María es una Adolescente de una familia adinerada, la mayor de las hijas de esta familia, es muy alegre, vivaz, picara de tez muy blanca, con cabellos castaños largos y ondulados, ojos verdes, una silueta de guitarra... Muy protegida por sus padres el señor Giorgio Aristiguieta y su señora esposa Fabiana, pero está traviesa chica siempre se sale con las suyas, su nona la señora Laura es una criada de la familia desde que Fabiana era una niña, la vio crecer, casarse y formar su familia pero tenía muy consentida a María, la sentia como su nieta. Una mañana muy soleada, Laura se dispone a ir al mercado por algunos víveres y frutas para la cena de está noche, el señor Giorgio está de cumpleaños y quieren celebrarlo con algunos invitados y familiares...

María llega al jardín y ve que Laura va caminando con su cesta y listo ya ella sabía para donde iba, era su oportunidad de salir de la casa y la excusa perfecta para ver nuevamente al hijo del pastelero, un chico algo mayor que ella, de unos 23 años, muy guapo, alto, de cabellos negros ondulados, fornido, con una mirada impactante y misteriosa, y sobre todo cuando ella iba le obsequiaba un rico pan relleno de frutas su preferido...

Nona, nona gritaba María pero Laura se hacía la sorda sabía que está chicuela la metería en problemas en algún momento... Pero María era rápida, corría muy ligero aún asi tuviese ese vestido largo con encajes, cintas y volados... Esperame Nona quiero ir contigo...

La nona la miraba con cierta molestia, pues sabía que entre estos dos chicos podría pasar algo y ella no quería ser la culpable de una desgracia familiar, ella ya sabía el destino de María al cumplir sus 16 años la iban a comprometer con el hijo de un banquero suizo de apellido Muller, muy amigo del señor Aristiguieta, ya este hombre Carlos Muller tenía 28 años, trabajaba con su papá en el banco tenia su vida resuelta sólo faltaba que María cumpliera sus 16 para ir a comprometerse y hacerla su esposa...

Pero Nona acepto llevarla después de las 20 mil súplicas que le hacía María, la chica iba muy alegre... sabía que si tenía suerte vería a Paolo siempre sonriente pero serio en su pasteleria... Ella solo pensaba en aquellos ricos panes de frutas picadas... Y en los labios de Paolo... cómo le gustaría probar esos labios gruesos y por primera vez sentir un beso de un hombre... El calor invadía su cuerpo de solo pensar que Paolo la tomara en su regazo y le diera un beso... Iba tan distraída que casi no ve a la Nona y suas casi se caen las dos con las piedras del camino.

Pero María...grita la Nona que pasa contigo estás muy distraída ya casi llegamos al Mercado debes prestar atención algún día serás una señora y debes conocer que lleva una comida y que se puede utilizar para preparar un delicioso postre... María se enojaba al saber que ella más adelante tenía que ser una vieja encopetada como su mamá...

Ya se sabe que María está locamente enamorada de Paolo... claro el ignora todo esto. A él solo le parece una chica tierna y sensible, soñar con ella era un imposible pues pertenecía a una familia adinerada de la ciudad, pero su corazón se aceleraba mucho cuando veía a Nona Laura siempre estaba con ella en algún asunto en el mercado y pues a él le encantaba regalarle un panecillo para ver su sonrisa coqueta y divertida... Eso la hacía feliz pues no podría ni hablarle en público esto era prohibido para ese entonces.

Su papá Mauricio era el dueño de la pastelería más importante de esa ciudad... Y lo tenía muy cansado con el tema de buscar a una chica para que hiciera familia... Paolo siempre se las arreglaba para distraerlo y evitar esa conversación que lo hacía incomodar...

El no estaba muy convencido de las mujeres que les enseñaba su papá... El sólo quería esperar un poco más... quería emprender en otro negocio que fuese más rentable no quería ser un simple panadero o pastelero... Esto lo traía pensativo... Iba caminado cuando a lo lejos vio a María y la Nona Laura, que bien su rostro se llenó de felicidad arreglo sus tirantes, pulió sus zapatos con el dorso del pantalón, se acomodo el cuello de la camisa y paso sus manos por el cabello...

Waoooo María está más grande, más guapa, más hermosa no podía dejar de mirarla ya no era esa dulce niña que solía venir a la panadería, en que momento se convirtió en esa bella mujer, Dios no puedo pensar en ella, quizás hasta ya este comprometida, tenía como dos años sin verla, como pasa el tiempo.

María estaba estudiando y la habían enviado a un internado en la ciudad donde aprendería a ser una dama de sociedad, estaba ahí por unas semanas, ella tendría que volver nuevamente para terminar su capacitación por un año más... Y al cumplir sus 16 años no sabía lo que le esperaba... El compromiso con Carlos Muller...

María estaba ansiosa por llegar pronto a la pastelería y empujaba a Nona, primero el pan por favor Nona, luego el resto... Quiero volver a sentir esos panecillos en mi paladar... Tengo dos años que no pruebo esa exquisitez...

La Nona estaba nerviosa y suplicaba a Dios no estuviera Paolo ahí... Pues ella sabía que está jovencita sentía algo por él... Desde muy niños se caían muy bien, pero ya no estaban en edad de compartir ni siquiera una palabra... Virgen Santa ayúdame... porque me traje a esta chica...

Ya Paolo estaba muy cerca de ellas cuando de repente un perro venía persiguiendo una oveja, se había escapado y detrás de la oveja Juan el ovejero era muy amigo de Paolo y lo empezó a gritar la oveja, agarra la oveja Paolo ... Este no tuvo más remedio que dejar pasar la oportunidad de ver a María de cerca y se salió del camino para poder ayudar a su amigo... Las vio pasar y ellas no se dieron cuenta que ese muchacho era Paolo el pastelero... aquí está tu oveja Juan... Lo miro con tristeza pues no podía devolverse sin las cosas que su papá le había encargado...

María llegó a la pastelería corriendo y dejó a Nana detrás, ella estaba ya muy cansada de todo el camino andado, ya no era una señora joven, y está chica la tenía con los pelos de punta...

Al llegar María estaba parada frente al mostrador miraba todo a su alrededor pero no logro ver a Paolo solo estaba su papá y otros empleados, pero bueno al menos se iba a disfrutar del panecillo de frutas y ya lo estaba pidiendo cuando llegó su Nona...

De ahí salieron con la cesta full de pan de todos tipos, y además el rico pastel de cumpleaños que sería llevado antes de la cena de está noche... tenía que ser algo exquisito, algo muy divino para el paladar de la familia Aristiguieta... De inmediato lo empezaron a preparar...

María se quedó exhausta de caminar y de ver cómo la Nona llevaba de todo en aquella cesta, más lo que tenían que enviar a la casa para ella iniciar su labor para la cena de está noche y celebración del cumpleaños...

Ya en casa, María se retiró a su cuarto para arreglar todo, como siempre debía verse hermosa, toda una princesita de papá, ella era la hija mayor, su hermana Clara aún pequeña de 9 años y su pequeño hermanito de 5 años... Ellos siempre con sus tutores o al lado de su mamá...

Ella veía desde su ventana como entraban cosas a su casa, como salía y entraba gente, está fiesta va estar muy buena se decía... apenas había llegado hace unos días y no le había dado tiempo de conversar con sus amigas y sus primas... Esta noche las veré diciendo toda risueña...

Ella fue por un libro a la biblioteca y vio en ese momento una silueta varonil que iba indicando a unos empleados donde colocar el pastel de cumpleaños, se asomo y quedó impactada, era Paolo que de tiempos sin verlo, ya era todo un hombre más fornido, con una musculatura más desarrollada, su cabello negro como la noche más oscura y sus labios sensuales, no podían pasar desapercibidos, la chica se quedó paralizada al verlo...

Paolo ignoraba por completo que María estaba detrás de él, mirando todo lo que hacían en aquella amplia sala y como terminaban de colocar el pastel y sus otras decoraciones en una mesa...

Todos parecían hormigas marchando y arreglando el salón pues esa noche era especial para la familia y todo tendría que estar perfecto, María solo estaba parada observando desde la puerta de la biblioteca y muy pendiente por si venía su mamá... Era muy quisquillosa y no le gustaba que ella estuviera con la servidumbre, cosa que no le importaba a María ella era sencilla y no le gustaban esos lujos y esas cosas...

Paolo miraba todo con cierto disimulo, no quería que alguien notará su desesperación por ver de cerca como vivía María y está adinerada familia... Ya el pastel estaba listo, todo en su sitio... la noche estaría de lujos en en esta casa comentaba con los otros ayudantes...