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Yo Soy Sergio

capitulo 1. vuelve a la vida

Sergio se despertó de golpresonarono de un lugar blanco como si estuviera arriba de una nube, movió un poco las manos y el sonido de unas cadenas rezonaron en toda la habitación.

—¿por qué me veo tan grande? estas manos y pies son muchísimo más grandes de lo que recordaba ¿cuanto tiempo ha pasado.—al alzar la mirada vio al dios supremo que lo miraba con una mirada expectante.

—suspiro—te recuerdo qué tu cuerpo terrenal fue destruido y que hora vives en el cuerpo de Jack y el cuerpo terrenal de ese niño creció y el alma de ese niño se quedó atascada en el mundo espiritual, pero eso no es normal, lo que debió haber pasado es que tú cumplieras con su objetivo de vida y el alma de Jack trascendiera, pero no fue así.

—¿y dónde está él?

—sigue esperando trascender en la sombra del árbol de la vida.

—pero me veo demasiado grande.—el dios hizo aparecer un espejo en donde Sergio se pudo ver, se sorprendió al ver el gran parecido que esté tenía con William, alto flaco y pálido, con una gran cabellera de color negro y ojos verdes intensos.—¿ese soy yo?

—ese es Jack, tú ya no eres Sergio olvídate de eso jamás volverás a ser ese niño, ya que está será tu última vida.

—¿qué?

—después de que liberes el alma de Jack tú vivirás su vida hasta que mueras en la vejez y tú alma pueda trascender.

—pero ¿por qué? Y-yo no quiero morir.

—tu miedo a la muerte ha hecho que reencarnes una y otra vez hasta el punto de que es antinatural, ese será tu castigo.

—uh, está bien, pero ¿cuál es el objetivo de vida de Jack?

—tú te vas a encargar de averiguarlo, buena suerte Jack espero no verte de nuevo.

—espera...

la habitación se desvaneció y el dios le esbozo una rara sonrisa, de pronto abrió los ojos de golpe y se dio cuenta de que había estado dormido en un templo lleno de estatuas de bellas mujeres y en lugar de la estatua del dios Dey estaba la del dios cinet.

—valla, un cambio significativo.—jack se intentó levantar de la plancha en donde estaba dormido y se calló de inmediato al suelo por qué sus piernas no tenían fuerza para sostenerlo.—¿estoy desnudo? No era broma eso de que ahora soy un adulto.

Jack volteo a ver sus extremidades y estaban largas y más grandes tanto que eran difíciles de manejar.

—maldita sea, ya no soy un niño, este es el peor castigo que pudieran darme.

Se levantó del suelo y camino en dirección a la puerta principal, al abrirla se dio cuenta de que está daba directamente al mar, al salir sintió la suave arena entre sus dedos y la suave brisa acaricio su rostro como diciéndole "bienvenido de vuelta" al darse la vuelta para buscar dentro del templo algo para cubrirse se dio cuenta que la puerta había desaparecido.

—no, no,no, no me dejes desnudo en medio de la nada.

Lo único que podía cubrirle sus partes íntimas era su larga cabellera negra que demostraba los años en los que había estado ausente.

—que hago si me acercó a alguien así como estoy pensara que soy un exhibicionista y me van a meter a la cárcel, en el pasado podía librarme por qué era un niño y no podían hacerme nada, pero ¿y ahora? Ugh no quiero ni imaginármelo.

Soltó un largo suspiro después de gritarle a los cuatro vientos las más grandes blasfemias hacia dios, cuando de pronto un rato callo cerca de él y se lamentó por las cosas que había dicho.

—para lanzar rayitos tontos si eres bueno ¿no?—dijo en voz baja procurando que ya no lo escuchará.

Camino lo más lejos que pudo hasta llegar a una carretera que se veía poco transitada cuando de pronto el grito de una chica lo espantó, al acercarse a ver qué era lo que estaba pasando se dio cuenta de que estaban dos chicas siendo atacadas por dos sujetos que estaban más que borrachos.

—¿les ayudo?—suspiro—eso se ve complicado, pero por lo menos podría quitarles su ropa y ponérmela.

Al ver qué los hombres estaban a punto de atacar a las chicas Jack se lanzó a atacarlos con lo primero que encontró a la mano una rama de árbol, las chicas se asustaron a un más al verlo parado desnudo enfrente de ellas, pero Jack mantuvo la calma.

—ja ¿qué haces princesita? Atacar a una dama no es de caballeros ¿no lo sabías?

—apártate loco, yo las vi primero.—dijo uno de ellos.

—eres muy raro amigo ¿quién va por ahí desnudo intentando ayudar a muyeres por la calle?—dijo el otro.

—agh no te importa como voy yo por la calle.

Jack se estaba avergonzado aún más al sentir la mirada penetrante de las chicas en él, así qué no perdió más tiempo y de un solo puñetazo tumbo a los dos al suelo.

—gracias por ayudarnos caballero.

—de-de nada, pero po-por favor ya no me vean que me dan ñañaras—dijo Jack tratando de cubrirse con las manos al ver qué las dos chicas no dejaban de mirarlo fijamente.

—¿por que estás desnudo?—pregunto una de ellas.

—ocurrieron muchas cosas ¿les molesta si tomo la ropa de estos hombres para cubrirme?

—no,no,no adelante y nuevamente gracias por tu ayuda.—dijo la otra.

—nos vemos bellas damas.

Las dos mujeres se despidieron con la mano para después desaparecer en el horizonte, Jack le quitó la ropa al tipo que olía menos mal de los dos y se la puso, también robo sus pertenencias y las guardo en su bolsillo por si las necesitaba más tarde.

—mierda debí haberles preguntado a esas dos mujeres para dónde está el pueblo más cercano—suspiro—supongo que por la posición del sol debe ser un poco más de medio día por lo que me queda menos de 5 horas para conseguir refugio.

Jack se levantó del piso y miro al cielo intentando encontrar las ganas de continuar y no mandar todo por el caño como solía hacerlo cuando era un niño, solo que esta vez no sería igual ya que ya no tenía una segunda oportunidad de comenzar su vida de cero con solo suicidarse.

Aprovechando que las chicas todavia se veian a lo lejos, camino y camino siguiendo a las chicas de cerca hasta que sintio que sus piernas ya no daban mas.

—mierda ¿Por que estoy tan cansado? Ni siquiera camine tanto y esas chicas todavia siguen avanzando como si nada, ugh un dia como adulto y ya estoy hablando cómo uno... esto es terrible.—grito por dentro y se sintio decaido, pero aun asi siguio avanzando hasta que llego a un pequeño pueblo costero.

Se adentro entre las calles y sinto que se le hacia conocido el lugar he instintivamente volteo hacia todos lados en busca de un cartel y lo encontró en la misma esquina de siempre.

—ya se donde estoy, este es el puerto en donde vivia hace tiempo y tambien es donde conoci a Dylan.—suspiro—¿que habra sido de ese niño? Al parecer no soy alguien tan viejo por lo que el debe estar igual que yo ¿No? Ay ya ni se.

Jack recorrio las calles perdido en sus propios pensamientos cuando se dio cuenta que estaba apunto de anochecer y no tenia un techo en donde dormir y por instinto decidio ir a la pared en donde se anunciaban pequeños empleos en donde podria trabajar para conseguir algo de dinero.

Al llegar leyó con detenimiento cada uno de los carteles hasta que encontró uno que decía que necesitaban gente para hacer unas entregas en un local fuera del pueblo, se veía complicado, pero era el que más dinero ofrecía por lo que decidió hacer ese y otros trabajos para conseguir un poco más de dinero.

Continuo su camino en busca de la casa que solicitaba las entregas hasta que la encontró en una esquina alejada del centro del pueblo se acercó y tocó la puerta dos veces hasta que una anciana le abrió la puerta.

—hola buenos días, vengo por el anuncio para hacer unas entregas.

—hola buenas tardes muchacho, si aquí es, vamos entra ya.

Jack entro en la casa y la señora de inmediato lo sento en el sillón para que esperara a que ella trajera las cosas que iba a entregar, al final después de cinco minutos de espera bajo la anciana con dos paquetes medianos muy bien embueltos en papel de regalo con dos grandes moños rosas.

—aquí tienes por favor llévalos a esta dirección—dijo dándole un papel.—y por favor diles que este es un regalo por su generosidad y que les manda saludos la abuela.

—está bien, pero ya está oscureciendo ¿por qué no mejor lo entrego mañana en la mañana?

—no, no, no, hijo lo quiero para ahora, si lo haces te daré el doble de lo que dice en el cartel.

—bueno está bien, pero págueme primero no vaya siendo de malas y usted desaparezca cuando vuelva.

—eres un muchacho muy listo.—la viejecita acaricio el cachete de Jack, pero esto solo lo hizo sentir incómodo.

La abuela se dirijo a la cocina para después traer consigo una bolsita con muchas monedas de oro y se las entrego a Jack junto a los dos paquetes.

Jack camino hacia la puerta y antes de salir volteo a ver a la anciana y está le dedico una sonrisa tierna, algo que no puso feliz al chico, ya que había algo raro en ella, pero mientras le pagará no había nada de que preocuparse.

La dirección que la anciana había dado estaba dentro del bosque y llegar ahí le tomaría un par de horas por lo que tendría que dormir al aire libre hasta que pudiera seguir su camino, ya que no planeaba quedarse en ese puerto pesquero.

Camino hasta que se desesperó y comenzó a correr dentro del bosque hasta que sus pulmones no dieron más y se tuvo que detener a tomar aire.

—mierda ¿por qué el cuerpo de un adulto se cansa tan rápido? No me acostumbro a esto.

Se dejó caer en el árbol en el que estaba recargado y checo nuevamente la dirección a donde lo había mandado dándose cuenta que no faltaba mucho para llegar, soltó un largo suspiro seguido de un grito agudo y se levantó de nuevo para seguir su camino.

Después de media hora de camino logro llegar a la casa que marcaba la dirección y está se veía muy grande como si fuera la de un mafioso o alguien que se dedica a algún negocio malo, Jack tuvo el instinto de correr y no ver atrás, pero algo le decía que debía entregar ese paquete a como diera lugar.

Tragó saliva y tocó la puerta dos veces hasta que un hombre alto, musculoso y lleno de tatuajes le abrió la puerta.

—ay santo cristo.—pensó Jack al ver al tipo que le abrió la puerta.

—buenas noches ¿qué necesitas?—dijo el hombre con una mirada muy severa.

—a-ah si, este paquete te lo envía la abuela...—jack se detuvo un momento a pensar que la viejita jamás le dijo su nombre y se puso aún más nervioso.—la abuela n-no me dijo su nombre, pero creo que está en el paquete.

—ah ya, la abuela me envió un regalo de regreso.—el hombre abrió los paquetes sin cuidado y de adentro de uno de ellos saco una mano cortada y la sostuvo en el aire mirándola fijamente.

A Jack se le bajaron los colores al suelo, al ver semejante cosa se arrepintió de haber aceptado el trabajo de esa mujer.

—bien, yo le enviaré un regalo de vuelta a mi amada abuela.—dijo mirando intensamente a Jack.

—buenas suerte, yo me pasó a retirar.—dijo jack asustado, se dio media vuelta y de inmediato intento correr lejos del lugar, pero la mano del hombre lo sujeto del brazo y lo jalo adentro de la casa.

vuelve a la vida.2

El hombre desmayo a Jack de un solo golpe en la cabeza y lo arrastró hasta el sótano en donde lo acostó en una plancha amarrando sus manos y tobillos para que no escapara cuando se despertara y ahí lo dejo toda la noche hasta que se despertó al día siguiente de golpe intentando moverse pero al instante se dio cuenta que estaba bien sujetado y amordasado.

—¿por que me pasan estás cosas?.—penso después de rendirse en soltarse y solo espero a que pasará lo que tuviera que pasar.

Las horas pasaban y la luz blanca que tenía sobre su cabeza no dejaba de marearlo y su cabello largo estaba acomodado de tal forma que le daba demasiado calor, estaba padeciendo un verdadero infierno hasta que finalmente llegó el hombre con un mandil y varios utensilios que utilisaria cualquier carnicero con su presa.

—hola buenos días cordetúto.—dijo el hombre acercándose para quitarle la mordasa de la boca.

—liberame, yo no hice nada.—dijo frustrado y arto de toda la situación.

—no me importa, si trajiste el paquete de esa anciana es por qué tu la conoces no te hagas el loco.

—no, no, no, esto es un malentendido yo no conozco a esa mujer, ella solo me pagó para entregar ese paquete le juro que yo no hice nad...—el hombre le puso el pedazo de tela de nuevo en la boca para que no siguiera hablando.

El hombre agarró de la mesita de noche un cuchillo enorme, oxidado y lleno de sangre seca, jack trago grueso al ver semejante cosa, pero el tipo no lo uso y lo volvió a dejar en el mismo lugar para tomar una bisturí con el que comenzó a hacer girones la ropa del chico.

—¿sabes de quién era la mano que trajiste chico? Bueno ya que tienes ese calcetín en la boca y vas a morir te lo diré.—dijo el hombre sujetando la ropa para tirarla a la basura.—yo soy un traficante de drogas y varía gente me conoce por este lado por lo que quería ampliar mi negocio y mandé a mi único hijo a trabajar como mi mandadero a la cuidad que está cerca ñ, pero esa vieja senil ya era dueña del mercado y me trajo una sorpresita contigo, así que ahora me queda regresarle el favor ¿no?

Jack puso una expresión de total incredulidad—¿cómo puedes hablar tan a la ligera de tu propio hijo?—pensó.

—bueno siéndote sincero ni siquiera sabía si ese mocoso desgraciado era mi hijo, murió a los 14 por ser tan débil como su madre—suspiro—ay como extraño a mi esposa querida, ella murió de un disparo en la cabeza, yo le dispare, ja, ja, ja.

El hombre dejó el bisturí en la mesa para después sujetar el mismo cuchillo que había dejado antes y usarlo en su víctima.

Jack se estremeció al ver semejante arma siendo meneada enfrente de sus ojos el hombre poso sus ojos en la muñeca del chico, lavento un poco y se dispuso a cortarlo.

Le hizo un corte un poco profundo haciendo que Jack se retorciera de dolor, pero antes de que pudiera seguir con su tortura uno de los secuaces del hombre abrió la puerta con brusquedad provocando que el hombre dejara de cortar.

—mierda ¿qué pasa?

—son los oficiales del ducado luterano sé acercando a nuestra guardia ¿qué hacemos?

—hijos de puta, no importa solo necesito esto.—el hombre sujeto el cabello de Jack y lo corto para después guardarlo en una bolsa.—vámonos de aquí retirada.

—¿va a dejar al chico ahí?

—si déjenlo, ya no me sirve para nada.

El hombre tomó un par de cosas de un estante y se marchó de inmediato, pero el secuas se quedó un momento viendo a Jack retorcerse intentando liberarse.

El chico suspiro y se acercó a Jack para liberar sus dos muñecas para que pudiera liberarse.

—ya puedes liberarte tú solo.

—gracias, pero ¿por qué tú...?—dijo después de quitarse la mordasa de la boca.

—lo hago solo por qué es mejor morir torturado por el jefe que caer en las garras de los caballeros luterano, todos ellos son unos despiadados que no te dejarán morir fácilmente.

El chico le entrego una bata que tenían guardada en uno de los estantes junto a un cuchillo para que terminara de liberar sus tobillos y de inmediato corrió escaleras arriba para irse con su jefe.

—suspiro—bueno por lo menos ya soy libre, que vergüenza me daría si esos hombres me hubieran visto de esa manera tendido he indefenso en esa cama, pero mi cabello... ay maldita sea y ni siquiera me lo corto bien.

Jack se levantó de la plancha y tomo un vendaje de la mesita para vendarse la herida en su muñeca y que está ya no sangrara más.

Camino a paso apresurado hasta llegar al primer piso de lo que simulaba ser una casa decente, al inspeccionar por todos lados se dio cuenta de que no había nadie más en la casa, subió escaleras arriba hasta llegar a la primera habitación en donde había una cama sin usar y un armario lleno de ropa.

Jack chillo de la emoción la ver qué había varios conjuntos muy elegantes que podía usar para ya no andar desnudo por todos lados, optó por usar un saco largo de color negro junto a una camisa blanca y corbata negra lo que lo hacía ver muy elegante y atractivo a la vista, en la mesita de noche había un par de lentes grandes que podía usar para disfrazar su apariencia, por qué aunque no estaba seguro de que alguien lo recordara no debía bajar la guardia.

Ese extraño sentimiento de que no quería ser reconocido por nadie y tampoco volver a ver a las personas que antes decían que lo amaban, pues él más que nadie sabía que el amor se acaba y el hecho de que haya estado desaparecido por años no ayudaba en absoluto a hacerlo pensar que alguien realmente lo extrañaba.

Suspiro y le quitó los vidrios a los anteojos, se los coloco y se dio cuenta de que combinaban muy bien con su color de pelo y su piel pálida, se vio al espejo un rato admirándose a sí mismo como una chica que mira a un supermodelo en alguna revista para adolescentes, estaba fascinado, pero su burbuja fue rota por un estruendo que se hoyo en la planta baja, los luteranos habían llegado.

Volteo a ver a todos lados intentando encontrar alguna salida cuando vio la ventana abierta no dudo en intentar saltar de ella, pero antes de hacerlo recordó algo muy importante.

—¡¡mis monedas de oro!!—grito alarmado por qué no las tenía con él y no pensaba irse después de pasar por todo ese lío en donde casi lo matan sin su pago por ello, pero ¿donde estaban?

Se regresó y trato de esconderse lo más que pudo procurando que los caballeros no lo vieran busco en todas las habitaciones, pero cada una de ellas lucía como si nadie las hubiera usado jamás, trato de bajar las escaleras sigilosamente cuando el ruido de la madera lo dejo al descubierto y al instante fue rodeado por varios caballeros que se veían de todo menos amigables.

—hola, buenos días caballeros.

Los cabellos apuntaron directamente a su cabeza con armas de fuego de alto calibre algo que se supone no debe haber en esa realidad.

—identifícate.—grito uno de los caballeros provocando que Jack se asustara y comenzara a temblar.

—a bueno yo... Me llamo Luis tercero de vicario y estoy aquí en busca de mi gato llamado lori ¿no lo han visto?

—no escuchado de ningún ducado que se llame vicario, pero ciertamente usted si se ve como una aristócrata.—dijo el hombre que anteriormente le había gritado y Jack suspiró aliviado.—una última cosa, podría mostrarme su identificación de ciudadano.

—¿identificación?... A ya, lo siento caballero, pero salí con prisa en busca de mi gato por lo que no la traigo conmigo ¿podrías disculparme?.

—esto es demasiado sospechoso, mi señor por favor venga con nosotros y responda algunas preguntas.—el caballero lo intento sujetar de la mano, pero por reflejo Jack le dio un puñetazo entre los ojos y corrió de inmediato escaleras abajo siendo perseguido por todos los caballeros.

Entro con prisa al sótano y arrastró con todas sus fuerzas un mueble para evitar que los caballeros entrarán, vio en una de las mesitas su bolsa de dinero y se acercó a guardarla en sus bolsillos.

Volteo a ver para todos lados en busca de una salida y solo había una pequeña abertura que parecía una ventana hacia el exterior, pero por lo pequeña que se veía Jack dudaba de si podría caber en ella, todas sus dudas se fueron en cuanto siento que los hombres estaban intentando entrar en el lugar con todas sus fuerzas.

Se subió en una silla y logro abrirla, metió su cabeza después el torso y al final las piernas terminando por salir del lugar sin que nadie lo haya visto y para su suerte los hombres se distrajeron tratando de derribar la puerta dándole suficiente tiempo para que se escapara.

Pero aún no podía bajar la guardia, corrió durante un tramo muy largo hasta llegar a las orillas del mar de nuevo se sintió perdido y confundido y no tardó en gritar de desesperación por qué no sabía que rayos estaba haciendo con su vida, ni donde estaba ni hacia donde iba, como todo un adulto de su edad.

—¿y ahora que mierda hago? Agh estoy tan frustrado, esto era más fácil cuando era un niño ¿por qué todo se vuelve tan difícil cuando eres un adulto?—suspiro—está bien, no debo rendirme estoy bien, estoy bien.

Jack se levantó del suelo y camino de regreso al pueblo para conseguir un lugar para dormir y algo de comida, ya que no había comida nada desde que despertó de nuevo, al llegar había varios caballeros luteranos preguntando a varias personas que paseaban por las calles.

—tsk esos bastardos llegaron más rápido por qué traen un caballo o me van a decir que ya se inventaron los automóviles mientras no estaba aquí.

Camino tratando de que los caballeros no lo vieran y así fue, paso desapercibido sin problemas, camino a paso lento por las calles hasta llegar a un establecimiento en donde alquilaban habitaciones, entro y de inmediato pido una habitación con cama doble en donde pudiera descansar.

La señorita que atendía le dio un muy buen trato y cada que Jack hablaba la chica se sonrojaba y estaba temerosa acción que le pareció más que extraña, pero no tenía intenciones de saber que era lo que le pasaba, tomo las llaves y se fue a su habitación directamente a descansar.

Se recostó en la gran cama y dio un gran suspiro al pensar en todo lo que había hecho en un solo día, sin duda su buena suerte de niño había desaparecido por completo.

No pensó en nada más y callo profundamente dormido entre las sábanas limpias del lugar hasta que escucho un ruido que lo hizo despertarse de golpe.

—¿quién anda ahí?—dijo asustado.

—oh lo siento señorito es que ya es de mañana y le traje su desayuno.

—¿qué? Pues cuánto dormí.

—durmio toda la noche ¿le gustó su estancia?

—agh maldita sea la noche no me duró nada, disculpa ¿puedes decirme la hora bella dama?—dijo Jack acomodando su cabello hacia atrás provocando que la chica se sonrojara aun más.

—a-am son las 10 de la mañana mi señor, tr-traje el desayuno para usted ¿necesita algo más?

—no, señorita ¿puede retirarse? Me voy a bañar.

—si, mi señor lo veo abajo.

La chica terminó por salir y Jack estiró todo su esquelético cuerpo provocando que le tronaran varios huesos y después se metió en la ducha un largo tiempo hasta que el sueño desapareció, a salir se puso su ropa elegante de nuevo y comió el desayuno que la chica le había dejado.

—ya se que debo hacer.

vuelve a la vida.3

—no mentira no sé que hacer.—dijo después de soltar un largo suspiro al aire.

deslizó el plato después de terminar de comer y se levantó colocándose su saco de nuevo.

Al bajar a la recepción vio de nuevo a la chica pegar un cartel en la pared de la sala y al acercarse a leerlo la chica se asustó por sentirlo detrás de ella.

—me podría explicar ¿qué es eso? bella dama

—e-es una competencia de habilidades en donde reclutan a los mejores para convertirlos en caballeros, al mejor de ellos le dan una recompensa millonaria.

—ya veo ¿cuándo es la inscripción?

—serán al medio día en la plaza del pueblo ¿se va a inscribir mi señor?

—hace mucho que no empuño una espada, pero si prometen una suma millonaria podría pensarlo, bueno no importa gracias por tu hospitalidad nos vemos después.

—espere señor yo...—dijo la chica en voz baja, pero Jack no pudo escucharla, ya que había salido con prisa del hostal.

Camino por las calles hasta el mercado en donde había varios puestos de gente vendiendo joyas echas de perlas y cosas para pescar, se paseó por las grandes calles hasta que vio algo que atrajo su atención y esa era una máscara echa de porcelana finamente pintada al tomarla una idea vino a su mente.

—si quiero que nadie me reconozca debo usar una de estas, disculpe señor ¿cuál es su precio?

—deme dos monedas de oro por ella caballero.

—ay dios mío está demasiado caro.—pensó Jack al ver qué solo le quedaba 10 monedas de oro de las que le había dado la viejita, pero al final termino por entregarlas.—disculpe ¿sabe dónde podrían venderme una buena espada a buen precio?

—está de suerte caballero, aquí mismo tengo una echa con metal del océano del este se dice que es muy fuerte y resistente, también me dijeron que es extranjera.—dijo sacando una katana de su estuche, el filo era de un color negro intenso y el mango estaba finamente decorado con listones rojos y negros que le daban una apariencia imponente.

—valla es perfecta.—dijo chillando de felicidad.—¿cuál es su precio?

—deme 15 monedas de oro por ella.

—oiga ese es un precio exagerado.—dijo Jack enojado.

—lo siento chico, pero yo sé lo que vale está pieza.

—agh no puedo pagarla, solo me quedan 8 monedas de oro.

—no te preocupes chico eso podemos arreglarlo.—dijo el hombre y Jack capto al instante que era lo que el hombre quería de él.

—lo siento, pero no soy de esos.

—a eso no me refería mocoso insolente.—contesto el hombre enojado.—suspiro—mi hijo quiere aprender el manejo de la espada, pero no tengo el dinero suficiente para contratar a un maestro para él y necesito que alguien le enseñe.

—¿entonces me darás la espada si le enseño a tu hijo uno que otro movimiento?

—correcto.

—bien, trato echo buen hombre.—dijo Jack extendiendo la mano para que el otro hombre la estrechara

—¡¡Martín!!—grito el hombre y un niño de cabellos castaños apareció corriendo en dirección a su padre.

—¿si papá?

—mira él será tu maestro de esgrima, te ayudará a entrenar para que puedas entrar a la competencia de este año.

—¿de verdad?—dijo el niño con los ojos brillando de la emoción.

—si, bien chico te confío a mi hijo espero que le enseñes bien.—dijo el hombre dándole una palmadita en la espalda a jack.—pero te lo advierto si algo malo le pasa no te dejaré morir en paz ¿oíste?—el hombre le entrego la espada con todo y su estuche junto con la mano de su hijo.

—s-si señor, vamos Martín hay que entrenar.

—nos vemos pronto papá.—dijo el niño despidiéndose de su padre con la mano y una gran sonrisa en el rostro y sujetando a Jack con la otra.

—ay en qué lío me metí otra vez.—pensó jack.—y si lo dejo aquí y me desaparezco con la espada y...

—oye ¿cuál es su nombre señor?—pregunto el niño sacando a Jack de sus pensamientos.

—me llamo Jack y no soy un señor apenas tengo...—suspiro—no importa no vuelvas a llamarme señor o te voy a castigar.

—ok ¿y qué vamos a hacer ahora?

—nos inscribiremos en el concurso y después entrenaremos muy duro para derrotar a todos en esa competencia y le llevamos el trofeo del primer premio a tu padre.

—pero... señor Jack yo soy muy débil, jamás podré hacerle pelea a esos otros niños que de seguro son más fuertes que yo.

—oye niño no debes rendirte cuando ni siquiera lo has comenzado, en la vida debes esforzarte al máximo para ganar y si no ganas te quedarás con la satisfacción de que lo intentaste con todas tus fuerzas, pero si te quedas aquí lamentablemente por qué no eres igual de bueno que esos mocosos mimados jamás podrás superarlos, además el gran Jack te ayudara a entrenar para que seas mejor que nadie así que deja de lamentarte o te voy a castigar.

—si señor Jack le aseguro que daré mi mejor esfuerzo para ganar.—dijo el niño emocionado.

—ya te dije que dejes de llamarme señor.—dijo dándole un golpe en la cabeza del cual se arrepintió al instante.—ay perdón, perdón no le digas a tu papá.

—ugh, no, no le diré nada, pero no vuelva a pegarme.—grito el niño enojado.

—pues no me hagas enojar.—replico jack enojado.—suspiro—vamos ya casi es medio día y debemos inscribirnos.

Jack subió el niño a su espalda para correr a la plaza del pueblo y poder inscribirse a la competencia, cuando llegaron se sorprendieron al ver una cantidad inmensa de personas que querían inscribirse unos se veían con más dinero que otros o más fuertes que otros.

—suspiro—señor Jack vámonos, yo le diré a mi padre que no pudimos ganar y él no le va a hacer nada.

—¿qué? Claro que no, niño te acabo de decir que no te rindas tan fácilmente.

—pero...

—escúchame bien tu competirás y yo te apoyaré lo más que pueda, pero debes dejar de pensar que no puedes ganar, solo piensa en lo feliz que estará tu padre al verte llegar con el trofeo y si no lo está yo lo golpearé a él.

—suspiro—está bien confío en usted señor Jack.

—no debes confiar en mí, debes confiar en ti mismo, yo sé que lo harás fantástico.

Jack bajo al niño al suelo y se puso la máscara que había comprado para después formarse en la fila a esperar su turno para inscribirse.

Las horas pasaban y tardaban demasiado en llegar al frente tanto que el niño se estaba quedando dormido parado, pero por suerte lograron llegar al principio y un caballero los atendió extrañado por la máscara que Jack tenía en el rostro.

—hola buenas tardes ¿sus nombres?

—no quiero dar mi nombre, pelearé de forma anónima y él es...—dijo empujando al niño para que hablara.

—ah si, mi nombre es Martín lucoa.

—bien y ¿ustedes son...?

—somos maestro y subordinado.—contesto Jack.

—bien una última cosa, necesito un seudónimo para identificarte lo que sea está bien.

—puedes llamarme... Blutkind.

—¿y eso significa?

—es un idioma extranjero.

—suspiro—bien preséntense en una semana a las afueras del pueblo ahí llegará una carreta a recogerlos y los llevará a la arena de combate en la ciudad vecina.

—bien gracias.—jack sujeto al de la mano para retirarse del lugar.

Caminando entre las calles lograron llegar a una posada en donde Jack alquilo una habitación con la última moneda que le quedaba y al entrar a la habitación el niño se quedó dormido de inmediato en la cama sin haber comido nada.

—talvez estaba muy cansado, agh yo también lo estoy.—dijo dando un suspiro al aire y desabrochando su corbata para después caer dormido de igual manera en el sillón.

Al día siguiente Jack se levantó de un brinco y busco al niño con la mirada preocupado de que se halla escapado o algo malo le hubiera pasado, pero nada de eso el niño acababa de bañarse y estaba comiendo plácidamente en la mesita del lugar.

—suspiro—buenos días.

—buenos días, señor Jack, la señora de la recepción trajo el desayuno y dijo que el chico guapo podía pedir lo que quisiera, no se a quien se refería, pero la comida está deliciosa.

Jack se levantó del sillón y camino aún adormilado hacia la mesita en donde dio el primer bocado a la comida y se dio cuenta de que sabía muy bien y al instante se comió todo.

—estoy más que feliz esa sopa era deliciosa, niño vamos a entrenar.—comento Jack decidido después de terminarse toda la sopa de un sorbo.

—sí.—dijo el niño con una enorme sonrisa para después saltar de la silla en donde estaba sentado eh ir a buscar su espada y la de jack.

Ambos salieron de la habitación y en la recepción los recibió la señora de la que Martín había hablado quien saludo a Jack con un tono carmesí pintado en los cachetes, Jack solo la saludo con la mano y una sonrisita para casi correr a la salida.

—parece que le gustas.—dijo Martín después de salir del hostal.

—cállate niño, esa señora me da miedo.

—ja eres un cobarde.

—cállate mocoso yo no soy ningún cobarde, respétame.

—ok abuelo no te enojes tanto.

—suspiro—ay cuidar a un niño es demasiado para mí.

Ambos siguieron caminando hasta llegar a un pequeño campo verde sin casas al rededor ni nadie que los molestara en donde sería su lugar de entrenamiento.

—bien mocoso, muéstrame lo que tienes.—dijo Jack sentándose en el sube pasto del lugar.

—si señor.

Martín hizo algunos movimientos un poco flojos y sujetaba mal la espada, pero Jack no sabía cómo enseñarle, ya que a él nadie le había enseñado como sostener un arma, él había aprendido todo él solo al ver a otros hacerlo por lo que no encontraba una buena forma de enseñarle en una semana lo que le costó aprender a él en toda su vida, pero no se rendiría él dijo que haría que el niño logrará el primer premio y lo cumpliría a como diera lugar.

Los días siguientes Jack le enseño de buena manera los movimientos más importantes dentro del esgrima que le ayudarian al momento de enfrentarse a su oponente y no se rendía en su entrenamiento y le exigía a Martín que se superará a si mismo a como diera lugar lo que motivaba de gran manera al menor.

Al final la semana se terminó y Martín había aprendido los movimientos más básicos y no termino de entrenar ni un solo segundo, claro que no se podía considerar un experto, pero había mejorado de sobremanera a comparación de cuando empezaron con el entrenamiento.

—¿estas listo?—pregunto Jack atando su corbata.

—no.—contesto Martín tomando sus cosas.

—bien vámonos que pa' luego es tarde.—dijo Jack sujetando al niño de la mano para finalmente abandonar la habitación que habían alquilado.

Jack también se había concentrado en pulir sus habilidades y aunque ya era muy hábil seguí fallando en muchas cosas por qué su práctica no era constante, pero más bien era por qué de niño le gustaba huir más que pelear por qué era más fácil correr que salir herido en una muestra imprudente de fuerza.

Al final caminando a paso lento por las calles solitarias apenas iluminadas por los rayos del sol que se asomaba anunciando el amanecer, Martín estaba muy nervioso y no dejaba de apretar la mano de Jack, pero este no lo notaba, ya que estaba sumido en sus pensamientos esos que una persona no entiende por qué están presentes pero ahí están dando vueltas por su cabeza amenazando con darle dolor de cabeza.

Al llegar a la entrada un carruaje de madera los esperaba dentro de el había varias personas más pero todos eran hostiles con los otros asi que Jack suejto a Martín cubriendole los ojos para que no notará la mirada de las personas y se pusiera más nervioso de lo que ya estaba y así partieron a la cuidad vecina para el torneo que estaban dispuestos a ganar o al menos solo Jack.

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