Bueno les voy a contar.
Nací en un país muy hermoso lleno de muchas atracciones y calidez que aún me faltan por conocer. Venezuela.
En una familia de 8 hijos, yo soy la cuarta, pero pude haber Sido la quinta.
No lo. Fui porque mi mamá tuvo una perdida antes de mí.
Soy una bebé arcoíris. Por si no tienen idea un bebé arcoíris es cuando nace después de una perdida ósea el puente. Esa es mi primera fortuna.
Nací envuelta en un manto. El cual se lo quedó una enfermera. El que un bebé Nazca en un manto significa que es un bebé protegido y con muchos privilegios y bendiciones de Dios.
Fui creciendo y no me crecía el cabello, pero siempre amé tener mi cabellera larga.
Así fueron pasando los años.
A los 5 años ya sabía hablar con Dios. Y le pedí que me diera cabello. En efecto me empezó a crecer.
Tenía problemas con mi alimentación. Nada me gustaba y cada que mi mamá me obligaba a comer me daba fiebre y me hospitalizaban. Hasta que el doctor le dijo que no me obligarán más. Que yo poco a poco le iva a ir pidiendo lo que no me gustaba.
De mis primeros años no recuerdo mucho pues ya tengo la edad de Cristo cuando se bautizó.
Pero voy a tratar de recordar todo lo que pueda.
A los siete años inicié mi preescolar o kínder, mis maestras la profe charol y la profe Sara. En el Táchira san Cristóbal
La profe charol vivía cerca al kínder. El kínder queda en un módulo policial.
Allí tenía una amiguita que no recuerdo el nombre, nieta del señor José el mochito de la tienda del frente del kínder.
Con ella jugaba a la cocina, hacia las planas, y la pasábamos bien en las horas de clase.
Pase al primer grado de lo cual solo me acuerdo lo que usaba de uniforme para el deporte que era un short o bermuda azul y la franela blanca y hacíamos deporte en la parte de atrás de los salones que era donde estaba la cancha.
El segundo grado fue en otro pueblo. La fria. Mi papá nos llevaba en bicicleta a la escuela. En la escuela nos daban comida y como a mí no me gusta la ensalada se la daba a una compañera que me hacía el favor de comérsela por mí.
Dónde vivíamos nos tenían mucho cariño los de la iglesia. Nos llevaban zapotes, y al lado quedaba una heladería y todos los domingos comíamos helados efes así se llamaban.
Había un muchacho que era el que más jugaba con nosotros, jugábamos con la hamaca de mi papá y nos daba volteretas hay guindados.
Teníamos unos periquitos y un día se volaron, no los volvimos a ver más.
A mi hermana la que es mayor que yo por seis años, Mis padres le celebraron los quince años, fue bien fino los amigos de ella le hicieron muchas maldades.
También íbamos a otros lugares cercanos, a fincas a otras casas que nos invitaban
Después de estar allí un largo tiempo y de compartir y conocer gente tan linda.
Nos regresamos a mi ciudad natal, San Cristóbal y allí estudié el tercer grado con la profe Sara, mi más cercana compañera de aula era Michel y también vivía cerca al kínder donde yo había estudiado.
Cuando íbamos a la carnicería yo le pegaba gritos. Michel, Michel, Michel. Solo para saludarnos ja, ja, ja.
En el aula les gustaba hacer grupos conmigo los días que tocaba la búsqueda de palabras en el diccionario porque era muy rápida o ágil en la búsqueda de palabras.
Yo las buscaba y les dictaba y siempre terminábamos rápido.
Era muy sociable con los profes, el portero y el director del colegio.
(Saliéndome del tema, estoy relajada tomando un rico café con pan hecho por mi hermosa madre mientras estoy escribiendo estás reconfortantes y entretenidas líneas)
Con el director hablaba muchooo. Con la profe Sara le llevaba muchos detalles, alguna flor, manzana o una tarjeta reflexiva que siempre llenaba su escritorio de vidrio con mis detalles. Y en las reuniones siempre se las mostraba a mi mamá y le decía, esto es lo que me trae su hija para adornar mi mesa. Con el.portero a la hora de llegada de receso o de salida siempre hablaba un rato con el.
Ya andábamos solos cuando salíamos de clase, a veces regresaba a pie, a veces en buseta. Cuando regresaba a pie tenía dos caminos, uno de esos a mi mamá no le gustaba porque era zona de contiendas era peligroso, pero a mí me gustaba porque recortaba camino.
Eso enseña que los caminos más cortos de la vida nunca traen felicidad, de los afanes dela vida queda el cansancio.
Cuando Salía de mi casa a la escuela a pie subía la cuesta y a mano derecha como a 6 cuadras llegaba al colegio. Si me iba en buseta con tique o boleto estudiantil pagaba pasaje y me dejaba en todo el colegio.
La otra opción a pie era bajar toda la cuesta y luego subir escaleras, o escalas y ya llegaba como a la tercer cuadra era más cerca el trayecto para la escuela cuando recortaba camino, pero era mayor el peligro.
De salida del colegio igual tenía las tres opciones para regresar. A veces me compraba un helado o crema de coco con leche que siempre me han gustado. En el bus una vez me perdí me quedé una cuadra después porque no me acordaba dónde me tenía que bajar.
A pie como a la segunda cuadra vivía Lucy una hermana de la iglesia y su hija Cindy que era mi amiguita. Yo aprovechaba y bajaba las gradas hasta su casa, tocaba y me quedaba un ratito saludando. Luego me iba en carrera por dónde a mi mamá no le gustaba para no tardarme en llegar a la casa.
A lo que bajaba las escaleras e iniciaba la subida de la cuesta a mi casa iba como el presidente saludando al pueblo ja, ja, ja.
La primera casa de la cuesta es la de mi tía Carmen, siempre estaba sentada afuera en el balcón en un segundo piso. Yo le gritaba bendición tía bendición tío. Ella a veces me frenaba para darme un helado que ella vendía o huevos de codorniz de sus aves para que mi mamá me los hiciera, ya que me encantan.
Y seguía la cuesta, me encontraba mi tío Demecio(Q.P.D), o la que era su pareja y los saludaba, a veces por hay estaban mis primos hijos de mi tía Carmen y los saludaba.
Seguía mi ruta, me encontraba sentado frente a la casa de mi abuela a mi tío David y lo saludaba y adentro en la sala mis abuelos. Les pedía la bendición y seguia a mi casa que quedaba al lado o a veces entraba a la casa de mis abuelos (Q.P.D) y por el jardín me pasaba a mi casa que era al lado de la de ellos.
había días que mis padres se Iban a la iglesia. Mientras yo estaba en la escuela. Al salir dela escuela esperaba el bus en la parada cerca al colegio y me iba hasta el centro sola. De allí cruzaba y por toda la cera a pie como diez cuadras o más llegaba a la iglesia.
En la iglesia peinaba las hermanas allí empecé mis primeros peinados, cuidaba los bebés de la iglesia. Se dejaban consentir por mí.
Había días que estaba aburrida y me sentaba bien atrás, era un cine, y para no aburrirme mientras esperaba a mis padres sacaba un blog de dibujo.
Pensaba que puedo dibujar, no sé que dibujar. De repente dije voy a dibujar al pastor y eso hice. El pastor en el púlpito predicando y yo dibujando, eran mis primeros dibujos personalizados ja, ja, ja me quedo como muñequito de caricaturas.
Al salir me dice mi mamá. Que estabas haciendo en el blog. Nada un dibujo. Muéstrame a ver. Y ese quién es. El pastor le contesté y mi mamá no dejaba de reír.
Así inventaba mis dibujos, siempre que estaba aburrida buscaba era dibujar y eso me relajaba y me entretenía.
Bueno aún me entretiene, a veces hago cuadros para mi casa o de regalo y a veces dibujo mis sueños, para que no se me olviden.
A veces llegábamos de madrugada y me encantaban las arepas frías con mantequilla a esa hora o arroz frío con mantequilla y queso.
A mi mamá no le gustaba que comiera así, pero a mí me encantaba.
Los juegos en casa era como imitábamos los de la iglesia o los de la escuela. Casi siempre yo era la maestra.
Un 24 de diciembre salimos a media noche de la iglesia y nos fuimos caminando hasta la casa. En medio del caminar me dieron el regalo de niño Jesús. Eran unas muñecas morochas que me duraron muchos años, hasta que una me la daño mi hermano menor la mando a hacer spa en el barro después de un día de lluvia y en varios pedazos y me quedo una sola.
Esa sola me duró mucho tiempo más, hasta que ya grande se la regale a mi sobrina y a los meses fui de visita y ya estaba toda dañada que pesar.
Luego pasado el tiempo nos fuimos a otro sitio a vivir y otro cambio de escuela. Rubio y Allí estudié cuarto grado medio año nada más.
Allí me decían mariposa en el salón porque terminaba rápido y empezaba de puesto en puesto molestando mis compañeros del aula.
La profe no me gustaba porque tenía preferencia por un alumno que se metía conmigo. Un día se metió conmigo hiendo a la biblioteca de la escuela y le metí una cachetada y la profe me halo la oreja.
Mi mamá fue a hablar con el director y yo le tenía mucha rabia.
Me encantaba la vecina porque era muy chévere un día hizo bofe bien rico y como ese no he vuelto a probar en ningún otro lugar.
El señor de la tienda era muy chévere. teníamos un camino para ir a la tienda y no tener que dar la vuelta entera.
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