Pov Creim Belet. (Líder del pueblo Frío)
—¡Esa es la verdad, te lo juro…! Hip...
—¡No seas tonto, Creim estás borracho hasta los pies! Ja, ja —El cantinero que había escuchado mi historia ya un montón de veces, se rió una vez más de mis palabras. —¡La Leyenda Del Cuarto Mundo ya se ha cumplido! Buenos... Aún no, pero el héroe ya apareció.
Sin poder soportar más lo que decía, tomé el cuello de su camisa amarillenta y lo sacudí para ver si las ideas se le aclaraban.
—¡Imposible, deja de escupir tonterías cabrón!
—Ese cantinero dice la verdad.
Mientras discutíamos, interrumpieron.
Un viejo que por su vestimenta seguro acababa de llegar al pueblo, interrumpió.
A estos tipos les gusta meterse en la plática de los demás...
—La leyenda es el rumor que la Diosa de la Tierra.
—.... Este ripoe es de esos...
—Ella esparció la noticia por los oídos de los seres vivos en los últimos años.
—¡¿Ah?! ¿Qué dices viejo?
—¡Somos de la misma edad idiota! Hum...
Aclaro su garganta, el monje no parecía haber terminado de hablar.
Levantó su voz una vez más, para que todos los escucharán.
—¡De todos modos!
El monje se levantó de su asiento.
—Debido a que la bestia del odio, ha comenzado a ganar cada vez más poder.
Levanto sus brazos a los lados con las palmas mirando hacia arriba.
—La única opción que tenía la Diosa para calmar los corazones de todos y de no darle más poder a la bestia era con el susurro.
Ahí va otra vez, estos tipos siempre hacen lo mismo, se meten en la plática y cuando no saben que decir argumentan con esa estúpida historia pasada de boca en boca.
—"CUANDO LLEGUE EL MOMENTO, EL HÉROE CON LA MAGIA DE CORAZÓN APARECERÁ Y JUNTO CON AQUELLOS DESTINADOS A VIAJAR CON ÉL DERROTARÁ A LA BESTIA DEL ODIO SALVANDO ASÍ EL CUARTO MUNDO."
Así es, ya he escuchado esa farsa millones de veces...
Ese timo.
—Eso fue lo que dio paz a los corazones de todos. Aunque el rumor no tuviera fundamentos.
Aunque no lo hubiera dicho alguien imponente o alguien visible.
Yo que estuve en las iglesias elficas lo confirme, las esperanzas de todos en vez de morir por la fiereza de la bestia lograron hacerse más fuertes y sobrevivir.
Entonces la razón por la que peleaba a las tres de la mañana en una cantina como siempre, volvió a salir de otra boca...
—No, el héroe aún no a...
Maldición... Que sueño...
Con los párpados desnivelados y mi cuerpo cansado parecía que repetiría la rutina de las noches.
Mis huesos viejos ya no eran los mismos que cuando tenía veinte y estos idiotas solo hacían sentirme peor.
Sin siquiera terminar de responderle al tipo raro me recargue en la barra.
—¡Ah! Eso sí que no Creim, ¡ya te dije que no te dejaría dormir de nuevo aquí!
—Callate mamá.
Con unas pisadas que decían "ya estoy cansado de tí", fui llevado a jalones directo a la nieve de la calle.
—¡Ack! ¡Eres un desgraciado! ¡Te aprovechas de que eres la única cantina en el pueblo! ¡Si no, ya te hubiera cerrado!
—Sí, sí, ¡lo que digas Creim! ¡La cuenta la pagas mañana!
—Fu... Hiug... ¡Qué frío...! —Sacudi la nieve de mi cara y me puse en camino.
¿No es demasiado peligroso para alguien importante como yo caminar fuera a esta hora de la noche? ¿Cómo se atreve ese desgraciado a sacarme así?
Renegando un poco sobre todo seguí mi camino.
Así es la vida... En un momento estás caliente tomando con un viejo amigo, y al otro te traiciona y te lanza al frío de cara contra un montón de nieve.
Eso es normal.
No hay nada de raro.
El cambio es brusco, pero es aceptable, es algo que puede ocurrir... Aún asi... Por muy grandes que sean los giros de la vida...
—¿Cómo llegamos a esto...? —Susurre para mí al ver el color amarillo y rojo de las llamas sobre mi propia mansión.
Grandes llamas rojas.
Consumiendo.
Eliminando...
Mientras veía hipnotizado el fuego, unos pequeños ruidos de chapoteo me regresaron a mis cabales.
—¡¿Qué mierdas están haciendo?! —Corrí hacia uno de los estúpidos magos que no tenía idea de quién era y le di un jalón de hombros tan fuerte que lo tumbe al piso—. ¿No ven que su magia no es suficiente? ¡Vallan por agua al pozo!
—Ah..., ¡sí señor!
El montón de estúpidos magos dejaron de utilizar su pobre magia de agua y corrieron conmigo detrás para tratar el incendio de mi maldita mansión.
¿Quién?
Esa pregunta me llegó a la cabeza.
¿Acaso algún mercader de los que me he aprovechado...? ¿O es que alguien me quiere muerto?
Una tos por el hollín en el aire corto mis pensamientos de raíz y me detuve junto al montón de tontos de nuevo para descansar.
—Kuf- Que... ¿Por qué demonios no avanzan?
—S-señor, el pozo está bloqueado... Con magia... De barreras...
Entonces lo entendí.
Al escucharlo ya tenía la respuesta a mi pregunta.
Me he descuidado.
Una increíble sensación de incomodidad me erizo los bellos y me deshice de la tos para poder gritarle a todos los imbéciles.
—¡¡¡Escuchen!!! —Con el grito que lance, todos me miraron.
Magos y combatientes voltearon a verme.
—¡Todos los combatientes aquí vayan a las celdas!
Les ordené.
—¡Sí señor!
Me respondieron.
Al unisono.
—¡Y todos los magos, por el amor de Dios, usen su maldita magia y el agua del pozo para apagar el incendio!, ¡Desbloqueen esa bendita magia!
No dije maldita...
Porque no lo es.
Al momento siguiente corrí a toda velocidad.
Mantén la calma...
Es solo una coincidencia...
Intenté autoengañarme.
Espero que no sea demasiado tarde... ¡No puedo perder todo ese oro así como así...!
Llegué al calabozo.
Automáticamente mis fuerzas comenzaron a ceder.
Por más mentiras que me dijera en la cabeza mis ojos no las podían creer.
No estando ante la maldita cadena rota de la puerta que lo resguardaba.
—No puede ser... —Con cada paso en el calabozo, mi corazón y mis ojos temblaban al ver los cuerpos inconscientes de los guardias de menor rango que había dejado atrás esta vez.
Entonces con una cara de incomodidad y preocupación uno de los combatientes que había llegado primero me planto cara.
—Señor... —Trago saliva—. Todas las celdas con los presos están bien...
Dijo con una voz rara.
Impropia de uno de mis guardias.
No me importó.
Rápidamente, una calma increíble se dibujó en mi rostro y mi equilibrio me hizo descansar sobre la pared del pasillo.
¿Es esto alivio?
¿Por qué?
¿Por cuál razón?
—Aah... —me salió un suspiro natural de la garganta sin esfuerzo—. Esa es la mejor noticia que he podido obtener en todo el día.
Mi mareo pasó y al fin pude verle la cara al capitán que próximamente obtendría un aumento de salario de mi parte,
Me sentía generoso.
Agradecido.
Eso creí que debería hacer... Por unos instantes.
Una mueca increíblemente perturbada se mostraba en su cara.
—Todos menos él.
¿Eh...?
—Lo único que encontramos fue ésto... —dijo el soldado extendiendo un pedazo de papel añejo.
—¿Que...?
—Al parecer ha dejado una carta...
—Carta... ¡Dame eso! —De un tirón me puse a leerla.
...****************...
PARA EL JEFE DE ALDEA.
DESPUÉS DE TODO, PARECE QUE NO QUIERO SER EL HÉROE.
EYPRIL.
PD: EL FUEGO FALSO QUE QUERIA PRENDER SE SALIO DE CONTROL, ENTONCES... CREO QUE LO SIENTO.
...****************...
—Capitán, reúna a todos los combatientes disponibles ahora mismo y búsquenlo...
—Señor... Pero el fuego... ¡Y hoy hay una tormenta de nieve segura!
Mirando directamente los ojos del inútil frente a mí le dije todo lo que quería saber.
—Me importa una mierda la casa...
»¡Ya está hecha cenizas!
Pero él...
En cada casa,
En cada establecimiento.
A los alrededores...
¡Sobre las copas de los pinos!
No importa si la gangrena les jode los dedos de los pies...
Lo tomé por el cuello de su camisa.
—¡No descansen hasta traerme a ese bastardo!
—¡¡¡Si!!!
Un rotunda respuesta resonó en lo más profundo del calabozo.
......................
Pov Eypril Eros (Candidato a Héroe elegido por el mundo.)
Corrí colina arriba con todo lo que daban mis piernas.
El aire de la noche helada me cortaba la garganta.
Mi respiración estaba entrecortada por la agitación de todo mi cuerpo y mis ojos no podían dejar de mirar repetidamente hacia mi espalda.
En cualquier momento pueden llegar... Tengo que correr lo más rápido posible...
Lo estuve esperando mucho tiempo.
Una ventisca de esta magnitud.
Una de la que solo yo podría sobrevivir dentro de ella.
Solo un poco más y...
Terminando de subir la colina un escalofrío me recorrió la espalda.
—Aún puedo escuchar su grito desde acá... Mejor me doy prisa... Y por si acaso piensan en alcanzarme...
Shiuu... [¿Que harás?]
La creatura a mi lado que parecía un enjambre de mosquitos sabía lo que yo quería hacer.
—Centir, ayúdame... —Con un gesto de mi cabeza y mirando de lejos hacia el pueblo donde practique magia por unos años, levanté uno de mis brazos.
Cómo si quisiera detener a alguien.
Sin más, una clase de pared traslúcida comenzó a salir de la tierra frente a mí.
—Barrera.
He eliminado la barrera en el pozo de agua.
Eran simples barreras de mi magia que impedían el paso de la materia física a través de ellas.
A los tipos con los que entrenaba, romper una de mis barreras les tomaba un gran esfuerzo.
Al menos las barreras que no quería que rompieran. Cómo esta.
—Con esta ventisca endemoniada deberían bastar cinco barreras de estas...
No creo que me persigan tanto hoy.
No, ¿en verdad bastará solo con eso?.
Si los aprendices de reforzamiento corporal vinieran, fácilmente saltarían estás barreras de cuatro metros... Pero tampoco puedo hacerlas demasiado grandes o delataría mi paradero al instante.
Bueno, supongo que tan altas como los pinos estarían bien.
Escondidas entre ellos.
Abrí mis brazos como si fuera abrazar a alguien y con la ayuda de Centir la barrera se alargó.
Grande.
Tan grande como la muralla de piedra del pueblo.
Lo suficiente como para abarcar la mitad del pueblo.
Con esta anchura, sería suficiente para que caminen por un día... Aunque son bastante delgadas para poder mantenerlas activas.
Al menos los retrasare.
Modificando la barrera con unos pocos movimientos de mis dedos una pequeña puerta se abrió ante mi.
—¡Listo!, ahora sí.
Dejando atrás mis cinco barreras anaranjadas, seguí el camino hacia mi primera gran ciudad.
Después de todo es ésto o éso.
Mirado con detenimiento el bosque era tenebroso.
La ventisca lo hacía todo blanco.
La noche lo hacía todo oscuro.
Tal vez podría llegar a toparme con monstruos, pero todo eso era mucho mejor a seguir encerrado en ese lugar.
—Esta es la primera vez que estoy completamente solo... —La saliva paso por mi garganta.
Aunque no estaba reseca, era claramente un signo de impotencia para mí.
—Es hora.
Es hora de dar el paso, es hora de escapar de este lugar...
La oportunidad se presentó.
La oportunidad que tanto deseaba y me consiguió Centir.
La oportunidad más deseada.
Y aun así... ¿Por qué no puedo dar el paso?
Inmóvil.
Cómo un árbol bien plantado.
¿Siempre es así de difícil abandonar las raíces?¿Qué es lo que me detiene?, ¿qué es esta fuerza que no me deja caminar?, ¿que es...?
Shiu. [No estás solo]
Un pequeño ruido familiar me trajo de vuelta de mi cabeza, era la pequeña cinta de luz traslúcida en forma de "~" que hizo el sonido.
Mi amigo revoloteó un poco frente a mis ojos.
Serpenteo.
—Shiu... Shiu...
—¿Centir...? —Confundido por su comportamiento agitado, parecía querer señalarme algo sobre mi cara.
Algo rojo.
Sangre...
Mi sangre...
La sangre que llevo en este cuerpo no me deja avanzar...
—Entonces es eso... —Mi mano se volvió a cerrar.
Apreté mi puño con decisión.
Por primera vez, no con desesperación.
—Centir, cambio de planes, haré lo que llevo aplazando por años...
Iré a ver a mis padres.
¡IMAGINEN QUE ES DE NOCHE EN LA IMAGEN!
Mejorará cuando encuentre a alguien que sepa dibujar en vez de las inteligencias artificiales.
Gracias por leer el capítulo 1.
En el capítulo anterior pude al fin, escapar de ese maldito lugar.
[En algún lugar del bosque del sur]
POV Eypril Eros. (Candidato a Héroe elegido por el mundo)
Definitivamente este mundo es un lugar solo para los fuertes.
El bosque en la noche es tenebroso.
No podría haber un peor momento como la noche para viajar.
Si no tienes cuidado de caminar solo por dónde hay árboles jóvenes que aún no son monstruos o (Treants) podrías pasarla horrible.
Las copas de los árboles tapan la poca luz de luna y con una ventisca la visibilidad es nula.
Por eso no podría haber un mejor momento para escapar.
Solo con una pequeña magia de luz encerrada dentro de la palma de mi mano, es la cantidad límite para usar.
Debes guiarte solo con los pocos rayos de luz que se escapan de entre tus dedos.
La dificultad de esta acción solo demuestra lo increíble que es mi compañero.
Mis pasos por la nieve eran cuidadosos y tratando de hacer el menor ruido posible para no molestar a los malditos árboles dormidos fui guiado.
No por la insípida luz que sale de entre mis dedos, sino por Centir.
Mi mejor amigo.
Mi único.
Aunque nadie lo conoce.
Aunque nadie nunca lo haya visto.
Estoy seguro de que él es real, después de todo, sin su conocimiento estaría vagando hacia mi muerte de hielo.
Caminar en lugares con piedras es inevitable.
Tratar de sostenerte de un árbol es impensable.
Cuando la nieve y el hielo hace a las piedras parecer aceitadas de lo resbaladizas que están, es más difícil caminar sobre ellas.
Por eso se tiene que hacer lo impensable.
¡¡Shiu!! [Ese no.]
—Ah… Entiendo… —Susurré en respuesta a Centir.
Redirigiendo mi agarre hacia otro árbol diferente pude sostenerme de él y al fin pasar este pequeño tramo de escombro.
Así de asombroso es él.
Centir no puede hablar, aunque yo vea sus movimientos, y el cree un tipo de sonido cuando mueve su cuerpo, ese pequeño “Shiu” no son palabras, solo mirando como se agita puedo suponer lo que dice.
Gracias a sus habilidades, puedo evitar tocar los árboles que ya son Treants y evitar despertarles, pero en caso de que alguno se despertase y me viera, claramente sería mi fin.
Lo he escuchado en los cuentos que venían de las rendijas sobre mi celda, aunque ese cuento lo escuché ya hace mucho tiempo, no pude dormir varios días por el miedo.
......................
"Los Treants son basura, en el día, si te ven, sus raíces se mueven con la intención de atraparte, no obstante son tan lentos que hasta un niño podría esquivarlos.
Sin embargo, de noche o en el bosque más profundo, la historia es diferente. Las raíces de los Treants más listos son mortales.
Moviéndose como serpientes debajo de la tierra, ponen trampas y cuando una presa distraída camina frente a ellos; ese es su final, las raíces te atrapan una pierna, entonces un chillido desgarrador de oídos suena por todo el lugar indicándole a sus compañeros que una presa ha caído, si entras en pánico date por muerto. Luego la otra pierna también es sujetada con una fuerza descomunal.
Estando ya inmóvil debes tratar de cortar las raíces o quitarte lo que más haga bulto de tu ropa para tratar de quitar sus brazos de tu cuerpo.
Si lo logras pon atención al piso y camina rápidamente fuera de su alcance, has sobrevivido.
Pero...
Si no has logrado sacarte sus brazos... Lo único que te espera es ver como las raíces de ellos se arrastran lentamente hacia ti para enrollarse en tu cuerpo.
Tendrías suerte si las raíces perforan tu estómago y te drenan.
Sin embargo si no vez que se acerque a tu vientre fuiste más desafortunado.
El más desafortunado de los desafortunados.
Prepárate para la muerte más desgraciada y sentir como tus extremidades son arrancadas una por una."
—Espero poder dormir bien hoy... —dije mientras miraba al piso y caminaba por donde Centir me indicaba.
......................
Después de unas cuantas horas de caminata el humor de Centir parecía empezar a cambiar, ahora los árboles en el bosque eran menos y tenían mucha más distancia entre ellos que antes.
Shiu Shiu... [Este era el tramo final.]
Aún así, aunque el peligro por ser descubierto por algún treant ahora fuese menor, un latido constante apretaba mi corazón sin parar.
Shiu... [Hemos llegado.]
Lo sabía...
Aunque no me lo dijera.
Solo yo podía estar seguro.
Entre la nieve que ahora caía más lenta, la silueta de lo que parecía ser una cabaña se distinguía a lo lejos.
Esa es...
Mi corazón dió un vuelco.
Desde hace rato estaba fuera de mi zona de confort, pero ahora esa sensación de incomodidad se había multiplicado.
Se había multiplicado y había aumentado a una cifra impronunciable.
Entonces como si hubiera sido transportado a otro lugar, mi presente, el paisaje frente a mi cambió.
Lo que ya casi había olvidado.
Lo que hace más de diez años no veía...
La casa de mis padres, la casa en donde yo había nacido, mi casa estaba frente a mí en medio del bosque, justo como lo recordaba, hecha de madera, con un pequeño porche frente a ella, donde una mecedora, también de madera, nos cargaba a mi madre y a mí.
Mientras mirábamos como mi padre cortaba los troncos para el fuego con una gran hacha.
Un sentimiento de dicha y felicidad me atravesó el cuerpo.
Nostalgia.
Duro tanto como tres respiros.
Al dar mi segundo paso después de ver la casa, con el sonido de una rama rota y el aullido de un búho espantado, volví al pasado.
El presente.
La madera café de mi antigua casa era ahora carbón, las paredes estaban inclinadas en el desastre y no había señal alguna de la mecedora donde disfrutaba sentarme con mi mamá, todo estaba en ruinas.
Aunque yo no estaba seguro de como llegar a mi casa ni de como encontrarla, lo único que hice fue darle una descripción a Centir de todo lo que sabía y recordaba.
Desde ya hace años él la había encontrado, no dude de Centir en ningún momento porque, aun con todo chamuscado, aun sin siquiera ser capaz de reconocer mi casa, dos lapidas forradas de nieve y hielo se alzaban frente a mí.
Dejando la mochila que llevaba a un lado, me senté de forma recta frente a ellos.
Al fin pude volver.
—Así fue como termino nuestra familia...
Talle un poco las piedras cuadradas con la manga de mi gabardina y al terminar, ambos nombres grabados eran apenas visibles.
Eran irreconocibles.
Lo único que podía verse era un apellido.
—"Eros..."
Ese es mi apellido.
Mi cabeza lo recordó por mí.
Sin saber que decir, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos y mi nariz irritada por el frío se puso aún más roja.
Shiu...
Centir, acercándose a mí como si estuviera preocupado me pico un poco la mejilla tratando de animarme y aunque normalmente esto era suficiente, ahora era inevitable que mis lágrimas dejaran de caer.
Una tras otra.
Tras otra.
Las emociones se liberaron.
Las que habían estado guardadas dentro de mí estos diez años que estuve lejos.
Comencé a hablar con ellos.
Antes había pensado en que decirles si los volvía a ver.
Lo imaginé.
Lo repase mil veces.
No pude pronunciar ni una palabra de eso.
—Hola...
¿Así estará bien...?
—Puede ser que ni siquiera me reconozcan, después de todo han pasado más de diez años... Pero de todos modos quería verlos...
Hablándole a lapidas, me presenté.
—Soy Eypril... Mamá, papá... —Sintiendo un nudo en el pecho y garganta no pude evitar apretar mis puños sobre mis piernas vacilantes.
Teniendo años deseando verlos de cualquier manera, justo ahora teniéndolos frente a mí las palabras que quería decirles no salieron.
—....
Lloré más.
—Mamá, papá, les presento a Centir.
Limpie sus lápidas.
Con mi mano, quite los pocos restos de hielo encima de mamá y acaricie la piedra como si fuera el cabello rubio hermoso que aún recordaba.
Mientras, con la otra mano hacía lo mismo con la de papá.
—Él ha sido mi único amigo después de que nos separamos...
Me callé un momento.
El aire en mis pulmones me hacía falta.
—Yo... Yo quería presentarlos y quería hablar con ustedes...
Gotas, como si se tratara de lluvia, empezaron a chorrear por mi barbilla.
—Yo quería que ustedes vieran todo lo que he aprendido y quería que vieran cuan fuerte me he vuelto...
Entonces, sin poder siquiera llorar con todas mis fuerzas, ni con todo el volumen de mi voz en medio del bosque, los abracé a ambos como si aun estuvieran aquí.
—Los quiero...
......................
...............Shiu................
......................
—Lo sabemos Eypril...
¿Eh?
Una fuerza que no me pertenecía me empujo hacia el frente y una agradable luz azul me envolvió.
Un calor nostálgico.
Una temperatura nostálgica.
¿Qué está pasando...?
Una fragancia que al entrar por mi nariz me hizo feliz.
¿Qué es esto...?
Una voz que había olvidado.
Sin comprender nada, mis sentidos hicieron el trabajo por mí.
Rodeandome con un cálido abrazo, algo ahora me envolvía.
—M-Ma... Ma...
No lo digas...
—Ma...
No te ilusiones...
Sin saber cómo.
Aunque fuera alguna treta de alguna creatura.
Nada me importó, mis brazos se cerraron en su espalda y mi cara empapada se dejó caer en su pecho mientras me deshacía en llanto.
—Mamá, mamá, mamá, mamá... Te extrañé… Te he extrañado...
Si vas a morir así de fácil aprovecha la ilusión.
Revolviendo mi cara en el hombro de mi madre una y otra vez no lo podía creer.
Mi corazón estaba lleno.
Mi cabeza estaba perturbada.
Temiendo de lo que podría encontrar al abrir mis ojos.
Mi cuerpo no soportará encontrarse con una mentira.
Quería que ese momento durase para siempre, no podía cerrar mis ojos más fuerte de lo que ya estaban mientras me aferraba a ella.
—Mira cuanto has crecido...
Escuche la bella voz de mi madre una vez más.
—Seguramente ahora eres igual de alto que yo.
Una mano me paso por el cabello y me acaricio suavemente la frente.
—Ah, y ahora tienes un hermoso pelo rosado...
Sus dedos jugueteaban con mi cabello justo como recordaba de ella.
—Yo también te he extrañado Epi.
¿Eh...? ¿Que es esto...? ¿Que es esto...? ¿Qué demonios es esto...?
Sin poder mantener mis ojos cerrados más tiempo, la incertidumbre me ganó y mis dudas se fueron por completo.
Solo hay una persona que me ha llamado Epi en todo el mundo.
Tomando al ser de los hombros lentamente lo alejé de mí mientras lo miraba.
Aunque el cuerpo sin duda alguna se sentía, olía y sonaba como recordaba a mamá, lo que tenía en frente era una llama azul.
Flotando.
Sin forma humana a mi vista.
—¿Mamá? —Las palabras apenas me salieron.
Cuando la llamé mamá sentí su sonrisa, sin poder verla, de alguna forma sabía que ella me estaba sonriendo.
—Sí.
—E-¿eh? —La increíble llama comenzó a tomar forma.
Desde la mano que tenía presionada contra mi mejilla, hasta las hermosas puntas de su cabellera rubia.
Finalmente, su expresión facial y sonrisa surgieron, y gradualmente, su tono de piel y la pigmentación de su cuerpo originalmente azul como la llama, se transformaron hasta alcanzar el tono puro y blanco de su hermosa piel.
Era fuego pero no me quemaba, por el contrario, si no fuera por esa calidez, nunca podría haber recordado su suave temperamento.
—Ma...
—Epi... ¿Por qué estás aquí?
Me interrumpió.
—¿Eh?...
—Creo recordar claramente lo que te dijimos aquel día.
Me regaño.
El regaño más deseado.
El más amado.
No pude evitar sonreír mientras lloraba.
—Lo que me dijeron... lo… lo... —Mi cabeza se nubló y mis pensamientos comenzaron a moverse—. Lo que ustedes...
Imágenes comenzaron a correr por toda mi cabeza y el fuego empezó a consumirlo todo.
El fuego Blanco.
Mi habitación quemada, los muebles quemados, las paredes en llamas, unas llamas blancas consumiéndolo todo y...
Llamas negras...
Blanco y negro.
Al recordarlas y verlas sentí como si mi cuerpo se partiera en dos.
—¡Aaagg! —El dolor me devolvió al presente y un cálido confort me dejó entre sus brazos.
Que...
—Epi... No hace falta que veas eso, pero si no recuerdas, para eso estoy aquí, para decirte las palabras de papá y mamá.
Mamá me sostuvo la cabeza y me miro a los ojos.
Las llamas del cabello de mamá comenzaron a desvanecerse.
—M-
—Eypril... —El calor de sus manos comenzó a desaparecer—. Encuéntrala —La forma de mamá empezó a reducirse— Tu felicidad —Una esfera de fuego (mi madre) había comenzado a desaparecer.
—Te amamos Eypril; siempre te amaremos.
—¡Mamá!
—Y también gracias... Centir... Te encargamos a Eypril.
Sonrió.
Pude escuchar su risa una vez mas.
De forma fugaz.
El fuego azúl comenzó a hundirse en la tierra.
—Ah- ¡Mamá! —Tratando de alcanzarla, mi mano se hundió en la nieve.
Ella ya había desaparecido.
Ya no existía.
El cálido confort cambio rápidamente a una temperatura helada.
Entonces una pequeña chispa de fuego azúl saltó de la tierra y su forma cambió a un pequeño enjambre de mosquitos o un listón transparente, Centir.
En el instante en que ya no había fuego, Centir, como si estuviera agotado, floto a un bolsillo de mi mochila de provisiones.
Sin saber que decir, mi boca se selló para dejar descansar a mi amigo.
¿Acaso Centir hizo todo esto...?
Zhiu~...
—... Ah-.
Entonces volví a mirar de nuevo la tumba de mamá y recordé claramente las palabras de ellos aquel día y de ahora.
En este mismo instante y con la compañía de mi mejor amigo, estoy decidido.
—Mi objetivo se ha decidido... Padre... Madre... ¡Yo la encontraré! ¡Encontraré mi felicidad!
Después de hacer una oración a la diosa Gaia y limpiar un poco las tumbas de ambos, me despedí de mis padres y volví a mi camino comenzando con el pie derecho.
Ahora ese sentimiento de freno que sentía al salir del pueblo frío había desaparecido.
...****************...
POV Eypril Eros. (Desconocido.) (Desconocido.)
—En aquel entonces ese primer paso solitario fue el comienzo para mí, el comienzo de mi vida.
Mirando de cerca a los tres seguí hablando.
—Sin saber nada de lo que se avecinaba y siendo ignorante del mundo frente a mis ojos llenos de posibilidades.
Fué ridículo.
Demasiado cómico, pensar que podría vivir de manera feliz sin ningún problema…
Ahora que lo pienso, El Cuarto Mundo y la diosa Gaia debieron reírse de mí.
Levantando la mirada hacia los ojos del chico traté de buscar dudas en su mirada, pero, al instante me di cuenta que era inútil buscar fuego bajo el agua.
Esa mirada se parece a la mía cuando hablé con mis padres en aquel entonces… No… Es imposible compararme con otro ser humano, todos somos diferentes.
—Entonces no desistiras verdad…
Le pregunté por última vez, solo por si alguna duda llegase a asomarse de su perfecta mirada segura, pero solo me sonrió.
—Bien, sin embargo, esta historia es larga, y comienza con el yo que empezó con el viaje para cumplir el sueño de sus padres y el sueño de sí mismo, no con el yo que les está hablando ahora.
Mire a mi viejo pequeño amigo, mi nuevo amigo y mi próximo favorecido mientras acariciaba mi barba larga entre los dedos de mis manos viejas.
—Mmm, veamos, para responder a la pregunta que me haces, creo que una de las cualidades u objetivo a poseer sería sin duda la selección susurrante de la Diosa, La Leyenda, en mi opinión, esa es una de las cosas que debes de obtener para convertirte en Héroe como yo…
En el capítulo anterior me reencontré con mi familia.
[¡Nueva imagen! Hago lo que puedo con mis habilidades y las de la IA]
[En algún lugar del bosque del sur]
Pov Eypril Eros (Candidato a héroe elegido por el Mundo)
La ventisca se sentía más fría.
Había pasado un día completo desde que había seguido mi camino en la dirección que me indico Centir.
¿Será el sonido de mis botas aplastando la nieve?
Tal vez sea que el viento ha empezado a correr en vez de quedarse estancado.
¿Acaso no se está poniendo verdaderamente helado?
Tan frío que si me cubrieran con agua terminaría siendo un bloque de hielo gigante.
—Uwaaa... ¡Que frío! —Me protegí del viento.
Incluso mi gabardina más gruesa que la piel era delgada para la situación en la que estaba.
Me abracé a mi mismo tratando de guardar el calor.
El poco que aún tenía.
Se había vuelto así de difícil después de escoger el camino que Centir había indicado.
—Oye, ¿seguro que vamos por el camino correcto?
Centir parecía muy distraído con el bosque.
Como si estuviéramos de paseo.
Sin embargo, al escucharme, retomó la compostura y creando un sonido parecido al de una espada que corta el aire acompañado por una fina cinta formada por imperceptibles hilos de luz, (su cuerpo), paso cerca de mi oído derecho.
—Normalmente... Esto lo miro de manera más increíble, pero con todo este ambiente de bosque pareces un enjambre de mosquitos...
¡¡Shiuuuuu!! [¡¿Que dices idiota?!]
—¡Aaah, ya perdón, perdón!
Centir empezó a revolotear sobre mi cabeza haciendo su sonido increíblemente molesto.
—¡Solo era una broma!
¡Shiuuuuuuuuu! ¡Shiu! [¡Si no fuera por mi estarías más que muerto entre las raíces de un treant ¡Hump!]
...----------------...
[[[En realidad todos los diálogos de Centir están en la imaginación de Eypril]]]
...----------------...
Chistando la lengua le contesté a sus quejas infundadas.
—¡Con esa actitud es difícil pensar que eres la energía más importante del mundo, te comportas como un niño! —le dije mientras destapaba mis oidos.
Entonces esperando su respuesta me detuve.
—¿Centir?
No contesto.
—Oye, deja de bromear, ¿dónde estás?
No dijo nada.
—Ahh, está bien, dejaré de bromear, pero ten por seguro que el viaje será más aburrido sin hablar.
Ese maldito se hizo indetectable para no responderme de nuevo...
...****************...
[En alguna parte del bosque del sur]
Pov Antell Trynk (El incorregible peleador)
En estos días de tormenta de nieve el bosque es un cementerio helado.
Las criaturas que no encuentran refugio en sus madrigueras o aquellos que no la tienen, terminan enterrados bajo el hielo.
Caminando por el bosque se pueden ver pequeñas protuberancias de nieve, sin duda puedes pensar que cada una de ellas es una bonita tumba de la madre naturaleza para sus víctimas.
Por eso, es importante seguir el camino de ruta comercial que une a los pueblos o podrías quedar atorado en un hoyo con todo y carretón a esperar ser comido por alguna creatura...
—¿Por qué tuve que venir aún estando retirado?
Sintiendo fría la nariz de tan asquerosa tormenta, lamente mi conexión con el gremio.
—Porque somos los únicos capaces de aniquilar a esos desgraciados.
La chica con boca sucia de pueblerino que me contestó era nada más que mi hermosa esposa...
—No veo rastro de ellos... ¿Por qué no volvemos a reagruparnos? —Pateé el bulto de nieve frente a mi dejado al descubierto el cadáver de un pequeño roedor tieso.
—No seas idiota, no estoy dispuesta a dejar que esos malnacidos sigan libres, y seguro que vuelven para cazarnos con más de ellos si llegamos a retroceder de esta persecución —Caminando hacia mi derecha volteó para mirarme a la cara.— Tu sabes cómo son los lobos.
—Lo entiendo, ¡lo entiendo! —me quejé.
Como si mi madre me estuviera regañando.
—Además, sabes que podremos aligerar un poco la carga de ella.
—¡Ja! —Me reí ante su pobre intento de convencerme para seguir.— ¿Tú crees que podremos aligerar la carga de Felicia cazando unos perros de monte?
—Antell, tú sabes que hasta el mínimo esfuerzo en la decisión correcta puede cambiar algo en el futuro, ¿verdad?
—Ah... ¿Viniste para recordar viejos tiempos...? Y yo que pensé que mi esposa era una santa... Resultó ser todo lo contrario...
Tratando de abrazarla, me apartó.
—Y yo pensé que aún tenías buena vista, pero ahora veo que no.
Siguiendo su dedo con la mirada, lo que había frente a mi era la huella de un lobo del tamaño de mi cara.
—¿Cómo demonios se me escapó...?
—Tantos golpes te han dejado estupido.
—Eso es seguro, pero no pregunte eso...
—Démonos prisa, no deben estar muy lejos...
Siguiendo la larga cabellera negra y lacia de mi esposa me adentré en el bosque aún más.
Aún así... ¿Por qué no he aprendido de mis errores?
Me lamenté.
Desde el momento que la conocí.
Recordé.
Seguir esa hermosa cabellera nunca ha sido una buena decisión...
No pude evitar sonreír.
Pov Eypril Eros (Candidato a héroe elegido por el Mundo)
¿Cuánto tiempo ha pasado desde que dejamos mi casa?
Me referí a las ruinas.
Con cada paso en la nieve y con el aire helado recorriendo mis mejillas, lo único que podía desear en ese momento era algo más cálido.
Incluso ese lugar era menos frío que esto...
Me referí a la única habitación que he tenido por más de cinco años...
Mi celda.
Sé que mi decisión repentina puede causarle contratiempos a ese viejo.
Aún sabiendo lo que puede pasar no me importó. Tenía que ver por mi.
Si seguía estando en ese lugar mi destino era solo uno...
Un destino desagradable.
Un destino un poco imposible...
—Héroe...
Cada vez que digo o escucho esa palabra mi cuerpo se contrae.
Me molesto.
Una irritación y un bajón de ánimo me invaden.
—Para empezar, ¿qué se supone que es un héroe? ¿Ahh?, ¿Tú lo sabes? —le pregunté a Centir
Aún sabiendo ya la respuesta que me daría.
La misma de siempre.
[Shiu~ shiu~ shiu~ shiuuu~ shiuuuu~ shiu~.]
Si, la misma respuesta, algo completamente incomprensible.
Sin embargo, si me preguntaran por qué hago esta pregunta a alguien que ya sé lo que va a decir es obviamente solo por una razón.
¿Acaso ese sonido no es lindo?
[Shiuu~ Shiuuushiu~]
¡Y no solo eso!, pareciera que cada vez que lo escucho el estrés se va de mi cuerpo.
Sin duda alguna, por mi amigo, podría jugarme la vida en el bosque más peligroso en la zona más peligrosa, del mundo más salvaje de todos, lleno de monstruos, yokais o cualquier otra cosa.
Así de fuerte es mi relación con él.
Shi-.
Entonces, interrumpiendo lo que fuese que estuviera diciendo y como si hubiera leído mis pensamientos, Centir comenzó a moverse de manera irregular frente a mí para llamar mi atención.
Peligro.
Eso era claramente lo que me quería decir.
¡Shiuuuuu! [¡PELIGRO!]
Por lo inquieto que estaba vi claramente que no era algo pequeño.
Antes, este bosque ya había sido transitado por los demás chicos en el pueblo.
Seguido llegaban con mordidas y arañazos de garras por todo el cuerpo.
Arañazos del tamaño de cuchillos por todo su cuerpo.
—Bueno, tranquilo Centir, si son solo lobos no podrán hacerme nada.
Tan pronto hablé un aullido perturbadoramente fuerte recorrió el bosque como una ráfaga de viento.
Cómo si me respondieran.
Los animales voladores se espantaron y aleteos incontables se escucharon sobre mi.
—Pero que... ¡Oye!, ¡¿por qué no te diste cuenta antes?! ¡Eso se escuchó demasiado cerca!
¡Shiu Shiu! [¡¿Por qué estoy a cargo de todo?!
Incluso el hedor me llegaba a la nariz.
Sangre...
Miré al rededor.
Miré entre los árboles.
Me puse en posición.
—¡Prepárate, me pondré en forma para-!
Sin previo aviso, los sonidos de las pisadas de los lobos en la nieve comenzaron a sonar.
Se desplazaban entre los árboles y los treants en un intento de despistar mi atención.
Me están cazando...
Tratando de concentrarme con todo ese ruido que hacían al correr, logre captar sus intenciones como si de agujas se tratase, sus miradas me atravesaban con todo su instinto asesino.
—Un instinto asesino puro desde catorce direcciones...
E-esto... Es casi una manada entera...
Los observé. Con cuidado. Sin perderlos ni un solo segundo.
Corrían en contra.
Formando un círculo perfecto a mi alrededor.
Entonces, en un instante, como si siguiesen ordenes pararon.
Había algunos detrás de árboles y otros mostrándose completamente.
Solo entonces, dos de los más grandes salieron de la emboscada y se pararon en medio del camino que seguía.
Ya lo entiendo...
El porqué Centir no sintió la presencia de bestias acechando.
Esto era una trampa, y.
Definitivamente, estos eran lobos, pero no bestias.
Blanco.
Fuego blanco.
—Llamas blancas...
Después de bloquear mi camino pude verlos bien.
Observados detenidamente.
Observando sus colas detenidamente.
En vez de colas felpudas y sucias lo que había era fuego.
Un fuego peligroso.
El más peligroso de todos.
Las llamas en sus colas se movieron de manera furiosa con un fuego blanco.
Están infectados con miasma...
—Incluso siendo yo el que está atrapado aquí no creo que pueda salir de esta ileso...
Fui arrogante...
Aún así, aún sin ser combatiente o experto en batalla, aún sé lo que debo hacer al enfrentarme a una bestia.
—¡Centir!
Rompí el hielo.
Antes de que estén en completo orden.
O eso traté.
Con un grito así los lobos normales habrían comenzado a gruñir y se hubieran puesto a la defensiva, sin embargo, estos no se movieron.
Ni un milímetro.
Solo el lobo más grande de los dos que bloquearon mi camino saco su lengua y se saboreó.
Con que es asi... Siquiera podré romper su formación...
Sin esperar más, el lobo lider aulló.
Al cielo.
A su manada.
Moviendo las orejas en respuesta al aullido, dos de los lobos negros a mi alrededor comenzaron su carrera hacia mí.
Intercalados, saltando tan rápido que parecían dejar sombras residuales tras de ellos.
Pero demasiado directos, a una velocidad en la que no podrán parar por precaución si quisieran.
Después de todo, la cabeza por muy evolucionada que esté, sigue siendo de un lobo.
—¡Barrera!
Grité el nombre de mi magia.
Con el sonido de mis palabras, la facilidad de imaginar y dar forma y orden al centir en mi, aún en momentos de desesperación, es mucho más sencillo.
Dos segundos después, pequeñas paredes traslúcidas salieron del piso haciendo que ambos proyectiles vivientes quedarán como papilla frente a mis barreras.
O eso es lo que debería haber pasado.
Nada está saliendo como lo predigo.
Por el contrario, mis barreras eran las que se habían roto, teniendo cada una un agujero en ellas hechos por la cabeza de los lobos al haberlos detenido en seco de su carrera definitiva.
—¿Pero qué...? ¡Ni los estudiantes del pueblo eran capaces de atravesar mis barreras de esta forma!
Las colas de los dos lobos detenidos se avivaron como flamas
—Mis... Mis barreras se están rompiendo...
Un segundo rugido hizo retumbar la tierra en mis pies y otras dos sombras negras comenzaron a saltar directamente hacia mí.
—¡Barrier!
Dándole de nuevo la misma orden al centir en mi interior, aparecieron otras dos paredes en los flancos de mi cuerpo.
Chocaron una vez más e hicieron agujeros en ellas también.
Cada una de mis barreras había sido atravesada por la cabeza de esos lobos.
Por eso algunos ya tenían las cabezas sumidas y otros parecían moverse con el cuello roto.
—¿Qué clase de resistencia tienen estos monstruos...?
Una vez más el sonido de quiebre de mis barreras me erizó la piel.
Aunque todos debieron haberse roto el cuello solo de estrellarse a esa velocidad, los lobos seguían abriendo y cerrando sus mandibulas sin parar, haciendo gruñidos como si estuvieran hambrientos.
Un sudor frío bajo por mi espalda.
Estos lobos son más fuertes de lo que pensé...
Y no solo eso, el miasma ha empezado a mutarlos.
Prueba de eso, era que los lideres, los dos frente a mi medían un metro más que todos los lobos a mi alrededor.
Aparte de eso, los cuatro atorados no retroceden, alargan sus cuellos y tratan de alcanzarme con sus mandíbulas, pero no los estoy reteniendo, si pensasen como animales normales, ya se hubieran escapado, pero solo siguen hacia adelante, es obvio que el miasma les ha podrido los pensamientos para aumentar su fuerza natural.
—Lo único que agradezco es la idiotez de estas criaturas... Pero esos dos...
Mire al par de ojos pensantes y brillantes que me miraban de lejos.
En un lugar seguro.
Esos dos claramente están esperando algo...
Entonces lo noté.
Por pura suerte.
Un regalo del destino.
El reflejo del sol me golpeó en los ojos, a través del reflejo de mis barreras.
La luna está apareciendo sobre mi.
La noche se avecina.
Esto es malo... Si se hace de noche podría comenzar a pasarla mal...
¡Shiu shiu!
Mientras me distraía con el sol, Centir me llamó.
Moviéndose desesperadamente me di cuenta de lo que señalaba.
El lobo grande de la derecha dejó de estar sentado y abrió su ocico, pude escuchar cuando tomo aire.
—¡Ese maldito...!
Un aullido más fuerte que los anteriores resonó de su putrefacto hocico y sin jugar más con su comida, los ocho lobos restantes comenzaron la embestida.
Una canción de patadas, gruñidos y ladridos me envolvió.
Las pisadas de los lobos eran demasiado rápidas.
¡Mierda, si estos me muerden sin duda quedaré hecho picadillo! Pero al menos... Aunque no pueda detenerlos, debo evitar eso...
Levantando las manos y concentrándome en las ocho sombras negras que corrían, enlacé una dirección en cada uno de mis dedos y comencé a controlar el centir.
Primero los dos más veloces...
Concentre mis oídos en el sonido de sus patadas.
—¡Ahora!
¡Si no puedo salir de su camino, entonces haré que me saquen de él!
Moviendo un poco los dos dedos que tenía enlazados a cada lobo, paredes aparecieron frente a ellos, pero no paredes para detenerlos, sino para redireccionar.
—¡Aguanten por favor!
Los rozaron.
No los detuvieron.
Los lobos más veloces, terminaron cambiando un poco su dirección, lo suficiente para que me pasaran de largo, a mi derecha y a mi izquierda.
Justo donde los que quería.
Teniendo tan cerca sus ojos de mis manos, lo único que necesitaba era que no me vieran.
—¡Destello!
Una luz salió de la palma de mis manos.
No era una luz simplona como la que usé para caminar entre los treants la madrugada pasada, era una luz que iluminaria una calle entera de noche.
Ahora era totalmente de noche, desde hace unos segundos todo el bosque era solo oscuridad y sus ojos ya se habían acostumbrado totalmente al ambiente.
Eso aumentó el efecto de mi magia.
Ambos lobos siguieron su camino tan rápido como venían hacia mí, pero terminaron estrellándose con un par de árboles que a su vez soltaron un chillido.
Eso está bien...
Eso salió excelente.
—¡No se sientan mal, ustedes no serán los únicos!
Con la velocidad de mi magia de muros al maximo cada lobo cambiaba de dirección a mi placer.
—Tercero, cuarto.
Chocaron contra otros treants mientras eran segados.
—Quinto, sexto.
Subieron por dos rampas hechas por mi magia y volaron por encima de mí.
—Septimo, octavo...
Siendo guiados por mis paredes se atoraron en un cuello de botella el uno con el otro y se comieron entre ellos.
—Noveno, décimo...
Los hice dar una vuelta completa en unas rampas parecidas a ruedas de carretas y terminaron con la cabeza enterrada más allá de la nieve.
—¡Y...!
¿Blanco?
Una sacudida casi me hace perder el conocimiento.
Había comenzado a volar.
El peso de mcambio,po ya no era cargado por mis dos pies adoloridos, en cambio muchas cosas comenzaron a golpearme el cuerpo.
Por todos lados.
Sonidos de ramas quebrándose.
Sonidos de troncos quebrándose.
Sonidos de huesos quebrándose.
Un zumbido en mis oídos.
......................
¡Mis ojos se van a salir!
—¡Aaaaaaaahg...!
No hay aire...
Estaba vacío.
Trate de llenar mis pulmones una vez más.
Mi grito, mis quejidos, mis latidos.
Eso era lo único que se podía escuchar entre el silencio del bosque nevado.
Sentí como mi cuerpo se empezaba a calentar por toda la espalda.
Un montón de nieve que estaba sobre la copa del árbol en el que había quedado encajado cayó sobre mi cabeza.
Pude sentir como un líquido caliente se abría paso entre el hielo y desde el fondo de mi garganta.
Asco.
Apenas alcance a ponerme boca abajo una bocanada de sangre junto a lo que había comido antes de quemar la casa del viejo salió de mi boca.
—Grubb... Ah... —La nieve se manchó de rojo y el árbol que me detuvo del golpe parecía estar agradecido empezando a mover sus raíces cerca de dónde había escupido.
Uno de los dos lobos grandes que había estado atrás, solo mirando, me había golpeado tan fuerte que terminé volando.
Peligro... Sabía que era inevitable cuando salí del pueblo...
El mismo lobo caminó lentamente hacia mí haciendo escuchar sus pisadas.
Quiere jugar conmigo.
Si quisiera matarme, ya lo habría echo, como cuando me golpeó.
Lo necesito... Necesito mi centir...
Puedo usar más, puedo crear más barreras, pero sigo manteniendo los muros que hice en el bosque alrededor del pueblo.
Si no los mantengo, si los elimino seguro llegarán aquí en un santiamén...
Me meterán en la prisión de nuevo...
Otro aullido salió del hocico del lobo líder.
Aunque termine con este maldito monstruo tras de mí... Aún queda el otro...
En respuesta, el lobo grande que me había golpeado y los otros que aún se podían mover, comenzaron otra arremetida.
—Mierda... No entiendo porque siquiera lo intento...
Mis brazos parecían funcionar mal.
Trate de arrastrarme con ellos hacia el tronco del treant con el que había chocado pero tronaban.
Con cada movimiento que hacía, sonidos desagradables venían con ellos.
De igual forma me moví.
Recargue mi cuerpo contra su tronco y sintiendo mi espalda destrozada levanté una barrera entre nosotros.
—....
Respiré.
Los lobos más recuperados de su ceguera comenzaron a golpear mi pared protectora mientras el lider que me había golpeado se preparaba para cuando esta se rompiera.
Un pequeño sonido de quiebre sonó y mi barrera empezó a destrozarse por agujeros.
Shiuuu shiu shiuu. [¡No te duermas Eypril!]
Centir con miedo y desesperación comenzó a jalar mi capucha sin lograr nada más que aliviarme con sus pequeños sonidos.
Sin embargo, viendo que los lobos semi infectados no podían quebrar mi barrera por completo el lobo grande que me pateo perdió la paciencia.
Comenzó a acercarse lentamente mirándome a través del muro transparente.
Confianza.
Incluso siendo un lobo podía ver su sonrisa sobre su hocico.
De la misma forma perturbadora en que un perro sonríe.
Él había perdido la capacidad para desconfiar.
Mi centir está por terminarse...
Al lobo grande no le costó más que un paso para destrozarla.
El sonido de una ventana rota animo a todos los lobos putrefactos, los dejó libres para que ablandaran la comida.
Ocho metros... Seis metros... Cuatro...
—Plan completado...
Pude ver como las orejas del lobo lider que aún seguía observando desde lejos se levantaron.
Cómo el perro callejero y sarnoso que era había detectado mi plan.
Olió mi trampa.
Pero no a tiempo.
Le sonreí.
Los lobos pequeños y el lobo grande que había entrado en batalla ya estaban dentro del rango.
Entonces, el sonido de un vidrio siendo aplastado contra el piso se escuchó por todo el lugar.
La tierra bajo las patas de los lobos de fuego se agrietó y piedras salieron disparadas quebrando los cráneos de los perros que comenzaron a rodar a gran velocidad por el piso al ser derrumbados.
Comenzaron a llorar.
Los chillidos de perros no tardaron en salir de sus hocicos.
El lobo grande se quedó sin escudo.
—¡Ahora!
Alzando mi brazo crujiente, con la mano abierta, liberé el centir de mi magia dejando explotar el cubo de aire comprimido bajo tierra.
—¡DESAPARE...!
...****************...
Sh...-Shi... Shiu...
Mirando a Centir revoloteando a mi lado recobre un poco de la conciencia que había perdido en la explosión.
Ya sabía que iba a quedar envuelto.
Un pitido se extendía por mis oídos mientras escupía la nieve mugrosa que se me había metido a la boca.
Nieve roja.
Shiu shiuuuu. [Eypril, Eypril...]
Comencé a mirar a mi alrededor para ver lo que pasaba.
Los lobos estaban colgados de las ramas, balanceándose sin vida y encajados en ellas.
También había otros desparramados en el piso con las tripas de fuera inconscientes y otros tenian espasmos por la falta de "algo".
El lobo grande no se veía; sin embargo, su cola que era más larga seguía encendida sobre la rama de un árbol.
Solo la cola.
Me limpié la boca con la manga de mi túnica y la sostuve un poco para no vomitar más con la escena.
Verdaderamente no aprecio el maltrato animal, pero estos eran unos desgraciados.
Me falta el aire... necesito descansar...
Solté un respiro de cansancio para relajar un poco mi cuerpo y estómagos retorcidos.
Aún teniendo los oídos desechos por todo lo sucedido, no podía ignorar el movimiento de mi compañero, claramente desesperado por mi vida.
Pero aun así no era necesario el sonido para que mi cuerpo se pusiera a temblar, después de todo el maldito lobo líder ya estaba frente a mí.
Con su cola de fuego ondeando.
La única luz en el bosque era blanca.
Todo era alumbrado por esa llama corrosiva blanca.
En las ramas, en las colas de los lobos tirados, la llama blanca del lobo líder parecía estar disfrutando el momento antes de hacerme su cena.
Dejando caer mi cabeza comencé a resignarme por mis propias tonterías fallidas.
Hasta aquí llegué... Qué lamentable final... Sin siquiera poder llegar a una ciudad... En medio del primer bosque al que entro...
—Haah...—suspiré de nuevo—. Me encantaría terminar mi viaje aquí...
Pero si no quiero morir... Si quiero cumplir esa promesa... Al menos debo sobrevivir...
El lobo que había empezado a chuparse los dientes se acercaba lentamente.
No creo tener otra oportunidad como está para poder escapar si me atrapan de nuevo... En esa celda...
—Centir... ¿Piensas que podamos escapar una vez más?
No me respondió.
Las pisadas de las garras sonaban sobre la nieve.
Solo eso se escuchaba.
Es hora de dejar de ser ahorrativo...
Tirado en el piso levanté mi brazo que ahora parecía no estar completamente derecho como mis dedos.
Solo me queda...
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