Las olas golpeaban los peñascos, resaltando contra el negro cielo el dorado castillo de Tiamor desafiaba al viento y al rayo. En su interior una mujer libraba otra lucha, se debatía transida de dolor sobre las sábanas para traer al mundo a su primer hijo, si es niño el suyo será un largo y pacífico reinado, pero si es niña su futuro estará marcado desde su nacimiento por el llanto, llevará sobre su cabeza una pesada corona no solo el gobierno de Valtran, ella será la Emperatriz que unirá los más grandes imperios, no hubo antes nadie tan poderosa como ella pero un gran poder entraña grandes responsabilidades.
- Será una niña - dijo el general Boro
- Como estás tan seguro?- preguntó Voldrek rey de Valtran y padre de la criatura.
- Shar, jamás se equivocó, el cielo llora, lo sabes.
-Siento que esto te la recuerde tanto, como se encuentra la pequeña Sonia.
- Es una niña fuerte como yo pero tiene la belleza de su madre lleva en sí lo mejor de ambos.
- Ella y Adelaida serán grandes amigas estoy seguro
- Adelaida?
- Adela quiere que se llame como su madre.
- Pensar que trodanos y valtranos no podían verse hasta hace poco más de dos años.
En ese momento se escuchó un ruido ensordecedor mientras un relámpago bañaba de luz la noche, seguido del llanto de un bebé el padre entró raudo a la habitación en el lecho su esposa abrazaba a su pequeña hija lágrimas resbalaron por las mejillas pálidas del padre.
-No hay maldad en ella - dijo asustada la madre- siento no haberte dado un varón.
-Qué dices mujer?- replicó Voldrek- como puedes pensar que las querría menos, dijo el tomando a su hija en brazos- Es preciosa justo como tú.
- Pero tiene tus hermosos ojos amor mío, es una Dark.
- Se lo que dice la profesía pero mira está tan tranquila tan en paz...
- No hay maldad en Adelaida, pero hay una magia muy antigua y poderosa algo que escapa a mi comprensión- dijo preocupada la reina- quiero pedirte algo.
- Lo que desees mi reina- dijo Voldrek con una sonrisa en los labios
- Quiero su mano para Sadek
La sonrisa se borró de golpe del rostro del rey
- Veo que no te agrada; pero es un buen chico a pesar de los rumores, conozco su corazón.
- En otro momento hablamos del tema
- No está sujeto a discusión Voldrek quiero a mis hijos juntos.
Doce años después en ese mismo castillo que se había llenado de vida y buena ventura con la llegada de la reina Adela y el nacimiento de la pequeña princesa era visitado por la muerte y se llevaba consigo la joven reina en brazos de su esposo y su pequeña hija mientras agonizaba recordaba a su compañero su pedido, Adelaida debía ser para Sadek. A Voldrek se le retorcía el alma pues el muchacho tenía fama de desalmado con nueve años había combatido frente a los ejércitos de su padre y cada luna llena lo invadía la sed de sangre en su caso totalmente irrefrenable.
El chico cabalgaba tan rápido qué parecía que su montura tuviese alas, llegó para verla morir y no fue capaz de atravesar el umbral donde el esposo se aferraba al cuerpo lánguido de su esposa, meses de dolor le habían arrebatado la belleza pero no la paz a su alma.Una extraña enfermedad había hecho presa a la reina Adela meses después de tener a su hija. Voldrek había buscado por doquier un remedio para el extraño mal pero, nada pudo aliviar el cuerpo de la esposa ni el corazón del rey, que meses atrás había dejado su trono para recluirse en el castillo de campo de la familia Dark, Tiamor donde había nacido Adelaida, ahora la preciosa carita de su niña contrastaba con el atormentado rostro de la madre, que aunque mortificada por aquella dolencia se había mantenido estoica y se había retirado para no ver más de la lástima malsana de la corte donde siempre se sintió extranjera.
- Juralo ella será para el, mi niño va a cuidarla, el la quiere la ha querido siempre - dijo la mujer en un susurro.
- Lo juro- respondió el esposo mientras se le partía el corazón en mil trozos y le estallaba una tormenta en la cabeza.
-No va a llegar mi muchacho - dijo ella
- Aquí estoy tía- dijo el muchacho irrumpiendo en el cuarto y arrodillado junto al lecho tomó su mano y susurro - como puedes pensar que no vendría.
- Jura que cuidarás de ella. Juralo Sadek, por mi por el recuerdo de tu madre por el amor que se que le profesas desde que nació. Jurame que ayudarás a tu tío jurale lealtad y paz porque el te da a su hijasu posesión más valiosa. Jurenme qué los va a unir el amor, quiero que ella no se quede sola.
- Lo juro- dijo Sadek mirando a Voldrek a los ojos mientras esté sentía la última cuchillada clavarse en su pecho el golpe letal.
- Muero en paz susurraba la reina entre estertores- no siento dolor ahora, estoy rodeada de amor nadie fue más amada que yo.
-Tía vas a estar bien, el viejo lobo viene también, tienes que verlo.
-Mi niño hermoso- dijo acariciando su rostro- ni toda la crueldad de tu padre, ni toda la injusticia a la qué haz sido sometido te han logrado arrancar la bondad del alma.
Sadek cerró los ojos ante el roce como si fuese algo entrañable, añorado, y a la vez ajeno. Dichas estás palabras la mano de la mujer cayó al lecho ya sin fuerzas y expiró Voldrek la abrazó con fuerza como sola pudiese arrancar de la muerte, llévate a Adelaida bramó, Sadek tomó la niña profundamente dormida esta le pasó el brazo al cuello y se acurrucó contra el. Mientras avanzaba por el pasillo escuchaba las campanas doblar y los alaridos del rey estremecían hasta la última roca. Puso a Adelaida en su cama y la cubrió no supo durante cuánto tiempo la miró, era tan parecida a su tía y sin embargo tenía su propia luz. Mejor dejarla dormir ahora luego partiría el cortejo fúnebre
El día era plomizo el ambiente en el salón del trono era asfixiante, Adelaida tenía ante sí el cadáver de su madre y una multitud de extraños que desfilaron ofreciendo condolencias. Se sentía fuera de sí. Cuando al amanecer su padre le dio la noticia no pudo mirarlo a los ojos no alcanzaba a comprender sus palabras, era un ruido sordo su padre movía los labios y ella no escuchaba podía oírlo, pero no daba crédito, el la llevó a ver a su madre al gran salón. Estaba tendida dentro de una caja de oro y cristal, pensó que dormía, incluso había color en sus mejillas, no, mamá no sentía dolor, papá estaba exagerando, mamá se levantará muy pronto y se pondrá a dar órdenes. Obviamente iremos a Dark porque lleva su corona y viste muy regia, está muy tranquila mamá.
- Despierta mamá - dijo bajito, para si- Despierta - dijo ahora con más fuerza,- Mamá- gritó.
- Cuánto lo siento mi niña - dijo su padre abrazándola - pero debemos decirle adiós a mamá, ella no hubiese querido dejarte, pero no dependía de ella una parte de tu madre se quedará contigo en tu sonrisa hija cada vez que sonrías verás a tu madre.
Adelaida miró a su padre y se dio cuenta de que algo se había roto por completo en su alma, no había más luz en los ojos de papá, eso hizo que las lágrimas pugnaran por salir, mas , cerró los puños con mucha fuerza y mirando a la pared dijo a su padre:
- Hemos de mantener la cabeza en alto, iré a cambiar mi ropa para el funeral.
Dicho esto besó la mejilla de su padre y se dirigió a sus habitaciones. Voldrek se quedó allí tan de piedra como aquellas paredes, esperaba cualquier reacción, gritos, lágrimas, culpas, lo que fuera todo menos aquello.
- No espere que llore, no lo haría tío.
- Sadek, no te escuché llegar. Creo que no entiende lo que ocurre
- Yo creo que ha entendido muy bien, pero no va a derrumbarse, al menos no por ahora, es una Lefein nadie podrá verla agachar la cabeza.
- Sabes, su madre cuando comenzó a deteriorarse se retiró poco a poco y hasta el día de su muerte mantuvo una actitud casi altiva, no podía concebir que la muerte le ganara la batalla, aún entre los espasmos, el dolor las náuseas constantes, ella ponía especial cuidado en su arreglo, cuanto peor se sentía más se esmeraba. Yo no fui consciente de la gravedad de Adela hasta hace muy poco tiempo, la inminencia de su muerte me pareció un chiste cruel cuando recibí la noticia, no sabes a cuántos médicos, sanadores, druidas y charlatanes vi en busca de una esperanza...Es que yo la veía con aquella luz, aquella fuerza, aquella gentileza... Creo que se levantará de esa caja, no me asombraría si lo hiciera. Y mi hija, nuestra hermosa hija, es así, como su madre, no sé de qué barro las moldearon pero - un sollozo corto sus palabras.
- Iré con ella si me lo permite.
- Ve y cuida de ella, yo no puedo ahora mismo cuidar de nada más
Atravesó varios corredores al llegar a la alcoba de su prima está salió corriendo de allí a toda velocidad, la encontró al final del pasillo escondida junto a una columna mientras lloraba con la cabeza apoyada en las rodillas el se sentó junto a ella y la abrazó con fuerza, luego de un rato la chica levantó la mirada.
- Lo siento- dijo avergonzada- no debí comportarme así
- Y como se supone que debías comportarte?
- Más comedidamente.
-Estoy aquí, por ti y para ti, no deseo otra cosa que poder llorar contigo y tu padre, todas esas personas que te dicen que seas comedida no tienen idea de lo que es perder a un ser amado, anoche murió un ser maravilloso, pero tu estás viva y tienes que vivir, se vive en honor, en justicia, en lealtad, se vive en la paz o en la furia arrasadora se vive en la tranquilidad del bondadoso o en los remordimientos del infiel, pero una vida comedida no es una vida digna de vivirse eso te lo puedo asegurar. Llora en mi hombro o en el de tu padre, no importa. Nada te la devolverá, solo te quedarás con sus buenos recuerdos con su legado de amor. Ahora sí estás lista vayamos con tu padre.
Escuchó tantos lo siento, ahora entendía porque su madre le decía que a los reyes les tocaba la dura tarea de rodearse de aduladores y carecer de amigos, que sentía aquella gente, nada comparado con su dolor, solo la convenció el pésame de los humildes de los campesinos ellos fueron los únicos que realmente tocaron su corazón, y su padre, pobre papá, no volveré a verle sonreír pensó.
Cada vez que se sentía desfallecer miraba a Sadek y sentía una fuerza sobrenatural, ojalá no se vaya por favor no me dejes.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play