Aviso: La siguiente historia tendrá contenido delicado con extremo tabú entre dos hermanos con lazos sanguíneos. Si no te sientes cómodo/a con el tema tratado, te invito a dejar la lectura ahora.
...━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━...
^^^Fanny Hawk.^^^
Mamá y papá han muerto, intento grabar el mensaje en mi cerebro, pero este se niega a creerlo. Ni siquiera cuando veo sus cuerpos pálidos e inmóviles logro asimilarlo.
—¿Y ahora qué haremos?.—Mi voz suena apagada, sin vida, es como si yo hubiera muerto en lugar de mis padres, o al menos así me siento.
—Mamá dijo que no quería a la tía Mary en su velorio, ni en su funeral.—Responde mi hermano dos años mayor, tiene 19, pero bien podría tener 80 porque es el hombre más sabio que conozco. Aunque bueno, no conozco a mucha gente aparte del círculo familiar.
—Mamá odiaba mucho a su hermana.
—Lo hacía.
—¿Te dijo por qué?
—Dijo algo sobre robarle la idea de un proyecto universitario. Le costó un trabajo importante en el gobierno, lo que la tía Mary obtuvo porque ella se llevó la idea.
—Es una perra.
—La echaré encantado si tiene el descaro de presentarse.
—Déjamela a mí.—Sigo viendo los rostros de nuestros padres, ambos tumbados en una mesa metálica con sus cuerpos cubiertos por una gran manta blanca.—Eres un hombre, creerán que eres un imbécil abusivo que golpea a las mujeres. La tía Mary es un poco dramática e intentará verse como una víctima delante de los demás, y tu historial médico no ayudará en la situación.
Giro mi cabeza para ver a mi hermano, sus ojos no tienen vida, al igual como su expresión, pero no es por la muerte de nuestros padres. Matt simplemente no siente como la mayoría de nosotros, carece de emociones porque su cerebro se encuentra conectado de una manera diferente. Es un psicópata, lo descubrimos cuando fue diagnosticado a los 10 años porque era diferente a los demás niños, sigue siendo diferente, pero al menos ahora ya sabemos la razón.
Papá y mamá hicieron todo lo posible para incluirlo en la familia como alguien normal, un poco especial, pero normal.
—Espero que sigan juntos en el más allá.
—Papá estaba loco por mamá, estoy seguro de que encontrará una manera para seguir con ella.—Asegura mi hermano.
Ahora estoy un poco más tranquila porque tiene razón, papá adoraba a mamá, su amor era casi imposible de superar. Un amor incondicional, por lo que es imposible imaginar a mamá sin papá y viceversa.
—Tengo hambre.—Le digo, aunque realmente no siento apetito. Tal vez solo no quiero estar aquí, viendo la muerte en los rostros de nuestros padres.
—No traje mi billetera.—Se lamenta Matt.
Claro que no lo hizo, tuvimos que salir corriendo de casa cuando recibimos la llamada. Llegamos hace un par de horas y desde entonces no nos hemos movido de la morgue.
Ni siquiera le hemos dado aviso a nuestra familia sobre la trágica perdida, todo a su tiempo, todavía debemos asimilarlo nosotros.
—Yo te invito. Siempre tengo un par de billetes en el bolsillo, una recomendación de papá.
—Era un hombre sabio.
—Lo era.
—Vamos.—Toma mi mano, la suya fría, al igual como la mía, obviamente porque llevamos demasiado tiempo en un cuarto helado con dos cuerpos congelados.
Salimos de la morgue y caminamos tendidos de la mano por un par de cuadras hasta llegar a la esquina de un café. Entramos y pedimos lo más barato que encontramos del catálogo.
—Estoy triste, Matt. Me gustaría llorar, pero todavía se siente... falso, como si estuviera en un mal sueño.
—No estás soñando, Fanny.
—Lo sé.—Bajo a la mirada a mis manos, ambas apoyadas en la mesa en forma de puños. Mis uñas se clavan en la palma de mi mano enviando una punzada de dolor.—Me duele, me duele mucho, ellos todavía tenían una vida por delante. Los quiero aquí conmigo, Matt.
–No siempre tenemos lo que queremos, abejita.
Ahogo un sollozo cuando escucho el apodo de mi niñez, fue mi hermano quien me lo doy, pero mamá y papá le copiaron y me llamaban abejita también.
La chica que nos atendió trajo nuestro pedido, disimulando que no tener interés en las lágrimas que se habían reunido alrededor de mis ojos. Nos dejó solos y continuó su trabajo cuando acercó un par pañuelos desechables a mi lado.
Tome algunos de ellos para limpiar mi rostro, con mi hermano todavía imperturbable, cualquiera creería que Matt es el culpable de mi tristeza. Se equivocan, es todo lo contrario, gracias a mi hermano puedo seguir en pie.
Todavía lo tengo a él a fin de cuentas, aunque sea en gran parte el causante de las pesadillas que me atormentan por las noches.
^^^Fanny Hawk.^^^
Cuando termino de limpiar los restos de lágrimas y mocos de mi rostro, tomo el café caliente y trago un par de sorbos que lastiman mi lengua.
—Mierda, esto está caliente.—Me quejo.
—Ya no eres una niña, bebe con cuidado.
—Quemarme por café caliente se encuentra en la última fila de mis preocupaciones, Matt.
—No te excusa para ser despistada.
—No soy despistada, solo tengo otra cosa en mi cabeza, ¿por ejemplo? La muerte de papá y mamá.—Más lágrimas vuelve a aparecer cuando lo menciono.—Mierda, esto es un asco.
—Ven aquí.
No necesita que lo diga dos veces para ir con él, me levanto de mi lugar y me siento a su lado. Su brazo rodea mi cintura, acercándome a su cuerpo, apoyando mi cabeza en su pecho mientras suelto un quejido de dolor, lloro en silencio, o al menos lo más bajo que me permito.
Me aferro a su camiseta negra, escondiendo mi rostro en su pecho porque odio que los demás me vean llorar. No lo hago, normalmente no acostumbro a llorar, pero la muerte de nuestros padres supera cualquier tipo de dolor que haya sentido hasta ahora.
—Solo quiero que termine.—Mi voz suena ronca, dolorosa, con el nudo en mi garganta sintiéndose casi asfixiante.
—Pasará, no pronto, pero lo hará.—Acaricia mi espalda, entregándome el consuelo que necesito.
—Se supone que eres un psicópata, no deberías molestarte en intentar hacerme sentir bien.
—Lo hago porque ahora solo me quedas tú. Tal vez no estoy sintiendo el mismo tipo de dolor, pero sigue habiendo cierto tipo de sufrimiento por papá y mamá.—Le escucho decir mientras sigue acariciando mi espalda, sintiéndome pequeña y segura en sus brazos.—Estoy absolutamente seguro de que no quiero volver a pasar por esto, no contigo. Perderte sería lo último que necesito ahora.
—No voy a morir, al menos no pronto. Tú tampoco puedes hacerlo, no puedes dejarme atrás.
Le veo asentir sin necesidad de dar una respuesta verbal, entonces toma el pedazo de queque que había pedido para mi desayuno y me lo entrega en las manos, también acerca mi café para que este quede enfrente de mí, a un lado del suyo.
—Come, después de esto tendremos que llamar a los demás.
—Ok.
Termino en el desayuno en silencio, mi hermano también lo hace. Después de pagar salimos de la cafetería y tomamos un autobús para ir a casa.
Cuando llegamos a nuestro hogar, una ola de recuerdos golpea mi corazón con fuerza, pero me niego llorar en esta ocasión. Intento mantenerme firme cuando Matt toma el teléfono y comienza a esparcir la noticia, dándole aviso a nuestros familiares más cercanos, dejando de lado a la tía Mary.
Luego de llamar al último miembro de la familia, mi hermano deja el teléfono descolgado para evitar las incontables llamadas que nos harían pidiendo los detalles. Ya es horrible hablar sobre la muerte de papá y mamá, ahora sería el colmo dar detalles sobre sus muertes cuando la herida todavía se encuentra fresca.
—Voy a darme un baño y a cambiar mi ropa.—Le aviso sin esperar su respuesta, solo subo a las escaleras y llego al cuarto de baño del segundo piso.
Me encierro en el baño y comienzo a quitar hasta la última prenda de ropa que tengo, luego me quedo en la bañera durante la próxima hora, llorando y gritando hasta que mi cuerpo comienza a doler por estar demasiado tiempo bajo el agua fría.
Salgo de la ducha solo cuando siento que he terminado de llorar todas las lágrimas que mis ojos podían exprimir. Me duele la cabeza y mis manos tiemblan, tal vez por el frío, o por algo más, no quiero encontrar una respuesta ahora.
Voy a mi habitación para ponerme un nuevo conjunto de ropa, uno más formal porque estoy segura de que un par de minutos los demás se encontrarán tocando el timbre de nuestra casa.
Bajo las escaleras cuando estoy lista y me encuentro con mi hermano a mitad de camino.
Matt también se ha cambiado de ropa, ahora con una camisa y unos pantalones negros. Incluso se ha afeitado, pareciendo tan joven como es, como un tipo de 19 años que se encuentra en su segundo año de universidad y que pronto cumplirá los 20.
—Te ves bien.—Le digo.
—Me gustaría decirte lo mismo.
Se me escapa una sonrisa.—He tenido mejores días, hoy no es uno de ellos.
—Lo sé.
—¿Venías a buscarme?
Asiente.—Estabas tardando.
—Me estaba duchado.
—Una hora es demasiado para una simple ducha.
—Lo sé.
Matt entrecierra los ojos, buscando algo en mí, tal vez pensó que podía atentar contra mi propia vida, a fin de cuentas, mis padres lo eran todo para mí y nunca había tenido una relación demasiado cercana con mi hermano. Siempre le había temido por su condición, aunque eso ahora tiene que quedar en el pasado porque ahora es todo lo que tengo.
^^^Matt Hawk.^^^
Nuestros familiares se reúnen en el centro de la habitación, viendo los dos ataúdes abiertos, mostrando a nuestros padres ya vestidos y maquillados para el velorio.
—¡Soy su hermana, no puedes decirme que no puedo estar aquí!—Grita la tía Mary desde algún punto de la habitación, estoy claramente interesado en ser quien se encargue de ella, pero Fanny insistió en hacerlo.
Mi hermana no pierde el tiempo y echa a nuestra tía con empujones no muy amables.
El resto de la familia hace una mueca al ver la escena, pero nadie dice nada. Somos nosotros quienes perdimos a nuestros padres, somos quienes estamos sufriendo más por sus muertes, obviamente lo saben y están de nuestro lado por esta ocasión.
Dudo que hayan apoyado nuestra actitud en cualquier otro caso, aunque eso ya no es importante.
—Mi más sentido pésame.—Dice un viejo amigo de mi padre, un excompañero de escuela y de copas. Seguido por su esposa que dice lo mismo.
Otra docena más de lamentos y decido que es suficiente, así que voy a la cocina de nuestra casa y me sirvo un baso con agua.
—Hola, Matt.—Se acerca nuestra prima, dos años menor que yo, tiene 17 años al igual que mi hermana. Siempre pensé que ambas serían grandes amigas, pero Carla estaba más interesada en ser mi amiga exactamente.
—Hola.
—Sé que no puedo entender lo que estás pasando, pero quiero sepas que estoy aquí si necesitas algo. Cualquier cosa.—Dice las últimas dos palabras con un tono bajo y suave, esperando ser lo suficientemente clara para que entienda su significado.
—Serías de gran ayuda si no intentas seducir a mi hermano en el velorio de nuestros padres, gracias.—Habla Fanny detrás de Carla.
Ella se gira para ver a mi hermana, con la mano en el pecho y fingiendo ignorancia cuando dice.
—¿Disculpa? Es mi primo, Fanfan, solo intentaba ser amable.
Fanny pone los ojos en blanco por el apodo, lo odia, lo ha dicho en un millón de ocasiones.
—Sé amable conmigo y vete de aquí, lo último que quiero ver es verte hacer un pobre intento de cortejo, o seducción, o lo que sea que quieras con mi hermano.—Fanny deja una bandeja con copas vacías, posiblemente vino hasta aquí para volver a rellenarlas.
—No eres muy amable, Fanfan.
—En serio, Carla. No estoy de humor para soportar tu mierda, será mejor que te vayas y busques a otro compañero de cama, porque mi hermano ahora está ocupado.
—Yo lo veo muy desocupado.—Carla mira hacia mi dirección y vuelve a ver hacia Fanny.
—Bueno, no lo está. Debemos encargarnos de los arreglos del funeral y escribir el discurso de despedida, porque si no lo recuerdas, nuestros padres acaban de morir.
La postura de Carla cae cuando mi hermana menciona lo último, tiñendo sus mejillas de rojo por la vergüenza.
—Lamento lo que ocurrió con ellos.—Dice ella, apartando la mirada de Fanny y dándome la espalda.—Creo que debería volver con el resto.
—Hazlo, querida.—Fanny se hace a un lado y permite que Carla se vaya de la cocina.
—Realmente la detestas.
Ella me fulmina con la mirada.—Es una descarada, no puedo creer que se haya insinuado en pleno velorio. Debiste echarla, rechazarla, alejarla o lo que sea menos no hacer nada, justo como lo hiciste.
—¿Me estás culpando?
—Lo estoy haciendo.—Levanta su mentón con determinación, furiosa conmigo. Se ve atractiva con su cabello negro colgando de una cola.—Has tenido muchas oportunidades para rechazarla y nunca lo has hecho como se corresponde, es por eso que ahora se cree con el derecho de acercarse a ti. Es una asquerosa arpía que intentaba meterse en tu cama ahora que estás pasando por un mal momento, eso es caer bajo, la peor clase de mujer que querrás tener cerca.
Su rostro se ha vuelto rojo de rabia, es interesante la reacción que tiene por una simple insinuación de Carla, ambos sabemos que ella no quiere nada serio y que solo busca experimentar. No estoy en contra de nuevas experiencias, pero mi prima no se encuentra en la lista de las mujeres que quiero en mi cama.
—Está bien, abejita.—Me acerco a ella, llevando un mechón de cabello suelto detrás de su oreja.
Sus ojos verdes brillan en una ola ardiente de algo que no logro descifrar, porque me recuerda al deseo, y Fanny Hawk jodidamente nunca sentiría deseo hacia su hermano.
—No está bien, no puede estarlo, no es...
—Carla nunca me ha interesado de esa manera.
Fanny hace una mueca, pero asiente y susurra un bien antes de volver a las copas para lavarlas, enfocando su atención en ellas.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play