NovelToon NovelToon

NO SOY BUENA.

Quitarte la máscara

...Diego Gutiérrez....

Hoy lleve a mi prometida a casa de mi padre. Él no se alegró mucho al verla. Y mucho menos al recibir la noticia que le dí. Me pidió que habláramos un momento a solas en su despacho.

— ¿Qué significa esto? — Preguntó apenas entramos.

— Ya te lo dije padre, me casaré con Emily.

— No te entiendo. ¿Cómo puedes cambiar a una mujer cómo Melisa, por Emily? — Se molestó el señor Fernando.

— Emily es mi vida. — Respondí con seguridad.

— Emily no tiene nada. Ni carrera, ni un apellido importante, mucho menos dinero. En cambio Melisa, ella estudió en la mejor universidad, habla varios idiomas, se graduo con honores, es hermosa, y viene de una familia muy importante.

— No seas clasista.

— ¿Clasista? ¿Qué sabemos sobre Emily? ¿Terminó una carrera? ¿trabaja en algo? Esa niña lo único que tiene es una cara bonita. ¿Para que te servirá eso en el futuro? ¿cómo te ayudará a manejar la empresa?

— Yo puedo hacerlo sólo.

— No puedes. Ya has demostrado que no. Te metiste en problemas, ¿y dime quién los resolvió?

— Tú adorada Melisa. — Conteste molestó. Por qué parece que se ha enamorado de ella.

— No lo digas en ese tono. Ella no ha hecho más que ayudar.

— ¿A costa de que? ¿Sabes que se tuvo que acostar con el banquero para conseguir el préstamo?

— No se cómo puedes calumniarla de esa manera. Melisa jamás haría una cosa cómo esa. Ella es inteligente. Siempre logra sus objetivos. Es buena en todo.

— Hablas de ella con tanta pasión. ¿Acaso ya tuvieron sexo? — Mi padre golpeó mi mejilla.

— ¿Cómo puedes hablarme así? Soy tu padre.

— Un verdadero padre apoya a su hijo. Tú me quieres condenar a la infelicidad.

— Estoy velando por tu futuro. Quiero lo mejor para ti. Y se bien que Emily no es la mejor opción. Ella lo único que quiere es tu dinero.

— Estás cometiendo un grave error. Emily me ama. Melissa lo que tiene es una obsesión. Lo dijiste antes, ella siempre consigue lo que quiere, no me ha conseguido y es por eso que no me suelta.

— Eres un verdadero idiota. ¿Acaso crees que una mujer que no te ama haría todo lo que ella hizo?

— Ya te dije el costo que pagó. Melisa no es una tan buena.

— ¿Y Emily si?

— Emily es honesta, noble, trabajadora. No manipula a las personas para obtener lo que quiere. Por eso le propuse matrimonio. Nos vamos a casar. Espero aceptes mi decisión. Por qué de lo contrario es mejor no tenerte en mi vida.

— Te arrepentirás.

— No papá. Esa es una decisión tomada. Nunca me arrepentiré. — Salí del despacho y me encontré a Emily con los ojos hinchados. Al verme ella salio corriendo. — Emily espera. — La detuve en la puerta.

— Tu padre tiene razón. Melisa te conviene. Yo no soy digna de ser tu esposa. — ¿Cómo puedes pensar eso? Nadie es más digna que ella.

— Emily te amo. Eso es lo único que importa.

— No. No es lo único. La clase social también es importante. ¿Qué van a decir tus amistades cuándo sepan de mi?

— Ellos no me importan.

— Lo siento. No puedo casarme contigo si tú padre se opone. — Ella intentó quitarse el anillo. Sin embargo le sostuve la mano.

— En dos semanas anunciaré nuestro compromiso. Todo el país se va enterar. Emily seras mi esposa. Ya dijiste que si. No cambies de opinión ahora. — La abracé y besé.

— Está bien. Te amo.

— Y yo a ti mi princesa.

... Dos días después Emily es citada en un restaurante por Melisa. Ella duda en ir. Pero tiene curiosidad por saber que es lo que le dirá.

— Aquí estoy señorita.

— ¿Cuánto quieres? — Pregunta Melisa apenas ella se sienta.

— ¿Perdón?

— Dime cuánto quieres por alejarte de Diego.

— Yo no quiero eso. Amo a Diego.

— Ja. — Melisa ríe sarcásticamente. — Di un número. Ponle precio a ese supuesto amor. Estoy dispuesta a pagarlo.

— Ya le he dicho que no. Y si me llamó para eso mejor me voy.

— Emily, piénsalo bien. Cuándo se trata de alejar arpías de Diego pago lo que sea. Te dejo mi número. Por si decides quitarte la máscara conmigo. — Melisa se retira del restaurante.

Foto de Diego Gutiérrez.

Yo hago mi destino.

...8 Años atrás....

...Diego....

Fui a ver la pasarela de Melisa, al terminar su ensayo entre por ella al vestuario, no había nadie aparte de ella, ví cómo cambiaba unas pastillas. No entendí nada. La sorprendí en el acto y me dijo que era una broma que estaba jugando. No le di importancia y la lleve a su casa. De camino me preguntó cuándo le pediré que sea mi novia. Evadí el tema por qué no estoy seguro de ésto. La conozco desde hace años, se que está enamorada de mi, pero yo de ella no, ese es mi mayor impedimento para pedirle lo que quiere. Meli se enojó al no escuchar una respuesta clara, pero le dije que la llevaría a comer una hamburguesa si ganaba el casting.

— Estoy segura que ganaré. — Afirmó con confianza, algo que admiro mucho de ella es la seguridad que tiene en sí misma. Es cómo si supiera lo que viene.

... Las semanas pasaron y el día del casting ella fue la ganadora. Fui al camerino para felicitarla, y escuché cómo hablaba con Tamara.

— Pronto empezarás a engordar.

— Tu lo hiciste. Estoy segura.

— ¿Qué hice querida? — Preguntó Melisa con una sonrisa burlona.

— Perdí por tu culpa. Maldita seas Melissa. Maldita seas. — Tamara la agarro por el cabello, no podía permitir que algo le pasara y entre en la pelea.

— Tamara detente. Acepta tu derrota y no culpes a los demás.

— Melisa es la culpable. Ella me cambió mis pastillas. Estoy embarazada por su culpa.

— Tamy yo no te mandé a follar con tu novio. Esa fue tu decisión. — Melissa conservaba su mirada y sonrisa burlona.

— Eres una maldita. — Tamara se le fue encima pero me interpuse de nuevo. — No te metas en ésto Diego.

— Está agencia es de mis padres. Sin escándalos por favor. — Tamara se calmó un poco.

— No creas que ésto se va quedar así. — Amenazo a Melisa. — Tuviste suerte, pero no siempre será de esta manera.

— Escúchame bien. La suerte es para los perdedores cómo tú, yo construyo mi camino, yo hago mi destino. Las cosas siempre van a salir cómo yo quiero. ¿Me has entendido? — Melisa sacó a relucir el lado oscuro que odió.

— No será así. — Tamara tomó su mochila y salió del vestidor. Yo miré con decepción a Melissa.

— No me veas así por favor. — Pidió ella.

— ¿Por qué le hiciste eso?

— Tuve que.

— Dame una explicación.

— No voy a dar explicaciones.

— ¿Por qué eres así? Tienes un rostro de angel. Pero mucha maldad en tu corazón.

— No es maldad. Créeme. — Ella hizo esos ojos lindos que pueden funcionar en cualquiera, menos en mi.

— No te llevaré a casa hoy. — La dejé sola para que pensará bien las cosas.

... 5 años después, mi empresa tuvo una crisis muy seria. Necesitábamos un préstamo del banco o inversionistas. Hice reuniones con personas, por semanas busqué la forma de salvar lo que mis padres levantaron con mucho esfuerzo, pero mis intentos eran en vano, hasta que apareció Melissa con un banquero. Lo presentó cómo la persona que salvaría mi patrimonio, tuvimos una conversación muy extensa y quedamos de firmar un contrato al día siguiente. Yo abracé a Melisa y pregunté cómo había conseguido algo que yo no podía.

— Ya vez. Soy una mujer inteligente. — Se alabo. Yo sonríe con su actitud arrogante y jugué con su cabello.

— Gracias. Eres la mejor amiga del mundo.

— Sigo esperando a ser más que eso. — Dijo ella impaciente, cómo si esperará que ahora mismo me declarará. Pero no pasaría algo cómo eso. Yo seguía sin estar listo.

— Ya veremos.

— Me has dado esa respuesta por años. No quiero seguir esperando.

— Eres libre de salir con alguien más. — Ella se molestó cuándo dije eso. Salió de la empresa y no regresó hasta el día siguiente.

Minutos antes de firmar el contrato, la escuché hablando con el banquero.

— Si Diego se entera te irá muy mal.

— ¿Por qué le diría? Yo soy el que pierde a su esposa si ella se entra de está aventura. — ¿Aventura? ¿Eso significa que Melisa vendió su cuerpo para ayudarme? ¿A eso se refería con ser una mujer inteligente? Mi estómago se revolvió. No entendí cómo fue capaz de llegar a tanto.

— No te preocupes. No la haré publica a menos que sea necesario. Ya sabes. Dale el dinero y esté secreto desaparece.

— Bien bien. — El hombre estaba muerto de los nervios. Yo creí que Melisa había cambiado, pero parece que con los años su maldad aumenta.

Me trague mi orgullo y entre a firmar en contrato. No quería esté dinero después de saber su origen, pero lo necesitaba. Mi madre y padre me confiaron lo más valioso que tienen, lo que lucharon muchos años para levantar. Yo no podía simplemente tirarlo a la basura.

Con el paso del tiempo la situación mejoró, Melisa se encargó de buscar talentos en las escuelas de diseñadores y telas finas para la producción de vestidos, consiguió contratos con empresas privadas, para diseñar y producir uniformes, de niños, azafatas, y maestros, se encargó de organizar desfiles de moda, y pagar la deuda que teníamos en el banco. Mi padre se enteró de todos sus hazañas y la invitó a comer. Yo llegue un poco tarde a la mesa y los escuché hablando.

— Melisa eres muy inteligente. Diriges la empresa mejor que mi hijo. — Comento mi padre con una sonrisa.

— Muchas gracias señor. Pero no creó. — Actuó tímida con el.

— Mi empresa se pudo levantar gracias a ti. Y es por eso que quiero regalarte el 20% de mis acciones. — Lo escuché y no podía creerlo.

— No don Fernando, ¿cómo creé que voy aceptar eso?

— Si no lo haces me vas a ofender. ¿Eso quieres?

— No. Es que yo...

— Tú has hecho mucho por nosotros Melisa. Ésto es lo menos que debo hacer. Acepta por favor. De todos modos un día serás mi nuera. — Ella sonrió y asintió. Yo me llene de coraje al ver y escuchar todo eso. Llegué a la mesa y actúe cómo si nada. Pero después de la comida hablé seriamente con ella.

— ¿Conseguiste lo que querías?

— No te entiendo.

— Ahora serás socia de mi empresa. Me preguntó que sigue. Tal vez quieras ser la socia mayoritaria.

— No me hables así. No fue algo que yo planee.

— No te creó. Eres ambiciosa. Manipuladora. Nunca te detienes hasta alcanzar lo que quieres. Pero conmigo te equivocas. Nunca me tendrás usando métodos sucios. — Sus ojos se pusieron tristes.

— Estás enojado. Por eso me hablas así. Se te pasará y seguiremos siendo amigos. — Ella besó mi mejilla y se fue. Yo me sentí mal al verla deprimida, me disculpé con ella a los dos días. Melisa me perdonó y el asunto quedó olvidado.

No iré a verte.

... Un año después empecé a salir con una chica. La relación duro mucho tiempo. Incluso creí amar a esa mujer, pero descubrí su traición por medio de fotos en internet. Pase varios días enojado y triste. Melissa estuvo ahí, apoyándome.

Aunque a los pocos días descubrí que ella había sido la qué planeó todo el escándalo.

— Te quedaron perfectas. Estoy satisfecha. — Dijo al teléfono.

"Gracias por la información. Las fotos tuvieron muchas visitas"

— Sabía que sería así. Por eso las tomé. Y lo mejor de todo es que no me pueden demandar. No hay partes íntimas expuestas.

"Siempre eres inteligente, me encanta eso de ti"

— Fuiste tú. — Ella se giró sorprendida. — ¿Por qué no me sorprende?

— Tuve que hacerlo.

— ¿Por qué tenías? ¿Por celos?

— ¿Y que debía hacer? ¿Dejar que te vieran la cara de idiota? ¿Eso querías que hiciera?

— Tienes una forma de hacer las cosas que no me gusta.

— Lo siento señor Diego. Pero yo no soy cómo las protagonista de las novelas, yo no dejó pasar las oportunidades, ví lo que ella te hacía y decidí exponerla. ¿Cuál es el problema?

— El problema es que siempre actúas con maldad.

— El que sea manipuladora no significa que soy mala.

— Ese es el problema contigo. Para ti sólo existen las personas manipuladoras y malas. ¿No has escuchado de la gente buena?

— La gente buena sufre.

— ¿Por qué dices eso?

— Por qué lo veo con mis ojos. En un mundo cruel la gente buena es lastimada, mientras que los manipuladores siempre se salen con la suya.

— Meli...

— No quiero hablar. Me voy a mi casa. Adiós. — Esas eran las actitudes por las que no podía aceptarla, si le hago daño se volvería mi enemiga, y no podía lidiar con alguien así.

...Actualidad....

Con el paso de los días mi padre aceptó mi decisión. El prometió a mi madre que cuidaría bien de mi, lo ha hecho así desde que ella se fue y creó que quiere seguir haciéndolo.

El día de mi compromiso llego, le di la bienvenida a Emily. Mi padre también lo hizo, su voz era amable, pero en su semblante aún había molestia, incertidumbre y preocupación. Por suerte los invitados empezaron a llegar y el fue a atenderlos.

— Amor. Te ves preciosa.

— Gracias. Tú estás guapísimo.

— Ven, es hora de anunciar el motivo de está reunión. — Pedí la atención de todo el mundo y anuncié que Emily es mi prometida. Luego de mi anuncio escuché una copa estrellarse contra el piso, el ruido llamó la atención de los invitados. Vi a Melisa y ella salió corriendo.— Amor tengo que ir. — Le dije a Emily, luego sali discretamente.

— Melisa espera. — La llamé pero me ignoró. — Melisa por favor. — Tomé su brazo. — Tú sabías que ésto podía pasar. — Ella me observo y negó con la cabeza. Luego jalo su brazo.

— ¿Qué sabía? ¿Qué sólo me veías cómo la opción de repuesto? ¿eso debo saber?

— Eres mi amiga, mi socia.

— Yo quería más. Y tú, me has cambiado por una colegiala. — Dijo con rabia.

— No te cambie, entré tu y yo nunca ha habido nada.

— ¡Por qué tú no has querido! — Gritó con desesperación. — Pero siempre has sabido de mis sentimientos por ti. — Sus ojos se pusieron llorosos. — Te has comprometido con una niña de 21 años, la pregunta es por qué. ¿La amas? ¿o es que te casas con ella para que te dé su virginidad?

— No sé de qué hablas.

— Te escuché hablando con Ramiro. Dijiste que es la primera vez que conoces a alguien virgen con esa edad y belleza.

— No es lo que piensas. ¿Creés que me casaría con ella por una razón tan tonta?

— No lo creó. Si esa fuera la razón te habrías casado conmigo hace mucho tiempo. — No entendí lo que quiso decir. — Supongo que tienes una idea equivocada de mi.

— Tu has tenido novios Melisa.

— Nadie más que tú ha besado mis labios. Nunca en mis 25 años deje que ningún hombre me tocará. ¿Sabes por qué? — Me era difícil creer que eso era verdad. — Es cierto. Salí con chicos, pero era para darte celos. Yo quería entregarme a ti el día de nuestra boda. Quería que ese día te dieras cuenta de lo mucho que te amo, de que nunca ningún hombre más que tú me importa. Y que jamás anhele dormir en brazos de nadie que no fueras tú.

— Melissa yo lo siento mucho.

— No le digas que lo sientes. — Me habló Emily. — Ella me ofreció dinero para dejarte.

— ¿Hiciste eso Melisa? — La miré con desconfianza.

— Yo no hice nada. — Se negó ella.

— Mentirosa. — Le dijo Emily y prosiguió a mostrarme un vídeo dónde ambas hablan.

— ¿Cómo te atreviste? — La observé molesto.

— Yo lo hice por tu bien... — Siempre tiene que justificar sus maldades.

— ¿Por mi bien? — Me reí sarcásticamente. — ¿Por mi bien me quieres separar de la mujer que amo? — Melisa guardó silencio por unos minutos. Luego limpió sus ojos.

— Admito mi culpa. Lo hice por qué te amo.

— Ésto no es amor Melisa. No lastimas a la persona que amas. No haces maldades para separarlo de su persona importante.

— ¿Maldad? ¿Qué maldad? ¿A quién mate? Sólo ofrecí dinero. ¿Tiene eso algo de malo? — De nuevo tomé su brazo con fuerza.

— No quiero gente cómo tú en mi vida. Desaparece.

— No pensaba quedarme aunque lo pidieras. — Ella se soltó de mi agarré. — Voy a vender mis acciones en la empresa. Te dejaré el camino libre para que puedas ser feliz. — No creí lo que estaba escuchando ella nunca se rinde. Su actitud me tenía desconcertado.— Diego, todo termina aquí. Hoy dejó libre el amor que una vez te tuve. Nuestra amistad, nuestra sociedad, nuestros buenos y malos recuerdos terminan aquí. Tampoco te quiero ver de nuevo. Incluso cuándo te estés muriendo. No iré a verte.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play