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CELESTIAL

PRÓLOGO

La creación de los seres místicos se relata desde hacía millones de años. No fue real para todos hasta que el primero en línea piso la tierra. «El Celestial»

Aquel ser literalmente caído del cielo, fue el liderador de los místicos por milenios. Era el portador de un don peculiar, daba poder a los seres humanos con el corazón más noble.

Los convirtió en sus leales súbditos, creó la diversidad de razas que la mente humana creía inexistente o en fantasías de cuentos de hadas.

Las Raleas fueron creadas por su mano, y sus creaciones fueron separadas. Se dividieron en ocho, cada una con su singular peculiaridad para mantener el equilibrio entre ellas.

Ángeles; Los ángeles son seres espirituales sumamente inteligentes. Dado que dotan de inteligencia, son los que planean los pasos y estrategias en caso de guerra, así como también lideran la élite.

Sin embargo, la línea que separa a los ángeles “buenos” de los “malos” no siempre está clara. Un ángel puede actuar con benevolencia en una situación, pero con malas intenciones en otra.

Demonios; Los demonios son seres malevolentes e inter dimensionales que viajan entre mundos, son destructores por naturaleza.

Muchas son las formas, tamaños y poderes de los demonios, cuya población viene en números infinitos. Algunos, incluso tienen veneno en sus garras o dientes que hacen a las Iratze (runas curativas) de muy poca ayuda.

Brujos; son la raza inmortal del submundo, descendientes de los demonios y los mundanos. Ellos son los únicos subterráneos que pueden emitir magia gracias a su sangre demoníaca.

Están divididos en dos bandos, los brujos blancos y los brujos oscuros. Los buenos y los malos, consecutivamente.

Ellos no sienten afinación por ninguna ralea, por lo que siempre hacen y procuran lo que les conviene.

Licanos; Los licántropos tienen rasgos de humano y de lobo, pueden transformarse en lobo total o parcialmente. Son muy temidos por su agresividad y su naturaleza malvada.

Los licántropos suelen tener dos formas; la del humano y la híbrida. La forma híbrida posee rasgos del animal al que se asemeja y posee también rasgos humanos. Algunos licántropos presentan una tercera forma, que se corresponde únicamente con la del animal, sin ningún rasgo humano.

Vampirs; Los vampiros son muertos vivientes dotados de una enorme fuerza y poder, que mantienen su inmortalidad bebiendo la sangre de seres vivos; animal o humana.

Estos portan una belleza inigualable que hace más sensillo el seducir a su presa. Mayormente estos tienen un habilidad en particular, contralor objetos, el clima, la predicción y la manipulación.

Dragones; poseen distintas características, haciéndolos diferentes entre sí, sin embargo, estos guardan cierta similitud en algunos aspectos, pues generalmente se reconocen por poseer una figura similar a la de una serpiente enorme, con piel escamosa, alas, garras, cola y múltiples colmillos.

Su transformación es similar a la de los Licanos, estos tenían la decisión sobre su transformación, si tenerla completa o híbrido. Cuando se inclinan por el segundo, su cuerpo comenzaba a tomar un color obscuro mientras pequeñas flamas de fuego son filtradas por sus dedos y sus venas resaltadas como si fueran lava.

Nagas; Los nagas son seres semidivinos que presentan cuerpo de pez y torso humano, por lo general eran más hembras que machos. Y por consecuente la representación coloquial era de una sirena.

Son protectores del océano; estas criaturas fantásticas no necesitan actuar con violencia, ya que su mencionada inteligencia y su paciencia hacen de ellas unos seres extremadamente sabios. Sus grandes colas les permitían nadar a velocidad inhumana y aunque no son considerados malignos, los nagas tienen una mordida venenosa y mortal. Midiendo hasta 6m de altura, portaban gran fuerza de combate y un canto atrayente para sus presas.

Si bien, eran criaturas de agua. Cuando salían a tierra su cuerpo tomaba forma de humano. Sus escamas y rasgos de pez se iban, lo que les permitía mezclarse entre la sociedad.

Hadas; Las Hadas son seres de gran belleza, dotadas de talento en construcción u otras artes. Casi siempre suelen estar vinculadas o muy cerca de los bosques y el agua. Además, poseen conocimientos de las plantas, las piedras y los conjuros.

Habitualmente las hadas pueden realizar hechizos y encantamientos. Algunas utilizan varitas o polvos mágicos para concretar la acción sobrenatural; estás controlan los cuatro elementos.

La llegada de los seres humanos trajo consigo la caída de varios de ellos. Aquellos que odiaban la sangre celestial y la asquerosidad de ser diferente; como ellos consideraban. Acabaron por provocar que estos seres fueran ocultos, manteniendo la línea de creación lejana a la del humano.

No fue hasta siglos más tarde cuando el gran Celestial empezó a ver como dos de sus hijos cometían traición a su raza y dieron vida a un ser completamente diferente a los demás, un ser con una Ralea más imponente y poderosa.

Se planeaba el asesinato de los tres, pero el amor del Celestial por sus hijos fue más grande, así que la traición quedó perdonada. Fue como nació otra raza.

Mantícora; Son seres fantásticos, monstruosos, liminales y ambiguos, que configuran un espacio simbólico, el espacio de la frontera, el ámbito de lo antisocial, de lo inesperado, de las fuerzas disgregadoras de la vida y de la muerte. Son seres cuya naturaleza híbrida traspasa los límites de los demás sobrenaturales, abre las fronteras del mundo en su realidad cotidiana y nos transporta a las regiones limítrofes de la existencia.

Estos al ser hijos de seres totalmente distintos entre sí, nacen con habilidades más potentes y fuertes que todas las anteriores. Ellos lo controlan todo. Eran la combinación perfecta de cada uno, su transformación era peculiar, pues se mantenían siendo humanos, pero sus ojos y venas cobraban un color dorado que resaltaba en la oscuridad.

El nombre dado por El Celestial, era debido a una de las tantas criaturas híbridas más poderosas dentro de la mitología.

Al ser la mezcla entre Raleas, se habían adjudicado enemigos por naturaleza de todas las Raleas.

Luego de muchos siglos los sobrenaturales renunciaron a mantenerse entre las sombras para arremeter su poder contra los humanos.

Fue entonces que El Celestial tomó la decisión de pactar un tratado de paz luego de ver como los seres humanos caían ante sus creaciones. Y en un intercambio entre la raza humana y la mística, el sistema de las razas fue creado como un incentivo para todos los humanos que querían ser diferentes y formar parte de ellos. Ser seleccionado para formar parte de seres tan extraordinarios.

Fue entonces cuando por la propia sangre del primero, creó los totems para las pruebas en humanos. Aquellos que querían formar parte de sus hijos serían bienvenidos. Solo tenían que realizar distintas pruebas para darse a conocer si eran dignos.

Pero no todo salió como esperaba, varios de sus hijos declinaron la idea de convivir con los humanos y rechazaron la idea de que ellos obtuvieran aquel poder celestial. Es por eso que ellos optaron por mantenerse al margen de todo esto, creando así a los seres Oscuros.

Ahora, quiero saber.

¿A cuál perteneces tú?

CAPÍTULO I LA LLEGADA

El gran ventanal permitía apreciar la puesta de sol, y su espectador que pulcramente vestía de negro; adoraba aquella habitación.

Los colores claros del día se filtraban por las grandes cortinas de seda. Y el humeante té de manzanilla era el perfecto olor para acompañar el momento.

Ya hacían unas horas en las que el completo silencio se había esparcido a lo largo de la mansión. Pronto, los mundanos comenzaron a ser el centro de atención en la entrada principal.

Se pudo observar cómo los tutores se encargaban de acomodarlos en largas filas. Luego, los sangre pura llegaron con deje de superioridad. Pero, entre todos, había una pequeña niña que se escondía detrás de otros dos niños, quienes parecían protegerla.

Curioso, bebió de su té mientras trataba de observar a la pequeña niña y a los dos niños, quienes sin duda alguna no tenían la menor intención de entablar conversación con los demás, mientras los demás habían comenzado a dialogar unos con otros.

Fue entonces cuando lo vio, la niña volteo en dirección a él y le mantuvo la mirada. Por breves minutos sus ojos habían cambiado de color, un dorado espectacular.

«Interesante, muy interesante»

Camino en dirección a la puerta y se encaminó directo a aquella oficina. Abrió con cuidado la puerta y disminuyó el paso al ver al imponente ser sentado en el sillón de cuero.

Se hincó con la cabeza abajo, en signo de respeto —Gran Celestial. Ella está aquí—

Movió su mano para que el hombre se pusiera de pie — ¿Ella sola?—

—No mi señor, sus dos hermanos la protegen— y por primera vez, sonrió.

Pues, la más grande creación había pisado su recinto. Aquella que había nacido de dos Raleas completamente diferentes.

(…)

Los tutores dividieron a los sangre pura conforme a cada Ralea perteneciente. Mientras los humanos eran encaminados hacía el patio de prueba donde iniciarán la ceremonia de aceptación, para así, descubrir su afinidad por alguna Ralea.

Mientras los pequeños niños esperaban, volvieron a retomar las conversaciones entre ellos. A excepción de los pequeños ángeles quienes se mantenían al margen de la situación.

Una revuelta inició cuando los licanos comenzaron a jugar entre ellos y sin querer empujaron a uno de los ángeles, quien a su vez empujó a la pequeña niña que era respaldada por sus dos hermanos.

Uno de sus hermanos frunció su ceño al no ver la intención del ángel para disculparse.

—¿No piensas disculparte con mi hermana?— musito fríamente uno de los trillizos.

—¿Por qué lo haría? Yo no fui el causante— dijo el ángel con tono indiferente.

Ante esto, el otro trillizo se quiso acercar para reprender al ángel. Pero fue detenido por la mano de su hermana.

—No te preocupes, los accidentes pasan— dijo en tono frío su hermana, mientras observaba detenidamente al ángel —fue obvio que la culpa no fue de…— dijo esperando la respuesta del ángel.

—Sabriel— dijo mirando fijamente a la niña.

—Sabriel— dijo lento mientras sonreía— no fue la culpa de Sabriel— dijo la trilliza.

Justo cuando terminó de hablar, los tutores los guiaron hacia la entrada del recinto, donde varios totems con el logo de las Raleas sobre salían en lo alto.

—Por favor colóquense delante del totem afín de su Ralea— y así con la indicación, todos comenzaron a hacer largas filas en cada una de las Raleas.

Todos los niños presentes quedaron en total silencio y asombro, cuando sólo habían tres niños en una Ralea, cuando en las demás habían filas largas.

Esa Ralea era La Manticora.

Los tres niños miraron con egocentrismo a todos, a sabiendas qué ellos eran los más poderosos.

Hasta ahora…

CAPÍTULO II MANTÍCORA

Los finos detalles de oro en los bordes de las columnas que adornaban el espacio eran tan atrayentes, que desde que los trillizos habían pisado esa habitación no quitaban los ojos de ahí.

Estaban en espera de sus exámenes sanguíneos para determinar con que Raleas compartirían clases en el recinto.

No pasó mucho tiempo cuando una ángel salió de aquella puerta blanca en compañía de una mujer pelirroja que pertenecía a la Ralea de Brujos. Con seriedad se acercó a los tres niños, quienes inclinaron la cabeza en modo de saludo.

—Jóvenes Mudruk, les presento a su tutora, la persona que los guiará en su estadía en la academia Himmlisch— comentó mientras daba un paso hacia atrás.

—Es un honor para mí ser su tutora. Soy la señorita Melandre— asintió mientras sonreía.

—El gusto es de nosotros, señorita. Soy Astaroth, ellos son Aamon y mi hermana menor, Astartea— dijo mientras los señalaba consecutivamente.

La tutora sonrió abiertamente cuando se dio cuenta de aquellos nombres imponentes, donde efectivamente se dio cuenta que eran los queridos hijos del poderoso Asmodeo.

El bisnieto mayor del gran Celestial, hijo de Mammón, quien a su vez era hijo de Mefisto; hijo del Celestial.

Justo en ese momento la puerta blanca fue nuevamente abierta mientras por ella se en caminaba un hombre joven de la Ralea de Hadas.

Se acerco a la ángel y le susurro unas palabras mientras le entregaba tres sobres de color dorado. Posteriormente se despidió inclinando la cabeza y se fue por el mismo lugar por el que llego.

—Esto ya no me corresponde a mi— menciono mientras entregaba los sobres a la bruja— fue un gusto jóvenes Mudruk— los miro y se despidió para dirigirse a la salida.

Melandre observó los sobres dorados donde cada uno portaba el nombre de cada trillizo. Con decisión entrego a cada niño su sobre.

Los sobres contenían la información más importante, pues estos definan a cuantas Raleas eran pertenecientes.

Aamon fue el primero en abrir con inquietud el sobre.

—Cuatro, pertenezco a cuatro Raleas— sonrió para luego enumerarlas —Brujo, Demonio, Dragón y Licano— en respuesta Astaroth le sacudió el cabello a su hermano, pues sabía que él no quería heredar la sangre angelical de su madre.

Astaroth miro a su pequeña hermana para que ella continuará, pero su semblante decía todo lo contrario. Así que indeciso continuó, abrió el sobre y sonrió mirando a Aamon.

—Cinco, te gané— dijo burlón moviendo el brazo de su hermano, mientras este rodaba los ojos —Brujo, Demonio, Dragón, Licano y Vampir— sonrió con superioridad.

—Sí hablamos de competencia, entonces les gané a ambos— dijo firmemente Astartea, que había abierto la carta unos segundos después que su hermano mayor.

Ambos niños voltearon incrédulos por lo que decía su hermana.

—Siete, siete Raleas. Ángel, Brujo, Demonio, Dragón, Licano, Vampir y Hada— miro simultáneamente a sus hermanos, quienes sonrieron.

Ellos jamás dudarían del gran poder que su hermana tenía, y ahora mucho menos cuando estaba afirmado que portaba las Raleas de sus padres.

Asmodeo había sido producto de un amorío entre Mammón y Remiel, ambos eran Mantícora. Y su madre, Aradia, era también procedente de padres Mantícora.

Por lo que Asmodeo y Aradia tenían siete Raleas en conjunto, cuatro y tres consecutivamente. Y era por eso que la familia Mudruk era de las familias más poderosas e intocables por los sobrenaturales.

Ahora, Astartea era la ser sobrenatural más poderosa de los sobrenaturales. Tan sólo le había faltado pertenecer a los Sirens para ser un ser completo de poder.

(…)

Inició el recorrido de los niños por la academia justo detrás de su tutora.

El recinto estaba dividido en ocho alas, cada una a cada Ralea, donde cada una contaba con su entrada a la que solo podían entrar los que de verdad pertenecían a aquella.

Dichas alas estaban bien equipadas con mobiliario adecuado, aulas de clases, bibliotecas, patios, jardines y cada ala contaba con dormitorios especializados para cada sobrenatural.

Luego de todo el recorrido, la tutora los llevo a su oficina, la cual se encontraba casi a la entrada del recinto.

—Esperen un momento, les daré sus horarios de clases y los códigos de sus habitaciones— dijo mientras buscaba en uno de sus cajones en el escritorio.

Los niños tomaron asiento en los sillones color negro que se encontraban justo delante del escritorio.

—Aquí están— les ofreció sobres blancos a cada uno con la información adecuada —Ahí encontrarán sus horarios, con la ubicación adecuada de cada asignatura, además del código de su habitación— observó a cada niño, donde hasta ahora quiso prestarles más atención a su físico.

Sin duda eran hermosos, pero a su vez su porte y mirada daban imponencia. Ojos verdes y cabellos oscuros, se parecían demasiado a Aradia, pero su carácter reflejaba el de su padre Asmodeo.

—¿Alguna duda, jóvenes Mudruk?— dijo mientras entrelazaba sus dedos sobre el escritorio.

Los trillizos negaron y se despidieron de ella, no sin antes ella decirles que contaban con su total disponibilidad y confianza.

Los tres niños salieron de la oficina en camino a sus habitaciones, pues tenían que prepararse porque mañana iniciaban oficialmente las clases para los sangre pura.

(…)

Por otro lado, los humanos ya hacían sentados en tribunas circulares esperando ser llamados por sus nombres para encaminarse al centro del lugar.

La prueba consistía en hacerse un pequeño corte en su mano para luego pasar por cada tótem a depositar una gota de aquel líquido carmesí que salía del corte.

Cada tótem reaccionaba diferente, por ejemplo el tótem de los Dragones soltaba llamas ardientes cuando el humano era afín a está, o como el tótem de las hadas, que soltaba pequeñas mariposas.

Cada tótem tenía un representante el cual indicaba el camino a los humanos que eran seleccionados a este, y un ángel les indicaba lo siguiente, que era esperar la asignación de su tutor.

Donde su tutor les daría sus horarios, código de habitación y el recorrido por el recinto.

(…)

—Tenía razón, gran Celestial— el hombre miró de reojo al ser —Ella es la combinación perfecta de sus padres—

—Mi querida, Astartea. Tenemos que protegerla, debemos protegerla a ella y sus hermanos. No dudo que los Oscuros ya sepan de su existencia— dijo con dejé de preocupación e inseguridad.

El hombre a su lado asintió sin decir más.

Sí había algo que al Celestial le mortificaba era que sus pequeños trillizos cayeran en manos de los Oscuros.

Hacía años que los Oscuros querían eliminar a los impuros, pero para lograrlo tenían que adquirir a un ser muy poderoso capaz de someter a todos los sobrenaturales, para luego ordenarles acabar con los impuros y los humanos.

Un mundo dominado por Oscuros.

(…)

Del otro lado del mundo se encontraba un hombre vestido de negro con una copa de aquel líquido carmesí.

El silencio del espacio fue irrumpido cuando un demonio piso el suelo de mármol.

—La Mantícora llegó, está en Himmlisch— dijo con un matiz de miedo impregnado en su voz.

El otro ser bebió de su copa mientras sonreía abiertamente.

«Mi elixir ha llegado»

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