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Un Amor Peligroso

Capítulo 1

-sobreviví a mis primeros exámenes de universidad – dije levantando los brazos, triunfante 

-sobrevivimos – respondió mi amigo Carlo, arrastrando los pies, parecía un zombi, bueno en realidad los dos lo pareciamos.

Mi amiga Dana llego corriendo de lo más feliz –que bonito es ser universitario 

-regresa a tu isla de fantasía, de la que saliste – le respondió Carlo 

-él tiene razón, no sé qué tiene de bonito esto, parezco una muerta viviente, necesito comida, sino como algo pronto creo que comenzaré a atacar a la gente, es más ya te estoy viendo cara de cupcake – le respondí 

-Siéntense ahí, les consigo algo de comer – Dana nos arrastro a una banca, y ahí nos dejamos caer, mirando al vacío, hasta que ella volvió, con un par de sándwiches y unas malteadas.

-quiero café – protesto Carlo 

-no más cafeína para ustedes dos, cómanse eso y vámonos –

Caminábamos por el campus comiendo, mientras Dana parloteaba sobre lo bonita que era la vida, a veces de verdad no entendía como ella era nuestra amiga. 

-miren están jugando Basquetbol - nos dijo, y comenzó a jalarnos hacia las canchas – son los de segundo – dijo emocionada sacando su celular para grabarlos.

Carlo y yo no respondimos ambos moríamos de hambre, así que la dejamos ser, mi estomago estaba feliz de recibir comida, pero esa felicidad duro poco, pues de la nada un balón salió volando y me golpeo tirando mi sandwich, me quede con un trozo en la boca, casi quería llorar al ver mi preciada comida y mi malteada en el piso. 

-lo lamento – me dijo una voz que no parecía sentirlo en lo absoluto, levante la mirada del piso, para encontrarme con un chico vestido de negro, tenía cara de aburriendo, pero al verme se rio, ya se parecía estúpida con la boca llena de comida –pareces una ardilla – me dijo 

Estaba tan molesta que quería escupirle la comida que traía, pero no lo hice, pues parecía el tipo de persona que podría golpearte si lo molestas, el tipo saco su cartera y me extendió un billete, y me dijo que me comprara otro, en lugar de tomarlo me di la vuelta y me fui, me pare frente al primer bote de basura que encontré y escupí lo que traía en la boca, se me había quitado el hambre.

-¿Por qué no tomaste el billete? – me dijo Dana mostrándomelo 

-¿Por qué lo tomaste? – 

-era lo correcto, el te tiro tu comida y pago por eso –

-se burlo de mi, seguro lo hizo apropósito – le respondí 

-cariño, si Damián te da un billete como disculpa lo tomas y te callas – 

-¿Damián, como sabes su nombre? – 

-creo que todos en esta universidad lo saben excepto los nerds como ustedes– me dijo suspirando 

-déjame adivinar, ¿es un hijo de papi? Como muchos por aquí – le dijo Carlo 

-peor que eso, los rumores en la escuela dicen que su familia es de la mafia y que el también está metido en eso– respondió mi amiga en voz más baja, mirando a los lados 

-¿y tú te crees eso? – le respondí escéptica, quería a mi amiga, pero a veces se pasaba de ingenua 

-pues no se qué tan cierto sea, pero nadie se mete con él y sus amigos, pues se dice que las familias de ellos también están metidos en eso – 

-olvida esas tonterías y vámonos – le respondí – quiero ir a casa y dormir el resto de mi vida, o al menos el fin de semana – 

...****************...

por el resto del fin de semana olvide por completo la universidad, a Damián y las teorías de mi amiga, es mas yo no creía que no me lo volvería a encontrar la universidad es enorme, y el de segundo año, pero me equivoque, una vez que conocí a Damián, fue como si hubiera desbloqueado un nuevo personaje, en la historia de mi vida, pues ahora me lo seguía encontrando, por todas partes, y en mis momentos más vergonzosos, cuando estaba comiendo, estaba despeinada, y desarreglada, en pocas palabras, yo me se sentía como una indigente a su lado. 

Ese día en particular, salí de la sala de estudio, el viento estaba frio, así que me puse la capucha de mi sudadera, la cual tenía orejas de oso, los días eran cada vez más fríos, por la tarde el frio era bastante gélido. 

-Hola pastelito – Dana llego feliz de la vida 

-¿acaso no tienes frio? – le pregunte 

-el frio es mental, cuando tienes un outfit como el mío – me respondió, dando una vuelta para mostrarme su falda tipo tutu para ballet de color rosa, Dana era una explosión de colores, todo el tiempo estaba feliz, eso era un poco cansado a veces, no entendía de dónde sacaba tanta energía.

-¿has visto a Carlo? – le pregunte y ella negó con la cabeza – seguro está jugando videojuegos, 

Seguimos caminando por el césped, a estas alturas del año estaba casi seco, las hojas de los arboles también se habían vuelto amarillas, naranjas y de diferentes tonalidades y caían, con el viento, era una de las razones por las cuales me gustaba el campus, era enorme y con muchas aéreas verdes,

Había arboles por todas partes, me frene de golpe cuando vi a Damián recargado contra un árbol, estaba fumando. 

-vámonos, por otro lado – le dije a Dana, en voz baja, pero esta se tropezó con una raíz e hizo un alboroto, lo que hizo que Damián levantara la vista del suelo.

-yo voy a buscar a Carlo – me dijo y salió corriendo 

-¿Qué le pasa a tu amiga? – me pregunto Damián 

-ella es algo rara – le respondí 

-tú tampoco eres muy normal que digamos – me respondió – pero ella parece una jodido arcoíris –

-estudia diseño de modas, le gusta experimentar – 

-son un trió raro – me dijo y le dio una calada al cigarro, haciendo me toser cuando expulso el humo – tu amiga parece un unicornio, tu una ardilla, y tu amigo el miope un mapache –

-¿un mapache? – 

-siempre tiene ojeras – me dijo como si fuera obvio 

En ese momento me hizo sentir extraña, sentí un escalofrió, pero se lo atribuí al frio, pero aun así me pareció extraño que conociera a Carlo, era mi amigo, pero solía pasar gran parte de su tiempo libre jugando videojuegos, la mayoría de las veces que me encontré con Damián yo estaba sola, ¿como es que recordaba a Carlo? Debía haberlo visto solo una vez. Estuve a punto de preguntárselo, pero llegaron sus amigos.

-de nuevo estas molestando a esta pobre chica –

-por supuesto que no, ella solo me hacia compañía mientras fumo, está preocupada por que pueda incendiar su habitad natural- respondió Damián tocando el árbol, contra el que estaba recargado.

-pues ya que llegaron tus amigos, yo me voy, ellos pueden evitar que incendies el lugar, yo tengo que ir por mi amigo – 

Damián sonrió, tomo los cordones de mi capucha con su mano libre y los jalo, hasta cubrirme los ojos, luego jalo una de las orejas de oso que esta tenia – ve con cuidado me dijo y siguió fumando 

Me descubrí los ojos y me fui, ¿Por qué siempre me dejaba en ridículo? Me sentía como en la primaria cuando él me molestaba, pero me confundía, era alguien que tenía fama de ser muy malhumorado, pero siempre que me molestaba sonreía, tenía una bonita sonrisa, esa podía ser la razón por la cual siempre me tomaba con la guardia baja.

......................

-¿Por qué siempre molestas a esa pobre chica? – me regaño Joshua, una vez que esa pequeña ardilla se fue.

-porque es divertido, últimamente me aburro mucho en la universidad – le respondí, tirando la collía del cigarro en la tierra y pisándola con mi bota – además tiene agallas para responderme – 

-es porque no sabe quién eres – me dijo Caleb 

- no tiene por que saberlo – conteste – ahora vámonos que tengo hambre –

-por cierto, se llama Valentina – me dijo Caleb 

Es un bonito nombre pensé, pero no lo dije en voz alta. 

Capítulo 2

La primera vez que vi a Valentina, fue cuando Joshua le tiro su comida, mientras jugábamos al básquet, al ser yo la persona más cercana, me toco ir por ella y disculparme, yo odiaba pedir disculpas, pero cuando me vio, lo primero que pensé fue en una ardilla, pues tenía las mejillas infladas como una, y unos bonitos ojos color avellana, quise pagarle por su comida, pero se molesto y se fue, antes de eso nunca la había visto, y después ya me la encontraba bastante seguido, y siempre estaba comiendo, o estaba despeinada, si no fuera porque sabía que era una estudiante, bien podría confundido con algún vagabundo, pues a veces incluso parecía venir en pijama. 

Por esa razón en la día que la vi, mejor vestida me sorprendí, y me sentí en la necesidad de molestarla, como cada que la veía, honestamente la universidad a veces me aburría, pues mi vida fuera  de ella podía ser más interesante.

-¿te caíste de la cama hoy? – le pregunte, y no me respondió solo siguió caminando - ¿Qué tan temprano te tienes que levantar, para peinarte? –

Se detuvo y me miro, poniéndose las manos en la cintura – ya no voy a darte motivos para que te burles de mi, aunque me tenga que levantar más temprano para peinarme – me respondió señalando sus dos trenzas 

-no me retes, si me lo propongo, siempre puedo encontrar motivos para molestarte – le respondí 

-¿estamos en la primaria, para que me molestes? – 

-¿tienes heterocromía? – le pregunte cambiando de tema, pues cuando se dio la vuelta vi sus ojos más cerca 

-¿hetero que…? – respondió confundida 

-heterocromía, uno de tus ojos tiene una manchita de un color más claro – 

-eres tan extraño – me dijo y dijo siguió caminando 

-¿nunca has visto tus ojos con detalle? – le pregunte yendo tras ella

-sabes me alegro tanto de que ya pronto serán los exámenes  y después serán las vacaciones, así no tendré que verte por un buen tiempo –

-eso dices ahora, pero ya veras, pequeña ardilla, me vas a extrañar –

Valentina se detuvo de manera repentina y casi choque con ella, se dio la vuelta  de nuevo y me miro, al estar parada tan cerca tenía que estar mirando hacia arriba. 

-estas tan lleno de ti mismo Damián Villegas – hizo un intento de fulminarme con la mirada que me dio cierta ternura, y se fue, pero con los días me demostró que tenía razón era difícil encontrase con ella, pues no la volví a ver hasta el día que las vacaciones comenzaron. 

...****************...

No quería admitirlo, pero una pequeña parte de mi si extraño a Damián, en los días siguientes, estaba tan ocupada estudiando, haciendo tareas y demás, que no tenía tiempo para nada, apenas dormía, y qué decir de mi vida social, no existía en absoluto. Por esa razón el ultimo día de clase cuando vi de lejos a Damián, casi tenía ganas de llamarlo, así de desesperada de salir de mi aburrida rutina estaba, pero él no me vio, así que seguí caminando, Carlo iba a mi lado, jugando con su consola, yo no entendía como a un tenia energía para eso o como aun veía bien después de días sin dormir casi.

-vayamos a buscar a Dana – le dije tomándolo de la capucha y evitando que chocara con un cesto de basura

El solo me siguió como un perro que sigue a su dueño, estaba demasiado ensimismado en su mundo.

-wow, de verdad tienes unas ganas enormes de quedarte ciego – le dijo Damián apareciendo frente a nosotros y llevándose la consola de mi amigo, no tenía idea de donde salió tan de repente  

-oye estaba a punto de hacer un nuevo record – 

-eres un completo perdedor – le respondió Damián – consíguete una novia, y tu –me señalo a mí, consigue amigos mejores – 

-¿por mejores, te refieres a ti? – 

-cualquier perdedor de este lugar quisiera ser mi amigo – respondió, mientras miraba la vieja y gastada consola de mi amigo, y como la vio muy poca cosa la tiro en el cesto de basura, Carlo la saco y comenzó a limpiarla – te acabo de hacer un favor tirando eso – le dijo y comenzó a caminar por el césped, en lugar de seguir el camino.

-oye, eso fue muy grosero se tu parte, deberías disculparte – le dije yendo tras el

-te apuesto todo lo que tengo en mi cartera a que tu también has deseado hacerlo –

-no podemos ir por la vida haciendo todo lo que queremos – le respondí, pues tenía razón, yo también quise tirar eso muchas veces 

-puedes, pero no todo eso es correcto, o legal – me respondió sonriendo con malicia 

-pues yo no quiero hacer nada ilegal – le respondí 

-¿estás segura? –pregunto arqueando una ceja, había comenzado a caminar hacia atrás sin rumbo y yo lo seguía sin pensarlo demasiado -¿alguna vez has disparado un arma, o has querido disparar una? - me pregunto

-¿no estamos hablando de usarlas contra una persona, o si? –

Damián se echo a reír, ¿Cómo alguien con tan bonita sonrisa reía tan poco? Me pregunte pero no lo dije en voz alta.

-tienes unos pensamientos peores que los míos – me respondió – me refería a un campo de tiro – 

Avergonzada negué con la cabeza.

-ven conmigo – me dijo, tomo mi mano y comenzó a llevarme con él, solo ahí note que nos habíamos alejado mucho de Carlo, y estábamos cerca del estacionamiento, nos detuvimos frente a dos autos deportivos, saco la llave y desbloqueo el de color negro.

-súbete – me dijo abriendo la puerta 

Como no encontré motivos para negarme, lo hice -¿A dónde vamos? – quise saber 

-voy a enseñarte a disparar un arma – 

-olvídalo yo no voy  a ningún lado, detente yo me bajo – ¿Cómo llegue a esto? Las conversaciones con el siempre era tan raras, a veces sentía que Damián me mostraba pequeñas partes de cómo era el realmente, y que la personalidad que mostraba en la universidad era solo una fachada, no sabía si eso me gustaba o me asustaba.

-es una broma, solo vamos a comer – respondió mucho más serio, y eso me hizo preguntarme, si yo le hubiera dicho que si, ¿de verdad me habría llevado a un campo de tiro? Ni siquiera sabía que había algo así por aquí, me daba curiosidad, pero ahora tenía pena preguntarle.

-¿Por qué no vas con tus amigos? –

-ellos tienen cosas que hacer, además no te había molestado hace muchos días, no quiero que pierdas la costumbre de verme – 

-¿Por qué querría verte? –

-somos amigos – me dijo 

-¿lo somos? – en cuanto las palabras salieron de mi boca me arrepentí, pues el auto se detuvo de golpe frente a una luz roja, y yo salí impulsada hacia adelante, el cinturón me retuvo y me regreso a mi lugar de una manera no muy amable.

Se mantuvo en silencio hasta que llegamos al restaurante, era un pizzería bastante pintoresca, entramos, pero en lugar de ir hacia las mesas, el fue hacia una escalera y me hizo señas para que fuera tras él, el segundo piso era más intimo y cálido que el primero, había menos mesas, y solo una estaba ocupada.

-¿estás enojado por lo que dije antes? – me atreví a preguntar por fin cuando el mesero se fue con nuestra orden.

-¿Por qué lo estaría? No tengo diez años, además solo tengo que esforzarme más para que esta pequeña ardilla ermitaña me considere su amigo, pues hace meses que me conoce y al parecer aun me considera un extraño– 

-no soy ermitaña, solo no tengo tiempo para socializar, a veces no tengo tiempo ni para peinarme– 

-por eso te juntas con un mapache miope,que solo juega videojuegos y un unicornio que vive en su mundo de hadas -   

-ya se mis amigos son raros, yo también lo soy, entérate de una vez – 

-¿y tú crees que yo soy una persona normal? – pregunto arqueando una ceja 

El mesero llego con nuestra pizza la cual olía delicioso, así que ya no me vi obligada a responder.

-no respondiste mi pregunta – me dijo a mitad de la comida, robando una de las papas fritas de mi plato.

-¿de verdad quieres saber que opino de ti? – 

-quiero saber en dónde estoy parado y cuáles son mis oportunidades de ser tu amigo –

-¿Por qué quieres ser mi amigo? – le pregunte 

-nunca he tenido una amiga mujer – respondió 

-hay muchas chicas en la universidad que estarían encantadas de tener ese título, yo no soy una de ellas – respondí, no tan convencida de mis palabras.  

-en realidad te equivocas, ellas  no quieren ser mis amigas, creo que preferirían presumir que pasaron por mi cama, antes de decir que son mis amigas – 

-bueno, pues tampoco quiero pasar por tu cama – le respondí 

-pero viniste a comer conmigo, eso ya es un punto para mí  - 

-tenía hambre, me habría ido a comer con el primero que me invitara – respondí tomado otra rebanada de pizza

-te encanta llevarme la contraria, ¿verdad? – respondió Damián, mientras alargaba su mano y limpiaba las migas de mi boca.

Quise responderle que podía hacerlo sola, pero de nuevo fuimos interrumpidos.

-aquí están – dijo uno de los amigos de Damián, Joshua o Caleb, no sabía cuál era cual, pues eran gemelos, y su parecido era bastante –lamento interrumpir su cita, pero vengo por Damián –

-esto no es una cita – aclare, 

Pero el me ignoro, tomo el trozo de pizza que quedaba y comenzó a comerlo, Damián se levanto y lo llevo consigo al otro lado del lugar, hablaron por un momento y después su amigo se fue.

-lamento no poder llevarte, pero me tengo que ir – me dijo 

-está bien no hay problema, si me dejas cerca del metro me voy sola – le respondí, ambos bajamos del segundo piso, yo lo espere cerca de la entrada mientras pagaba, pues no me dejo pagar la mitad, una vez en la calle, fue hacia su auto y saco mi mochila de este.

-dame tu numero - me dijo dándome su celular, con su mano libre, mientras yo lo anotaba, paro un taxi.

-aquí tienes – le entregue su celular y quise tomar mi mochila, pero el abrió la puerta del taxi y la metió, cuando yo entre cerró la puerta, después le toco al taxista en la ventana y este la bajo, lo vi darle dinero y pedirle que me llevara  mi destino, ni siquiera me dejo decirle que no era necesario que pagara. 

Le di la dirección al taxista, y por la ventana vi a Damián subirse al carro, e irse por el lado contrario, el auto que al parecer pertenecía a sus amigos, estaba estacionado detrás, y salió tras él. Me recosté en el asiento y cerré los ojos, no estaba segura a un de querer ser amiga de Damián, pero me seguía sintiendo atraída hacia él, como las polillas eran atraídas hacia la luz. 

Capítulo 3

-¿Qué hacemos aquí? – le pregunte a Dana, bajándome del taxi con dificultad 

-venimos por mi hermano – respondió ella y comenzó a caminar

-este lugar es horrible – dijo Carlo 

-y huele peor le respondí yo- mientras caminábamos en un lugar lleno de contenedores viejos, me sorprendió que un taxi nos trajera hasta aquí - ¿estás segura de que estamos en el lugar correcto? – 

-es por aquí dijo ella y se metió entre dos contenedores el camino era angosto, podía tocar ambos lados del frio metal con mis mano, al llegar al otro lado quedamos frente a otro contenedor, había un chico fumando en la puerta de este. Dana le dio algo que no vi, nos vio a los tres y abrió la puerta, Carlo y yos nos miramos, el se encogió de hombros y fu tras mi amiga yo hice lo mismo, en cuanto entramos cerró la puerta y nos quedamos en la oscuridad por un momento, hasta que Dana encendió la luz de su teléfono y comenzó a caminar.

-¿Dana en qué diablos nos venimos a meter contigo? – pregunto Carlo 

Ella no respondió, pero al llegar al final volvió a tocar y le abrieron otra puerta.

-bienvenidos al submundo – dijo ella y salió 

Cuando salimos tras ella, fuimos cegados por la luz y nos tomo un momento adaptarnos, era como un mundo completamente diferente, ¿de dónde había salido toda esa gente? - ¿Qué es exactamente este lugar? –

Dana se detuvo, y nos miro – vine aquí con un chico algunas veces, no pregunten mucho, solo confórmense con saber que todo lo que pasa aquí es ilegal, por eso no les agradan los menores de edad podrian meterlos en problemas con la ley, hay que separarnos para encontrarlo más rápido –

-¿entonces como entro tu hermano? – 

-hay otras maneras de entrar, por cierto, Valentina, Damián puede andar por aquí –

-dudo mucho que me reconozca así vestida –le dije señalando mi ropa, estaba usando ropa que ella me había prestado la cual era increíblemente fría e incómoda, además estaba maquillada, cosa que no hacía por falta de tiempo desde que comencé la universidad. 

Sentía las miradas de todos cuando pasaba, debía ser más que obvio que no pertenecía a ese lugar. 

-hey amiga, parece que estas perdida – me dijo un tipo robusto y tatuado de el cuello 

-estoy bien – respondí, pero el vino hacia a mi 

-ven siéntate con nosotros – 

-no gracias – le respondí 

-parece que tienes frio, ven yo te caliento – dijo el tipo robusto, y los otros se comenzaron a reír 

Estaba comenzando a asustarme, mi pantalón era tan ajustado que no podría estírame y darle una patada si era necesario, el sujeto vino y paso su mano por mis hombros – no seas tan estirada, se nota que tienes frio, te vamos a dar algo para que entres en calor –

-estoy buscando a mi amigo – respondí, tratando de zafarme de él, pero seguía llevándome a donde estaban los otros, de pronto vi a la última persona que creí que quería ver, Damián – ahí está mi amigo – le dije señalándolo 

Pero en lugar de soltarme lo llamo, pude sentir la mirada de Damián sobre mí, no se veía muy feliz de verme ahí, yo seguía tratando de soltarme del agarre del tipo

-¿Qué quieres? – le dijo sin mirarme 

-ella dice que es tu amiga –

-¿lo es? – dijo Damián mirándome por fin 

-lo soy –respondí y el sonrió, y después miro al tipo 

-suéltala, sabes que soy posesivo, con mis amigos  – le dijo al tipo y este me soltó 

-perdón Villegas, no sabía que era tu amiga – 

-pues ahora ya lo sabes, y si no quieres perder la mano, no la vuelvas a tocar – 

Fui tras él, un tanto sorprendida de ver como todos se hacían a un lado para dejarlo pasar –Damián -lo llame una vez y no respondió – Damián Villegas – le dije un poco más fuerte, y recibí algunas miradas, el se detuvo, me tomo del brazo, y me alejo, de el ruido de las personas y la música, que sonaba en algún lado, que aun no podía identificar.

-¿Qué haces aquí? además vestida de esa manera –

-estoy buscando a alguien- respondí 

-¿alguien como el tipo de hace un momento? –

-yo no quería vestirme así, Dana me obligo, dijo que solo así podría entrar –

-¿y donde esta ella? – 

-ya te dije estamos aquí buscando a alguien –

-si me dices a quien puedo ayudarte a buscarlo, así lo encuentras más rápido y te vas –

-¿te urge que me vaya verdad? –

-este no es tu ambiente, Valentina –

-en eso tienes razón yo no quería venir, pero Dana casi me lo suplico, la persona que buscamos es su hermano –

- si su hermano esta aquí es porque puede cuidarse solo –

-su hermano es menor de edad, y al parecer tomo dinero de sus padres para venir aquí, queremos encontrarlo antes de que sus padres lo sepan –

-me lleva la… - dijo Damián y soltó una palabrota - ¿tienes alguna foto de él? –pregunto y asentí

-envíamela – me dijo y eso hice, lo vi llamar a un tipo y mostrarle la foto, después le dio instrucciones y este se fue, Damián se fue por otro lado. Y yo termine parada al lado de lo que parecía una tarima, encargada con un sujeto, como si fuera un niño pequeño. Además Dana no respondía mis mensajes, pero Carlo si llego.

-¿de verdad puedo dejar de buscar? Lo confundí con un tipo y casi me golpea – 

-¿este bicho raro también vino? – Damián apareció de la nada, venia con un tipo y este traía a el hermano de Dana y el amigo de este

-Val, dile a estos tipos que no me peguen – dijo este abrazándome 

-yo no tengo la culpa de esto, estoy aquí por ti, si te golpean no voy a defenderte – respondí y me lo quite de encima 

-el dice que no puedo apostar aquí, pero no me quiere devolver mi dinero – se quejo 

-devuélvele su estúpido dinero y sácalo de aquí – le dijo Damián al tipo que los traía, este solo asintió.

-si se van me voy con ellos – dijo Carlo – aquí corro peligro de ser golpeado si miro mal a alguien, ¿vienes? – me pregunto 

-aun no me contesta Dana – respondí 

Y esta apareció cuando la carrera está por comenzar, yo moría de frío ahí parada, sola.

-veamos la carrera, ya que estamos aquí- me dijo  

-¿estabas buscando a tu hermano siquiera? – le reclame 

-me encontré con un amigo, el me estaba ayudando a buscarlo, pero como tu mensaje decía que lo habías encontrado y que se lo llevo Carlo, decidí ya no preocuparme, anda ven, es tu primer vez aquí, vive la experiencia completa –

Definitivamente no tenía idea de que existía un lugar así en esta ciudad, esto era una especie de depósito de chatarra y contenedores viejos, pero al acercarnos a donde estaban el resto de las personas me di cuenta de que el centro estaba acondicionado para parecer una pista, en medio había unos contendores viejos, pero se había hecho espacio suficiente a los lados para los autos, el resto de la chatarra y partes de autos estaba amontonada hacia los lados, de hecho muchos chicos estaban sentados en viejos asientos de auto y o incluso llantas, para tener una buena vista, entre los chicos ahí reunidos, reconocí a algunos de la universidad.

-toma – me dijo Dana, dándome una cerveza – es para que entres en calor 

Nunca en mi corta vida, creí terminar en lugar así, pero esto de alguna manera era emocionante, termine bebiendo tres cervezas, y ahora tenía ganas de ir al baño, pero cuando busque a Dana, ella estaba besuqueándose con el chico en cuestión, así que no me hizo caso, mejor me baje de ahí, para buscar un baño, o algo por el estilo, vi a Damián hablando con un tipo, lo llame, pero no me hizo caso, así que lo jale de la chaqueta, y el volteo.

-dime – me dijo 

-quiero hacer pipi – le dije con mucha pena 

-no hay baños aquí – respondió 

-¿y que se supone que haga? No creo poder aguantar mucho mas, bebí mucha cerveza – le dije cruzándome de piernas 

El solo me señalo, una parte más oscura detrás de un contenedor, y me dio un rollo de papel, que estaba sobre una especie de mesa improvisada donde había mucho dinero en efectivo.

-no voy a ir sola, me da miedo, y si alguien me ve – 

De mala gana me tomo del brazo y me llevo y se paró a un lado del contenedor cruzándose de brazos.

-tapate los oídos – le dije 

-¿Por qué? –

-no quiero que me escuches orinar – 

-mira Valentina, sigue ahí parada, y te vas a orinar encima –

Le hice mala cara, corte un trozo de papel y le entregue el rollo.

...----------------...

No me gusta tener novia, para no tener que cuidar a nadie, y aquí estaba, llevándola al baño, porque no tenía miedo ir sola. 

-Damián – me llamo otra vez 

-¿Qué quieres ahora? – le pregunte con molestia - ¿o necesitas que te limpie el culo también? 

-no seas grosero - me respondió viniendo hacia a mí, y se tropezó de camino 

 -¿estás borracha? –

-solo me tome tres cervezas – me dijo mostrándome sus dedos, y le mostré una botella de agua, para que se lavara las manos, y se quejo de que estaba fría.

-¿Qué era lo que querías? – le volví a preguntar 

-que me subas el cierres, no pude – me dijo mirando al piso 

Su estúpido pantalón de cuero tenía un cierre, al lado, y este estaba abierto, se le veía un poco la ropa interior.

-estas frio – me dijo, cuando la toque 

-¿cómo diablos te metiste ahí? – 

-no preguntes – respondió, alejándose de mí un tanto avergonzada 

-esto es molesto, la ultima chica con la que tuve algo usaba uñas enormes, y nunca le abroche los pantalones, aunque me lo pidiera– le dije 

-tal vez por eso te dejo- me dijo

-no era mi novia, lo nuestro era puro sexo y yo la deje, se puso muy empalagosa– 

-aun así, se los desabrochabas, ¿Por qué no abrochárselos también? –

-¿te parezco alguien que haría eso?- Le pregunte 

 -eres un caso perdido Villegas, por eso estas solo – me dijo Valentina y se fue caminando delante de mí, estaba empezando a odiar ese estúpido pantalón, se le amoldaba tan bien al cuerpo, que podía notar como cada tipo que pasaba a su lado, la desnudaba con la mirada, quería darles un golpe. 

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