Cinco años atras.
...NIKOLAY...
Baje de aquella gran camioneta y a paso firme camine hacia aquel pequeño negocio mientras a la par cargaba mi arma. Las marcas de mi suela quedan marcadas en la nieve. El invierno frio de Rusia era el mejor. Un primer disparo al ire. Todos salieron de aquel lugar, dejandolo totalmente vacio. Me adentre al lugar viendo como Mateo corria, pero fui mas rapido tomandolo de su ropa y volteandolo hacia el piso. A mi lado se encontraban Xavier y Elijah quienes lo ataron a una silla.
— Por favor Mogilevich — Dijo con una voz temblorosa — Te ruego piedad
Tome una silla y la coloque frente a el.
— ¿Donde esta el dinero Mateo? — Este sollozo y solo pude sentir asco. Rapidamente saque mi navaja y la clave en su muslo. Este pego un grito escandaloso — No me gusta que me roben Mateo.
— No... No te he robado — Tartamudeo — Todo lo que te debia te lo he devuelto, la deuda esta saldada.
Mi puño fue a parar a su rostro.
— Eso lo decido yo, tu trabajas para conseguirme el puto dinero. Cuando tu deuda este saldada te lo hare saber. ¿Has comprendido? — Retorcí la navaja que se encontraba en su muslo provocando otro grito.
— Si... si he entendido.
— ¿Que es lo que has entendido Mateo? — Retorci nuevamente la navaja en el interior de su pierna.
— Que mi deuda no esta saldada, que debere continuar trabajando y conseguir tu dinero.
— Eso esta mucho mejor — Sonrio mirandole y palmando su hombro.
Mis hombres cortan las cuerdas que lo ataban, este me entrega lo que habia juntado en el dia. Salimos de alli a grandes pasos.
Estos ultimos años habia ido en ascenso luego de que los Di Santos hayan hechado abajo el imperio de mi familia. Estaba trabajando duro por volver a la cima y cuando este alli seria el fin de muchos.
Por el momento solo estaba encargandome de la venta de drogas y de armas ilegales, pero hacia unos años habia conocido en la universidad a unos hackers novatos, quienes se encargaban de robar datos de pequeñas empresas. Me adentre un poco mas en el tema y actualmente decidi adaptarlo a los grandes negocios. Por ahora solo hacemos transferencia de datos, compramos listas de algun servicio para obtener asi los datos de los usuarios y a partir de ahi podemos comenzar con la estafa. Actualmente los que mas dinero nos brinda son los usuarios bancarios.
— Nikolay — Elijah quien se encontraba en el asiento conductor llamó ni atención — Al parecer el viejo Di Santis murió.
Mi mandíbula se tensó, deje largar una respiracion pesada. No tenia la mas minima intencion de que aquel maldito animal muriera si no era en mis manos.
— Su hijo será quien tome su lugar en los negocios — Xavier agregó.
Malditos italianos. Maldita mafia siciliana. No iban a librarse tan facil, iban a pagar por todo el daño que habian causado.
— El momento indicado llegara y ahi sera cuando ataquemos.
Mis dos hombres solo asintieron. Xavier y Elijah me acompañan desde mi adolescencia luego de la muerte de mis padres, los italianos arrasaron conmigo y con el imperio que me quedaba por herencia. Se encargaron de dejarme en la misma miseria, tuve criarme en las calles y meterme en actividades ilegales para lograr conseguir algo de dinero.
Pero finalmente aqui estoy saliendo a flote y nada va a detener mi venganza.
La mafia siciliana me volverá a ver.
[...]
Hola! Como estan? Bueno esta novela vengo escribiendola hace rato, espero la disfruten y les guste.
Quiero avisarles que toca temas muy duros y que capaz no caiga bien asi que porfa lean con responsabilidad.
Si les gusta porfi dejen un voto o un comentario para que me motive a seguir escribiendo.
❤️🩹❤️🩹❤️🩹
...BAMBI...
Un vestido y unos tacones habian sido colocados en la gran cama que se encontraba en la habitacion. Hoy junto a Alessandro teniamos una cena en donde el se iba a presentar como el próximo jefe de La Famiglia. No me gustaba para nada tener que hacer de accesorio de un hombre y mas siendo que podia dar mucho mas, mi padre me habia entrenado para mucho mas que la compañia de un hombre.
Hace cinco años Alessandro y yo habiamos comenzado a salir, nuestras familias habian hecho un trato donde nuestro matrimonio era la parte principal. Hace dos meses Alessandro le pidió la mano a mi padre, el necesitaba tomar la cabeza de La Famiglia y para eso debía estar casado. No me disgustaba el compromiso con Alessandro, a decir verdad teníamos una buena relación, pero simplemente no lo amaba.
Alessandro formaba parte de una de las familias mas importantes de la mafia siciliana. Su padre había hecho negocios por años con mi padre y había una confianza inquebrantable, otro motivo que explica el porque de nuestro compromiso.
Me sente en el mueble que se encontraba frente a mi y comence a preparar mi maquillaje, no queria ir muy cargada pero aun asi queria dar una buena imagen despues de todo estaba representando a la familia Petrucci. Cepille mi cabello y como toque final agregue las joyas. Tome mi bolsa y baje viendo a mi prometido extender su mano al verme la cual tome.
Seguidos por cinco hombres nos montamos a un carro y esta comenzó su camino con otros dos coches por detrás.
Mentiría si dijera que no estoy nerviosa, de tan solo pensar en que debo presentarme delante de las familias mas poderosas de Italia y dar una buena impresión mi estomago se retuerce y mas siendo que debo cargar con el peso del apellido de mi padre, el famoso Albano Petrucci. Alessandro me observo y al parecer noto mi cara de terror porque dio un leve apretón en mi mano.
— Todo estará bien.
Solo asentí y me obligue a calmarme, no pretendía pasarle mis nervios a el.
El carro se aparco en un exclusivo estacionamiento que poseía aquel restaurante. Los hombres que nos acompañaban bajaron y abrieron nuestras puertas. Primero bajo Alessandro quien luego rodeo el carro y tendió su mano hacia mi ayudándome a bajar.
Unos meseros abrieron las puertas del lujoso restaurante haciéndonos pasar a lo que agradecí con una sonrisa y un movimiento de cabeza. Desde la entrada pude observar una larga mesa repleta de hombres con trajes y sus respectivas mujeres quienes nos miraban con una gran sonrisa.
Demonios, queria salir corriendo de aqui. De tan solo ver toda esta situacion mi cuerpo se tensaba.
— Alessandro, Bambi bienvenidos — Bruno Fantini se puso de pie dedicandonos un abrazo a Alessandro y a mi — Alessandro el lider mas joven de La Famiglia — Todos aplaudieron. En uno de los lugares pude ver a mi padre y a mi madre sonriendo y dándome aliento.
En la mafia siciliana hacia alrededor de diez familias importantes, oficialmente se toman cinco era justo extender el numero ya que algunas se igualaban en poder. Los Fantini estaban dentro de la mafia italiana, y tenia un gran peso, era muy importante tener su buen visto ya que su opinion era tomada muy en cuenta por toda la familia. Lo mismo sucedía con el resto de las familias.
Meseros iban y venian llevando y trayendo distintos platos y tragos. Los hombres estaban euforicos con la llegada de Alessandro a la cabeza de La Famiglia. Su padre era muy querido y respetado y luego de su muerte el fue quien se puso frente a todos y cada uno de los problemas, ganándose el respeto y cariño de mas de uno. Por mi parte antes del compromiso con Alessandro me dedicaba a entrenar en delitos cibernéticos, me apasionaba demasiado principalmente la transferencia de datos y solía ayudar a mi padre en ciertas ocasiones cuando este me lo permitía y pedia. Pero desde el compromiso con Alessandro no pude seguir dedicándome a aquello y tuve que dejarlo completamente.
— Cuentanos Bambi ¿Que piensas hacer luego de casarte con Alessandro? — Uno de los capos pregunto haciendo que todos esperaran atentos por mi respuesta.
En ese instante me senti pequeña, odiaba tener tanta atención. Abri un poco mi boca en busca de aire.
— Siempre me gusto el cibercrimen y todo lo relacionado con aquello. Incluso antes de mi compromiso con Alessandro lo estudiaba y solía ayudar a mi padre con ese tipo de trabajos — Todos observaron sorprendidos — Si Alessandro me lo permite lo ayudaría desde ese rubro — Este tomo mi mano sonriendome y depositando un beso en mi mejilla. Todos aplaudieron con euforia.
Odiaba este ambiente machista, ni siquiera podia creer que tuve que decir que iba a dedicarme a aquello si Alessandro me lo permitía.
Se que daba la imagen de una persona totalmente débil, incapaz de defenderse y de hacer frente a las situaciones. Eso no era así. Sabia defender mis ideales y mi propia persona de ser necesario. Pero en este caso debía dar una imagen de sumisa casi, solo para que todos nos aceptaran.
La noche paso relativamente rapido y cada familia fue retirandose quedando tanro Alessandro como yo al ultimo.
— Todo salió perfecto. Gracias — Susurro mi prometido en mi oido depositando un beso en mi mejilla.
Alessandro tomo de mi mano y me saco fuera de aquel lugar. Ambos nos subimos al coche y este comenzó a manejar hacia la casa.
Alessandro iba leyendo unos documentos que uno de sus hombres le habian entregado de un negocio el concretado hace unos dias.
— Este dia no puede mejorar — Me miro sonriendo y besando mi mano.
Justo en ese momento una bala golpeo en el parabrisas alcanzando al conductor, quien perdio el control del coche provocando que este se estrellara. Un gean pitido inundo mi cabeza, observe a mi lado viendo a Alessandro quien se encontraba inconsciente. Toque mi cabeza y visualice la sangre de mi mano. Los disparos se escuchaban desde el interior del coche, busque un arma pero nada. Movi rapidamente a Alessandro pero este no reaccionaba. Toque su muñeca buscando el pulso y lo encontre. Estaba vivo.
Los paso se acercaban hacia el coche donde me encontraba.
Mierda, mierda y mas mierda.
Casi sin darme tiempo a reaccionar las puertas del coche se abrieron. Tres hombres me tomaron, inmovilizandome y me introdujeron a otro coche. Las patadas y manotazos por mi parte no faltaban, pero estos eran mas fuertes. Senti como el coche en el que estaba habia acelerado a toda velocidad. Continue golpeando a todos los que me rodeaban pero uno de ellos golpeo mi abdomen y el costado de mi cuerpo produciendo que comenzara a toser.
— Jefe, la tenemos.
Uno de ellos hablo por teléfono. Sentí miedo, miedo de lo que pudieran hacer conmigo. Mis gritos se hicieron presentes y nuevamente comencé a golpear al que se encontraba a mi lado pero este rápidamente me rodeo con sus brazos colocando un pañuelo en mi boca y nariz.
Y todo se volvió negro.
[...]
Hola! Espero les guste. Porfa dejen un comentario y un voto asi me motivo a escribir.
💗
...BAMBI...
Mi cabeza dolia como los mil demonios. Me costaba abrir los ojos y enfocar la vista. Lo ultimo que recuerdo fue el accidente con Alessandro. Toco mi abdomen recordando los golpes que recibi y me quejo por lo bajo.
— Mierda.
Toco mi frente sintiendo la sangre seca en esta. Observo con dificultad en donde me encontraba. Me encontraba en una pequeña habitación que solo tenia una puerta. Nada de luz natural. Debajo de mi había un pequeño colchón.
Lentamente apoyo una de mis manos en la pared ayudandome a ponerme de pie. Camino algo adolorida hacia la puerta. Doy vuelta el picaporte. Cerrado.
Comienzo a golpear la puerta con mis puños, tratando de llamar la atencion.
— Ayuda — Grite sintiendo mi garganta arder.
Continuo pegando en aquella puerta con mis manos y pies. Pero era imposible. Me coloco en puntitas de pie tratando de observar por la pequeña ventana de la puerta y al instante visualizo que alguien se acerca. Me coloco al lado de la puerta preparandome para golpear a quien sea que se acercaba.
Siento como el cerrojo de la puerta se destraba y un gran cuerpo ingresa. Enseguida estiro mi brazo con intención de golpearlo pero este enseguida toma de mi muñeca tirandome hacia el.
Un rubio de ojos color celestes me miraba sin expresión alguna, por un momento me sentí totalmente indefensa y sin aire. Enseguida me arrastra hasta el pequeño colchon y me tira en este.
Lo fulmino con mi mirada viendo como este se coloca a mi altura.
— Bambi.
Pronuncia mi nombre. Muchas preguntas se vienen a mi cabeza.
— ¿Quien rayos eres y porqué sabes mi nombre?
— La principessa de la mafia siciliana. La prometida de Alessandro Di Santis.
Su mano toca mi cabello pero rápidamente me alejo.
Este recobra su postura y comienza a caminar por la habitación.
— Tu trabajo aquí es muy fácil — Comienza a hablar — Haces lo que te digo, cuando te digo y como te digo. Solo de esa manera te ganarás el seguir con vida.
Mi boca y mi cerebro no conectaban. No sabia que decir pero tampoco sabia que pensar. Y este hombre no me producía confianza para nada.
— ¿Por qué estoy aquí?
— Esperaba esa pregunta. Pero no te adelantes a los hechos, ya te enteraras.
Tres hombres ingresan a la habitación y se dirigen a mi. Casi por instinto golpeo a uno de ellos en su estomago y logro zafarme del agarre de otro de ellos. Salgo corriendo cual fiera fuera de aquella habitación. Mis ojos recorren el lugar tratando de buscar una salida pero solo se trataba de un pasillo. Continuo corriendo ignorando el dolor en mis pies. Pero al llegar al final de aquel pasillo me encuentro con una puerta que se encontraba cerrada. Grito frustrada mientras soy tomada de nuevo por aquellos hombres.
— Sueltenme — Forcejeo pero uno de ellos aprieta mi brazo de sobremanera haciéndome gritar.
Ambos me tiran dentro de la habitación haciendo que raspe mis rodillas. Aquel rubio vuelve a colocarse en cuclillas para quedar a mi altura. Este intenta hablar pero soy mas rápida dandole con mi puño en su garganta. Comienza a toser para luego darme una mirada asesina. Casi por instinto retrocedo pero este me toma de mi cuello apretandolo.
— Estoy intentando ser lo mas comprensivo posible frente a la situacion en la que estas — Dice sobando su cuello — Te pido cooperes.
— Pudrete — Escupo tratando de alivianar su agarre en mi cuello — No pienso cooperar contigo ni con nadie mientras me tengas aqui.
Este solo asiente a lo que le digo y me tira de nuevo a aquel colchon, haciendo que golpee mi espalda y cabeza. Un quejido sale de mis labios.
— No quieres cooperar, no lo hagas. Atente a las consecuencias.
Mi cuello dolía como los mil demonios al igual que mi cuerpo, veo como sale de la habitación seguido por sus hombres.
El rubio tenia un notable acento ruso pese a que hablaba perfectamente el italiano. Intente hacer memoria, sobre enemigos rusos de mi padre pero nada se me venia a la cabeza.
— Piensa Bambi, vamos.
Me sentía fristrada por no saber que era lo que sucedia. Intentaba buscar alguna señal de donde estaba o de tan solo la hora, pero no podia. Estaba encerrada en quien sabe que lugar en completa oscuridad. Mi garganta ardia y la sentia seca. Inspeccione aun mas esa habitación y por lo menos tenia un inodoro y un pequeño lavabo.
Con dificultad me puse de pie y camine hasta el lavabo, di vuelta el grifo esperando que el agua saliera, pero eso no sucedio.
— Me llevan los mil demonios.
Un nudo se formo en mi garganta sintiéndome indefensa. Quería salir corriendo de ahi. Me sacaba de mis cabales no saber nada sobre lo que estaba sucediendo.
Pero no iba a rendirme.
De nuevo me dirigí hacia aquella y comencé a golpearla con todas mis fuerzas solo para llamar la atención. Mis gritos se hicieron presentes retumbando en aquel lugar. Pero nada. Nadie bajaba, nadie daba señales de vida.
Agotada fui hacia el colchón, me sentía demasiado agotada pero no dormiría, no podia hacerlo, no sin antes saber que era lo que tramaba aquel cabrón.
Solo esperaba que Alessandro me sacara de aquí. Y lo mas rápido posible, porque si no iba a enloquecer.
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