con dos hijos y una dulce mujer que olía a biscocho.

-buenos días. -le responde en su idioma, mientras le entregaba la lista que su hermano le había escrito en un papel.

-veamos. -murmuró el hombre leyendo la lista. -dame un segundo. -le da una sonrisa, antes de ir a la cocina dónde su esposa se hallaba horneando.

Los minutos pasaron, y la niña aun parada frente al mostrador esperaba a que el hombre saliera de la cocina, sin embargo, el lugar se había sumido en un profundo silencio.

El cual se rompió con el sonido del cascabel de la entrada, haciendo que la niña mirara de reojo al hombre que había entrado al local. Este tenía el cabello castaño claro, con ojos dorados y una piel clara. Estaba entre los 25 a 28 años. Vestía un pantalón azul oscuro junto a un abrigo negro y una camisa blanca. A un lado de la bufanda gris, llevaba un pin de oro con dos alas y una espada en medio de ellas.

-buenos días, jovencita. -le saluda el hombre parándose a su lado.

-buenos días. -dice ella, manteniendo se alerta, debido al aura divina que el hombre desprendía.

-estás sola? -preguntó el hombre sin quitar la mirada a la puerta de la cocina.

-no. -responde firmemente, jugando con los abarolios de cristal de la pulsera en su mano izquierda.

-enserio. -le mira de reojo.

-sí. -toma una de las piedritas con los dedos.

El ambiente dentro del local, se volvió más pesado, el dueño ni su señora se habían asomado a la puerta al escuchar el sonido del cascabel. Por lo que esto le dio un mal presentimiento a la niña.

- No estás solo, verdad. -comenta la niña mirando el aura del hombre.

-no. -dice antes de atacarla con un paralizador.

-ya veo. -murmuró ella al romper la bola de cristal de su pulsera.

Al hacer esto, la magia dentro del cristal sale, creando un escudo alrededor de ella. Sacando un tubito de cristal con un líquido azul, se lo arroja al hombre. Quien lo esquiva, dejándolo caer a sus pies. Cuando esté se rompe, un humo azul comienza a congelar el lugar, obligándolo a retroceder. Tomando la oportunidad, la niña entra a la cocina, dónde encuentra el cadáver del señor junto a su esposa. Los dos habían sido apuñalados con sus propios cuchillos de cocina, silenciando los al instante.

La pequeña al ver esto se tapa la boca para no soltar el grito. Pasando a su lado, trata de llegar a la puerta trasera, pero del otro lado se encontraban dos hombres extraños vigilando.

Al ver que esto se acercaban a la puerta, empieza a buscar un lugar para esconderse, sin antes prender los hornos para que el gas cubriera el lugar. Tomando otra cuenta de la pulsera, la rompe con fuerza, creando chispas que, al interactuar con el gas asé explosión.

El lugar se prendió en llamas, llamando la atención de los pobladores que salieron a la calle al escuchar la fuerte explosión. Por otra parte, la niña aún ilesa por el escudo que le rodeaba, sale del lugar sin ser vista, al romper otra de la cuenta, la cual está vez la volvió invisible.

Al llegar a casa, Lilibeth les cuenta a sus padres lo que había pasado, los cuales reaccionan a la descripción que ella les dio del hombre.

- ¿Quién era esa persona? -les pregunta ella a sus padres al notar que ellos sabían algo al respecto.

-son personas peligrosas. -le responde su padre con un semblante serio. -debemos irnos de inmediato. -mira a Erick. -preparen todo, nos marcharemos a penas el sol caiga. -ase una pausa. -prepárense para pelear.

-sí. -dicen los niños antes de ir a sus cuartos a buscar lo necesario.

-Lilibeth, quédate cerca de Erick. -le dice su madre colocándole un collar con una gema roja. -por ningún motivo vayas a alejarte de él.

-sí. -responde dulcemente ocultando su miedo.

...****************...

Mientras los niños se preparaban para salir, Víctor, junto al hermano mayor de su esposa, se mantienen atento a su alrededor.

-cuñado, puedes hacerme un favor, si no logro salir de esta.

-claro. -le responde Víctor siguiéndole el juego.

-cuida a mi hijo.

Al escuchar esto Víctor, le mira fijamente con un semblante serio. -está seguro de eso. No me malinterpretes, pero no creo que tú hijo le agrade eso.

-Carlos, es un niño muy frío a veces. -suspira. -pero te respeta. Mi hermana es una pésima madre, así que te lo pido a ti. Ya que eres más responsable que ella.

-no te puedo negar eso. -se ríe. -bien. Lo ayudaré, para que pueda ser capaz de cuidarse a sí mismo.

-gracias. -le quita la mirada. -ahí vienen.

-9. 13. 15. -dice mientras cuenta a los cazadores que empezaban a rodear la casa.

-yo los distraigo, tu crea una salida segura para los niños.

-bien.

Dentro de la casa, Erick le extiende un cuchillo de combate a su hermana menor.

-toma. -le entrega dentro de su funda. -no te alejes, pero sí llegan a rodearnos, úsalo para protegerte.

Lilibeth al tomarlo, siente el peso de la cuchilla entre sus pequeñas manos, haciendo que su pecho se apretara al pensar que tendría que clavarlo en el cuerpo de alguien.

-no tengas miedo. -la consuela su hermana. -la primera vez puede ser difícil. -o al menos trataba de hacerlo.

capitulo 2

Ágata era dos años mayor que Lilibeth. Su cuerpo era ágil con un potencial sobresaliente en el control de sombra. Todo lo contrario, a su hermana menor. A la cual solían proteger todo el tiempo, por su falta de naturaleza demoniaca.

-cuando llegue el momento, no puedes dudar o terminarás muerta. -le explica Ágata a su pequeña hermana, quien no dejaba de temblar. -va ser difícil, y pueda que no los lleguemos a perder, mantente cerca y si ya no puedes correr, deberás luchar. Entiendes. -le agarra por los hombros. -Lilibeth, debes ser fuerte, escuchaste. Eres un demonio. Un Stanley.

-sí. -dice casi como un susurro, tratando de calmarse.

-todo listo. -les comunica Erick a sus hermanos, con una bolsa en la espalda. -Víctor y el tío Caín, nos darán una brecha para escapar. irán detrás para eliminar a los que nos persigan. Manténgase unidos, y recuerden el entrenamiento…

...****************...

-todo está listo. -dice Charlotte a su hermano y a su esposo. -podrán con ellos.

-solo son Cazadores de nivel medio. -le responde Víctor con molestia. -por lo visto van por los niños. -la mira fijamente. -nosotros seremos la carnada. Ustedes aléjense lo más que puedan.

-muy bien. -le da un beso en la mejilla. -los niños ya están preparados hasta para pelear. Pero como van por Lilibeth, no permitiré que se acerquen a ella.

-sé que no es necesario. -dice Víctor colocando una mano sobre su cabeza. -pero, ten cuidado.

-no comiencen con sus cursilerías. -manifiesta Caín al ver el ambiente entre ellos dos.

-siempre matas el momento. -le exclama Charlotte sonrojada. -no me sorprende porque Yaritza te dejó.

-primero que todo ella era una humana, con una vida normal. Su frágil cuerpo no soportaría una vida tan caótica.

-tu hermano tiene un punto. -le apoya Víctor manteniéndose atento a los movimientos del enemigo. -el acuerdo de paz entre las razas se rompió con el nacimiento de Lilibeth. Ningún bando ha querido ceder, y otros han hecho alianzas con los tontos humanos... Todo se están preparando para una guerra entre la sombra… Esto solo es el comienzo.

...****************...

-En marcha. -manifiesta Erick como líder.

Ágata y Lilibeth en el centro y Carlos detrás. Cada uno con una mochila de viaje, y una capucha que le cubría la cabeza.

-vamos. -le dice su madre llevándolos a la puerta trasera. -cuando de la señal, corran al bosque. Y por nada en el mundo se vayan a dar la vuelta. Entendido.

-sí.

En ese instante una fuerte explosión sonó en la puerta delantera, seguido de los disparos de las ametralladoras. La tierra tembló y una fuerte ráfaga alzó en el aire algunos de los árboles en el terreno de la casa.

-ahora. -le exclama su madre.

Haciendo que los niños salieran en medio de un torbellino. Dándole la oportunidad de entrar al bosque mientras su madre se desasía de las moscas.

-no sé detengan. -grita Erick, sacando su espada al ver dos cazadores frente a ellos, que les apuntaban con armas de largo alcance.

Cortando las balas una tras otra, logra llegar a ellos, y de un corte, separa su cuerpo en dos. Lilibeth al ver el baño de sangre le da por vomitar, sin embargo, hace todo lo posible para no hacerlo, ya que no quería ser una carga para sus hermanos.

A lo lejos se podía escuchar las lluvias de balas, seguido de una explosión que sacudía la tierra y derrumbaba las arboledas. Los gritos cada vez eran más fuerte, proveniente de los seres creados por su madre que mantenían a los cazadores alejados de los niños, dándole la oportunidad de salir casi ilesos.

-no te detengas. -manifiesta Carlos al ver que Lilibeth no podía seguirle el paso.

Exhausta y casi sin aire, la pequeña seguía gracias a los talismanes que se había puesto para no sentir tanto dolor. Sin embargo, esto no significaba que su pequeño cuerpo lo soportara.

“ya no puedo.” Llegando a su límite, la pequeña niña estaba a poco de colapsar. “duele… Pero tengo que seguir.” Se decía a sí misma mientras luchaba para seguirle el ritmo a los demás.

- ¡cuidado! -grita Erick lanzándose contra un cazador que le dispara a Ágata en el pecho haciéndola caer de golpe.

Lilibeth al verla desplomarse en el suelo trata de ayudarla, pero cuando se aleja de Carlos, una bala traspasa su cuello y otra sus piernas. Cayendo a centímetros de su hermana.

- ¡Lilibeth! -grita Ágata, perdiendo el control de su sombra.

...****************...

En medio de la oscuridad, la pequeña niña aún podía escuchar los gritos de su hermana, sin embargo, su cuerpo no le respondía.

“- ¿Por qué?” -Grita desde lo más profundo de su ser. “- ¿Por qué no puedo ser más útil?” -En su desesperación, la oscuridad empezó a consumirla, cubriendo su alma lentamente. “-ya no quiero sentir miedo... Quiero ser fuerte… Quiero ser de ayuda… Ya no quiero ser una carga…”

“-sí es eso lo que quieres, puedo ayudarte a conseguirlo.” -le responde una voz proveniente del abismo de su sombra. “-Pero a cambio, deberás cambiar conmigo.”

“-cambiar?” -dice confundida escuchando su propia voz hablarle.

“-Si lo haces ya no sentirás miedo ni dolor.”

“-puedo saber quién eres.”

“-soy tú, y tú eres yo.” -Manchas negras en forma de enredaderas empiezan a cubrir su cuerpo, sin que ella se dé cuenta. “-solo que tú naciste en la luz y yo en la oscuridad.”

“-si te doy mi lugar, seré capaz de volver a ver a mi familia.”

“-yo solo quiero divertirme un poco… No tengo interés en permanecer de ese lado por mucho tiempo.”

“-entiendo... Si es así, está bien.”

Al decir aquellas palabras, las manchas cubren el rostro de la niña hasta teñirle el cabello de un negro oscuro. Las heridas se cierran sin dejar cicatriz, y sin la ayuda de los talismanes el dolor desaparece al instante.

Levantándose del suelo, se sacude la tierra en medio de la lluvia de balas. Las cuales no logran alcanzarla debido al escudo que había formado a su alrededor.

-que divertido. -manifiesta con alegría al ver el caos que su hermana creó al perder el control.

Un mar de oscuridad con manos negras que destrozaban todo a su paso, era algo que solía salir del abismo de Ágata, cada vez que se descontrolaba. En ese estado era semejante a una bestia salvaje que no diferenciaba entre sus aliados y enemigos a la hora de matar. Causando les problemas a Erick y a Carlos, quienes trataban de pararla.

-debería ayudarlos? -dice pensativa mirando a su alrededor. Al ver cómo un pequeño grupo de cazadores se acercaban a ellos, decide dejarle a Ágata a sus hermanos mayores mientras se divertía un poco.

Dando un paso al frente, la niña queda en frente de un cazador que al verla le apunta con el arma, sin embargo, en cuestión de segundo sus brazos se separan de su cuerpo, haciéndolo caer de espalda.

Al mismo tiempo los otros comienzan a disparar, pero las balas no son capaces de traspasar su escudo, en cambio quedan flotando en el aire. Mirándolos con diversión, la pequeña niña sigue jugando con ellos uno por uno, mientras que sus hermanos permanecían dentro de un escudo que ella lanzó sobre ellos con uno de sus talismanes.

Al terminar con los cazadores, clava el cuchillo en uno de los humanos más jóvenes. Quitándole la tela de encima, muerde la carne, saboreando la sangre aún caliente.

-que rico. -dice al tragarse un pedazo de carne. -es jugoso y dulce.

-maldito monstruo. -grita el primer cazador que le cortó los brazos.

La niña al verlo de pies, solo se ríe al decir. -que bien, sigue vivo. -limpiándose la sangre de la boca, se acerca al hombre, quien retrocede por instinto.

-qué pasa? Acaso tienes miedo.

Al ver que el hombre no responde, suspira con aburrimiento. -sí así lo quieres. -alzando una mano, crea una ráfaga de viento con solo agitar la muñeca.

Al hacer esto la fuerte brisa lo lanza contra un árbol, cayendo sentado al suelo. Aun con el cuerpo adolorido, el cazador trata de levantarse, pero es detenido por la niña quien se para frente a él, con una sonrisa espeluznante.

- ¡Gracias por la comida! -manifiesta con entusiasmo al clavar sus dientes en la dura piel del cazador, devorándolo hasta que este deje de moverse y gritar.

capitulo 3

-Lilith…

Abriendo los ojos, de lo que pareció un profundo sueño, la joven bruja, se sienta en la cama del hospital, sintiendo su cuerpo pesado como si hubiera dormido por un año.

Su larga cabellera blanca, cae por sus hombros, mientras esta mira sus manos, aun sintiendo los dedos entumecidos. Observando su alrededor, nota la máquina que monitoreaba sus signos vitales y la percha dónde habían dos bolsas de sueros.

El cuarto estaba a oscuras y las ventanas serradas con las persianas abierta, dejando a la vista el cielo nublado que se iluminaba con pequeños rayos.

-cuánto tiempo estuve dormida. -murmura mirando de reojo al pequeño zorro sentado a sus pies.

“dos semanas. Por lo que escuché.” -le responde moviendo sus colas.

Lilibeth lo mira preocupada intentando recordar su nombre, pero al final se lo termina preguntando. -cómo te llamas?

“-Ziel. Ese es el nombre que ella me dio.”

-Lilith. -cierra los ojos por un momento, sintiendo a su otra mitad aún sumida en sus sueños. -entiendo. Ella aún está dormida. -lo mira fijamente. -tú, sabes quién soy.

“-no lo recuerdas.” -se para y camina hacia ella.

-te lo pregunto, porque recuerdo haber escuchado tu voz mientras dormía en el abismo.

“-comprendo. Pero no creí que despertaras tan rápido.”

-lo sé. -su tono se apaga. Apretando las sábanas entre sus manos dice. -la verdad no esperaba volver a despertar.

“-pretendías darle el cuerpo a ella?”

-Ya no tenía razón para seguir.

“-vi algunos de tus recuerdos, mientras dormías… Tengo una duda al respecto.”

-es por los recuerdos.

“-sí. Acaso tú los borraste antes de darle el cuerpo.”

-no… Es complicado. -mueve su cabello hacia tras. -Lilith y yo, compartimos un mismo cuerpo, pero nuestras personalidades son completamente diferentes. Cuando ella toma el control, cubre el cuerpo con un manto de oscuridad.

“-como una transformación.”

-sí. Y a causa de eso, nuestra memoria queda dividida. Muchos de mis recuerdos quedan sellados hasta que yo tome el control. De la misma forma sucede con ella. Hay cosas que no logro recordar de los últimos años, como el hecho de que tenga un familiar.

“-eso explica muchas cosas.”

-debió ser difícil lidiar con ella. Ya que suele jugar con las vidas de las personas a su gusto.

-no fue tan malo. Pero ahora que estas tú, no sé si las cosas cambiarán.

-yo no soy ella. No me gusta lastimar a las personas sin ningún motivo. -levantándose de la cama, siente el piso frío aún con las medias puesta. -mi cuerpo es aún débil.

El pijama del hospital era largo y de color rosa pastel, que la hacía ver más pálida de lo normal. Al tratar de caminar, pierde el equilibrio, quedando sentada en la cama.

“-quieres mi ayuda.”

-no... Tú también acabas de despertar, no quiero que malgastes la poca energía que tienes en mí.

“-soy tu guardián.”

-eres guardián de ella. -le mira de reojo con un semblante triste, que lo desconcierta.

Volviéndolo a intentar, la joven logra pararse y dar dos pasos antes de recostarse a la pared del baño. Entrando en él, se mira en el espejo al perder la luz.

Su rostro se hallaba demacrado, y el cabello revuelto, había perdido mucho peso y ahora se le veía la clavícula más que antes. Por otra parte, parecía haber crecido algunos centímetros y su cuerpo ya no se veía como la de una niña.

-deberías cambiarte, si aún quieres dar un paseo por las calles. -comentó Ziel, en su forma humana, extendiendo le la ropa que habían dejado en uno de los muebles de la habitación.

-no es justo. -le mira sorprendida al ver al chico parado en la puerta. -eres más lindo de lo que esperaba.

Aquellas palabras lo divirtieron, dándole una sonrisa coqueta le pregunta. -quieres que te ayude a cambiarte?

A lo que ella sonrojada niega con la cabeza. -puedo sola. -agarrando la ropa, le cierra la puerta en su cara.

-segura. -dice Ziel apareciendo detrás de ella.

-no hagas eso. -le regaña con la ropa apretada en su pecho.

-segura que puedes hacerlo tú sola. De milagro te puedes mantener parada. Podrás quitarte la ropa y ponértelo sola.

-sí puedo. -sus mejillas se sonroja, divirtiendo lo aún más. -acaso a ella también le cambiabas la ropa.

-no. Pero si la he visto desnuda. La verdad no siento interés sexual hacia ustedes dos. Pero como soy su guardián tengo el deber de cuidarlas.

-lo dices en serio. -aun dudosa, lo mira, pero no es capaz de dejarla tocar con esa cara.

-sí quieres cambio de forma. -suspira, volviéndose una hermosa mujer con una apariencia parecida a la de ella. -así está bien. -incluso la voz era otra, pero seguía siendo él, eso se lo decía el aura a su alrededor.

-supongo. -le entrega la ropa nuevamente.

Quitándose la ropa del hospital, deja que el zorro la limpie con un trapo húmedo, antes de ayudarle a ponerse el sostén y luego el vestido con línea al cuello y falda hasta la rodilla, dejando a la vista los hombros, las mangas eran largas y anchas hasta las muñecas. Junto con botas negras que le llegaban a la rodilla, que combinaba con el vestido de color verde oscuro.

El cabello se lo dejo suelto, con una trenza por encima de las orejas. Dejando a la vista el cascabel en su oreja derecha.

-listo. -manifiesta el zorro con orgullo.

-Gracias.

-de nada. -le sonríe dulcemente, agarrándole la mano exclama con diversión. -es hora de irnos.

-sí.

Apareciendo sobre el techo del hospital, la joven bruja se sorprende de la hermosa vista que tenía en frente. El pueblo se hallaba alumbrado y lleno de vida a pesar de las oscuras nubes que cubría el lugar.

-debe ser temprano todavía. -comenta Ziel, volviendo a su forma masculina. -normalmente este lugar queda en silencio luego de las 12 de la noche.

-no puedo percibir muchos humanos en este lugar.

-estamos en Caronte, un pueblo oculto entre las montañas de España.

-España? -exclama sorprendida. -cuando… ¿Como… Porqué?

-no lo sé con exactitud, pero al parecer tú y tu familia se metieron en muchos problemas y ahora están aquí.

-mi familia? Ellos se reunieron.

Ziel al notar nuevamente el tono decaído, trata de cambiar de tema rápidamente. -porque no vamos a caminar un poco.

-está bien. -se golpea las mejillas con las manos, para dejar de pensar en cosas triste. -vamos.

Cargándola entre sus brazos, salta de la terraza a un árbol cercano, y luego en otro hasta caer sobre el techo de un local. Dando otro salto, caen en un callejón oscuro, en dónde la baja. Tomándole la mano, la lleva por los callejones hasta llegar a la plaza comercial en dónde ella no puede dejar de sorprenderse por la cantidad de seres no humana que se hallaba por todos lados.

Mirando los alrededores mientras caminaba aún agarrados de las manos, empieza a sentirse con energía gracias a la ayuda del zorro.

-eso es un perro en dos patas. -murmura asombrada al ver como el hombre tenía una apariencia humanoide, peluda, pero con un buen gusto en ropa. -haya hay otro. Y por ahí.

-en este lugar los seres de muchas razas conviven entre sí. Orco, Gorgonas, goblins, arpías, hombres bestias, entre otros.

-increíble. -dice con entusiasmo, soltando su mano.

Al hacerlo, la energía que sentía se fue desvaneciendo, dándole la sensación de hambre y sueño, nuevamente.

-comamos algo. -comenta el zorro volviendo a agarrarle la mano.

-suena bien.

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