Una mañana se levanta una joven un poco alterada, ya que no entendía lo que sucedía, sale de la cama en busca de un espejo, está joven se llama Eilonor wilches al darse cuenta de que estaba en el cuerpo de una mujer se desmaya, al cabo de un rato se levanta del suelo se sorprendió, ya que con todo el ruido que hizo cuando se levantó de la cama no llegó nadie para ver lo que sucedía era extraño entonces se volvió a mirar el espejo y miró sus rasgos cabello largo plateado ojos tan profundos como la noche con luna roja y piel pálida que parecía que fuera transparente era increíble lo que veía se dio cuenta de que estaba pasando algo al salir de su habitación verificó y pudo anotar que no estaba soñando, al preguntar Dónde estaba todos la miraban con desprecio y diciendo con la mirada "acaso estás se ha vuelto loca" alguien se le acerca y le dice "señorita Wilches, se ha levantado hoy temprano, le recomiendo que espere para tomar su desayuno, ya que el Rey y sus hermanos y hermanas se encuentran en este momento en el comedor" al notar las miradas da media vuelta y recoge sus pasos. Todos los que estaban ahí no entendía lo que sucedía, por el hecho de que era normal que ella hiciera un escándalo todas las mañanas al escuchar esas palabras y estaban listos para seguir las órdenes del rey.

Eilonor estando en su habitación prestándole poca importancia a las palabras de la mujer, empezó a buscar entre las cosas de su habitación para ver si encontraba alguna pista de lo que sucedía. Pues pudo ver las miradas de desprecio de las empleadas entonces pensó "si así me trate el servicio, como lo harán los que se supone son mis familiares" siguió buscando hasta que, un libro como especie de un diario, no comprendía como o porque entendía esas letras, pero pudo leerlas sin ningún problema…

Empezó a leer la última página escrita y estas decían.

"Hoy no me siento muy bien, tengo tanta fiebre y dolor que siento que podría morir, cuanto me gustaría que mi madre estuviese aquí, seguro ella si me cuidaría y traería medicina para aliviar mi malestar."

*"Esto es grave aquí no hay un lugar para esta persona"* - pensó.

Siguió leyendo unas páginas más atrás que decían.

"Hoy fue mi cumpleaños y lo único que recibí fue una bofetada de padre el rey Wilches, él me dijo que cuando cumpliera la mayoría de edad por fin se desearía de mí, no entiendo a que se refiere, pero no dejo de tener miedo"

"Hoy padre vino otra vez, olía horrible y solo lloraba, no entiendo por qué cada vez que él viene me trata así, si madre sabía que su vida corría peligro, entonces para qué me tuvieron"

"Padre vuelve todas las noches, tengo miedo de que me parta algo, pero solo me culpa por la muerte de madre, mamá porque no me llevaste contigo, porque me dejaste sola"

La chica no podía seguir leyendo pues su vista era borrosa, se levantó de donde estaba y se miró al espejo…

CONTINUARA

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Las lágrimas corrían por su rostro, no podía creer todo lo que le estaba sucediendo.

¿Lo único que recuerda era que perdía el conocimiento mientras caminaba, que había despertado en el cuerpo de una mujer y que era una persona desdichada, lo único que faltaba era saber quien era? Dónde estaba? Y como hacer para sobrellevar toda esa situación...

Se vistió con el vestido más sencillo que encontró y se colocó detrás de la puerta a esperar si alguien pasaba, al cabo de un buen tiempo escucho pasos que se acercaban, sigilosamente abrió la puerta y tomo del brazo a la persona que caminaba por el pasillo y la adentro a la habitación. Ya adentro empezó a hacerle preguntas...

Eilonor~ Bien, aremos un juego de preguntas y respuestas, ok... ~ le dice Eilonor a esta persona que ya la tenía atada y amordazada.

Sirviente ~ mmm mmm~ intenta comunicarse mientras mueve la cabeza de arriba abajo haciendo sonidos por no poder comunicarse bien .

Eilonor~ muy bien, si haces algún ruido, el más mínimo aunque sea, te cortaré la lengua~ le decía mientras le apuntaba con unas tijeras que había encontrado en una cabeza con varios recortes de tela, le retira la mordaza y le pregunta.

Eilonor~ En donde estamos?

Sirviente~ en el castillo del bondadoso rey Wilches.

"Ja bondadosa, si claro" pensó Eilonor.

Eilonor~ quien soy yo.?

Sirviente ~ Usted es la 3 hija del rey Dalmir Wilches con su difunta esposa la reina Eilen de Wilches.

Eilonor ~ ahora te soltaré y me traerás de comer, dirás que estoy indispuesta y no me he podido levantar de la cama. ¿Entendido.?

El sirviente dijo que si y Eilonor le suelta. Mientras ve como se aleja esa persona se sienta al borde de la cama a pensar.

"Esos nombres me suenan, pero no recuerdo, sé que los he escuchado antes en mi otra vida, pero donde?"

Eilonor siguió pensando y pensando hasta que al fin cae en cuenta, entonces empieza a maldecir por su asquerosa suerte...

Eilonor ~ m*ldicion, m*ldicion, porque carajos me pasa esto a mi, por qué soy una mujer con una suerte tan de m¡erda ~ decía incensatemente, te m*ldecia y a la vez se compadeció de si mismo, no solo acababa de renacer, si no que también moriría pronto al paso que iba.

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Al cabo de un tiempo llega el sirviente con la comida. Y le dice que nadie la molestara en todo el día, ya que dijo que se sentía indispuesta y el rey había salido de viaje dejando dicho que tenían que alimentarle bien...

El rostro de Eilonor se palideció al recordar que en el libro que le leía su nana de pequeño decía que la 3 hija del rey Dalmir Wilches moría al intentar escapar de su propio compromiso...

Era increíble ni siquiera se mencionaba su nombre en la novela, solo se referían a ella como la 3 hija del rey Wilches, la más egoísta, malcriada.

En fin la describían de manera despreciable en las pocas líneas que hablaban de ella o más bien la difamaban de la manera más vil y despreciable.

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Al terminar de comer se lava y como cualquier chico empezó a explorar su cuerpo, sus curvas, todo se veía fantástico tenía un cuerpo espléndido para su corta edad, al terminar el baño se alista y decide salir a inspeccionar los alrededores del castillo.

Al darse cuenta de donde estaba decidido que no se iba a quedar hay atrapado por siempre y que tampoco iba a morir tan patéticamente...

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Pasaron varios días y Eilonor pensaba como sobrevivir a esta nueva vida.

"Tal vez si me escapó y no regreso nunca más, Tal vez así me dejen en paz"

En ese momento ruidos interrumpen los pensamientos de Eilonor. Se asoma por la ventana de su habitación, ya que logró que la instalarán en un lugar más adecuado para ella como "princesa" lo bueno de esta habitación, es que podía ver la hora de los cambios de guardia, la salida y entrada de los visitantes, empleados, repartidores y abastecedores de la mansión. Juntando toda esta información pudo idear un plan para poder escapar de ese lugar el cual sería su única y última morada antes de que los guardias le asesinase.

Aun era una pequeña niña y ya había sufrido tanto, sin una madre y un padre que la culpaba de su muerte.

 Chan-huo no podía creer que el personaje que tan mal le caía de aquella novela haya sufrido tanto, como para convertirse en un ser tan despreciable, como para llegar a ser tan odiada.

Pero él la salvaría y se salvaría, no pensaba seguir con esa vida miserable ni morir tan patéticamente.

Al cabo de 2 semanas ya se sabía lo básico, y lo importante para su escape, solo quedaba acordar el día y ya lo tenía…

Así lo pensó, primero pedirá mucha comida con la excusa de no querer salir de su habitación por sentirse mal y hacer que desalojen el piso donde estaba haciendo creer a todos que se había contagio de alguna grave enfermedad al salir a dar un paseo corto por el palacio…

Llegada la hora del cambio de turno de los guardias del castillo Eilonor aprovecha la oportunidad y sale con algunas pocas cosas necesarias y algo de comida, se escabulle entre los pasillos solitarios y llega a lugar donde hacen las entregas de las provisiones al castillo, logra entrar y esconderse entre algunas cajas de maderas y pajas que traían para evitar que algunas cosas se maltraten en el camino, espero pacientemente hasta que sintió que se estaban moviendo.

Eilonor~ bien ya ha pasado tiempo desde que nos empezamos a mover, esperaré hasta que sienta que nos detenemos y aprovecharé para salir de aquí.

No podía creer que desde que salieron del castillo no se habían detenido ni una sola vez por más de 15 minutos, el camino por el que iban ahora era rocoso y el escondite donde estaba no era el lugar más cómodo donde haya estado, y eso que el suelo húmedo del sótano donde le había tocado dormir en el castillo no era para nada cómodo, pero al menos era espacioso.

"Calma es solo un momento de tortura para así llegar a la gloriosa libertad."

pensó en ese momento antes de que la carroza pasara por un camino escabroso y algo se cayese y le golpease en la cabeza.

Eilonor soltó un leve quejido, pero enseguida se cubrió la boca soportando el dolor con un par de lágrimas asomándose por sus ojos.

"Tal parece que no me han escuchado, es un alivio, pues no sé que hubiese pasado si me descubrían"

Cuando sintió que el coche se había detenido decidió salir cautelosamente. Pero sé la sorpresa fue grande…

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. Continuará.