La luna de sangre estaba reflejada en el lago, Leire, sentado sobre una roca observaba el reflejo ^ No estaría aquí si ellos dejaran que me quedara^, pensaba triste mientras lanzaba otra roca a las aguas.
Los otros jóvenes lo expulsaron del dormitorio porque iban a jugar un morboso juego al cual él no estaba invitado.
Levantándose caminó por la orilla del lago, en un momento se detuvo y vio su reflejo, ^ ¿Por qué no me aceptan? ¿Será por mi pelo blanco o por mis ojos azules?^ aunque quiso en ese momento no obtuvo la respuesta, así que molesto corrió lejos del lugar.
Corrió a toda velocidad entre los árboles del bosque, la brisa acariciaba su delgado rostro, las lágrimas salían de sus ojos y al recordar las palabras de sus compañeros de clases sintió como mil agujas en el alma.
Al detenerse se percató que estaba perdido, así que sentándose bajo un sauce lloró amargamente.
Vino a su mente la despedida de su tía, fue ella quien insistió para que Leire fuese, y en ese momento la culpó por estar en esa situación.
De repente escuchó una voz, al principio no entendía lo que la voz decía, pero mientras más se acercaba al gran Roble más clara era la voz:
_ Ven, acércate y tócame _ y volvía a repetir lo mismo.
En un principio Leire sintió miedo, luego pensó que estaba alucinando o se estaba volviéndose loco, pero la curiosidad pudo más que él y acercándose tocó el árbol.
En ese momento todo lo que estaba a su alrededor desapareció, entró en un espacio negro y blanco, no había nada más, de repente dos enormes ventanas se abrieron a ambos lados, una estaba completamente negra y la otra completamente blanca; Leire sintió la necesidad de tocar una de las dos, y eso hizo, acercándose a la ventana blanca depositó su mano en ella y nuevamente fue succionado, todo a su alrededor desapareció, dio muchas vueltas antes de ver una luz, esta fue creciendo y tornándose de mil colores hasta que lo último que vio fue algo verde, luego de eso sintió un fuerte golpe en la espada como si hubiera caído y así fue.
Al abrir los ojos vio una extraña mujer, recomponiéndose se levantó y limpió su camisa:
_ ¿ Quién eres?_ preguntó el joven intentando no parecer asustado
_ Mi nombre es Trats _ dijo la mujer mientras golpeaba un báculo blanco contra el suelo _ veo que eres lo mejor que he podido conseguir _ rio en tono sarcástico _ estoy perdiendo habilidades.
_ Mira _ gritó Leire _ no sé quien eres ni donde estoy ni como llegué aquí, pero me niego a que me insultes, porque sí, noté tu sarcasmo.
_ Lo siento _ dijo disculpándose la mujer _ te voy a explicar lo que necesitas saber hasta ahora, este no es tu mundo _ el muchacho palidece _ estás en Stone, yo soy Trats una antigua hechicera de la hermandad blood, mi magia está menguando, por eso realicé un hechizo de ayuda y tú apareciste _ el joven meditó un instante:
_ ¿Me estás diciendo que morí?_ la hechicera esperó un poco antes de responder:
_ No, te estoy pidiendo ayuda.
Leire observó a la extraña mujer mientras descansaban al calor de una hoguera; era de su misma estatura, tés morena y grandes ojos color miel, ^ Es hermosa pensó mientras mordía un trozo de carne asada que se derritió en la boca, ^ ¡ Qué dulce!^, agarró otro trozo que devoró al instante, no preguntó que animal se estaba comiendo, en realidad, poco le importaba mientras tuviera ese sabor.
Miró una vez más a la hechicera, estaba preocupada, eso lo notaba en sus ojos, pero no se quiso ser indiscreto así que no le preguntó.
Por su cabeza pasaban miles de preguntas, quería exponerlas en ese momento, pero sentía pena y cierto temor:
_ Eres raro _ finalmente dijo la hechicera justo después de tomar un líquido de un pellejo _ cualquiera en tu lugar abría hecho mil preguntas _ agregó mientras le pasaba el pellejo
_ Las tengo _ dijo agarrando el recipiente
_ Solo puedes hacer tres por día _ el joven por poco se atraganta con el néctar
_ ¿Por qué?
_ Porque soy tu maestra _ respondió mientras le arrebataba el pellejo _ el muchacho levantándose airado preguntó:
_ ¿Por qué eres mi maestra? _ la hechicera sonrió
_ Porque te invoqué _ el joven alzó el dedo en señal de otra pregunta, pero prefirió guardar la última que le quedaba, luego de sentarse, tomar un trago de néctar y meditar, finalmente dijo:
_ Tú eres una hechicera, así que en este mundo hay otras habilidades como la tuya _ la mujer tomó aire para explicarle al joven:
_ Sí, en este mundo existen dos hechiceros, la blanca que soy yo y la roja; también hay magos de distintos elementos; paladines, guerreros, pícaros, cambiadores, merodeadores y gente común _ Leire interiorizó lo escuchado:
_ Y yo, ¿Qué soy?_ la hechicera rio
_ Solo eran tres preguntas y las gastaste _ el joven sonrió
_ En realidad hice dos preguntas y una afirmación _ la hechicera pensó por un momento y cayó en que era cierto lo que le estaba contando
_ Eres un tramposo, ¿Cómo sabías que yo te iba a contar todo eso?_ el joven sonrió
_ Eres predecible, fue muy fácil engañarte, pero no me cambies de tema, dime lo que soy
_ Cómo quieras _ la mujer hizo un círculo en el suelo, mandó a que entrará en él y alzó el báculo, dijo algunas palabras raras y alrededor del joven creció una luz blanca, luego escuchó una explosión, la hechicera salió disparada hacia un lado, mientras que el joven para el lado contrario; rápidamente la hechicera se puso en pie y ayudó al aturdido muchacho a levantarse, la expresión de su cara cambió _ Lo que te voy a mostrar no puede salir de aquí, aunque tengas un buen amigo, aunque te enamores, ni siquiera a los del gremio le puedes contar esto _ Leire asustándose afirmó con la cabeza, acto seguido la hechicera se acercó a él y tocó su frente con el índice y todo cambió a su alrededor:
_ ¿ Dónde estamos?_ preguntó el muchacho asustado, al mirar a su alrededor no veía nada, solo el color blanco a un lado y el negro al otro
_ Te dije que solo podías hacer tres preguntas, pero por esta vez te la dejaré pasar _ la hechicera tocó el suelo con el báculo, de repente vio abrirse una ventana en la parte blanca de la pared, entonces comenzó ver imágenes, cuál si fuera una película _ Hace mucho tiempo _ comenzó a contar la hechicera _ el gran Uno creó cinco mundos, todos los animales y todas las cosas, pero en Stone depositó cinco armas sin igual, los maravillosos báculos , a los cuáles el gran Uno embadurnó con una magia sin igual, cada hechicero debía proteger su báculo, pero no fue así, la malvada Félix fue cazando uno a uno cada hechicero, para robar su poder, y así lo hizo, hasta que solo quedamos ella y yo, pero se que el gran hechicero Armenio escondió el báculo oscuro en un lugar desconocido, luego de matar a los demás, Félix intentó eliminarme de mil maneras diferentes, pero no lo logró, hoy han pasado tres mil años de aquello y pese a mi apariencia, soy una anciana _ volteándose tocó la frente del muchacho, en ese momento, aparecieron junto a la fogata _ Tú eres un hechicero _ el joven abrió los ojos como platos _ necesitas un báculo para drenar tú energía, pero lo más importante, si Félix logra enterarse de lo que tú eres te buscará y te matará sin miramientos
_ Sé que ya te he preguntado las tres veces del día, pero tengo que hacerlo _ tuvo que sentarse pues notó como perdía la fuerza en las piernas _ ¿Cómo puedo esconder lo que soy?
_ Los magos al igual que nosotros usan báculos, y magia, así que no tendrás problemas, pero solo podrás usar un elemento o levantarás sospechas.
Con más dudas que nunca, Leire intentó dormir, al principio no lo consiguió, pero poco a poco fue quedándose dormido.
Al despertar, vio que la hechicera estaba acomodando los zurrones, observó a su alrededor y contempló las maravillas de ese mundo; vio árboles gigantes que jugaban a tocar las nubes, observó los raros animales que correteaban con alegría, miró al cielo viendo el volar de las aves y el transitar de las nubes, y en ese momento sintió paz.
La hechicera alzó su mano derecha y la movió rápidamente, Leire no comprendió que había pasado; la mujer caminó hacia adelante y de entre la maleza capturó a un herido, parecía una liebre, pero más grande y con cuernos; Trats notando que el joven no entendía lo ocurrido procedió a explicarle:
_ Lo que me viste haciendo con la mano fue un hechizo _ y con ironía agregó _ que me salió muy mal, mi objetivo era eliminarlo, pero simplemente lo herí _ levantó el animal _ esta es nuestra cena _ comprendiendo que el joven necesita algo más suspiró _ bueno, ya que no preguntas te lo diré, esa magia que me viste utilizar se llama magia blanca o magia de luz, solo la hechicera blanca, o sea, yo, puede hacerla, pero eso lo aprenderás con el tiempo.
Ambos prosiguieron su camino, en esta ocasión, Leire pensó mejor las preguntas para ese día, pero no quería hacerlas en ese momento, así que espero.
Caminaron hasta que el sol se ocultó por el Norte, la hechicera lo mandó a buscar troncos secos y juntos fabricaron la fogata.
La mujer despellejó el animal hábilmente con el puñal que portaba en el cinturón, luego lo despiezó y lo hizo guiso.
Comió hasta saciarse el joven Leire, tres veces se sirvió y tres veces vació su plato, finalmente lleno preguntó:
_ ¿Podemos realizar los mismos hechizos?_ la hechicera bebió del pellejo
_ Mi magia es blanca, la tuya es negra, hasta cierto punto si podemos realizar los mismos hechizos, pero no siempre obtenemos el mismo resultado _ el joven bebió del pellejo secó la comisura de sus labios y agregó
_ ¿Mis hechizos serán igual de efectivos con un árbol cualquiera?
_ No, el báculo oscuro está fabricado con madera divina, eso aumentará tu poder.
_ Ya veo _ el muchacho miró las estrellas dándose de cuenta que no eran las mismas constelaciones de su hogar.
_ ¿Algún día podré volver? _ Trast miró a Leire a los ojos durante unos segundos, apartó la mirada y bebió un largo trago del pellejo, suspiró para luego agregar
_ Si, cuando consigas el báculo podrás irte.
Esa noche durmió tranquilo, el sueño se apoderó de su mente muy rápido; soñó con su mundo, con su tía, con sus compañeros de clases e incluso con la chica que le gustaba, entonces despertó, miró a su alrededor y sintió alegría:
_ Levántate vago _ gritó la hechicera mientras le daba un puntapie _ hoy llegaremos al gremio y recuerda lo que te dije
_ Soy un mago no un hechicero _ dijo en tono burlón, la mujer le lanzó una mirada fulminante
_ Bien gran mago _ sonrió irónica _ ¿Cuál es tu elemento? _ el joven pensó un momento, no sabía qué responder, ni siquiera sabía a que se refería con elemento _ me lo imaginaba _ rio strepitosamente _ Tienes que decir que eres un huérfano de Sulfar, te recogí mientras mendigavas y recién te enteras de que eras mago _ levantando la ceja agregó _¿ entiendes?
_ Si, entiendo
_ ¡No lo has dicho bien! _ levantó la voz _ debes decir " Si señora lo entiendo" _ en realidad el joven no lo comprendía pero con tal que se callara la imitó
_ Si señora la entiendo.
Caminaron durante tres días, en las noches Leire saciaba sus dudas con las tres respuestas características de Tarts; comían diferentes tipos de carnes, todas cazadas por su maestra hechicera; dormían bajo la luz de la luna y al calor de la hoguera.
Esa mañana, el joven, levantándose primero, observó el dormitar de la hechicera; ^ No creo que tengas tres mil años^ pensó mientras se perdía observando el largo pelo blanco, ^ Es del mismo color su pelo y el mío^:
_ ¿Qué estás haciendo? _ dijo aún con los ojos cerrados la mujer, Leire cayó hacia atrás asustado, balbuceó algo intangible _ No vuelvas a hacerlo, pude haberme sentido amenazada y no estarías escuchándome ahora mismo _ el joven arrodillado se disculpó rojo de la vergüenza
_ Lo siento mucho, mi señora, no era mi intención.
Luego de preparar los equipajes, desayunaron unas frutas rojas y verde, pareciéndole a Leire, que comía manzana y pera a la vez.
Fue entonces cuando escuchó unos ruidos lejanos, como de personas hablando, en primer momento el joven se asustó, pero su maestra lo intentó tranquilizar:
_ No te pongas nervioso y actúa normal, nadie sabe de donde vienes ni lo que eres, no seas tú quien empiece a levantar sospechas.
A medida que se acercaban notaron una caravana de comerciantes, eran tres personas, un siervo caminando y dos comerciantes sentadas en el carromato llevando las riendas de los caballos, cuando Leire observó los animales, sintió un poco de lástima hacia ellos, eran flacos y con semblante hambriento.
Una de las comerciantes percatándose de los viajeros comentó a su acompañante en alta voz:
_ ¡Qué bueno que compramos esas finísimas ropas en Runt!_ su compañera no reaccionó al instante y quedó observándola con cara de imbécil, un codazo y un guiño hacia los viajeros cambió su semblante
_ ¡Es verdad!_ dijo aclarándose la voz _ tenemos de todo tipo, y para todo tipo de personas.
Los viajeros intercambiaron miradas y aunque entendieron la mala maniobra de venta de las comerciantes, decidieron actuar:
_ ¿Es en serio?_ sobreactuó la hechicera _ mi aprendiz y yo necesitamos nuevos ropajes _ una palmada en la espalda fue la señal para que hablara el joven
_ ¡Es verdad! Yo necesito ropa nueva, está muy sucia la que poseo, pero la ropa de mi maestra es muy anticuada _ la hechicera lo fulminó con la mirada, pero no dijo nada.
Las comerciantes hicieron señas a su siervo y este abrió el último compartimento del carromato; de allí sacó cuatro secciones, acto seguido invitó a los viajeros que vieran las ropas; estos acercándose observaron todo el material:
_ ¡Que ropas más feas tienes! muchacho _ dijo la más alta de las dos, sus fríos ojos negros inspeccionaron al muchacho, logrando que Leire se pusiera muy nervioso
_ Es que su difunto amo se creía sastre y fabricaba tan horribles vestidos _ aclaró la hechicera, aunque no consiguió lo que se proponía, por lo menos, las comerciantes no hicieron más preguntas.
Mientras el carromato se perdía detrás de ellos, Leire observaba un poco asqueado su nuevo atuendo:
_ ¿Pero esto que es? _ preguntó a su maestra mientras se alisaba la parte trasera, ella aguantando la risa explicó
_ En este mundo, los magos usan túnicas _ se tapó la boca, cerró sus ojos, tomó aire y continuó _ sé que en tu mundo esto es un tanto raro, pero aquí es normal _ el joven dio una vuelta en el lugar viéndose, la túnica era gris y tenía una capa incorporada
_ Bueno si tú lo dices _ el muchacho estiró sus brazos, parecía cansado _ ahora que lo pienso, ¿Necesito un báculo?
_ Si _ dijo la hechicera mientras lo observaba atentamente _ dame un momento _ se alejó un poco del camino, el muchacho la siguió, pararon frente a un gran árbol, Leire se extrañó, pues el árbol era un roble, era el primer árbol que veía de su mundo.
Trats levantó su báculo blanco comenzó a decir algo en un extraño idioma, luego golpeó el árbol con su arma y este desapareció de sus ojos, al voltearse, la hechicera le hizo entrega de un báculo, era gris, un poco más pequeño que él:
_ Esta será tu arma _ el muchacho la observó atentamente _ no es perfecta, de hecho, si te sobrefuerzas la romperás y eso te delatará _ la mujer cayó de rodillas en el suelo, el joven corrió para ayudarla, pero ella levantó su mano _ no te preocupes _ se puso en pie _ Estoy perdiendo poder ¡es frustrante!
Descansaron un largo rato en ese lugar, la hechicera, sentada en una gran roca, aprovechó para explicarle algunas cosas:
_ Ese báculo que portas no es inmortal, este mío si lo es, _ los dos báculos descansaban uno en frente del otro, acostados en la hierba, entre ellos _ te dije hace rato que lo podías quebrar, y así es; los báculos canalizan la energía del hechicero o mago, pero si el portador ejerce una fuerza mayor a la que puede soportar el arma, esta se quebrará, pero no solo eso, sino que también puede hacer daño al portador _ Leire observaba con atención, pero por su mente solo pasaba una cosa ^ Quiero hacer magia ya ^ _ puede que desees realizar magia _ el muchacho cambió el rostro ^ ¿Es posible que lea la mente?, bueno pensaré en algo, ummm, Idiota, vieja idiota^, como la hechicera no dijo nada Leire dió por hecho que no leía la mente _ pero es muy difícil la realización de la magia, necesitas experiencia y la experiencia se gana con entrenamiento _ Trast levantándose recogió el báculo del suelo, Leire le imitó _ no te preocupes, recibirás el entrenamiento necesario en el gremio
_ ¿ Falta mucho para llegar?_ la hechicera sonrió
_ Esa fue tu última pregunta de este día _ tocó el suelo con el báculo tres veces, de repente apareció un cuervo blanco, el muchacho percatandoce que le faltaba un ojo quiso decirlo, pero la hechicera continuó _ ni un cuervo completo puedo invocar ya _ puso su mano delante del cuervo, este subió a su brazo _ Ya sabes que hacer _ dijo mientras lo lanzaba al aire, el cuervo elevándose daba vueltas encima de ellos, planeó en el mismo lugar y aceleró su velocidad hacia delante, entonces frente a sus ojos, desapareció _ estamos muy cerca, sigueme.
Retomaron el camino, ambos estaban en silencio, caminaron alrededor de media legua y pararon:
_ Retrocede unos pasos _ la hechicera alzó su báculo blanco como una nube, dibujó un símbolo en el aire y tocó con fuerza el suelo, en ese momento, apareció una puerta blanca, la mujer tocó a puerta y una voz respondió:
_ ¿Contraseña?_ la voz era áspera y roncosa
_ Sumbar rutra miko no soliy _ la puerta se abrió, detrás de ella, Leire vió un paisaje diferente al que estaba afuera _ Es magia, muchacho, pronto lo entenderás.
Las puertas se cerraron detrás de ellos y el joven vió a lo lejos un castillo :
_ Bienvenido a mi gremio _ dijo sonriente la hechicera.
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