Nikki conducía a prisas, debía llegar a tiempo a su cita a ciegas, si no lo hacía, su madre no la dejaría en paz... ¡Quería verla casada ya! No le importaba con quién fuese, solo quería ver casada a su hija. Esa sería la decimotercera cita a ciegas que le concertaba su madre... Todas las anteriores fueron un fiasco, está no sería diferente.
Llegó al lugar, era un café de lujo... ¿Porqué quedarían allí? Entró al lugar con el casco de su motocicleta puesto aún en su cabeza... Miró a un lado y hacia el otro...solo tres mesas estaban ocupadas y en solo una de ella había un hombre mirando su reloj de pulsera, estaba sólo, así que era este...
Se acercó apresurada, quería terminar aquella situación pronto...
- Terminemos... - no pudo decir más nada, el hombre que tenía frente a sus ojos no era como el resto, se quitó el casco y con el bajo un brazo tomó asiento - Soy Nikki - extendió su mano. El hombre desconocido aunque un poco extrañado, la estrechó entre la de él, era una mano fuerte según sintió Nikki - Debes ser mi cita a ciegas, iré al grano... - carraspeó - necesito casarme hoy mismo de ser posible, necesito que mi madre me deje en paz y así continuar con mis planes de vida. No necesito dinero ni nada de eso, solo un certificado de matrimonio, pero viviremos separados.
Él seguía mirándola perplejo, no sabía si reír o salir corriendo de allí... pero ella le atraía como imán
- ¿Me conoces acaso? - le preguntó confundido
- Sí - miró un papel que traía en el bolsillo delantero de su pantalón con tirantes - Aquí dice que eres Fabio Fuentes, un empleado de la empresa Castell y Asociados, de mí, ya sabes, no tengo vicios tóxicos, estoy saludable en fin...¿Podemos ir a casarnos? Sinceramente necesito ese certificado de matrimonio - su rostro mostraba ruego.
Él se rio, ella ni siquiera sabía quién era él... dio un sorbo a su café y se puso de pie. Cuando lo hacía, vio entrar a un joven con un enorme ramo de rosas rojas...
"Ese es el correcto" - pensó para sí. Sabía que el jóven que acababa de entrar era el que Nikki andaba buscando, pero por alguna extraña razón le siguió el juego.
- Vamos, casemonos.
Ella se puso de pie y ambos fueron al registro civil más cercano.
- ¿Es una unión libre y voluntaria?
- Así es - le confirmó él al notario
- Está bien, firmen aquí
Ambos firmaron el documento expedido dónde se les registraba como matrimonio
- ¿Puedo tener hoy mismo la certificación de matrimonio? - insistía ella
- Mañana en la mañana puede solicitarla - le sonrió el notario.
Salieron de allí
- Gracias - le sonrió - ¡Al fin tendré paz! No te preocupes, pronto puedes solicitar el divorcio, no me interesa estar casada.
Ella hablaba sin parar y él solo la observaba con las manos en los bolsillos del pantalón.
-¿Y si no me interesa divorciarme?
Ella lo miró anonadada ¿Qué no le interesaba divorciarse? Ella rio... Él debía estar muy desesperado por tener esposa, después de todo ya tenía treinta y cinco años.
- ¡Como quieras! Ya tienes mi número así que si un día cambias de opinión me contactas.
Ella hizo ademán de irse pero el la tomó por la muñeca.
-¡Espera! - ella lo miró curiosa - Tomemos una fotografía.
Esa propuesta la dejó muy extrañada, pero aceptó y el sacó su móvil y se tomaron una selfie.
- ¿Ya puedo irme? - insistió.
Él asintió con la cabeza y entonces ella se alejó de allí con la misma prisa con la que llegó.
Aún tenía el móvil en su mano así que marcó un número...
- ¡Ya voy! ¡Ya voy! - le contestaron - ¿Sabías que eres muy impaciente ? Estoy al volante, voy a colgar.
Unos segundos después llegaba un lujoso Lamborghini modelo deportivo y exclusivo conducido por su hermano menor.
- Pensé que te recogería en el café... ¿Porqué estás aquí? - miró la fachada del lugar - ¿Es el registro civil?
Entró en el interior del auto y una vez allí con un tono divertido miró a su hermano
- Es que acabo de casarme
Al ver la cara de tonto que puso su hermano comenzó a reír como niño
- ¿Bromeas cierto?
- ¡Pues la verdad es que no! - reía aún - ¡Mira! - le mostró la foto más reciente de su galería - Ella es tu cuñada, se llama Nikki.
El hermano aún sin salir de su estupor, lo miraba, su hermano se estaba volviendo loco, no había otra explicación... Pero tenía que admitir que su cuñada era bella por lo que aún loco, su hermano no había perdido el buen gusto.
- ¿Sabes que mamá hará un gran escándalo si esto es verdad? - su hermano mayor asintió - ¿Cuando la presentarás en casa? ¿De dónde salió? ¡Hassss! - se erizó los cabellos antes bien arreglado - Me están volviendo loco tantas preguntas, mejor vámonos de aquí....
Y sin que su hermano mayor dejara de reír puso en marcha el poderoso motor....
¡Mira mamá! - mostró a su madre el certificado de matrimonio - ¡Ya estoy casada!
La madre tomó el papel que Nikki extendía frente a su rostro y lo leyó, luego comenzó a golpearla cariñosamente pero en forma de regaño
- ¿A quién pagaste para que te falsificara este papel? ¿Dime cómo lo hiciste para que pareciera tan real?
-¡Ma! ¡Ya basta! ¡Es un certificado real, toca el sello!
Entonces la madre se detuvo y pasó sus dedos por el cuño seco y el sello del papel... Vio que era real y se abrazó de su hija y juntas comenzaron a dar brincos
- Estaré más tranquila ahora - dijo cuando se detuvo y miró hacia la entrada - ¿Pero dónde está mi yerno?
Nikki entonces se dejó caer en un sofá viejo que decoraba la sala
- ¡No sea egoísta! ¡Solo me pidió que me casara! ¿Para que conocer al yerno?
-¡Hay muchacha...! ¡Te voy a matar!
A Nikki no le quedo más remedio que salir a toda carrera de allí si no se llevaría un buen golpe, uno real...
Una vez en la calle se fue a su puesto de venta, vendía las joyas que ella misma diseñaba y creaba con sus manos...
- ¡Hola Nikki! - le saludó otro vendedor - ¿De verdad te casaste con el chico de las citas a ciegas? - Sonriendo asintió ella - Tu madre debe estar feliz ahora
- No tanto, pero si un poco - rio a gusto - ¿Cómo sigue Chispita? - se refería al hijo del hombre
Por la cara que puso el hombre ella supo que no iba todo tan bien
- Seguimos esperando un donante compatible, no es tan fácil, todo el dinero se va en su tratamiento.
A Nikki le dio un poco de pesar, pero no podía hacer mucho la verdad, ayudaba cuando las ventas eran buenas, pero en esa semana no estaba ganado mucho...
...****************...
- Señor, aquí está lo que me pidió - le extendió una carpeta con documentos
- Gracias secretario Lin - lo tomó y con prisa comenzó a leer los datos que en esos documentos aparecían. - ¿Qué pudiste observar?
- Su vida es modesta, solo viven ella y su madre quien ya es algo mayor, vende en un puesto ambulante bisutería y joyas que ella misma fabrica y todos la quieren mucho por su sencillez y humildad. Solo termino sus estudios preparatorios como puede ver allí - señaló los documentos - aunque matriculó en la universidad pública, la expulsaron por plagio en un diseño, aunque ella juraba que era propio
- ¿Cuál fue el plagio?
- Al parecer participó en un concurso dado por una de nuestras empresas, "Joyas Castell y Asociados" dónde plagió uno de nuestros diseños nuevos de aquella época. El concurso se hizo en la universidad misma.
- ¿En serio? - asombrado - ¿Fuimos los culpables que no terminara su universidad? - el secretario asintió - ¡Vaya! - se reclinó en su sillón giratorio y llevó un dedo a sus labios, estaba pensativo.
- ¿Necesita algo más señor? - preguntó al ver que pasaban unos minutos
- No - se puso de pie y tomó su chaqueta - tengo que salir ahora
- Sí, señor
Y sin esperar más fue a mirar de lejos a su esposa.
...****************...
- ¡Lleve sus joyas para que luzca radiante y con estilo! - anunciaba sus productos cuando se le acercó su mejor amiga
- Hola. ¿Que tal te ha ido hoy? - le saludó
- No muy bien - desanimada - Si esto no mejora moriré de hambre - puso cara dramática - y lo peor es que no puedo contribuir está semana a lo de Chispita - su rostro ahora se entristeció un poco.
- ¡Te tengo una noticia que te animará!
- Por la felicidad en tu rostro... Parece ser buena noticia
- Así es, mañana habrá una reunión de exalumnos - la risa era de oreja a oreja - ¿Y sabes quién estará?
- Hace seis años terminamos, y no fue en los mejores términos. ¿Que te hace pensar que quiere verme?
- Tu solo ve allí, deja que el destino haga su obra
- ¡Además no puedo verlo! - gritó de pronto - ¡Estoy casada!
-¿Qué? - le buscó anillo - ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde está el anillo?
- ¡Ah no!... No fue así como imaginas... Fue más... algo rápido...
- ¿Con el chico de la cita a ciegas? ¿Realmente funciona?
- Sí, mi mamá me apuntó y yo accedí para tener un poco de paz, ya sabes cómo es de insistente cuando quiere algo.
- Siento que me dará algo - se sentó en una banqueta - ¿Cómo pudiste hacerlo? ¿Y si después no quiere divorciarse? ¡O lo que es peor! ¿Si te obliga a cumplir con tus deberes maritales?
La cara de horror de su amiga le parecía muy divertida, Elena siempre había sido muy exagerada.
- Respira, no pasará nada...
Aunque oculto en un automóvil no muy lejos del lugar estaba su esposo y podía escuchar casi todo y ver los gestos... Evidentemente necesitaría un anillo.
Las horas pasaban y la noche comenzaba a caer, su amiga se había ido hacia un rato ya... Las nubes amenazaban lluvia...
- Será mejor que comencemos a recoger, parece que va a llover
Ella miró al cielo
- Sí, mejor recojamos pronto...
Pero cuando ya casi terminaba de recoger la lluvia comenzó a caer a cántaros y ella no sabía cómo hacer cuando de pronto dejó de sentir la lluvia sobre ella, aunque ya estaba bastante empapada. Miró hacia arriba y para su asombro había una sombrilla y más se asombró cuando vió quien la sostenía. Dejándola asombrada se quitó el saco y se lo extendió a ella sobre sus húmedos hombros y luego de dejar en sus manos la sombrilla comenzó a empujar el carro de ventas bajo la intensa lluvia.
Ella se quedó viendo cómo se alejaba por unos segundos y luego le acompañó sin decir palabras hasta la puerta de su casa.
- Gracias por todo - cerró la sombrilla - ¡Te daré un regalo en agradecimiento!
Se agachó frente a su bolsa para tomar un hermoso pulso y cuando levantó la vista vió frente a sus ojos un torso semidesnudo perfectamente esculpido y una camisa empapada pegada a sus músculos abdominales varoniles... Sintió que su boca se secaba de repente, sacudió la cabeza para volver en sí y le extendió el pulso...
- Nuevamente gracias, ya debo entrar.
- No hice más que mi deber como esposo... - hizo una pausa intencional en sus palabras y ella lo miró curiosa - protegerte.
¿Protegerla? Nadie le había dicho eso por lo tanto no sabía que responderle
- Buenas noches Fabio - al parecer aún no sabía quién era él - que descanses.
Y sin esperar respuesta entró a su casa. Una vez dentro se apoyó de espaldas a la puerta, su respiración se agitó un poco cuando cerró los ojos y volvió a recordar esa imagen tan íntima de su cuerpo. El corazón le latía desbocado he instintivamente se llevó una mano al pecho.... ¿Que le estaba sucediendo?
La noche estaba estrellada y el lugar seleccionado para la reunión de exalumnos era muy "chic". Todos se saludaban afablemente al encontrarse.
- ¿Estás segura que no quieres decir que estás casada? - le preguntó Elena dudosa
- La verdad es que no quiero que Roberto se me arrime.
-¿Estás loca verdad? - extrañada - Hasta hace unos días aún hablábamos sobre él ¿Que ha cambiado?
- ¡Que estoy casada!
Un par de chicas se acercaron a ellas, iban muy elegantes
- ¡Elena y Nikki! ¡Que sorpresa! - exclamó con algo de sarcasmo - ¿Cómo han estado chicas? Nikki aún no he sabido nada de ti, ¿Ya eres una diseñadora famosa? - ambas se burlaron.
- ¡Un día lo será! ¡Ya verán! - Nikki tomó a su amiga del brazo para que se callara la boca.
- Si tu lo dices Elena.
- ¿Que has logrado tú Mery Ann?
La aludida le mostró un enorme diamante enmarcado en oro blanco y la otra chica lo miró asombrada.
- Yo me casaré con un ejecutivo de Castell & asociados.
- ¡Bien por tí! Nikki también se a casado - quiso rematar Elena sin saber lo que provocaba
- ¡Elena! - le regaño Nikki
- ¿Qué? ¡Tu matrimonio no es un secreto!
- ¿Te has casado? - le miró asombrada la otra chica mientras buscaba con la vista su anillo
- ¡No busques anillo! - le regaño Mary Ann - Su esposo debe ser de su nivel
Ambas chicas se rieron a gusto cuando fueron interrumpidas por el locutor de la noche y entonces se alejaron .
- No debiste decirles - le regaño Nikki - no es que mi matrimonio sea un secreto pero tampoco es algo real o que vaya a durar. Lo sabes.
- Sí, pero me da coraje... exhibiendo un anillo... Tal vez hasta es falso.
Nikki se comenzó a reír divertida de la mueca que había hecho su amiga. Entonces se acercaron a las demás personas.
- ¡Nuestro invitado especial de esta noche es Roberto Monterrey! - anunció el locutor al mismo tiempo que un hombre muy atractivo subía a la plataforma.
- Gracias por aceptar reunirse después de varios años sin vernos, gracias también a los profesores que se encuentran entre nosotros - de repente la vio y no pasó desapercibida su reacción para el público allí presente. Gracias a todos por venir
- ¡Cuéntanos de ti! - gritó alguien del público a lo que Roberto no dudó de complacer ya que le encantaba alardear
- ¿De mi? - rio algo nervioso - me gradué de abogacía y tengo mi propio bufete, es pequeño aún pero ya da frutos. Sigo soltero - miró a Nikki - sigo esperando a que la mujer de mi vida regrese.
Esto hizo sentir un poco incomoda a Nikki ya que causó que más de uno se fijaran en ella.
- ¡Pues ya esa mujer tiene dueño! - gritó Mary Ann - y no precisamente eres tú - se burlaron.
Roberto la miró curioso y desconcertado a la vez. Bajó de la plataforma y se acercó a ellas.
- ¿Te casaste? - Ella solo asintió - ¿Y dónde está el afortunado? - abrió los brazos en cruz como retando, pero al no tener respuesta siguió - todas las chicas casadas o comprometidas están aquí con sus parejas ¿Dónde está la tuya?
- Sí, queremos conocerlo - expresó Mary Ann - aunque de seguro nos decepcionas - nuevamente risas y murmullo
- Mejor vamos - le susurro Elena al oído
- ¿Te marcharás? - le detuvo Roberto por la muñeca cuando ella se giró para irse.
- ¿Me puedes soltar? - le preguntó amablemente
Todos en el salón tenían la vista fija en ellos, para nadie era un secreto el pasado de estos dos aunque muchos desconocían el porqué de su ruptura. De repente la puerta se abrió y con pasos firmes entró una figura masculina y la tomó por la cintura al llegar a ella. Su esposo era muy apuesto así que dejó a más de uno con la boca abierta.
- ¿Puedes soltar a mi esposa por favor? - su carácter era fuerte y la mirada arrojada a Roberto hizo que este la soltará.
Roberto al ver la situación incómoda en q se encontraba comenzó a sonreír y lentamente metió las manos en los bolsillos del pantalón
- ¿Así que eres su esposo? ¿A qué te dedicas?
- Soy... - recordó que Nikki lo había confundido con otra persona y vió que ella lo miraba asombrada - trabajo en Castell y Asociados
- ¿En qué departamento? - preguntó Mary Ann - mi prometido es ejecutivo de allí, tal vez eres su subordinado - se mofo un poco - El no pudo acompañarme hoy, sino te lo presentaría, quizás te ayude a ascender en un futuro lejano. - otro sarcasmo
- Vámonos de aquí princesa, no es el lugar apropiado para tí - y sin esperar respuesta tiró suavemente de ella hasta sacarla del lugar.
Roberto no se conformaría con dejarla ir así después de haber preparado aquella velada solo para volver a verla así que fue tras ellos.
- ¿Te irás con este muerto de hambre? - le gritó en el parking - ¡Es un don nadie! ¡Mejor regresa conmigo! Ahora puedo darte más de lo que mereces
- ¡Déjame en paz! - le contestó al fin - ¡Y mantente lejos de mí!
El auto que su esposo estaba usando era muy normal y acorde para el cargo que supuestamente asumía en esa gran empresa.
- ¡Mira ese auto! ¡Es un viejo modelo! - se burló - ¿Que te puede dar él?
- ¡Me protege! ¡Me ama! Y si lo escogí q él fue porque su amor es correspondido... tú.... tú eres pasado y punto. Ahora aléjate de nosotros.
Y sin decir más palabras aceptó el asiento ofrecido dentro del auto. Una vez su esposo cerró la puerta del auto, Roberto lo volvió a detener
- Ella es mía - le señaló con el dedo índice en el pecho - Y nadie podrá robarmela, la recuperaré ¿Entendiste?
El supuesto Fabio miró el dedo apoyado aún sobre su pecho y luego al dueño de este...
- Era... porque a partir de ahora me pertenecerá solo a mí.
Y sin pedirle permiso lo apartó y se puso al volante para así conducir de regreso.
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