Soy Margarita Gómez Lizcano, tenía 13 años cuando las cosas en mi vida cambiaron drásticamente, mi historia es un poco compleja, fueron muchas las cosas que tuve que pasar para llegar a donde estoy.

Las vivencias y el trabajo que he pasado, me han dejado una mentalidad de alguien de cien años, bueno, eso dice mi mamá.

Vivo en un pueblito pequeño, en una zona alejada de la civilización, para el gobierno no existimos, excepto cuando son elecciones, ahí es cuando uno ve gente de todos los colores y tamaños, vienen aquí y saludan a todo el mundo, prometen un montón de cosas y después de un tiempo no se vuelve a saber de ellos.

Mi mamá dice que solo hay que aprovechar el momento en que vienen acá prometiendo cosas, todo lo que se les pueda sacar, porque luego ya ni se acuerdan de que uno existe, y bueno, yo le doy la razón.

Aquí donde vivo soy feliz, en el momento vivo sola con mi mamá, porque hermanos no tengo gracias a Dios, porque veo a los de mi edad que tienen hermanos y como dan lata, por eso digo que soy afortunada, tengo papá, pero trabaja lejos de aquí, en una mina de esmeraldas, si, mi papá es un minero.

A mi mamá no le gusta lo que mi papá hace, ella siempre que él viene le da cantaleta, le dice:

...—Un día de estos se va a quedar tapado por allá en hueco, y nos va a dejar a nosotras solas y desamparadas.—...

Yo pienso en mis adentros que mi mamá tiene razón, pero no digo nada, solo le pido a los angeles y a todos los santos que me guarden mi papito y que no dejen que le pase nada malo.

Él siempre se va por mucho tiempo, y viene solo para navidad y semana santa, del resto, no se ven ni sus luces.

Mi casa tiene un gran patio, es enorme, y por eso tengo 8 gallinas y 2 gallos, mi mamá ya no me deja que le saque crias a las gallinas, así que los huevos me toca venderlos, y bueno, eso me ayuda en mis gastos, me da para comprarme mis ganchitos y moñitas de colores, también las pulseritas de letras y los anillos que vienen en los pitillos que traen leche con azúcar, soy una clienta fiel de don Aaron, que es el dueño de la tienda.

En mi casa también tengo una huerta, allí tengo sembrados plátanos, yuca, tomate, cebolla, ajo, y unas cuantas cositas más, eso lo vendo también, porque en mi casa siempre hay suficiente, y bueno, mamá y yo casi no consumimos de ello.

Voy a la escuela, estoy en 8 de bachillerato, la escuela queda como a 40 minutos de mi casa, toca que ir al pueblo, ya que vivimos en una vereda, pero llegamos en menos tiempo, porque don Aaron nos lleva a casi todos en su camioneta, es que resulta que su hijo también estudia en el pueblo, pero de ese cretino hablaré más adelante.

Don Aaron nos lleva y nos trae, y eso es muy bueno, porque hay otros chicos que tienen que caminar para poder llegar a la escuela, y luego de vuelta a sus casas, es muy difícil así. Pero eso es el abandono social en que nos tienen a todos, son las directrices de nuestro país que no les importa la educación, que no les importan personas como nosotros.

Mi mamá se llama Aura y mi papá se llama Alberto, tengo una abuela, la mamá de mi papá, se llama Silvia, ella vive aquí en la vereda también, y es quien me consiente y apapacha.

Mi mamá y mi abuela no se llevan bien, nunca lo han hecho que yo recuerde, mi abuela siempre dice que mi papá arruinó su vida juntándose con mi mamá, aunque yo pienso que es todo lo contrario, pero nunca lo digo, me darían en la boca si me escuchan decir eso.

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Un día cualquiera mi mamá me dijo que vaya dónde ni abuela y le pregunte que necesita, y así ella hacérselo llegar conmigo, yo me fui por el caminito, pues es más cerquita por ahí, pero me encontré con el Braulio, es un amigo de mi papá, pero que a mí me cae mal, siempre me mira de una manera muy fea, y se relame los labios, es horrible de ver eso.

Intente pasar de largo, pero me agarró del brazo.

...—Uy Margara, que guapa, ya está hecha ud toda una señorita, hay que hablar con doña Aura para que la cuide más, no sea que por ahí se la engatusen y la perjudiquen.—...

...—A mí no me este cogiendo así, porque el día que le meta su pedrada no se vaya a poner bravo, ahora otra cosa ¿De quién me va a cuidar mi mamá? Será de ud, porque aquí nadie más me dice esas cosas, le voy a decir a mi mamá que ud me está molestando.—...

...—Pero no te enojes muchachita, yo solo juego contigo, tan arisca me salió.—...

...—Cual juego, a ud quien le dijo que yo estoy jugando con ud, sus tales juegos a mí no me gustan, y yo no soy boba, yo sé lo que a ud le gusta hacerle a las pelaitas que le paran bola, pero conmigo se equivocó oyó, y no me vuelva a tocar porque lo tapeo.—...

El hizo un movimiento como para cogerme, yo me agache rápidamente y recogí dos piedras del suelo, me le pare en raya y lo amenacé.

...—Ud que se me acerca y yo que lo voy es tapiando, como fue pues.—...

El no se me acercó, solo me hizo señas con sus manos de que me esperara, y lo supe, estaba sentenciada, tendría que andar con dos ojos en la espalda también, porque ese viejo era un atarban.

Seguí mi camino y llegué dónde mi abuela, pero no estaba, así que me regresé a mi casa.

Dije que hablaría de cierto personaje más adelante, del cretino, se llama Austin, es hijo de don Aaron y una mujer extranjera, dicen que la vieja se fué y los abandonó, ya me imagino que eso debe ser muy difícil para ellos, pero bueno, eso es algo muy personal, lo cierto es que yo al Austin le tengo rabia.

¿Que porqué? Porqué es un perro canequero, eso se la pasa coqueteando y pelando diente con todas las de por aquí, un día con una, otro con otra, y hay días que tiene varias allí sentadas en la tienda, ha intentado ser muy amable conmigo, pero aquí si se jodió, yo no le estoy copiando a ningún pasacantando.

¿Que si está lindo? Lastimosamente si, el cretino está muy lindo, nada que ver con los de por aquí, el tiene ojitos bonitos, y el cabello claro, con unos crespos que le llegan a los hombros, su cara también es bonita, y es por eso que todas se le ponen ahí en bandeja de plata, me da una rabia, porque él siempre está chillado con ellas.

Él es mayor que yo en un año, tiene 14, y también está dos años más arriba que mi en el colegio, está cursando décimo. En la escuela también es un picaflor, nunca está solo, siempre tiene quien esté a su lado, por esa razón yo no lo sumo ni lo resto, pero él si se la pasa pendiente de todo lo que yo hago, a dónde voy y con quién, es un metiche.

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...—Hola Margarita cómo estás.—...

...—¿Cómo cree que estoy?—...

...—Supongo que bien—...

...—Entonces ¿para que pregunta?—...

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Sé que me pase, pero no me importa.

Una de las cosas que me gusta hacer mucho, es ir a lavar al río, por eso cada 3 días voy allí, hoy era día de lavar, así que apenas llegué del colegio, tomé mis cosas y pal rio, pero hoy no me pude divertir como siempre porque aparecieron unos hombres allí, se veían aterradores y me dió mucho miedo.

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...—No sé asuste niña, no le vamos a hacer nada, siga lavando su ropa que nosotros solo pasamos por aquí.—...

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A pesar de que dijeron eso, yo no me sentí segura, así que me hice la que ya había acabado, agarre mis cosas y salí rapidito para mí casa, cuando me iba uno jovencito me habló.

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...—Chao bombón, nos veremos pronto—...

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Eso me dió escalofríos, pero no respondí, solo acelere el paso.

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...—¿Que fué? Esa ropa todavía está sucia.—...

...—No la lave ma, allá se aparecieron unos señores con cara de malos, entonces me vine casi corriendo.—...

...—¿Que señores?—...

—Unos todos raros, yo nunca los había visto, .—

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Mi mamá se preocupó, ella no decía mucho, pero en su cara se le notaba.

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...—Estos días no vuelva por ese río, tampoco vaya para donde su abuela, de la escuela a la casa y de la casa a la escuela, no la quiero por ahí andando sola.—...

...—Si señora, pero quienes son esos señores amá.—...

...—Gente que solo sabe hacer daño y que a nadie dejan vivir en paz.—...

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No entendí en ese momento lo que mi mamá dijo, solo que eran malos, y por esos días pues no salí, porque en la escuela cancelaron las clases, yo no sabía que pasaba, pero todo estaba raro.

Como un mes después todo volvió a ser como antes, ya volvimos a la escuela y uno podía salir, pero había una novedad, la finca de don Alonso ya no era de él, si no de los señores que ví en el río, ellos estaban viviendo allí, y de don Alonso no se sabía nada.

Mi mamá me mandó a la tienda, y allí me encontré al más joven de esos señores.

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...—Hola preciosa, cómo estás?—...

...—Buenas tardes, yo estoy muy bien gracias.—...

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Le respondí el saludo con evidente molestia, ese man me hacía recordar del viejo degenerado.

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...—¿Porqué tan bravita mi amor? ¿Que me le hicieron? Venga le gasto algo para que se me contente.—...

—Bravo un perro, y no gracias, no quiero nada.

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Decidí ignorarlo y pedirle a don Aaron lo que necesitaba, el me despacho de inmediato y cuando fuí a pagar, el tipo ese le dijo a don Aaron que no me cobrara, que el pagaba mis cosas.

Yo no necesito que ud me pague nada, porque pa eso tengo mi propia plata.

Insistí en pagarle a don Aaron, pero el tipo le hablo feo.

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...—Ya le dije cucho que no le cobre, aquí donde la ve esta fierecilla va a ser mi mujer.—...

Dijo eso y a mí se me subió la rabia, ¿Que se creía ese animal? Además don Aaron se veía como asustado.

Mire mal al tipo de arriba a abajo, y le torcí mis ojos, como don Aaron le hizo caso y no me recibió la plata, yo la dejé encima del mostrador y me fuí, pero ese señor se vino detrás mío.

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...—Ey preciosa espéreme, venga que quiero hablar con ud, ey mami.—...

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El estaba detrás de mí y yo caminaba rápido, el corazón me latía a mil, y gracias al cielo me encontré con el cretino, venía con sus amigos de jugar fútbol y yo asustada me le acerque.

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...—Austin hola, me acompaña a mi casa?—...

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El se detuvo y me miró extraño, y como no si yo siempre lo trataba mal, pero le hice señas del que venía atrás de mí y creo que entendió.

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...—Claro, aprovecho y saludo a su mamá, muchachos, acompañemos a Margarita a su casa.—...

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Todos entendieron y me acompañaron, lo que hizo que el tipo se quedara atrás, una vez en mi casa les dí las gracias a todos.

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...—Margarita, tenga mucho cuidado, si ese tipo la está molestando dígale a su mamá, esa gente todo lo consigue por la fuerza.—...

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Ese fue el consejo que me dió el cretino, pero yo no le hice caso, mi mamá no estaba, así que no se dió cuenta de lo que pasó.

Soy Austin Deniz Maguire, nací en Colombia, en un pueblo de Antioquia, mi padre también nació aquí, aunque nadie sabe que es turco, pues mi abuela estaba embarazada cuando vinieron aquí a este país, junto al abuelo pusieron una gran tienda de telas turcas y fué un éxito, pero cuando el abuelo murió, papá era aún muy joven, apenas estaba entrando a la universidad, y la abuela no sabía manejar el negocio, por eso a papá le tocó dejar la universidad y ayudarla, pero como él tampoco sabía del manejo, el negocio quebró, y papá puso una bisutería en su lugar.

La bisutería prosperó, pero luego la abuela le dijo que regresarán a Turquía, papá quien ya estaba muy enamorado de mamá se negó, entonces la abuela se fue sola, y al darse cuenta de que papá se había casado y tenido un hijo con una occidental, ella lo olvidó, nunca más volvió a llamarlo, ellos no me aceptan en esa familia.

Cuando yo tenía dos años, mamá se cansó y dejo a papá, ella se fue con otro hombre, con su antiguo novio y regresó a Estados Unidos, dejo a mi papá solo conmigo y bueno, él tuvo que hacer muchos sacrificios para cuidarme y mantenerme, su negocio decayó, y un amigo suyo le ofreció irse a otro lugar, ellos intercambiaron propiedades, papá le dejo el negocio y el le dió la casa en la que vivimos ahora, papá puso aquí una pequeña tienda, donde vende de todo un poco, y es así como nos mantenemos los dos.

En lo personal, soy buen estudiante, hablo 3 idiomas, inglés, francés, e italiano. Ayudó a todos con sus tareas de matemáticas e inglés, soy un chico normal, tocó la guitarra y la batería, hago mezclas musicales, por eso soy el dj de la vereda, soy quien anima en todas las fiestas, en fin, soy alguien muy popular

Reconozco que efectivamente hay muchas chicas enamoradas de mi, tanto en la vereda como en el colegio, pero me gusta una sola, precisamente la única que me odia, y que no he logrado explicarme porqué. Ella siempre me trata mal, y es la única que no me pide una favor para nada, tal vez por eso es que me gusta tanto, porque ella es diferente a las demás.

Por estos días las cosas en la vereda y el pueblo han cambiado mucho, personas de un grupo armado han incursionado aquí, le quitaron la finca a un vecino amigo de papá y se adueñaron de todo, lo peor es que uno de ellos está molestando a Margarita, está como obsesionado con ella y eso es muy malo, pero me hago matar antes de que le haga alguna cosa.

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...—Ey mocoso, te voy a dar un consejo, no vuelvas a meterte entre mi mujercita y yo.—...

...—Disculpe pero no sé de qué me habla, ¿quien es su mujercita?—...

...—No te hagas el idiota, sabes bien de quién te hablo.—...

...—Pues fíjese que no se de quién me habla, porque no conozco a su mujer, así que si me disculpa, tengo muchas cosas que hacer, ¿le han dicho alguna vez que el tiempo es oro? ¿Que si se pierde jamás se recupera?—...

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Me fuí y no le preste más atención, sabía que el tipo era maliante, pero no tenía miedo y menos de él, podía ser más grande que yo, o andar armado, pero de solo pensar en como se refería a Margarita, me hacía hervir la sangre.

Al llegar a mi casa, encontré a la mamá de Margarita, la señora Aura estaba conversando con mi papá, ambos hablaban de esas personas que solo habían llegado al pueblo a alterar la paz y la tranquilidad de todos, me di cuenta de que Margarita no le había dicho nada a su mamá de lo sucedido con ese hombre, y bueno, que me odiara un poco más de lo que ya lo hacía no me iba a quitar, ni a poner más.

Le conté a la señora Aura lo sucedido con Margarita y el maleante, también de lo que él me había dicho está tarde, papá se puso colérico pero logro controlarse, y la señora Aura se fue de inmediato a su casa, dijo que ahora tenía miedo dejar a Margarita sola y era entendible.

En la noche nos tocaron la puerta de la casa, ya era tarde, tipo diez de la noche, al abrir vimos que eran la señora Aura y Margarita, la señora le pidió a papá que si la dejaba quedarse aqui en la casa con nosotros, pues resulta que el maleante había ido hasta su casa para pedirle a Margarita por mujer.

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...—Ese infeliz es un degenerado, es que acaso no hay más mujeres que tiene que estar acosando a una niña?—...

...—Estoy asustada Aaron, no tengo para donde mandar a Margarita, no tengo familia ni conocidos lejos de aquí.—...

...—Pero yo no me quiero ir a ninguna parte mamá.—...

...—Ud se calla, acaso no ve como están las cosas?—...

...—¿Y si le decimos a la policía?—...

...—Eso solo nos va a meter en más problemas, así que lo mejor será pensar en una forma de sacar a Margarita de aquí, porque ese hombre se ha enloquecido por ella y me da miedo que me le vaya a hacer algo.—...

...—¿Y porqué no habla con su esposo? Cuéntele la situación, alguna solución encontrarán.—...

...—Alberto hace rato que no llama, y tampoco ha salido al pueblo, entonces no me puedo comunicar con él.—...

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Yo los escuchaba hablar y me sentía más preocupado, miraba a Margarita para ver qué hacía o decía, pero se le veía muy angustiada y eso me daba mucha rabia, ¿porque ese hombre estaba obsesionado con ella?

Al día siguiente mi papá nos llevó al colegio, allí me encargo estar muy pendiente de Margarita, y que si alguna cosa sucedía, lo llamara de inmediato al celular.

Así fue, a pesar de estar en diferente salón, estuve al pendiente toda la mañana de ella.