"Creo que la maestra tendrá mellizos".
Dijo Guillermo al revisarme.
"¿En serio?".
Pregunté ansiosa, no esperaba tal noticia.
Por dentro me decía que solo quería tener dos hijos y eso sería todo.
Pero estaba feliz.
Demasiado feliz.
"Felicidades, maestra".
Guillermo sonrió feliz, no sabía si estaba feliz por saber que sería tío, justo cuando su esposa Miel también esta embarazada.
"¿Hermano?".
Hugo estaba en estado de shock.
"¿Dos?".
Preguntó con ansiedad.
"Si".
Respondió Guillermo mientras intentaba hacer que reaccionara Hugo.
"¿Qué pasa?".
Pregunté algo curiosa, ¿no le gusta?.
Él negó con la cabeza y se empezó a acercar para abrazarme.
"Me preocupa, ¿todo estará bien?".
Guillermo hizo una mueca, el embarazo de gemelos es extraño y complicado.
"Si, la maestra goza de una gran salud y físicamente tiene una muy buena condición".
"Aun así estaré monitoreando su salud".
Hugo asintió y no olvidó decir.
"Miel tendrá a mi sobrino primero, tienes que cuidar de ella también".
Guillermo asintió, se había casado con Miel hace unos pocos días.
Después de una pequeña charla él salió de la mansión del ducado para ir a la enfermería del campo de entrenamiento para poder decirle al doctor en turno para que revise a la maestra al menos cada tres días.
No pudo evitar sonreír internamente, se sentía feliz que su hermano mayor encontrará la felicidad y su propia familia a lado de la maestra.
Recordando cuando él se hizo cargo de los dos, fueron momentos muy duros.
No podía negar que lloraba de miedo al ver qué se habían quedado solos en este mundo y nadie les daría la mano para ayudarlos.
Menos en un país extranjero desconocido para nosotros.
Un día cuando íbamos caminando guiándonos por un mapa viejo había aparecido un hombre de cabello blanco y ojos morados.
El antiguo duque Ix se acercó como un estafador a nosotros.
Al final el convenció a mi hermano a venir al ducado Cib, aunque mi hermano y yo sabíamos internamente que era solo por el aura, mi hermano en ese momento solo pensó que teníamos que sobrevivir y después irnos del lugar aunque fuera irse a la fuerza.
Era un tomar y correr si lo ponía de ese modo.
Al llegar a Cib, mi hermano rápidamente subió de nivel.
Se esforzó diciendo que tomaría todo lo que pudiera y cuando menos nos dimos cuenta había llegado a vicecapitán de la primera división.
Yo me encargue de cuidar a Sergio que era un niño pequeño y ayudar con trabajos leves en la enfermería.
De ahí fue cuando me llamo la atención de ser médico.
El capitán Josh que era el capitán de la primera división nos adoptó cuando mi hermano se hizo vicecapitán.
Recordando ese día, recordó a la niña de mi edad.
Miel.
La niña que parecía temerosa al llegar a nuestro dormitorios ya que aún no teníamos la casa, ella se escondió atras de su padre protegiéndose.
Se le había hecho adorable y su hermano como si nada entraba y hablaba con el capitán.
También fue el tiempo que Henrick el maestro de aura plateado se interesó en enseñarle las técnicas del aura.
Miel que poco a poco empezó a llevarse bien con nosotros fue cuando me di cuenta, a ella le gustaba su hermano.
Pero mi hermano nunca la vio.
Había sido un amor platónico de ambos.
Ella de su hermano mayor y yo de ella.
Cuando mi hermano mayor recibió su sueldo que era más grande logro hacerse de una casa y fue cuando por fin nuestras vidas estaban estabilizandose.
Pero solo pude mirar a Miel de lejos cuando ella miraba a su hermano mayor.
En ese momento solo me sentía miserable y fue cuando de pronto estallaron las mazmorras.
El capitán Josh murió en ese lugar dejando a Miel sola en este mundo.
Miel lloraba día y noche y se quedaba con nosotros.
La pequeña niña de 13 años en ese momento se había quedado huérfana, ya que ella había perdido a su madre en un asalto.
Mi hermano solo la consolaba como una hermana más.
Fue cuando ella se dio cuenta que no había futuro para los dos.
No la veía como mujer.
En ese momento solo sonreí, sentía que tenía una oportunidad.
Eventualmente su hermano se hizo capitán después del entierro del capitán Josh y yo empecé a leer libros de medicina.
Fue cuando apareció la joven maestra Alicia, Sergio en ese momento se llevaba bien con ella y el hablaba de ella.
Aún recordó ese día que Sergio su hermano que ya tenía ocho años corrió hacia el pidiéndole permiso para ir a buscar a la joven maestra y el se negó.
No tenía nada en contra de la joven maestra Alicia, pero no podía poner en peligro a su hermano menor.
Al final su hermano mayor regreso con la joven maestra y ahí fue cuando comenzó su relación de maestro -estudiante.
Hugo le pidió de favor a Miel que cuidara de ella.
Miel acepto el favor.
Aunque al principio no sabía cómo ser sirvienta, Hugo le dijo que ella era amable y solo la apoyara en lo que pudiera.
A Miel nunca me faltó dinero, ya que el ducado le dio una indemnización por la muerte de su padre, pero ¿cómo podía negarse a un favor de ese hombre?.
Al final ella también se encariño con la joven maestra Alicia
Aún recuerdo cuando le pregunté a mi hermano.
"¿No se supone que nos iríamos a Azel en la próxima temporada?".
Su hermano lo miro como si nada y dijo.
"No quiero irme, quiero ayudar a la joven maestra".
"¿Por qué?".
"Ella solo es una niña lamentable".
Volvi a preguntar al no entender su respuesta, pero también frunció el ceño al decir lo último.
"No se, creo que solo quiero hacerlo".
"Tengo que idear una forma para que ella aprenda rápido y pueda protegerse".
"Haré que ella no sea lamentable".
Lo último lo dijo mirando la hoja de papel.
Jamás había visto a su hermano preocuparse por otro ser humano a menos que seamos Sergio y yo.
Aún así lo intente entender.
Cuando conocí oficialmente a la joven maestra fue cuando mi hermano se había ido a la guerra.
Recordaba que había dicho su hermano que le diera el té para que se mantuviera despierta como castigo por no dormir bien.
Así que ese día fui a llevar el té y ella me miró con extrañeza.
"¿Por que?".
Pregunto al ver que era el té que no le gustaba.
Bueno a nadie le gustaba.
"Mi hermano dijo que era castigo".
Ella me miró con expresión de no haré eso, no tomaré nada.
"Eso dijo mi hermano".
"Digo el primer capitán".
Fue cuando ella sonrió ligeramente.
"Conozco a Hugo y a Sergio, pero a ti no, sé que eres su hermano por el parecido".
"Guillermo".
Dije al verla, la niña que se había quedado a cargo en el ducado no parecía una niña normal.
Había situaciones en la que pensaba que ella era más grande.
"Si, sé que te llamas Guillermo".
"..."
"También recuerdo que Hugo dijo que estás aprendiendo medicina, ¿en serio?".
Ella preguntó con curiosidad, no sabía qué decir.
Solo pude asentir.
Ella se quedó pensando por un momento y empezó a hacerme preguntas sobre las lesiones y sobre que haría en tales situaciones.
¿Realmente es una niña?.
Ese fue el primer pensamiento de ella, pero aun así respondí con confianza.
"Interesante".
Dijo murmurando y sonriendo tomando la taza del té.
"Bleh".
El gesto de lo amargo hizo que riera.
Creo que entendía a su hermano por demostrar que apreciaba a esta niña.
"Hay libros de medicina en la biblioteca, ¿por qué no los lees?".
Preguntó para saber que pensaba.
"¿En serio?".
Pregunté con un brillo en los ojos y después negué internamente.
"No, no puedo".
"¿Cómo podría?".
La miré como si me estuviera probando, pero ella se dio cuenta y suspiro.
"Estoy a cargo, puedes ir a leer libros de medicina y si alguien te pregunta les dices que yo te di permiso".
Respondió y me quedé en shock.
"¿En serio?".
"Si".
"Mira".
Respondió y el mayordomo que estaba lejos se acercó.
"Él es Guillermo, hermano de Hugo".
"Lo he invitado a que pueda leer libros de la biblioteca, así que lo anuncio para que no le digan nada".
El mayordomo asintió y me guío a la biblioteca, los estantes de medicina estaban frente a mí y empecé a leerlos con ansiedad.
"Ella es increíble".
Los libros los empezaba a leer desde la mañana hasta la tarde sin ningún problema alguno a mí alrededor y fue cuando Bruno de Manik lo encontró.
"Así que te gusta la medicina".
Murmuró y se acercó a un estante de contabilidad que había en el estante del otro extremo.
"Así es".
"La joven maestra piensa que podrías convertirte en una especie de médico".
La forma en que se expreso el asistente de la joven maestra se veía molesto, es como si lo estuviera criticando.
"Si, sería bueno estudiar medicina".
Respondí con palabras duras.
"Ya veo".
"¿Qué tal si te aplicó un examen de medicina?".
"Al menos de teoría y con eso decirle a la joven maestra si realmente vale la pena que se fije en ti".
No entendí lo que decía y cerré el libro.
"¿Qué es lo que quieren de mí?".
Pregunté sin rodeos.
"Yo nada, la joven maestra cree que puedes estudiar medicina y ser un gran doctor que está planeando financiar tus estudios".
Lo que dijo Bruno de Manik fue increíble, ¿Estudiar medicina?.
Una vez lo pensó cuando ayudaba al médico con ser un asistente.
Solo era un sueño pasajero ya que no tenían los recursos para hacerlo.
"¿El ducado Cib puede financiar estudios?".
No pude evitar preguntarme.
"Claro, es un ducado y un médico en Cib sería bueno".
"La joven maestra solo tiene ideales algo raras".
Bruno de Manik no entendía, pero estaba dispuesto a apoyar a la niña que dijeron que guiará con cuidado.
¿Un examen?.
¿Financiamiento?.
Entonces recordó sus palabras cuando llegaron a Cib.
Tomar todo lo que se pueda.
Miró a Bruno de Manik y asintió con determinación.
"De acuerdo".
"Haré el examen".
El asistente sonrió divertido y asintió con la cabeza.
"Bien, te daré una semana de preparación".
Con eso salió y lo dejo de nuevo en la biblioteca.
Llegar a casa ese día le dijo a Sergio lo que había pasado.
"Vaya hermano, creo que estás ansioso por eso".
"Si".
No se sentía mal por tener el pensamiento de tomar todo lo que se pueda.
El dinero es del ducado y no de la joven maestra como tal, así que no recibiría regaño por parte de su hermano mayor.
Se puso a estudiar día y noche para poder enfrentarse al examen.
Bruno de Manik apareció en la biblioteca con la joven maestra y con Miel que me dio su apoyo.
Fue cuando se sintió aliviado en alguna forma.
Miel estaba apoyondolo.
Miel estaba de acuerdo que aprovechará las oportunidades que me estaban dando.
El examen empezo.
Difícil.
El examen que parecía haber salido de la academia de medicina de último año.
Aún así no se rindió y dio todo lo que tenía.
Bruno de Manik sonrió al ver qué se me estaba complicando.
Cuando me dio la note solo pude sonreir victorioso.
Había pasado y ganado el financiamiento.
La joven maestra sonreía ligeramente mientras Miel festejo conmigo.
La joven maestra saco los documentos de más academias y fue cuando vi la academia de Azel.
"En esta".
Mi dedo fue directamente a Azel.
"¿Seguro?".
Preguntó la joven maestra y solo asentí.
"De acuerdo, haremos los papeles".
"¿Por qué hace esto?".
Pregunté mirándola fijamente y sin muchas emociones.
"Mmm".
Se quedó pensando buscando una excusa.
"Sería genial poder tener un hospital en el futuro".
¿...?.
Aunque había clínicas, en ella solo solían atender a los ricos y a los nobles.
¿Un hospital para he e algo parecido?.
"Un hospital donde cualquiera pueda ir, bueno será en el ducado por el momento".
"¿Qué?".
Ganado Bruno de Manik como yo nos quedamos en shock.
"¿Que de que?".
Ella pregunto como si no entendemos lo que dice.
"Un hospital que sea público, eso es".
"Dónde la familia de los caballeros de Cib o del ducado puedan ir".
"Al menos ahí se puede hacer, ¿no?".
Ella tenía un expresión emde esto así es.
"Hospital".
Murmuré y ella asíntio.
"Eso suena bien".
Esa noche Miel llegó a mi casa con una sonrisa para felicitarme por haber obtenido el financiamiento.
"No te preocupes, yo veré a Sergio por ti".
"Además, dicen que en la guerra va demasiado bien para Imix".
Ella lo dijo para que no me sintiera mal por dejar a mi hermano menor en este lugar.
"Ve hermano, yo estaré bien".
Sergio lo dijo animandolo a ir.
"Además nuestro hermano está arrasando la guerra que no ha de tardar en regresar".
No pudo evitar sonreír al escuchar a su hermano menor.
"De acuerdo, iré".
Lo habia decidido.
Sabía que su hermano mayor se podría molestar, pero ¿cuántas veces tendría una oportunidad así?.
Al final si se molesta puede que después se calme y vea las ventajas.
"Me alegra que estés decidido".
Dijo Miel al verlo.
'Decidido'.
Con ese pensamiento solo me acerque a ella, si también tenía que estar decidido para decirle a ella.
Miel me observo sin moverse.
"Espero que cuando regrese tu corazón sea mío".
Guillermo dijo esa frase a Miel para que ella se sorprendiera.
"¿Eh?".
Sergio al ver a su hermano intentando conquistar a Miel se alejo corriendo.
"Sabía que te llamo la atención mi hermano, lo sabía y espere a que te resignaras".
Guillermo le dijo a Miel que estaba sin palabras pero tenía una ligera sonrisa en su rostro.
"¿Gustar?".
"¿Hugo?".
Ella negó.
"No te hagas ideas que no".
Miel lo miro como diciendo, ¿qué te pasa?.
Pero al verlo lo entendió.
"Me gusta como un hermano, pero nunca lo he visto como pareja".
"¿Eh?".
Ahora yo fui el sorprendido.
"No te gusta?".
Ella negó con la cabeza y entre susurro dijo.
"Será algo raro, pero creo que a Hugo le llama demasiado la atención a la joven maestra".
"Es como si estuviera esperándola".
Con un leve sonrisa algo incómoda lo dijo.
"¡Estás loca!".
No pude evitar gritar a las palabras que dijo de repente.
"Así es mi vista desde la posición de sirvienta personal de la joven maestra".
Dijo Miel con un rostro divertido.
"Pero no te preocupes no dejaré que haga locuras con una pequeña joven maestra y tampoco te preocupes por qué te dé mi corazón cuando regreses".
Guillermo que no sabía cómo reaccionar sobre su hermano mayor volteo a ver a Miel que cambio de tema dejando a un lado sobre lo que le dijo en tal vez broma.
"Te doy mi corazón antes de que te vayas y te esperaré a cuando regreses".
"Así podré ayudarte y apoyarte".
"Mientras también aprenderé como hacer que funcione un hospital y apoyaré a la joven maestra".
No pudo evitar quedarse en blanco unos momentos y después fue a abrazar a Miel con cariño.
"¿En serio?".
"Si".
Respondió Miel.
"Ahora no quiero irme y quedarme contigo para siempre".
Dije con una gran sonrisa.
"Ve, creo que serás un gran médico".
Asentí mientras la abrazaba con algo de fuerza.
No pudo evitar sentirse feliz.
Tiempo después empezó su viaje a Azel.
En Azel conocí la historia de la familia de mis padres y de como la familia de mi madre termino.
Todos habían sido destruidos por la esposa de su padre.
Una antigua princesa y hermana mayor de la que sería reina del país.
También conocí a mi tío que es el jefe de mercenarios.
Jafet Mendoza.
Poca fue nuestra comunicación, pero el se vio feliz por saber de nosotros.
El hombre de cabello café claro con ojos azules me saludo como si hubiera visto un muerto.
"Entonces están en Imix".
"¿Por qué no vinieron a Azel?".
Preguntó su tío que tenía el físico de un matón.
"Porque nos instalamos en Cib y nos está yendo bien".
Respondió y su tío lo miro con una expresión pesada.
"Cib".
"El Ducado Cib".
"Aunque nunca he ido a Imix los tres ducados son famosos y más el Ducado Cib porque posee el aura plateado que ahora que lo pienso por el momento solo la niña lo posee".
Así es la cosa.
"Si, la joven maestra ha financiado mi educación como médico".
"Es una niña extraña".
"..."
Su tío el medio hermano mayor de su madre lo miro sin mucha expresión, pero aun así lo acepto.
"Al menos hacen lo que les gusta".
"No olvides que tienen familia y entre la familia se apoya aunque yo soy el único que queda".
"El condado fue totalmente destruido después de que la princesa acabará con mi hermana".
Lo último solo lo murmuró.
Así fue como paso.
"No dejes que descubran quien eres en esas escuelas, o no podrás seguir estudiando".
Con eso último su tío empezó a irse.
"Tienes mi apoyo, Guillermo y cualquier cosa puedes pedírmela".
"Si, tío".
Siguió con su rutina escolar hasta que llegó una carta que sabía que tenía que llegar.
Su hermano mayor se comunicó preguntando cómo le iba.
Aunque no decía nada malo sentía que había hecho algo malo.
Le respondió diciendo todo lo que había pasado.
Fue cuando su hermano se preocupo por él y le dijo que fuera discreto ante mostrarse frente a algún noble que pueda reconocerlo.
Lo mismo que había dicho su tío tiempo atrás.
Ellos jamás usaron su apellido de su padre y tampoco de su madre.
El duque Ix les dijo que no lo usarán, ya que eso traería problemas y su vida era mejor si solo fingieran ser plebeyos.
Así que eso hicieron y tenía razón, en la academia donde la mayoría eran de familias nobles nadie lo reconoció sobre ser un hijo ilegítimo de un duque.
Tal vez era porque los dieron por muertos al no aparecer.
Así que así siguió aprendiendo de los mejores médicos hasta que de nuevo la noticia de una carta lo dejo en shock.
El duque Cib no sabía sobre el financiamiento y Cris Cib fue el que corto por completo el financiamiento, y al final él tenía que dejar la escuela, pero había sido de gran ayuda.
Con resignación supo que al menos la joven maestra lo intento.
Solo pudo suspirar al reporte de Bruno de Manik.
Al terminar de ver la carta fue cuando vio algo que no esperaba.
No esperaba que la joven maestra le ayudará a terminar su propia educación y no pudo evitar sonreír ante eso.
"Gracias".
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