Nota.
Esta novela tendrá escenas de sexo, maltratos hacia la mujer, palabras fuertes, amor tóxico e insano, escenas de torturas sangrientas y sufrimiento, lo aclaro porque estoy consciente de que no a todos nos gusta este tipo de contenido de hecho creo que este será mi primer novela de este estilo espero su apoyo y sus comentarios, el protagonista de esta historia es un hijo de la gran puta cómo decía mi difunta abuela besos y que la disfruten.
Tiempos antes del horror.
—Eres una princesa, jamás lo olvides, pero las princesas no son solo vestidos y caprichos, son fuertes y valientes, capaces de estar allí para su reino para cuando los reyes pierdan el enfoque— Me decía mi madre peinando mi hermosa cabellera cuando era pequeña antes de irse al reino de las princesas y solo dejarme con mi rey que era mi padre y mis dos hermanos, siempre lloré en silencio porque esa era otra cosa que una verdadera princesa no hacía según las palabras de mi madre.
—Una verdadera princesa es incapaz de darle sus lágrimas a nadie, una princesa llora sola y le sonríe al exterior— mencionó la vez que me caí de mi bici y me raspé la rodilla, ella me curó y dijo que por más que duela no debemos dejar que nos vean, las lágrimas y el sufrimiento son nuestros y se deben quedar allí en la privacidad de nuestra soledad.
Mi madre era mi reina, mi modelo a seguir, mi inspiración para seguir mis sueños, pero también era esa estrella que todos tenemos en el cielo que ya no está junto a nosotros, pero nos cuida desde arriba.
Soy Odette Fournier y tengo dieciocho años desde pequeña, siempre he amado la danza y soy muy buena en cada uno de sus estilos, la danza clásica me encanta, soy muy buena en eso aunque cada uno de sus estilos los manejos debo decir que me destaco en el ballet aunque papá quiere que estudie diseño, negocios o cualquier cosa que no tenga que ver con arte, pero yo le doy gusto a él y a mí también, así que hago doble carrera.
No dejaré el ballet, se lo prometí a mamá, bailar me hace salir del problema que sea que tenga en ese momento, pero papá quiere una guerrera, por eso las clases de defensa y de artes marciales nunca han faltado tampoco, soy algo así como una princesa con guantes aunque es solo para darle gusto a mi rey, soy una niña amada y consentida mis hermanos me adoran y me cuidan mucho al igual que papá.
Mi hermana es mi mayor confidente, ella es solo un año mayor que yo y es hermosa, otra princesa más, aunque ella siempre ha dicho que es la Reina, se llama Charlotte, mi hermano es mi caballero de armadura dorada, tiene veintidós años y se llama Gabrielle adoro a mi familia y haría cualquier cosa por ella.
Tengo una mejor amiga Amalia Monette es preciosa y somos una sola, daría mi vida por ella sin dudarlo, es hija del socio de papá y pronto nos iremos a estudiar a otro país, mi padre cree que iremos a estudiar comercio, pero gracias a mi hermana iremos a otra academia donde no solo aprenderemos otras carreras sino también el arte, la música y la danza, adoro a mi hermanita, pero ese será nuestro secreto.
Mi amiga y mi hermana se encargaron de convencer a papá y como él casi no está al pendiente por sus negocios que lo absorben por completo, su carácter se puso más frío con la muerte de mamá y a pesar de que a veces se pone en modo papá cruel le prometí a mamá que siempre estaría para mi rey y yo jamás rompo una promesa esa es otra cosa que mamá me enseñó, "aquel que no tiene palabra tampoco debe tener vida"
Bajo a desayunar después de colocarme mis jeans azules y mi camisa rosada con mis zapatillas blancas, mi cabello suelto y mi sonrisa intacta, llego a la cocina y está mi Nana, es una dulce mujer mayor con su cabello canoso y una voz muy dulce, es de piel clara y de estatura promedio, ella no deja que se me olviden las enseñanzas de mamá, ella sabe que iré a estudiar lo que quiero y no está de acuerdo con que le mienta a papá.
—Mi niña como amaneciste hoy— dice y le regaló una dulce sonrisa.
—Más feliz que nunca Nani estoy feliz, hoy llegó Ángelo y sabes que me pongo en modo idiota cuando lo veo.— digo suspirando como boba y esta se ríe.
—Si nuestro príncipe Ángelo, el dueño de nuestro corazón — dice y se ríe mientras coloca mis tostadas sin orilla y con mermelada de fresas, tanto como me gusta, comienzo a comer cuando aparece mi hermano y le salto encima comiéndole los cachetes a besos.
— Pero princesa, hoy estás más hermosa que nunca mi cosita bonita— dice y río como niña traviesa.
— Bueno amor de mi vida me voy a la uni te amo príncipe de mis sueños, digo de forma dramática y me voy hasta la entrada en dónde está mi loca amiga Amalia quien me esperaba en su deportivo rojo y fuimos rumbo a la universidad, en el camino cantamos canciones y gritamos como locas, al llegar a la uni solo me bajo del auto y camino solo unos pasos cuando un hombre alto de metro ochenta, bien formado, ojos claros, labios perfectos y cabello castaño que le resalta en su piel blanca me carga y me gira atrayendo las miradas de todos.
— mi princesa, mi amor te extrañé — grito emocionado y yo también lo hice mientras me devoro sus labios.
— te extrañé mi príncipe, no seas tan cruel con tu princesa— digo mientras camina hacia la universidad conmigo enredada a él como una pereza, al llegar me deja en el suelo y me entrega algo emocionado.
Ten mi princesa, estos son sus inscripciones para su nueva academia, cumple tus sueños, mi hermosa — dice y grito de alegría besándolo por doquier, me giro emocionada para ver a mi amiga y me encuentro con mi hermana cruzada de brazos, la miro algo rara, pero la abrazo y le enseño en dónde estudiaremos y su cara cambia a una de alegría, todas celebramos y luego vamos a nuestras clases no sin antes besar a mi amado príncipe.
Una vez en mi salón observo el amplio lugar lleno de sillas y mesas y al montón de jóvenes que me saludan al entrar con el apodo de princesa, sí, es que no hay quien me conozca y no caiga con mi belleza mamá, decía que tres hadas me obsequiaron belleza capas de enloquecer a cualquiera, valentía y fuerza para soportar cualquier situación e inteligencia y audacia para salir de cualquier embrollo, no hay día que no recuerde a mi reina Oriana la reina más hermosa de todas la mía.
— Odette estás escuchándome — dice Amalia a mi lado.
— Que sucede estaba en otro lugar — rueda sus ojos e ironiza
— Si ya lo veo, te decía que estamos a nada de ser las más famosas artistas del mundo, dice y me río.
— Si amiga pronto estaremos aprendiendo sobre danza y arte y seremos reconocidas y famosas, amiga... Te amo y siempre haría cualquier cosa por ti —digo y me abraza.
Números, fórmulas, cálculos, así prosiguió mi día, pronto terminaría este año y comenzaría mi nueva vida como la princesa que era.
La hora de salida había llegado, caminamos hacia el auto de Amelia para dirigirnos a mi casa y pasar un rato haciendo nuestras loqueras, de hecho en el camino gritamos como locas ganándonos las miradas de todos y al llegar comenzamos a recolectar dulces y botanas para luego subir a ver películas y hablar de nuestro bonito futuro.
Tiempos de horror.
—Tengo miedo... no me dejes aquí— Dice temblando de miedo.
Te prometo que daría mi vida por ti, te lo prometí una vez y lo voy a cumplir.—digo mientras la escondo y salgo a recibir el castigo que iba a recibir ella.
— Muévete Zorra.— me gritan y suspiro, altiva como mi madre me enseñó.
“Una sonrisa es el mejor maquillaje que una mujer puede usar” -Marilyn Monroe-
Odette.
Estoy sentada en la habitación hablando por teléfono con mi novio hermoso y riéndome de sus cosas, él es tan dulce como la miel y tan sexy como un Adonis, tuvo que irse a Nueva York por sus negocios y yo estoy aquí a punto de terminar este año, para luego irme a mi nueva vida donde juro convertirme en la mejor bailarina de todas y ser el orgullo de mi madre a dónde quiera que esté.
Corto la llamada y bajo para encontrarme con mi rey precioso, mi padre, lo abrazo y lo beso, él me abraza con cariño y besa mi coronilla.
— Te amo papito, no lo olvides nunca, tú eres mi rey— le digo abrazándolo y sonriéndole dulcemente.
— Y tú eres mi princesita, mi pequeña niña — Me dice papá y vuelvo a sonreír.
— Sí, pero soy la princesa Mulan o Mérida, yo protejo al príncipe y al rey, padre — le digo y me sonríe orgulloso.
Después de esa plática fui a la habitación de mi querido hermano y estuve todo ese día con él, a mí me encantaba que él me acariciara la cabeza, sobre todo cuando estoy nerviosa o triste, aunque es difícil de identificarlo, pues, mi sonrisa jamás podía faltar.
Los días pasaron y con ellos vinieron los exámenes finales y así fue como el año universitario terminó y pronto nos iríamos a nuestra academia soñada, pero primero disfrutaríamos las mini vacaciones, fuimos a Miami a pasar las vacaciones, allí pasamos los mejores momentos mi amiga mi hermana y yo, pero al cuarto día mi novio nos alcanzó y fueron unas semanas extraordinarias.
Mi príncipe me besaba como nadie y me tocaba con mucho deseo, pero no pasábamos a más porque yo aún no estaba segura, solíamos discutir un día o dos por eso y luego a él se le olvidaba y todo seguía perfecto entre nosotros.
Un día antes de regresar se apareció con un chupón en el cuello y eso me hizo sentir horrible, solamente seguí seria, no le daría el gusto de verme destrozada.
— Hola amor, ya hoy regresamos, hace calor, quítate eso, ven amor— dije y bajé su bufanda quedando en shock con lo que veía.
— Ah, perdón por llamarte e interrumpirte— giré para ver a las chicas y dije.
— Se van cuando quieran papá me llamó y debo regresar ahora— y sin darle tiempo a que él se defendiera, tome un vuelo y regresé a casa, me fui a un hotel a llorar, no dejaría que nadie me viera en mal estado, las palabras de mamá eran mi credo.
Lloré hasta más no poder y en dos días saldríamos de viaje, mi teléfono no paro de sonar y yo no pare de llorar, me veía con un hermoso vestido de blanco y ahora solo me veía como una idiota sin remedio una ilusa que se dejó timar, duré un día allí y al siguiente regresé sonriente como siempre e irradiando luz propia.
— Papito regresé, mañana es el gran día, recuerda que te amo mucho— Dije y lo abrazo fuerte.
— Espero y a mí también me extrañes mi cosita bonita — salte a los brazos de mi hermano y le plante un beso en sus cachetes, así era yo cariñosa, melosa y llena de amor para dar.
La puerta se abre y por ella entran mi hermana, mi amiga y detrás de ellas mi exnovio Francesco Santis el hombre que me dañó el corazón, recuerdo la primera vez que lo vi, me dije a mí misma que sería él que me llevaría al altar y me daría unos hermosos niños, pero ya ven me puso, pero los cuernos.
— Buenos días, señor Fournier, hola Gabrielle como han estado — pregunto cordialmente, mi papá y mi hermano contestaron igual.
— Odette, podrías acompañarme al jardín — preguntó mi ex y sonriendo fui con él, al llegar al jardín habló.
— Mi amor deja que te explique por favor, escúchame, te amo mi princesa —dijo y mi sangre, aunque hervía, mantuve mi calma y le respondí.
— en tu vida vuelvas a decirme así y de más está decirte que se acabó lo de nosotros — digo seria y este niega como un loco.
— Mi amor, por favor escúchame, yo te amo, solo fue una cosa de un rato, estaba ebrio y molesto, no sabía lo que hacía, solo me besó y fue a mi cuello con maldad — dijo y lo miré a los ojos, inexpresiva.
— No me he acostado contigo porque quería algo único y bonito con el hombre que amaba, pero ahora me alegro de no haber cedido, ahora por favor vete— dije y me tomo del rostro plantando sus labios en los míos, un beso brusco y demandante el cual correspondí tomándolo del cuello y recorriendo su boca con mi lengua llenándola de él y saboreando una última vez sus labios.
— Mi amor gracias por entenderme mi princesa — dijo y lo miré a los ojos.
— No Francesco, tú me has decepcionado, pero esto se acabó ese beso fue para recordar el sabor de tus labios — dije y este me tomó de mis mejillas y unió nuestras frentes.
— Perdóname mi amor, piensa las cosas, bien amor y luego hablamos, te amo, mi princesa — dijo y me dio un beso rápido, me solté de su agarre y regresé con los demás, mi amiga se había ido y mi hermana estaba en su cuarto.
Camine hacia mi habitación y llore de nuevo con dolor, eran muchos años de novios y perderlo, me dolía, su engaño quemaba, me acosté a dormir y lloré a más no poder, mañana comenzaría mi vida y no podía seguir llorando.
A la mañana siguiente me levanté y preparé mi cartera porque las maletas ya estaban listas desde hace días, me puse un pantalón negro, una camisa cuello de tortuga color negro y una chaqueta, abracé a papá y a mi hermano, estaba triste, pero mis lágrimas eran solo mías, desayunamos entre chistes y risas junto a mi hermana también y así se hizo el momento de partir, mi amiga llegó con Francesco lo saludé y disimulé para que nadie se diera cuenta de nada.
Subí a auto con papá, mi hermana y mi hermano y Amalia se fue al aeropuerto con Francesco, una vez allí la despedida era dura, mi hermana lloró abrazada a papá y a mi hermano, luego abrazo a mi ahora exnovio y yo me despedí de mi padre y de mi hermano, estaba triste, pero no lloré era una princesa.
— Te extrañaré mocosa, cosita bonita _ dijo mi hermano y me dio muchas vueltas hasta sus ojos se aguaron.
Mi padre se acercó a mí y también me abrazó, me besó la frente con ternura y yo me sentí tan amada, ese sería mi nuevo momento de paz verlos a ambos abrazándome a la vez.
— Mi princesa te amo, no lo olvides bebé, eres mi niña amada.— dijo y lo abracé antes de partir, me giré y Francesco se abalanzó a mis labios y me abrazó muy fuerte.
— Francesco, por favor... No me hagas esto, ya no siento nada por ti — susurré a su oído y lo sentí con su nariz aguada, imagino que por llorar.
Francesco me jaló lejos de mi padre junto a dónde estaban las chicas y me dijo.
— Esa mujer solo fue un error, tú eres mi único y gran amor, por favor perdóname, piensa las cosas mientras estás en la academia y luego hablamos, te amo.— dijo y me separé de él para encontrarme con la molestia en las caras de las chicas al parecer el hecho de que él me engañara les molestó.
Subimos al avión y los demás se retiraron, al ver el avión despegar me senté sola porque mi amiga se sentó con mi hermana y veía por la ventanilla del avión hasta que me quedé dormida, de pronto abrí mis ojos y nos dijeron que habíamos llegado, vi la hora y habían pasado solo tres no entendía al bajarnos del avión nos acompañaron y dijeron que había problemas con el avión y que viajaríamos en un vuelo charter, subimos y luego de muchas horas, más de las necesarias aterrizamos en Alemania sabía, porque había venido en uno de mis viajes de ballet y hablaba el idioma también, pero nadie sabía que era buena con los idiomas.
Nos llevaron unos alemanes a un lugar enorme y pensé que era la academia, pero estaba muy lejos de serlo, le pregunté a mi hermana que sucedía y ella negaba, mi amiga igual, nos separaron y a cada una nos llevaron, por un lado, yo estaba temblando, pero mi semblante era sereno.
Unos hombres comenzaron a decir entre ellos que la mercancía llegada de Francia era muy exquisita y que su jefe estaría encantada con las bellezas, o sea, nosotras este lugar era un prostíbulo, sentí morir cuando escuché tal cosa.
Me llevaron a una enfermería donde revisaban a todas, pero vino mi hermana a hablar con ellos y me pusieron a un lado y a mi amiga no la volví a ver.
Me llevaron a una habitación con varias chicas y allí todas lloraban, una se acercó a mí y me dijo que si quería sobrevivir que fuera obediente, no entendí lo que me dijo hasta que la puerta se abrió y varios hombres entraron y mi hermana estaba a un lado de ellos.
— Gracias señorita por la mercancía que me trajo, no se preocupe, ya el dinero está en su cuenta— le dijo un sujeto y ella sonrió, negué y me acerque a ella, le pregunté por qué y me dejó fría.
— Siempre has sido un maldito estorbo y Francesco me amaba hasta que apareciste tú con tus ínfulas de pura, siempre la perfecta, ahora te pudrirás aquí y aprenderás lo que es un hombre y tu pureza desaparecerá, se quedará solo en el recuerdo porque ellos piensan que eres una perra.— se rio y se fue, quedé destrozada, pero estaba entera, delante de ella no me derrumbaría mi hermana me dijo muchas cosas que ahora están en mi memoria.
Odette.
Mi vida en este lugar es un horrible infierno de día y de noche, esto es una tortura, tengo castigos todo el día, y mi cuerpo ya casi no aguanta, pero no les daré gusto, en este lugar descubrí grandes engaños y grandes decepciones siempre me acuerdo de cada palabra de esa desgraciada que creí mi hermana, mi amiga y no resultó ser más que una vil rata inmunda.
Después de todo aquí si bailo, nos ponen a practicar bailes y en la noche entretenemos a asquerosos, gracias a Dios la venta de las chicas se pospuso un poco, solo los hacemos gastar dinero y usan a chicas que viven aquí a las extranjeras ya usadas las desechan, solo servimos para bailar, pero en la venta cualquier extranjero nos puede llevar, pero para eso falta un poco, han pasado seis malditos meses en dónde me han torturado y han intentado violarme en varias ocasiones.
Ya casi estoy totalmente destrozada, no puedo creer en nadie, las palabras de esa perra retumba en mi cabeza, el dolor de pensar que sea verdad me destroza.
Eres una maldita bastarda y por eso esto lo planeamos entre Gabrielle y yo asquerosa y haremos que papá te odie también— esas palabras me atormentan, pero ahora me es difícil confiar en nadie, aquí me enteré de que nadie era quien yo creía.
Aquí hay chicas que me quieren dañar, hay alguien que es la jefa como si fuera una cárcel y me tiene rabia, me odia y más por qué hay una maldita bastarda que le ha metido ese odio hacia mí, juro que algún día he de verla pagarme lo que hizo.
Pronto tendremos nuestra presentación y seremos vendidas, bueno las vírgenes, yo no entro en ese grupo y lo más probable es que me dejen aquí bailando y siendo la perra de cualquier drogadicto.
Los días pasaron y hubo una riña donde por fin una perra asquerosa dejó este mundo, es irónico, pero mi amiga me salvó.
Camino para ir a limpiar los baños y está esa tipa, la comadreja, que así le decían a la jefa de la cárcel y junto a ella la maldita escoria que me tenía la vida vuelta mierda y mi amiga se metió, ella le enterró un puñal en forma de pluma en el cuello matando de inmediato a tal basura, desde ese día las palizas eran más y más fuertes, ya que empujé a mi amiga y quedé con la culpa, los golpes eran horribles yo ya no podía más, pero una princesa no se deja ver llorar de nadie.
El día de la presentación se acercó y solo faltaba un día, yo había planeado después de estudiar el lugar y ver a qué hora había menos vigilancia y como podía escapar y vi entonces la luz al final del túnel, el único detalle era que solo una escaparía, alguien debía entretenerlos lo suficiente como para que la otra pudiese escapar, yo quería irme de aquí, es cierto, pero ella...
Ella lloraba a diario, extrañaba a su familia, me contaba sobre su ángel, el ser que más amaba y adoraba en este mundo, ella tenía la certeza que él daría con ella, el miedo se veía latente en sus ojos y no sé cómo, pero yo confiaba en que si ella salía regresaría por mí además sentía una gran confianza y seguridad con ella.
Un día antes, a las dos de la tarde, la hora en que los centinelas estaban fumando detrás de los baños porque la rectora por así decirlo salía a comer, decidí salir con mi amiga corrimos hacia un bosque que quedaba cerca de donde estábamos, corrimos al muy rápido, pero nos descubrieron, fue entonces cuando entre llantos de ella dijo que no me dejaría, pero escondidas en un arbusto le expliqué que mañana era la venta de purezas y ella sería la primera en ser vendida por ser hermosa.
Entendió y juró buscarme hasta debajo de las piedras, le dije dónde estaba un lugar que yo compré aquí la vez que vine y el dinero para que fuese libre, así no volviera por mí, nos abrazamos y usé más fuerza de voluntad de lo usual porque de verdad quería llorar.
Salí para que me vieran y ella pudiera correr, corrí como pude, pero sabía que no saldría de ese lugar, me atraparon y me golpearon todos y cada uno de esos asquerosos, me golpearon de manera feroz, pero no tocaron mi cara.
El día siguiente llegó y eso lo mantuvieron en secreto, mi amiga había muerto, jamás aceptarían que alguien se les escapó, el día de la presentación llegó y usaron maquillaje corporal, en mí, parecía mentira lo que un artista podía hacer, vi como mostraban a cada chica y vi como compraban la virginidad de esas chicas y no solo eso a ellas también, yo salí a bailar y estaba en otro mundo me sentía fuera del planeta, el momento era único, me sentí hermosa, libre y perfecta.
Mi mirada conectó con lo que ante mis ojos, eran los ojos más hermosos que había visto, pero eran furiosos o intimidantes, no lo sé, su dueño era un hombre alto, con un cuerpo muy bien tallado, pues, su camisa se le pegaba al cuerpo, llevaba un traje negro y su saco reposaba en la silla, su cara perfecta, su piel clara y su cabello casi rubio, mi zona íntima se mojó como jamás lo hizo, qué hombre más perfecto.
Terminé de bailar y escuché que decían en alemán que alguien me quería comprar, en ese momento temblé, mi piso calló, ya no estaba bailando sino esperando a mi dueño y sí, me compró por una cantidad enorme y ridícula, ese hombre pagó demasiado por una mujer usada como yo, o así ya me lo creía yo.
El hombre mandó a su escolta y subí a su coche, no me importaba quién fuera, pero no lloraría, sabía a qué iba y como toda princesa debía aguantar, al menos la salvé a ella y cuando ella esté en su vida feliz, se acordará de mí.
Vi al hombre a mi lado, pues, no lo vería a la cara, no quería ofenderlo, ahora era una vil puta sin valor y él era mi dueño, ya estaba resignada a que sería violada de maneras inimaginables.
"Una princesa es fuerte y todo lo soporta con orgullo y valor" Las palabras de mi madre resonaron en mi cabeza.
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