Soy Ana Leal hoy justamente estoy cumpliendo dieciocho años, mis padres Maria Santana y mi papá Arturo Leal son dos personas humildes, los tres vivimos juntos en lo más apartado del pueblo, mi papá no es una buena persona todo el tiempo está ebrio y maltratando a mi mamá y a mí él dice que nosotras no servimos para nada y que solo le estorbamos, he visto a mi madre sufrir mucho y siempre he tenido ganas de sacarla de este pueblo y llevarla lejos donde pueda tener una mejor vida, pero ella no quiere está tan acostumbrada a esta mala vida que aún dice que mi papá la quiere a su manera, pero la quiere y es lo que más me duele saber que ella no tiene amor propio.
Arturo: al fin cumples dieciocho es hora que pagues todo lo que he hecho por ti.
Ana: que dices papá, yo siempre pago mis alimentos.
Sentí un fuerte golpe en mi cara, no reaccione a tiempo no esperaba esta reacción de mi padre.
Ana: por qué me pegas? Ahora que dije?
Arturo: esta es mi casa y aquí se hace lo que yo diga, hoy vamos al pueblo llegaron unos extranjeros y quien quita y uno se fije en ti y pueda sacar un buen dinero.
Mi madre al escuchar estas palabras casi se vuelve loca de la desesperación intento por todos los medios evitar que este señor me lleva, pero él era más fuerte la empujó y me saco arrastras de la cabaña le suplique que no me hiciera eso, pero él solo me ignoro. Llegamos al pueblo y como el demonio había dicho había muchos extranjeros, ya que estaban grabando una película en el pueblo, mi padre si es que se le puede llamar así me ofreció a muchos hombres, solo que estos al ver mi apariencia desaliñada y sucia no me aceptaban, mi padre estaba furioso me llevo a un lugar apartado y me propinó una buena golpiza y lo último que me dijo fue," res una inútil y siempre lo serás ni para complacer sirves mejor es que tú y tu madre mueran solo son un estorbo".
Sé lo que sus palabras significaban, sabía lo que iba a hacer, mi cuerpo me dolía y no pude levantarme para ayudar a mi madre, él me cargo como un costal y me llevo junto a ella, mientras ella mi madre curaba mis heridas, el muy cobarde de mi padre prendió fuego a la casa y nos dejó ahí para morir como algo que no valía nada, no sé cómo, pero mi mamá, mi hermana mamá, logro sacarme del infierno de las llamas, solo que ella quedó atrapada y murió en aquel incendio, caí desmayada y no supe más de mí hasta que desperté en un cuarto, este no era un hospital estaba segura de eso y mi primer recuerdo fue ver a mi mamá atrapada en las llamas las lágrimas brotaron de mis ojos lloraba desconsolada que era esto que estaba viviendo, por qué me pasaban esas cosas a mí.
A lo lejos escuché la voz de mi padre.
Arturo: no me importa lo que pase con ella ahora mismo me voy de este pueblo con el dinero que gane por ella y voy a surgir junto a la mujer que amo y a mi hermosa hija Paula.
¿Sus palabras me dejaron en shock, si él ya tenía otra familia porque no se iba y nos dejaba en paz, porque tuvo que terminar con la vida de mi madre, que clase de monstruo está este?
Escuché como se iba y me dejaba en aquel lugar, escuché la puerta de la habitación abrirse lo único que pude fue cerrar los ojos y rezar porque nada me pasará.
Gabriel: se que estás despierta no soy estúpido.
Estaba tan asustada, no sabía quién era este hombre y menos sabía cuál era su intención. Lentamente, abrí los ojos y cuando vi al dueño de aquella voz me sorprendí al ver lo guapo que era lo que no sabía era que el sería la continuación de mi miseria.
Gabriel: dejemos las cosas claras, eres mi propiedad y debido a eso harás todo lo que yo te pida, para empezar debes recuperarte mi esposa no puede ser una mujer débil.
Ana: sé que está hablando, yo no soy su esposa y muchos menos su propiedad, no soy un objeto y lo mejor que puede hacer es dejarme ir.
Gabriel: jajaja no seas tan atrevida, acaso no escuchaste que tu querido padre te dejo conmigo y a cambio le di mucho dinero, entiende y acepta tu destino y así será más fácil para ti.
Me acurruque en la cama no podía creer lo lamentable que siempre habia sido mi vida, el pensar en mi mamá me hizo soltar lágrimas sin parar, mi madre mi pobre madre nunca pude sacarla de aquella vida y por lo que veo tendré su misma suerte, porque no morí junto con ella, eso habría sido lo mejor.
Han pasado dos semanas desde que me encuentro en esta habitación, aquel hombre llamado Gabriel viene una vez a la semana para ver cómo es mi evolución médica, mis comidas son dadas a la hora y además me suministran muchas vitaminas, en este encierro he logrado aumentar un poco de peso ya no me veo tan esquelética como antes, no sé cuál es la intención de este hombre de tenerme aquí encerrada solo sé que no es nada bueno. Hoy por fin veré la luz del sol al perecer el médico dio instrucciones de sacarme, ya que mi piel se ve muy pálida añoraba tanto ese momento.
A las ocho de la mañana el tal Gabriel vino por mí, al salir de la habitación vi que estaba en una casa enorme no era de mi gusto, pero no se podía negar la elegancia de este lugar, pasamos por un gran pasillo hasta llegar a un hermoso jardín a lo lejos solo se veía un gran bosque al perecer estábamos en medio de la nada.
Gabriel: estás sorprendida?
Ana: así es señor,qué lugar es este?
Gabriel: mi isla privada y como te puedes dar cuenta estamos en medio de esta así que no intentes escapar porque solo lograrás perderte y si lo haces mejor ruega porque no te encuentre ya que las consecuencias serán peor.
Ana: no tengo a donde ir, así que no se preocupe no intentaré escapar.
Nos quedamos en aquel lugar por una hora más o menos, estuve todo el tiempo caminando por el jardín oliendo las flores y admirando el hermoso paisaje fue un poco de paz en medio de triste y patética vida.
Gabriel: a partir de mañana saldrás al jardín una hora y después recibirás clases de etiqueta y clases para que te eduques, tengo entendido que terminaste la escuela secundaria, pero ahora necesito que estudies una carrera, como te lo dije antes mi esposa no puede ser una ignorante campesina.
Ana: bueno creo que no te podré ayudar en eso, ya que soy una campesina y además ignorante.
Gabriel: eso no será por mucho, ante la sociedad serás presentada como toda una dama.
Ya no hable más con él, tenía miedo de su mirada y aunque era un hombre guapo su mirada oscura transmitía odio, rencor, se veía un gran infierno en esos ojos color nxxxx, me quedé observándolo un rato mientras el atendía una llamada, era un hombre alto y musculoso, su cabello era igual al color de sus ojos, su tez blanca algo bronceada, si no fuera por mí situación podría decir que este hombre me atraía.
Gabriel: ya te cansaste de mirarme o me quedo otro rato para que sigas observando a tu futuro esposo.
Ana: de qué habla, solo me perdí en mis pensamientos ni que fuera tan guapo además usted no es mi tipo es muy mayor para mi gusto.
Gabriel: jajaja no soy tan mayor, es solo que tú eres una niña y esa es la razón por la cual no te he hecho mía, me toca esperar a que madures más.
Trague grueso no había pensado en esa parte, este hombre me quiere como su esposa y eso implica estar con el en la cama, esas imágenes llegaron a mi cabeza y un miedo profundo me invadió mi cuerpo empezó a temblar y mi alma salió de mi yo nunca pensé casarme con un desconocido, siempre fui una idiota pensando que el amor verdadero existía y que el mío estaba en algún lugar y ahora sé que nunca lo encontraré.
Le pedí a Gabriel que me dejara volver a mi habitación, ya no estaba de humor para seguir viendo el paisaje y lo mejor que podía hacer era irme a llorar sola donde nadie me viera.
Gabriel
Si Ana supiera quien realmente es, que su vida a sido lamentablemente gracias a los enemigos de su verdadero padre, porque si ella no es hija de aquellas personas, yo la encontré de casualidad pues fui a ese pueblo a cerrar un trato y cuando ví a aquel asqueroso hombre tratando de venderla me di cuenta que es la viva imagen de su madre y de tu hermana mayor, en principio pensé enamorar a Alicia la hermana de Ana, pero ahora que encontré este tesoro lo usaré a mi conveniencia y por medio de la pequeña Ana me adueñare de todos los vienes de ese bastardo de su padre, ese miserable que acabo con mi familia, con esa basura que llevo a mi querida Daniela mi hermana adorada al sxxxxxxxx, lo siento por ti Ana pero eres mi peón en este juego, haré que me ames, que solo yo sea la razón de tu vida y luego les daré la estocada final a mis enemigos, de ti no quedará nada y tu querido padre sufrirá por ti y por todo lo que has vivido y vivirás en el futuro.
Desde hoy empezaré mi plan de conquista, Ana no se espera todo lo que empezaré a hacer por ella solo que cuando esté en su dicha máxima la caída será muy fuerte, ordene que desde hoy ella se sentará conmigo a la mesa y envié por un regalo para ella.
Gabriel: señora Lucia dígale a la señorita Ana que venga a almorzar conmigo por favor.
Lucia: como ordene el señor, ya mando a poner otro puesto.
Gabriel: gracias.
Pasaron unos minutos cuando el puesto de Ana estaba listo y otros cinco minutos para que Ana llegará al comedor.
Ana: buenas tardes, me han dicho que me mandó a llamar.
Gabriel: hola Ana buenas tardes, por favor siéntate aquí a mi lado, he dado la orden que a partir de hoy comerás conmigo.
Ana: gracias, señor.
Gabriel: no me digas señor, serás mi esposa y eso suena muy raro.
Ana: lo siento es que mi mamá me enseñó a respetar a mis mayores.
Gabriel: voy a ignorar lo que acabas de decir, bueno te tengo noticias.
Ana: dígame ahora que se le ocurrió.
Gabriel: en una semana tendré que salir de la isla y no tengo fecha de regreso, espero que te portes bien y estudies en mi ausencia no quería dejarte sola, pero surgió un problema en mi empresa y requiere mi presencia.
Ana: bueno no es tan mala noticia no tendré que verle su cara un buen rato.
Gabriel: así agradeces que te esté ayudando y que no dejará que te vendieran a uno de esos viejos asquerosos que querían comprarte.
Ana: no hay mucha diferencia, pero bueno gracias.
Gabriel: no me voy a molestar contigo, sé que has pasado malos ratos, solo te pido que me des la oportunidad de conocernos te parece?.
Ana: no me queda otra opción.
Gabriel: antes de irme te dejaré este teléfono, así nos podemos comunicar y cuando termines de comer te daré tu otro regalo.
Ana: gracias, señor, pero no sé andar estos aparatos, mejor regáleme un buen libro así no me voy a aburrir.
Gabriel: si quieres leer puedes ir a la biblioteca que tenemos en la casa y si no sabes usar el teléfono no te preocupes le diré a tu maestra que te ayude con eso.
Ana: bueno gracias.
El almuerzo siguió entre pláticas y sarcasmo de parte de ella, estoy haciendo mi mayor esfuerzo por no darle unas buenas nalgadas por contestona, se ve tan linda cuando me responde con sarcasmo o molesta, si te pones a verla bien la mocosa no es fea ni tiene mal cuerpo.
Ana: que tanto me mira me va a desgastar.
Gabriel: pensando todo lo que te haré en nuestra primera noche como esposos.
Vi como se atragantó con la comida, le pase un vaso de agua para que se calmara se vio tan bonita cuando se puso roja como un tomate.
Al terminar el almuerzo salimos al jardín y ahí estaba mi segundo regalo.
Ana: que hay en esa caja tan grande.
Gabriel: ve y descúbrelo por ti misma.
Ana se acercó a la caja y del interior se escuchó un ladrido, vi como se asustó y con prisa abrió la caja.
Ana: no lo puedo creer, eres un hermoso cachorro, mírate eres muy guapo, y este carcelero te metió en esa horrible caja.
Su comentario me causo risa, ya que ella tiene razón ahora soy el carcelero de los dos, la noche llego muy rápido y Ana solo se la paso consintiendo a ese animal y a mí ni me miró en todo el día.
Gabriel: dime cómo se llama tu mascota.
Ana: Ponki.
Gabriel: y ese nombre por qué?
Ana: míralo parece un ponquesito todo infladito me encanta muchas gracias.
Al ver su reacción me di cuenta que Ana sigue siendo una niña atrapada en el cuerpo de una mujer muy hermosa, tiene ojos azules característicos de su familia materna, piel blanca con algunas pecas en el, su cabellera nxxxx como la noche y largo hasta la cintura, me provoca llevarla en este momento a la habitación y hacerla mía toda la noche, loas seguro es que el asqueroso ese ya la vendiera anteriormente, así que no habrá problema en que le robe su pureza.
Ana: que me mira.
Gabriel: lo hermosa que eres, dime algo con cuántos hombres has estado antes.
Cuando Ana me fue a responder entro una llamada a mi celular y atendí en el acto pues sabía que si no lo hacía mi madre no pararía de llamar, después de aquella llamada me tocó salir de la isla pues los problemas con la familia de Ana se intensificaron.
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