Emperador: Ya no serás la princesa heredera.

Mía quedó impactada por la noticia, esto si que la había sorprendido, esperaba que fuera una broma cruel y de mal gusto.

Mía: ¡ Pa- - Corrige - Emperador, eso no puede ser, me han educado casi toda mi vida para ese puesto, soy una erudita ! ¡ No puedes siquiera compararme con él ! - Dijo exaltada la chica.

Emperador: Mía, tu hermano Florián es más apto para ser el príncipe heredero.

Mía: ¡ Sabes que no es cierto ! ¡ Aún le falta disciplina y conocimientos !

Emperador: Para eso está estudiando, además, él es un hombre. Te casarás con alguien a quien ya elegí y serás una buena esposa, conoce tu lugar como mujer.

A la chica le hervía la sangre, ¿ cómo es posible que esté sucediendo esto ? ¿En verdad era su padre quien pronunciaba esas palabras ? Sentía tanta impotencia, ira, confusión, pero jamás dejaría que le arrebataran lo que era suyo.

Mía: Emperador, por si lo ha olvidado, el tercer príncipe: Florián es un bastardo - Enfatizó ello - Yo soy la única hija legítima - Hay un nudo en si garganta - de los emperadores, no soy sangre sucia, además, el ser mujer no tiene nada que ver, si fuera así no existirían las emperatrices. - Aunque hablo con firmeza, se sintió un poco mal por decirles sangre sucia a los hijos ilegítimos, pero en este momento, su posición es lo más importante.

Concubina 2: ¡¿ Cómo te atreves ?!

Mía la miro furiosa, haciendo que la concubina 2 se callara inmediatamente, pues ella no podía hablar sin permiso ni mucho menos ser ofensiva con la princesa heredera.

Emperador: Ya ha sido tomada la decisión, así que te tienes que retirar.

La chica sale furiosa de aquel lugar, no puede creer lo que está pasando, llega a su habitación y tira todo lejos, definitivamente tiene que hacer algo.

Nana: ¿ Señorita, se encuentra bien ?

Mía: Nana, me quieren quitar mi título, mi padre ya no quiere que sea princesa heredera.

La nana abraza a la chica, quien está llorando de frustración, todo lo que ha aprendido, las cosas a las que ha renunciado, para ser una simple condesa, eso sí que no.

Nana: Señorita, usted es muy inteligente, encontrará una solución. - La consuela.

Mía: Tienes razón.... Pero si ellos estuvieran aquí.... - Seca sus lágrimas - Que limpien este desastre, por favor.

Mía va a su despacho y encuentra a algunos sirvientes moviendo sus cosas.

Mía: ¿ Qué creen que hacen ?

Mayordomo: S-señorita, por órdenes del emperador, este lugar ahora le pertenece al tercer príncipe. - No puede sostenerle la mirada a la pelinegra.

Mía: Salgan todos de aquí.

Lo dudaron, pero rápidamente obedecieron y Mía se quedó sola en esa habitación, miro a su alrededor, todo estaba lleno de sus cosas.

Mía: ~ ¿ Por qué lo haces.... Papá ? ¿ Si yo fuera...? ~ - Suspira - No abdicaré. - Dijo decidida y firme.

Cerró con llave su despacho y se va a su habitación, necesitaba descansar para lo que se venía.

Yara: Señorita, es hora de despertar.

Mía se sienta en la cama, controla un poco su respiración y pide que preparen su baño.

Cuando está lista, sale rumbo al ducado Grey, va a desayunar, iba a rechazar la invitación, pero se dio cuenta que le convenía asegurar a sus aliados.

Duquesa: Mía, me alegra verte.

Mía: Tía, agradezco tu invitación.

Duquesa: Vamos, los demás están en el jardín.

Ambas charlaban animadamente, cuando llegaron, unas cálidas sonrisas recibieron a Mía.

Ana: Mía, pensé que nunca ibas a llegar.

Din: No le hagas caso, es una exagerada.

Duque: Mía, bienvenida, toma asiento. - Sonríe.

Mía: Gracias, tío - Se sienta cerca de Anna - ¿ Dónde está el pequeño Neith ?

Duquesa: Adam por fin logró dormirlo, ya que en la noche dicidió no hacerlo.

Ana: Por eso, papá tiene ojeras.

Mía se sentía feliz, pero también la invadía la nostalgia, todos reían mientras desayunaban, la familia Grey ocupaba un lugar especial en el corazón de Mía; Aunque, los duques en verdad no compartían lazos sanguíneos con ella, pero Adam era el leal y mejor amigo del emperador: Alan, así que tenía muy buena relación, tanto así que por eso le llama tío, claro que solo ella lo tiene permitido, ninguno de los hijos ilegítimos del emperador pueden tener esa osadía.

Mía: Tíos, necesito conversar de algo serio con ustedes.

Adam: Claro - Mira a sus hijos, los cuales entienden que deben marcharse.

Din: Pero si es algo tan serio, yo como el heredero del ducado también puedo saberlo.

Ana: P-pues yo ya soy mayor de edad, así que también puedo saber.

Tras una pequeña discusión, nadie se fue de la mesa, Mía no quería que Din y Ana se vieran involucrados, pero son muy necios.

Mía: Mi padre me quiere quitar el título de princesa heredera, dijo que en un mes me casaré con un conde.

Duque: ¿ Hablas en serio ? - La expresión del duque es sombría.

Duquesa: ¿ Cómo es que puede pensar en algo así ?

Ana: ¿ Y por qué ?

Mía: Es en serio, cuando le reclame fue peor, dijo que Florián sería mi reemplazo y que debía saber mi lugar como mujer. - Dijo molesta por recordar las palabras de su padre.

Din: No puedo creer que el tío Alan piense así. - Aprieta los puños.

Adam: Ya no lo entiendo.... Sabes que tienes nuestro apoyo en lo que decidas hacer. - La mira directamente.

Duquesa: Puedes contar con nosotros en lo que necesites.

Ana: No te dejaremos sola.

Din: Te queremos.

Mía: Muchas gracias. - Dice conmovida.

Después de insistir dos o tres veces, por fin el emperador aceptó darle una audiencia. Entró a la sala, pero ahí se encuentran algunos nobles, es la corte imperial, algo anda mal.

Emperador: Princesa Mía, que bueno verte, justo estoy informando sobre tu futuro matrimonio y que abdicarás al trono.

Ministro: Majestad, no estoy de acuerdo con ello.

Es el marqués Dalas, uno de los nobles más influyentes del imperio, él le tiene mucho cariño a Mía, la emperatriz lo ayudó cuando más lo necesito, además, esta al tanto de todo el esfuerzo y dedicación que le ha brindado al puesto de princesa heredera. Se escuchan murmullos, algunos también se oponen, pero otros, apoyan la decisión del emperador.

Mía habla con voz firme y un tanto fuerte para que todos los presentes la escuchen.

Mía: Emperador, me niego a dejar de ser la princesa heredera, por ley, YO soy su sucesora.

Emperador: Ya hemos hablado sobre esto. - Dice, pero Mía se enoja al verlo tan tranquilo, es como si diera por hecho que ella va a aceptar.

Mía: Entonces, haremos una competencia pacífica para reclamar el trono.

Se escuchan murmullos.

Emperador: No puede ser así, yo estoy - Lo interrumpe.

Ministro: Emperador, todos estamos de acuerdo con la princesa, nosotros debemos de velar por el bien de nuestro imperio, por eso, elegiremos al más apto para el trono. Ahora dígame, ¿ cuál de sus hijos es el que se postuló a heredero ?

Todos se quedaron callados, el marqués no dijo " príncipes " y es que nadie del imperio reconoce con tal título a los hijos del emperador con las concubinas por el cariño y lealtad que le tenían la emperatriz. Pero no fue " ofensivo " así que no puede ser regañado.

Emperador: Es el tercer príncipe Florián Hermet.

Se escucharon murmullos y una insolente risita.

Lía: Ya con este asunto claro, me retiro.

La chica sale de allí, su papá definitivamente se había vuelto loco, pero ella no se iba a quedar con los brazos cruzados.

Se tiró en su cama, se sentía mal, las desgracias la persiguen. Se dirige a su despacho y empieza a escribir una carta:

< Querido tio Azafrán, ¿ como has estado ? Espero que lo estés pasando bien con el tío Teo. Hace tiempo que no hablamos, me disculpó por eso, pero como sabrás, me esfuerzo demasiado por mi título... Por eso, me deprime que mi padre quiera casarme con un conde para darle ese título al hijo de la segunda concubina. Lamento molestarte con mis problemas, pero ¿ que me recomiendas hacer ?

Con cariño: Mia, tu sobrina favorita. >

Después de sellar y firmar la carta, la envió con una paloma especial y no con el mensajero imperial, pues siempre ha odiado que lean sus cartas.

A pesar de que es tarde, Mia no puede dormir, su mente está llena de pensamientos y recuerdos negativos, así que va por un vaso de leche caliente y vuelve a la cama, ya que mañana será un día ocupado.

AL DÍA SIGUIENTE

Mia se arreglo y salió desde temprano con algunos guardias y sirvientes, van a repartir comida y ropa en las partes más pobres del imperio.

Niña: Muchas gracias, princesa, es usted un ángel.

Cuando terminó, fue a detener a unos bandidos que habían estado aterrorizando algunos pueblos.

Guardia: Princesa, los hemos capturado a todos.

También verificó que la construcción de el nuevo orfanato estuviera marchando bien.

Constructor: La siguiente semana estará listo, alteza.

Para terminar con su día, se encargó de los arreglos para el banquete de mañana, ya que se celebrará el debut de algunas hijas del emperador.

Mia: Las decoraciones serán de colores primaverales.

Shera: ¡ No ! Yo quiero que seán de oro y plata.

Mia: Eso no podrá ser.

Shera: ¿ Quien te crees ? No es tu debut, es el mio, por lo tanto YO elijo los colores. - Dice arrogante.

Delis: Nuestro debut...

Mia: Shera, a mi no me interesa, todo está bajo mi cargo, así que mejor retirate. ~ El oro y la plata no pueden ser utilizados en las celebraciones de los hijos ilegítimos ni de los pobres.

Shera: ¡ Le diré a papá !

Mia: - Sonrie - Adelante.

Shera: ¡ Eres una idiota ! ¡ Estúpida, no haces nada bien !

Por todo el salón se escuchó el fuerte sonido de la bofetada que le proporcionó a Shera.

Mia: A mí me debes respetar, soy la princesa heredera, aprende cual es tu lugar, como una bastarda - Fría.

Shera sale llorando del lugar.

Delis: Y-yo también m-me retiro, con permiso, hermana mayor. - Hace una reverencia y se va.

Mia la observa y suspira, solo hay dos de sus múltiples hermanastros que la respetan ( o le temen ) Delis y Rean, que hasta el momento es el menor de todos.

Yara: Señorita, debería acostarse ya, se que falta una hora para su hora de dormir, pero debe reponer lo que no durmió ayer.

Mia: Me gusta esa idea.

Mía tomó un relajante baño y fue a su cama, su doncella personal se retiro y todo quedó en silencio.

Mía: Rean, sal de allí.

Un pequeño sale de abajo de la cama de la chica, luego se acuesta a su lado y la abraza, ella le acaricia su negro cabello.

Rean: Lo siento, sé que no debería estar aquí, pero...

Mía: Tu madre te golpeo, otra vez.

Él asiente.

Mía: Está bien, puedes dormir aquí.

* FLASH BACK *

Mía estaba caminando por el invernadero, cuando vio algo entre los arbustos de las rosas, ella se acercó poco a poco y antes de que llegará, escucho un llanto proveniente de allí; Un pequeño estaba atorado en el arbusto, con cuidado lo ayudó a salir, estaba todo arañado.

El nene estiró sus brazos a Mía, en busca de que lo alzara y pudiera calmar su dolor. La niña no muy segura lo levanto en sus brazos y acarició su cabeza.

Criada: ¡ Niño Rean ! ¡ Pequeño ! ¿ Dónde estás ?

Mía al escuchar que llamaban a un niño, pensó que tal vez era el que tenía en sus brazos llorando, así que se dirigió donde la criada.

Mía: ¿ Es su hijo ? Estaba atorado en un arbusto de rosas, es una irresponsable. - Dijo enojada.

Criada: Pri-princesa, lo siento mucho, tendré más cuidado - Tomó al niño en sus brazos - Pero no es mi hijo.

Mía: Debí imaginarlo, otro hijo del emperador. - Dijo indiferente.

Criada: Así es.

Mía: ¿ Dónde está su madre ?

Criada: E-ella...

Mia: Responde. - Exige.

Criada: Está en su habitación.

Mía: ¿ Qué está haciendo ?

Criada: Princesa...

Mía: Me estás haciendo enojar.

Criada: Está... Ebria.

Mía solo negó con la cabeza.

Mía: No pierdas más tiempo, sana las heridas del niño.

Sin más dio media vuelta y se fue. La princesa sabe que no todas son buenas madres, pero hacen lo mínimo por cuidarlos mientras están pequeños, tal parece que esa concubina ni siquiera eso hace. Los días siguientes, la niña no pudo dejar de pensar en aquel pequeño, parece tener dos años, pero esta muy delgado.

La niña fue al harem, sabía que no debía ir allí, pero estaba preocupada, algo en su interior hacia que se preocupara por ese chiquillo.

Escuchó llanto y lo siguió hasta un lugar en donde había tres niños, los dos más grandes le estaban dando golpes al más pequeño. Rápidamente corrió a donde ellos.

Mía: ¿ Qué creen que hacen ? ¿ Están locos ?

Los niños que parecían de cinco o seis se fueron corriendo mientras reían, a Mía le hirvió la sangre. Miro por todos lados , pero no había ningún sirviente.

Mía: ¿ Estarán sordos ? El llanto se escucha fuerte.

Tomó al pelinegro en brazos y fue a su palacio en donde si había personal de servicio, le pidió a su nana ayuda con el pequeño.

...* FIN DEL FLASHBACK *...

Desde entonces, se volvió su protectora y cada vez que puede pasa tiempo con él, lo peor es que la concubina ni por enterada, ya que se la pasa ebria y cuando Rean se le acerca lo golpea.

Mía abre los ojos y ya es de mañana, las sirvientas llegan para ayudarla a arreglarse e ignoran al niño dormido, pues ellas ya están acostumbradas.

Le suben comida y Mia despierta a Rean, desayunan y la nana del niño se lo lleva para arreglarlo.

Después del banquete de debut, están en la fiesta.

Leo: Princesa, que alegría verla.

Mia: Sir Leo, que bien te ves en traje.

Din: Mia, que buen gusto tienes.

Ana: Pero sigo pensando que no debió de organizar esto para esas niñitas.

Mía: Es uno de mis deberes.

Leo: Además, así puede demostrar lo apta que es para el trono.

Sir Leo, es el único hijo de los marqueses Sonnaught, la familia con más fuerza militar, él es el orgullo de sus padres, aunque su madre falleció el año pasado, aun así es uno de los chicos más atractivos del imperio. Y es su mejor amigo.

Din: Tienes razón.

Ana: Recuerdo cuando Mía debutó, yo quería que mi debut fuera igual.

Mía: En el tuyo estabas hermosa.

Se escuchó como algo se rompió, todos se alarmaron. Delis, estaba tirada en el piso, tal parece que fue envenenada.

Concubina: ¡ Mi hija !

Los murmullos no tardaron, mientras atienden a la chica, nadie puede irse, deben averiguar quién es el responsable.

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Hola, soy la autora, les he traído esta nueva novela y les prometo que la voy a terminar, espero que disfruten leerla tanto como yo disfruto escribirla.

L@s quiero mucho, bendiciones. 💕