Mi nombre es Carolina Montes; tengo 44 años y mi historia está muy lejos de ser un cuento de hadas y mucho menos con un final de fueron felices para siempre.
Me casé a los 25 años con Roberto Ortiz; nos conocimos en la universidad él cursaba el último año de la Licenciatura en Derecho y yo estudiaba Artes. Nos enamoramos y unos años después nos casamos.
Al principio nuestro matrimonio iba bien; él abrió un despacho que con el paso de los años obtuvo mucho prestigio y obviamente muy buenos ingresos. A pesar de haber terminado mi carrera con Roberto decidimos que era mejor que yo me dedicará al hogar. En un principio no me molesto y me gustaba estar al pendiente de mi hogar y mi marido.
Después de 5 años de matrimonio decidimos comenzar la búsqueda de un bebé y prácticamente de inmediato quedé embarazada de mi hijo André, siempre tuve un fuerte instinto maternal y este bebé me hacía muchísima ilusión.
André nació perfectamente bien y Roberto y yo estábamos muy felices. Con su llegada nuestra vida cambió en muchos aspectos, ya que mi atención no era exclusiva para Roberto, ahora gran parte de mi tiempo lo dedicaba a nuestro recién nacido y eso era algo que a Roberto no le gustaba. Ahí comencé a ver un lado de él que desconocía.
Sentía celos excesivos hacia nuestro hijo, me di cuenta de cosas de su infancia que desconocía porque por parte de su mamá nunca tuvo demostraciones de afecto y sí mucho rechazo.
Comenzó a beber en exceso y cada vez que volvía a casa se ponía agresivo por cualquier motivo; también llegaron los celos, actitudes extremadamente machistas al punto de controlar mi manera de vestir, mi maquillaje, mis amistades.
Todo esto hizo nuestra convivencia cada día más difícil, en una de sus tantas parrandas tuvo un accidente y al parecer eso lo hizo reflexionar y prometió no volver a beber. Obviamente, le creí y por un tiempo parecía que de verdad estaba comprometido.
Lamentablemente, el cambio no duró mucho tiempo, escasamente 1 año y volvió a caer. Lo peor fue que ya no solo consumía alcohol sino también alguna droga que lo ponía aún más agresivo.
Así transcurrieron 10 años, entre falsas promesas de un cambio que nunca llegaba. Cansada de sufrir por sus celos y sus agresiones me fui de la casa con mi hijo y comencé los trámites del divorcio, al ser el abogado puso miles de trabas para que el proceso avanzará y obviamente también se valió de amenazas para tratar de intimidarme, sin embargo, ya no estaba dispuesta a volver al infierno en el que se había convertido nuestro matrimonio.
Lo que más me dolía era el daño que le habíamos hecho a nuestro hijo y las repercusiones que tendría en su vida. Ahora mi objetivo era reconstruirme y darle a André la estabilidad emocional que ambos necesitamos.
Después de un proceso largo y doloroso por fin obtuve la sentencia de divorcio y con el fin de esta relación llegaría para mí Un nuevo comienzo.
Un nuevo comienzo suena maravilloso pero detrás hay todo un proceso. Tenía que comenzar por reconstruirme, comenzando por mi autoestima y aunque sabía que mi matrimonio ya no tenía remedio no quiere decir que estuviera feliz de haberlo finalizado.
A pesar de todo lo vivido amé profundamente a Roberto y tenía la ilusión de un matrimonio para toda la vida. Aún hoy no puedo decir que no tenga sentimientos hacia él ya que es el padre de mi hijo y vivimos cosas muy importantes juntos.
Los últimos años de mi matrimonio fueron muy difíciles y sucumbi ante todas las exigencias de Roberto, cambiando mi manera de vestir y alejándome de familia y amigos todo para evitar conflictos. Para muchas personas sonará tonto o piensan que es fácil salir de una situación así pero la realidad es muy diferente.
Con el divorcio obtuve una cantidad considerable de dinero proveniente de la venta de la casa que compartíamos, además de una casa para que André y yo podamos vivir en ella.
Me asocié con mi amiga de toda la vida Fernanda Sandoval para abrir una galería de arte, era nuestro sueño desde que estábamos en la Universidad. A pesar de haberme distanciado mucho tiempo de ella nunca se perdió el cariño que siempre nos hemos tenido y tuve la oportunidad de retomar nuestra amistad.
Este es el principio de mi nueva vida, ya pasaron 4 años de mi divorcio y 3 de haber iniciado con la galería y les cuento que nos ha ido muy bien. En este mes tendremos la exposición de un gran pintor francés que viene a mostrar su nueva colección, así que tenemos mucho trabajo por hacer.
Con Roberto las cosas no han sido sencillas, no ha podido vencer sus adicciones y en más de una ocasión ha tratado de convencerme de volver con él aunque es algo imposible porque ya no lo amo.
En múltiples ocasiones ha tratado de utilizar a André en su afán de recuperar lo que perdió y eso hace que no pueda tener la tranquilidad que realmente necesito. Confío que con el tiempo se dé cuenta de que ya no hay vuelta atrás en cuanto a nosotros y que se decida a buscar ayuda para superar sus adicciones. Estoy segura de que sí lo hace su vida va a mejorar considerablemente y también creo que eso le va a ayudar a abrirse para buscar una nueva relación, es un buen hombre y merece ser feliz y por supuesto que sí él es feliz nuestro hijo también lo será.
En mi caso aún estoy muy renuente a reiniciar mi vida amorosa, tengo temores que aún no puedo superar y tampoco quiero descuidar a mi hijo por enfrascarme en una nueva relación.
Mi amiga Fernanda es la que más insiste en que ya es momento de darme una nueva oportunidad en el amor, quizá tenga razón.
Mis padres han sido un gran apoyo en todo este proceso, al igual mi hermana Diana que nunca me ha dejado sola. Mis papás son Carlos y Sofía y tienen un matrimonio sólido, han sabido sortear juntos las adversidades. Mi hermana también está casada, su marido se llama Javier y tienen un hermoso niño que es mi adorado sobrino Sebastián. Sé que tienen sus problemas como todo matrimonio, pero nada que no puedan arreglar.
Ya la próxima semana es la exposición tan esperada; nuestro artista se llama Luc Dubois, tiene 48 años y ha viajado por el mundo mostrando sus obras. Soy gran admiradora suya y estoy muy emocionada de poder mostrar sus obras en nuestra galería. Será un evento muy importante para nosotras ya que vendrá mucha gente importante y eso nos pondrá como una de las mejores galerías de la ciudad.
Es lunes, el viernes tenemos la esperada exposición de Luc Dubois y cómo ya se imaginaran tenemos mucho trabajo por hacer.
Mi alarma suena a las 6 de la mañana y me dispongo a despertar a André para llevarlo al colegio. En casa contamos con la ayuda de la señora Sara que vive con nosotros y se ha vuelto parte de nuestra familia.
Levanto a André con un beso como todas las mañanas y mientras él se viste me dirijo a la cocina a preparar su desayuno y su lunch. Una vez listo voy a mi recámara a vestirme; escojo un pantalón de mezclilla, un suéter rosa palo y unos flats color nude.
Ya lista y mientras André desayuna yo me tomo un café y hablamos de lo que haremos en el día, partimos rumbo al colegio para que no se nos haga tarde. Despido a mi hijo con un beso y regreso a casa para darme una ducha y arreglarme para ir a la oficina.
Ya en casa la señora Sara tiene listo el desayuno, siempre acostumbro desayunar con ella. Hoy escogí vestir uno de mis colores favoritos: turquesa. Elegí una falda recta abajo de la rodilla en color turquesa, una blusa blanca, un blazer turquesa y unas sandalias color nude. Un maquillaje natural y mi cabello recogido.
Aprovecho para describirme físicamente; soy delgada, mido 1.60, no tengo el cuerpo perfecto, pero me acepto tal y como soy. Mi color de piel es blanca, mi cabello castaño claro, largo a media espalda, ojos castaño obscuro.
Una vez lista bajo a desayunar con la señora Sarita.
- Señora Caro, que hermosa se ve. Ese color le sienta de maravilla.
- Muchas gracias señora Sarita.
- Me da mucho gusto verla más segura de sí misma, aún recuerdo cuando recién comencé a trabajar con usted lo insegura que se sentía al escoger su ropa o su maquillaje.
- Así es Sarita, me costó mucho recuperar la confianza en mí misma y superar todo lo que viví con Roberto.
- Solo espero que el señor Roberto supere ya su divorcio y la deje vivir tranquila, a ambos les hace falta comenzar a salir con otras personas.
- Ay Sarita, yo no sé si estoy preparada para comenzar a tener citas. Siento que es muy pronto.
- Pero si ya pasaron 4 años de su divorcio y es usted una mujer hermosa por dentro y por fuera que merece conocer a un hombre que la trate con el amor y el respeto que toda mujer necesita.
-No lo sé Sarita, ya se parece a Fernanda que a toda costa me quiere emparejar - me causa gracia todas las ideas locas de mi amiga.
- Debería de hacerle caso a la señorita Fernanda
- Lo pensaré Sarita, por el momento quiero poner toda mi atención a la exposición del viernes. Es super importante para mí que todo salga perfecto.
- Estoy segura de que así será, señora, va a ser todo un éxito.
- Gracias Sarita, me voy antes que se me haga tarde. Mi mamá recogerá hoy a André de la escuela, te lo encargo mucho.
- Claro señora, vaya sin cuidado. Tenga un buen día.
Salgo de casa rumbo a la oficina lista para sacar adelante todos los pendientes que tenemos.
Llego a la galería al mismo tiempo que Fernanda, ambas bajamos de nuestros vehículos y nos saludamos con un beso en la mejilla.
- Caro, amiga te ves hermosa! Hoy te vienes vestida para matar.
- Ay Fer! Tú siempre tan exagerada
- Claro que no, es la verdad. Aún recuerdo cuando recién te divorciaste, con todas esas inseguridades que el imbécil de Roberto te creó.
- Tienes razón, admito que al principio hasta elegir mi ropa o usar lápiz labial me causaba mucha angustia. Venía a mi mente todo lo que Roberto decía: qué a quién le iba a coquetear o para qué me arreglaba tanto. Ya no quiero recordar todo eso.
- Estoy de acuerdo contigo, mejor entremos a la oficina y pongámonos a trabajar que tenemos muchos pendientes.
Entramos a la galería y ya nos espera Claudia que es nuestra mano derecha, si ella todo sería un caos.
- Hola Claudia, buenos días! -decimos al unísono Fer y yo
- Buenos días, chicas! Están guapísimas.
- También tú Clau -contesta Fer
- Gracias! Por cierto Caro, Roberto volvió a mandar flores.
- Otra vez?! Este hombre no entiende, Caro te lo he dicho mil veces no va a dejarte en paz hasta que no vea que ya tienes un nuevo galán.
- No volvamos al mismo tema Fer. Claudia por favor pon las flores en la recepción y después ne llevas a la oficina la lista de pendientes.
De verdad que no sé cuándo Roberto se dará por vencido, he sido muy clara con él, no le he dado falsas esperanzas, al principio devolviamos todos los arreglos pero después dio indicaciones para que el repartidor ya no aceptara llevárselos. A veces creo que Fernanda tiene razón y debería de darme la oportunidad de conocer a alguien. Aunque admito que también me da miedo la reacción de Roberto si eso llega a suceder.
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