Durante la guerra de Nicolás y Elizabeth contra las tropas lideradas por Sebastián, Lila o más Alisha que es su verdadero nombre, se había visto obligada a utilizar su verdadero poder para salvar la vida de los pequeños príncipes Dimitri y Alisha para que pudieran nacer, y también había ayudado a mejorar la salud de su querida amiga Elizabeth.
Hacer uso de aquel poder implicaba el peligro de ser ubicada por sus perseguidores, pero para su suerte tenía un margen de tiempo para que eso sucediera... Un año a partir del momento de haberlo utilizado era el tiempo que le tomaría a los instigadores rastrear y averiguar el paradero de Alisha, y ella sabiendo de esto había decidido partir de aquel imperio apenas los gemelos nacieran.
Y se alegraba de haber tenido tiempo para aquello porque pudo estar presente cuando su gran amiga Elyana/Elizabeth, le daba el nombre a sus hijos y la princesa ahora llevaba su nombre. La pequeña princesa tenía el mismo nombre que ella y la de su querida madre.
Antes de partir había hablado con Elizabeth a solas.
-no estoy de acuerdo. ¿no dijiste que solo te ibas a esconder hasta que no te encuentren aquí?- dijo Elizabeth muy preocupada.
- no puedo seguir huyendo. Tarde o temprano está situación debe resolverse. Y ahora que tengo noticias sobre mi madre, no puedo solo huir. La creí muerta, pero aparentemente no es así. Elizabeth, escúchame, debo volver.
Elizabeth estaba reacia a dejarla ir sola. -mis hijos recién nacieron, y no puedo dejarlos. Me preocupa que vayas sola.
-no te preocupes, quizás esté vulnerable en esta forma, pero en mi forma real es una historia diferente. Cuando nos conocimos, ese día que me salvaste ya estaba en esta forma, hasta que me desmayé quedando inconsciente, ahí viste mi verdadera forma. Para mi suerte aquella vez mi magia no se activó por estar inconsciente.
-si, cuando vi aquello me asusté mucho- dijo Elizabeth sonriendo al recordar aquella situación.
- esos hombres en aquel entonces no eran ladrones. Eran asesinos e incluso cuando sabías que te mentí, me ayudaste de igual manera. Eso es algo que te tengo que agradecer.
-supuse que tendrías tus razones para no dar explicaciones. Así que esperé a que tuvieras la confianza suficiente para contarme tu historia, y así lo hiciste. Gracias por haber estado conmigo siempre- dijo Elizabeth con una sonrisa.
- siempre será así, eres mi hermana. La única que tengo, porque la que es mi verdadera hermana, terminó siendo más una traidora que una familia-, comentó con tristeza Alisha.
- si ves que las cosas no van bien y estás en peligro, solo vuelve. Aquí tienes un hogar, ya sea como Lila o Alisha, jamás te dejaríamos sola.
-lo sé, y gracias. No quiero despedirme de los demás, volveré cuando haya resuelto todos mis asuntos. Hasta entonces, solo espérame.- dijo Alisha y abrazó a su amiga.
Ese día Alisha se había alejado del imperio yendo rumbo a la suya que quedaba muy lejos. Pretendía ir sin usar magia, eso significaba un poco más de un mes de trayecto hasta llegar a las fronteras. Algunas de las personas que trabajaban para ella habían decidido seguirla, querían seguir trabajando con ella.
Habían hecho un trayecto de casi un mes. Estaban parados en el pico de una pequeña montaña, cuando de repente debajo de ellos vieron a alguien encapuchado corriendo, perseguido por hombres que tenían los mismos rasgos de aquellos que una vez trataron de matarla a ella.
Alisha sin pensarlo dos veces bajó de aquel lugar corriendo al encuentro de esas personas. Fue seguida de sus hombres y después de unos minutos ya estaban frente a frente.
-¿no les da vergüenza? Un grupo de hombres persiguiendo a una sola persona. Cobardes- dijo Alisha con una sonrisa.
La persona que iba corriendo se escondió al notar que ambos grupos estaban por enfrentarse.
-¡Finalmente!, puedo descansar un rato. Necesito estar en condiciones para llegar a ella.- dijo aquella persona mientras se escondía.
Al momento de voltear de nuevo a mirar a sus perseguidores y a los que habían salido de la nada, vió que la lucha había empezado.
Alisha había empezado a atacar a aquellos hombres sin esperar respuestas de ellos. Ella sabía que eran asesinos, por lo que ni había necesidad de dar tantas vueltas.
La lucha era bastante intensa, Alisha peleaba al igual que sus hombres, que por suerte eran también espías y asesinos que habían estado con Alisha. Pero no era fácil, Alisha había recibido un corte en el brazo por un descuido y empezó a sangrar. Cuando eso pasó, ella se apresuró a terminar con aquellos hombres.
La persona que se había escondido, sintió una sensación extraña, y siguiendo sus impulsos volteó y sus ojos se detuvo en Alisha que seguía luchando con los asesinos que quedaban.
Primero fue como un instinto, luego un dulce olor asfixiante en sus narices... Sin darse cuenta salió del lugar donde se encontraba siguiendo aquel olor dulce. Hasta que se dio cuenta;
-no puede ser, es ella-. Murmuró sorprendida acercándose más.
En eso Alisha se dió cuenta de su presencia, y al voltear y ver su cara se dió cuenta de quién se trataba y quedó muy sorprendida, tanto que no se dió cuenta de que el último asesino que quedaba estaba por tirarle una daga.
Aquella persona se percató de aquello y corrió poniéndose frente a ella y terminó recibiendo la daga en su pecho. Uno de los hombres de Alisha aniquiló al que quedaba mientras tanto,, Alisha se aferraba a aquella persona y al sacarle la capa se vio de quién se trataba, era su madre, la que se había dicho que murió cuando intentó escapar con Alisha años atrás.
-¡madre, mamá!- dijo Alisha desesperada tratando de ayudar a su madre.
-hija, que suerte encontrarte nuevamente antes de morir.- dijo tratando de acariciar el rostro de su hija.
-no vas a morir mamá. Te pondrás bien - dijo Alisha llorando. En el fondo sabía que no podría salvar a su madre ni siquiera usando su magia. La daga tenía magia y veneno.
-déjame verte como realmente eres, por favor hija- suplicó la mujer, a lo que Alisha accedió.
La mujer feliz de ver a su hija nuevamente sonrió. Después le dijo;
-tu hermana y ex prometido me tenían encerrada, querían saber dónde está la rosa de plata. Pero logré escapar con ayuda de mi doncella.
-madre ¿cómo pasó esto? Siempre pensé que habías muerto aquel día-, dijo Alisha aún llorando.
- había quedado inconsciente y malherida en el túnel, estaba por morir, pero hicieron lo posible para salvarme porque necesitaban esa información. Recurrieron a todo tipo de magia para mantenerme con vida. Y lo lograron.
- debí haber vuelto por tí y no dejarte ahí - dijo Alisha agarrando la mano de su madre.
- no hija, ellos querían matarte a tí. Mi intención siempre fue dejarte escapar y volver para enfrentarlos. Toma esto-, dijo abriéndose su pecho cerca del corazón con magia- ahora te pertenece, yo no quiero seguir viviendo como hasta ahora, es doloroso. Quiero descansar. Por favor, recupera tu poder, y salva a todos. Esos dos destruirán a todos los reinos si llegan a poseer la rosa de plata-, después de decir eso acercó aquella pequeña rosa a Alisha y esta brilló con un brillo intenso, entrando en el cuerpo de ella.
-¿qué fue eso?- preguntó Alisha.
-siempre fuiste tú, por eso te querían matar. Eres la elegida de la rosa de plata. Moriré en paz, nuestra gente estará a salvo contigo.
Dicho eso, aquella mujer dejó de existir y Alisha lloró amargamente a su madre frente a sus hombres quiénes la rodearon tratando de consolarla.
Por otra parte, en el palacio imperial de Nicolás y Elizabeth.
-estoy seguro de que sabes dónde está ella- dijo Daniels parado en medio de la oficina de Nicolás.
-ya te repetí varias veces que no. Elizabeth no me lo ha dicho. Y tampoco la voy a presionar para que lo haga. Sabes que no dirá nada- respondió ya muy fastidiado Nicolás.
-dudo que entre ustedes haya secretos, si lo sabes por favor, dímelo. Te lo pido como el amigo que estuvo contigo durante todos estos años.
- no comprendo tu insistencia. Te lo dije ya muchas veces, no sé dónde está Lila. Si soy honesto, también tengo mucha curiosidad sobre ese asunto, pero por más que pregunte no me dice nada. Ahora tú, dime ¿por qué la buscas con tanta insistencia?- preguntó Nicolás sirviéndose una copa de vino.
-sirve otro para mí - pidió Daniels suspirando y se sentó en un sillón.
- explícame¿qué pasó?- volvió a preguntar Nicolás ahora pasándole la copa de vino mientras toma asiento frente a él.
-Es una historia un poco larga-, respondió Daniels.
-tenemos toda la tarde para que me cuentes. Elizabeth está ocupada con los niños y mi padre está haciendo los trabajos y yo estoy libre. Nadie nos molestará, así que empieza.
-muy bien, trataré de resumirlo. Me enamoré de ella y actué como un verdadero idiota después de haber pasado la noche con ella.- Dijo Daniels, y miró a su amigo al sentir su rostro mojado. Nicolás había escupido en el rostro de su amigo el vino que estaba tomando después de haber escuchado lo mencionado por Daniels.
-¿me estás diciendo que te acostaste con ella y luego la rechazaste? Eres un verdadero idiota - concluyó Nicolás limpiando el vino derramado.
-lo sé, y lo peor de todo es que me enamoré de ella. Necesito encontrarla. Estoy desesperado-, dijo Daniels acostándose en el sillón. En ese momento recordó cómo había pasado todo con Lila.
Era la noche del banquete dónde Nicolás y Elizabeth darían a conocer sobre los príncipes Dimitri y Alisha. Anunciarían el nacimiento de los gemelos y lo festejarían aquella noche. El anuncio fue muy bien recibido por todos y se festejó toda la noche. Daniels había salido a dar una vuelta por los jardines del palacio, ya que no se sentía del todo bien, había tomado mucho y quería despejar la cabeza.
Caminando por el jardín pudo ver a alguien sentada cerca de los rosales, se acercó un poco más y pudo ver que era Lila. Se sentó al lado de ella sin decir nada.
-¿por qué estás aquí sola?- le preguntó Daniels.
-¿y a tí qué te importa? Ocúpate de tus asuntos - había respondido Lila quién aparentemente estaba bebiendo allí sola.
-solo por hoy, dejemos de discutir. Nuestros jefes están felices, deberíamos acompañarlos en su felicidad, ¿no lo crees?
-tienes razón. Toma- dijo Lila pasándole una botella de vino que cuando la terminaron, Lila sacó otra.
-¿tienes más botellas?- preguntó Daniels al verlo.
-Es la última, solo traje tres y antes de que tú vinieras ya había terminado la primera.
Ambos bebieron de la botella que quedaba. Después de eso Lila le preguntó a Daniels...
-si supieras que podrías morir, ¿qué cosas harías antes de que eso suceda?
-supongo que viviría la vida al máximo, y solo me dejaría llevar por mis ocurrencias- respondió Daniels.
-Es así-, había dicho Lila suspirando y volviendo su mirada al cielo. -supongo que tiene lógica, entonces ¿a tí, qué te gustaría hacer Daniels?
Cuando Daniels escuchó aquella pregunta se acercó más a Lila, y con un movimiento le robó un beso. Al separarse de ella, Lila lo volvió a agarrar y se besaron intensamente, tanto que solo los besos ya no eran suficientes. Daniels agarró a Lila y la sentó en su regazo para besarla mejor y así estuvieron hasta que los besos ya no fueron suficientes y Daniels la llevó a su habitación. Ambos al llegar adentro de aquel cuarto se libraron de sus ropas, y disfrutaron el uno del otro toda la noche.
Al día siguiente, Daniels había despertado y vió a Lila a su lado.
-¿qué hice?- dijo agarrándose la cabeza, y en eso ve que Lila despierta.
-¿qué sucede?- le había preguntado ella.
- absolutamente nada, olvida lo que pasó anoche. Fue un error-. Dijo eso Daniels y se levantó de la cama yendo al cuarto de baño para bañarse. Cuando salió ya no encontró a Lila.
Días después, Daniels empezó a pensar en todo aquello y se sintió mal. Y además, se había dado cuenta de que realmente le importaba aquella pelirroja. Cuando la buscó ya no la encontró y se sentía realmente mal por todo lo que le había dicho. En ese momento él se había asustado, hace mucho que le gustaba Lila, despertar al lado de ella fue hermoso, pero tenía miedo de lo que podría pasar, además aún no se sentía listo para casarse, y justamente fue eso lo que lo asustó, el tener que hacerse responsable de aquella noche tan salvaje que había tenido a su lado.
-fue su primera vez y yo fui un completo idiota- se dijo a si mismo en aquel entonces.
Nicolás miraba a su amigo que estaba acostado en aquel sillón y le dijo;
-puedes ir a preguntarle a Elizabeth, pero dudo que te diga algo. Y menos si sabe que fuiste un completo imbécil con su amiga.
Daniels se sentó y suspiro..
-lo voy a intentar-, dijo y se levantó para salir de aquel lugar. Ahora tenía que enfrentarse a Elizabeth, si deseaba obtener alguna información.
-que los dioses me protejan- se dijo a sí mismo y se fue rumbo al palacio de Elizabeth.
Daniels iba por los pasillos con pasos temerosos, sabía de lo que era capaz la esposa de Nicolás. Y sabía que no sería fácil para él o tener información, es más que seguro que se lo negaría y tendría suerte si sale vivo de ahí si sabe de lo que pasó entre él y Lila.
Iba y venía frente a la puerta de la residencia de los príncipes herederos. Quería entrar, pero aún tenía miedo. De repente las puertas se abrieron, y una doncella salió para hablar con él.
-la princesa heredera quiere que entre de una vez - dijo aquella chica con una reverencia.
-directo al matadero- pensó Daniels entrando a la residencia con pasos pesados pero decididos.
Al llegar al salón que daba a la puerta dónde se encontraba Elizabeth con los pequeños príncipes, suspiró profundamente y tocó la puerta. Al obtener una respuesta de Elizabeth entró al recinto.
-saludos a la princesa heredera y a los pequeños príncipes- dijo Daniels con una reverencia.
-¡vaya! ¿A qué viene esa amabilidad tan sincera, necesitas algo? - se burló Elizabeth mirando a aquel hombre frente a él. Era curioso verlo así en ese estado de nerviosismo, que Elizabeth no pudo evitar burlarse de él.
-cualquiera que te viera pensaría que tienes miedo de que te coma- volvió a decir Elizabeth mientras acomodaba a los pequeños en sus cunas.
Daniels aún haciendo una reverencia habló -princesa, me atreví a venir hoy en su presencia para hacerle una pregunta, ¿Puede decirme dónde está Lila?
Al escuchar esa pregunta, Elizabeth dejó de jugar con los gemelos y dándose la vuelta, miró a Daniels con unos ojos que daban miedo, tanto que Daniels tuvo que dar unos pasos atrás.
- así que ¿ahora te importa?, acaso ¿dejó de ser un error?. ¿no pediste que se olvide todo?- dijo Elizabeth está vez acercándose a Daniels para darle una patada entre las piernas.
-eso fue porque te aprovechaste de ella. Y ésto-, dijo dándole un golpe en la cara- por tardar tanto en tomar conciencia sobre lo imbécil que fuiste.
Daniels en ese momento cayó al piso muy adolorido, agradecía el hecho de que Elizabeth no pudiera usar su magia aún, y que no le haya cortado la cabeza.
- por suerte pude mantener mi cuello intacto- pensó Daniels mientras se retorcía de dolor.
Elizabeth sabía lo que había pasado entre ellos, incluso si Lila no tenía intenciones de quedarse y menos obligar a alguien para que se quede con ella. De cualquier manera ella sabía que Alisha tenía otras cosas en la cabeza, y casarse para formar una familia no era una de ellas. Más bien lo que le molestaba a Elizabeth es que Daniels haya actuado de esa manera sin dejar que Lila dijera algo al respecto. Solo se levantó, le dijo que era un error y se fue.
- si de verdad quieres encontrarla, tendrás que ir al sur, es un camino largo de más de un mes y quizás tengas muchos problemas. Es más fácil para ti olvidar todo y quedarte cómodo aquí. Si pretendes buscarla, es probable que no sobrevivas. Es todo lo que diré. La decisión es tuya. Ahora vete-. Dijo Elizabeth dándose la vuelta nuevamente para centrarse en sus hijos Dimitri y Alisha.
Por su parte Daniels cómo pudo se levantó y salió de ahí. Yendo por los pasillos se encontró nuevamente con Nicolás, quién estaba de camino a ver a su esposa e hijos.
-¡vaya!. A pesar de todo te fue bastante bien-. Comentó con una risa.
-pude mantener la cabeza, así que sí. Todo salió bien. Quizás me ausente por un tiempo. Necesito todas mis vacaciones atrasadas-. Dijo Daniels mirando a Nicolás para ver sus reacciones.
-¿vas a estar bien?. Si pretendes ir a buscarla, pasarás por muchas cosas. No será algo fácil de hacer-. Comentó Nicolás con un rostro serio.
- así que si lo sabías. ¿Por qué no me lo dijiste?. Te pregunté muchas veces- reprochó Daniels.
- no puedo meterme en esto. Además, no sabía lo que hiciste. Solo estaba al tanto de a dónde se dirige ella, y no de lo imbécil que fuiste- dijo Nicolás.
- me tomaré mis vacaciones - respondió Daniels volviendo a caminar.
Nicolás se quedó mirando la espalda de Daniels y cómo caminaba, y sonrió -eso debió doler-, murmuró y se dio la vuelta para seguir su camino.
Al llegar donde se encontraba Elizabeth, le dio un beso y cargó a uno de los gemelos que le agarró la mano y mirando a Elizabeth le dijo...
-gracias por dejarlo vivo.
- después de todo, quién debe decidir qué hacer con él es ella-, comentó en respuesta Elizabeth.
-¿ella estará bien?- preguntó Nicolás al ver el rostro preocupado de su esposa.
-tiene que. No puede morir. Ella es más capaz de lo que pensamos o vimos hasta ahora-, dijo suspirando y volteó su vista a la ventana.
Por otro lado, Alisha aún estaba llorando a su madre mientras sus hombres trataban de calmarla. Cuando recobró la compostura, pidió ayuda a todos para hacer un lugar de descanso para su querida madre.
Así todos empezaron a trabajar, armando una tumba en aquel lugar donde había flores de todo tipo. Pusieron piedras a su alrededor y una pequeña lápida.
Alisha enterró a su madre en aquel lugar, y antes de seguir con su camino, hizo crecer rosas alrededor y en la lápida estaba escrita "Aquí yace la amada reina de Reyes Alisha"
Parada frente a aquella tumba, Alisha se arrodilló y juró cumplir con la petición de su madre, y sus hombres hicieron lo mismo.
- gracias a todos por acompañarme en esto. Es algo que no olvidaré. Y es por eso que le revelaré mi verdadera identidad. Yo soy la primera princesa Alisha Mery Rinaldhy, la legítima heredera del imperio de plata. Y vamos a ese imperio para recuperar mi lugar y matar a todos aquellos que se interpongan-, sentenció Alisha y reveló su verdadera figura.
Todos los presentes se arrodillaron ante ella, y juraron lealtad diciendo.
-¡juramos tomar venganza por la reina de Reyes Alisha, y ayudar a su legítima heredera a recuperar su lugar en el imperio de plata!
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