Introducción: Palabras del autor.

Para todos aquellos que han leído algunas de mis obras y aprecian mí estilo de escribir les invito a leer mí producción literaria en esta App.

Libros de mí autoría :

1_ Ella es diferente. ( Romance con momentos trágicos)

2_ Maldito Violador ( romance – mafia)

3_ Mariposa De Alas Rotas ( romance superación personal)

4_ Solo Mia ( romance , separación y reencuentro)

5- RoK ( Romance – reencarnación )ñ

6- RoK 2. Alba ( Romance -celos posesivos)

7- Rok3. Sam. ( Romance, mafia, amores prohibidos, superación )

8- Z de Zorra. ( romance. Erotismo. Superación personal)

9- Mí ángel Azul ( Romance. Vientre de alquiler.)

10- La bella de la Máscara dorada. ( Romance. Superación personal )

11- Renunciaras a nosotros. ( romance. Mafia)

12- Tuareg, el hombre Azul del desierto ( Romance, fantasía, humor, tribus desconocidas )

13- Diez citas para el compromiso ( amor adolescente, reencuentro )

14- Abandonada en la boda ( Mujer fuerte. Humor- pasión y erotismo )

15- El Regalo de Federica: (Amor pasional. Erótica Amor dulce. Reencuentro. Sentimientos profundos )

16- Un padre para mí hijo. ( Romance. Equívocos. Hijo por fertilización. Mujeres fuertes. Humor )

17- Juana la loca. ( amor, época Antigua , fantasía ) .

18- El amante de mí secretaria : (equívocos, traumas, dulce amor)

19- Maja, la Hackers. ( Búsqueda informática, encuentro, separación, reencuentro)

20_ El Asesino de Flor de Loto:( hermanas gemelas. Búsqueda policial. Suspenso y amor.)

Todas mis obras están en continua revisión y mejora, portadas, redacción y ortografía. Para ello valoro la crítica constructiva de los lectores o su apoyo en cuanto a la ortografía.

Así también, espero sus comentarios en cada tramo de lectura , sabiendo que comentar y puntuar, como dar su voto de los domingos es vital para que el autor pueda destacar su producción.

Detrás de cada obra que la app Novelltom nos ofrece hay un ser humano que dona su tiempo para trasmitir en palabras sus mundos internos.

Para ello, la gran mayoría de los escritores reconocidos, lee mucho sobre el contexto temático que abordará y le imprime su sello personal y creatividad.

Hasta siempre. Disfruten de la lectura y los espero para conocernos en mi chat Noveleras y en el grupo de Facebook llamado Mundo Toon.

Flor de loto. Capitulo 1.

Elsa Elena Isasa. 

El asesino de Flor de Loto.( Mayores de 18 años)

Flor de Loto, casi terminaba su número. El club estaba concurrido como nunca. Las pesadas cortinas rojas bordeaban las paredes y los candelabros dorados emitían luces distorsionadas por los espejos y gotas de vidrios biselados que de ellos colgaban. Algunas meseras ya agotadas por lo tarde de la noche , caminaban de mesa en mesa mientras los hombres y algunas mujeres, bien vestidas y maquilladas, miraban el escenario. La música suave llenaba el salón. 

El humo de los cigarros y las copas chocando eran pequeñas distracciones al final del evento que se aproximaba y se esperaba como cada noche que Flor de Loto proporcionaba a su público. 

El sonido acompañó el movimiento de la danza de la japonesa envuelta en su kimono púrpura y dorado. Y entonces la joven , tiró en un movimiento rápido, su vestidura que voló por los aires y su maravilloso cuerpo desnudo apareció frente a todos. 

Su tez era blanca de una blancura extrema. Sus pechos tiesos y duros con la circunferencia que rodeaba al pezón, destacada con algún tipo de tinte que hacía que la cúspide se irguiera  enhiesta.

 Su cintura tan pequeña y plana dejaba ver su ombligo también destacado con finas líneas de arabescos realizados con algún tipo de tinte. 

Sus caderas redondeadas destacaban  una curva perfecta hacia sus muslos. El pubis tenía la flor que había sido la que dió el nombre a la bailarina. 

Se veía roja y hermosa, apetitosa sobre su vientre. 

El suspiro del público señaló el momento mágico de la desnudez.

 El momento de la culminación del espectáculo se avecinaba. 

Los hombres empezaron a moverse inquietos en sus sillas y apresurar sus tragos de whisky para observar mejor. Fue cuando la bailarina oriental apretó entre sus muslos una especie de grueso bastón y comenzó a moverlo sin tocarlo con sus manos solo con la fuerza de sus músculos pélvicos.

 El público masculino rugía ahora y acercaban dinero al escenario totalmente excitados. Coreaban su nombre. 

Flor..flor…flor…Finalmente luego de el juego sensual y lujurioso de la mujer con su sexo la música se apagó y los aplausos fueron atronadores. 

El telón cayó terminando la sensual presentación. 

La chica se vistió con rapidez y salió hacia la parte trasera del escenario. Ya en su camerino buscó un abrigo lujoso y se tiró sobre los hombros. Tomó su cartera y habló unas palabras con su manager que frenaba a la gente ante su puerta.

 Los guardaespaldas de Flor de Loto abrieron el camino de la muchacha a la salida externa del edificio. Allí le esperaba el chófer que raudamente le acercó a su departamento.

Ella abrió la lujosa puerta con una tarjeta de acceso automático. Puso las trabas y suspiró profundamente. 

Caminó sacándose la ropa y desnuda se sirvió una copa. 

Prendió un cigarrillo y fumando copa en mano fue a su dormitorio.

 Allí en su mesa de luz había una foto de dos niñas idénticas. Nadie que las mirara podría ver una diferencia. Pero ella sí la veía. Miró con profundidad, primero melancólica y luego furiosa la foto de una de las niñas. 

Luego sacó la foto, era la única evidencia que en ese departamento lujoso indicaba que Flor de Loto tenía familia. 

Con ella en mano fue al baño y con su cerillo comenzó a quemarla, convirtiendo en brasa ardiente y luego   ceniza negra la fotografía  sobre el lavatorio de su blanco y pulcro baño.

–¡Estúpida!.¡ Idiota! ¡mojigata!- murmuró–

Luego se metió bajo el chorro de agua fuerte e hirviente.

El ruido del agua apagó el sonido de los pasos del asesino. 

Tenía una máscara sobre el rostro y esperó detrás de una cortina que ella saliera del baño. 

La joven salió del baño y caminó hacia su cama. Allí tiró la toalla y se dirigió al placard dónde estaban sus prendas.

 No llegó a abrir las puertas. Una mano le apretó el cuello y la llevó así apretada arrastrándola  a la cama. El hombre era fuerte y era imposible siquiera pensar en escapar de ese amarre poderoso. 

Él la tiró sobre el lecho y abrió con la otra mano su pantalón. Ella tenía la boca libre y la presión del brazo en su cuello no era tan fuerte. Podía gritar. Pero vio el miembro del hombre  y el deseo del extraño superó su miedo. 

El entró en su interior con salvaje ímpetu, tan fuerte que ella que había tenido miles de experiencias, creyó enloquecer de pasión. El empezó a moverse y su cuerpo automáticamente respondió al embate.

 Entonces el sujeto se sacó la máscara. 

Flor de Loto antes de morir vió el rostro masculino más perfecto y bello del mundo y su deseo hizo explosión en contracciones que no podía evitar. 

El sonriendo apretó su garganta y ella llegó al clímax. El asesino hizo solo un movimiento rápido y la desnuco. 

El hermoso rostro de la bailarina tenía en el momento de su muerte, un rictus de placer y los ojos muy abiertos. 

El cuerpo de ella siguió por un momento sujetándolo. hasta que finalmente le permitió salir. A pesar de que el asesino no terminó,ya que nunca había podido terminar, limpió con detenimiento el cuerpo y el interior de la muerta. Luego escribió la palabra Zorra sobre su cuerpo con un lápiz de labios sobre su pecho.

Y salió lentamente del edificio. Siempre pasaba lo mismo. ¿Cuántos asesinatos fueron? Muchos.Por más bella que fuera la mujer, nunca encontraría una que pueda hacerlo culminar. ¿Nunca lo detendrían?¿ No habría acaso un solo policía en la ciudad que lo detenga?

Antes de pasar por la puerta labrada del frente puso otra vez su capucha y su máscara.La calle estaba tranquila y el asesino no mostró su rostro a la cámara. Trató de remedar el paso de un cojo mientras el radio de la cámara del edificio lo registraba. Y luego se perdió en la noche, tiró su máscara y la ciudad lo tragó entre sus calles y su gente. 

Flor de Loto 2

Autor: Elsa Elena Isasa.

_¿Qué haces María Cristina? Ya es hora que los niños duerman.¡ Basta de cuentos de príncipes y Hadas! Debes hacerle rezar sus plegarias nocturnas. –dijo la hermana Clara entrando en el dormitorio de los niños. 

Los niños como en bandadas corrieron a sus camas y se acostaron tapándose de inmediato. 

– Aman los cuentos, hermana. Han rezado a la tarde en la misa. Ya se han acostado.¿ Los ve? Parecen angelitos a punto de dormir. -

– Esos cuentos los excita.Y la vida para ellos no será fácil. Son huérfanos y deben asumir su condición para enfrentar el futuro. Eres una soñadora Maria Cristina. Debes ser realista. –

– Está bien, hermana Clara. Voy a mí dormitorio. Hasta mañana–

Maria Cristina Kioto tenía un pequeño dormitorio en el orfanato donde ella y su hermana fueron abandonadas cuando eran niñas por una mujer desesperada.  Su madre era japonesa y su padre un poderoso mafioso que no deseaba hijos.Cuando supo que su amante tenía frutos de su relación la amenazó de muerte y ella tuvo que esconder a sus hijas prometiendo rescatarlas. Pero nunca volvió. Por lo menos esa fue la historia que le contó a la directora dejándole todas sus joyas. Y así se criaron, ambas, gemelas juntas. Hasta que su hermana María Luisa se escapó con dieciocho años. Eran unidas y se amaban hasta ese nefasto día. Su hermana se fue sola y enojada con ella. Sin embargo, María Cristina solía llamarla y conversaban un rato, reconociendo su voz a la distancia. Maria Luisa le hablaba de conseguir dinero y viajar juntas a la tierra de su madre. Pero eran sueños locos que no creían que se cumplirían. 

Cuando comenzó a sacarse la ropa para ponerse el pijama sintió un tremendo dolor en el pecho y opresión de la garganta. 

Y sintió miedo. Mucho miedo por su hermana. Corrió a dónde la hermana Clara con los ojos desencajados por el dolor agudo. Y se desmayó a sus pies. Antes de cerrar los ojos al inconsciente

tuvo la plena seguridad que su hermana Gemela estaba herida o muerta. Y no estaba en un error. 

****

El movimiento en el departamento de Flor De Loto, esa mañana era sigiloso y profesional. El fotógrafo sacaba las fotos del cuerpo, mientras el jefe de investigaciones de cuclillas observaba a la mujer desnuda que parecía dormir sobre la cama. 

En una esquina de la habitación la empleada que había encontrado el cuerpo lloraba aún, en silencio, atendida por una policía femenina. 

José Maria Riera sabía que esa mujer muerta conocía a su asesino. Nada en su rostro, en su cuerpo, en la habitación evidenciaba lucha o pelea. 

Se diría que la fallecida estaba feliz antes de morir, su cara mostraba una sonrisa congelada y sus ojos muy abiertos aún, miraban sin ver, hacia el costado de la habitación donde su cuello había girado. 

Lo único que en realidad denotaba que fue asesinada era la palabra zorra en su pecho. 

Escrita en imprenta con letras rojas realizada con algún marcador de punta gruesa e indeleble. 

El forense ingresó en ese momento poniéndose los guantes y calzado ya con su cubre zapatos reglamentario. 

– Buen día Jefe. ¿Cómo vamos?--dijo en forma profesional. 

– Buen día doc. Aquí estamos con Flor de Loto. Te diría que todo parece una encamada normal si no fuera que está muerta. Aparentemente desnucada. La encontró la señora de la limpieza.--

El forense se acercó y la miró detenidamente. 

– Es muy hermosa. Y muy blanca. Quizá 12 horas desde que la asesinaron. Comenzaré a organizar para llevarla para la autopsia. 

– Okey. Revisaré todo aquí. Es probable que haya sobre su cuerpo huellas dactilares. Esas japonesas se untan el cuerpo con cremas después del baño. Hay una toalla junto a la cama. Aparentemente se había bañado antes del suceso.--

En eso el teléfono de la fallecida empezó a sonar. 

Todos quedaron expectantes. 

Riera sacó su pañuelo del bolsillo y tomó el celular.

– Hola– Dijo una voz femenina desesperada– ¿Marilù? ¿Eres tú?--

– ¿Quién habla?--

– ¿Quién es usted?¿Qué ha hecho con Marilù?--

– Si Marilù es María Luisa Kioto está muerta Señorita. ¿Y usted quién es?--

– ¿La mató verdad?¡El asesino le rompió el cuello!-- respondió María Cristina con voz ahogada.--

– ¡Cómo lo sabe Señorita! ¡Cómo se llama!- dijo Riera– No intente cortar. ¡La encontraremos!Soy el oficial Riera.Estoy a cargo del caso. -

– Yo iré allí- dijo la voz femenina y cortó. 

José Maria Riera quedó con el celular en la mano y masculló una maldición entre labios. Sea quien fuera que llamó lo hizo desde un teléfono público y sería bastante difícil localizarla. 

Parecía no ser un buen día para él. Puso el celular en una bolsita plástica y se dedicó a seguir con la investigación. 

– Que se dice en la prensa– dijo el agente que lo acompañaba – 

– “Fallecimiento por aparentes causas naturales”. No levantemos la perdiz aún.La palabra zorra ya apareció en otros cuerpos de prostitutas. Es el sello del asesino o la asesina.Esto lo molestará– dijo Riera.

****

En otro punto de la ciudad, el asesino recién se levantaba. Sé higiénizo en un lujoso baño y luego prendió la cafetera mientras miraba las noticias en su tablet. 

–Nada aun– dijo entre labios. 

Tomó su café sin azúcar y luego se puso ropa de gimnasia. 

Salió de su lujoso departamento en un barrio privado. Comenzó a correr saludando a los residentes del complejo con una hermosa sonrisa y recibiendo respuestas cordiales de todos. 

El sol ya picaba en su rostro bello y mentalmente se enojó por no colocarse protector o gorra pero siguió haciendo el mismo circuito de todos los días. 

Volvió a su departamento, se desnudó y se bañó. Su cuerpo era una escultura perfecta bajo la lluvia de la ducha. Envuelto en una toalla se preparó jugo de frutas mientras volvía a mirar las noticias en su tablet. 

– Nada todavía– gritó molesto en el silencio del departamento.Era probable que la latina que era la doméstica de Flor de Loto hubiera ¿faltado a su trabajo? 

Prendió el plasma inmenso de su sala y vaso en mano, tomando el batido de frutas, comenzó a pasar los canales. Entonces vió al inspector General de investigaciones José Maria Riera.

– Aún no podemos asegurarlo– decía– pero todo aparenta que fue una muerte natural la de la señorita María Luisa Kioto, llamada Flor de Loto. 

– ¡Muerte natural!,¡desgraciado infeliz! Yo la maté. ¡Maté a esa zorra!-- dijo el asesino tirando el vaso de jugo al plasma. 

Flor de Loto 3

Elsa Elena Isasa.

Jose Maria Riera, miraba atentamente el informe de la carpetilla que le entregó el forense y observaba con detalle cada explicación en el cuerpo de Flor de Loto, que estaba acostada sobre la bolsa, con el cierre de la misma aún abierto. 

“Lunar redondo en la entrepierna derecha enrojecido por fricción, probablemente por acto sexual violento”...

El inspector José Maria tocó con sus guantes la pierna ya endurecida y vió la zona descrita.

- Es probable que la haya violado antes de matarla,-- pensó – quizás no fue sexo consensual. 

Volvió a mirar el cuerpo completo de la chica y siguió leyendo el informe. El forense no había localizado ni flujos ni marcas de dedos, ni huellas dactilares, ni piel bajo las uñas, ni pelos, nada extraño a la muerta.

 El asesino limpió todo su cuerpo después de usarla. Era un maldito loco maníaco e inteligente. 

La forma de desnucarla también fue perfecta. No sé evidenciaba golpes o moretones en el área del cuello. Parecía una hermosa muñeca de porcelana tendida sobre la fría superficie de la camilla de la morgue. 

– ¿Quién fue el que te mató? – dijo en voz alta en la solitaria y fría habitación. 

Su pregunta retórica quedó flotando en el aire.

 Allí ya no podía hacer nada más y decidió levantar el cierre de la bolsa plástica y meter en el cubículo congelado el cuerpo de la fallecida. 

Fue ahí cuando por una reacción post mortem, Flor de Loto abrió sus ojos. Esto asustó bastante al inspector. 

La quedó mirando fijamente. Luego con sus manos con guantes de goma, volvió a cerrar los párpados de la muerta.

 Salió del lugar sin dejar de mirar el hueco ahora cerrado donde guardó el cuerpo de Flor de Loto.

Entonces sintió un golpe en la espalda justo cuando llegaba reculando a la puerta de la morgue. 

Y se dió vuelta. 

Flor de loto frente a él lo miraba con sus grandes ojos vivos y su maravillosa belleza. 

José Maria Riera abrió los ojos con terror. 

– Estás muerta!Estás muerta!- gritó el inspector. 

– ¿Y quién me mató? ¡Tú..Tu me has matado maldito! – contestó la mujer. 

Entonces el inspector se desmayó frente a María Cristina Kioto. 

*** 

Maria Cristina Kioto abordo temprano un avión hacia la ciudad donde residía su hermana. Llevaba gafas oscuras porque por momentos lloraba. Tenía un vestido gris, al cuerpo, elegante. Era el único que poseía ya que su hermana le había mandado de regalo en su cumpleaños. “Gris, es el color que te va, hermana “, había escrito en la dedicatoria. 

En el avión logró dormirse. Y soñó con Maria Luisa Kioto, su gemela. 

Ella le mostraba a un hombre, un musculoso hombre, de rasgos hermosos y fuertes. Sabía María Cristina que le estaba mostrando en sueños a su asesino. 

El hombre la miraba y sonreía y su sonrisa traía un sol cálido a su cuerpo casi helado por el frío del aire del avión. Se revolcó en sueños en ese sillón incómodo y vió a su hermana desnuda tiritando de frío. 

–¿Tienes frío Marilù?- preguntó ella a su hermanita en el sueño.

– Él me pondrá en un lugar oscuro y helado. Ven a buscarme hermana. ¡Ven por favor!-- 

Maria Cristina miró al hombre. Él tenía guantes de goma y le miraba los muslos a su hermana. Su hermana abría grandes sus ojos e intentaba gritar pero el sonido no salía de sus labios. Finalmente el hombre la tapo con algo y ella ya no pudo ver a su hermana. 

Allí se despertó de golpe dando un salto en su sillón. Su reacción fue tan fuerte que tiró al suelo de la nave una botella cerrada de agua mineral que estaba en una bandeja que pendía de la cabecera de la butaca delantera. 

– Fue solo un sueño María Cristina – se dijo a si misma. –Fue solo un estúpido sueño. Tú hermana ya no puede hablarte. Está muerta. Se ha ido– se dijo. 

Llegó al aeropuerto y preguntó por un teléfono público a la comisaría.

– La ciudadana María Luisa Kioto fue llevada a la morgue– le dijeron.

Tú hermana está muerta. Tú hermana está muerta - se repetía en su cabeza mientras viajaba en el taxi. 

Apenas dio su documentación la dejaron pasar a un largo corredor que terminaba en una puerta ancha cuyo letrero decía Morgue. 

Fue caminando presurosa a la puerta y fue cuando vió salir al hombre de sus sueños caminando hacia atrás. 

Alejándose del cadáver de su hermana. 

Con decisión le golpeó el hombro. Y él se dio vuelta y la miró con terror. El terror que solo un asesino puede experimentar. Era hermoso y alto. Rostro perfecto. Rasgos angulosos. Tez pálida de miedo. 

– Estás muerta. Estás muerta– repitió y luego se desmayó. 

¿Sería este hombre el asesino de su hermana?. Lo había visto en sueños en el avión. 

Y allí estaba. Tumbado en el suelo a sus pies. 

Corriendo hacia ellos debido al grito de asombro venía un hombre de guardapolvo blanco.

El se agachó a ayudar al probable asesino de su hermana y luego la miró y también palideció. 

Recién allí entendió María Cristina que la confusión de esos hombres. 

– Soy la hermana gemela de Flor de Loto. – dijo. – ¿quién es él?-- 

– El inspector que lleva el caso. Vino a ver los informes de la autopsia. Se llama José Maria Riera. ,-- Contestó – No sabíamos que la fallecida tenía una hermana gemela. –respondió el forense tratando de despertar al policía. 

–¿ Dónde está mí hermana?--

– Nicho cinco– dijo. 

Y María Cristina pasó a la sala. Abrió y corrió la plancha de metal. Bajo el cierre de la bolsa y vió a Marilù muy pálida, mirándola con una especie de sonrisa en el rostro. 

Se tiró sobre ella y empezó a llorar. 

– ¿Tienes frío Marilù? – preguntaba a la difunta mientras trataba de cubrirla con sus brazos.-- yo te sacaré de aquí hermanita. Ya verás. Te sacaré de aquí- repetía. 

A su hermana nadie más podría hacerle daño. Se había marchado para siempre a un lugar donde el dolor no existe. Donde solo hay frío y paz.